Estado y Ciudadania

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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder popular para la Educación.

Universidad Bolivariana de Venezuela. (UBV).

SECCIÓN 3-101 T

CATEDRA: ESTADO, CIUDADANIA Y NACIONALIDAD.

Profesor: Estudiante:

Lic. Eliana Bompar Pedro Martínez

C.I.V-6.931.534

Caracas/ Octubre 2024.


ESTADO NACION.

El Estado Nación se compone de cuatro elementos básico, importante


que tenemos que tomar en cuenta el Poder Político que lo ejerce el
estado, posee una nación que viene representada por el pueblo,
obstante territorio, está regulado con base en un estado de derecho que
lo legitima y se basa a su organización de la división de poderes
públicos que se establecen de esta manera: Ejecutivo, Legislativo y
Judicial.

La Constitución venezolana aprobada en 1999 no solo cambia la


denominación del Estado, sino que también lo define con una fórmula
inédita en la historia constitucional del país. Por ello, es importante
examinar si la inclusión del término justicia del artículo 2 afecta los
derechos y las garantías del Estado de Derecho, especialmente en
materia de libertad económica, objetivo de esta colaboración. Para
lograrlo, también se analiza la importancia de los conceptos de justicia
social y sistema en la Carta Magna, que en su conjunto configuran la
ideología constitucional vigente en Venezuela. Se concluye que la
incorporación del término justicia menoscaba los derechos y las
garantías del Estado de Derecho, sin cortar la evolución constitucional
venezolana. Se emplea el método y las reglas del análisis jurídico con
algunas referencias de carácter histórico que se consideran
convenientes para la comprensión del tema.

Como concepto novedoso, el Estado Social de Derecho y de Justicia


que contiene el artículo 2º de la Constitución de 1999 y que debe ser
entendido a la luz de la sentencia de la Sala Constitucional in comento,
establece la obligación para el Estado venezolano de protección a los
llamados “débiles jurídicos”, tutelando sus intereses que se encuentra
amparados por la citada Constitución; es necesario señalar que toda la
Doctrina constitucional magistralmente establecida en la citada
sentencia, puede resumirse en una sola frase que ella contiene y esta
es: <<situaciones desiguales no pueden tratarse con soluciones
iguales>> (cursivas nuestras), centro y norte de toda la doctrina
anteriormente señalada. En efecto, este artículo 2º ejusdem, viene a
romper con todos los esquemas conocidos y más aún con el anterior
Estado Liberal de Derecho.
Antes bien, el Estado Social de Derecho y de Justicia se fundamenta,
primero que nada, en la separación de los poderes y el principio de
legalidad pero siempre unidos a las concepciones de interés social y de
solidaridad y responsabilidad social, a fin de alcanzar el tan deseado
equilibrio social; no debemos olvidar que el Estado Liberal de Derecho,
basaba su operatividad apegado al estricto principio de legalidad, como
consecuencia de ello los particulares podían llevar a cabo cualquier
actividad que no estuviese expresamente prohibida por el legislador,
aun cuando esa actividad fuera en detrimento de otros particulares o
grupos.

Por otro lado, el Estado Social de Derecho y de Justicia, debe ser


entendido como la regulación del Estado por el Derecho, quedando de
esta forma subordinado al orden jurídico preestablecido; sino que se
debe garantizar que esa normatividad jurídica cuide de realizar la
justicia social, de hacer que los derechos sociales, económicos y
culturales no sean meros enunciados sino una realidad concreta; de
propender a una mejor distribución de la riqueza; de combatir a la
miseria y la falta de trabajo, vivienda, seguridad, salud, educación, entre
otros servicios básicos esenciales para el grupo social.

En tal sentido, Combellas (1992) afirma que el Estado Social de


Derecho, es el Estado en la procura existencial, es el garante de la
satisfacción de las necesidades básicas para una vida digna,
independientemente de las formas y modos de su relación con la
economía, pero es imprescindible salvaguardar el rol del Estado como
última instancia de garantía de la ejecución de la procura existencial,
gracias a la protección y fomento de los derechos sociales y
económicos.

