El Teatro en Roma
El Teatro en Roma
El Teatro en Roma
Dramaturgos romanos
Plauto (255-189 a. C.)
Parece ser que de joven trabajó en una compañía de cómicos, donde aprendió la técnica
actoral y a dominar la escena, aspectos que destacan claramente en su obra. A par(r de 210 a.
C. alcanzó un gran éxito de público que le acompañó hasta su muerte. Se dedicó en exclusiva a la
comedia y todas sus obras son recreaciones de Menandro u otros autores de la comedia nueva
griega. Su originalidad reside en el modo ingenioso de pintar las situaciones y retratar los
personajes.
Sus argumentos giran en torno a situaciones sen(mentales y se basan en el enredo
constante. alimentado por la confusión, las triquiñuelas y el engaño. Sus personajes son (pos
sacados de la vida co(diana (los jóvenes enamorados, el esclavo, el viejo, el bobo...) que
aparecen ridiculizados, pues son víc(mas de una trama disparatada que les hace comportarse
como luná(cos.
El obje(vo de su teatro es diver(r y a ello supedita todos los componentes en las obras.
Lo lleva a cabo mediante una acción ágil y un diálogo chispeante. Empleó el lenguaje común que
corresponde a los personajes recreados y consiguió un alto grado de lirismo en el empleo de esa
lengua viva y dinámica. Es significa(va la influencia ejercida en el teatro posterior, pues sus
tramas y sus personajes “arque(po” servirán de fuente de inspiración a otros dramaturgos.
Sus comedias más conocidas son: Anphitruo, Asinaria, Aulularia, Bacchides, Cap8vi,
Casina, Curculio, Epiducus,, Menaechmi, Mercator, Miles glorioso, Mostellaria, Persa, Rudens.
Terencio (190 o 185-159 a. C)
Es dudosa la fecha de su nacimiento y la de su muerte, Dos hechos fundamentales
marcan su vida y obras era esclavo de origen africano y su señor le di una esmerada educación
antes de otorgarle la libertad; muere en plena juventud.
Es la muestra de un espíritu culto y moderado que no pretende tanto el éxito del público
como cumplir las expecta(vas del grupo de filósofos y poetas que lo rodea. En sus comedias
analiza las costumbres y los caracteres de los personajes y se vale del enredo para dar cauce a la
comicidad. Introduce en ellas un pormenorizado análisis de costumbres atenienses al modo de
Menando de la época helenís(ca. Conforma personajes de gran valor humano, dorados de
profondidad psicológica, bien perfilados en sus comportamientos y en sus relaciones familiares y
sociales.
Su teatro huye de la comicidad hilarante de Plauto para ofrecer un humor más refinado,
nunca cae en la vulgaridad, la grosería o la obscenidad. Su obra, de gran valía arLs(ca, destaca
por la elegancia de su es(lo y el uso exquisito de la lengua. Escribió seis obras: Andria, Hecyra,
Heauton8moroumenos, Eunuchus, Phormio, Adelphoe.
Séneca (4 a. C. al 65 d. C.)
Las tragedias que conservamos provienen de la época en la que el género había
desaparecido de la escena y su cul(vo parece más literario que teatral, dedicadas a la lectura y al
recitado.
Al igual que los anteriores, Séneca mezcla contenidos de diversas tragedias griegas para
componer sus obras. Toma como modelo principal a Eurípides, si bien su concepción escénica es
diferente, pues muestra cierto regusto por la truculencia que hubiera chocado con el espíritu
griego; sin embargo, posee especial habilidad en la descripción psicológica de los personajes. Su
es(lo es sentencioso y tendente al retoricismo. Es de destacar la gran influencia que su obra
tendrá en las tragedias de muchos dramaturgos posteriores, como es el caso de Shakespeare.
Nos han llegado ocho obras: Hércules Furens, Troades, Phoenissae, Medea, Phaedra,
Oedipus, Agamemnón, Thyestes y Hércules Oateus.
Locales y representación
Quizá lo más llama(vo de las representaciones teatrales venga de parte del público; los
autores se quejan de que es ruidoso, alborotador y poco entendido.
Al igual que sucedió en Grecia, los magníficos locales teatrales se construyeron en la
época en que las representaciones casi habían desaparecido. Se hicieron de madera en el siglo II
a. C. y hasta mediados del siglo I no tuvieron el primer teatro construido en piedra, el de
Pompeyo, que acogía hasta vein(siete mil espectadores. Se construyeron en altura con las
nuevas técnicas arquitectónicas.
La desaparición del coro hizo que el escenario aumentara el espacio en detrimento de la
orquesta, que se redujo mucho y adoptó forma semicircular. Se siguieron u(lizando máscaras y
ricas telas en el vestuario. No se toleraban defectos jsicos, fealdades o actores bajitos en
escena.