Hojas de Trabajo Cuarta Unidad Sociales

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HOJA DE TRABAJO CIENCIAS

SOCIALES
PRIMERO BÁSICO VALOR 20 PTS.
Civilizaciones antiguas
Te explicamos cuáles fueron las civilizaciones antiguas en
China, Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, Fenicia y Asia.

Muchos aspectos de las civilizaciones antiguas siguen vigentes


hoy.
¿Qué fueron las civilizaciones antiguas?
Cuando hablamos de las civilizaciones antiguas, nos referimos
a las diferentes comunidades humanas surgidas en la Edad
Antigua. Este período se extiende desde la invención de la
escritura, hasta la caída del Imperio Romano de Occidente (6.000
a. C – 476 d. C., aproximadamente).

Sin embargo, debemos notar que el concepto mismo de “Edad


Antigua” posee fronteras temporales difusas, dependiendo de en
qué parte de la geografía mundial nos enfoquemos. Por eso, los
límites de fechas deben tomarse en el mejor de los casos como
una convención o apenas una aproximación.
En todo caso, las civilizaciones antiguas precedieron todas
al Medioevo europeo y a la época de masificación del
cristianismo. Son una fuente constante de sorpresas y de
saberes. Fueron tan numerosas que aún hoy en día se siguen
descubriendo algunas de vez en cuando.

Muchas encontraron su final en grandes guerras y conflictos,


absorbidas por otras civilizaciones más fuertes dejando poca
evidencia de su paso. Otras crecieron, se desarrollaron y
alcanzaron importantes picos culturales, tecnológicos o militares
en su momento, antes de decaer y convertirse en algo totalmente
distinto e irreconocible con el pasar de los siglos.

Sin embargo, algunos aspectos siguen vigentes. Es sorprendente


la cantidad de elementos de nuestra enseñanza escolar o de
nuestras maneras actuales de pensar que provienen directamente
de la Edad Antigua y de sus filósofos, naturalistas y matemáticos
tempranos. Incluso muchas de las religiones que hoy practicamos
tienen su nacimiento en esta época.

Si bien una lista completa de las civilizaciones antiguas sería


interminable y engorrosa, a continuación, hallaremos una lista con
algunas de las más conocidas.

La Antigua China
Una de las cunas de la humanidad surgió en la cuenca del río
Amarillo, en el centro-este de la actual China, hace unos
5.000 a 6.000 años, con el surgimiento de las primeras dinastías
locales, las Xia, Shang y Zhou. Según sus mitos, esta civilización
fue obra de tres emperadores originarios: Fuxi, Shennong y Huang,
de quienes no hay demasiado registro histórico.

Por lo demás se conoce muy bien la historia de esta región debido


a que aún perduran documentos de hace 3.500 años, cosa
comprensible si consideramos que los chinos estuvieron entre
los primeros en inventar la escritura. Además, sus milenarios
intercambios con los pueblos de la región difundieron su alfabeto
pictográfico (como en Japón).

Esta civilización sustentada en el cultivo del arroz fue la primera


en conocer la cerámica y fue la inventora de la pólvora. Se
gobernó a sí misma a través de un sistema dinástico que duró
miles de años.
La Antigua Mesopotamia

En la Mesopotamia se sucedieron diferentes imperios.


Otra de las regiones en que la humanidad surgió durante
la prehistoria fue la conocida como Mesopotamia, equivalente a
nuestro actual Oriente Próximo, ubicada entre las cunas
fluviales de los ríos Tigris y Éufrates.

