Emoción y Sentimiento
Emoción y Sentimiento
Emoción y Sentimiento
Teorías de la emoción
De hecho, desde hace décadas se han ido formulando distintas teoría sobre la
emoción. Las más importantes se clasifican de tres maneras: fisiológicas,
neurológicas y cognitivas.
Puedes saber más sobre este estudio en nuestro artículo: "Estudio demuestra
que las emociones básicas son cuatro, y no seis como se creía"
2. Emociones secundarias
Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las
anteriores. Por ejemplo, cuando experimentamos la emoción básica de
miedo después podemos sentir las emociones secundarias de amenaza o
enfado, dependiendo, claro está, de la situación que estemos viviendo. Las
emociones secundarias son causadas por normas sociales y por normas
morales.
3. Emociones positivas
Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento
del sujeto, éstas pueden ser o bien positiva o bien negativas. Las
emociones positivas también se conocen como emociones saludables, porque
afectan positivamente al bienestar del individuo que las siente. Favorecen la
maner a pensar, de razonar y de actuar de las personas. Por ejemplo, la
alegría, la satisfacción, la gratitud no provocan una actitud positiva frente a la
vida y nos hacen sentir experiencias que nos ayudan a sentirnos bien.
4. Emociones negativas
Las emociones negativas son opuestas a las emociones positivas,
porque afectan negativamente al bienestar de las personas. También se
conocen como emociones tóxicas, y suelen provocar el deseo de evitarlas o
evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en
pequeñas cantidades y relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De
hecho, forman parte del proceso de aprendizaje, ya que gracias a
ellas nuestra memoria emocional nos ayuda a recordar las consecuencias
que tienen ciertas conductas (o exponernos a ciertos contextos).
5. Emociones ambiguas
Las emociones ambiguas se conocen también como emociones neutras,
puesto que no provocan ni emociones negativas ni positivas, ni saludables
ni no saludables. Por ejemplo, la sorpresa no nos hace sentir ni bien ni mal.
6. Emociones estáticas
Algunos autores también han hecho referencia a las emociones estáticas.
Son aquellas que se producen gracias a distintas manifestaciones artísticas,
como por ejemplo: la música o la pintura.
Así, al escuchar una canción podemos sentirnos muy felices o muy tristes,
pero esa sensación sería cualitativamente diferente a la felicidad o la tristeza
que se experimenta ante cualquier otra experiencia, ya que se vive en un
contexto artístico, mediado por símbolos y atribuciones sobre las intenciones
del autor.
Artículo relacionado: "Las 10 canciones que mejor nos hacen sentir (según
la ciencia)"
7. Emociones sociales
Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente
aprendidas, sino que es necesario que haya otra persona presente o de lo
contrario no pueden aflorar. Por ejemplo, la venganza, la gratitud, el orgullo o
la admiración, son emociones que sentimos respecto a otros individuos.
8. Emociones instrumentales
Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo
la manipulación o el propósito de lograr algo. Son complicadas de
reconocer porque puede parecer que sean naturales. Sin embargo, son
emociones forzadas y esconden una intención. En ocasiones, son fruto de la
auto-sugestión: someterse a ciertos contextos voluntariamente para hacer
que una parte de esa emoción tiña nuestra forma de comportarnos.
Diferencias entre las emociones y
los sentimientos
La diferencia entre emoción y sentimiento es algo que, a menudo, produce
confusión a la hora de entender cómo funciona la mente humana.
Los conceptos de emoción y sentimiento pueden ser confundidos con
facilidad y, de hecho, incluso dentro del mundo de la psicología es frecuente
que se utilicen como si fuesen sinónimos.
Sin embargo, algunos autores defienden la idea de que existen diferencias
entre las emociones y los sentimientos y que, por tanto, son palabras
utilizadas para etiquetar diferentes fenómenos mentales.
¿Qué es un sentimiento?
Un sentimiento es similar a una emoción y está muy relacionado con el
sistema límbico, pero además de esta predisposición espontánea,
incontrolable y automática, incluye la evaluación consciente que hacemos
de esta experiencia.Es decir, que en un sentimiento hay una valoración
consciente de la emoción y de la experiencia subjetiva en general.
Por ejemplo, si vemos una araña, seremos capaces de auto-examinar lo que
sentimos y lo que pensamos en una situación así y reflexionar a qué otras
experiencias nos recuerda esa situación, cuáles son las diferentes maneras en
las que se puede reaccionar a ese estímulo, hasta qué punto es racional el
asco o el miedo que sentimos, etc.
