2007 5936 Psicu 14 E430
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Artículos
Nudo en la garganta: Narrativas de personal sanitario con atención a pacientes con COVID-19
Lump in the Throat: Narratives of Health Personnel Caring for Patients with COVID-19
Resumen
La salud mental del personal sanitario quedó afectada ante la sobrecarga derivada de la atención a pacientes
por COVID-19. Se entiende que no había conocimientos sobre la enfermedad ni sistemas laborales
preparados para atender la pandemia. La problemática de salud mental de un grupo de 8 profesionales de
enfermería (6 mujeres y 2 hombres), laborando en una institución de salud estatal, fue atendida a través de
un grupo de ayuda mutua creado como dispositivo de contención emocional. Se analiza la información co-
creada por el proceso grupal de 10 sesiones a través de las narrativas desde un enfoque relativista, con los
ejes temáticos del malestar emocional ante las incertidumbres y las agresiones; el deber ser y las disyuntivas
morales; el coraje impulsor ante la desorganización institucional, la sobrecarga emocional y la recuperación
de estrategias y recursos. Se discuten las implicaciones del proceso narrado por el grupo constituido como
una estrategia efectiva para la mejora en la salud mental de los participantes y la necesidad de tener
dispositivos virtuales ante necesidades o circunstancias como las detonadas por una pandemia, así como la
fortaleza del proceso grupal.
Autores
Ma. del Rocío Figueroa Varela
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0858-383X
Karen Eugenia Rangel Delgado
ORCID: https://orcid.org/0009-0007-8702-4222
Autor para correspondencia: Ma. del Rocío Figueroa Varela e-mail: [email protected]
ISSN: 2007-5936 Los contenidos de este artículo están bajo una licencia de Creative
Universidad de Sonora Commons Atribución No Comercial - Sin Obra Derivada 4.0 Internacional
Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0.
Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Abstract
The mental health for workers in healthcare was affected by the overload derived from care for COVID-19
patients. It is recognized that there was no knowledge about the disease or labor systems prepared to deal
with the pandemic. Mental health problems among of a group of eight nursing workers (6 women and 2
men) employed at a state health institution was addressed through a mutual help group created as an
emotional support network. The information co-created by the group across 10 sessions was analyzed
through narratives using a relativistic approach, with the thematic axes of emotional discomfort in the face
of uncertainties and aggressions; need to be and moral dilemmas; courage to overcome institutional
disorganization; emotional overload and the recovery of strategies and resources. The implications of the
process narrated by the group resulted in an effective strategy for improving the mental health of the
participants and the need to have virtual services to cope with needs or circumstances such as those triggered
by a pandemic as well as the strength of the group process are discussed.
Key words: narrative analysis, COVID-19, mutual aid groups, virtual service, nursing staff, mental
health
DOI https://doi.org/10.36793/psicumex.v14i1.430
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Psicumex
Introducción
La salud mental es un reto de salud pública. Se estima que más de un billón de personas en el mundo
sufren de un desorden mental. Esto cuesta alrededor de $2.5 trillones de dólares al año y se teme una brecha
más profunda en la atención, ya que, debido a la pandemia por COVID-19 surgida en 2020, se incrementó
la necesidad de soporte económico y el apoyo psicosocial necesario (The Lancet Global Health, 2020).
Una pandemia tiene muchas caras, pues si bien se puede comparar con desastres naturales, guerras u
otras circunstancias adversas para la humanidad, la diferencia estriba en que las otras emergencias son
localizadas, no tienen alcance mundial y las personas tienen algunos mecanismos para poder escapar o
sobrevivir, pues se reconoce al “enemigo” a enfrentar; en tanto que en una pandemia, como la de COVID-
19, enfermedad poco conocida en su momento y con un nivel de letalidad importante, implica la lucha contra
algo que está donde sea y es transmitida por personas que ni siquiera saben que tienen la enfermedad (Fiorillo
y Gorwood, 2020). Gavin et al. (2020) destacan que las medidas de distanciamiento social y de
confinamiento para detener una pandemia como la mencionada y que fueron implementadas mundialmente
en los países interfieren en la dinámica de todas las familias, de tal suerte que se disminuye la interacción
Ahora bien, en el caso de la enfermedad de COVID-19, esta ha sido atendida en centros sanitarios
donde trabajan personas susceptibles de enfermarse, contagiar a su familia y fallecer; esto genera estrés sobre
todo en los llamados profesionales de primera línea de atención, que están directamente atendiendo a
personas infectadas. En estudios con personal de enfermería sobre el estrés producido en algunas epidemias
intención de dar atención directa a pesar de los riesgos que se corren; sin embargo, también se encuentran
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Marco teórico
El quebranto a la salud mental es uno de los efectos directos de la epidemia por COVID-19, pues hay
afectaciones psicosociales (Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2020). Por ello, desde un inicio
se alertó sobre la atención a quienes podrían estar más afectados, considerando que el personal sanitario en
contacto directo con pacientes era susceptible de sufrir sobrecarga de estrés originado por laborar en centros
hospitalarios o sanitarios en donde no se contaba con los recursos o infraestructura, además del
desconocimiento inicial de la propia enfermedad en sus signos, síntomas, tratamiento o proceso de infección.
A esto se sumaba, atravesar por el duelo de perder colegas y el temor de enfermar a sus propios familiares,
así como el estigma de la sociedad en relación a su trabajo. Estos y otros aspectos les confrontaron a los
profesionales con el dilema moral entre dar sus servicios profesionales con óptima calidad o autoprotegerse
Además, Maben y Bridges (2020) comentan que no solo fue la problemática derivada de la atención
de los pacientes lo que afectaba la salud mental del personal sanitario, sino también, en el caso de las
enfermeras, se incrementó el volumen e intensidad del trabajo. Además, fue necesario aprender con rapidez
nuevos protocolos para atender a una enfermedad, que previos al COVID-19 se desconocían, todo lo cual se
adicionó a un estrés ya existente originado por ser un personal que puede ser ignorado o infravalorado
a pacientes con COVID-19. Por ello, el personal sanitario se conflictuó, sufrió estrés y malestar emocional,
como ansiedad, depresión, trastornos del sueño; especialmente, en el personal de enfermería que trabajaba
En México, se reportaron varios incidentes que dieron cuenta del estigma de cuidar pacientes con
físicas al personal de salud en diversas comunidades y contextos (Bedoya, 2020; Centro Estatal de Vigilancia
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Psicumex
Epidemiológica y Control de Enfermedades, 2020; García, 2020). Esto generó un foco rojo de atención ante
la violencia que puede afectar la salud mental de este personal, estimándose que además de crisis
emocionales, pudieron presentar otras problemáticas de corte psicosocial e incluso psicopatológico (OPS,
2020). Y también, hubo una alerta de que las mujeres, dado los roles estereotipados de género, tenían una
sobrecarga o vivieron violencia de género que impactó directamente en su salud (Manrique de Lara y Medina
Arellano, 2020).