Este territorio fue poblado por diferentes civilizaciones que se


sucedieron en el tiempo y que, a pesar de que tenían orígenes
étnicos distintos, formaron una cultura común y llegaron a
dominar la región en sus sucesivos imperios. Dichas civilizaciones
fueron:

 Los sumerios. Fueron los primeros en poblar el sur de la


Mesopotamia, desarrollando una potente agricultura y
fundando las míticas ciudades de Uruk, Eridú, Ur y Kish,
muchas de las cuales tienen aparición en los textos
bíblicos, ya que eran las potencias de la región en la
época. Allí nació una escritura cuneiforme de caracteres
pictográficos e ideográficos, que diferenció a los sumerios
de sus vecinos y parientes étnicos, los semitas. Además,
los sumerios eran célebres por sus zigurats, templos
circulares ascendentes, casi en forma de pirámide, donde
llevaban a cabo sus rituales, y porque fueron los autores
del mito del diluvio universal, presente en la primera épica
de la historia: La epopeya de Gilgamesh.
 Los acadios. Fueron un pueblo semita surgido en el seno
de Sumeria que, a partir de 2350 a. C., pasan a controlar
el reino entero, bajo el mando de Sargón I de Acadia. Este
sería un período breve e inestable, de firme centralismo
político, en la que los mesopotámicos establecieron redes
comerciales con la civilización del valle del Indo, con
Egipto y con Anatolia.
 Los babilónicos. Llegaron luego, provenientes del golfo
Pérsico, alrededor de 1800 a. C., y fundaron lo que hoy
conocemos como el Imperio paleobabilónico, que duró
hasta 1590 a. C., renombrando la región entera como
Babilonia. Eran pueblos de origen semita y su célebre rey
fue Hammurabi, autor del Código de Hammurabi, una
suerte de código de leyes compuesto por 282 decretos
reales. Los babilónicos fundaron una sociedad de clases
sociales, dependiente de esclavos para el cultivo. Fueron
los autores del Enuma Elish, la segunda epopeya más
conocida de la antigua Mesopotamia.
 Los asirios. Por su parte eran un pueblo mesopotámico
cuyo nombre proviene de la deidad Asur, y que presentan
enormes sincretismos con Acadios y Sumerios, ya que
vivieron bajo sus reinos durante milenios. Tras la caída de
la última dinastía de Ur (Sumeria) los asirios tuvieron la
chance de crear su reino independiente, Asiria, del que
salieron alrededor del 1000 a. C. para conquistar el resto
de la región. Así crearon el Imperio neoasirio (1000-605 a.
C.), de corte religioso-militar, el cual cayó frente al
resurgimiento de los babilonios (el Imperio Neobabilónico,
612-539 a. C.) y su nuevo y célebre rey, Nabopoassar,
padre de Nabucodonasor II.

Finalmente, toda Mesopotamia fue conquistada por el Imperio


Aqueménida, es decir, por los persas.

El Antiguo Egipto
En el cauce medio y bajo del río Nilo, en algún momento de la
prehistoria, surgieron diversas poblaciones humanas que
aprendieron a cultivar esta fértil región, y que dieron origen a dos
reinos separados: el Alto Egipto (Ta Shemau) y el Bajo Egipto (Ta
Mehu).

Ambos reinos empezaron a unificarse hacia el año 3150 a. C.,


juntaron bajo un mismo gobierno faraónico las poderosas
ciudades a lo largo del Nilo. Así se forjó uno de los
grandes poderes de la antigüedad, como fue el Imperio Egipcio.
Célebre por sus monumentales obras de ingeniería, como las
pirámides y esfinges, tumbas para sus reyes momificados,
la civilización egipcia desarrolló una vasta escritura
jeroglífica, de la que hay abundantes restos arqueológicos, así
como de su religión politeísta, compleja y rica.

El Imperio Egipcio controló buena parte del Norte Africano, de Siria


y Oriente Próximo, hasta que eventualmente fue decayendo hasta
ser blanco fácil para invasiones libias, asirias y persas. Fue
conquistado por Alejandro Magno en 332 a. C., y luego
incorporado al Imperio Romano en 31 a. C., un año antes de la
muerte de la célebre Cleopatra.

La Antigua Grecia

Ciudades como Corinto son testimonio de la grandeza de la


antigüedad griega.
La griega es la civilización antigua a la que más debemos
nuestra cultura occidental, tanto así que se la ha bautizado
como la “Cuna de Occidente”. Su historia antigua de mayor interés
inicia con el fin de la Edad Oscura de Grecia (1200 a 1100 a. C.)
fruto del colapso de la civilización micénica que floreció en su
territorio durante la Edad de bronce.

Las costumbres antiguas de la región fueron entonces sustituidas


por las de los dorios, dando origen a la Grecia Helénica, que fue
una de las civilizaciones más fértiles, conocidas y relevantes de
todo el Mediterráneo.
Los griegos llevaban una vida marítima, con una economía
comercial y expansiva, al sur de la actual península de los
Balcanes. Durante su período clásico (500 a. C. – 323 a. C.)
la cultura griega floreció y se desarrolló artística, literaria,
lingüística y arquitectónicamente.

Dejó un legado gigantesco en cuanto a obras dramáticas y épicas


(estas últimas son las más importantes de Occidente, como
la Ilíada o la Odisea), filosóficas (especialmente el legado de
Sócrates, Platón y Aristóteles, entre muchos otros), matemáticas,
científicas, escultóricas. La influencia de su vasta
tradición mitológica, aún hoy es palpable en la literatura, el cine y
las artes occidentales.

La civilización griega se enfrentó militarmente a grandes potencias


como el Imperio persa y el Imperio egipcio.
Eventualmente sucumbió frente al Imperio Romano, luego de
haberse debilitado enormemente mediante guerras intestinas.

Sus grandes ciudades: Atenas, Corinto, Esparta, Tebas, etc., aún


son testimonio de su grandeza. Su herencia cultural alcanzó
regiones tan lejanas como el Oriente Medio, durante su período
alejandrino (323 a. C.-146 a. C.), llamado así por el conquistador
Alejandro Magno.

La Antigua Roma

Gran parte de la cultura griega fue asimilada por los romanos.


Nacida en la antigua ciudad de Roma y el Estado fundado en ella
alrededor del siglo VIII a. C., fue fruto de la agrupación de los
pueblos latinos que vivían en el actual territorio de Italia.
Su importancia en la historia occidental es gigantesca. Por un
lado, fueron los conquistadores de toda Europa, el norte
de África y parte del Oriente Próximo. Por otro lado, fueron los
fundadores de una robusta tradición legal, que hoy conocemos
como el Derecho romano.

Además, su lengua (el latín) impuesta a sangre y fuego en los


territorios colonizados, dio origen a toda una familia de idiomas
modernos denominados lenguas romances: italiano, español,
portugués, francés, rumano, gallego, catalán, entre otras.

La historia de la Antigua Roma es diversa y compleja. Atraviesa


distintos períodos de orden y de inestabilidad, generalmente
oscilando entre el Imperio y la República (dirigida por el Senado
Romano). Su historia se divide en cuatro etapas: la
monarquía, la república, el principado y el dominado.

Buena parte de su cultura fue heredada directamente de la


civilización griega, a la cual conquistaron en el año 146 a. C., tras
derrotar a la Liga Aquea en la Batalla de Corinto.

Mucha de la tradición, filosofía y mitología griegas fueron


asimiladas por los romanos, que simplemente procedieron a
cambiar los nombres griegos por latinos: Zeus pasó a ser Júpiter,
Hermes pasó a ser Mercurio, Heracles pasó a ser Hércules,
Afrodita a Venus, Odiseo a Ulises, etc.

Por si fuera poco, en el corazón del Imperio Romano nació el


cristianismo, una religión que determinó la historia de Occidente
y que en buena parte colaboró con la caída del Imperio, luego de
que el emperador Teodosio la instituyera como religión oficial del
Estado.

Sin embargo, fueron las invasiones bárbaras del norte europeo y la


previa división del mismo en dos secciones (el Imperio Romano de
Occidente y el Imperio Romano de Oriente) en el año 395, los
factores que determinaron su caída. Por otro lado, la sección
oriental del Imperio sobrevivió casi 1000 años más, bajo el
nombre del Imperio Bizantino.

Los fenicios
La civilización fenicia o fenicio-púnica fue un pueblo semita
marítimo, nacido en el levante mediterráneo. Se desarrolló en
las costas de las actuales Israel, Siria, Líbano y Palestina,
una región llamada antiguamente Canaán, como figura en los
textos bíblicos.
Aunque se llamaban a sí mismos “canaaneos” (kena’ani), el
nombre con el que los conocemos proviene del que les daban los
griegos: phoínikes, esto es, “rojos” o “púrpuras”, porque se
dedicaban principalmente al comercio de tintes y de vinos.

