Entrevista A Argelia Melet, Revolucionaria Venezolana de Los Años Sesenta

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Entrevista a Argelia

Melet, revolucionaria
venezolana de los años
sesenta
Mauren Morillo / La Razón octubre 8, 2021

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Raúl Ochoa Cuenca

Esta que les presento, es una entrevista que realizó la periodista Mauren
Morillo del semanario La Razón al inicio del año 2004, a sólo cuatro años
desde que Chavez había tomado el poder. Esta entrevista nos
sorprende por su crudeza, que ofrece la doctora Argelia Melet, ex
esposa de Douglas Bravo, militante revolucionaria ella también desde su
juventud, como lo fue el ex guerrillero hoy fallecido a causa de este
nuevo flagelo llamado Covid 19.
Esta entrevista es de una clarividencia extraordinaria al presentarnos
aquel presente y el futuro en lo que se convertirían aquellos farsantes
que se hicieron pasar como venezolanos que luchaban, como lo
afirmaban por una Venezuela mejor. Bueno, 17 años después tenemos a
la vista la porquería en que convirtieron nuestra patria.

Ya en el 2004 la médico Argelia Melet nos decía que Chávez cuando


siendo oficial de nuestras fuerzas armadas militaba en el Partido de la
Revolución Venezolana (PRV-Ruptura) y participaba en actividades
proselitistas con ese partido bajo el seudónimo de Jose Antonio.
Es importante dejar claro que ni Argelia Melet ni Douglas Bravo, de
quien se dice que fue el maestro de marxismo y de teorías políticas
revolucionarias del muerto de Sabaneta, nunca participaron del gobierno
de Chávez. Esta pareja desde el inicio coincidió que Chavez y sus aliados
se habían convertido en muy poco tiempo en una banda de desalmados
delincuentes, quienes a toda prisa estaban convirtiendo a Venezuela en
algo diametralmente opuesto a lo que conversaban en las largas horas
que pasaron con el teniente coronel. Ya para finalizar esta nota
introductoria confieso que me impresionó la claridad de una definición
que da del poder ejercido por personas sin el debido carácter para
ejercerlo. Se refiere a Tarek W. Saab. Impresionante.

Chávez se dejó pervertir por el poder


Mauren Morillo S. / Semanario La Razón No. 476 del 22/02/04

Entrevistar a Argelia Melet fue una gran satisfacción profesional. Faltaría


espacio en esta página para intentar al menos resumir los sesenta y
cuatro años de la vida de esta luchadora social, profesional de la
medicina y ex esposa del ex comandante guerrillero Douglas Bravo,
con quien además compartió la clandestinidad y la militancia en
el Partido de la Revolución Venezolana (PRV-Ruptura).
Con su aguda, certera y ácida escritura ha atacado a la injusticia en el
país, a través de múltiples artículos en el desaparecido
periódico Ruptura, vocero del PRV. Ella es, además, médico siquiatra,
profesora de postgrado, dedicada en cuerpo y alma a asistir a las
mujeres con cáncer de mama, una mujer llena de historias, de
compromiso, de verdadero sentido revolucionario, de lucha. Conoció de
cerca al actual presidente Hugo Chávez, cuando éste siendo militar
activo se vinculó al PRV y participó en sus actividades políticas bajo el
seudónimo de «José Antonio».
LA LUCHA CONTRA PÉREZ JIMÉNEZ
«Comencé a estudiar medicina a los dieciséis años y me gradué a
los veintidós. Me recuerdan como una buena estudiante. Estudié
en colegio de monjas en el San José de Tarbes de Valencia. Nací
en el año 1940 en Canoabo, Carabobo, atendida por una
comadrona. Fue un parto larguísimo, según dijo mi mamá,
Duilia. Mi padre, Federico. ( Mi abuelo era anarquista, catalán,
vivió la guerra española. Mi mamá venezolana, hija de italianos.
Mi papá también venezolano, de origen catalán. Su origen
europeo marco su imagen muy criolla, pero alta, fuera de la
estatura común de la mujer venezolana, muy blanca y un porte
poco frecuente», recuerda Argelia Melet.
El dominio de varias idiomas, tales como el italiano, inglés, portugués,
francés y español, le permitió una mejor proyección de sus ideas y de
intercambio con el mundo.

– ¿Cómo conoció a Douglas Bravo?


