Resumen

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

“Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración

de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho”

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

TEMA: JOHN RAWLS: LA CONCEPCIÓN DE LAS PERSONAS


Y LA IDEA DE UNA CIUDAD BIEN ORDENADA

MATERIA: Seminario de Filosofía del Derecho

ALUMNOS:

● Aliaga Orosco Rosalinda Angela


● Camargo Quispe Xiomara Coraima
● La Rosa Sanchez Keyko
● Pelayo Zacarias Gino
● Refulio Olivera Brandon
● Olivera Veliz Alexander

DOCENTE: Humbero Delgado Mejia

CICLO: XII AULA: E - 101

Huancayo- Perú
2024
LA CONCEPCIÓN DE LAS PERSONAS Y LA IDEA DE
UNA CIUDAD BIEN ORDENADA

Introducción
El contexto actual se caracteriza por un pluralismo de doctrinas morales,
filosóficas y religiosas que, al ser diferentes y contrapuestas, generan
debates políticos que a menudo no logran soluciones justas. Esto se debe
a que las diversas posturas derivan sus principios de justicia a partir de
sus propias concepciones del bien. Este panorama invita a profundizar en
las ideas de John Rawls, quien revitalizó la filosofía política en su obra A
Theory of Justice (1971). Ante las críticas sobre la estabilidad de su teoría,
Rawls desarrolla nuevos conceptos en.
El estudio se dividirá en tres partes: primero, se explicarán los conceptos
de ciudadanos y sociedad bien ordenada según Rawls; segundo, se
clasificarán y analizarán los constructos de su teoría; y, por último, se
presentarán conclusiones que contribuyan a la construcción de una
verdadera democracia en el país.
1.¿Que es ser ciudadano?
En la disputa entre John Rawls y Jürgen Habermas, Rawls argumenta que
uno de los cambios políticos significativos en su obra Liberalismo Político
en comparación con Teoría de la Justicia es el reemplazo de la concepción
de "persona" por la de "ciudadanos". Estos ciudadanos son vistos como
personas libres e iguales que poseen dos facultades: lo razonable y lo
racional,Lo razonable se refiere a la capacidad de tener un sentido de la
justicia, ubicado en el plano intersubjetivo y relacionado con la
reciprocidad en un sistema justo de cooperación. Las personas razonables
buscan un mundo social donde puedan cooperar en términos aceptables
para todos,Lo racional, por otro lado, se aplica a un agente individual o
corporativo que busca fines e intereses, a menudo los propios. Sin
embargo, Rawls señala que los agentes racionales no siempre actúan en su
propio interés, ya que cada interés pertenece a un agente, pero no todos
benefician a ese agente. Los ciudadanos, entendidos de esta manera, se
encuentran en lo que Rawls denomina una Sociedad Bien Ordenada, un
concepto que se desarrolla en su segunda obra y que es frecuentemente
malinterpretado por comunitaristas que creen que la teoría de Rawls
separa al individuo de la comunidad. Esta crítica se convierte en el
contexto para profundizar en los términos que sustentan su teoría de la
justicia.
2.Una sociedad bien ordenada
la teoría de John Rawls y su concepto de sociedad bien ordenada La
teoría de Rawls no separa a los ciudadanos de una sociedad, sino que los
integra en lo que él denomina una Sociedad Bien Ordenada, que es un
sistema justo e imparcial de cooperación. Esta teoría sostiene que las
libertades básicas se logran a través de dicho sistema, garantizando que
los ciudadanos puedan disfrutar de ellas.
A pesar de las críticas que argumentan que Rawls desconecta a los
individuos de su contexto social, su enfoque busca precisamente que los
ciudadanos gocen de libertades dentro de un marco de cooperación justa.
La Sociedad Bien Ordenada es estable en su concepción política, aunque
pluralista en las doctrinas sobre el bien. Este ideal es fundamental en las
obras de Rawls y sirve de base para reflexionar sobre los distintos términos
que conforman su concepción de la justicia.

3. Los constructos principales en el pensamiento de John


Rawls

El filósofo John Rawls en su obra de “Teoría De La Justicia” propone una


situación hipotética un experimento mental conocido como la concepción
de la posición original, para fundamentar su propuesta. Este escenario es
el status quo inicial apropiado, el cual asegura que los acuerdos
fundamentales a los que se ha llegado en él sean parciales. A este hecho
se le da el nombre de “justicia como imparcialidad”, el cual permite
equidad en el momento que los ciudadanos deciden los principios de
justicia; todos eligen teniendo en cuenta que sus elecciones beneficien a
todos por igual en el futuro. “Esos principios de justicia son justificados
porque ellos serían acordados en una situación inicial de igualdad”.