Ante este panorama, se necesitan esfuerzos especiales de parte de los gobiernos para que, ante una
amenaza global como lo fue la pandemia de COVID-19, se establezcan medidas que generen confianza en
las instituciones, difusión de la información médica basada en hechos científicos y el apego a las medidas
establecidas para contener una pandemia (Sibley et al. 2020). No solo en los aspectos médico-biológicos,
Según algunos investigadores, para apoyar al personal sanitario, es necesario que la gobernanza se
enfoque en atender diversos tipos de necesidades: 1) básicas, en donde se apoye con transportación,
sistemas de conferencias continuas para disminuir miedo y ansiedad en la población, emociones detonantes
de agresiones; 3) apoyo psicosocial y de salud mental mediante redes de grupos de apoyo y estrategias de
manejos de crisis, dado que ante el desastre, las necesidades y reacciones son individuales y 4) flexibilidad
en los turnos y métodos de trabajo, especificando con claridad las cadenas de mando y las expectativas de
Ante las necesidades emergentes por la epidemia, los sistemas de salud iniciaron con diversas
estrategias. En China, Cheng et al. (2020) reportan un programa de apoyo de pares e intervención en crisis
para apoyar al personal de salud utilizando medios digitales. En estas actividades documentadas, informan
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
del alto valor del apoyo grupal por pares, al conformarse un grupo estable de profesionales de salud, los
cuales desarrollaron sentido de cohesión y apertura para implementar incluso nuevas estrategias de atención
en sus servicios. Esto concuerda con lo ya informado por Worrall et al. (2018) y Watson (2017) acerca de
que las intervenciones en personal sanitario a través de grupos de apoyo tienen múltiples beneficios, como
organización laboral, aun cuando sean en formato virtual las acciones implementadas.
En Japón, uno de los reportes sobre los dispositivos de atención de apoyo a la salud mental al
personal de enfermería durante la pandemia expuso que, ante un diagnóstico de riesgo de psicopatología en
psicológicos, resultando en una disminución de las preocupaciones de este personal y del estrés físico y
mental. Además, resaltó la necesidad sentida por el personal de comunicarse en forma asertiva con pacientes
a través de sus equipos de protección (Kameno et al. 2021). En otras latitudes como Egipto, ante estas
necesidades de apoyo para los trabajadores de salud, se establecieron programas como el de primeros
auxilios psicológicos, en donde se reportaron efectos positivos para afrontar el estrés, así como para
donde se ofrecían lineamientos para ofrecer contención emocional y disminuir el estigma social, el apoyo de
pares y estrategias de autocuidado, así como de manejo de emociones, todo esto asesorado por expertos en
salud mental (Blake et al. 2020). Por otro lado, se hicieron profusión de campañas informáticas en donde se
ofrecían sugerencias para manejar el distrés y fomentar la resiliencia, basadas, por lo general, en diversos
estudios previos de los efectos del estrés en la salud mental durante pandemias, así como de los aspectos a
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Psicumex
considerar para manejar los dilemas morales que pudieran suscitarse durante y posterior al manejo de
En Estados Unidos de América se implementaron dispositivos, como el realizado por Walton (2020),
en donde se intervenía con sesiones psicoeducativas para identificar malestar emocional y estrategias para
afrontarlo enfatizando el apoyo entre el mismo equipo de trabajo. En otro estado de esa nación, se reportó el
establecimiento de un dispositivo multinivel que iba desde un cribado de tipo anónimo hasta llegar al
otorgamiento de servicios de atención especializada, tanto al personal necesitado de ello como a sus
familiares, dando cuenta de los esfuerzos inter e intrainstitucionales para apoyar la salud mental del personal
Finalmente, en una revisión sistemática realizada por Maben y Bridges (2020), se comenta que, por
el contrario, en muchas ocasiones, a pesar de tener servicios de apoyo psicosocial, el personal sanitario no
acudía a ellos e incluso rechazaba el apoyo ofrecido, reportando que no necesitaban de servicios
psicológicos, aun cuando indicaran sufrir malestar psicosocial, identificando que les inquietaba más la salud
de sus familiares, así como la preocupación que les originaba su trabajo, dado el riesgo de infección.
Consideraban como medidas para mejorar su salud mental el descansar más, tener equipo de protección
adecuado y capacitación para manejar la ansiedad y el pánico experimentado en la atención de los pacientes.
En México, en el estudio de Robles et al. (2020) sobre los problemas de salud mental en trabajadores
de salud, se encontró que las enfermeras tenían un alto riesgo de burnout y de ansiedad somatizada, pero en
salud mental. Además, informaron de algunas estrategias desarrolladas para apoyar su trabajo, tales como la
creación de videos de apoyo para atender a pacientes hostiles o agitados, así como del uso y manejo del
equipo de protección. Si bien se reportan estrategias de telepsicología para atención en duelo, fue para la
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
población mexicana en general y no específicamente para personal de salud, por ejemplo, la aplicación de
En otro estudio realizado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, se señala que el personal de enfermería
presentó niveles de miedo al COVID más altos que otras categorías de personal de salud, entendiéndose este
miedo por ser trabajadoras de primera línea de interacción con los pacientes, y por la asignación a otras
actividades derivadas de su profesión (García-Reyna et al. 2020). Al respecto, Cárdenas (2020) narra la
experiencia de ser enfermera en un centro sanitario público, recalca que, dado lo intempestivo y desconocido
de la pandemia, ocasionó que se les pusiera a dar atención sin tener la suficiente preparación o capacitación,
sin equipo necesario y en un inicio, se tuvieron que organizar en forma grupal para adquirir y transmitirse
en forma informal los saberes adquiridos, tanto en la atención a pacientes como en la protección para sí
mismas y sus familias. Considera que lo más desgastante fue observar la incertidumbre, ansiedad y miedo
de los pacientes; todo ello propició un cansancio y desgaste, incluso de sus relaciones familiares, optando
por la desensibilización como una forma de defensa ante un escenario de muertes continuas.
El sistema de salud mexicano, al estar fragmentado, sigue las directrices normativas emitidas por la
Secretaría de Salud, pero en relación con el personal, cada institución tiene un sistema específico de
contratación y manejo. Por ello, algunas instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
crearon estrategias de estímulos y cobertura específicos para paliar la sobrecarga de la atención a pacientes
con COVID-19 (IMSS, 2020). Si bien se realizó una jornada conjunta por varias instituciones de salud para
dotar de personal de enfermería y médico (Gobierno de México, 2020), y se ofrecieron empleos de tipo
temporal para este gremio, no se unificaron criterios para la organización y administración de personal.
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Psicumex
Dado los antecedentes descritos, y conforme avanzaba la epidemia en nuestro país, surgió la
necesidad de apoyo para la salud mental en trabajadores en un centro sanitario de Tepic, Nayarit; era un
grupo de personal solicitante de asesoría en forma continua para resolver su problemática a través de redes
informales. Estas solicitudes de apoyo dieron paso a la integración de un grupo que fungió como soporte
psicoemocional y contención emocional. Por lo tanto, surgieron una serie de cuestionamientos que dieron
origen a este trabajo: ¿Qué acciones se han implementado para la atención a la salud mental del personal de
enfermería que está en primera línea en atención a pacientes con COVID-19?, ¿Cómo están viviendo sus
contextos laborales, familiares y personales ante una epidemia que origina situaciones críticas de estrés?
Por lo tanto, se planteó el objetivo de describir el proyecto desarrollado como un grupo de apoyo para
personal de enfermería facilitado por profesionales de la salud mental, y, a través de la recuperación de sus
narrativas, describir las experiencias vividas como personal de primera línea en la atención a pacientes con
COVID-19.
Ya que en una pandemia es indispensable resolver la atención a la población enferma, es común que
se olviden las necesidades de atención a la salud mental de los proveedores y trabajadores de la salud. Por
ello, es indispensable aportar sobre los dispositivos implementados como respuesta ante un efecto colateral
de la pandemia, como son las afectaciones a la salud mental; y según lo indagado, esta fue la única estrategia
sistematizada de corte grupal y virtual realizada en nuestro contexto institucional estatal. La información
derivada de esta experiencia puede impactar en la mejora de los diseños de intervención telepsicológica, la
administración de personal ante situaciones de crisis futuras y los programas de difusión de información
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Metodología
Diseño de investigación
emergente, por lo tanto, no se hizo previamente un diseño de investigación como tal, sino que, al tener acceso
mismo. Por ello, se detalla a continuación cómo se organizó e implementó este dispositivo de apoyo y,
Infraestructura y organización. Para este proyecto se solicitó el apoyo de una psicoterapeuta experimentada
en la facilitación de grupos de apoyo. Además, se integró a una psicóloga que laboraba en la institución de
la que dependía el centro hospitalario público con atención a pacientes con COVID-19. Ella fungió
inicialmente como puente para difundir la apertura del grupo y en las sesiones era cofacilitadora del grupo.
Ambas contaban con entrenamiento específico en tanatología, intervención en crisis y primeros auxilios
psicológicos. Las sesiones se organizaron a través de una plataforma virtual de forma semanal, con una hora
y media de duración.
Formación de grupo. El dispositivo fue creado inicialmente como medio de contención emocional. Un
grupo de trabajadores tuvo la iniciativa de solicitar apoyo a las autoridades institucionales, al iniciar a trabajar
en el servicio COVID y que les implicaba gran malestar emocional, por lo que se contactó con las
investigadoras para crear un programa de apoyo. El personal sanitario fue invitado en forma personal a través
apertura de las sesiones grupales y se les enviaba por dicho medio la información para la integración en la
plataforma virtual de las charlas psicoeducativas de manejo del estrés. Integrar al grupo fue uno de los
problemas que se presentó, dado que si bien inició la invitación con sesiones iniciales de psicoeducación, al
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Psicumex
finalizar este evento, se ofrecía la posibilidad de integrarse al grupo de apoyo, pero había reticencias propias
para integrarse, coincidiendo con lo reportado por Cheng et al. (2020); dado que consideraban el solicitar
apoyo como propio de personas débiles y comentaban cosas como “yo puedo sola”. O bien, desconfiaban de
las personas en un primer acercamiento, tomando la idea cultural de “no tengo por qué estar platicando lo
que me sucede con gente que no conozco”. Así también, aducían argumentos sobre la sobrecarga laboral
percibida, y cómo las sesiones eran en tiempo fuera de su horario de trabajo, por lo que preferían descansar
Estrategias de integración y facilitación del grupo. La cofacilitadora enviaba mensajes semanales al grupo
para recordar la sesión, enviando los datos para la sesión de acceso. Se utilizaron estrategias de integración
grupal en forma inicial, y se siguió el Protocolo para el Desahogo Psicoemocional propuesto por Arumir
(2009). También se incluyó la propuesta de Álvarez et al. (2020), en donde se consideran, principalmente,
las técnicas de primeros auxilios psicológicos, intervención en crisis, debriefing y defusing, así como algunos
sobre temáticas de autocuidado y mindfulness. El manejo del grupo en lo general se basó en los lineamientos
para el establecimiento y operación de un grupo de ayuda mutua de tipo abierto, utilizando las herramientas
principales de escucha activa, empatía y validación. Se propició que, a través del grupo, se establecieran o
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado [ISSSTE], 2008; Secretaría de Salud, 2016; Self Help
Alliance, 2013; World Bank Group, 2020). La sesión se desarrollaba inicialmente con una temática
específica de acuerdo con los intereses planeados previamente o con técnicas de gestión emocional; paso
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
seguido, se hacían las retroalimentaciones a las técnicas y al proceso que se estaba viviendo, estableciendo
acuerdos y compromisos a nivel personal y grupal como despedida para finalizar la sesión.
La facilitadora y cofacilitadora del grupo tenían reuniones fuera de la sesión, en las cuales trabajaban
en conjunto para compartir experiencias, hacer ajustes en la dinámica del trabajo según las necesidades
vertidas por el grupo, y para el intercambio de material bibliográfico. En caso necesario, según la necesidad
percibida por integrantes del grupo, acudían con la cofacilitadora para asesoría individual mediante llamada
telefónica.
Participantes
mujeres), mismas que continuaron regularmente en forma semanal, si bien la intervención grupal fluctuó
entre 5 a 8 personas por sesión durante las 10 sesiones que se reportan, en el periodo del 4 de junio al 17 de
septiembre 2020. El grupo dejó de tener sesiones semanales en el mes de diciembre de 2020, pero aún
continuaron con sesiones solicitadas según sus necesidades. Todas las personas eran profesionales de
enfermería y en forma usual estaban asignadas al servicio de urgencias o terapia intensiva en diferentes
turnos y al inicio de la pandemia se les pidió que se integraran al servicio COVID abierto para atender a
población infectada. Contaban con estudios de licenciatura en enfermería y un rango de antigüedad entre 8
a 20 años de experiencia. Una de ellas tenía especialidad en urgencias y otra en administración en servicios
de salud. Todas las personas estaban casadas y con hijos. Dos de ellas eran jefas de servicio.
Herramienta metodológica
Para tener el contexto de estas narrativas, según los reportes de Gobierno del Estado de Nayarit
(2021), estas sucedieron en el periodo de la primera ola de la pandemia, cuando tuvo su crecimiento mayor
en casos activos y se reiniciaba la apertura de algunas actividades después de haberse decretado el cierre de
todas las no esenciales por dos semanas en el mes de abril (Cancino, 2020). Estas narrativas se obtuvieron
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Psicumex
de las sesiones virtuales que fueron grabadas a través de la plataforma en que se desarrollaron después de
cada sesión se hacía énfasis en que dieran el consentimiento para la grabación. Durante la transcripción se
tomaron notas sobre los elementos que surgían en la participación tanto del grupo como por las facilitadoras.
La información después fue analizada por la investigadora principal y se envió a la coautora para validación
Al ir recuperando las grabaciones de las sesiones se decidió hacer un análisis de esta intervención,
iniciando un estudio cualitativo desde la estrategia de observación participante (Vitorelli et al. 2014) y el
enfoque epistémico de las narrativas relativistas, en donde se entiende la no existencia de una realidad social
independiente del sujeto que intenta acceder a ella, sino que es múltiple; por ende, el significado no se ubica
en la mente individual, sino en las relaciones que lo crean (Domínguez de la Ossa y Herrera González, 2013).
Desde el sentido construccionista de las narrativas, derivado de este posicionamiento epistémico relativista,
se entiende que los relatos de las vivencias encuentran la posibilidad de afrontar y superar adversidades o
configurar valoraciones e identidades (Walsh, 2004, citado en Domínguez de la Ossa y Herrera González,
2013).
positivistas, en virtud de que no se consideró de inicio más que la atención emergente sin evaluación del
impacto. Sin embargo, de inmediato se manifestó la riqueza de la información vertida en el grupo formado,
la cual podía dar respuesta a cuestiones más profundas que solo una contención emocional o una
psicoeducación.
través de representaciones, coincidencias y divergencias, con los cuales se conformaron los ejes temáticos,
recuperando las viñetas representativas, así como las notas de las bitácoras levantadas al hacer las
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
transcripciones de las sesiones. Así, los ejes temáticos fueron apareciendo en los relatos de las experiencias
compartidas. Se utilizaron cuadros de doble entrada en el programa Word, en donde se colocaban las viñetas
representativas de las categorías. Al finalizar, los ejes temáticos fueron nombrados como: 1) malestar
emocional ante incertidumbre y agresiones; 2) entre el deber ser y las disyuntivas morales; 3) el coraje
impulsor ante las carencias de recursos que les lleva a la organización gremial ante la desorganización
estrategias y recursos.
En los resultados no se identifican quienes vertieron los comentarios, puesto que al ser expresados
dejan de ser narrativas personales para ser asumidas por el grupo, asintiendo o aclarando las narraciones
desde su propia vivencia, de allí la riqueza de la técnica utilizada, que lleva a una co-creación de narrativas
en donde se dan nuevos significados a las experiencias (Payne, 2010). Con el fin de identificar la fiabilidad
y validez del análisis realizado se solicitó a dos integrantes del grupo de apoyo que leyeran los análisis e
interpretación de las transcripciones de las sesiones; mismas personas que identificaron e incluso aportaron
Resultados
En la Figura 1 se puede revisar en forma esquemática la emergencia de las categorías de análisis de
las narrativas recapturadas de las grabaciones. Posteriormente, de acuerdo con las categorías descritas, se
realiza el análisis. Cabe señalar que en las transcripciones se respetó el lenguaje de las personas, por ello se
podrá revisar que se utiliza el genérico masculino en la mayoría de las viñetas, aun cuando la mayoría de las
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Psicumex
Figura 1
solicitaron asesoría al expresar sobrecarga emocional ante la reciente apertura del servicio de atención a
pacientes con COVID-19 y, que estaban dispuestos a participar en el grupo de apoyo mutuo. Desde el inicio
de la sesión, el grupo manifestó un número importante de síntomas, como tener trastornos del sueño,
síntomas de estrés: “soy incapaz de controlar las preocupaciones”, “trabajo bajo presión porque tenemos
pacientes graves”; “siento que tengo dificultades para sentir afecto”; “…. para recordar los casos, no me
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Sabían y conocían que hay profusión de información sobre el COVID-19, pero ellas y ellos evitaban
hasta la información oficial, “no veo ni leo nada, todo hace que el miedo se haga más grande”. En todo el
grupo se expresó el miedo al contagio y, más que a ellos, a transportar el virus a sus casas y familiares. En
todo el grupo coincidieron en sentir que están laborando “con un nudo en la garganta”, mismo que no se
deshace al salir de su centro de trabajo, sino que los acompaña en su vida familiar, incluso se traduce en
pesadillas constantes.
