Jóvenes en La Encrucijada Contemporánea en Busca de Un Relato de Futuro
Jóvenes en La Encrucijada Contemporánea en Busca de Un Relato de Futuro
Jóvenes en La Encrucijada Contemporánea en Busca de Un Relato de Futuro
J óvenes en la encrucijada
contemporánea:
en busca de un relato de futuro
Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura / 6-9 de febrero de 2013
Rossana Reguillo
Profesora e investigadora. Licenciada y maestra en comunicación por el iteso. Doctora en
ciencias sociales con especialidad en antropología social, en el doctorado interinstitucional
del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciesas) y la
Universidad de Guadalajara, México.
La pregunta por los jóvenes hoy adquiere un carácter de urgencia por diversas
razones. Los datos y los indicadores a mano dan cuenta de un complejo, doloroso
y difícil horizonte para millones de ellos que deben lidiar con un sistema que los
excluye, los criminaliza y se muestra torpe, autoritario, pero fundamentalmente
ciego, sordo y mudo ante lo que significa ser joven en esta sociedad sacudida por
recurrentes crisis.
¿Qué significa ser joven hoy? ¿Cuáles son los territorios, los deseos, los miedos,
las apuestas, las alianzas, las prácticas en las que se despliegan los anhelos de los
jóvenes? ¿Cómo aproximarse a una comprensión –respetuosa– de los universos en
los que emergen nuevas culturas organizativas, comunicativas, políticas, a través
de las cuales millones de jóvenes buscan incorporarse de formas alternas a las que
les propone un sistema injusto e inequitativo? ¿Cómo comprender sus prácticas,
sus cuerpos, sus músicas, sus lenguajes?
A partir de la última década del siglo xx, se produjo un giro radical (al princi-
pio, de manera silenciosa y casi imperceptible) en las expresiones y culturas juve-
niles: el llamado “ajuste estructural” en diferentes países del orbe, que para efectos
prácticos significó el adelgazamiento del Estado y lo que llamo “minimalismo” de
las políticas sociales; la aceleración de la tecnología que favoreció una rápida globa-
lización cultural, y el creciente poder del mercado con su oferta ilimitada de iden-
tidades, que colocó como valor fundamental el consumo. Estos tres procesos han
tenido un impacto profundo en las biografías, trayectorias y prácticas juveniles.
Erosionados los principios rectores de la incorporación y participación que la
modernidad privilegió, como la escuela (trampolín hacia la vida productiva) y el
trabajo (mediación no sólo para la sobrevivencia sino para la afirmación del sujeto)
y cuestionada –al extremo–, la política como espacio para la negociación y el pacto
social, los jóvenes se convirtieron en protagonistas del cambio social, y para bien y
para mal, han reconfigurado la sociedad que conocemos.
Puede decirse que los jóvenes se adelantaron “al futuro” y anticiparon estra-
tegias y tácticas para enfrentar y resolver, con los recursos a mano, las enormes
dificultades para una inserción posible en un mundo experimentado y percibido
como carente de relatos e instituciones confiables.
La narrativa y la experiencia del presente se abrió paso de una manera vigorosa
entre innumerables colectivos y grupos de identidad juveniles, como una forma
de dotar a la incertidumbre, el desamparo, desarraigo y temores frente a un futuro
expropiado, de una fuerza y poder articulador; un presente o, mejor, presentismo,
donde los lazos afectivos y el sentido depositado en el día a día, venían a suplir la
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ausencia de lugar, y la experiencia cotidiana para mu- opciones que constituye, por ejemplo, el inerme ejército
chas y muchos jóvenes de ser redundantes, de no caber, de migrantes.
de estorbar, de ser incómodos. b) El circuito de los “asimilados” a los llamados merca-
El futuro dejó de ser una palabra significativa, se dos flexibles, que caminan los jóvenes que han asumido
convirtió en un lujo, en una palabra borrada en los las condiciones del mercado y que aceptan las lógicas y
sociolectos juveniles. Las instituciones, la sociedad, mecanismos a su alcance para incorporarse, con dificulta-
los medios de comunicación, las madres y los padres, las des, a las dimensiones productivas de la sociedad. Jóvenes,
y los maestros, continuaron, pese a las evidencias del por ejemplo, que aceptan el llamado 3d job (dirty,
colapso social, en su obstinada venta de “futuros” como dangerous and deamining: sucio, peligroso, denigrante).
mercancía de cambio para negociar con esos jóvenes c) Un tercer circuito, nada desestimable, es el que
cuyas miradas y preguntas escapaban y escapan a las recorren los jóvenes que han decidido hacer una opción
capacidades instaladas y a la escucha de las instituciones, por el narcotráfico, la violencia, el crimen organizado,
que, les dijeron, estaban para ellas y ellos. Silencio o como formas de acceso y afirmación social. El circuito
estruendo ha sido la constante en estos años en los que de la paralegalidad. En el México de hoy, por ejemplo,
los jóvenes emergen como un espejo retrovisor, como estos jóvenes han incorporado a su vocabulario la pala-
un síntoma del malestar social, como actores y protago- bra “sicariar”, que nombra –sin nombrar– el trabajo de
nistas del devenir de la sociedad. un sicario: matar.
d) El circuito de los “incorporados”, en el que se mue-
Diversidad y diferencias desiguales ven jóvenes que gozan –aún– de garantías sociales y
formas de inserción laboral y educativa dignas.
Los jóvenes no constituyen un todo homogéneo, ni e) Y finalmente, un circuito de jóvenes en zonas de pri-
una categoría universal, por mucho que compartan la vilegio, conectados al mundo, con amplio capital social
experiencia en un mundo globalizado que amplía las y cultural.
ofertas al tiempo que achica las posibilidades de ac-
ceso. La comprensión de los universos juveniles, me Insisto en que este no es un esquema “puro”, ni una
parece, debe partir del reconocimiento de la tensión tipología de los jóvenes, sino un recurso para mantener en
que opera esta paradoja: más y mejores medios para la tensión analítica la heterogeneidad cultural de los univer-
comunicación, dispositivos tecnológicos cada vez más sos juveniles con la desigualdad estructural. Es decir, no es
poderosos, “disponibilidad” de enormes recursos para lo mismo ser un joven punk que va a la universidad por
la información y el conocimiento, aunados al empo- muchas críticas que tenga, o experimente la misma incer-
brecimiento creciente de numerosas zonas del planeta, tidumbre que sus pares frente al futuro, que ser una joven
agravamiento de las condiciones de exclusión, a las que punk migrante salvadoreña que no cupo en su país. La
se suma la eufemísticamente llamada “brecha digital”, complejidad de las formas identitarias en los jóvenes no
que condena a millones de jóvenes a nuevas formas de puede dejar de lado la dimensión de los anclajes estructu-
“analfabetismo” comunicacional y social. rales. Toda diferencia es una diferencia situada.
Por esto es fundamental partir de la diversidad de Sin embargo es fundamental asumir que el cansan-
los mundos juveniles, para comprender las estrategias, cio y el desencanto juvenil frente a las instituciones, los
condiciones, contextos y formaciones socioculturales problemas que enfrentan, desborda el problema “cuan-
en los que los sujetos experimentan y viven su condi- titativo” de la carencia de espacios o accesos. Aunque
ción de jóvenes. Más que intentar una tipología de los los datos son alarmantes, considero que pensar los
jóvenes en la sociedad contemporánea, me interesa co- problemas de los jóvenes exclusivamente en términos
locar un esquema con el que he venido trabajando los de exclusión o marginación de carácter económico,
últimos años, para no perder de vista la relación del estructural, al margen del análisis cultural, pospone
contexto con las expresiones diferenciadas de las y los o aleja la posibilidad de someter a crítica reflexiva un
jóvenes. Así, planteo que hay cinco circuitos (no está- “proyecto” que no parece capaz de resistir más tiempo.