En general, el elemento principal es la imparcialidad a la hora de decidir


las normas que regularán nuestra vida pública. Habrá una decisión a favor
de la libertad e igualdad; la representación de una sociedad democrática
es luchar por la cooperación libre e imparcial entre los ciudadanos. Al
respecto el filósofo Rawls menciona que: La idea aquí es simplemente
hacer vívidas a nosotros mismos las restricciones que parece razonable
imponer a los argumentos de los principios de justicia, y más allá de esos
principios mismos. Por lo tanto, parece razonable y generalmente
aceptable que ninguno debería ser favorecido o desfavorecido por la
fortuna natural o circunstancias sociales en la elección de los principios.

4. El subconstructo velo de ignorancia

Por otra parte, es importante observar lo que distingue a la noción del


Contrato Social que hasta el momento se había desarrollado y la noción
que aportó John Rawls a dicha teoría. Mientras que la tradición del
contratualismo fáctico representada por filósofos como Thomas Hobbes,
John Locke y Jean-Jacques Rousseau, intenta eliminar la inequidad
causada por razones naturales a través del contrato social, John Rawls se
esfuerza por hacer lo mismo proponiendo la Posición Original.
Reflexionando sobre estas dos soluciones, podemos declarar que la
primera proposición tiene una falta, en el momento de decidir, la gente
sabe cuál es su ocupación, género, cultura, religión, etc., esto dificulta la
imparcialidad, y por lo tanto, no permite la libertad e igualdad. Por su
parte, la segunda intenta resolver este problema con el concepto de Velo
de Ignorancia; el cual complementa la noción sobre la Posición Original y
facilita las restricciones deseadas y necesarias para facilitar la
imparcialidad.

Para tener imparcialidad en la Posición Original es necesario que ninguno


sepa su condición en la sociedad, por esa razón es esencial que en ella
haya un elemento que restrinja las inclinaciones particulares, ese
componente es el Velo de Ignorancia, de esta manera John Rawls afirma:
“Para representar las restricciones deseadas uno imagina una situación en
la cual todos están privados de esta clase de información. Uno excluye el
conocimiento de estas contingencias que ponen a los hombres en
desacuerdo y les permite ser guiados por sus prejuicios. De esta manera,
el Velo de Ignorancia llega de una forma natural. Este concepto no
causaría dificultad si tenemos en cuenta la restricción sobre los
argumentos que él quiere expresar”.

El Velo de Ignorancia permite que seamos imparciales en el momento de


elegir los principios que regularán nuestras vidas en la sociedad, es decir,
no sabemos cómo las normas que decidimos afectarán nuestros propios
casos particulares. (Rawls, 1971., pág. 136) Este elemento permite que seamos
ciudadanos libres e iguales en un acuerdo amplio, sin importar el sexo,
religión, desigualdades naturales, contingencias sociales, etcétera; en fin,
sin importar nuestras concepciones del bien. Además de lo anterior, los
ciudadanos no saben cuál es el nivel económico, político, cultural y
educativo sobre sus países, es decir, las personas no tienen información
sobre la generación a la que pertenecen.

5. LOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA

Para finalizar la reflexión sobre el constructo Posición Original y su


subconstructo, es de vital importancia hablar de los dos ejes que
fundamentan la Teoría de la Justicia y que están expresados en los
principios que elegimos en la Posición Original: (Rawls, 1993., pág. 21)

1. PRINCIPIO DE IGUALDAD: cada persona tiene igual derecho a un


esquema plenamente adecuado de libertades básicas iguales que sea
compatible con un esquema semejante de libertades para todos.
2. PRINCIPIO DE LAS JUSTAS DIFERENCIAS: las desigualdades sociales y
económicas tienen que satisfacer dos condiciones: primera, deben
relacionarse con puestos y posiciones abiertos para todos en condiciones
de plena equidad y de igualdad de oportunidades; y segunda, deben
redundar en el mayor beneficio de los miembros menos privilegiados de la
sociedad

Los dos principios básicos de la justicia, “buscan regular la estructura


básica de la sociedad y disponen la organización de los derechos y deberes
sociales, así como los parámetros económicos que pueden regir a los
individuos que la componen.” (Botero, 2005, pág. 56)

El primero de ellos dice que ciertas libertades son básicas e iguales para
todos: libertad de conciencia, libertad de pensamiento, libertad de
asociación, igualdad de derechos políticos, libertad e integridad de la
persona y las libertades que sustentan el imperio de la ley. Son libertades
básicas porque son necesarias para poder ejercer las propias «capacidades
morales». Las dos capacidades morales son: primera, la capacidad de ser
racional, de tener una concepción racional del propio bien, y, la segunda, la
capacidad de un sentido de la justicia, de entender, aplicar y actuar según
las exigencias de la justicia. Estas capacidades constituyen intereses
esenciales de las personas moralmente libres e iguales, puesto que
permiten que cada persona sea un agente libre y responsable que
interviene en la cooperación social.

