Osteo
Osteo
Osteo
PREAMBULO
El hueso es el único órgano capaz de regenerarse al igual que otros tejidos, permitiendo la restitución “ad
integrum” tras el trauma (conseguir la curación, remisión de los síntomas y signos de enfermedad
recuperando). Cuando se produce una fractura, se coloca un implante osteointegrado o se realiza un injerto
para aumentar el sustrato óseo antes de la inserción de implantes, lo que se pretende es la regeneración
ósea, es decir, la formación de hueso nuevo que, tras un proceso de remodelado, sea idéntico al preexistente.
El hueso es un tejido dinámico en constante formación y reabsorción. Este fenómeno equilibrado,
denominado proceso de remodelado, permite la renovación de un 5-15 % del hueso total al año en
condiciones normales. El remodelado óseo consiste en la reabsorción de una cantidad determinada de hueso
llevada a cabo por los osteoclastos, así como la formación de la matriz osteoide por los osteoblastos y su
posterior mineralización. Este fenómeno tiene lugar en pequeñas áreas de la cortical o de la superficie
trabecular, llamadas "unidades básicas de remodelado óseo".
La actuación terapéutica en los campos de la Traumatología y Ortopedia, Cirugía Oral y Maxilofacial e
Implantología, se asienta sobre los principios biológicos de la regeneración ósea, en los que están implicados
células, matriz extracelular y señales osteoinductoras. El objetivo de este trabajo es realizar una puesta al día
de los conocimientos actuales sobre los mecanismos bioquímicos y fisiológicos de la regeneración ósea,
resaltando de manera especial el papel que en ella juegan las células y las proteínas de la matriz ósea.
Desde un punto de vista histológico, el hueso es un tejido conjuntivo mineralizado muy vascularizado e
inervado, que está estructurado en laminillas de matriz osteoide calcificada. La disposición de estas laminillas
es la que determina que el hueso sea cortical o esponjoso. Ambos están constituidos por osteonas. El hueso
cortical o compacto se estructura en conductos de Havers recubiertos de laminillas en disposición
concéntrica donde se sitúan los osteocitos. El hueso esponjoso o trabecular lo constituyen laminillas óseas
en forma de red que delimitan cavidades areolares en cuyo interior se encuentra médula ósea. Tanto el hueso
cortical como el esponjoso contienen células especializadas, matriz orgánica y fase mineral.
En el hueso coexisten varios tipos de células. Las células óseas se hallan dentro del propio tejido óseo o en el
estroma conjuntivo de la médula ósea, rico en células mesenquimales pluripotenciales indiferenciadas (o
mesenchymal stem cells). Desde los trabajos de Friedenstein en 1976 se conoce que estas stem cells pueden
dar origen a cinco estirpes celulares distintas: fibroblastos, osteoblastos, condroblastos, adipocitos y
mioblastos, en respuesta a diferentes señales moleculares que inician la cascada de activación de diferentes
genes.
La regeneración tisular es la respuesta que consigue la restitutio ad integrum del tejido tras un trauma, a
diferencia de la reparación, donde el tejido que se forma es un tejido cicatricial, con características diferentes
al original. En este sentido el hueso es el único tejido del organismo, a excepción del tejido embrionario, que
se restituye totalmente tras una lesión. La regeneración ósea origina una respuesta en la que están
involucrados los vasos sanguíneos, las células y la matriz extracelular. Desde los estudios de Trueta, se sabe
de la importancia de los vasos sanguíneos en la osteogénesis. Tras un trauma, se produce una respuesta
inflamatoria y un hematoma inicial, con hematíes, plaquetas y fibrina. Las células del coágulo liberan
interleuquinas y factores de crecimiento, originando la migración de linfocitos, macrófagos, precursores de
osteoclastos y células mesenquimales pluripotenciales. Estas señales moleculares promueven la
diferenciación hacia células endoteliales, fibroblastos, condroblastos y osteoblastos, dando origen a un
nuevo tejido fibrovascular, que reemplazará al coágulo inicial. Todo ello está regido por una serie de
complejas interacciones entre factores de crecimiento, hormonas y citoquinas. En este proceso va a ser
fundamental el aporte vascular, la síntesis proteica y la mineralización.
OSTEOLOGIA
INTRODUCCION A LA OSTEOLOGIA
I.-Etimología: La palabra osteología proviene de dos raíces griegas:
OSTEON : Significa hueso
LOGOS : Significa tratado o estudio
II.-Concepto: La Osteología es una rama de la anatomía que estudia al tejido óseo desde el punto de vista
macroscópico, que está constituido por los órganos óseos o huesos.
HUESO
I.-CONCEPTO:
Los huesos son estructuras órganos sólidos, densos, muy resistentes, debido a su constitución con mayor
concentración de minerales dado por la hidroxiapatita, sales de fosfato, etc. y que al asociase con moléculas
orgánicas como el colágeno I, II, II y V van incrementando su tenacidad, resistencia y plasticidad. El calcio es
un metal que le da la solidez incluida en la hidroxiapatita. Ademas también forman parte de esta arquitectura
ósea algunos carbohidratos unidos a péptidos o a proteínas, donde se incluyen al grupo como los
peptidoglucanos y Glicoproteínas. Si bien es cierto que los huesos contienen sustancias inorgánicas y
orgánicas muy resistentes, sin embargo, el hueso es un órgano vivo, constituido por una serie de células del
tejido conectivo formado principalmente por células progenitoras ósea que dan origen a osteoblastos y otras
células (como las células adiposas, condroblastos, etc.), osteoclastos provenientes a partir de los monocitos
y osteocitos provenientes de los osteoblastos envejecidos.
La matriz orgánica o sustancia osteoide representa un tercio del peso óseo. Está formada fundamentalmente
por proteínas, entre las que destaca el colágeno (90%). La matriz juega un papel importante en el conjunto
del sistema óseo, siendo evidente este hecho cuando aparecen enfermedades del colágeno como la
osteogénesis imperfecta. Sin embargo, actualmente debe considerarse a la matriz mineralizada extracelular
como algo más que un reservorio de calcio y fósforo, ya que constituye una reserva de proteínas que
participan en la regulación de la diferenciación celular y en la integridad y función del tejido óseo.