No conocer la enfermedad les enfrentó a una situación de alto estrés, cargado de angustia y miedo
que les atenazaba desde que se les informaba que tendrían que acudir al servicio de COVID-19, lo cual
implicaba afrontar una situación no solo de riesgo, sino de nuevos procedimientos y protocolos que incluían
una nueva vestimenta: “me voy para atrás” (cuando le informan del servicio, aludiendo a recibir una
impresión desagradable) y “le doy vueltas de cómo voy a actuar”; “Cuando … me iba a bajar a COVID sentí
mariposas en el estómago; estrés y miedo”; “no sabía ni cómo vestirme” (uso del equipo de protección al
entrar el servicio); “se necesita el apoyo de otros para vestirte… porque eso de no saber cómo cambiarte,
Ahora bien, fueron relevantes las temáticas de las agresiones sufridas, esto lo vivían con dolor e
impotencia, ya que relataron varios incidentes de discriminación por parte de la población, sobre todo,
cuando portaban el uniforme que les ubicaban como personal de enfermería. Incluso sufrieron de
discriminación por trabajadores de su mismo centro de trabajo al ser “personal COVID”; sin embargo, lo
que les causó más dolor fue cuando sus familiares también recibían estas agresiones por ser parientes de
personal sanitarista:
“Yo he sufrido una agresión, una agresión que me partió el alma… a mis hijos… mi
unos vecinos más pequeños nos gritaron: mi papi y mi mami no nos dejan jugar con
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Psicumex
ustedes porque son hijos de una enfermera y las enfermeras tienen COVID y los va a
“Salimos cansadas, agotadas y sí, con la marca en la cara [debido al uso de goggles o
gafas de seguridad], siento feo que la gente te vea como algo feo, que se quiten a tu
paso”;
“que nos discriminen incluso aquí en tu centro de trabajo porque nos dijeron ustedes
no pueden entrar a este baño porque vienen contaminadas… y nos teníamos que
en nosotras”.
El grupo compartió su preocupación por que el virus les enfrentaba a lo desconocido, una nueva
desmoralizadas/os, agotadas/os, y consideraban no estar ofreciendo un servicio con la calidad que ellas y
ellos creían debería darse. Esto les confrontó con su ethos profesional, del cual habían sentido orgullo, sobre
todo indicaron la necesidad de seguir protocolos para disminuir los eventos adversos en donde se
comprometía la evolución de cada paciente. Aunado a esto, se sobrecogían porque no se podía atender a la
totalidad de pacientes, les dolía que hubiera fuera de este servicio personas que, desde su perspectiva,
necesitaran instrumentos médicos como los respiradores, pero a los cuales no se podía acceder por la
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Asimismo, no sabían cómo apoyar a las y los pacientes, de los cuales percibían también su miedo,
profesional. Por otro lado, deseaban apoyar el servicio, dado que revisaban las grandes necesidades de
personal calificado ante la contratación de personal novel. No obstante, también reconocían que estar en un
servicio de COVID era extenuante; por consiguiente, el cambio en la organización de turnos de trabajo les
conflictuaba ante la disonancia de desear seguir en el servicio, o bien, solicitar, como muchos otros
Un tema muy confrontativo emocionalmente fue encontrar en los servicios de salud a familiares de
las personas internadas, de tal forma que podían estar presentes al momento de su muerte (p.ej. entre
progenitores e hijas/os) y no sabían cómo manejar las emociones de las pérdidas en estas personas. Todos
“Extraño estar en la trinchera [en el servicio COVID] …, me hace falta estar allá
puedo nombrar, enclaustrada”; “Soy como una extraña ante ellos [los pacientes]
tocarlos, sentir su piel. Porque lo tocamos con un bonche de guantes”; “yo hacía
otra forma de hacer mi trabajo y comunicarme con los pacientes”; “ toda una
hacer bien los procedimientos, tomar presión y demás, les decimos a los pacientes
no tenga miedo, no va a pasar nada, pero ellos dicen: si, pues sálgase de allí de ese
trajecito”; “porque ellos mueren de miedo”, “el miedo de los pacientes se siente y
eso hace que se pongan peor”; “Cuando bajé fue muy horrible, no estaba
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Psicumex
sentirme mal, me caía el sudor en mis ojos y fue algo muy muy feo, entonces me
calmé para seguir. Pero esto es triste”; “es muy feo cuando llegan esposos o padres
e hijos al servicio y uno se muere y allí están viendo”; “el otro día se murió el
En las sesiones era común la referencia de identificar lo que llamaron desorganización institucional.
Esto es, consideraban a la institución como sorprendida por la pandemia, de tal suerte que sus recursos e
infraestructura fueron reordenados, pero con una carencia de planeación e instrumentación de estrategias
eficaces. Afirmaron que tuvieron que comprar complementos a los equipos proporcionados en el trabajo,
con el fin de preservar su salud. Según comentaron, también se contrató personal, mismo que generó
fricciones al interior del gremio de enfermería, dada la diferencia de sus horarios laborales y su
remuneración, pero más aún, se hacía referencia a que las autoridades no habían realizado los elementos
mínimos de capacitación para la atención a población con una enfermedad de alto riesgo de infecto-
contagiosidad, ni para el personal ya laborando, ni mucho menos para las nuevas contrataciones.
Otra fuente de conflicto fue la relación con sus autoridades inmediatas, percibidas como lejanas de
la problemática que vivían. Expresaron discrepancias en el servicio con el personal médico, pues
consideraban que no había el mismo involucramiento en la atención de las necesidades de los pacientes como
lo hacía el personal de enfermería. Además, se hizo patente la carencia de recursos, y si bien entendían su
del servicio.
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Ante el caos vivido, poco a poco empezaron a organizarse, por ejemplo en la colaboración entre pares
para adquirir las habilidades y poder utilizar los trajes de protección personal. También relataron el tutelaje
al nuevo personal contratado. Quienes tenían experiencia previa de estar en servicios de cuidados intensivos
protección suficiente se organizaron y lograron establecer una gestión de sus planteamientos gremiales,
logrando mejorar algunos aspectos de la organización del servicio en lo general. Todo ello se revela en las
siguientes aportaciones:
“Porque queremos ayudar a los que están adentro … no nos rajamos. A veces nos
tiramos (peleamos) pero ahora nos apoyamos porque estamos solos”; “Los chicos
[Término que utilizan para indicar la infección por el virus COVID-19] qué voy a
ellas y ellas se desahogan y me hacen sentir mal, porque me doy cuenta que están
acercar a los pacientes, el overol me quedó chiquito, los guantes solo traigo un par.