– Douglas me lleva ocho años de edad, lo conocí en la época en que se
estaba fraguando la lucha contra Pérez Jiménez. Yo estudiaba
bachillerato. En esos momentos la gente que estaba metida en la lucha
contra la dictadura, buscaban ‘conchas’. Douglas llega así a mi casa
donde se guardaban papeles y hacían reuniones. Mi papá siempre fue
urredista, pero muy antigobierno, por lo menos contra Pérez Jiménez.
Era jovitero, como se decía en la época. Mi papá y mi mamá, aceptaron
que se reuniera en casa la Junta Patriótica y el comité de huelga. Se
hacían contactos telefónicos, se guardaban los papeles llamando a la
huelga insurreccional.
Luego agrega: «Douglas marcó mi vida. Tuvimos cuatro hijos. Él
llegó a mi casa siendo miembro del comité de huelga. Yo tenía
diecisiete años. Douglas estaba metido a fondo en el proceso de
esa época, trabajaba como obrero en la fábrica de cemento en
La Vega y él estaba allí organizando la huelga general contra
Pérez Jiménez».
YO ERA UNA JOVEN COMUNISTA
Narra Argelia que su papá también era actor principal dentro de ese
movimiento que derrocó a Pérez Jiménez: «Lo tumbamos, yo siento
que participé también en esa tumbada. Ese día me fue a buscar
un amigo, Jaime Pinto, y nos fuimos para la calle a pegar gritos y
a correr. Salió la ballena roja que marcaba a la gente. No me
acuerdo dónde me metí. Estaba estudiando bachillerato en el
Liceo Aplicación y llego al PCV (Partido Comunista de Venezuela)
con gran desagrado de mi papá. Ya era clandestina en mi propia
casa con las reuniones del PCV. Ingreso a ese partido, como la
mayoría de la gente en la efervescencia de esos momentos».
Argelia prosigue: «Freddy Cárquez estudiaba medicina y nos
conocía. A uno se le salía la clase de anti perezjimenista, de
luchadores. Freddy nos convoca un día a una reunión y nos dice:
‘Ustedes pertenecen a la juventud comunista’. Llego a ser
comunista casi por decreto. En un momento me sentí ‘soy
comunista’. Nos dijeron «vayan a vender Tribuna Popular, vayan
a los barrios y a las reuniones». La situación era absurda. Mi
papá me tenía muy controlada por ser una niña muy delicada y
muy decente, así argumentaban. No me dejaban ir sola a las
reuniones del PCV así que él me llevaba. Todavía hay amigos que
me recuerdan como una mujer delicada».
LA LUCHA CONTRA BETANCOURT
«Viene luego la revolución cubana en 1959. Me empato con
Douglas cerca de 1960 y me caso. Él venía de un matrimonio
anterior. Se estaba gestando la lucha contra el gobierno de
Rómulo Betancourt. Con la influencia de la revolución cubana
viene la ida para las montañas, se forman los focos guerrilleros.
La gente llegaba de las montañas, en Cuba y regresaban
triunfantes, victoriosos tomando el poder. Eran situaciones que
calaban mucho dentro de la juventud comunista, dentro del
partido comunista que en esos momentos era parte de la
guerrilla», afirma.
LA LUCHA ARMADA
-«En 1961 comenzó el frente guerrillero. En ese medio político,
subversivo, nace mi relación con Douglas. Me caso con una boda
horrible. A mi mamá le dio un ataque de nervios, no quería que
me casara. Mi padre no estaba de acuerdo y lo aguantó muy
estoicamente. Fue una boda civil nada más, no quería una boda
por la iglesia. Fue en mi casa, nos casamos y nos fuimos a
desayunar al «Cada» de Las Mercedes. Después nos fuimos a
Cuba en plena efervescencia cubana. No conocí a Fidel en esa
oportunidad, ni después cuando fui para la conferencia de
«OLAS» (Organización Latinoamericana de Solidaridad), porque a
Fidel no le dio la gana, no quiso conocerme a mí. En esos
momentos había cierta tensión entre la guerrilla venezolana. La
corriente de Douglas no fue nunca fidelista, en realidad, él
siempre dijo que la guerrilla era venezolana y no tenía que
aceptar imposiciones desde el punto de vista doctrinario, ni de
cómo hacer las cosas en el proceso venezolano».
FIDEL ES UN DICTADOR
Aclara Argelia, en relación al proceso cubano, que hubo una mala
interpretación de lo que fue. Al final de cuenta la victoria de los cubanos
se produce por el liderazgo que estaba representado por la guerrilla,
pero por la parte insurreccional que se produce en las ciudades de Cuba.
La interpretación que le da Fidel es la del foco guerrillero. El foco es el
que triunfa. Los cuatro gatos que estaban en la montaña, porque no eran
demasiados, llegan y son los héroes. Y todos esos héroes anónimos que
estaban metidos ahí y que participaron en la insurrección, que muchos
fueron fusilados después, esos se olvidaron.

