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1.

El orden independiente en América latina

Terminan las guerras de Independencia y los países latinoamericanos intentan construir un


orden político nuevo, diferente de la dominación colonial.

En ese proceso surgen los conflictos por las distintas posiciones sobra como organizar el
gobierno, la economía y las desigualdades de la sociedad.

Aunque algunos propusieron la monarquía, finalmente la forma de gobierno fue republicana.

Para lograr una organización política estable, los grupos dirigentes de estas nuevas repúblicas
intentaron dictar constituciones, pero los conflictos internos llevaron a guerras, civiles que
impidieron la sanción o la puesta en práctica de las constituciones. En el Río de la Plata
sucedió esto con la Constitución unitaria dictada en 1819, que fue rechazada por las
provincias.

Economía y sociedad

Se impuso la libertad de comercio y los productos de Gran Bretaña, y los comerciantes


extranjeros reemplazaron al monopolio colonial de España.

Los países de américa en cambio exportaban o los derivados de la producción ganadera o de


los cultivos locales.

Con estas actividades económicas ligadas a la tierra, los grandes propietarios rurales
aumentaron su poder. Continuaron las formas de trabajo forzoso heredadas de la colonia,
junto con el trabajo asalariado. Con la excepción de México y Chile, los demás países
mantuvieron la esclavitud. Los gobiernos independientes habían abolido el trabajo forzoso y el
pago de tributo, pero los indígenas continuaron sometidos a formas de explotación.

Como había escasez de mano de obra, algunos países dictaron leyes contra el vagabundeo,
que los habitantes rurales tenían que llevar documentación que certificara que tenían empleo.

Militarización y ruralización

Las revoluciones de independencia pusieron fin al orden colonial dominado por las ciudades
y los grupos económicos ligados a ellas.

Desde 1810, la guerra se extendió por el territorio hispanoamericano, con consecuencias


como la militarización, la ruralización y el caudillismo.

Para hacer frente a la guerra contra los realistas, los gobiernos revolucionarios organizaron dos
tipos de fuerzas militares:

ejércitos regulares, con oficiales predominantemente criollos,


milicias rurales, destinadas a custodiar el orden local. La principal fuente de hombres para
esta organización militar fue el campo. Esto se debió a que las áreas rurales, que eran lugares
donde se producía para exportar, concentraban más población que las ciudades.

Las milicias rurales quedaron bajo el control de los terratenientes o de sus representantes.
Estos actuaron como delegados de las autoridades, quienes a su vez dictaron normas que
colocaban a la población rural bajo la protección de los terratenientes. Estas disposiciones
permitían el control de la mano de obra y aseguraban la provisión de soldados.

Durante las guerras, el vínculo entre los jefes de milicias y los gobiernos se fue deteriorando.
El aumento de los impuestos y las contribuciones a las poblaciones rurales, los desacuerdos
políticos y las disputas por cuestiones económicas contribuyeron al enfrentamiento entre
algunos jefes de milicias y las autoridades. Así sucedió, por ejemplo, en el Río de la Plata
entre Artigas y los gobiernos porteños.

Mientras que los ejércitos regulares aseguraban el cobro de las cargas impuestas por los
gobiernos del período, las milicias expresaron el descontento de los sectores sociales
agobiados por el peso de esos pagos. Como consecuencia, las milicias comenzaron a
independizarse del gobierno central y sus jefes recurrieron a ellas como base de un poder
autónomo. De este modo se originó un nuevo orden político sustentado en el poder militar
de los caudillos o jefes locales.

El caudillismo

El caudillismo surgió en Hispanoamérica durante el período de la guerra de Independencia y de


los debates y las luchas por la conformación del Estado en las nuevas naciones.

A diferencia del ejército regular, en el que la obediencia del soldado responde al principio de
verticalidad, en las milicias el vínculo entre los caudillos y sus hombres se sustentaba en la
lealtad. Los caudillos movilizaban a estas tropas a cambio de ciertos beneficios .

Este vínculo implicaba reciprocidad, ya que cada parte aportaba algo. Sin embargo, la relación
no se daba en condiciones de igualdad. Los caudillos eran poseedores de tierras y de poder
político y militar, y siempre se colocaban “por encima” de sus hombres. Eran la fuente de
autoridad en la localidad, región o provincia bajo su dominio. En algunos casos, llegaron a
tener el control de territorios más amplios, incluso el poder central, por medio de sistemas
de acuerdos o alianzas O la imposición por la fuerza.

Puntos de Vista

Cuando se derrumbó el gobierno central en 1820, los caudillos provinciales pasaron al centro
de la escena política.

Los caudillos eran jefes militares, que tomaron en sus manos los gobiernos de sus provincias
ante la ausencia de un poder centralizado. Algunos habían luchado en las guerras de
independencia; otros, eran grandes terratenientes. Todos mostraban una gran capacidad de
liderazgo y ejercían una gran influencia sobre lxs trabajadorxs de las zonas rurales; es decir,
su base de poder se hallaba en las masas rurales, a las que integraban políticamente en sus
milicias, llamadas “montoneras”.

