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ENSAYO (Derecho Civil)

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LA TERMINACIÓN DEL MATRIMONIO Y LA SOCIEDAD CONYUGAL.

INTRODUCCIÓN
El matrimonio es un contrato en el que se adquiere obligaciones para con el cónyuge, en
donde el patrimonio está integrado por activos y pasivos destinados a repartirse entre sí
en partes iguales, este contrato solemne por su naturaleza contiene varios efectos
jurídicos que se derivan de la unión de los contrayentes, los mismos que se determina de
la siguiente manera: La cohabitación, deber de la relación sexual, ayuda mutua,
fidelidad, igualdad jurídica entre cónyuges, respecto a los hijos, respecto a los bienes y
respeto al patrimonio. Por medio del matrimonio los cónyuges quedan sometidos a la
comunidad o sociedad de gananciales, en el que la sociedad exige la colaboración de los
cónyuges, no puede haber comunidad más que allí, en donde los dos esposos están
interesados en la prosperidad de la asociación y del hogar, la sociedad conyugal
formada mediante este contrato se la puede separar con respecto a la administración de
los bienes, sea esta de manera voluntaria o controvertida ante uno de los Jueces
competentes, acto al cual se le conoce con el nombre de disolución de la sociedad
conyugal, que no es otra cosa que la terminación por deshacerse o desatarse del lazo o
vinculo de orden patrimonial que une a los cónyuges. Esta disolución de la sociedad
conyugal incide con los efectos jurídicos contraídos en el matrimonio, los que fueron
enunciados anteriormente, produciendo inconvenientes con el derecho de los hijos,
bienes y el patrimonio, por tal razón afecta jurídicamente al matrimonio, llegando en
ciertos casos a ser el detonante de las separaciones hasta terminar en el divorcio, debo
indicar que una vez subsanados los inconvenientes personales o de pareja y contando
con la plena convicción de poder restablecer la confianza familiar, la ley no establece
una alternativa jurídica para poder restablecer la sociedad conyugal, por tal razón el
presente estudio busca establecer una propuesta de reforma legal con el fin de
determinar una normativa que permita la restitución de la Sociedad Conyugal para que
la misma cumpla los fines y efectos jurídicos

