Clase Cuál Es La Importancia de La Cultura

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¿Cuál es la importancia de la cultura?

A continuación, reflexionaremos acerca de la cultura. ¿Qué es la cultura?

La filosofía actual se propone, como uno de los problemas que más apasionadamente le
interesan, indagar acerca de la cultura. Para empezar, definamos lo que es la cultura. Ella,
en un sentido muy amplio, está constituida por los productos de la actividad del ser
humano, y por esta actividad misma en cuanto no es puramente animal; esto es, en cuanto
es específicamente humana. Entran, pues, en el dominio de la cultura: el arte, la ciencia,
la filosofía, la religión, el mito, el lenguaje, la costumbre, la moral en cuanto práctica, el
Estado y todo género de organismo político o social, la técnica en todas sus formas. En
resumen, cuanto el humano, conscientemente o inconscientemente, crea, produce o
modifica, y la misma actividad creadora o modificadora es la cultura.

El concepto de cultura se opone al de naturaleza. Naturaleza es el conjunto de los objetos


existentes por ellos mismos, no creados ni modificados por el ser humano. El campo de
lo natural es lo dado; el campo cultivado pertenece en cambio al mundo de la cultura,
porque el ser humano lo ha convertido en un utensilio adecuado a ciertas finalidades y
propósito suyos.

En el mundo occidental, desde que se inicia la reflexión teórica en la Grecia antigua, la


cultura es tematizada en tanto oposición a la naturaleza, como contraposición entre physis
(naturaleza) y nomos (ley, norma), o como contraposición entre logos de la naturaleza
física y logos de la vida social y política.

La realidad, cuanto existe, parece, pues, distribuirse en dos grandes; porciones o partes:
la naturaleza, por un lado, la cultura por el otro. Evidentemente, los objetos culturales,
son los productos o resultados de su actividad humana. El ser humano, pues, según estas
definiciones, no es naturaleza, salvo aquello que en él es materialidad o animalidad. Y no
es cultura, sino el hacedor, el protagonista de la cultura.

Lo que es humano desde un punto de vista exclusivo, peculiar, específico, lo


denominamos espíritu. Al espíritu le atribuimos la designación de aquello que en el
humano crea el lenguaje, la religión, el arte, la moralidad, el Estado, etc. Como este
principio solo lo hallamos en él, lo utilizamos para separar al humano de la naturaleza.
Como lo que denominamos espíritu es lo que crea la cultura y la vida, Los productos u
objetos culturales debemos considerarlos como encarnaciones o realizaciones del espíritu.
El problema esencial en lo cultural es, pues, en general, un problema de significación, de
sentido. Casi todos los objetos culturales se nos manifiestan como objetos físicos. Veamos
brevemente cómo es esta exterioridad física en los distintos objetos culturales. Una
religión es un conjunto de edificios para el culto, unos libros, imágenes e inscripciones,
ciertos movimientos y ciertas palabras en los ritos, en la plegaria. Una obra de arte es
piedra, lienzo, color, líneas, sonidos, palabras escritas o pronunciadas. Una costumbre se
exterioriza en ciertas actitudes o movimientos, etc. Pero lo que distingue al objeto cultural
del objeto natural, es que el objeto natural es ante todo esa constitución física mientras
que lo esencial en el objeto cultural es que su realidad física, externa, es solo el soporte
del sentido, el vaso de un contenido espiritual. La religión no consiste en los edificios, los
libros del canon, los movimientos y palabras del rito, sino en el contenido espiritual de
todo eso, en la doctrina, en la creencia corporizada en ellos, expresada por ellos. Con la
misma mole de mármol puede hacerse un umbral, una señal caminera, un busto de César.
Con los mismos colores se pueden pintar las puertas de una casa y la Capilla Sixtina.
Vemos cómo los elementos naturales se han convertido en signos de la espiritualidad, en
receptáculos de un contenido religioso o estético, en vehículos de ciertas intenciones
humanas. El problema del conocimiento e interpretación de lo cultural consiste, pues, en
pasar en cada caso, de esos signos, de esos receptáculos, de esos vehículos, a lo expresado
por ellos, al contenido, a la intención humana que encierran.

Los problemas de la naturaleza se han examinado en toda su amplitud desde los


comienzos mismos de la filosofía; ha habido por tanto una filosofía de la naturaleza. En
cambio, no se puede decir que haya habido una filosofía de la cultura, aunque este o aquel
problema de la cultura haya sido examinado filosóficamente desde la antigüedad, porque
no se ha advertido que la cultura es un todo unitario y orgánico, como lo es por su parte
la naturaleza, y en cada uno de sus sectores debía ser investigado en función del conjunto
y con permanente referencia a él.

La cultura no consiste en un conjunto de formas estáticas, quietas. El Estado, el lenguaje,


el arte, la técnica, todos los hechos o entes culturales, poseen vida propia, cambian, se
modifican. La cultura en cuanto proceso es lo que se registra en la historia, que es siempre
historia de la cultura.

La cultura es el mundo propio del ser humano, su ambiente más cálido y cercano. La
integran objetos y procesos que él crea o realiza, unas veces conscientemente, otras
inconscientemente; unas veces individualmente, otras colectivamente. Los objetos y los
procesos son en cierto modo inseparables. Pero el análisis puede separarlos con el fin de
estudiarlos mejor aisladamente; siempre con la reserva de que procesos y objetos están
íntimamente unidos y a veces se confunden, se identifican.

A primera vista parecería que hay en los humanos en cuanto protagonista de la cultura,
capacidades que entran en comercio inmediato con las 1as respectivas formas culturales.
Esto es, una capacidad religiosa, estética, científica, etc., que producen activamente y
captan receptivamente la religión, el arte, el saber científico, etc..

El ser humano está como envuelto en un medio sutil que es su concepción del mundo, su
visión y estimación de las cosas, de la vida, de su propio ser, no como saber reflexivo y
consciente, sino como algo vivido, inmediato, inconsciente o casi inconsciente. Hay
concepciones del mundo propias de una raza, de una época, de un pueblo; hay
concepciones del mundo peculiares a ciertas clases sociales, a determinados tipos
humanos, a individuos aislados, y suelen superponerse y entremezclarse. Por ejemplo,
una concepción del mundo en que prepondere el factor religioso, coloreará de religiosidad
todos o casi todos los aspectos de la cultura. Una concepción del mundo de tendencia
estética o utilitaria, teñirá de esteticismo o utilitarismo aun aquellos sectores de la cultura
que menos tengan que ver directamente con el arte o con la utilidad.

Fuente: “Los problemas de la filosofía de la cultura” Francisco Romero

Segunda parte.

La cultura americana

Para Rodolfo Kusch (1922-1979) en su texto “Geocultura del hombre americano”


sostiene que a la hora de pensar la cultura siempre existe un punto de vista Geocultural.
La cultura sienta sus raíces en la vida cotidiana (gestos y actitudes) y se pregunta ¿Cuáles
son los gestos y las actitudes de nuestra cultura? Para Kusch la cultura que habitamos está
atravesada por lo popular y lo no popular. Lo que no se ajusta a lo popular no significa
que no sea masivo, sino que no fue gestado en nuestro suelo. La cultura no popular es
aquella proveniente de Europa que se afinco en las grandes urbes, sobre todo en Buenos
Aires. Es lo que se conoce como civilización, aquellas formas culturales colonizantes que
representan a occidente. Principalmente son los gestos y modismos que pertenecen a una
clase dominante que se percibe como (blanca-hetero-masculina-elitista y de “buenos
modales”). En la historia argentina se puede representar en las ideas de Belgrano,
Rivadavia, Sarmiento, Mitre etc. Para Kusch esa cultura se tensiona o encuentra su
antagonismo en lo que denomina clase popular. Es el lenguaje del pueblo, se propone una
lógica que no corresponde con los modos clásicos y rectos de la civilización, es por ese
motivo que suele reconocer como la barbarie americana. Aquella expresión cultural que
representa la “negritud” es lo que la cultura no popular tiende a luchar y a denigrar. Es
decir, para aquella cultura que mantiene los modos e intenta “imitar” las formas europeas
de la mejor manera, ven las expresiones populares como el síntoma de una barbarie
endemoniada que no cumple con las directrices de una civilización adecuada. Veamos
estos dos ejemplos para comprender de lo que está hablando Kusch.

“Entre 1947 y 1955 (los dos primeros gobiernos de Perón, en los


que se dictaron la Ley de Propiedad Horizontal en 1948 y la primer
Ley Nacional de Vivienda dentro del 2º Plan Quinquenal, entre
otras leyes y acciones en este rumbo) se construyeron alrededor de
500 mil viviendas nuevas. Una vivienda de ese plan que
contemplaba 4 tipos de viviendas. (Una de ellas fue) ‘la
cuadradita’: chalets con 2 y 3 dormitorios. Todas con paredes
exteriores de 30 con pared de 15 interior y los famosos pisos de
parquet”. Recuerdan la leyenda urbana que parieron esos pisos de
parquet, en hábitat de buena calidad, distribuidos masivamente con
sensibilidad social. Se dijo y repitió por décadas que los cabecitas
negras que los recibieron levantaban el parquet para hacer asados.
El mito gozó de buena prensa y divulgadores masivos de clases
medias y altas.”

Es decir, para Kusch aquella cultura “blanca” expresa que lo popular no está capacitado
para prácticas propiamente de su cultura. La cultura popular se expresa en los rituales
bárbaro que no podrían tener las herramientas para pertenecer a una cultura civilizada.
Toda esta tensión cultural que expresa Kusch continúa hasta nuestros días. En América
la cultura nuestra se tensiona con una cultura exportada. Vivimos todos en esa
ambivalencia que muchas veces ocultamos pero que en definitiva se muestra de diferentes
acontecimientos. La importancia de la misma radica en que la cultura (cultivo) es todo
aquello que trasciende a nuestro cuerpo y se prolonga en los demás. “Un hombre no es
solo su cuerpo sino también su manera de comer, su forma de pensar, sus costumbres, su
religión o incluso su falta de religión”. La importancia de la cultura radica en darle sentido
a las cosas del mundo, veamos este ejemplo:

Figura 1

La mayoría de nosotros, cuando miramos por primera vez la figura 1, vemos el dibujo de
una escalera en la que resulta visible la superficie superior de los escalones. Pero no es
éste el único modo de poderlo ver. También se puede ver sin dificultad como una escalera
en la que resulta visible la parte inferior de los escalones. Además, si se mira el dibujo
durante algún tiempo, por lo general se encuentra, involuntariamente, que cambia la
visión frecuentemente de una escalera vista desde arriba a una escalera vista desde abajo
y viceversa. Y, no obstante, parece razonable suponer que, puesto que el objeto que
contempla el observador sigue siendo el mismo, las imágenes de la retina no varían. El
hecho de que el dibujo se vea como una escalera vista desde arriba o como una escalera
vista desde abajo parece depender de algo más que de la imagen que hay en la retina del
observador. Sin embargo, los resultados de los experimentos realizados con miembros de
varias tribus africanas, cuyas culturas no incluyen la costumbre de dibujar objetos
tridimensionales mediante dibujos bidimensionales con perspectiva, indican que los
miembros de estas tribus no habrían considerado que la figura 1 es una escalera sino una
disposición bidimensional de líneas (Fuente: Chalmers: “¿Qué es esa cosa llamada
ciencia?”)

Si establecemos que la cultura les da sentido a los utensilios. Si el modo de ser de una
cultura, la forma en que cultiva sus acciones es el sentido de una cultura. Entonces
podemos concluir que indagar sobre las prácticas culturales de una sociedad supone
indagar y buscarnos a nosotros mismos. La cultura es lo que le da sentido a las cosas en
ella radica nuestro ser. Como dice Kusch “La cultura supone entonces un suelo en el que
obligadamente se habita, eso significa que no puede ser indiferente a los que sucede ahí”.
Es decir, la cultura implica una responsabilidad y vale porque la absorbe la comunidad en
tanto ve en ella una significación. También Antonio Gramsci (Cerdeña, 22 de enero de
1891 - Roma, 27 de abril de 1937) sostenía algo parecido: " la cultura es la potencia
fundamental de pensar y de saberse dirigir en la vida". Desde la cárcel sostenía: “Yo doy
a la cultura este significado: ejercicio del pensamiento, adquisición de ideas generales,
hábitos que deben conectar causas y efectos. Para mí todos son ya cultos, porque todos
piensan, todos conectan causas y efectos. Pero lo son empíricamente, primordialmente,
no orgánicamente. Por lo tanto, se tambalean, se abandonan, se ablandan o se vuelen
violentos, intolerantes, rijosos, según los casos y las contingencias".

“Es por ese motivo que el sentido profundo de la cultura está en que ésta puebla de signos
y símbolos el mundo. Y que este poblamiento es para lograr un domicilio en el mundo a
los efectos de no estar demasiado desnudo o desvalido en él”. Para Kusch la cultura nace
de una indigencia del existir humano, por ese motivo un mate en nuestra cultura
representa no solamente la parte de un desayuno sino el sentirse parte de un colectivo
ritual que nos hace sentir acompañados. Entonces la cultura cumple con la función
existencial de concretar los proyectos, nos hace ver el horizonte donde se instala nuestra
existencia. Con ese horizonte simbólico y concreto se crea el mundo del día a día sin el
cual no se podría sostener nuestra existencia. No sabríamos como vivir si no hubiera
costumbres que son también mías, si no hablaríamos las mismas palabras que yo también
utilizo, si no pensáramos de nuestros proyectos de una manera similar. En este caso la
función de las instituciones sirve para mantener los modelos o lidiar con prácticas
culturales.

Actividad

1) ¿Cuál es la diferencia entre la naturaleza y la cultura?


2) ¿Qué significa que la cultura no consiste en un conjunto de formas estáticas?
3) “Hay concepciones del mundo propias de una raza, de una época, de un pueblo;
hay concepciones del mundo peculiares a ciertas clases sociales, a determinados
tipos humanos, a individuos aislados, y suelen superponerse y entremezclarse.
Por ejemplo, una concepción del mundo en que prepondere el factor religioso,
coloreará de religiosidad todos o casi todos los aspectos de la cultura. Una
concepción del mundo de tendencia estética o utilitaria, teñirá de esteticismo o
utilitarismo aun aquellos sectores de la cultura que menos tengan que ver
directamente con el arte o con la utilidad.” Realizar una breve narración sobre
este párrafo. ¿Qué significa que la cultura se colorea con la visión del mundo
que tengamos? Dar algún ejemplo.

Segunda parte

4) ¿En qué consiste el gesto geocultural?


5) ¿Cuál es el rol popular de la cultura?
6) ¿Cuáles son los dos tipos de cultura que se tensionan en América?
7) ¿Qué significa que la cultura nos cobija, y no nos hace sentir desvalidos?

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