Los fenicios no dejaron gran evidencia de su paso por el mundo,


quizá porque eran una civilización
de comerciantes marítimos con poco arraigo excepto por sus
barcos. Fundaron distintos puestos de avanzada a lo largo de la
costa mediterránea, como Tangis, Utica y Lixus. Su poderío
comercial eventualmente llamó la atención o la envidia de sus
Imperios vecinos.

Servían de mediadores entre las poblaciones lejanas con las que


comerciaban, mediante una cultura pastiche que reunía rasgos de
todas las demás, sin ser precisamente original en sí misma. Sin
embargo, su alfabeto fue adoptado los griegos para sí
mismos, y sirvió de base para las tradiciones latina, árabe y cirílica
también.

El Imperio Aqueménida

Persépolis fue la ciudad principal del Imperio Aqueménida.


El Imperio Aqueménida fue el más grande y exitoso de los
Imperios persas o farsíes, cuyas fronteras se extendieron por
buena parte de Asia central, Oriente Medio y el Mediterráneo.
Desde sus inicios, con la anexión del Reino medo durante el
reinado de Ciro II (559-530 a. C.) demostró ser una potencia
militar.
Su apogeo ocurrió alrededor del año 500 a. C. y su caída se
produjo frente a las tropas de Alejandro Magno en 330 a.
C., cuando el rey Darío III fue vencido. Los griegos fueron sus
eternos rivales, y se enfrentaron con ellos durante las Guerras
médicas (490-449 a. C).

Este imperio debía su nombre a un héroe semilegendario, de


nombre Aquemenes, quien posiblemente vivió alrededor del 700 a.
C. Fue un jefe de clan de la tribu pasargada.

Provenientes de la meseta de Irán, los persas se dedicaban


especialmente a la ganadería. Fueron vasallos de sus vecinos,
los medos, hasta que el rey de Anshan, Ciro “el Grande” (555-529
a. C.) construyó un ejército y conquistó no sólo a sus antiguos
señores, sino también a Babilonia, Siria, Judea y parte del Asia
menor.

Su ciudad principal fue Persépolis (fundada entre 518 y 516 a.


C), y estaba conectada a los distintos rincones del Imperio por una
extensa red de caminos llamada la “calzada real”.

Los persas hablaban un dialecto persa antiguo que inicialmente no


tenía escritura, aunque convivía con muy distintas lenguas en el
cuerpo de la sociedad. Luego de la conquista de Mesopotamia, el
arameo pasó a ser una lingua franca entre las diversas partes
del territorio.

El Imperio Jemer

El esplendor del Imperio Jemer aún se conserva en sus templos.


El Imperio Jemer o Imperio de Angkor se desarrolló en el
Sudeste asiático, particularmente en el territorio de la actual
Camboya, abarcando también Tailandia, Laos, Vietnam, y parte de
Birmania y Malasia.
Este Imperio nació de la separación de los antiguos reinos de
Chenlá y Funán, de los cuales se sabe muy poco actualmente, y
teniendo la ciudad sagrada de Angkor, hoy en día Siem Riep, como
su capital. Los jemeres alcanzaron un esplendor cultural y
arquitectónico tal, que muchos de sus palacios y templos aún
perduran.

Heredero de la cultura de la India, el Imperio Jemer practicaba el


hinduismo brahmánico, aunque luego también reconoció el
budismo. Surgió en el siglo VII bajo la necesidad de resistir la
invasión de las tribus de indonesia en la región.

Su líder fundador fue Jayavarman II (c. 770-835), el “dios-rey”


de los jemeres, aunque su edad de esplendor llegó bajo el mando
de Suryavarman II alrededor del año 1113. Su decadencia es
motivo de especulación, con teorías que van desde las pestes o el
cambio climático, hasta la invasión de los siameses chinos que

Fuente: https://concepto.de/civilizaciones-antiguas/#ixzz8EZNnNECC

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