pues solo le digo cómo van [los pacientes] pero a pesar de eso, yo me quiero quedar
allí con los pacientes.”; “Alguien tiene que hacer el trabajo…. tengo que enfrentarlo
así. Por eso yo me compré mi equipo, mi esposo incluso me ayudó a comprar todo,
para más protección”, “a veces estamos con más pacientes de los que deben estar
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Psicumex
allí en el área. ..entonces se recarga todo”; “El servicio sigue como flotando en la
cambios , …, los médicos incluso se quejaron de que las chicas no están capacitadas
las chicas han aprendido, han avanzado eso es lo bueno… ellas dicen que se sienten
reforzadas cuando entramos nosotras, que saben que les vamos a estar diciendo”;
pero no se voltea a ver las necesidades del servicio COVID”; “No es justo que los
pacientes estén llevando eso, de un servicio a otro tengo una paciente que está bien
notas y en unas notas decía, que tenía tal cosa y tenía un medicamento y no hay
médico piensa que sí se le ha puesto”; “Es algo incongruente la forma en que nos
entonces yo apoyo a las muchachas que se tienen que quedar, porque es imposible
quejas, nos organizamos y logramos que nos escucharan”; “Pero esta semana fue
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
de atacar sino para compartir lo que vivimos y sobre todo que se enteren que somos
un personal que estamos allí y que estaremos si se necesita… pero que también
los fregadazos fuertes allí vamos a estar también”; “La jefa fue muy accesible, le
nosotras, y eso me hizo bien, liberé lo que traía, por eso estas guardias han estado
bien. No importa…que esté pesadito el trabajo este día, sino que nos sentimos
El grupo de participantes informó durante todas las sesiones la compañía permanente del miedo,
manifestado en que sentían un nudo en la garganta, el cual era el común denominador ante la situación, ya
sea por la empatía hacia sus pacientes atendidos, al enterarse de la carencia de recursos que les confrontaba
en la toma de decisiones para su servicio, cuando sus compañeras y compañeros se infectaban por COVID
o incluso por no poder asistir a sus propios familiares cuando enfermaban. Asimismo, señalaban la
desesperación y desilusión cuando necesitaron de la prueba de COVID por tener síntomas, negándoseles ya
sea a ellas o sus familiares. Esto les hacía desconfiar más en la propia información institucional, pues no
entendían cómo es que se tuviera un doble discurso, en donde se les reconocía al exterior como héroes o
heroínas, pero en el trabajo cotidiano no les apoyaban para tener certeza de su probable infección. Cabe
mencionar que en el proceso tres personas fueron infectadas; ninguna de ellas tuvo síntomas graves, pero
comentaron, en lo general, que el proceso más difícil fue el distanciamiento físico con la familia como
medida de seguridad. Informaron sentirse aislados y con gran incertidumbre sobre las secuelas o afectaciones
por la enfermedad.
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Psicumex
En relación con su familia y los roles que tenían por cumplir, comentaron sentirse con sobrecarga;
los hombres por la fachada de fortaleza que deberían de tener ante su familia, y las mujeres por la tensión de
también ser docentes (de los hijos en casa, derivado del proceso de atención a clases virtuales) y cuidadoras
del hogar y de las familias con restricción de movilidad por las medidas de cierre de algunos negocios. Esto
les generaba incertidumbre e insatisfacción con el rol de cuidado del hogar y de la vida según sus estándares.
“Yo sí tengo miedo a contagiarme, pero más a traerlo a la familia, afectar a los
que amas”; “A veces tenemos pacientes que tienen mucho tiempo allí [área
COVID] pero se cansan, ya no quieren nada, quieren ya mejor morir, muchos días
nudo en la garganta. Porque dicen ya mejor déjeme y ella (una paciente) recibe
muchas cartas de familiares todos los días, y se las leo con un nudo en la garganta”;
“Como que no quieren que se sepa que el personal de salud se está contagiando”;
“Siento impotencia…de favor pedir o suplicar por una prueba”, “eso es…qué
gacho, o sea tú vas como compañera y más porque somos pocos los que entramos
a covid de base, no te mereces ni una prueba”; “El sí estaba muy triste [participante
del grupo que enfermó por COVID] … y estaba muy ansioso, decepcionado”
“Yo como hombre siempre digo [ante la pregunta] ¿cómo te fue? bien, bien,
aunque me esté llevando la fregada, porque tengo a mis hijos … Trato de hacerme
fuerte” “y solo pido que no se enferme mi familia, y que proteja a todos lo que
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
sustento”; “La familia, nos necesitan ver bien”; “Es bien raro que mi esposo haga
las tareas con los niños, sí me ayuda, pero la mayor parte la hago yo, las tareas, es
muy presionante”; “para mí es una semana difícil, yo cumplo varios roles”; “Sin
querer piensas en ellos antes que en nosotras mismos” … “Es muy desgastante,
salgo agotada del área. Y luego están los hijos, el esposo, las otras cosas y eso
pues bueno … no, no se adapta uno a esas situaciones, pero pues tiene uno que
pesar de eso lo que me digo es que lo que hice es con muchas ganas, con mucho
valor”.
