Qué Es El Traumatismo Craneoencefálico
Qué Es El Traumatismo Craneoencefálico
Qué Es El Traumatismo Craneoencefálico
TRABAJO MONOGRÁFICO
DOCENTE:
ALUMNA:
INTRODUCCIÓN
Los traumatismos de cráneo o craneoencefálicos son las lesiones físicas
Se define como la lesión recibida por el cráneo, sus cubiertas y el contenido encefálico
producto de la acción que ejercen sobre él fuerzas externas.
Trastornos en la deglución.
La atención-concentración.
La memoria-aprendizaje.
El razonamiento-inteligencia.
El lenguaje-habla etc.
Los hematomas subdurales crónicos pueden manifestarse con cefaleas diurnas que
se intensifican, mareos fluctuantes o confusión (que puede confundirse con una
demencia en fase precoz), una hemiparesia leve a moderada u otras deficiencias
neurológicas focales y/o convulsiones.
Síntomas a largo plazo
La amnesia puede persistir y ser retrógrada o anterógrada (es decir, para
acontecimientos que siguen a la lesión).
El síndrome posconmoción, que suele observarse tras una conmoción grave, incluye
cefaleas persistentes, vértigo, cansancio, dificultad para concentrarse, amnesia
variable, depresión, apatía y ansiedad. En general, se altera o se pierde el sentido del
olfato (y por tanto, del gusto) y a veces la audición, y es menos frecuente que se pierda
la vista. Los síntomas suelen resolverse espontáneamente en semanas a meses.
Una serie de deficiencias cognitivas y neuropsiquiátricas pueden persistir tras un
traumatismo craneoencefálico grave, o moderado, o incluso leve, sobre todo en
presencia de lesiones estructurales significativas. Los problemas comunes incluyen
Amnesia
Cambios en el comportamiento (p. ej., agitación, impulsividad, desinhibición, falta de
motivación)
Labilidad emocional
Trastornos del sueño
Función intelectual disminuida
En un pequeño porcentaje de pacientes aparecen convulsiones tardías (> 7 días
después del traumatismo), pero incluso pueden ser semanas o años después. A veces
también se producen alteraciones motoras de tipo espástico, los trastornos de la
marcha o el equilibrio, la ataxia y las pérdidas sensitivas.
Tras un traumatismo craneoencefálico que destruye las funciones cognitivas del
prosencéfalo sin afectar el tronco encefálico puede producirse un estado
vegetativo persistente. La capacidad de autoconsciencia y otras actividades mentales
suele estar ausente; sin embargo, se conservan los reflejos autónomos y motores, y los
ciclos de sueño-vigilia son normales. Pocos pacientes recuperan una función
neurológica normal cuando el estado vegetativo persistente dura más de 3 meses tras
la lesión y casi ninguno se recupera pasados los 6 meses.
La función neurológica tiende a mejorar durante al menos 2 años tras un traumatismo
craneoencefálico, y es más rápida en los primeros 6 meses.
Diagnóstico de traumatismos craneales
Evaluación inicial rápida del traumatismo
Examen neurológico y determinación de la Escala del Coma de Glasgow
TC
(Para un ejemplo de cómo seleccionar, diagnosticar, y tratar las lesiones de la cabeza
en un sistema en el cual la TC y en especial los cuidados traumatológicos se usan de
manera más selectiva que en los Estados Unidos, véase la guía práctica del National
Institute for Clinical Excellence del Reino Unido Head injury: triage, assessment,
investigation and early management of head injury in children, young people and adults,
publicado en 2014 y actualizado por última vez en 2019).
Medidas iniciales
Debe realizarse una evaluación global inicial de las lesiones (véase Abordaje del
paciente traumatizado: evaluación clínica y tratamiento). Se evalúa que las vías aéreas
y la respiración sean adecuadas. El diagnóstico y el tratamiento del traumatismo
craneoencefálico se realizan simultáneamente en pacientes con lesiones graves.
Una evaluación neurológica rápida y dirigida es parte de la evaluación inicial; incluye el
examen de los componentes de la escala de coma de Glasgow (ECG) y el reflejo
fotomotor (respuesta pupilar a la luz). Se debe examinar al paciente antes de
administrar sedantes o relajantes musculares. Los pacientes deben ser evaluados con
frecuencia (p. ej., cada 15 a 30 min inicialmente; luego de la estabilización, cada hora).
La mejoría o el deterioro posterior ayudan a determinar la gravedad y el pronóstico de
las lesiones.
Evaluación clínica completa
El exámen neurológico completo se realiza tan pronto como el paciente esté lo
bastante estable. Los niños deben ser examinados con detenimiento para descartar
hemorragias retinianas, que pueden indicar un síndrome del niño sacudido. El estudio
del fondo de ojo puede revelar desprendimientos de retina traumáticos y/o la ausencia
de pulsaciones venosas retinianas debido a la elevación de la presión intracraneal,
pero el examen puede ser normal a pesar de la lesión cerebral.