– ¿Fidel es dictador?
– Sí. En Cuba hay un régimen absolutamente autoritario. No es lo
que yo siento dentro de mí como la justicia, la libertad, los
derechos de las personas. No es lo que yo quisiera para mi país,
ni lo que hubiera querido para Cuba. Es una copia del viejo
régimen estalinista que tantas críticas despertó en muchos
sectores de la intelectualidad europea y del mundo entero. Al
final ¿qué pasa? (no hablo con sentido doctrinario): al pueblo lo
sustituyen los comités del pueblo; al comité del pueblo lo
sustituye el Comité Central; al Comité Central lo sustituye el
buró político; al buró político lo sustituye el jefe único y al final,
tenemos una situación donde una persona decide el destino de
los demás. Todo lo que es discusión democrática, que es lo por
lo que supuestamente estábamos en eso, termina siendo
centralista y la democracia se olvidó.
MADRE Y LUCHADORA
– ¿Cómo logra realizarse como mujer, prepararse para ser
médico, madre, esposa e hija, en fin tantos roles al mismo
tiempo?
La sonrisa disminuye y habla: «Creo que no fui una buena madre. Espero
que mis hijos me lo hayan perdonado. Eran momentos de hacer
elecciones y creo que hice lo mejor. No puse a mis hijos a brincar de un
lado para otro. Preferí sacrificar mi amor de madre y darles un hogar
estable, el de mis padres. No andar brincando de un lado para otro con
mis cuatro muchachos, no hubieran tenido educación, ni estabilidad.
Habrían llegado a odiar no sólo a sus padres, sino aquello por lo que
estábamos luchando. Tenía que elegir entre ser una buena madre, pero
renunciar a todo lo demás, o sencillamente hacer lo que hice. Creo que
he sido una madre como debe ser, pero ya cuando mis hijos estaban
grandes. Ya no me necesitaban tanto. Sé que mis hijos sufrieron. Hay
una cosa que es propia mía, es el hecho de ser muy curiosa, bastante
estudiosa. Me empeño a profundidad, nada a medias. Sólo el papel de
mamá que lamento mucho. Creo que todavía le debo a mis hijos. Hemos
hechos las paces pero todavía salen cosas que me arrugan el
corazoncito.

– ¿En su formación política influyó Douglas Bravo?


-Douglas jugó un papel muy importante en mi vida, lo admiré mucho, lo
amé, asegura esta pisciana nacida el 24 febrero.

– ¿Volvería a vivir lo que vivió?


– Es muy difícil que uno no encuentre errores en lo que hizo antes. Yo no
era tan importante en ese proceso de la guerrilla pero sí lo habría sido
con aquello que tiene que ver con lo psicosocial, pero ese es el azar. No
estoy tan segura de que uno elige su vida, ni de los caminos que toma.
Uno es uno y sus circunstancias como decía Unamuno, y se aceptan.
Luego añade: «Fui religiosa, que es la disciplina. Siempre me
empato con las causas que tienen que ver con el ser humano».
CAP: UN ADVERSARIO CON AGALLAS
– ¿Qué significó para usted la clandestinidad?
– Algo nada fácil, sobre todo la limpieza personal, la relación con la
pareja, la familia y los hijos. Estuve clandestina desde la reunión
de «Olas» en Cuba, desde 1967 hasta 1975, cuando caí presa, en el
gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP).
– ¿Qué concepto tiene de CAP?
– Siempre he creído que él tiene agallas. Una cosa es tener un enemigo
político o personal, y otra es que uno no reconozca los valores que el
enemigo tiene. Hasta con los enemigos hay que ser leales. Una de las
cosas que no puedo perdonar con la situación actual es que hay
deslealtad con los amigos y con los enemigos, fui una leal enemiga
de CAP. Así eran las cosas, en el fondo había respeto del uno por el otro.
Fuimos leales enemigos, en campos opuestos, pero había un respeto por
ciertas cosas de la legalidad, de la institucionalidad, de la
constitucionalidad, a las cuales se atenía cada quien. Apelábamos a la
Constitución cuando se perseguía o se torturaba o se desaparecía a la
gente, y el gobierno tenía que responder a eso, porque había un
Congreso en el cual se debatían esas cosas…
– ¿Eso no existe ahora?
– Ha desaparecido bastante, ahora hay presos políticos en San
Cristóbal, en Mérida, que son negados por el gobierno. Hay un desatar
de la actividad de cuerpos policiales que no tienen una respuesta desde
el punto de vista de los derechos humanos, de los derechos establecidos
en la Constitución que le permita a uno decir que hay un estado de
derecho. No sé que pasó con la gente de Bejuma, ¿qué pasó con mi
hijo? (Federico Bravo Melet, asesinado por supuestos funcionarios
policiales en el año 2002). Afortunadamente hay unos fiscales que se
han comprometido a imputar a las personas que lo mataron. A mi hijo,
como a mucha gente y muchachos que han sido asesinados. Si aún eres
un delincuente, tienes derecho a juicio, aquí no veo donde están los
juicios a los corruptos.
EL PODER ES UNA ENFERMEDAD
Al referirse al tema de los derechos humanos, Argelia Melet reconoce
que «José Vicente (Rangel) defendió los derechos humanos en
nuestra época, pero mientras la defensa de los derechos
humanos no estén en manos de las ONG, no irán para ninguna
parte. Creo en las ONG, porque no están sujetas a los
dictámenes provenientes de alguien que descalifique a los
demás como traidores. Liliana Ortega (Cofavic) me merece
mucho respeto, ella tiene años defendiendo los derechos de la
gente».
– ¿Qué siente cuando sabe que algunos ex militantes del PRV-
Ruptura, forman parte de este gobierno?
– He escuchado cosas muy horrorosas. Algunos están millonarios y en
puestos claves. Pareciera que el único problema es acabar
con AD y COPEI ¿Qué revolución es esta?, ¿dónde están los principios?,
¿dónde está la democracia?, ¿dónde están los valores?, ¿dónde está el
respeto por el ser humano?
– El diputado Tarek William Saab fue defensor de los derechos
humanos e integrante del PRV-Ruptura
– Fue casi mi hijo putativo, se formó en Ruptura. A mi modo de ver el
poder es una enfermedad. Poder y dinero son los dos ingredientes
más perversos que existen en cualquier estructura humana. Si no eres
una persona que está preparada para enfrentar el poder, de manera
austera, despojada del narcisismo que te confiere el poder, de
la megalomanía que se te despierta. Tienes que ser una persona muy
sana para que el poder no te convierta en algo perverso.
Argelia continúa argumentando: «Lo que ha pasado aquí es una
perversión de seres humanos que tenían ya la semilla dentro
para convertirse en lo que hoy son. Personas que menosprecian
a lo que antes fueron. Se aprovechan de lo que están haciendo
para envilecer a quienes están a su alrededor. Tarek no fue
capaz, ni siquiera de llamar cuando mataron a mi hijo, ese es el
defensor de los derechos humanos. Yo le preguntaría a Tarek:
¿dónde quedaste tú?, ¿dónde está el Tarek de hace diez años?,
¿dónde está el muchacho humilde, candoroso? Frente al Tarek
de hoy, prepotente, defensor a ultranza del poder, sin ninguna
capacidad crítica. Cuando uno pierde eso, así sea miembro del
poder ya uno está enroscado dentro de esa maraña, ya te cuesta
trabajo salir, porque si vas a salirte te la van a cobrar. Es bueno
hacerse la autocrítica permanentemente de tu actuación en la
vida. A mucho de ellos se les olvidó que su vidas tienen que ser
una crítica de cada cosas que hacen, que no se es poseedor de la
verdad absoluta. Ellos ahora creen que no hay nada que haya
hecho mal, que los muertos son justificados que los robos están
justificados, que la delincuencia está justificada, que el robo
está justificado, sobre la bases que ahora estoy en el poder».
EL PRV EN EL PODER
Argelia Melet recuerda su época de dirigente del Partido de la
Revolución Venezolana (PRV), comandado por Douglas Bravo,
aparato armado, y con una cara legal que era Ruptura, un periódico
orientado a dar a conocer las fallas del sistema y fomentar valores y
concientizar sobre los derechos de los habitantes buscando una
revolución a la venezolana. En el comité central de esa organización
participó Alí Rodríguez Araque, actual presidente de PDVSA, quien
antes de llegar a la Causa R y el PPT fundó un partido
llamado ‘Tendencia Revolucionaria» (TS) que posteriormente se
fusionó brevemente con el grupo «Paso», integrado por disidentes
del MAS liderados por Tirso Pinto.
-«Alí Rodríguez, para mí, es mi amigo. No lo veo desde que lo
nombraron ministro. Es Alí quien debería decir si puede hablar
francamente como hace años. La gente con poder se vuelve
extraña».
– ¿ El PRV está en el poder o solo una parte de ellos?
– Alguien me confesó que el poder siempre es reaccionario.–
¿Qué hará frente a Chávez y su proceso?–
Seguiría haciendo lo mismo: trabajar en lo que creo que soy buena:
siquiatra. Trabajar a favor de los pacientes con cáncer; trabajar por los
derechos de las personas que en estos momentos están siendo
vulnerados porque no tienen medicamentos ni capacidad para costearse
un tratamiento. Igualito como Liliana Ortega está luchando por esas
personas, luchar dentro del espacio donde cada uno pueda.