DESARROLLO
La sociedad conyugal o sociedad de bienes, régimen patrimonial nacido con la
celebración del matrimonio conforme a las leyes ecuatorianas, o con la unión de hecho
legalmente reconocida, puede modificarse o disolverse por voluntad de las partes o a
petición de una de ellas, sin que se termine el matrimonio o la unión de hecho, pero su
disolución es irreversible. Esta investigación tiene como objetivo determinar la
viabilidad del restablecimiento de la sociedad conyugal disuelta, en sede notarial. Su
enfoque es cualitativo, de alcance explorativo, utilizando métodos histórico-lógico,
jurídico-doctrinal, jurídico-comparado, análisis documental, entrevistas y derecho
comparado. La inexistencia de norma expresa para restablecer la sociedad conyugal una
vez disuelta, complica la posibilidad para que los involucrados revean el acto que
terminó su régimen patrimonial. El artículo 221 del Código Civil, sobre los efectos de la
separación conyugal judicialmente autorizada (institución que era transitoria pero que
producía la disolución de la sociedad conyugal), establece que por petición voluntaria
de los cónyuges se termina la separación conyugal, restableciéndose sus derechos,
obligaciones y el régimen de sociedad conyugal; esta norma, aún vigente, adecúa la
posibilidad de restablecer la sociedad conyugal disuelta cuando así lo consientan los
cónyuges, por lo que aplicando el principio notarial de consentimiento y el del derecho
universal de que las cosas se deshacen así como se hacen, se propone reformar el
numeral 13 del artículo 18 de la Ley notarial, para facultar al Notario a declarar
restablecida la sociedad conyugal.
De la terminación del matrimonio
Art. 105.- El matrimonio termina:
1o.- Por la muerte de uno de los cónyuges;
2o.- Por sentencia ejecutoriada que declare la nulidad del matrimonio;
3o.- Por sentencia ejecutoriada que concede la posesión definitiva de los bienes del
desaparecido; y,
4o.- Por divorcio.
Art. 106.- El divorcio disuelve el vínculo matrimonial y deja a los cónyuges en aptitud
para contraer nuevo matrimonio, salvo las limitaciones establecidas en este Código. De
igual manera, no podrá contraer matrimonio, dentro del año siguiente a la fecha en que
se ejecutorió la sentencia, quien fue actor en el juicio de divorcio, si el fallo se produjo
en rebeldía del cónyuge demandado.
Estas prohibiciones no se extienden al caso en que el nuevo matrimonio se efectúa con
el último cónyuge.
Art. 107.- Por mutuo consentimiento pueden los cónyuges divorciarse. Para este efecto,
el consentimiento se expresará del siguiente modo: los cónyuges manifestarán, por
escrito, por sí o por medio de procuradores especiales, ante el juez de lo civil del
domicilio de cualquiera de los cónyuges:
1o.- Su nombre, apellido, edad, nacionalidad, profesión y domicilio;
2o.- El nombre y edad de los hijos habidos durante el matrimonio; y,
3o.- La voluntad de divorciarse, y la enumeración de los bienes patrimoniales y de los
de la sociedad conyugal, con la comprobación del pago de todos los impuestos.
Art. 108. – Transcurrido el plazo de dos meses, a petición de los cónyuges o de sus
procuradores especiales, el juez de lo civil le convocará a una audiencia de conciliación,
en la que, de no manifestar propósito contrario, expresarán de consuno y de viva voz su
resolución definitiva de dar por disuelto el vínculo matrimonial.
En la misma audiencia, los cónyuges o sus procuradores especiales acordarán la
situación económica en la que deben quedar los hijos menores de edad después de la
disolución del matrimonio, la forma como deben proveer a la protección personal,
educación y sostenimiento de aquéllos. Los hijos deberán estar representados por uno o
más curadores ad – litem, según el caso, cuya designación la hará el juez prefiriendo, en
lo posible, a los parientes cercanos de los hijos.
Si no llegaren a un acuerdo sobre estos puntos, el juez concederá el término probatorio
de seis días, fenecido el cual pronunciará sentencia, sujetándose a las reglas siguientes:
1a.- A la madre divorciada o separada del marido toca el cuidado de los hijos
impúberes, sin distinción de sexo, y de las hijas en toda edad;
2a.- Los hijos púberes estarán al cuidado de aquel de los padres que ellos elijan;
3a.- No se confiará al padre o madre el cuidado de los hijos, de cualquier edad o sexo, si
se comprobare inhabilidad física o moral para cuidarlos, inconveniencia para los hijos,
sea por la situación personal, sea porque no esté en condiciones de educarlos
satisfactoriamente, o haya temor de que se perviertan;
4a.- Tampoco se confiará el cuidado de los hijos al cónyuge que hubiere dado causa
para el divorcio por cualesquiera de los motivos señalados en el Art. 110;
5a.- El matrimonio del cónyuge divorciado dará derecho al cónyuge que no se hubiere
vuelto a casar para pedir al juez que se le encargue el cuidado de los hijos hasta que
cumplan la mayor edad; y,
6a.- En el caso de que ambos padres se hallaren en inhabilidad para el cuidado de los
hijos, el juez confiará ese cuidado a la persona a quien, a falta de los padres
correspondería la guarda en su orden, según las reglas del Art. 393, pudiendo el juez
alterar ese orden, si la conveniencia de los hijos así lo exige. A falta de todas estas
personas, cuando, a convicción del juez, el menor o menores se encuentran en estado de
abandono, ordenará que sean entregados a un establecimiento de Asistencia Social,
público o privado, o en colocación familiar en un hogar de reconocida honorabilidad y
de suficiente capacidad económica, y fijará, al efecto, la pensión que deban pagar así el
padre como la madre, o las personas que le deban alimentos, para atender a la crianza y
educación de los hijos, todo lo cual se resolverá a solicitud del ministerio público o de
los parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad. Si tales
personas carecen en absoluto de medios económicos para pagar una cuota mensual,
deberá declararlo así en su providencia.
El cobro de tal pensión se hará por apremio en la forma determinada por el juez.
La sentencia, en cuanto resolviere sobre la educación de los hijos, será susceptible del
recurso de apelación, pero solo en el efecto devolutivo.
El juez podrá, en todo tiempo, modificar la providencia en lo referente al cuidado,
educación y alimentos de los hijos, aún cuando hubiere sido confirmada o modificada
por el superior, siempre que, previa una tramitación igual a la que sirvió de base para la
resolución primitiva, encontrare suficiente motivo para reformarla.
Esta providencia será también susceptible del recurso de apelación, que se lo concederá
igualmente, sólo en el efecto devolutivo. El juez, para tramitar el divorcio y mientras se
ventilare definitivamente la situación económica de los hijos, deberá señalar la pensión
provisional con la que uno o ambos cónyuges han de contribuir al cuidado, educación y
subsistencia de la prole común.
Podrá también el juez, en caso necesario, cambiar la representación de los hijos.
El guardador tiene la obligación de rendir cuentas anuales documentadas del ejercicio
de su guarda.
Art. 109.- El cónyuge menor de dieciocho años necesitará para el divorcio la
autorización de su curador general o, a falta de éste, la de un curador especial.
Art. 110.- Son causas de divorcio:
1a.- El adulterio de uno de los cónyuges;
2a.- Sevicia;
3a.- Injurias graves o actitud hostil que manifieste claramente un estado habitual de falta
de armonía de las dos voluntades en la vida matrimonial;
4a.- Amenazas graves de un cónyuge contra la vida del otro;
5a.- Tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro, como autor o cómplice;
6a.- El hecho de que de a luz la mujer, durante el matrimonio, un hijo concebido antes,
siempre que el marido hubiere reclamado contra la paternidad del hijo y obtenido
sentencia ejecutoriada que declare que no es su hijo, conforme a lo dispuesto en este
Código;
7a.- Los actos ejecutados por uno de los cónyuges con el fin de corromper al otro, o a
uno o más de los hijos;
8a.- El hecho de adolecer uno de los cónyuges de enfermedad grave, considerada por
tres médicos, designados por el juez, como incurable y contagiosa o transmisible a la
prole;
9a.- El hecho de que uno de los cónyuges sea ebrio consuetudinario o, en general,
toxicómano;
10a.- La condena ejecutoriada a reclusión mayor; y,
11a.- El abandono voluntario e injustificado del otro cónyuge, por más de un año
ininterrumpidamente.
Sin embargo, si el abandono a que se refiere el inciso anterior, hubiere durado más de
tres años, el divorcio podrá ser demandado por cualquiera de los cónyuges.
En lo que fuere aplicable, las causas previstas en este artículo, serán apreciadas y
calificadas por el juez, teniendo en cuenta la educación, posición social y demás
circunstancias que puedan presentarse.
El divorcio por estas causas será declarado judicialmente por sentencia ejecutoriada, en
virtud de demanda propuesta por el cónyuge que se creyere perjudicado por la
existencia de una o más de dichas causas, con la salvedad establecida en el inciso
segundo de la causal 11a. de este artículo.
CONCLUSIONES.
En conclusión, el CC. determina que la celebración del matrimonio provoca la entrada
en escena de la sociedad conyugal. Se trata de un régimen económico matrimonial de
tipo comunitario a tenor de sus normas referentes a la composición de bienes,
administración y disolución y liquidación.
Se puede definir en el momento presente dicho régimen económico matrimonial es la
creciente igualación de los roles del hombre y la mujer en torno a los bienes y
administración de la sociedad conyugal.
Finalmente, es importante concluir que la sociedad conyugal no es un régimen rígido e
inflexible, más bien al contrario, pueden alterar los cónyuges su funcionamiento
mediante la celebración de capitulaciones matrimoniales, siempre que se respeten
ciertos límites. No está prevista, sin embargo, la posibilidad expresa de escoger otro
régimen económico matrimonial, por lo que las capitulaciones matrimoniales giran en
torno a la modificación del régimen legal.

BIBLIOGRAFÍAS
 Tarquino, T. C. J. (2016, 1 octubre). La disolución de la sociedad conyugal y

efectos jurídicos en el matrimonio.

https://repositorio.uta.edu.ec/handle/123456789/23787

 De la terminación del matrimonio en el Ecuador. (2018, 27 mayo).

ABOGADOS PARA ATENDER DELITOS PENALES y CIVILES.

https://tenenciadedrogas.wordpress.com/de-la-terminacion-del-matrimonio-en-

el-ecuador/

 Pablo, Q. R. (s. f.). El régimen económico matrimonial de la Sociedad Conyugal

Ecuatoriana. http://www.scielo.org.bo/scielo.php?

script=sci_arttext&pid=S2070-81572017000200004

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