ticos) que dan concreción tanto a la condición como a Intentaré ahora situarme en los territorios juveniles
las culturas juveniles, según su lejanía o mayor cercanía para marcar cuatro procesos que atraviesan la condi-
con los procesos de incorporación social. ción juvenil contemporánea: violencias, migración,
tecnologías y activismo; que interrogaré a su vez con
a) El circuito de los “inviables”, por el que transitan dos cuestiones que, a mi juicio son claves para aproxi-
jóvenes que carecen de cualquier tipo de inserción so- marse a una comprensión profunda de las y los jóvenes:
cial y opción de futuro, que abundan en México, en la subjetividad y la socialidad, que entiendo como los
Guatemala, en El Salvador. También en muchos países jóvenes comunicándose y que distingo de sociabilidad,
de África. Una juventud precarizada, desafiliada, sin que encara la pregunta por los jóvenes organizándose.
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La Santa
Muerte, cuyo
culto se ha expandido
rápidamente de sur a
norte, precisamente
por los procesos
migratorios, juega un
papel central en la
experiencia de inde-
fensión de los jóvenes
migrantes. Algunos
de éstos me han
dicho que entregan
su penosa travesía a su
“santa” para obtener su
continua protección. Fotografía: Robert Bejil / CC BY
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es posible encontrar la voz que introdu- acceder a otras visiones del mundo, […] la relación entre Perseo y
ce la nota crítica, el desacuerdo, la lla- contribuye a desnaturalizar la visión la Gorgona es compleja: no
mada serena o encendida a otro punto sobre el propio y eso posibilita un nivel termina con la decapitación
de vista posible. de reflexión que es difícil de conseguir del monstruo. De la sangre
Rompiendo el sistema de jerarquías cuando el mundo se circunscribe a la re- de la Medusa nace un caba-
establecido por la modernidad letrada, producción de las dinámicas, estructuras llo alado, Pegaso; la pesadez
los jóvenes blogueros encuentran un es- y sentidos locales o cercanos. de la piedra puede conver-
pacio clave para otorgar valor a dos cues- tirse en su contrario; de una
tiones fundamentales en la constitución Para los adultos la experiencia era algo coz, Pegaso hace brotar en el
de su subjetividad; primero, la posibili- que se adquiría “para”, con un sentido Monte Helicón la fuente donde
dad de la (auto)elección de aquellos pro- teleológico, finalista; la experiencia era beben las Musas.
blemas, procesos, acontecimientos que una dimensión mediadora entre un an-
con carácter histórico, se introducen en tes y un después. Hoy, uno de los ejes Puede decirse, entonces, que lo leve
sus biografías particulares; cuestión que sustantivos de la idea de los repertorios emerge de la pesadez y al mismo
se inscribe en una tendencia creciente múltiples, veloces, cambiantes que fa- tiempo afirma que la levedad no es
a involucrarse en causas intermitentes, vorece la red, es que la experiencia se ha una huida, sino un cambio de enfoque, de
contingentes que “significan” y que convertido en algo per se, la experiencia lógica, de otras formas de conocimiento.