-¿Hay salida?
– Sí. Si algo logró Chávez es que despertó conciencia en la gente. Antes
se pensaba que los partidos eran los responsables de lo que había
pasado. Ahora se piensa de otra manera. La gente se siente abrumada
por este espacio que ha ocupado Chávez: la Asamblea Nacional,
la Fiscalía General de la República, la Defensoría del Pueblo,
la Contraloría, Consejo Supremo Electoral, Tribunal Supremo de
Justicia. Nos está dejando arrinconados y tiene que haber una respuesta
frente a eso.
CULTO A LA PERSONALIDAD
-¿Hoy más que nunca hay adulantes medrando del poder?
-«El problema es que tal vez dentro de la estructura de la
personalidad de Chávez – analiza la psiquiatra Melet – lo que
existe es alguien que no podía resistir a lo que es la seducción
del poder, de la gloria, del jalabolismo universal, que se
presentó frente a él. Un hombre creado dentro de una estructura
militar, respondió como militar. Lamentablemente la izquierda
de este país que siempre abominó el culto de la personalidad a
partir de Stalin, se convirtió en el más devoto cultor de la
personalidad, a partir de Chávez. Es algo que no debería haber
pasado. La izquierda estaba vacunada contra el culto de la
personalidad, supuestamente, y a partir de Chávez se convierte
en la actitud del salvador y Chávez lo explota. Se niega la
existencia de las personas que marchan, los ignoran ¿Qué hacían
los soviéticos con los opositores?: lo mismo que los cubanos…
los declaran locos. En los procesos de Stalin hubo muchas
personas que fueron declaradas locas. ‘Tienes que estar loco
para no estar con algo tan maravilloso’, decían. Eso existió, el
estar locos, debes recibir un electroshock, debes ser reeducado.
A mí me aplicaron el electroshock pero, de verdad, eléctrico y
fue cuando estuve presa. Pero, no me declararon loca».
¿Psiquiátricamente cómo podría definir a Chávez?
– No creo que Chávez, actualmente, valore la opinión de la gente. Hay un
libro de Marañón que se llama Sicopatología del Poder, en donde
describe el proceso de cambio de una persona que llega a una posición
de poder y cambia su forma de pensar e interrelacionarse con los
demás. Hay que ser Gandhi, una humildad interior que no tiene Chávez
para asumirse, diferente a como él se está asumiendo. Como la espada
de Bolívar, como la diosa de la venganza.
– Cuando lo vi por la televisión diciendo el ‘por ahora’, me sentí
feliz y me dije ahí está «José Antonio», el joven militar que
participaba en nuestras reuniones y que conocíamos como «José
Antonio», qué maravilla. Chávez era «José Antonio», espero que
no haya sido por José Antonio Páez a quien él odia, aunque
algunos lo llamaban «José María».
-El Chávez que conocí como «José Antonio» lo veía fantaseando un
poco sobre lo que sería la toma del poder que era lo que se discutía,
sobre lo que iba a pasar en el país. Era una situación en donde los
principios de la democracia se habían pervertido. Por cierto, Chávez usó
como bandera la lucha contra la corrupción y no hay presos ni de la
Cuarta, ni de la Segunda, ni de la Quinta República, ni la de Guzmán
Blanco para acá.
– ¿Teme algún tipo de represalias?– Sí pero estoy clara que debemos
hacer algo como ciudadanos. Si mis palabras sirven para crear
conciencia en un pequeño grupo, entonces algo estamos haciendo. No
creo que el chavismo sea algo homogéneo, estoy segura que no lo es.
Tengo amigos dentro del MVR. Sé de gente que sigue a Chávez que está
pelando bolas, que no se ha corrompido, que no se ha convertido en un
corrupto más. Esa es la reserva. Creo en esa reserva de gente que
estuvo en un proceso de lucha en el cual predominaban los
ideales, era gente que no pensaba llegar al poder para lucrarse.

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