El colágeno: El 90% de la matriz extracelular (MEC) está constituida por colágeno, sobre todo tipo I (>95%) y
tipo V (<5%). También se ha comprobado la presencia en pequeñas proporciones de colágeno tipo III,
relacionado con las fibras de Sharpey y tipo XII, formado bajo estrés mecánico. En la molécula de colágeno
se halla la secuencia Arg-Gly-Asp (RGD), que es reconocida por las integrinas de superficie de las células óseas.
Contiene característicamente, los aminoácidos hidroxilisina e hidroxiprolina siendo, este último, un marcador
específico de todos los fenotipos de colágeno y estando sus valores de excreción urinaria en relación directa
con la tasa de reabsorción ósea. Las fibras de colágeno se estabilizan mediante puentes de hidrógeno entre
aminoácidos y a través de la formación de puentes de piridinolina, entre las hidroxilisinas y lisinas. Sin
embargo, el colágeno no tiene gran afinidad por el calcio, por lo que son otras las proteínas implicadas en el
depósito mineral. Proteínas no colágenas: Entre ellas destacan: Proteoglicanos: Constituyen el 10% de las
proteínas no colágenas. Son moléculas de gran tamaño. En la matriz osteoide hay cuatro tipos de
proteoglicanos: Hialuronano y Condroitín-sulfato: de molécula grande, intervienen en las etapas iniciales de
la morfogénesis ósea. El Biglicano y decorina: de molécula más pequeña, aparecen en las fases siguientes de
la formación ósea. Las Proteínas con ácido γ-carboxi-glutámico: Son la osteocalcina (OCN) y la proteína de la
matriz con ácido γ-carboxiglutámico. Este ácido es un aminoácido que liga calcio y necesita vitamina K para
su síntesis. La osteocalcina es una pequeña proteína de la matriz sintetizada por los osteoblastos y plaquetas,
dependiente de las vitaminas D y K. Representa el 15% de las proteínas no colágenas de la matriz y contiene
tres restos de ácido γ-carboxiglutámico. Sus niveles plasmáticos se han considerado como uno de los
marcadores bioquímicos de la osteogénesis, relacionándose con el número y actividad de los osteoblastos.
Glicoproteínas: Son la osteonectina, la fosfatasa alcalina y las proteínas con el tripéptido RGD (Arg-Gly-Asp).
La osteonectina es una glicoproteína con gran afinidad por el colágeno tipo I, por el calcio y por la
hidroxiapatita. Representa el 25% de las proteínas no colágenas. Se cree que interviene en la regulación de
la adhesión celular entre la matriz y las células. En el hueso es necesaria para la mineralización normal.
La fosfatasa alcalina es una enzima que libera fosfato inorgánico a partir de ésteres fosfóricos, necesario para
la mineralización. Existen varias isoenzimas y, entre ellas la ósea, se ha considerado un buen marcador de la
actividad osteoblástica.
Las Proteínas con el tripéptido RGD, también llamadas SIBLINGS (Small Integrin-Binding Ligand, N-linked
Glycoprotein) son fundamentalmente cinco: osteopontina, sialoproteínas óseas, fibronectina,
trombospondina y vitronectina. Son glicoproteínas fundamentales en los procesos de remodelado y
regeneración óseos, con una secuencia Arg-Gly-Asp (RGD) que es reconocida por las integrinas de los
osteoblastos y los osteoclastos (avβ3, entre otras). También actúan como receptores de superficie de las
células óseas permitiendo la adhesión de las células a la matriz extracelular y activando señales.
Las Proteínas procedentes del plasma: Se encuentran en la matriz orgánica ósea en mayor proporción que
en el plasma. Son la albúmina y la a2-SH-glicoproteína, probablemente relacionadas con la incorporación del
calcio a la matriz osteoide.
Los se disponen en forma irregular, luego se disponen en hileras y secretan una sustancia colágena llamada
hueso provisional, hueso no maduro o tejido osteoide. Esta sustancia da al tejido aspecto membranoso. A
alguna distancia de los
osteoblastos el tejido osteoide se
transforma en matriz ósea y
posteriormente se calcifica. Esta
calcificación es consecuencia de la
liberación de una enzima llamada
fosfatasa por parte de los
osteoblastos. El hueso neoformado
siempre está separado de los
osteoblastos por una capa delgada
de tejido osteoide, sin embargo,
algunos osteoblastos quedan
atrapados en el hueso mismo,
dentro de las llamadas lagunas, y
forman las células óseas u
osteocitos. Los osteocitos
rodeados se dedican
principalmente a mantener la
integridad de la matriz circundante
y no intervienen de forma directa
en la formación ósea. Con el
tiempo se forman espículas óseas
que progresivamente se irradian
desde los centros primarios de
osificación hacia la periferia.
Las características definitivas del tejido dependen de su localización dentro del hueso: en las áreas
esponjosas, el entramado de tejido óseo contiene tejido conectivo vascular intermedio que corresponde al
precursor embrionario de la médula ósea; en las áreas compactas, el tejido óseo está más condensado y se
dispone en forma de masas cilíndricas que contienen un canal vascular central, el sistema haversiano. Sobre
las superficies externa e interna del hueso compacto se encuentran unas capas fibrovasculares (periostio y
endostio) que presentan células que conservan la capacidad osteogénica, dotando al hueso de su naturaleza
permanentemente variable. Esta forma de osificación es característica de los huesos de la bóveda craneal
tales como: frontales y parietales, parte del occipital y temporales, mandíbula y maxilares.
Osificación endocondrala: Hacia el final de la sexta semana de desarrollo los moldes de cartílago hialino, en
los esbozos de las extremidades, están rodeados por una capa de mesénquima vascularizado y compacto que
en una etapa inicial forma el pericondrio y posteriormente se convierte en periostio. Poco después, una yema
vascular invade el centro del modelo cartilaginoso, lugar denominado núcleo de osificación, que en los
huesos largos el núcleo primario se ubica en la diáfisis y los núcleos secundarios se ubican en las epífisis.