La conmoción se diagnostica cuando la pérdida de consciencia o de memoria dura < 6
h y los síntomas no se explican por una lesión cerebral vista en neuroimágenes.
Se sospecha daño axonal difuso (DAD) cuando la pérdida de consciencia excede las 6
horas y se visualizan microhemorragias en la TC o la MR.
El diagnóstico de otros tipos de traumatismo craneoencefálico se realiza mediante TC o
RM.
Estudios por imágenes neurológicas
Los estudios por la imagen deben solicitarse siempre en pacientes con alteraciones del
nivel de consciencia, escore de Glasgow < 15, alteraciones neurológicas focales,
vómitos persistentes, convulsiones o sospecha clínica de fractura. Muchos médicos
solicitan una TC en todos los pacientes con traumatismos incluso triviales, por las
graves consecuencias clínicas y medicolegales de no diagnosticar un hematoma, pero
los médicos deberían balancear este abordaje contra el riesgo posible de los
acontecimientos adversos relacionados con la radiación de la TC en pacientes más
jóvenes.
TC de cabeza sin contraste
Hematoma subdural
Esta TC muestra una opacidad en forma de medialuna sobre el tejido encefálico,
característica de un hematoma subdural. ... obtenga más información
El uso de profilaxis antibiótica es controvertido por los datos limitados sobre su eficacia
y la preocupación de que facilite el desarrollo de cepas resistentes a antibióticos.
Cirugía
Los hematomas intracraneanos pueden obligar a la evacuación quirúrgica de la sangre
para prevenir o tratar el desplazamiento, la compresión y la herniación del encéfalo; por
ende, es obligatorio consultar pronto con un neuocirujano.
Sin embargo, no todos los hematomas requieren extirpación quirúrgica. Los
hematomas intracerebrales pequeños rara vez requieren cirugía. A menudo, los
pacientes con pequeños hematomas subdurales pueden ser tratados sin cirugía.
Los factores que sugieren la necesidad de cirugía de emergencia incluyen
Desviación cerebral de la línea media de > 5 mm
Compresión de las cisternas basales
Empeoramiento de los hallazgos del examen neurológico
Los hematomas subdurales crónicos pueden requerir un drenaje quirúrgico, pero con
una urgencia mucho menor que los agudos. Los hematomas grandes o epidurales de
origen arterial deben tratarse quirúrgicamente, mientras que los epidurales venosos
pequeños pueden controlarse con TC seriadas.
Otros problemas de cuidados críticos en traumatismo craneoencefálico
La anemia y la trombocitopenia son problemas comunes en pacientes que han tenido
un traumatismo encefálico. Sin embargo, las transfusiones de sangre pueden ocasionar
significativamente más complicaciones y una mayor letalidad; por lo tanto, el umbral
para la transfusión en pacientes con traumatismo craneoencefálico debe ser alto, el
mismo que para otros pacientes de cuidados intensivos.
La hiperglucemia predice un mayor riesgo de aumento de la presión intracraneal,
alteración del metabolismo cerebral, infección urinaria y bacteriemia; por lo tanto, se ha
intentado un control glucémico cuidadoso en pacientes con un traumatismo
craneoencefálico. Sin embargo, en un ensayo controlado aleatorizado que comparó
regímenes intensivos (para mantener la glucosa < 80 a 120 mg/dL [4,4 a 6,7 mmol/L])
con los regímenes tradicionales (para mantener la glucosa < 220 mg/dL [12,2 mmol/L]),
las puntuaciones de la escala de coma de Glasgow fueron los mismos a los 6 meses,
pero la incidencia de episodios de hipoglucemia fue mayor con el régimen intensivo (7).
Se han recomendado diversos grados de hipotermia para mejorar la recuperación
neurológica mediante la mejora de la neuroprotección y la disminución de la presión
intracraneal en el período agudo después de una traumatismo craneoencefálico. Sin
embargo, múltiples ensayos controlados aleatorizados han demostrado que la
hipotermia profiláctica temprana (dentro de 2,5 h) y corta (48 h después de la lesión) no
mejora los resultados en pacientes con traumatismo craneoencefálico grave en
comparación con el tratamiento médico estándar, y aumenta el riesgo de coagulopatía
e inestabilidad (8, 9).
Los bloqueantes de los canales de calcio se han utilizado en un intento de prevenir el
vasoespasmo cerebral después de un traumatismo craneoencefálico para mantener el
flujo de sangre al cerebro y, por lo tanto, para evitar un mayor daño. Sin embargo, una
revisión de ensayos controlados aleatorizados de bloqueantes de los canales de calcio
en pacientes con traumatismo craneoencefálico agudo y hemorragia subaracnoidea
traumática concluyó que su eficacia sigue siendo incierta (10).
Rehabilitación
Cuando persisten las deficiencias neurológicas, se requiere rehabilitación. Es mejor
que la rehabilitación después de una lesión encefálica sea proporcionada a través de
un equipo intermultidisciplinario que combine la fisioterapia, la terapia ocupacional y
cognitiva, la logoterapia, las actividades que desarrollen las habilidades, y el
asesorameinto para satisfacer las necesidades emocionales y sociales del paciente.