Aunque había caudillos unitarios, por lo general, la mayoría de ellos eran federales. Es decir,
no negaron la necesidad de unión entre todas las provincias, pero consideraban que esta unión
debía respetar la autonomía política y económica de cada una de sus respectivas regiones.

Los caudillos federales más destacados fueron:

Artigas, de la Banda Oriental,

Güemes, de Salta

Facundo Quiroga, de La Rioja,

Juan Manuel de Rosas, de Buenos Aires,

Urquiza, de Entre Ríos.

PARA ALGUNAS MIRADAS “El ´poder real´ en la Argentina del siglo XIX significaba sólo dos
posibilidades: o ligarse a las potencias europeas, para servir a su proyecto de expansión
colonialista o convertirse en caudillo de masas para detener aquel proyecto e imponer una
salida verdaderamente nacional.

PARA OTROS

les fue muy fácil a los caudillos sublevar la parte más ignorante contra la más ilustrada, a los
pobres contra los ricos, y con este odio venían a confundirse los celos que justa o injustamente
inspiraba a muchos la preponderancia de Buenos Aires.

La montonera, tal como apareció en los primeros días de la república bajo las órdenes de
Artigas, presentó ya ese carácter de ferocidad brutal y ese espíritu terrorista que al inmortal
bandido, al estanciero de Buenos Aires, estaba reservado convertir en un sistema de
legislación aplicado a la sociedad culta, y presentarlo, en nombre de la América avergonzada a
la contemplación de la Europa. Rosas no ha inventado nada; su talento a consistido sólo en
plagiar a sus antecesores, y hacer de los instintos brutales de las masas ignorantes, un sistema
mediado y coordinado fríamente.”

Los cambios económicos en el Río de la Plata

Desde 1810, los gobiernos revolucionarios de las Provincias Unidas del Río de la Plata
establecieron el libre comercio, dejando sin efecto las restricciones que habían estado
vigentes durante la época colonial. Esta decisión, que beneficiaba a los comerciantes, llevó a
que ingresaran a bajo precio productos manufacturados en Gran Bretaña. Estos bienes
competían con las producciones artesanales del Interior, sobre todo en los tejidos perdieron
mercados.
En cambio, se vieron favorecidos los hacendados, en particular los de Buenos Aires, cuyas
estancias producían cueros, sebo y carne salada, que eran los principales bienes de
exportación.

En el Interior, la guerra de independencia llevó a la desarticulación de los circuitos


comerciales anteriores a 1810. Estos circuitos se basaban en la producción destinada al Alto
Perú, que al quedar en manos de España dejó de ser un mercado para la ganadería y las
artesanías de provincias como Salta, Tucumán y Córdoba.

Por otra parte, fue muy frecuente que los ejércitos se abastecieran con la confiscación de
ganado, alimentos y Otros bienes en las zonas de los combates. También se recurría a los
trabajadores rurales y lo os esclavos para incorporarlos como soldados, lo que quitaba mano
de obra para la producción. Las economías más perjudicadas por estos factores fueron las de
las provincias donde se -desarrollaron las guerras, como las provincias del Interior y del
litoral.

El predominio del puerto

A comparación la ciudad y la campaña bonaerenses se vieron menos afectadas por las


guerras. La política aduanera aplicada por los gobiernos centrales favoreció su economía.
Desde la Primera Junta hasta el final del Directorio se aplicaron bajos impuestos a la
importación y a la exportación para favorecer el comercio con el exterior, sobre todo con
Gran Bretaña y el Brasil. La entrada y salida de productos por el puerto de Buenos Aires
aumentó considerablemente, por lo que la recaudación aduanera se incrementó, pese a
cobrar aranceles (impuestos a la importación y la exportación) más bajos.

El puerto de Buenos Aires controlaba el comercio exterior y las autoridades cobraban un


derecho de paso a los buques que remontaban los ríos Paraná y Uruguay. Esto perjudicaba a
los ganaderos y comerciantes del Litoral y fue una de las principales causas económicas de
que, en su mayoría, apoyasen las propuestas federales del artiguismo. Un reclamo reiterado
de estos sectores fue la libre navegación de los ríos interiores.

1820: disolución de las formas de organización existentes. Caída del Directorio y disolución
de la Liga de los pueblos libres

Tras la disolución de las autoridades nacionales en 1820, las provincias se organizaron como
entidades autónomas. Los intentos de reunificación fracasaron debido a la existencia de
distintos proyectos políticos.

La crisis de 1820

A principios de 1820, la batalla de Cepeda puso fin al gobierno del Directorio. Las Provincias
Unidas se constituyeron, entonces, en un conjunto de provincias autónomas” que no
respondían a ninguna autoridad central.

A pesar de los numerosos conflictos que se plantearon por el control del poder,
gradualmente cada provincia dictó un estatuto o constitución y organizó sus instituciones:
un gobernador (Poder Ejecutivo), una Legislatura o Junta de Representantes (Poder
Legislativo) y jueces y tribunales de justicia (Poder Judicial).
Así sucedió con la provincia de Buenos Aires que, después de un período de crisis política, a
fines de 1820 organizó una Junta de Representantes. Esta institución, integrada por
hacendados y comerciantes, eligió a un gobernador.

Distintos: proyectos políticos

Entre 1820 y 1852, la política de las Provincias Unidas estuvo marcada por el enfrentamiento
entre los partidarios de una posición u otra: los unitarios y los federales.

Los unitarios, (centralistas en el período de la revolución)

Ideas En lo Político, consideran que:

 Es necesario un gobierno central fuerte.


 Los reclamos de autonomía de las provincias son una amenaza al orden del Estado.
 Las provincias tienen que ser solamente divisiones administrativas sin derecho a
autogobernarse.

Ideas En lo Económico:

 A favor del librecambio


 Quieren el predominio del puerto de Buenos Aires, o sea, que este puerto fuera el
único y que los ingresos de la Aduana fueran administrados por el gobierno central
de BS AS.

Eran unitarios: intelectuales, comerciantes y militares de Buenos Aires, pero también de las
demás provincias. Los de las provincias eran, en general, comerciantes vinculados al puerto,
intelectuales liberales y antiguas familias desplazadas del poder por algún caudillo federal.

Los federales

En lo político todos los federales estaban de acuerdo con esta idea:

Defendían un modelo similar al de los Estados Unidos, según el cual las provincias se unían
de manera voluntaria para establecer un gobierno central, pero conservaban su autonomía.

Pero tenían diferencias en sus objetivos económicos:

 Los federales del Interior: querían una política aduanera proteccionista que
favoreciera a las economías regionales y el reparto de los ingresos aduaneros entre
todas las provincias.
 Los federales del Litoral: pedían la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay y la
apertura de puertos sobre sus costas, para desarrollar su economía fuera de la órbita
de Buenos Aires. Las provincias del litoral reclamaban la libre navegación de los ríos
y la apertura de puertos para evitar la intermediación de Buenos Aires.
 Los federales de Buenos Aires: no aceptaban abrir los puertos del litoral ni compartir
los derechos aduaneros con las otras provincias.

Autonomía: Capacidad jurídica de una provincia para dictar su constitución o leyes propias,
designar a sus autoridades por elección de los ciudadanos que habitan ese territorio y
administrar los asuntos locales.

Librecambio: Política aduanera que permite el ingreso de bienes importados mediante el pago
de bajos aranceles.

Proteccionismo: Política aduanera que prohíbe el ingreso o impone altos aranceles a los
productos extranjeros que lo compiten con la producción local.

CAMBIOS ECONÓMICOS

Diez años de revolución y guerra provocaron la pobreza para las Provincias Unidas por la
Destrucción del territorio y la pérdida de vidas (lo que implica que hubo una escasez de
trabajadorxs).

Con la Guerra y la pérdida del Alto Perú, que quedó a manos de los españoles se destruyó el
circuito comercial de la Plata del Potosí.

Esto modificó la situación de las 3 regiones en que podemos pensar al país:

1. INTERIOR

- Tucumán construía carretas para ese tráfico. Salta proveía de mulas para el comercio
con Potosí. Al perder al Alto Perú se destruye el circuito.

2. BUENOS AIRES

- De ese circuito comercial de Potosí provenía el 80% de las exportaciones de Buenos


Aires

- Igualmente Buenos Aires fue la menos afectada.

- Con la ruptura del dominio colonial se terminó con el monopolio español y avanzó el
comercio libre. Los aranceles de aduana eran bajos pero había mucho comercio.

- Mercaderías como textiles británicos de bajo costo ingresaban por el puerto de


Buenos Aires pagaban aranceles, lo que favorecía a Buenos Aires pero perjudicaba al
interior que también producía textiles.

- Junto con los aranceles cobrados de aduana, Buenos Aires producía y exportaba
cueros, sebos y carne salada.

3. LITORAL
 La riqueza quedó destruida. Fue muy frecuente que los ejércitos se abastecieran con
la confiscación de ganado, alimentos y Otros bienes en las zonas de los combates.
También se recurría a los trabajadores rurales y lo os esclavos para incorporarlos
como soldados, lo que quitaba mano de obra para la producción. Las economías más
perjudicadas por estos factores fueron las de las provincias donde se -desarrollaron
las guerras, como las provincias del Interior y del litoral.

 Perdió su lugar como proveedora de cueros para el mercado europeo.

Librecambio vs. Proteccionismo. Un debate vigente

No todas las regiones pudieron adaptarse positivamente a las demandas que exigía el mercado
mundial en un contexto de libre comercio.

-En esta situación desigual, se desarrolló un intenso debate entre dos ideas económicas: el
librecambio y el proteccionismo.
Proteccionismo
Aranceles o barreras aduaneras a través de la
aduana (puertos)

Eleva el precio de venta-compra


de los productos
-Protege a los pequeños productores
-Consumidores deben pagar un precio mayor
Librecambio
-Libertad de comercio Exportación e importación
sin aranceles o barreras aduaneras.

Permite la compra-venta de productos al precio más


barato posible

¿De qué
-Facilita la exportación
(venta de productos al exterior) productos?

pero...
-Facilita el ingreso de ¿De quién?

productos importados pero.. ¿A quién beneficia?


industriales . ¿A quién perjudica?

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