Alrededor de los sitios de erosión las células cartilaginosas reaccionan de manera que por último se
identifican cuatro zonas (núcleo de osificación), cada una de las cuales corresponde a una etapa específica
de la formación endocondral de tejido óseo:
1.- Una zona en la cual las células de cartílago muestran mitosis abundantes, llamada región de crecimiento
activo.
2.- Zona de hipertrofia celular.
3.- Zona donde las células mueren y la matriz intercelular presenta depósitos de sales cálcicas.
4.- Zona de capilares invasores que ocupan las lagunas dejadas por las células muertas.
Los capilares invasores se acompañan de células mesenquimatosas especializadas, los osteoclastos, que
disgregan la matriz calcificada, de manera que se fusionan las lagunas que eran pequeñas en etapa inicial.
Otras células mesenquimatosas especializadas, los osteoblastos, se disponen siguiendo las paredes de las
lagunas grandes neoformadas y depositan hueso sobre las espículas cartilaginosas calcificadas restantes. Este
fenómeno llamado osificación endocondral, origina espículas de cartílago revestidas de hueso.
Poco después de haberse formado, muchas espículas de situación central son disgregadas por osteoclastos
y solo quedan intactas las espículas laterales que refuerzan la pared del hueso. Por la resorción, en el centro
del hueso se forma la cavidad medular de grueso calibre.
A partir del centro primario de osificación en la diáfisis del hueso, la osificación endocondrala progresa
gradualmente hacia los extremos del modelo cartilaginoso. Al nacer la diáfisis del hueso suele estar
completamente osificada, pero las dos epífisis siguen siendo cartilaginosas. Poco después aparecen centros
de osificación en las epífisis en las cuales continúa la osificación endocondrala. Las epífisis quedan
constituidas por hueso esponjoso cubierto de una corteza cartilaginosa.
Entre los centros de osificación diafisiario y epifisiario permanece cierto tiempo una lámina cartilaginosa,
llamada lámina de crecimiento, que tiene un papel importante en el crecimiento longitudinal del hueso. En
las dos superficies del cartílago continua la osificación endocondrala, rápidamente en el lado diafisiario y con
mucha lentitud en el epifisiario. Cuando el hueso ha alcanzado su longitud completa, desaparecen los
cartílagos epifisiarios y las epífisis consolidan con las diáfisis.
Modelado: Corresponde a las principales modificaciones en el tamaño y forma del hueso, que
predominan en el esqueleto inmaduro. Se lleva a cabo mediante un proceso combinado de resorción y
aposición. ejemplos de este proceso son la disposición del eje de un hueso largo, la dirección de los extremos
de un hueso largo y el crecimiento de la bóveda craneana y la modificación de la curvatura craneal.
Remodelación: Corresponde a las modificaciones menos evidentes que afectan la naturaleza ósea. Para
mantener un tejido óseo en buenas condiciones es necesaria la transformación del hueso inmaduro, de tipo
esponjoso, en hueso laminar más compacto. Normalmente, este proceso de remodelación es el que
predomina en los jóvenes, pero continúa en pequeño grado durante toda la vida.
La osteogénesis es el proceso a través del cual ocurre la formación del tejido óseo que se forma a partir del
mesodermo, a partir de la octava semana, la clavícula es el primer hueso en comenzar este proceso. Se lleva
cabo a través de dos mecanismos de osificación: intramembranosa y endocondral. Algunos huesos requieren
ambos procesos, por lo que se les considera de osificación mixta, tal es el caso del occipital y el temporal,
cuyas escamas son de osificación intramembranosa, mientras que el resto es endocondral. Otro de los huesos
que presenta osificación mixta es la mandíbula, ya que la mayor parte es de tipo intramembranosa, pero la
sínfisis y los cóndilos son de osificación endocondral. Los órganos óseos constituyen el endoesqueleto (El
endoesqueleto es una estructura interna que se encarga
del sostener la masa del cuerpo del hombre). El verdadero endoesqueleto deriva del tejido embrionario que
corresponde al mesodermo.
El Hueso es un órgano (Está formado por un conjunto de tejidos: cartilaginoso, adiposo, óseo,
hematopoyético, conectivo), con una estructura sólida, muy resistente, plásticos, livianos, y duros, (Salvo el
tejido esponjoso que es frágil) que va a constituir la unidad fundamental y estructural del esqueleto humano.
El hueso en humanos tiene una estructura interna compleja pero muy funcional que determina su
morfología. Está compuesto principalmente por tejido óseo, un tipo especializado de tejido conectivo
constituido por células, y componentes extracelulares calcificados. Los huesos también poseen cubiertas de
tejido conectivo (periostio) y cartílago (carilla articular), vasos, nervios, y algunos contienen tejido
hematopoyético y adiposo (médula ósea). Los huesos en el ser humano, son órganos tan vitales como los
músculos o el cerebro, y con una amplia capacidad de regeneración y reconstitución. Sin embargo, se tiene
una visión del hueso como una estructura
inerte, puesto que lo que generalmente queda a la vista son las piezas óseas (secas y libres de materia
orgánica) de los esqueletos luego de la descomposición de los cadáveres. El conjunto total y organizado de
las piezas óseas conforma el esqueleto o sistema esquelético. Cada pieza cumple una función en particular y
de conjunto en relación con las piezas próximas a las que está articulada.
El hueso como cualquier órgano, puede sufrir afecciones ocasionados por factores intrínsecos y extrínsecos
Los factores intrínsecos se debe a trastornos internos del cuerpo que contribuyen a las lesiones óseas, tales
como los mecanismos de lesión autoinmune (Como las enfermedades del colágeno: como la artritis
reumatoidea, espondilitis anquilosante, etc.), trastornos metabólicos (gota, raquitismo), malformaciones
congénitas del tejido óseo (agenesia ósea, condromalacia, osteomas, osteosarcomas) hormonales
(Enanismo, Cretinismo, Acromegalia, Gigantismo, etc.), Genéticas (acondroplasia , Osteogénesis imperfecta,
Enfermedad de Paget, Degenerativo (Osteoporosis, osteopenia, artrosis)
Los factores extrínsecos se refieren a aquellos factores que se encuentran en el medio externo y pueden ser:
físicos, químicos, biológicos, etc.
Los factores físicos están relacionados con fuerzas externas: energía cinética, energía radioactiva, energía
térmica, etc.
a)La energía cinética (como accidentes de tránsito, caídas que pueden ocasionar fracturas, luxaciones, etc.);
b)La energía radioactiva, pueden ocasionar alteraciones al disociar los genes de los locus de los ácidos
nucleicos de las células, causando mutaciones o neoplasias. En el tejido óseo, los efectos secundarios que se
han observado, es que hay una alteración de la arquitectura e integridad de la matriz extracelular ósea del
tejido cortical y trabecular, lo que provoca pérdida de la densidad ósea. Sin embargo, la razón por la que el
tejido óseo se ve afectada no está clara a la fecha, pero se creé que está muy relacionado con la formación
de radicales libres (RL), los cuales generan un daño oxidativo en las biomoléculas de las células, perjudicando
la estructura de tejidos, órganos y sistemas del organismo
c)Energía térmica: El calor es otra energía que ocasiona solución de continuidad de los tejidos, así como del
tejido óseo, sin embargo, su resistencia puede ser mayor, pero si la temperatura es muy alta pueden producir
quemaduras de 4 grado lesionan el hueso ocasionando heridas profundas óseas y hasta destrucción total.
Los agentes biológicos como las bacterias que pueden causar periostitis, osteomielitis cuyos agentes pueden.
variar según edad (En neonatos y menores de 4 meses: Staphylococcus aureus, Enterobacter sp, y
Streptococcus grupo A y grupo B, en lactantes y preescolares entre los 4 meses a 4 años: S. aureus,
Streptococcus pyogenes, Haemophilus influenzae, y especies de Enterobacter, en escolares y adolescentes
entre los 4-19 años: S. aureus (80%), S. pyogenes, H. influenzae, y especies de Enterobacter y en adultos S.
aureus y ocasionalmente Enterobacter o especies del Streptococcus. Otras bacterias Como el Mycobacterium
Tuberculosis puede ocasionar tuberculosis ósea.
Así mismo, también pueden ser afectados por hongos como Actinomicosis, Coccidioidomicosis que pueden
osteomielitis.
Los agentes químicos con alteraciones del ph son muy corrosivos, sean álcalis como la soda cautica o potasa
caustica o ácidos como el ácido clorhídrico, el ácido nítrico, etc. Pueden ocasionar solución de continuidad
ósea.
II.-METODOS DE ESTUDIO:
Para hacer un estudio de los huesos, existen una serie de métodos que nos permiten identificar las
estructuras internas y externas. Estos métodos pueden ser directos o indirectos.
El método directo más frecuenta es la ectoscopía, que a consiste en evaluar y analizar todas las estructuras
que son perceptibles a nuestra visión.
Los métodos indirectos requieren equipos, instrumentos especializados para poder evidenciar estructuras
óseas que permiten profundizar nuestra visión y obtener imágenes más o menos reales captados en
fotografías o en imágenes virtuales en un monitor. Dentro de estos métodos más usados tenemos a la
radiografía simple, tomografía helicoidal multicorte, resonancia magnética nuclear, gammagrafía (permite
además identificar lesiones inflamatorias o metástasis de un determinado cáncer que se ha propagado al
hueso. La ecografía es insensible, salvo para el estudio de la concentración de calcio (Densitometría ósea por
ecografía del calcáneo, como screening).
RADIOGRAFIA: Es un examen no invasivo que ayuda a diagnosticar y tratar las condiciones médicas. La toma
de imágenes con rayos X es la exposición de una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante
para producir imágenes del interior del cuerpo. Los rayos X son la forma más antigua y de uso más frecuente
para producir imágenes médicas. Una radiografía ósea toma imágenes de cualquier hueso en el cuerpo,
incluyendo la mano, muñeca, brazo, codo, hombro, columna, pelvis, cadera, muslo, rodilla, pierna (espinilla),
tobillo o pie. Una radiografía ósea se utiliza para: Diagnosticar huesos fracturados o dislocación de una
articulación, demostrar la alineación y estabilización correcta de fragmentos óseos posterior al tratamiento
de una fractura, guiar la cirugía ortopédica, como por ejemplo la reparación/fusión de la columna, reemplazo
de articulaciones y reducción de fracturas,
buscar lesiones, infecciones, signos de
artritis, crecimientos óseos anormales o
cambios óseos observados en las
afecciones metabólicas, asistir en la
detección y el diagnóstico de cáncer óseo,
localizar objetos extraños en los tejidos
blandos que rodean los huesos o en los
huesos.
TOMOGRAFIA OSEA: Una tomografía
computarizada es una prueba que combina
el uso de rayos x y una computadora para
producir imágenes detalladas del cuerpo.
Una tomografía computarizada muestra
detalles de los huesos, los músculos, la
grasa y los órganos. Las tomografías
computarizadas son más detalladas que las
radiografías estándar.
En las radiografías estándar, se dirige un
rayo de energía a la parte del cuerpo que se
está estudiando. Una placa situada detrás
de la zona del cuerpo captura las
variaciones del haz de energía después de
que este pasa a través de la piel, el hueso,
el músculo y otros tejidos. En una
tomografía computarizada, un haz de rayos
X se mueve en círculos alrededor del
cuerpo. Esto permite muchas vistas
GAMAGRAFIA OSEA: Es un método de estudio anatómico, fisiológico y patológico de medicina nuclear que
consiste en introducir a través de la vía intravenosa un trazador radioactivo (compuestos fosfanatos
marcados con tecnecio 99m) el cual se fija al cuerpo, para encontrar ciertas anormalidades en los huesos. Se
utiliza sobre todo para ayudar a diagnosticar: carcinomas óseos o cáncer que se ha diseminado (metástasis)
hasta el hueso, la localización de algunas fuentes de inflamación en los testículos (por ejemplo, dolor óseo,
tales como dolor de espalda debido a una fractura), el diagnóstico de las fracturas que pueden no ser visibles
en las tradicionales imágenes de rayos X, y la detección de daños en los huesos debido a ciertas infecciones
y otros problemas. Las gammagrafías óseas en medicina son un método más de una serie de métodos de
formación de imágenes óseas, los cuales se utilizan para detectar visualmente anormalidades óseas. La
gammagrafía ósea es una prueba funcional, lo que significa que mide un aspecto del metabolismo óseo o
remodelación ósea, lo que las otras técnicas de imagen no hacen. La gammagrafía ósea nuclear compite con
el PET (Tomografía de emisión de positrones) para ver el metabolismo anormal de los huesos, pero la ventaja
de la gammagrafía es que es considerablemente menos costoso.
El fundamento de la
gammagrafía ósea es la
adsorción de difosfonatos en
cristales de hidroxiapatita en la
matriz mineral del hueso. Estos
difosfonatos son marcados con
un radionúclido que emite
radiación gamma, y esta
radiación será captada por la
gammacámara formando así la
imagen. El radionúclido usado
en la gammagrafía ósea es el
(99mTc) Tecnecio-99
metaestable, un radionúclido
muy usado en diversas pruebas
de medicina nuclear. La técnica
en sí consiste en la
administración intravenosa de
10-20 milicurios de 99mTc-MDP
(Metilén difosfonato) o de
99mTc-HEDP (Hidroxi-Etilén-
difosfonato). Tras 2-5 horas
postinyección se realiza la
adquisición de las imágenes de
cuerpo entero, que se llama
rastreo anterior y rastreo
posterior. Eventualmente, estos
rastreos de cuerpo entero se
pueden complementar con:
gammagrafías localizadas de
huesos concretos, SPECT muy
útil en columna vertebral y pelvis
o gammagrafía ósea de tres
fases.
III.-FUNCIONES:
Los huesos tienen las siguientes funciones:
1.-Hematopoyetico: La presencia de medula ósea roja en la porción esponjosa de los huesos permiten la
formación de sangre y sus elementos.
El primer órgano formador de sangre es el saco vitelino durante diez semanas, a continuación, el principal
órgano que forma sangre es el hígado iniciando su actividad hacia la cuarta semana, hasta el momento del
nacimiento. El bazo comienza su función hacia la semana catorce lasta la semana treinta. El primer órgano
formador de sangre es el saco vitelino durante diez semanas, a continuación, el principal órgano que forma
sangre es el hígado iniciando su actividad hacia la cuarta semana, hasta el momento del nacimiento. El bazo
comienza su función hacia la semana catorce lasta la semana treinta. La médula ósea va a formar las células
sanguíneas hacia la semana dieciocho hasta la muerte. A medida que avanza la edad el tejido medular óseo
va siendo reemplazado progresivamente por tejido adiposo. Durante la etapa neonatal solo los huesos
producen sangre más no las vísceras. Posteriormente en la niñez, hasta los cinco años de edad, la médula
ósea de todos los huesos produce glóbulos rojos. En la etapa escolar solo parte de los huesos largos y todos
los planos producen sangre, durante la adolescencia solo las epífisis de los huesos largos y huesos planos, en
el adulto joven solo los huesos planos e irregulares y en el adulto mayor solo algunos huesos planos e
irregulares como el de la cabeza, cadera, esternón, vértebras, esternón, costillas y huesos ilíacos.
La cantidad de sangre de una persona es igual al 8% del peso corporal en el varón y en la mujer de un 7%.
2.-Locomotor: Los huesos funcionan como un sistema de palancas donde se insertan músculos, ligamentos,
tendones y forman las articulaciones. Gracias a este sistema de palancas se puede ejecutar una serie de
movimientos de las diferentes partes del cuerpo, transformados en deambulación, ejecución de actividades
cotidianas como coger, saltar, patear, caminar,
mover los miembros superiores, mirar, etc.
3.-Soporte o sostén: Los huesos tienen como
misión el de sostener el peso de los órganos y
tejidos, manteniendo la arquitectura anatómica
del cuerpo humano. El sistema de soporte
implica una gran actividad de resistencia ósea.
Esta resistencia ósea se da por las posiciones y
distribución concéntrica de las láminas de
hidroxiapatita y de del colágeno que le da la
resistencia adecuable antigravitatoria
responsable de la resistencia ay soporte de los
huesos. El soporte se evidencia por ejemplo en
mantener el peso de los músculos torácicos por
parte de la jaula torácica. El pectoral mayor, el
pectoral menor, el serrato mayor y serrato
menor, los rectos anteriores del abdomen, el
dorsal ancho, etc. son soportados por la jaula
torácica.
4.-Almacen de calcio y homeostasis mineral: El
Hueso es el órgano donde se almacena la mayor
cantidad de calcio, seguido por el tejido
muscular. Se debe considerara que el calcio se
encuentra en el tejido óseo en forma de sales
minerales, siendo la Hidroxiapatita donde se
concentra mayor. El calcio es indispensable para
la contracción muscular y su ausencia significa la
muerte. Del mismo el fosfato, los nitratos y
hueso en osificarse.
7.-Reserva energética: Esta función ocurre desde el momento que el tejido medular óseo rojo es
reemplazado por el adiposo, generando una concentración de tejido graso y colesterol acumulado que sirve
para la generación de energía.
8.-Mantenimiento postural: Permite posturas como la bipedestación.
9.-Transmisión de vibraciones: Algunos huesos son capaces de transmitir vibraciones como por ejemplo la
apófisis mastoides y los huesos del cráneo. Se refiere al paso de ondas sonoras externas por cráneo dirigido
al conducto auditivo.
III. ESTRUCTURA:
A)Estructura Macroscópica:
Desde el punto de vista macroscópico, es decir para hacer el estudio del tejido óseo son la necesidad de un
instrumento auxiliar, podemos tomar como referencia un hueso largo debido a la mayor complejidad de
partes que involucra. Desde este punto vista el hueso tiene las siguientes estructuras:
B)Periostio Externo: Es una membrana que se ubica encima del periostio interno. Está formada por un
tejido conectivo más o menos voluminoso, muy resistente, en el cual se insertan los músculos que se
adhieren a los huesos. Este tejido además presenta terminaciones nerviosas sensitivas y paquete vascular
arterio-venoso constituido por capilares que perforan a las dos capas de periostio formando los agujeros
nutricios por donde pasan los vasos hacia la parte interna del hueso. La sensibilidad del hueso está a cargo
del periostio externo
ENDOSTEO: Es una membrana delgada que tapiza el canal medular, el conducto de Havers y el conducto de
Volkmann. Está formado de tejido conectivo delgado que actúa como un aislante entre el hueso y el paquete
vascular nervioso. Protege la porción interna del hueso.