Grupos de apoyo paraa lesionados cerebrales pueden proporcionar ayuda a los
familiares de estos pacientes.
El 50% de los pacientes cuyo coma excede las 24 h presentan secuelas neurológicas
persistentes graves y suelen requerir un período de rehabilitación prolongado, sobre
todo en aspectos cognitivos y emocionales. Es necesario planificar pronto el servicio de
rehabilitación.
REFERENCIAS
a. 1. Carney N, Totten AM, O'Reilly C, et al: Guidelines for the management of severe
traumatic brain injury, fourth edition. Neurosurgery 80(1):6–15, 2017. doi:
10.1227/NEU.0000000000001432
b. 2. Alali AS, Fowler RA, Mainprize TG, et al: Intracranial pressure monitoring in severe
traumatic brain injury: Results from the American College of Surgeons Trauma Quality
Improvement Program. J Neurotrauma 30(20):1737–1746, 2013. doi:
10.1089/neu.2012.2802
c. 3. Chesnut RM, Temkin N, Carney N, et al: A trial of intracranial-pressure monitoring in
traumatic brain injury. N Engl J Med 367(26):2471–2481, 2012. doi:
10.1056/NEJMoa1207363
d. 4. Gerber LM, Chiu YL, Carney N, et al: Marked reduction in mortality in patients with
severe traumatic brain injury. J Neurosurg 119(6):1583–1590, 2013. doi:
10.3171/2013.8.JNS13276
e. 5. Hutchinson PJ, Kolias AG, Timofeev IS, et al: Trial of decompressive craniectomy for
traumatic intracranial hypertension. N Engl J Med 375(12):1119–1130, 2016. doi:
10.1056/NEJMoa1605215
f. 6. Edwards P, Arango M, Balica L, et al: Final results of MRC CRASH, a randomised
placebo-controlled trial of intravenous corticosteroid in adults with head injury-outcomes
at 6 months. Lancet 365(9475):1957–1959, 2005. doi: 10.1016/S0140-6736(05)66552-
X
g. 7. Bilotta F, Caramia R, Cernak I, et al: Intensive insulin therapy after severe traumatic
brain injury: A randomized clinical trial. Neurocrit Care 9(2):159–166, 2008. doi:
10.1007/s12028-008-9084-9
h. 8. Clifton GL, Valadka A, Zygun D, et al: Very early hypothermia induction in patients
with severe brain injury (the National Acute Brain Injury Study: Hypothermia II): A
randomised trial. Lancet Neurol 10(2):131–139, 2011. doi: 10.1016/S1474-
4422(10)70300-8
i. 9. Andrews PJD, Sinclair HL, Rodriguez A, et al: Hypothermia for intracranial
hypertension after traumatic brain injury. N Engl J Med 373(25):2403–2412, 2015. doi:
10.1056/NEJMoa1507581
j. 10. Vergouwen MDI, Vermeulen M, Roos YBWEM: Effect of nimodipine on outcome in
patients with traumatic subarachnoid haemorrhage: A systematic review. Lancet
Neurol 5(12):1029–1032, 2006. doi: 10.1016/S1474-4422(06)70582-8
CONCEPTOS CLAVE
El traumatismo craneoencefálico puede causar una amplia variedad de síntomas
neurológicos, a veces incluso en ausencia de daño cerebral estructural detectable en
los estudios de imagen.
Siga la evaluación inicial (evaluación y estabilización del traumatismo, puntuación en
la ECG, examen neurológico focalizado rápido) con un examen neurológico más
detallado cuando el paciente se encuentre estable.
Obtención de neuroimágenes (en general TC) en forma aguda si los pacientes tienen
más que alteraciones transitorias del nivel de consciencia, puntuación en la ECG < 15,
alteraciones neurológicas focales, vómitos persistentes, convulsiones, antecedentes de
pérdida de la consciencia, sospecha clínica de fractura o posiblemente otros hallazgos.
Dar el alta a la mayoría de los pacientes con traumatismo craneoencefálico leve; ellos
se pueden observar en el hogar si la neuroimagen está indicado o es normal y el
examen neurológico es normal.
Admitir pacientes con traumatismo craneoencefálico grave en una unidad de cuidados
críticos y, para evitar una lesión cerebral secundaria, tratarlos en forma agresiva y
mantener ventilación, oxigenación y perfusión cerebral adecuada.
Tratar aumento de la presión intracraneal por lo general con intubación de secuencia
rápida, monitorización de la presión intracraneal, la sedación, el mantenimiento de
euvolemia y osmolaridad sérica normal, y las intervenciones quirúrgicas a veces (p. ej.,
drenaje de líquido cefalorraquídeo, craneotomía descompresiva).
Tratar algunas lesiones quirúrgicamente (p. ej., hematomas epidurales arteriales o
grandes, hematomas intracraneal con un desplazamiento de la línea media del cerebro
> 5 mm, la compresión de las cisternas basales, el empeoramiento de los hallazgos en
el examen neurológico).