El segundo principio de la justicia de Rawls, el principio de diferencia, regula


las diferencias permisibles en derechos, poderes y privilegios. Define los
límites de las desigualdades en riqueza, ingresos, poder y posición que
puede haber en una sociedad justa. Dice, primero, que las posiciones
sociales están abiertas a que todos compitan en igualdad de
oportunidades. Segundo, las desigualdades en riqueza, ingresos y poder
social y posición son permisibles sólo si benefician máximamente a la clase
menos favorecida de la sociedad. El principio de diferencia implica que un
sistema económico justo distribuye los ingresos y riquezas para permitir a
las personas de las clases menos favorecidas estar mejor que lo que
estarían bajo cualquier otro sistema económico alternativo. (Audi, 2004,
págs. 823-824).
Teniendo una conocimiento claro de lo que es la posición original en John
Rawls, surgen diversas cuestiones que ceden lugar a la reflexión sobre el
siguiente constructo en el que él cimenta su teoría; ¿Qué pasa si los
acuerdos a los que hemos llegado ya no son estables? ¿Y si no estamos de
acuerdo con la posición que adopta la sociedad? ¿Los principios a los que
hemos llegado como sociedad son permanentes?

6. EQUILIBRIO REFLEXIVO
En la actualidad, escuchamos por doquier que la democracia significa la
elección de la mayoría, concluyendo por tanto, que una persona debe
sacrificar su autonomía moral en virtud del bienestar o de las ideologías de
la comunidad. Esta situación se ejemplifica en el caso del servicio militar de
nuestro país y de muchos otros, en donde los jóvenes deben sacrificar su
libertad para la protección del Estado, de aquí surge una pregunta liberal:
acaso ¿el hombre no es libre de decidir si prestar o no, un servicio en favor
de su país? Muchos argumentan que no debe ser así, pues el ciudadano
goza de los beneficios de su nación y por lo tanto, éste está en la obligación
de contribuir al orden del estado al que pertenece, y así, retribuir los
beneficios de los que goza.

Pero el tema de la retribución no es suficientemente racional ni imparcial,


pues si se arguye que los ciudadanos tienen la obligación de retribuir a su
Patria, por los beneficios que ésta les otorga, el Estado no es congruente
consigo mismo y se podría decir que favorece implícitamente una imagen
superior del hombre frente a la mujer, es decir, un machismo, esto por lo
siguiente: mediante esa supuesta obligación del ciudadano a compensar
los favores que recibe de su Nación, se violaría el primer principio que John
Rawls propone en Teoría de la Justicia, puesto que no hay igualdad de
libertades en el momento de declarar que el servicio militar es una
exigencia a los varones y no a las féminas.

Otros casos que expresan un atentado contra libertad, son las restricciones
al aborto, la eutanasia y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Esta
posición de someter la libertad de la persona a la voluntad general, lo
observamos en el momento de exponer las deficiencias del contrato social
en Locke y Rousseau. Frente a esta postura, John Rawls decidirá sin duda
alguna optar por la fundamentación monológica de Kant, la cual consiste
en rescatar la autonomía moral del individuo que se había perdido en el
momento en que Locke y Rousseau ofrecen una connotación moral al
acuerdo mayoritario como criterio de legitimación fáctico (Botero, 2005, pág.
34); sin embargo, el autor del Liberalismo Político a diferencia de Kant lo
hará de una forma más radical (Botero, 2005, pág. 45) 8, incluyendo en su
Teoría de la Justicia, el subscontructo del equilibrio reflexivo. Este nuevo
mecanismo “se constituye en una especie de auditaje subjetivo desde el cual
el individuo asume e interioriza los principios concertados como propios,
pero con la posibilidad permanente de cuestionarnos y replantearnos de
acuerdo con las nuevas circunstancias. Ello se convierte en un recurso
individual que garantiza que el ciudadano, en tanto persona moral, pueda
tomar distancia frente a las decisiones mayoritarias que considere
arbitrarias e inconvenientes. De esta manera, la “exigencia de unanimidad
[...] deja de ser una coacción.” (Botero, 2005, pág. 45).