B)Estructura Microscópica:
Desde el punto de vista microscópico, luego de descalcificar al tejido óseo, al microscopio compuesto se va
a evidenciar al hueso como un conjunto de estructuras concéntricas denominadas osteón u osteona o
sistema de Havers. El Osteón u Osteona corresponde a la unidad anatómica, fisiología e histológica del tejido
óseo.
El osteon es la unidad anatómica y funcional del tejido óseo. Está constituido por un canal de Havers,
alrededor del cual se agrupan laminillas con lagunas conteniendo células óseas, ya sean osteocitos u
osteoblastos. Este sistema es característico del hueso compacto. El epónimo proviene del anatomista Clopton
Havers.
Constituye la capa exterior de la masa sólida (un hueso compacto) de los huesos ya maduros. Estas unidades
estructurales también se denominan Osteonas. Las osteonas mejor configuradas son las que se encuentran
en la diáfisis de los huesos largos, donde forman cilindros que recorren la longitud de la misma (de arriba a
abajo). Cada osteona consta de 4 a 20 laminillas concéntricas dispuestas alrededor de un grupo de vasos
sanguíneos, albergados en el interior de un canal central llamado Conducto de Havers, con su eje longitudinal
paralelo al eje longitudinal del hueso. En el interior de este conducto existen además terminaciones nerviosas
amielínicas. Los conductos de Havers se comunican entre sí, con el periostio y también con la cavidad
medular.
La matriz ósea calcificada está organizada en laminillas. En cada laminilla hay fibras de colágeno y osteocitos
en lagunas dispuestas regularmente. Las fibras de colágeno están muy ordenadas. A pesar de que cada
laminilla tiene todas sus fibras colágenas paralelas, su orientación cambia de una laminilla a la siguiente. La
refringencia de las laminillas de la osteona, observada al microscopio óptico, se debe no solo a los cambios
de orientación de las fibras de colágeno, sino también a que se alternan laminillas muy ricas en colágeno con
otras más pobres. A su vez, las laminillas están unidas entre sí por fibras colágenas.
En el tejido óseo los nutrientes no se pueden difundir por la matriz calcificada porque esta es totalmente
impermeable, así que el acceso a los nutrientes, procedentes de los vasos sanguíneos, por parte de las células
tiene que tener lugar a través de unos canalículos denominados Canalículos Calcóforos, que parten
radialmente, en todas direcciones, de las lagunas excavadas en la matriz y que permiten que los osteocitos
estén en contacto unos con otros. Los osteocitos introducen por ellos sus prolongaciones citoplasmáticas
que contactan con las de osteocitos vecinos. Las lagunas más próximas a los Conductos de Havers tienen
canalículos a otras lagunas y al Conducto de Havers. No obstante, este sistema de nutrición no puede cubrir
toda la extensión del hueso. Un osteocito no puede vivir a más de 200 μm de un vaso sanguíneo. De ahí la
disposición de las laminillas alrededor de los vasos. En las lagunas más alejadas, los canalículos regresan a la
misma laguna, denominándose Canalículos Recurrentes.
Conductos de Volkmann
En general, las osteonas son cilindros rectos aunque presentan algunas ramificaciones intercomunicantes
con osteonas vecinas. Cada una de estas ramificaciones (túneles) se llama Canal de Volkmann o Conducto de
Volkmann, y atraviesan totalmente las osteonas poniendo en contacto los Conductos de Havers entre sí. No
están rodeados por laminillas. Por ellos penetran los vasos del periostio y del canal medular conectándolos
con las osteonas. Estos canales tienen un máximo diámetro de 100µm a 200 µm.
C)Estructura Ultramicroscópica:
Si se toma cada osteona o cada lámina de Hidroxiapatita concéntrica, en ella se van a identificar 4 células
bien definidas relacionadas con el hueso, estas células son:
Estas secretan el colágeno y la sustancia fundamental que constituyen el hueso inicial no mineralizado
u asteroide. También es responsable de la calcificación de la matriz mediante de la secreción de
pequeñas vesículas matriciales las cuales tienen gran cantidad de fosfatasa alcalina. Los osteoblastos
tienen forma cuboideo poliédrica y son de agrupación monoestratificada. Los osteoblastos se
comunican con otros osteoblastos y con osteocitos por medio de prolongaciones citoplasmáticas o
C.-Osteocito:
El osteocito es la célula ósea madura, es de forma aplanada como semilla de calabaza, está rodeado por
la matriz ósea que secretó antes como osteoblasto. El osteocito es un osteoblasto diferenciado. Los
osteocitos son responsables del mantenimiento de la matriz ósea. Poseen la capacidad de sintetizar y
resorber la matriz, al menos en forma limitada. Estas actividades contribuyen a la homeostasis de la
calcemia.
Osteocito
En el interior
de una laguna.
La matriz ósea
mineralizada
es de color
negro.
(Microscopía
electrónica x
5700).
El osteocito es capaz de modificar la matriz ósea circundante por su actividad sintética y resortiva.
Morfológicamente tienen tres estados funcionales:
• Osteocitos latentes: posee matriz calcificada madura.
• Osteocitos formativos:
• Osteocitos resortivos: estimulado por incremento de secreción de hormona paratiroidea. Contienen
cisternas de retículo endoplasmático. Elimina matriz, mecanismo llamado osteolisis osteocítica.
C.-Osteoclasto
Esta es una célula multinucleada de gran tamaño, cuya función es de resorción ósea. Cuando el
osteoclasto está en actividad, descansa directamente sobre la superficie ósea donde se producirá la
resorción. Como consecuencia de su actividad, inmediatamente por debajo del osteoclasto se forma una
excavación poco profunda llamada laguna de resorción.
Los osteoclastos reabsorben las trabéculas, van formando tejido óseo a manera de laminillas y se
dispone la médula ósea definitiva dada la menor o mayor cantidad de laminillas.
La estatura definitiva que puede lograr un individuo, así como la adecuada salud e integración de su tejido
óseo, dependen en gran medida de su constante interacción con las hormonas, desde la etapa embrionaria
hasta los últimos momentos de la vida. Teniendo en cuenta que en los libros de texto la relación entre las
hormonas con el hueso solo se describe de forma separada y sin integralidad entre lo fisiológico y lo
patológico, se realiza una amplia revisión bibliográfica mediante la unificación de criterios y puntos de vista
de diferentes autores, con el objetivo de lograr una comprensión más exacta de las funciones que realizan
las hormonas sobre el tejido óseo y tener una visión más integral y razonada de la etiopatogenia de
afecciones tales como la osteoporosis, las bajas y altas tallas (de causa endocrina) y la craneosinostosis, entre
otras. Se obtuvo como resultado un documento que explica, de forma más amena e integral, las acciones
fisiopatológicas de las hormonas sobre el tejido óseo de un organismo vivo.
Las hormonas y el tejido óseo se encuentran en estrecha relación desde el mismo origen de la vida. El
crecimiento, densidad e integridad de los huesos dependen de una adecuada función de un grupo de
hormonas, tales como la hormona del crecimiento (GH), las hormonas tiroideas (T3 y T4), las hormonas
sexuales (estrógenos, progesterona, testosterona), la insulina, los factores de crecimiento similares a la
insulina (IGF), el cortisol, la hormona paratiroidea (PTH) y la calcitonina, las cuales deben tener
concentraciones normales en sangre y van a depender de la etapa de la vida por la que se encuentre
transitando la persona (niñez, puberal o de consolidación ósea o pospuberal). Por tal motivo, se considera
importante que se tenga una visión integrada de este proceso para, de esta manera, razonar y comprender
con mayor facilidad algunas patologías que se producen como consecuencia de un déficit o exceso de alguna
de las hormonas anteriormente señaladas.
D)Estructura Bioquímica:
La composición bioquímica del hueso está constituida por sustanciar orgánicas e inorgánicas: del hueso se
divide en dos porciones:
1.-Composicion Orgánica: Esta composición va a variar en relación a la edad. En los niños puede constituir
hasta un 70%, en los jóvenes un 50% y en los adultos mayores solo un 30%. Los componentes están
constituidos por biomoléculas que son proteínas y carbohidratos.
a)Proteínas: Corresponde al 90-95% del material orgánico total, siendo la proteína más abundante el
Colágeno tipo 1 y luego el colágeno tipo 2, otras proteínas constituyen solo un 5% de todas las proteínas y
dentro de este grupo se encuentran: osteocalcina que se une como el colágeno a la hidroxiapatita,
osteopontina también unida a la hidroxiapatita es similar a la fibronectina, caderinas, conectinas, actina,
miosina, etc.
b)Carbohidratos: Constituyen un grupo pequeño que representa un 5-10% del material orgánico, formado
principalmente por los péptidoglucanos o peptidoglicanos o aminoglúciodos como metilsulfonatos, sulfato
de condroitina, ácido hialurónico, Condroitín 2-Sulfato, Condroitín-4–Sulfato, queratán sulfato etc. Otros
Glúcidos monosacáridos son de menor concentración como la fructuosa y Galactosa
2.-Composicion Inorgánica: Esta composición va a variar en relación a la edad. En los niños puede
constituir hasta un 30%, en los jóvenes un 50% y en los adultos mayores solo un 70%. Los componentes
inorgánicos son: Agua y Sales minerales
a) Agua: Representa el mayor componente, esto varía según la edad y va de un 20% en los adultos mayores
hasta un50% en los niños
b) Sales minerales: La Hidroxiapatita es el componente más importante entre todas las sales y en menor
cantidad otras sales inorgánicas (Nitratos, sulfatos, carbonatos). El fosfato cálcico presente en forma de
cristales de hidroxiapatita que aparecen a intervalos regulados de 60 nm a 70 nm a lo largo de las fibras.
También posee citrato, bicarbonato, fluoruro, magnesio e ion sodio. El hueso además posee afinidad por
sustancias radioactivas que destruyen sus componentes.
IV:-CLASIFICACIÓN DE LOS HUESOS:
Los huesos pueden clasificares de diferentes maneras. Sin embargo las consideraciones más importantes son:
A) Según su constitución tisular:
Los huesos poseen zonas con diferente densidad de tejido óseo
que se diferencian macroscópicamente y microscópicamente en
áreas de hueso compacto y áreas de hueso esponjoso, sin límites
netos que las separen, se continúan una con la otra. Los huesos
pueden ser esponjosos y compactos.
a) Huesos esponjosos: Poseen un predominio de tejido óseo
esponjoso. El Hueso esponjoso o areolar o reticulado, está
formado por delgadas trabéculas que, en los huesos ya formados,
corresponden al tejido óseo laminillas rodeadas por células de
revestimiento óseo. Este se localiza en el interior de los huesos
del cráneo, vértebras, esternón y pelvis y también al final de los
huesos largos.
Su estructura es en forma de redes similares a una esponja
caracterizada por trabéculas, en donde se ubican los osteocitos; y
su función es actuar como andamio que provee rigidez y soporte
en la mayoría del hueso compacto. El hueso esponjoso no
contiene osteones, sino que las láminas intersticiales están de
forma irregular formando unas placas llamadas trabéculas. Estas placas forman una estructura esponjosa
dejando huecos llenos de la médula ósea roja.