Se fue desarrollando el proceso de ayuda grupal, pasando por sesiones de expresión emocional
intensa, de enojo hacia lo percibido como desorganización institucional, miedo y preocupación tanto por
ellos como por sus familiares, indicios de burnout especialmente ante situaciones de alto impacto emocional
por los fallecimientos múltiples y carencia de recursos. Después se realizó una dinámica grupal en donde se
inició la aceptación y esperanza de que llegara a un término la pandemia. Ahí se observó una disminución
de los síntomas físicos y mentales, de tal forma que se mitigaron los trastornos del sueño, ansiedad e
irritabilidad. Se encontró una fortaleza en su unión gremial, así como en la conformación de estrategias
grupales para afrontar en forma más asertiva una sobrecarga laboral con tantos impactos, y crear una red de
capacitación en donde podían dar más cuenta de los eventos centinela (Zárate-Grajales et al. 2017). Además,
entendieron cuáles eran los recursos para afrontar estas situaciones, encontrando apoyo en su familia y
creencias religiosas. Adicionalmente, se encontró la cohesión grupal de tal forma que podían sentir respaldo
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Psicumex
para hacer sugerencias y cambios en los servicios que antes no se hubieran atrevido a realizar. Lo anterior
“Conforta saber que sentimos lo mismo, sabemos ahora que es normal lo que
estamos sintiendo y eso me hace sentir que tengo un equipo que me apoya, sus
veía aquí” “yo con otras tres terapias [asistencia previa a consulta de psicología],
pues les decía mentiritas y luego dejaba de ir”; “ahora siento mucho mejor, me
me cerró el mundo pero cuando mi amiga (asistente al grupo) me dijo “ese mundo
ayudó mucho” (durante el confinamiento)”; “La aceptación tiene que ver con la
adaptación”; “del pánico que teníamos, [ya entendemos que] es una realidad
ahora, y hay que adaptarnos”; “hay que acostumbrarnos a los nuevos cambios”;
“Ahora pienso que…, es una prueba de vida”; “Me siento capaz de resolver esto,
… soy fortalecida y yo soy muy creyente y Dios es quien hace que saque
“Yo me acuerdo de mi Dios, pero no profeso una religión…. Y eso que yo creo
que están en esas áreas, eso es muy intenso lo que se vive allí, no se puede ni
describir. Y yo creo que los que están allí si creen en Dios están piense y piense
en lo que creen y tratan de asirse a eso…”; “Con que nosotros sepamos que
estamos haciendo las cosas bien, hay que abrazarnos nosotros mismos”; “Y
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
“Deberíamos hacer un protocolo para el personal que tiene temor de trabajar con
estando y con el grupo pues aprendo que voy a buscar a alguien que nos apoye. El
reconozco el temor que tenía porque sigue allí, he aprendido que igual el miedo a
Discusión
La pandemia de COVID-19 fue un evento de alto impacto a nivel mundial, afectando incluso la
economía, política internacional y, en lo relativo a la salud, no solo a la física sino también a la salud mental
(The Lancet Global Health, 2020). Los altos índices de morbilidad y mortalidad fueron una sobrecarga para
los sistemas de salud. Por ello, las respuestas en las entidades federativas mexicanas no generaron confianza
en sus instituciones salubristas, elemento clave para detener una pandemia (Sibley et al. 2020) y que, a través
de las narrativas del personal de salud, se percibió como una respuesta institucional endeble y desorganizada.
Los resultados de esta intervención indican la necesidad de crear estrategias de apoyo a la salud
mental del personal de salud desde el inicio de una catástrofe (Gavin et al. 2020). La estrategia de grupo de
autoayuda es una experiencia única en el sentido que dio respuesta a la necesidad de apoyo en salud mental
para personal de enfermería (Fukuti et al. 2020), mostrando el valor del acompañamiento por pares,
coincidiendo con lo informado en otras investigaciones sobre las estrategias de grupos de apoyo para ofrecer
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Psicumex
contención emocional, disminuir estigmas, establecer cohesión laboral y alentar estrategias de afrontamiento
positivo y autocuidado, asesorados por expertos en salud mental (Blake et al. 2020; Cheng et al. 2020;
Un hallazgo interesante fueron las agresiones recibidas por parte de las mismas personas que laboran
en su institución, relacionadas con el estigma del trabajo en atención a COVID (Abdelhafiz y Alorabi, 2020),
que no había sido reportado anteriormente. Esto es indicativo de la pobre gestión de la información o de la
infodemia generalizada (Aleixandre-Benavent et al. 2020) que caracterizó a esta pandemia, lo cual generó
un imaginario colectivo reportado también por Bedoya (2020) y García (2020), en donde las agresiones
fueron la salida al miedo imperante de recibir ellos o sus familiares estas conductas agresivas, por ser
personal de salud. Tales agresiones durante el desarrollo del proceso grupal causaron un cambio en el
significado de sus relaciones en la comunidad, trasladando y traduciendo el enojo, al recibir estas agresiones,
en otras conductas de malestar emocional, o incluso de apatía ante lo que sucedía en su comunidad.
Las narrativas del personal de enfermería participante en este grupo fueron acordes con lo registrado
por Namhee et al. (2015), en el sentido de que el profesionalismo del personal les impulsó a dar atención
directa durante la pandemia a pesar de no contar con las condiciones necesarias para hacerlo sin riesgo. No
obstante, esto puede llevarles a una sobrecarga importante de estrés y eventual burnout (Arrogante y
Aparicio-Saldívar, 2020; Maben y Bridges, 2020), puesto que, en el caso del personal de enfermería, se
incrementa el volumen de trabajo, o bien, se hace necesario modificar procedimientos para la atención de
pacientes, lo cual implica cambios organizacionales en una planta laboral que tiende a ser infravalorada. En
el caso de este grupo además se tenía el dilema moral derivado de las cuasifallas, eventos centinela, adversos
o incluso de mala atención, que pueden ser detectados o mitigados por una adecuada supervisión del servicio
de enfermería (Rodríguez et al. 2017; Zárate-Grajales, 2017), o bien, de la atención a los pacientes y sus
familiares.
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
En este grupo, las narraciones y recreaciones del problema percibido les llevó a una organización que
rebasó los límites del propio grupo de apoyo. Como se revisa en las declaraciones analizadas, se asumieron
como grupo de asesoría para personal de nuevo ingreso, tanto en lo técnico como en lo laboral, diferenciando
síntomas o signos en la evolución de la enfermedad. Fueron saberes que fueron transmitiendo y con esto
El malestar emocional inicial en las sesiones grupales concuerda con lo reportado por Fukuti et al.
(2020), García-Reyna et al. (2020), Nieto-Martínez et al. (2020) y, en especial, con lo narrado por Cárdenas
(2020), quien relata su experiencia en el campo de primera línea de atención al igual que el grupo
participante. Ambos coinciden en reportar la incertidumbre de trabajar sin previa capacitación que les llevó
a crear una red de soporte y otras estrategias necesarias para incluso lidiar con los dilemas morales a los que
son expuestos (Heath et al. 2020; Greenberg et al. 2020). Igualmente, se coincide con lo indicado por Robles
et al. (2020), en cuanto a que el personal de salud busca el apoyo para su salud mental, aunque hay una
resistencia inicial a buscar alternativas que disminuyan su malestar, tal y como lo reportaron Maben y
Bridges (2020).
De igual forma, los relatos de los y las participantes concuerdan con lo expresado por Kameno et al.
(2021), dado que las estrategias implementadas y compartidas a través de las interacciones grupales
disminuyeron la ansiedad, el estrés y mejoraron la comunicación con los pacientes a través de sus equipos
de protección. Además, se generó un sistema de asesoría con personal que no tenía capacitación alguna para
el trato con este tipo de pacientes; ante esto, y a partir de sus narrativas desarrollaron co-creaciones (Payne,
2010) que proporcionaban alternativas para la problemática y desarrollaron resiliencia ante experiencias
traumáticas (Shah et al. 2020). Cada uno de los y las participantes logró identificar sus recursos y estrategias
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semejante a lo observado por Maben y Bridges (2020). A nivel grupal se tejieron redes sociales de apoyo y
La intersección del género en la problemática volcada en las sesiones debido a la sobrecarga en las
mujeres de los roles de cuidado y sustentabilidad del hogar durante la pandemia (Manrique de Lara y Medina
Arellano, 2020; Organización Panamericana de la Salud, 2020) fue un punto a discutir entre el grupo, así
como aspectos de bioética. Aunque se logra una contención emocional en ellas, en los hombres, por el
contrario, se abre una puerta para la expresión emocional, encontrando estilos de relación más fuertes,
cohesionados y asertivos que se dispersaron en sus núcleos familiares y en los equipos de trabajo naturales
Conclusiones
miedo el de mayor frecuencia (miedo a tocar al paciente, a atenderle, al contagio, a trasmitirlo a su familia,
a que fallezca algún familiar o incluso ellos mismos). O bien, tristeza, frustración, dolor, coraje,
claustrofobia, nostalgia, rechazo, discriminación que sienten por estar en el área COVID. Sin embargo,
compartirlo al interior del grupo permitió que conocieran el sentir colectivo, normalizarlo y encontrar
estrategias efectivas para afrontarlo. Los ejes temáticos, en donde las narrativas confluían, indican la
preponderancia del malestar emocional y la necesidad de reorganización de un sistema laboral, mismo que
producía tensiones que aumentaban los riesgos psicosociales en el trabajo. Por ello, el agotamiento se
entiende, ya que la pandemia también requirió de una reorganización familiar para las actividades,
sobrecargándoles por la multiplicidad de roles a desempeñar, con lo cual las técnicas de autocuidado no
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Se experimenta, a nivel subjetivo, la adaptación de los propios procesos institucionales, así como la
escasez o ambigüedad de información, desorganización y mala administración. Esto les generó sobrecarga
de trabajo y estrés, poniendo en riesgo la atención y el cuidado de los pacientes que se encontraban en el
área. Se puso de relieve que durante una pandemia es indispensable cambiar aspectos administrativos que
agilicen procesos, como la movilización de cuerpos de personas fallecidas, ya que esto no solo implica camas
hospitalarias para ocupar, sino también carga emocional, tanto de los pacientes como de los trabajadores que
Ante la contratación de personal nuevo, si bien fue un recurso extraordinario para afrontar la
armonización gremial y de estandarización de procesos y protocolos de atención. Esto con el fin de disminuir
las cuasifallas, eventos centinela y adversos a través de una administración eficiente del personal, en donde
el ambiente laboral sea armónico, se escuche la voz de quienes están en primera línea de atención y recolecte
problemáticas laborales percibidas como abuso profesional y que se compartieran y trabajaran aspectos
personales, por ejemplo, abuso sexual, duelos previos a la contingencia o alguna otra problemática. No tener
resueltos estos aspectos emocionales contribuía a exacerbar los síntomas ya descritos durante la pandemia.
La COVID-19 afectó de distintas maneras a cada persona, institución y equipo de trabajo, no solo a nivel
físico y biológico, sino en lo mental, emocional y espiritual, detonando en los profesionales de la salud,
comprometidos con su profesión y labor, fatiga por compasión, burnout, ansiedad, depresión y,
posiblemente, estrés postraumático. Es por ello que este acompañamiento pretende visibilizar la imperiosa
necesidad que tiene el personal de salud de ser escuchado, valorado, acompañado y fortalecido, no solo con
competencias técnicas, sino también emocionales. Como este virus llegó para quedarse y quizá pueda surgir
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Psicumex
otro más, es importante que se tomen en cuenta estos aspectos para fortalecer al personal de salud en
Es necesario que se establezcan, desde los más alto niveles de gobierno, dispositivos de difusión de
información médica basada en hechos científicos (Sibley et al. 2020). Esto incidirá en la disminución de
estigmas, en apoyo al personal sanitario, en establecer estrategias de soporte psicosocial y de salud mental
mediante redes y grupos de apoyo; así como en flexibilidad de los métodos de trabajo, cadenas de mando y
Aunque la estrategia del grupo de apoyo mutuo fue un modelo eficaz de ayuda en la salud mental de
este colectivo, se deben tomar en cuenta ciertas limitaciones. Una de ellas es derivada de la propia atención
de la telepsicología, ya que la aplicación de herramientas que propicien la atención, aun cuando no se pueda
dar en forma presencial, requieren de apoyo tecnológico disponible, seguro y privado (McCord et al. 2020),
condiciones que no se pueden generalizar en nuestra población, y que son una limitante durante las sesiones.
Cabe precisar que la utilización de esta tecnología necesita de la actualización profesional para lograr una
Otra de las limitantes planteadas en esta investigación está relacionada con la recuperación de las
narrativas de un solo grupo formado para dar atención psicológica. Por ello, los resultados no se pueden
generalizar, dado que no se obtuvieron índices del malestar psicoemocional revisado ni tampoco se han
Este es el primer reporte de una estrategia interinstitucional implementada por una universidad en el
estado de Nayarit y el sector salud durante la pandemia por COVID-19 para atender la salud mental de
trabajadores. Las narrativas analizadas del proceso grupal contribuyen al desarrollo de la psicología clínica,
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Figueroa-Varela & Rangel-Delgado. Narrativas de personal sanitario y pacientes con COVID-19
Conflicto de intereses
Las autoras declaran no tener nigún conflicto de intereses.
Financiamiento
Para realizar este estudio no se obtuvo ningún soporte económico, realizándose con recursos propios de las
investigadoras.
Agradecimientos
Tenemos una gratitud enorme a integrantes de este grupo, con quienes se compartió la confianza y empatía
para sentirse acompañados durante este proceso muy difícil.
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Cómo citar este artículo: Figueroa-Varela, M. del R., & Rangel Delgado, K. E. (2024). Nudo en la garganta: Narrativas de personal sanitario
con atención a pacientes con COVID-19. Psicumex, 14(1), 1–37,e430. https://doi.org/10.36793/psicumex.v14i1.430
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