En efecto, se puede definir al Estado Social de Derecho como un


conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para
las relaciones entre las personas e instituciones, autorizando,
prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de
individuos e instituciones; siempre bajo la preeminencia del interés
social, los derechos humanos, la solidaridad y responsabilidad social, la
justicia y la equidad. Es así como, los derechos sociales han cobrado
una gran importancia en la organización social, política y jurídica actual,
los cuales se han venido conceptualizando como expectativas o
pretensiones de recursos o bienes dirigidos a satisfacer necesidades
básicas de las personas y cuya reivindicación debe interesar no sólo a
los miembros más vulnerables de la sociedad sino a todas las personas
en general.

Ahora bien, Molina (2006) señala que el Estado de Derecho es


necesario para la democracia y para el desarrollo económico, por
cuanto el Estado garantiza los derechos civiles y políticos de las
personas; en el orden económico, el Estado ofrece seguridad jurídica a
los inversionistas, pero se olvida este autor de la preeminencia del
interés social, los derechos humanos, la responsabilidad social y la
solidaridad como vías de alcanzar la Justicia, es por ello que el rol del
Estado como modelo social no sólo debe fundamentarse en orden de la
legalidad para regular la conducta social, sino que debe buscar como fin
la satisfacción de las necesidades básicas de la población en la procura
existencial de la calidad de vida que todos las personas como seres
humanos merecen, y todo ello se construye en un Estado Social de
Derecho, gracias a la protección y fomento de los derechos sociales y
económicos, como parte de todos los derechos humanos del hombre.

No se debe olvidar el que el modelo de estado denominado Estado


Social de Derecho, es el producto de múltiples luchas sociales que a lo
largo de la historia se han presentado; este modelo no representa un
cambio total ni un modelo totalmente nuevo sino se trata de una
variante de los modelos que hasta ahora venían siendo aplicados por
los Estados modernos, donde se institucionaliza la transferencia parcial
de derechos a favor de las clases desprotegidas en la búsqueda de
revertir las desigualdades existentes entre unos grupos sociales y otros,
en aras de mantener un equilibrio y resguardo de los derechos
humanos de todos.

En este sentido, Nikken (2006) señala que en la fijación de las fronteras


de los deberes del Estado en materia de derechos humanos, pasaron
por el reconocimiento previo de los derechos como inherentes a la
dignidad de la persona humana, nunca habrían quedado establecidos
sin las luchas sociales y las conmociones históricas que le han venido
devolviendo al ser humano el lugar que nunca debió dejar de ocupar
como sujeto axiológico ineludible frente al Estado.

Ahora bien, el Estado Social de Derecho tiene como valor fundamental


la Justicia, como presupuesto ético de la democracia que garantiza la
convivencia pacífica y armónica; en este sentido, el sistema judicial se
encuentra en la obligación de resolver los conflictos bajo el
reconocimiento de los derechos humanos y fundamentales que se
derivan de la naturaleza de la persona humana y que son inherentes a
la dignidad de las mismas, necesarios para su pleno desenvolvimiento
moral y material, aunque estos no se encuentren taxativamente
establecidos en la ley.

En consecuencia, bajo la premisa del Estado Social de Derecho y de


Justicia, un Juez puede resolver en Justicia, pero no necesariamente
tiene que ser en derecho. Este señalamiento nos demuestra que la
Justicia viene a ser la existencia de una pluralidad de personas, de
intereses, de situaciones jurídicas, cuyas relaciones recíprocas importa
poner en claro, comparar y conciliar; bajo este enfoque, la Justicia, es
pues, por esencia, la solución de conflictos.

Finalmente, se debe señalar que el fin último del Estado Social de


Derecho y de Justicia, tal y como lo señala la jurisprudencia analizada,
es la construcción de un Estado constitucional y democrático de
derecho donde la Constitución como norma fundamental sea el
instrumento que sirva para frenar la acumulación de poderes y propicie
un régimen legal donde sean respetados y tutelados tanto los derechos
humanos y fundamentales como las libertades individuales y los
derechos sociales; asimismo, se busque la transformación de la
realidad social, generando en todos sus habitantes sentido de
solidaridad y responsabilidad social en donde actúen activa y
responsablemente no sólo los poderes públicos sino también los
propios actores sociales y la sociedad civil organizada como garantes y
custodios del propio régimen implantado para lograr el llamado Estado
Social de Derecho y de Justicia.

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