Dentro de las trabéculas están los osteocitos, los vasos sanguíneos penetran directamente en el hueso
esponjoso y permiten el intercambio de nutrientes con los osteocitos. El hueso esponjoso es constituyente
de las epífisis de los huesos largos y del interior de otros huesos.
b) Huesos compacto: Poseen un predominio de tejido óseo compacto. El hueso compacto forma la diáfisis
(la porción alargada de los huesos largos que queda en el medio de las epífisis o porciones distales de los
mismos). Aparecen como una masa sólida y continua cuya estructura solo se ve al microscopio óptico. Su
matriz ósea mineralizada está depositada en laminillas, entre estas se ubican las lagunas con los osteocitos
(cada laguna con el osteocito es llamada osteoplasto), desde cada una se irradian canalículos (conductillos
muy delgados), ramificados que las comunican y permiten la nutrición de los osteocitos (recordemos que
esto es importante ya que los osteocitos se encuentran rodeados de matriz mineralizada que no permite la
difusión de nutrientes al osteocito). Las laminillas se disponen de 3 formas:
• Concéntricamente alrededor de un canal longitudinal vascular (llamado conducto de Havers), que contiene
capilares, vénulas postcapilares y a veces arteriolas, formando estructuras cilíndricas llamadas osteonas o
sistemas haversianos visibles al microscopio óptico.
• Entre las osteonas se disponen de forma angular formando los sistemas intersticiales separados de las
osteonas por las llamadas líneas de cemento (capa de matriz ósea pobres en fibras colágeno que no son
atravesados por estos canalículos, o sea que no poseen elementos vasculares; todo esto es observable al
microscopio óptico).
• Por debajo del periostio sobre su superficie interna, y por debajo del endostio se ubican alrededor de la
circunferencia del tallo de forma extendida las laminillas circunferenciales externas e internas (paralelas a
la superficie).
Los canales haversianos comunican entre sí con la superficie o la cavidad medular por canales transversales
u oblicuos llamados canales perforantes o de Volkmann que poseen vasos que vienen del periostio y del
endostio más grande que los de las osteonas que comunican entre ellas. Al microscopio óptico es difícil
reconocerlos porque no se encuentran rodeados de láminas concéntricas.
B) Según su forma:
Según su morfología los huesos pueden ser: Huesos largos, cortos, planos e irregulares.
1.-Huesos Largos: Son aquellos huesos en cuya morfología se expresa mejor su longitud, sea este
predomínate para la estructura sobre la anchura y el grosor. Entre ellos podemos citar al fémur, el húmero,
la tibia, peroné, metacarpianos, etc. Desde el punto de vista macroscópico, todos están constituidos por
Epífisis o extremidades (proximal y distal), Diáfisis (cuerpo o parte central del hueso), Metáfisis (Región
reciente osificado-Hueso nuevo), formando la zona de separación entre epífisis y diáfisis y, algunos huesos
jóvenes.
2. Huesos planos: Son aquellos que se caracterizan por presentar grandes superficies o áreas. Suelen ser
delgados y de aspecto curvo, están formados por dos capas de tejido óseo compacto, con tejido óseo
esponjoso en la parte medial con médula ósea en su interior. Por ejemplo, parietal, frontal, rotula, temporal,
occipital, costillas, esternón, etc.
3.- Huesos cortos: La predominancia es de una morfología diminuta, es decir miniatura, por lo que
presentan un aspecto cúbico, con mediciones de largo, ancho y alto aproximadamente iguales. Están
formados por tejido óseo esponjoso y cubierto por periostio, salvo en las superficies articulares, Como por
ejemplo: Huesos del carpo y metacarpo
4. Huesos Irregulares: Son huesos en los que no predomina ninguna de las tres dimensiones. Llamados
también huesos amorfos o sin forma. Son aquellos que por sus características morfológicas no pueden
incluirse en ninguno de los tipos anteriores, carecen de una morfología asimétricas, amorfos. Están formados
por tejido óseo esponjoso envuelto por una capa delgada de tejido compacto. Son ejemplo de ellos el
etmoides, esfenoides, vértebras, falangetas, etc.
Según como se ubiquen dentro o fuera del esqueleto los huesos pueden: Endoesqueletos y exoesqueletos:
1.-Huesos endoesqueléticos: Son huesos que constituyen la estructura propia del esqueleto, es decir forman
parte del armazón óseo y que se articulan entre sí. Dentro de ellos tenemos huesos de la cabeza, tórax,
miembros inferiores, etc.
2.-Huesos exoesqueléticos: Son huesos que se encuentran fuera del esqueleto, es decir, accesorios al
esqueleto y que se unen al esqueleto a través de ligamentos, tendones, músculos, etc. Algunos cumplen
papel importante como el hioides que inserta a músculos llamados hioideos (Suprahioideos, Infrahioideos,
Lengua, músculos laríngeos, etc. Dentro de ellos tenemos: El hueso hioides, la rótula, los huesos sesamoideos.
El Total de Huesos del esqueleto axial, varía de acuerdo a la edad. En los menores de 12
años se consideran de 4 a 6 vertebras sacras y los adultos se considera solo un hueso el
sacro. En relación a las vértebras coxígeas varían de 3 a 5 tanto en los adultos como en los
menores. El total huesos que presenta un esqueleto axial oscila entre 76 a 83 huesos. El
promedio de huesos de la columna vertebral es de 33 huesos, con un mínimo de 31 y un
máximo de 35. En el adulto en cambio es de 29 huesos, con mínimo de 28 y un máximo de
30. Por ello que el esqueleto axial de un individuo al azar debe estar entre 76-83 huesos. Esto
varía en el niño cuyo promedio es de 81, con un mínimo de 79 y un máximo de 83 y en el
adulto el promedio es de 77, con un mínimo de 76 y un máximo de 78 huesos
El Total de Huesos del esqueleto apendicular no varía todos están formados por 126 huesos.
El esqueleto completo, en general al azar de cualquier individuo es de 202 a 209. El esqueleto
completo de un niño en promedio tiene 207 huesos, con un mínimo 205 y un máximo de 209. El
esqueleto completo de un adulto presenta un promedio de 203 huesos, con un mínimo 202 y un
máximo 204 huesos. No se han tomado en cuenta a los huesos wormianos, hueso inka,
sesamoideos ni a los dientes.
BIBLIOGRAFIA
Fiebiger, Dr. Tzt Jos; Trautman, Dr. A.; Histología y Anatomía microscópica comparada de
animales domésticos, 7° edición, editorial Laver, S.A traducido por Galiano, Dr. Emilio
Fernández y el Dr. Farreras, Pedro, Barcelona, España, 1950, pag 58-70