SISTEMA LÍMBICO
Algunos ejemplos
Por ejemplo, un ratón que ha pasado por el condicionamiento operante y ha
llegado a asociar la acción de mover una palanca con la aparición de comida
en un cajón de su jaula, aprende que mover la palanca está bien gracias a las
sensaciones placenteras que le produce ver la comida y probarla, es decir,
fundamentándose en algo basado en la euforia de descubrir un trozo de queso
cuando se tiene hambre y en las sensaciones agradables que produce
comerlo.
En los seres humanos, también se puede entender que aquellas situaciones
en las que el placer queda más sublimado de manera complejas, como lo
que se siente al escuchar un buen recital de poesía, nos enseña que volver a la
asociación cultural en la que lo hemos escuchado resulta "útil". El sistema
límbico sigue siendo la parte del encéfalo responsable de esto.
Hipotálamo
Una de las zonas del diencéfalo más involucradas en la regulación de las
emociones, por su conexión con la glándula pituitaria y por lo tanto con el
sistema endocrino y todas las partes del cuerpo en el que se liberan todo tipo
de hormonas.
Para leer más sobre esta parte del encéfalo puedes leer este artículo sobre el tálamo
Hipocampo
El hipocampo tiene una función muy importante en los procesos mentales
relacionados con la memoria, tanto en la memorización de experiencias e
informaciones abstractas como en la recuperación de recuerdos. Los
hipocampos están localizados en la cara interior de los lóbulos temporales,
muy cerca del tálamo y las amígdalas.
El hipocampo está encuadrado dentro de lo que se conoce como corteza del
lóbulo límbico, o arquicorteza, que es una de las partes de la corteza cerebral
más antiguas; es decir, que apareció muy pronto en la línea de evolución que
ha llevado a la aparición del ser humano.
Amígdala
Las amígdalas cerebrales están situadas al lado de cada hipocampo, y por
lo tanto hay una en cada uno de los hemisferios del cerebro. Su papel está
relacionado con la respuesta emocional aprendida que despiertan ciertas
situaciones, y por lo tanto están involucradas con el aprendizaje emocional,
por lo cual tienen un rol en el sistema límbico.
Corteza orbitofrontal
En los límites del sistema límbico se encuentra la corteza orbitofrontal, que es
la válvula de salida de las órdenes "emocionales" hacia zonas del lóbulo
frontal encargadas de la planificación y creación de estrategias. Por
tanto, tiene un importante papel a la hora de aplacar los "impulsos
irracionales" que llegan del sistema límbico y hacer pasar solo parte de
estas señales, aquellas que servirán para definir bien los objetivos de las
acciones con metas a medio o largo plazo.
La racionalidad no es innata
Existen antepasados nuestros que vivían tan solo con un sistema límbico y sin
capacidad para pensar siguiendo las pautas de lo que entendemos como
racionalidad, pero en la historia del ser humano el pensamiento racional es
más bien una excepción. No solo no pensamos racionalmente la mayor parte
del tiempo, sino que hasta hace unos pocos miles de años la racionalidad no
existía y, de hecho, en algunas culturas poco occidentalizadas los adultos
tienden a no llegar a la cuarta etapa del desarrollo cognitivo propuesta
por Jean Piaget.
Es decir, que aquello que llamamos racionalidad es más un producto de la
historia que el fruto de un conjunto de estructuras cerebrales diseñadas para
ello. El sistema límbico es, en todo caso una de las regiones del cerebro que
permiten la aparición del pensamiento racional, y no al revés.
La importancia de la educación emocional
Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la educación
emocional. En las escuelas, por ejemplo, están más preocupados por
enseñarnos a ser buenos profesionales, y dejan de lado el convertirnos en
personas emocionalmente inteligentes y emocionalmente sanas. La
inteligencia emocional ha demostrado ser una herramienta básica para
nuestra salud mental y es, sin duda, una forma de empoderarnos frente a la
vida, de convertirnos en personas mucho más preparadas para el día a día.
¡Mucho más felices!
Autoconocimiento emocional
Autocontrol emocional
Automotivación
Reconocimiento de las emociones de los demás
Relaciones interpersonales
3. Automotivación
Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener
la motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los
obstáculos. En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e
iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con
tesón y de forma positiva ante los imprevistos.
Gracias a la capacidad de motivarnos a nosotros mismos para llegar a las
metas que racionalmente sabemos que nos benefician, podemos dejar atrás
aquellos obstáculos que solo se fundamentan en la costumbre o el miedo
injustificado a lo que puede pasar.
Referencias bibliográficas: