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Ou t e, la feltc1dad
pla ce r es ;unadvid a qu e co nvierte
e se ag o ta en el · d
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so o igna e los a~ima-
J
e es
en ~e rn eJa ~t~s a ese avos y rqu(p ar a el hombre de la antigüe-
<:., n em, r-
0
1
:1 h1 ~ ht1mhrc~
/11 Para algunos la fcJ1c1dad
es el hono
qu e pa ra el ho m bre de hoy es e) éxito). No
~c~ 1 he1 no r eq uiv alí a a Jo
trí ns ec o qu ~ en ~ran medida depende de
r es alg o ~x
~~/a~tc. el hono
me r ca so , ~s ma s va ho so aquello por lo cual se
u,en ¡0 co nfiere . En cualq
0 .
qu e no el ho no r mi sm o , su resultado y consecuencian
q cce el ho nor, en ac um ular riquezas. Pe ro ésta , segu'
mePrara otros la fel ici da d res ide . tencia .d
. s: es un~ v1 a contra natu-
r da de 1as e~1s
rl la má s a~ su
Anstóteles. es
lo es un me dw pa ra co ns egmr otras cosas y no
ra. porque 1~ riqu~za .so .
\irve co mo fm en s1 mismo. ed~ realizar el hombre -y por lo tanto , la
El bien supremo que pu en cuanto hombre, es decir
, en
co ns ist e en pe rfe cc wn ar se
fel icida d -
tin g~ e. al ho m br e de to da s las demás cosas. No
aquella actividad que 9is mo !~1 , po rq ue hasta los s~res vegeta-
ple v1v ~r co
puede consistir en un sim a sen s1 t1v a, que es compartida también
po co en Ia vid
tivos viven , ni tam es , la ac tividad de la razón. El homb
re
s. Só lo qu ed a, pu
co n los animale ac ue rdo con la razón, siempre.
«Si
ir bie n , de be viv ir de vida
que quiere viv l ho m bre un determinado tipo de
mo fun ció n pr op ia de
plante amos co s qu e van acompañadas po r la raz
ón )
~ de l al~ a y las ac cio ne y a la
(esta ac tivid~ de valor el lle_varla a cabo bien del
on pro pia de l h~ m br e
y co mo. ~unc1 tividad
( ... ), en ton ce s el bie n de l hombre consiste en una ac
perfecc1o n
vir tud es so n m ás ~e un a, según la mejor y la
al1;1a seg ún su virtud, y as í . las londrina
. Pe ro . es. pr~ c1 so ag re ga r: en una vida plena. U na go
ma s ~erfe cta ierte a
o , m s1q me ra un so lo día : así, un solo día no conv
º? h~ce ve ran ado o feliz .»
rnngun hombre en bienave nt ur
to tal id ad el ra zo na m ie nt o socrático-
1,tr'.°º se ~e , aqu í se asu me en su
e ca da un o de nosotros es
fi~a nyicqo . Ans tóteles
ue es 1a parte má
rea fir ma cla ra m en te qu
s eleva da, d eI al ma : « y s1. el al m a racional es la
.
parte dominante
_eJ or , pa re ce na qu e ca da un o de nosotros consista
precisamente en eiiam t so m os , so br e to do , intelecto». Aris-·
a cllaro qu e
tótele s proclama qu :' 1os va ores de l al
«eS 1
bie o se nf d . ma so n os valores supremos , s1
. n, con su acusad 1
d od rea h st a, reconoce un a utilidad incluso a los ·
bienes material es en ca nt.1 a nece sa r · E'stos, au nq ue co n su presencia
ia.
184
 án en disposición de dar la felicid ad, puede n comp romet erla en
no eSt .
parte con su ausencta .

