Resumenreales
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Definición (art. 1882): El derecho real es el poder jurídico, de estructura legal, que se ejerce
directamente sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular las facultades de
persecución y preferencia, y las demás previstas en este Código. Adscribe a la calidad de derecho
subjeto al conferir al título un poder jurídico de estructura legal que le faculta para ejercer sobre la cosa
en forma autónoma.
Los derechos reales otorgan a su titular facultades sobre una cosa (potestad), la que está protegida por
el ordenamiento jurídico, por lo tanto, los derechos reales son derechos subjetivos cuyo titular tiene la
facultad de hacer respetar y cumplir con los fines del mismo derecho.
El derecho real es un derecho absoluto, de contenido patrimonial, cuyas normas sustancialmente de
orden público, establecen entre una persona (sujeto activo) y una cosa determinada (objeto) una
relación inmediata que, previa publicidad, obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a abstenerse de realizar
cualquier acto contrario al mismo (obligación
negativa), naciendo para el caso de violación una acción real y que otorga a sus titulares las ventajas
inherentes al ius persequendi y al ius preferendi. (Allende)
IUS PERSEQUENDI: Es la facultad de perseguir la cosa en poder de quien se encuentre, facultad que
tiene ciertos límites como es el caso del subadquirente de buena fe y a título oneroso.
IUS PREFERENDI: Por un lado, el derecho real constituido con anterioridad prevalece sobre el derecho
real constituido posteriormente y por otro lado aparece el privilegio, que permite a ciertos acreedores
percibir su crédito con preferencia a otros, como es el caso de los derechos reales de garantía.
Art 1883. Objeto. El derecho real se ejerce sobre la totalidad o una parte material de la cosa que
constituye su objeto, por el todo o por una parte indivisa. El objeto también puede consistir en un bien
taxativamente señalado por la ley.
El derecho positivo, desde la perspectiva del normativismo jurídico, presenta dos aspectos. El derecho
objetivo es el ordenamiento jurídico o sistema de normas reguladoras de la conducta humana,
emanados del Estado e impuesto por este mediante su poder coactivo. El derecho subjetivo como la
potestad o facultad que el derecho objetivo reconoce a un sujeto de derecho, persona física o jurídica.
La teoría clásica pone acento en la relación entre el hombre y la cosa, se trata de una potestad directa
sobre ella, pero las concepciones más modernas procuran contemplar no solo ese aspecto estático sino
el dinámico, es decir, la relación del titular del derecho real con el resto de la sociedad, lo que se
advierte a través de la oponibilidad erga omnes (frente a todos) y los derechos de preferencia y
persecución.
Numerus cláusus.
El númerus cláusus significa que es cerrado y no pueden agregarse otros. El fundamento de estos es la
protección del contratante débil y la función de la propiedad.
Dispone el art 1884: que los derechos reales en este CCyC son dominio, condominio, propiedad
horizontal, conjuntos inmobiliarios, tiempo compartido, cementerio privado, superficie, usufructo, uso,
habitación, servidumbre, hipoteca, anticresis y la prenda.
Modos de adquisición.
Los modos de adquirir derechos reales son: título y modo, voluntad de la ley, prescripción adquisitiva y
sucesión, prohibiendo la constitución judicial, esto es, que el derecho real sea constituido o impuesto
por un juez. Se clasifican en:
a) Por actos entre vivos o mortis causa: el primero es el caso del título y modo (art. 1892) y el
segundo es legado de cosa cierta.
b) A titulo universal y a título singular. Según si lo adquirido fuera la totalidad o una parte de los
bienes que constituyen un patrimonio, o si fuese una cosa determinada; verificándose el primer
caso en la sucesión por causa de muerte o la transmisión fiduciaria de una universalidad y el
Oponibilidad.
Los derechos son oponibles erga omnes.
Lo dispone el art. 1893: La adquisición o transmisión de derechos reales constituidos de conformidad a
las disposiciones de este Código no son oponibles a terceros interesados y de buena fe mientras no
tengan publicidad suficiente. Se considera publicidad suficiente la inscripción registral o la posesión,
según el caso. Si el modo consiste en una inscripción constitutiva, la registración es presupuesto
necesario y suficiente para la oponibilidad del derecho real. No pueden prevalerse de la falta de
publicidad quienes participaron en los actos, ni aquellos que conocían o debían conocer la existencia del
título del derecho real.
Adquisición:
El articulo 1894 dispone que; Se adquieren por mero efecto de la ley, los condominios con indivisión
forzosa perdurable de accesorios indispensables al uso común de varios inmuebles y de muros, cercos y
fosos cuando el cerramiento es forzoso, y el que se origina en la accesión de cosas muebles
inseparables; la habitación del cónyuge y del conviviente supérstite, y los derechos de los adquirentes y
subadquirente de buena fe.
Extinción/prescripción.
La prescripción adquisitiva de derechos reales con justo título y buena fe se produce sobre inmuebles
por la posesión durante diez años. Si la cosa es mueble hurtada o perdida el plazo es de dos años. Si la
cosa es registrable, el plazo de la posesión útil se computa a partir de la registración del justo título. (art.
1898)
El art. 1899, que es sobre la prescripción adquisitiva larga habla de que si no existe justo título o buena
fe, el plazo es de veinte años. No puede invocarse contra el adquirente la falta o nulidad del título o de
su inscripción, ni la mala fe de su posesión. También adquiere el derecho real el que posee durante diez
años una cosa mueble registrable, no hurtada ni perdida, que no inscribe a su nombre, pero la recibe del
titular registral o de su cesionario sucesivo, siempre que los elementos identificatorios que se prevén en
el respectivo régimen especial sean coincidentes.
El art. 1907 habla explícitamente de extinción: Sin perjuicio de los medios de extinción de todos los
derechos patrimoniales y de los especiales de los derechos reales, éstos se extinguen, por la destrucción
total de la cosa si la ley no autoriza su reconstrucción, por su abandono y por la consolidación en los
derechos reales sobre cosa ajena.
En el art 1899 se menciona el justo título o buena fe que se encuentra explícitamente detallado en el
art. 1902: El justo título para la prescripción adquisitiva es el que tiene por finalidad transmitir un
derecho real principal que se ejerce por la posesión, revestido de las formas exigidas para su validez,
cuando su otorgante no es capaz o no está legitimado al efecto. La buena fe requerida en la relación
posesoria consiste en no haber conocido ni podido conocer la falta de derecho a ella. Cuando se trata de
cosas registrables, la buena fe requiere el examen previo de la documentación y constancias registrales,
así como el cumplimiento de los actos de verificación pertinente establecidos en el respectivo régimen
especial.
No se debe asociar el justo título con el título putativo.
El título es putativo cuando: a) No existe título, pero el poseedor, por ignorancia o error de hecho
excusable, está convencido sin duda alguna de que existe. Por ejemplo, tiene un título putativo el
heredero testamentario que posee los bienes de la herencia en virtud de un testamento, y luego se
toma conocimiento de que por un testamento posterior se ha revocado el primero. b) Existe título, pero
no se aplica a la cosa poseída. Por ejemplo, se adquiere un inmueble en loteo, se adquiere el lote A, se
suscribe la respectiva escritura traslativa de dominio, pero se recibe la posesión del lote B. En este caso
existe un título sobre el lote A, pero no se corresponde con el lote poseído que el B.
En el art. 1931 explica las situaciones donde se extingue: cuando se extingue la cosa, otro priva al sujeto
de la cosa, el sujeto se encuentra en la imposibilidad física perdurable de ejercer la posesión o la
tenencia, desaparece la posibilidad razonable de hallar la cosa perdida y el sujeto hace abandono
expreso y voluntario de la cosa.
POSESION Y TENENCIA.
El art. 1908 del Cód. Civ. y Com. se refiere a las relaciones de poder de un sujeto con la cosa dentro de
las cuales enuncia a la posesión y la tenencia. Al referirse a relaciones de poder entiende que se trata de
relaciones materiales, vinculaciones que consisten en el poder de hecho que se ejerce voluntariamente
sobre una cosa determinada que constituye el objeto tanto de la posesión como de la tenencia.
A los fines de la defensa posesoria extrajudicial incluye también a los servidores de la posesión (art.
1911, relación de dependencia, servicio, hospedaje y hospitalidad). Excluye, al igual que el Cód. Civil, la
yuxtaposición local por ser un mero contacto físico y carecer de voluntariedad con lo cual no tiene
efectos jurídicos.
La cosa.
Para que pueda ser configurada la cosa como tal debe tener ciertos requisitos: que sea material o
corporal, extraña al sujeto o de naturaleza irracional, objeto que contrapone a sujeto, con importancia
jurídica dada por la posibilidad de ser el objeto de relaciones jurídicas, con la posibilidad jurídica de
pertenencia por cualquier título, presente o futura (previniendo que existirá), susceptible de apreciación
pecuniaria, es decir, útil, aislada.
Pueden también enunciarse ciertos requisitos que deben contener la cosa para ser objeto de los
derechos reales: ser objetos materiales susceptibles de tener un valor, deben ser cosas que estén en el
comercio, tener existencia actual, deben ser determinada y deben ser singulares.
Del mismo ordenamiento positivo resulta que los bienes que no fueran cosas no son susceptibles de
posesión.
La posesión y la tenencia sobre una universalidad de hecho de distintas cosas separadas
requiere conforme el art. 1927 del Cód. Civ. y Com. que la relación de poder debe estar sobre
cada una de las cosas que la componen.
El corpus.
Según la postura de Savigny la "cosa" debe estar "bajo el poder" de una persona, postura
seguida por nuestro Código. La posibilidad material de hacer de la cosa lo que se quiera, con exclusión
de toda injerencia extraña, constituye sustancialmente el corpus. En esta postura doctrinaria, esa
facultad no se pierde al dejar de tener contacto físico con la "cosa". Debe manifestarse efectivamente
con relación a la cosa.
El animus.
El art. 1909 al definir la posesión indica que el poseedor debe comportarse como titular de un derecho
real, lo sea o no. La detentación de la cosa con esa intención revela el elemento psicológico que expresa
el animus domini o animus rem sibi habendi propuesto por el jurista alemán en la exposición de su
doctrina.
Se plantean dudas respecto de algunos casos para determinar si pueden incluirse en objeto
de los derechos reales. La energía es difícil de imaginar su aprehensión, por lo cual podrá
interpretarse que le son aplicables las disposiciones sobre las cosas en la medida que fueren
compatibles. El cuerpo humano y sus partes no son cosas-
En cuanto a los órganos separados siguen la misma suerte, y si bien alguno de ellos puede considerarse
cosa, en tanto no afecten el orden público y en principio sean reproducibles.
TENENCIA.
El art. 1910 del Cód. Civ. y Com. establece que "Hay tenencia cuando una persona, por sí o
por medio de otra, ejerce un poder de hecho sobre una cosa, y se comporta como representante del
poseedor". Los requisitos de la figura son: la tenencia efectiva de una cosa y el reconocimiento de la
propiedad en otro por el tenedor, de cuya posesión es representante.
En el primer requisito se evidencia la existencia del corpus.
El objeto de la tenencia es la cosa.
Otro principio básico para tener en cuenta es la distinción entre derecho a la posesión y derecho de
poseer.
El art. 2239 dispone: "Acción para adquirir la posesión o la tenencia". Un título válido no da la
posesión o tenencia misma, sino un derecho a requerir el poder sobre la cosa. El que no tiene
sino un derecho a la posesión o a la tenencia no puede tomarla; debe demandarla por las vías
legales".
Nuestro derecho adopta la teoría del título y el modo en la adquisición derivada por actos
entre vivos de los derechos reales que se ejercen por la posesión, solo tendrá derecho de poseer quien
cuenta con un título suficiente y tiene la posesión en virtud de dicho título. En caso contrario, quien
únicamente tiene un título válido, pero no tiene el modo, no tiene
la posesión y, por lo tanto, no tiene derecho de poseer, solo tiene un derecho a la posesión.
Prueba.
El art. 2243 dispone: Si es dudoso quién ejerce la relación de poder al tiempo de la lesión,
se considera que la tiene quien acredita estar en contacto con la cosa en la fecha más próxima a la
lesión. Si esta prueba no se produce, se juzga que es poseedor o tenedor el que prueba una relación de
poder más antigua.
La posesión se prueba por la posesión misma y por sus atributos. Evitando toda referencia al derecho a
poseer. En el Cód. Civ. y Com. el derecho de poseer se prueba por el tiempo y es preferido en el juicio
posesorio quien acredite haber estado en contacto con la cosa en la fecha más próxima a la lesión.
Convención.
Dispone el art. 2244: Si durante el curso del proceso se produce una lesión mayor que la
que determina la promoción de la acción, el afectado puede solicitar su conversión en la que
corresponde a la lesión mayor, sin que se retrotraiga el procedimiento, excepto violación del derecho de
defensa en juicio.
Se trata de una norma procesal, establecida para el caso de que, en un proceso articulado por acciones
posesorias, se produzca una lesión mayor a la planteada, pudiendo variar y ampliar la demanda,
incluyendo un hecho nuevo. Esta situación se patentiza cuando el producida una lesión menor, como la
turbación, durante el transcurso del proceso se produce una lesión mayor, como es el despojo, con la
exclusión total del poseedor o tenedor, este podrá variar su pretensión, solicitando la conversión de la
acción de mantener en acción de despojo, salvo, que con ello resulte vulnerada la defensa en juicio que
la ley se ocupa de preservar expresamente.
Legitimación.
El art. 2245 dispone: Corresponden las acciones posesorias a los poseedores de cosas,
universalidades de hecho o partes materiales de una cosa. Cualquiera de los coposeedores
pueden ejercer las acciones posesorias contra terceros sin el concurso de los otros, y también
contra estos, si lo excluyen o turban en el ejercicio de a posesión común. No proceden estas acciones
cuando la cuestión entre coposeedores solo se refiere a la extensión mayor o menor de cada parte. Los
tenedores pueden ejercer las acciones posesorias por hechos producidos contra el poseedor y pedir que
este sea reintegrado en a posesión, y si no quiere recibir la cosa, quedan facultados para tomarla
directamente.
Las acciones posesorias se acuerdan a los poseedores y tenedores de cosas, despojados o
turbados, y a los poseedores de universalidades de hecho, verdadera novedad normativa,
puesto que en el código derogado las universalidades de hecho no eran susceptibles de ser
defendida posesoriamente como universalidades, sino que debían promoverse estas acciones
por cada cosa en particular.
También se legitima al poseedor o tenedor de una parte material de una cosa.
En el caso de los coposeedores, si la acción posesoria se ejerce contra un tercero, cualquiera
de ellos está legitimado para promoverla sin el concurso de los restantes y se demandará el
cese de la turbación o la restitución de toda la cosa. La sentencia beneficiará a todos, pero si se
rechaza la pretensión no perjudicará a los coposeedores que no fueron parte del litigio, en
cambio, si la turbación procede de alguno de los coposeedores, la sentencia mandará
solamente a restituir al condómino en la coposesión de su parte indivisa o el cese de la
turbación de su derecho a coposeer en su caso.
Los tenedores tienen dos acciones, frente al despojo, o bien reclamar directamente la
Interdictos procesales.
Algunos sostienen que los interdictos procesales son remedios diferentes de las acciones posesorias y
otros, en cambio, piensan que constituyen la reglamentación procesal de aquellas. La corriente dualista
sostiene la independencia entre ambos, toda vez que unos se
encuentran en el Código de Procedimientos y otros en el Cód. Civil.
Interdicto de adquirir.
El art. 607 del Cód. Procesal dispone: se requerirá: 1º Que quien lo intente presente título suficiente
para adquirir la posesión o la tenencia con arreglo a derecho. 2º) Que nadie tenga título de dueño o
usufructuario de la cosa que constituye el objeto del interdicto. 3º) Que
nadie sea poseedor o tenedor de la misma cosa.
Interdicto de retener.
Puede articularlo el poseedor o tenedor de una cosa mueble o inmueble, cuando alguien amenazare
perturbarlo lo perturbase mediante actos materiales. La legitimación activa es amplia y la pasiva más
restringida ya que se dirige contra el autor de la turbación, sus sucesores o copartícipes. Son suficientes
las meras amenazas de perturbaciones y si esta fuera inminente, el juez podrá disponer la medida de no
innovar y aplicar sanciones conminatorias.
Interdicto de recobrar.
Previsto a partir del art. 614 del Cód. Procesal, pueden promoverlo quienes hubiesen tenido
la posesión o la tenencia de una cosa mueble o inmueble y hubiesen sido despojados total o
parcialmente con violencia o clandestinidad. La legitimación activa es amplia y la pasiva más estricta,
pues se dirige contra el autor del despojo, sus sucesores, copartícipes o beneficiarios de este.
No se admite para el despojo ocasionado por abuso de confianza.
Interdicto de obra nueva
Contemplado por el art. 619 del Cód. Procesal, compete al poseedor o tenedor de un
inmueble afectado por una obra que se hubiere comenzado, contra el dueño de ella y si fuera
desconocido, contra el director o encargado. El juez puede suspender preventivamente la obra y si la
sentencia admitiera la demanda, la suspensión será definitiva, podrá también si correspondiere,
disponer la destrucción y restitución de las cosas a su estado anterior, a costa del vencido.
Caducidad.
Los interdictos de retener, recobrar y obra nueva no pueden promoverse después de un año de
producidos los hechos en que se fundan, es un término de caducidad y por ser de tal naturaleza, aunque
el demandado no invoque dicha caducidad, el juez puede decretarla de oficio.
Dominio imperfecto.
El dominio es perfecto cuando es perpetuo, y precisamente se lo llama imperfecto cuando ello
no ocurre, porque debe resolverse al cabo de un cierto tiempo o cuando adviene una condición;
también se considera imperfecto cuando está gravado respecto de terceros con un derecho real (art.
1888).
El dominio fiduciario y el revocable afectan la perpetuidad del dominio; en cambio, la
existencia de cargas reales disminuye al dominio en su carácter absoluto; ello equivale a decir
que de no estar gravado el titular estaría facultado para usar y gozar de la cosa libremente, es
decir sin ningún tipo de impedimento, cosa que no ocurre cuando ellas existen.
El dominio revocable (art. 1965) es el sometido a condición o plazo resolutorio a cuyo cumplimiento el
dueño debe restituir la cosa a quien se transmitió. La condición o el plazo deben ser impuestos por la
disposición voluntaria expresa o por la ley. Las condiciones resolutorias impuestas al dominio se deben
entender limitadas al termino de diez años, aunque no pueda realizarse el hecho previsto dentro de
aquel plazo o este sea mayor o incierto. Si los diez años transcurren sin haberse producido la resolución,
el dominio debe quedar definitivamente establecido. El plazo se computa desde la fecha del titulo
constitutivo del dominio imperfecto.
El titular del dominio revocable tiene las mismas facultades que el dueño perfecto, pero los actos
jurídicos que realiza están sujetos a la consecuencia de la extinción de su derecho. (art.1966)
El efecto de la revocación tiene efecto retroactivo excepto que lo contrario surja del título de
adquisición o de la fe. Cuando se trata de cosas no registrables, la revocación no tiene efecto respecto
de terceros sino en cuanto ellos, por razón de su mala fe, tengan una obligación personal de restituir la
cosa. (art. 1967)
Si la revocación es retroactiva, el dueño perfecto readquiere el dominio libre de todos los actos jurídicos
realizados por el titular del dominio resuelto; si no es retroactiva, los actos son oponibles al dueño. (art.
1969)
Al cumplirse el plazo o condición, el dueño revocable de una cosa queda inmediatamente constituido en
poseedor a nombre del dueño perfecto. Si la cosa es registrable y el modo suficiente consiste en la
inscripción constitutiva, se quiere inscribir la readquisición; si no es constitutiva, se requiere a efecto de
su oponibilidad. (art. 1968)
Caracteres del derecho real de dominio.
La exclusividad.
Apropiación u ocupación.
La apropiación consiste en aprehender una cosa no registrable con ánimo de dueño y se deviene
poseedor de la misma mediante un contacto personal (art. 1947); de manera que de ese modo se
adquiere su propiedad, no así la titularidad de otros derechos reales, tal como luego lo veremos. En este
supuesto especial podemos decir que concomitantemente se adquieren posesión y titularidad del
dominio.
La persona que se apropia de la cosa tenga voluntad, porque la aprehensión es un hecho voluntario
lícito, requiriéndose a ese efecto una edad mínima de diez años, con completo uso del raciocinio de
modo que pueda reflexionar y distinguir lo bueno, lo malo, lo justo y lo injusto de su accionar.
Las cosas susceptibles de apropiación deben carecer de dueño (res nullius) o haber sido abandonadas
por sus propietarios (que no presenten señales de un dominio anterior). No pueden ser aprehendidas
las cosas perdidas (arts. 1955 y 1956), pues estas tienen dueño, siempre claro está, que este mantenga
la esperanza probable de hallarlas.
También integran el elenco de cosas susceptibles de ocupación aquellas que se colocan en la vía pública,
con los recaudos que a tales fines se exigen, según el tipo de residuo del que se trate, a la espera que el
servicio de recolección las retire con ajuste a las ordenanzas municipales con vigencia en cada comuna.
De todas maneras, existe la facultad de arrepentimiento (retracto) y reivindicarla en la medida que ello
sea posible.
Dispone el art. 1947 que El dominio de las cosas muebles no registrables sin dueño, se adquiere por
apropiación. a) Son susceptibles de apropiación: i) las cosas abandonadas; ii) los animales que son el
objeto de la caza y de la pesca; iii) el agua pluvial que caiga en los lugares públicos o que corra por ellos;
b) No son susceptibles de apropiación: i) Las cosas perdidas. Si la cosa es de algún valor, se presume que
es pérdida, excepto prueba en contrario; ii) Los animales domésticos, aunque escapen o ingresen en
inmueble ajeno; iii) Los animales domesticados, mientras el dueño no desista de perseguirlos. Si
emigran y se habitúan a vivir en otro inmueble, pertenecen al dueño de este, si no empleó artificio. iv)
Los tesoros.
La pesca y la caza, art. 1948: El animal salvaje o el domesticado que recupera su libertad natural,
pertenece al cazador cuando lo toma o cae en su trampa. Mientras el cazador no desista de perseguir al
animal que hirió tiene derecho a la presa, aunque otro la tome o caiga en su trampa. Pertenece al dueño
del inmueble el animal cazado en él sin su autorización expresa o tácita.
Pesca, dispone el art. 1949 lo siguiente: Quien pesca en aguas de uso público, o está autorizado para
pescar en otras aguas, adquiere el dominio de la especie acuática que captura o extrae de su medio
natural.
Enjambres de abejas, art. 1950 del Cód. Civil: El dueño de un enjambre puede seguirlo a través de
inmuebles ajenos, pero debe indemnizar el daño que cause. Si no lo persigue o cesa en su intento, el
enjambre pertenece a quien lo tome. Cuando se incorpora a otro enjambre, es del dueño de este.
Agua pluvial que cae en lugares públicos o corra por ellos; el art. 239 establece que: las aguas que
surgen en los terrenos de los particulares pertenecen a sus dueños, quienes pueden usar libremente de
ellas, siempre que no formen cauce natural. Las aguas de los particulares quedan sujetas al control y a
las restricciones que en interés público establezca la autoridad de aplicación. Nadie puede usar de aguas
privadas en perjuicio de terceros ni en mayor medida de su derecho.
Cosas perdidas.
El que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla, pero si lo hace asume las obligaciones del
depositario a título oneroso. Debe restituirla inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y si
no lo individualiza, debe entregarla a la policía del lugar del hallazgo,
quien debe dar intervención al juez. (art 1955).
Una cosa perdida es aquella cuyo dueño no saber dónde se encuentra, habiendo dejado de tener
contacto físico con la misma de todos modos debe mantener la esperanza de reencontrarse con ella.
El Código prevé el derecho a recompensa, como lógica consecuencia
del esfuerzo desplegado por el hallador a efectos que la cosa perdida sea puesta en manos de su dueño.
Supuesto en el art. 1956.
La cosa perdida, cuando el hallador desconoce quién puede ser su propietario, debe
entregarla (consignarla) al juez más inmediato, o a la policía del lugar los que deberán poner
avisos correspondientes (edictos judiciales), según las circunstancias del caso.
Aluvión.
Lo define el art. 1959: El acrecentamiento paulatino e insensible del inmueble confinante con
aguas durmientes o corrientes que se produce por sedimentación, pertenece al dueño del inmueble. No
hay acrecentamiento del dominio de los particulares por aluvión si se provoca por obra del hombre, a
menos que tenga fines meramente defensivos. No existe aluvión si no hay adherencia de la
sedimentación al inmueble. No obsta a la adherencia el curso de agua intermitente. El acrecentamiento
aluvional a lo largo de varios inmuebles se divide entre los dueños, en proporción al frente de cada uno
de ellos sobre la antigua ribera. Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos
producidos por el retiro natural de las aguas, como por el abandono de su cauce.
El terreno aluvional es la tierra al descubierto que se incorpora definitivamente en forma natural y
espontánea a un inmueble por efecto de las aguas, aumentando en superficie.
Avulsión
La avulsión constituye también una de las formas de adquisición del dominio por accesión. En
el caso el fenómeno es consecuencia del hecho de que un río o arroyo arranque, por la fuerza
súbita (impulso brusco y violento) de la corriente tierra, arena o plantas, o cualquier otra cosa
que sea susceptibles de adherencia natural, y las arrastre para unirlas por adjunción o bien por
superposición a un campo inferior o bien a un fundo que se sitúa en la ribera opuesta a aquella
en la que se produce el mismo.
Construcción, siembra y plantación.
En términos generales puede decirse que un árbol, diversas plantaciones, una casa o un edificio,
pertenecen al dueño del terreno al que están adheridos, los dos primeros de manera
natural y los dos segundos artificialmente.
El art. 1962 que dispone lo que sigue: Si el dueño de un inmueble construye, siembra o planta con
materiales ajenos, los adquiere, pero debe su valor. Si es de mala fe también debe los daños. Si la
construcción, siembra o plantación es realizada por un tercero, los materiales pertenecen al dueño del
inmueble, quien debe indemnizar el mayor valor adquirido. Si el tercero es de mala fe, el dueño del
inmueble puede exigirle que reponga la cosa al estado anterior a su costa, a menos que la diferencia de
valor sea importante, en cuyo caso debe el valor de los materiales y el trabajo, si no prefiere abdicar de
su derecho con indemnización del valor del inmueble y del daño. Si la construcción, siembra o
plantación es realizada por un tercero con trabajo o materiales ajenos en inmueble ajeno, quien efectúa
el trabajo o quien provee los materiales no tiene acción directa contra el dueño del inmueble, pero
puede exigirle lo que deba al tercero.
Accesión de posesiones.
¿Se puede sumar el tiempo transcurrido en la posesión actual, al tiempo trascurrido en la posesión del
antecesor para lograr el cumplimiento de los plazos requeridos para la usucapión?
Camino de sirga.
El art. 1974 dice: El dueño de un inmueble colindante con cualquiera de las orillas de los cauces del río
sus riberas, aptos para el transporte por agua, debe dejar libre una franja de terreno de quince metros
de ancho en toda la extensión del curso, en la que no puede hacer ningún acto que menoscabe aquella
actividad. Todo perjudicado puede pedir que se remuevan los efectos de los actos violatorios de este
artículo.
Obstáculo al curso de las aguas. Art. 1975. Los dueños de inmuebles linderos a un cauce no pueden
realizar ninguna obra que altere el curso natural de las aguas, o modifique su dirección o velocidad, a
menos que sea meramente defensiva. Si alguno de ellos resulta perjudicado por trabajos del ribereño o
de un tercero, puede remover el obstáculo, construir obras defensivas, o reparar las destruidas, con el
fin de restablecer las aguas a su estado anterior, y reclamar del autor el valor de los gastos necesarios y
la indemnización de los demás daños. Si el obstáculo se origina en un caso fortuito, el Estado solo debe
restablecer las aguas a su estado anterior o pagar el valor de los gastos necesarios para hacerlo.
Sencillamente el camino de siga, es un camino ribereño cuyo destino es facilitar la
conducción de embarcaciones por ríos angostos y por canales navegables tirados desde una
cuerda o sirga desde la orilla.
Árboles y arbustos.
El propietario de una heredad no puede tener en ella árboles sino a distancia de tres metros de la línea
divisoria con el vecino, sea la propiedad de este predio rústico o urbano, esté cercado o no cercado, o,
Previo a la afectación de la vivienda, existía la ley -derogada- 14394, que era Bien de Familia. Este
protegía mediante la afectación a su régimen a la vivienda familiar, excluyéndola de la acción de los
Se incorpora, con buen criterio, la posibilidad de tomar decisiones a través de asambleas (arts. 1993 y
1994), modalidad propia de la propiedad horizontal (arts. 2058, 2059 y ss.) o de las sociedades. De esa
manera se evitan los conflictos que pudieran suscitarse entre los comuneros, al no obtener la
unanimidad en materia de decisiones. Se incluye la facultad de acrecer de los restantes condóminos, en
caso de que uno de ellos decida renunciar a su parte (art. 1989). Respecto a la partición (arts. 1996 a
1998 Cód. Civ. y Com.), remite a la división de herencia, se mantiene la facultad de pedirla en cualquier
tiempo, como también las causales de indivisión forzosa con reglas simples y claras y se contemplan los
convenios de uso y goce alternado y exclusivo (arts. 1987 y 1988). El condominio con indivisión forzosa
puede ser temporario o perdurable (arts. 1999 a 2005 Cód. Civ. y Com.).
Se trata de un dominio compartido que pierde su exclusividad y que necesariamente ha de reducirse
porque coexisten sobre la misma cosa, idéntico o idénticos derechos de dominio, en iguales o distintas
proporciones, que tendrá tantos dueños como condóminos tenga(110), pero que recobrará la plenitud
de su contenido apenas esos otros derechos desaparezcan.
El único derecho real que requiere pluralidad en el sujeto es el condominio, y esta es la principal razón
que ha ligado el carácter exclusivo del dominio con la singularidad del sujeto, provocando como
obligada consecuencia la separación de nuestra figura (el dominio) en las hipótesis de pertenencia plural
del derecho (art. 1983).
Facultades del titular:
ARTICULO 1989.- Facultades con relación a la parte indivisa. Cada condómino puede ENAJENAR y
GRAVAR la cosa en la medida de su parte indivisa sin el asentimiento de los restantes condóminos. Los
acreedores pueden embargarla y ejecutarla sin esperar el resultado de la partición, que les es
inoponible. La renuncia del condómino a su parte acrece a los otros condóminos.
Clases del condominio.
Condominio sin indivisión forzosa: Se trata de un derecho real libre, vacío o hueco de contenido que se
ha llegado a decir que la única facultad que tienen los condóminos, sin ningún tipo de limitación sobre la
cosa común, es la de solicitar la partición, en cualquier tiempo y, cualquiera que sea la proporción de su
parte indivisa en el todo. Su conclusión esta en el art. 1907 Extinción. Sin perjuicio de los medios de
extinción de todos los derechos patrimoniales y de los especiales de los derechos reales, éstos se
extinguen, por la destrucción total de la cosa si la ley no autoriza su reconstrucción, por su abandono y
por la consolidación en los derechos reales sobre cosa ajena.
El condominio con indivisión forzosa temporaria o con indivisión forzosa perdurable: es aquel en el que
la situación de los condóminos, contrariamente a lo que ocurre en el régimen del condominio normal, es
bien distinta, pues en este caso en particular los dueños están impedidos de demandar la partición sea
porque la ley no lo permite, como en la medianería, sea porque renuncian a la facultad de pedir la
división mediante convenio, porque la misma les ha venido impuesta por el testador.
CONDOMINIO SIN INDIVISION FORZOSA
ART. 1996 CCYC REGLAS DE LA DIVISION DE LA HERENCIA (COMPATIBLES)
ART. 1997 CCYC DERECHO A PEDIR LA PARTICION
ART. 1998 CCYC ADQUISICIÓN POR UN CONDÓMINO (PARTICION)
ART. 1999 CCYC NO PUEDE RENUNCIAR A LA ACCION DE PARTICION POR TIEMPO INDETERMINADO
Facultades materiales.
Cada condómino puede ejercer facultades materiales sobre el muro medianero, el límite al ejercicio está
dado por el peligro a la solidez del muro.
El condómino puede adosar construcciones al muro, anclarlas en él, empotrar todo tipo de tirantes y
abrir cavidades, aun en la totalidad de su espesor, siempre que del ejercicio regular de ese derecho no
resulte peligro para la solidez del muro. (art. 2021 Cód. Civ. Y Com.)
El condómino puede prolongar el muro lindero en altura o profundidad, a su costa, sin indemnizar al
otro condómino por el mayor peso que cargue sobre el muro. La nueva extensión es privativa del que la
hizo. (art. 2022 Cód. Civ. Y Com)
Si el ejercicio de estas facultades genera perjuicio para el condómino, éste puede pedir que el muro se
restituya a su estado anterior, total o parcialmente. (art. 2023 Cód. Civ. Y Com)
La propiedad horizontal es un derecho real autónomo y como tal, presenta numerosas peculiaridades y
varias definiciones se han elaborado en su entorno.
El art. 2037 Cód. Civ. y Com. establece: "La propiedad horizontal es el derecho real que se ejerce sobre
un inmueble propio que otorga a su titular facultades de uso, goce y disposición material y jurídica que
se ejercen sobre partes privativas y sobre partes comunes de un edificio, de conformidad con lo que
establece este Título y el respectivo reglamento de propiedad horizontal. Las diversas partes del
inmueble, así como las facultades que sobre ellas se tienen son interdependientes y conforman un todo
no escindible".
La propiedad horizontal es un derecho real que se caracteriza por recaer sobre un inmueble
edificado compuesto por partes o sectores comunes y partes o sectores privativos, que
conforman un todo inescindible y otorgan a los titulares de las unidades funcionales las
facultades de uso, goce y disposición material y jurídica sobre ellas.
Constitución.
Requisitos facticos.
El plano de mensura que elabora el profesional competente es el requisito fáctico que debe
cumplimentarse a fin de poder someter el inmueble edificado al régimen de la propiedad horizontal.
Requisitos jurídicos.
Para su constitución se requiere el otorgamiento del reglamento de propiedad horizontal y su
inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble donde el bien tenga su asiento.
El art. 23, ley 17.801 determina que la forma instrumental debe ser la escritura pública. El escribano
interviniente, a los fines de su otorgamiento deberá tener a la vista el título que acredita la titularidad
dominial, el certificado registral que haga lo suyo, un ejemplar del plano de mensura y toda otra
documentación necesaria.
Aclara, la parte final del art. 2038 Cód. Civ. y Com. que, todo adquirente de una unidad funcional, para
tener por perfeccionado el título suficiente, debe contar con el contrato que lo transforma en titular
elevado a la forma de escritura pública y del reglamento de propiedad horizontal. Así, por cuanto, el
reglamento integra el título suficiente.