En coherencia con lo anterior, se comprende que “La voluntad general no


puede ser impuesta con el argumento de ser moralmente legítima por ser
mayoritaria: tiene que ser subsumida libremente por el individuo, en todo
tiempo y lugar.” (Botero, 2005, pág. 45). Por tal motivo, la conciencia individual
del ciudadano puede disentir del orden jurídico existente.

El equilibrio reflexivo es la polea que permite articular la dimensión política


con la individual, dándole al ciudadano, como persona moral, la posibilidad
de replantear los principios de justicia y la estructura social que se deriva
de ellos cuando sus convicciones así se lo sugieran. Con ello Rawls pretende
resolver la contradicción que había quedado pendiente en el
contractualismo clásico entre la voluntad general y la autonomía individual,
que Kant había intentado resolver sin mucha fortuna. (Botero, 2005, pág. 45).

Por otra parte, en Liberalismo Político, John Rawls asume que: “una
concepción política de justicia, para ser aceptable, debe ser acorde con
nuestras convicciones consideradas, en todos los niveles de generalidad,
tras la debida reflexión, o en lo que he llamado en otra parte “equilibrio
reflexivo”. (Rawls, 1993., pág. 8). Esta noción es una forma de remover nuestras
dudas. Podemos revisar una interpretación de la situación inicial, y luego
por la capacidad de sus principios, acomodar nuestras más firmes
convicciones y proporcionar orientación donde sea necesaria. En la
búsqueda de la descripción más favorable de esta situación, trabajamos
desde ambos extremos. Empezamos por describir de qué modo representa
las condiciones generalmente compartidas y de preferencia débiles. (Rawls,
1971., pág. 20).

Podemos modificar la cuenta de la situación inicial o revisar nuestros juicios


existentes, incluso los que tomamos provisionalmente como puntos fijos;
ellos están sujetos a revisión. El equilibrio reflexivo es un estado de asuntos.
Es un equilibrio porque al final nuestros principios y juicios coinciden; y es
reflexivo desde que sabemos lo que es conforme a ellos, y las premisas de su
derivación. Este mecanismo no es necesariamente estable. Está sujeto a ser
alterado por nuevos exámenes de condiciones que serían impuestos en la
situación contractual y por casos particulares que deben conducirnos a
revisar nuestros juicios (Rawls, 1971., págs. 20-21).

Lo que se pretende lograr con este componente, es que no se impongan


cuestiones abstractas o particulares sobre las “mías”, es decir, que se utilice
este método mediante el cual se llega a un equilibrio por medio de la
deliberación y reflexión entre las diferentes concepciones racionales de los
ciudadanos. La finalidad es conseguir una plena coherencia entre lo que yo
afirmo y lo que acuerdo con el resto de la sociedad; al final del equilibrio
reflexivo podremos encontrar diferentes discrepancias, por lo que es
necesario revisar aquello que hemos acordado y redirigir, incluso cambiar
nuestros puntos fijados anteriormente. Como su nombre lo dice, es un punto
de llegada (equilibrio) en la reflexión que después de la revisión logra que
los principios proclamados y los juicios pronunciados coincidan.

Toda esta exposición del equilibrio reflexivo rescata la autonomía moral del
ciudadano como lo hizo la fundamentación monológica de Kant al menguar
la carencia del contrato social (Botero, 2005, pág. 45), pero nos lleva a
formular la crítica que muchos pensadores le hicieron a Rawls después de
escribir su Teoría de la Justicia, ¿puede una sociedad democrática,
caracterizada por un pluralismo de doctrinas razonables comprehensivas,
ser estable?

“CONSENSO ENTRECRUZADO, EL CONSTRUCTO QUE


PERMITE LA ESTABILIDAD DE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA”

John Rawls: Aparece en “Political Liberalism” (1993)

La misma que continúa y revisa la idea de justicia como imparcialidad


presentada en “A Theory of Justice”, ya que dicha teoría carece de unidad y
estabilidad y la representa la base más probable de la unidad social
disponible en un régimen democrático constitucional.

“La estabilidad implica dos cuestiones:

la primera se refiere a si las personas que se desarrollan entre instituciones


justas como las define la concepción política) adquieren normalmente un
sentido apropiado de la justicia para que generalmente acaten esas
instituciones y cumplan con su cometido.

· Responde acudiendo a la psicología moral.

· en una Sociedad Bien Ordenada, adquieren un sentido de justicia normal y


suficiente para cumplir con los acuerdos a los que se ha llegado justamente

La segunda cuestión es si, en vista de los hechos generales que caracterizan a


una cultura pública democrática, y en particular del hecho del pluralismo
razonable, la concepción política puede ser el foco de un consenso
traslapado”.

La unidad social se basa en un consenso sobre la concepción política por los


ciudadanos políticamente activos, y cuando los requisitos de la justicia no
entran demasiado en conflicto con los intereses esenciales de los ciudadanos
según se formen y promueven mediante sus acuerdos sociales.
las partes acuerdan guiarse por aquellos principios que consideran mejores
para la persona que representan para formar, revisar y promover
racionalmente tal concepción de justicia

Como el Velo de Ignorancia no le permite ver con claridad el bien de los que
representan, John Rawls

En Teoría de la Justicia John Rawls, clasifica los bienes primarios en 5 clases:

A. Las libertades básicas (libertad de pensamiento y libertad de conciencia,


etc.)

B. La libertad de desplazamiento y la libre elección de la ocupación, en un


trasfondo de diversas oportunidades.

C. Los poderes y las prerrogativas de los cargos y puestos de


responsabilidad.

D. Los ingresos económicos y la riqueza.

E. Las bases sociales del respecto a si mismo.

-El diálogo entre diferentes doctrinas tiene que ser racional, de otra manera,
permitiríamos una lucha en lugar de un consenso.

-La concepción política de justicia tiene que ser construida imparcialmente,


ese es el objetivo de la justicia como imparcialidad.

Finalizamos retomando las tres características principales de un consenso


entrecruzado; respecto a los dos primeros (su objeto y fundamentos morales),
podemos decir que por medio de éstos se “incluyen concepciones de la
sociedad y de los ciudadanos como personas, así como principios de justicia,
y una explicación que toma en cuenta las virtudes políticas en las que esos
principios están encarnados en el carácter humano y se expresan en la vida
pública”

A estos aspectos anteriores se une el tercero: la estabilidad, es decir, un


consenso entrecruzado finalizado no puede ser cambiado en el futuro; el
acuerdo es estable.
CONCLUSIONES:

Las sociedades democráticas modernas están caracterizadas por un


pluralismo de doctrinas comprehensivas razonables, que construyen el
escenario en donde los debates políticos, han sido abarcados por muchas de
ellas sin estar disponibles a dejar a un lado sus concepciones del bien, y por
consiguiente, dichos encuentros finalizan, o en desacuerdos políticos por no
ser imparciales, o en determinaciones que no permiten principios justos que
regulen la vida política.

Mientras no se deje de utilizar el recurso de nuestras concepciones del bien en


los debates políticos, será imposible la construcción de una Sociedad Bien
Ordenada como lo propone John Rawls en sus dos obras célebres. Nuestra
sociedad presenta esta falencia que hemos reflexionado en el actual ensayo,
baste dar una minuciosa mirada a las normas que regulan nuestra vida
pública, nos referimos a la obligación de prestar servicio militar y a diferentes
prohibiciones que coartan la libertad de las personas como lo son las
restricciones frente a la práctica del aborto y la eutanasia. Nos atrevemos a
afirmar que en Colombia se sacrifica en muchos casos la libertad del
ciudadano en favor de las ideologías o bienestar de la sociedad en general.
Debido a las concepciones del bien que se presentan en la mayoría de los
ciudadanos de una nación, muchos individuos ven limitada su libertad para
llevar a cabo sus capacidades morales.

Ejemplo de lo anterior, son los Steven Prada


Una$sociedad$bien$ordenada$desde$El$pensamiento$ de$John$Rawls.$
Contruyendo$una$sociedad$justa.$Pp.$74C 83 [83] actuales opositores al
matrimonio homosexual y a su “derecho” de heredar bienes cuando sus
parejas fallecen, tanto en Estados Unidos como en nuestro país; también son
los rivales a la libertad religiosa en muchos países orientales y a prácticas
como el aborto y la eutanasia en otras naciones. Muchos no pueden ser libres
debido al pensamiento de la mayoría (pueden ser religiosas, morales,
filosóficas, etc). En estas circunstancias, cabe resaltar el constructo Equilibrio
Reflexivo y la desobediencia civil como mejoramiento de la fundamentación
monológica de Kant y como defensa de la autonomía moral del individuo.

También podría gustarte