_2. Las virtudes éticas com o justo medio o centro entre extremos
5
El homhr c es_princi palme nte razón , pero no s_ó)o razón . En el al~a
hav algo que ~s. aJc no a la razó n y ,,se opone y se resiste a ella , pero que sm
~t,argo partic1pa de la razón . Mas exact amen te: «La parte veget
ativa no
1
~~rticipa en nada de la razón , mient ras que la facult ad del deseo y, en ge-
neral. de los apetitos. partic ipa de ella en cierto modo , en la medid a en
uc la escucha y la obede ce.» El domin io de esta parte del alma y el
i ,metirniento de ésta a los dictad os de la razón es la virtud ética, la virtud
de la conducta práctica.
Este tipo de virtud se adqui ere media nte la repeti ción de una serie de
actos sucesivos, esto es, media nte el hábito : «Adq uirim os las virtud es
gracias a una activi dad anteri or, como suced e tambi én en las otras artes.
Las cosas que hay que haber apren dido antes de hacer las, las apren demo s
haciéndolas . Por ejemp lo, se llega a ser const ructor const ruyen do, y tañe-
dor de li ra tañén dola. Del mism o modo , llevan do a cabo accion es justas
nos convertimos en justos , realiz ando accion es templ adas, somo s templ a-
dos. y haciendo accion es valero sas, nos transf ormam os en valien tes.» Las
\·irtudes se convi erten así en una espec ie de costum bres, estado s o modo
de ser. que nosot ros mism os hemo s cread o de la mane ra antes menc iona-
da . Puesto que son nume rosos los impul sos y las tende ncias que debe
moderar la razón , tambi én son much as las virtud es éticas , pero todas
tienen en común una caract erístic a esenc ial. Los impul sos, las pasio nes y
los sentimientos tiende n al exces o o al defec to ( dema siado o dema siado
poco) . Al intervenir la razón , debe indica r cuál es la justa medid a, que es
la vía media entre dos exces os. El valor, por ejemp lo, es una vía media
entre la temeridad y la cobar día, la libera lidad es el justo medio entre
prodigal idad y avaricia. Aristó teles sostie ne con much a clarid ad: «La vir-
tud q~e se refiere a pasion es y accion es, en las que el exces o y el defec to
constnu ye n errore s y son repro bados , mient ras que el punto medio es
alabado y constituye la rectitu d: estas dos cosas son propi as de la virtud .
La vi rtud , pues , es una espec ie de interm edio, ya que tiende const ante-
mente hacia el medio. Adem ás es posib le errar de much os modo s ( ... ),
pero obrar rectamente sólo es posibl e de un modo ( ... ). Y por tales razo-
ne~. ~l exce~o y el defecto son propio s del vicio, mient ras que el medio es
propio de la vi rtud : se es bueno de un único modo pero malo '
de divers as
maneras.» '
~¡ Obviamente , este medio no consis te en una espec ie de medio
cridad ,
raº~ u~ a culmi~ación , un valor , en la medid a e n que es un triunf o de la
sat ·~ s~bre ~os instint os . Se da aq uí una es pecie de síntes is de toda aquel la
gn , ~na gnega que había hall ado su más típica expre sión en los poeta s
1

re ~;•co~ , en los Sie!e Sabio s , que había n consid erado c?mo supr~ ma
Tag ~_e, actuar la via media , el «nada en exceso» y la Justa medid a.
ric rnbien nos encon tramo s aquí con la aporta ción de la enseñ anza pitagó-
de ª 9ue atribuía al límite la perfección y tambi én se aprov echa la
noció n
«Ju st a medida» , que tanto apare ce en Platón .
Aristóteles

E ntre todas las virtudes é ticas destaca la jus~icia , que consiste en

1
justa m e dida según la cual se distribuye n l?s bie ne~ , las ve ntajas y la~
gan ancias. y sus contrarios. Com? bue n gne~o , ~ _n stóteles r~afirm a el
m ás alt o e logio de la justicia : «Se piensa qu~ la J~sticia e s la más importan,
te de las virtudes y que ni la estrella vespertma ~ 1 el .lucero del alba son tan
d ignos de admiració n ; y al igual que el proverbio aftrmamos: en la justicia
están compre ndidas todas las virtudes.»

5.3. Las virtudes dianoéticas y la perfecta felicidad

Aristó teles denomina «virtud dianoética», en cambio, la perfección del

alm a racional en cuanto tal. El alma racional posee dos aspectos, según se
di ri ja a las cosas cambiantes de la vida de~ h?~bre o a las realidades
inmutables y necesarias, las verdades y los pnnc1p1os supremos. En conse-
cuencia, las virtudes dianoéticas serán fundamentalmente dos: la pruden-
cia (phronesis) y la sabiduría (sophia) . La prudencia consiste en dirigir
bien la vida del hombre , esto es, deliberar con corrección acerca de lo que
es e l bien o el mal para el hombre. La sabiduría, en cambio , es el conoci-
miento de aquellas realidades que están por encima del hombre: la ciencia
teórica y, de un modo especial, la metafísica. Precisamente en el ejercicio
de esta última virtud , que constituye la perfección de la actividad contem-
plativa , el hombre alcanza la máxima felicidad y llega a rozar lo divino ,
como afi rm a Aristóteles en este texto tan elocuente:

Si se rec~noce que la actividad de l inte lecto se distingue por su dignidad, ya que se trata
1
de una act iv,d~d teó ri ca, si no atie nde a otro fl n que no se a ella misma , si obtiene el placer
que le es propio (lo cual ayuda a inte nsifica r la actividad) , si por fin el he cho de ser autosufi-
c,e ~t e , de ser una espedc de ocio, de no producir cansancio, en la me dida en que le sea
pm,1ble a un_hombre, y s, tod as las de más cosas que se atribuyen a un hombre bienaventura-
~ 0 se ma n1f1 c~t~n e n conex ió n co n esta actividad( ... ): entonces , por consiguie nte, ésta será
la perfecta fc l1c1d~d de l homb re, cua ndo a ba rque la duración comple ta d e una vida, puesto
4ue no ha y nada 111~o mp le10 en tre los eleme ntos de la fe licidad . Sin e mba rgo , una vida de
c,tc 11 P0 ~e r{i d~mas,ado el e v<1 da para un ho m bre . E n e fecto , no vivirá así e n cuanto hombre ,
..,,no en la mcd,da e n qu e hay algo di vino e n é l. E n la mism a me dida e n que este e le me nto
d '.v in o ~u pe ra a _I" nat urn lcza huma na comp uesta , ta m bié n supe ra rá su actividad a la activi-
thuJ com:•,pond ,c ntc a la o tra clase de vi rtudes. Por lo ta nto 6 · e l · t I t
con el h(Jn 1h . . . ,, l'd · d 0- . . . , 1
.
m e eco, e n comparact
·o· n
.. .
1
re , e, un _rc,t ª ivi na , la act 1v1dad segú n e l in telecto se rá asimi smo divina en
<..omp,1 1,H.: 1ó n con la v1d o humana No h· ,d í¡ '·· '
. d • t b
d 0 11 qui.: e1 10m re e:-. morta·l- que ay qu e a .r 0 t os a aque llos que aco nseJ·an a l ho mbre
·e r ·1 1
Lo n tnH JCJ ~,e m ,e . . .. . .· • . s imi e a pe nsa r cosas huma nas y mortales. A
ncv -.a1'" pa r a ~ v,r ~~~ú~c1a ;;¡~
, uJu u do ro r ~u note n~,a y nor s
1 1
1~ :~?n(~hle <.:o •~t:l~ctrse co~10 inm~ rt ~1les y hace r to do ! º
. ~. e que rny ~n nosotros . St btc n posee un ta mano
,, ,, . u Vd 1or es m uy su1)c n or ., to d as I d t.
' e as en\tls.
l k ma n<.= ra aú n m/. s • •· t · d· A ·
<..:~te <>tro texto , 1uc c~s '.1ce 11 ll dl ~1 '11 · n ~tó_te l.e s re ite ra tales conceptos en
, "' , como e . se o d1stant 1v 0 d e· su é ta·ca y d e to d o s· u
r ensami <.; nto a(;c rc· • d el h 1
\C dihtin gue; nor sul hi'c n· om tJ re . «De modo que la actividad de Dios , que
,, , c! Vc n ura nza S"'r1.1 , t . . •
te l a activ i'<j • J t
, ª rnmc:1na qu e le · · 1t' · '"' (.1. co n e rnp 1at1v a • Por cons1guten-
• • •
m ayor feli cidad lJ . t rcs u e ma s afín será la que produzca .una
• . · na pru c 1a de ello , • d
part1c1pan de .l a f, ,1·1c·d
1
· 1 es que to os los d e m ás a nima le s no
p
ara los uíoscs toda "' ac 'vid
la poro ue ca r "• 1
a 1.. , .• ccc n comp e tame nte de ta l fac ulta •
d
homhres sólo lo es e n la ct ·ctcs _bie nave ntu rada, mien tras que para los
co n aquel t ipo de ·1ctiv 1·d•~ de · i a en q~e les co rrespo nde alguna seme1·anza
' ª , e n ca mbi o , · gun
nm - o tro
anim a l es fe liz por-
l X6 '
~

Psicología del act o moral

que no participa pa ra na da de la co nte mp lac
ión . Po r co ns igu ien te, en el
mismo grado en qu e ha ya co nte mp lac ión , en
ese mi sm o gra do ha br á fe-
licidad ... »
Es la formulación má s típ ica de aq ue l ide al qu
e los an tig uo s fil óso fos
de la naturaleza ha bía n tra tad o de lle va r a ca bo
en su vid a, qu e Só cra tes
había comenzado a ex pli cit ar de sd e un pu nto
de vis ta co nc ep tua l y qu e
Platón ya había ex pu est o teó ric am en te. En Ar ist
óte les , sin em ba rgo , ap a-
rece el tema de la afi nid ad de la vid a co nte mp
lat iva co n la vid a div ina ,
elemento que no se da ba en Pla tón , po rqu e el
co nc ep to de Di os co mo
~ente suprema, Pe ns am ien to de pe ns am ien to,
toteles . no su rge sin o en Ar is-