Diálogos Educativos: Vol. 11 - Agosto 2011 ISSN: 0718-1310
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ABSTRACT
Critical theory emerges as a vehicle to promote an understanding of
historical and cultural aspects of society and to generate actions around its
transformation. The changes that society has undergone as a result of the
different relationships of power and oppression, globalization and the
different problems it faces have led various authors to propose a rethinking
of critical theory, which influences the qualitative research processes that
are carried out under this perspective. Critical theory provides a
framework that goes beyond the simple, idealistic stereotypes and the
rigidity of the findings and interpretations on the progress of scientific
knowledge in the social field. The critical researcher observes the facts
from a perspective that is affected by the historical moment, the cultural
and social time, which must be observed in their potential and is meant to
be included in the social and historical context in which it occurs.
This article aims to present the basic aspects of critical theory and the
need for a reassessment according to current demands. At the same
time, it intends to show how this approach contributes to the processes of
educational research from a qualitative perspective.
KEY WORDS
Critical theory, qualitative research, educational research.
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I. Introducción
Tovar (2000) apunta que las tensiones generadas por el desarrollo de nuevas
tecnologías y el poder de la globalización hacen que en muchas sociedades surjan
tensiones asociadas a la necesidad de asimilar y adaptarse a esta realidad global
y, a su vez, conservar su identidad y su cultura.
Como producto de esta situación emergen profundas desigualdades (económicas,
políticas y sociales). “La formación de la persona humana, vale decir la
preservación de su espiritualidad y su cultura, se configura como la piedra de
contención de aquellas políticas interesadas solo en la eficiencia económica”
(Tovar, 2000, p. 158).
Aunque el progreso científico y tecnológico son retos educativos para el futuro,
Tovar (2000) indica que la “construcción” de una persona que se piense a sí
misma como ser social, es decir, educar para la participación, para la aceptación
de la diversidad, para la creatividad y la cooperación, para la flexibilidad y la
capacidad de generar un progreso personal y social que se basen en una ética
humanista constituye uno de los retos más importantes.
¿Cómo lograr esto? Jokisch (2001) señala que la teoría crítica observa el
individuo como un ser humano dentro de un contexto de relaciones sociales que a
su vez se basan sobre la historia específica de la misma sociedad. El autor
apunta que la teoría crítica no es un teoría obsoleta sino una teoría muy actual
cuyo aspecto más relevante es el análisis de la sociedad con base a la distinción
de lo social dado desde el punto de vista normativo, crítico, razonable y de lo
posible.
Es decir, el por qué y para qué constituye uno de sus fines. Este hecho le exige
“acercarse” a la realidad social de los sujetos mediante procesos de investigación
que implican distintos abordajes metodológicos. Investigar “es acercarse
mediante ciertos pasos iniciales y procedimientos técnicos a manifestaciones no
siempre evidentes de una realidad. Dentro de estos medios técnicos se
encuentran aquellos que permiten la organización de la información durante el
desarrollo de la investigación” (Medina & Mendoza, 2009, p. 11).
Al respecto, Ortiz y Trujillo (2009) indican que la teoría crítica permite una
interpretación de los problemas de la modernidad a los cuales se enfrenta la
sociedad capitalista contemporánea con los cambios y transformaciones que ha
sobrellevado. El representante vivo es Jürgen Habermas y sus trabajos buscan
formar conciencia y beneficiar la autocomprensión de los grupos capaces de
transformar la sociedad.
“Los esfuerzos actuales por articular una teoría crítica de la sociedad que
responda a las transformaciones sufridas en las últimas décadas por la economía
del mundo, la vida social y la cultura, se ven enfrentados con un contexto teórico
que parece de transición” (Romero, 2006, p. 455). La investigación ha cambiado y
también ha cambiado la forma de ver el mundo y el ser humano, motivos por los
cuales algunos autores han planteado la necesidad un replanteamiento de la
teoría crítica.
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para una praxis revolucionaria de la sociedad que culminara con un ser humano
libre.
Por su parte, Castañón, Hilario, Romero y Sosa (2009) señalan que la teoría
crítica plantea tres objetivos:
- Una revisión del marxismo mediante la incorporación de conocimientos
provenientes de otras disciplinas como el psicoanálisis, lingüística, sociología,
entre otras.
- El análisis de los problemas actuales que afligen a la sociedad con un enfoque
crítico.
- El uso de técnicas de investigación de las Ciencias Sociales para dar una base
empírica a los aportes teóricos.
Aunado a lo expresado por los autores mencionados, Sandín (2003) señala como
supuestos de la teoría crítica los siguientes:
- Todo el conocimiento está mediatizado por las relaciones de poder que son de
naturaleza social y están históricamente construidas.
- Los hechos nunca puede ser separados del campo de los valores y de la
ideología.
- La relación entre conceptos y objeto y significante y significado no es estable y
se encuentra mediatizada por las relaciones sociales de producción del
capitalismo y el consumo.
- El lenguaje es central en la formación de la subjetividad, tanto del conocimiento
consciente como inconsciente.
- Que existan grupos de la sociedad más favorecidos que otros constituye una
opresión más enérgica cuando los subordinados aceptan su estatus como algo
natural, necesario o inevitable.
- La opresión tiene muchas caras y centrarse en solo una de ellas es
contraproducente debido a la relación entre las mismas.
- Las prácticas de investigación dominante están implicadas en la reproducción
de la opresión de clase, raza y género.
Alvarado et al. (2009) añaden que la teoría crítica, como corriente del pensamiento
social, se caracteriza porque:
- Pone atención en el análisis de las diferentes disciplinas para abordar el objeto
de estudio, haciendo énfasis en su interrelación.
- Utiliza conceptos y categorías históricas para argumentar científicamente la
sociedad objeto de su análisis.
- El interés de la teoría crítica se centra en la colaboración las disciplinas
especializadas para la aplicación de la filosofía materialista de la historia.
- Se basa en el uso del método empírico y la filosofía de la historia para la
búsqueda de nuevos conocimientos.
- La sociedad se plantea integrada, donde la vida social se agota como en las
visiones de las corrientes totalitarias.
- Realiza un análisis de la sociedad en forma diacrónica (a lo largo del tiempo) y
considera las contradicciones que se generan y cómo se originan.
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una “nueva crisis de los veinte años” por lo que ambos aspectos, el juicio final y,
dentro de éste, la nueva crisis de los veinte años, constituyen el contexto de las
realidades globales de nuestros días.
Lo que el autor señala como el “juicio final” es “la manera que tiene la historia de
ajustar cuentas con las formas de pensar y comportarse establecidas –y en mi
opinión regresivas– de la sociedad humana a escala global” (Booth, 2010, p. 12).
Entre las principales ideas que el autor señala y que han influido en la historia de
la humanidad destacan:
- el patriarcado: la idea de que los hombres son quienes más saben y deben
dominar la sociedad;
- las religiones proselitistas: la creencia de que la fe (cualquiera que sea)
constituye la única forma verdadera, y por tanto merece ser universalizada;
- el capitalismo: un medio de producción de increíble éxito que exige que haya
perdedores además de triunfadores, siendo la naturaleza uno de los
perdedores más destacados;
- el estatismo/nacionalismo: el juego de la soberanía unido al narcisismo
nacional, que ha producido la lógica conflictiva de la política internacional, que
se ha caracterizado por la búsqueda del interés nacional en el contexto de la
desconfianza habitual y de la institución de la guerra;
- el racismo: la idea de que hay seres humanos superiores e inferiores, basada
en diferencias biológicas menores;
- la democracia de consumo: lo que ha incentivado el consumo y la
“satisfacción” las necesidades de los triunfadores dentro de cada sociedad y
entre unas sociedades y otras, mientras que los perdedores viven en
condiciones de explotación.
Entre los problemas que actualmente carcomen a la sociedad mundial, Booth
(2010) señala la destrucción de la naturaleza, el caos climático, el agotamiento de
los recursos energéticos, las crisis económicas, el predominio de la pobreza en
muchas regiones del mundo, la perspectiva de la propagación de las armas
nucleares, y los “choques por ignorancia” entre grupos étnicos. Ante este
panorama “la teoría crítica ofrece un enfoque integral de la teoría y la práctica del
cambio, incluido el cambio en las realidades globales. La teoría crítica es una
teoría para tiempos críticos” (Booth, 2010, p. 16).
El objetivo primordial de la teoría crítica es, desde esta perspectiva, “tratar de
identificar el mismo problema (o problemas) del status quo global (los problemas
del persistente “no pasa nada”), y sustituir las relaciones de poder disfuncionales y
sus instituciones por aquellas que ofrezcan mayores promesas de trabajar en pro
de los intereses de la humanidad común” (Booth, 2010, p. 18). Es decir, se
preocupa de resolver problemas en un nivel distinto y con una escala temporal
diferente de la tradicional.
Gurdián-Fernández (2007) señala que lo que distingue a la teoría crítica de otras
es su interés emancipador o en palabras de Horkheimer, el “interés por la
supresión de la injusticia social”. Un concepto clave de la teoría crítica es la idea
de reflexividad, entendida ésta como el control estratégico de las propias ideas y la
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Por su parte, Booth (2010) señala que la política mundial está aquejada
actualmente de problemas profundos (de índole político, social y económica) que
imposibilitan el bienestar humano. “Las mismas ideas que nos forjaron –que
conformaron las estructuras de la política mundial, la economía mundial y la
sociología mundial– son problemas, no soluciones” (Booth, 2010, p. 13). Al
respecto, el autor señala que las principales estructuras de ideas que han
interactuado con las distintas relaciones de poder a lo largo de la historia para
construir la conciencia colectiva de nuestros días, han construido un mundo que
no funciona ni para cientos de seres humanos ni para la naturaleza, por lo que no
se puede vislumbrar un futuro amoroso.
Aunado a ello, Guerrero (2007) apunta que problemas como la reproducción de
las estructuras sociales, la reproducción del conocimiento científico vigente (tanto
escolar como del saber disciplinar), la reproducción de los intereses políticos y su
ideología, deben ser estudiados por una teoría crítica de la educación. El autor
señala que estos problemas de alguna manera “promueven la dominación tanto
ideológica como política, económica y social y que atentan contra los más altos
valores humanos como el respeto por el ser humano, la libertad, la solidaridad, la
distribución equitativa de los recursos y la justicia. Así el docente debe estar
vigilante para que estos problemas sean explicitados, discutidos, tratados con
reflexión, razón y transformación, y no pasen desapercibidos, reproducidos en el
interior de las instituciones educativas y aulas en su actividad diaria de clase con
sus alumnos y alumnas” (Guerrero, 2007, p. 31).
Así, el autor señala que la práctica pedagógica debe convertirse en objeto de
investigación para la teoría crítica de la educación y la teoría ha de convertirse en
objeto de investigación para la práctica pedagógica mediante el abordaje de
problemas que van desde la aplicación del currículo, hasta el cómo el docente
presenta un contenido determinado a sus estudiantes, la planificación y gestión de
la enseñanza, disciplina y situaciones administrativas.
“La teoría crítica tiene como finalidad que el docente sea un ser autónomo que
pueda descubrir cómo sus prácticas educativas están, de alguna manera,
influenciadas por la experiencia que vivió como alumno o alumna, tanto en la
escuela y en la universidad en la que recibió su formación inicial como docente,
como también en la institución educativa en la que ingresa a trabajar” (Guerrero,
2007, p. 35).
Al respecto, Sandín (2003) plantea, basada en distintos autores, que desde la
teoría crítica la investigación educativa, concebida como investigación-acción,
debe abordarse a partir del análisis crítico orientado a la transformación de las
prácticas educativas, que propicie su entendimiento y la comprensión de la
realidad de las distintas personas que intervienen en el proceso educativo, así
como de las estructuras sociales e institucionales en las que éstas participan. “En
realidad, en la investigación-acción, el hecho de comenzar a plantearse la relación
entre lo real y lo posible, en la educación o en la vida social, significa haberse
embarcado ya en un proyecto crítico.” (Sandín, 2003, p. 162).
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El propósito del autor fue que, desde una teoría crítica de la perspectiva
tecnológica, los profesores, administradores y padres de familia se cuestionen
sobre cuál es el propósito de la tecnología y quién se beneficia de su aplicación
en el aula, lo cual permitiría realizar un análisis más global de lo social y
pedagógico. El estudio trató de demostrar que hay fuerzas complejas detrás
de las campañas para las reformas de las escuelas a través de las TIC y que
es esencial que los formadores de docentes se conviertan en usuarios críticos
de la tecnología.
Según García (1998), la teoría crítica trasciende el limitado alcance de posiciones
paradigmáticas que aunque son sólidas en el plano de la coherencia teórica, se
muestran débiles como representación positiva y normativa de problemas
socioeconómicos concretos y reales, ofreciendo un esquema de trabajo que
supere dinámicamente la simplicidad, los estereotipos idealistas y la rigidez de las
conclusiones e interpretaciones convencionales sobre el progreso del
conocimiento científico en el ámbito social.
Bajo la teoría crítica el investigador observa los hechos desde la perspectiva
marcada por el momento histórico, cultural y social de su tiempo pero no es
suficiente referirse solo a lo “dado”, pues éstos deben ser observados en sus
potencialidades y significados y ser comprendidos en el contexto social e histórico
en que se produce (Romero & Sangermán, 2009). Peca (2000) señala que bajo
la perspectiva de la teoría crítica la persona usa su propia visión y el trabajo
realizado por investigatigadores para cambiar la sociedad.
IV. Discusión
Distintos autores señalan que la teoría crítica asume al ser humano dentro de un
contexto social y como producto de las distintas relaciones de poder en ella,
formadas a través de la historia y reproducidas por esquemas políticos, educativos
y culturales.
Debido a los cambios sufridos por la sociedad, esta teoría ha evolucionado para
adecuarse a las transformaciones económicas, políticas y culturales, pero sin
perder su propósito fundamental de estudiar los problemas sociales y ser una
fuerza para la generación de propuestas de cambio y transformación.
Al igual que en la teoría crítica en la investigación cualitativa la mayoría de objetos
de investigación están dados y sus estudios se avocan a entender un determinado
fenómeno, describirlo y dar significado a éste a partir de la realidad del individuo,
del contexto en el que está inmerso y de los factores que ejercen una influencia en
él.
Una investigación educativa cualitativa, bajo una perspectiva crítica, debe
avocarse entonces a abordar el hecho educativo desde la visión de los actores
involucrados en éste y en el momento en que se desarrolla. Esto posibilitaría una
adecuada comprensión y teorización de acontecimientos, conductas y hechos que
se presentan en educación.
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