marcan su distancia frente a las lógicas no sólo constituye subjetividad, sino La tecnología es un marcador cen-
de participación institucionalizadas, además es la argamasa que posibilita el tral en las identidades juveniles y un
partidizadas; y, de otro lado, refieren a intercambio. Es la experiencia armada dispositivo que arma, forma y da sen-
lo que es “personalmente” relevante, en en trayectorias itinerantes, la que vale. tido a su vida y a sus prácticas. En la
este sentido, el nombre propio (así sea La red es, en este sentido, no un con- primera década del siglo xxi, la tec-
un nick name) sí importa. Se trata de un tinente de información, sino pasaje y nología ha mostrado ser su estrategia
compromiso en primera persona. pasadizo que conecta a la manera de principal para encarar los desafíos que
b) La disolución de las fronteras entre rizomas,2 experiencias múltiples. se les presentan; es clave asumir que los
lo objetivo y lo subjetivo. Al revisar y La red es una gigantesca conversa- jóvenes y las diferentes tecnologías con-
analizar numerosos blogs, muros de fa- ción colectiva, donde los jóvenes apelan fluyen en un carril que está generando
cebook, páginas de muchos jóvenes, es a sus propios códigos, sin dejarse se- profundos cambios. Las tecnologías, en
posible advertir que existe una solución cuestrar por una “política de la palabra” sus diferentes vertientes, operan como
de continuidad en la manera de encarar específica o pautada. conectores, prótesis, plataformas, cata-
esta tajante separación, fruto de la mo- En sus Seis propuestas para fin del pultas, experiencia cotidiana para inte-
dernidad. Lo personal, lo subjetivo, las Milenio, Calvino (1998), decía: “Para ractuar con el mundo: del plumón para
emociones y lo cotidiano, se articulan cortar la cabeza de la Medusa sin que- graffitear una pared a la computadora
con el mundo de lo público. A través dar petrificado, Perseo se apoya en lo con Internet que permite acceder a la
del uso de la red, los jóvenes construyen más leve que existe: los vientos y las producción de autoría (es decir, a la voz
no solamente grupos para conversar, nubes, y dirige la mirada hacia lo que propia) e ingreso a múltiples redes so-
sino de manera especial “comunidades únicamente puede revelársele en una ciales. La tecnología es la marca de épo-
de sentimiento” (un grupo que empie- visión indirecta, en una imagen cautiva ca de una juventud que la utiliza tanto
za a sentir e imaginar cosas en forma en un espejo”. para afirmar sus pactos con la sociedad
conjunta, como grupo). ¿La levedad como estrategia para de consumo, como para marcar sus di-
c) Y, una tercera cuestión, estriba en su enfrentar la petrificación del mundo ferencias y críticas a esa sociedad.
capacidad de articular relaciones que analógico?, ¿de una realidad que los
trascienden los movimientos territoria- agobia? La metáfora de Calvino me Un fantasma acecha al ca-
les y hacen de la globalización más que parece poderosa para comprender la pitalismo: de indignaciones y
un concepto económico o una metáfora transformación de las subjetividades subjetividades emergentes
sociocultural. La construcción de ciber- juveniles en relación con las redes y su
identidades que se alimentan de la diver- diversidad de plataformas. Sigue di- Los años 2011 y 2012 fueron de agita-
sidad, de la conversación planetaria que ciendo Calvino: ción juvenil. Expresiones del desencan-
a través de la “bitácora” personal, des- to y del cansancio frente a un sistema
centran y desterritorializan los sentidos 2 No hay un territorio único donde fijar el senti- que decretó, por la vía de los hechos, la
que se producen, contribuye a “producir do, porque el sentido se construye a través de los ausencia de lugar para las nuevas gene-
distintos nodos en conexión, que configuran un
extrañamiento”, que bajo mi perspectiva mapa, como dirían Deleuzze y Guattari, “abier-
raciones, “los indignados” sacudieron
es la condición fundamental para produ- to, desmontable, reversible, susceptible de recibir el ya de por sí caótico mapa de nuestras
cir reflexividad. Dicho en otras palabras, constantes modificaciones”. incertidumbres.
Los años 2011 y 2012 fueron de agitación juvenil. Expresiones del desencanto y del
cansancio frente a un sistema que decretó, por la vía de los hechos, la ausencia de lugar para
las nuevas generaciones
Según el diccionario, la indignación o, de otro lado, las formas de hetero y Una primera cuestión estriba en una
es “el sentimiento grande de enojo que auto-reconocimiento ancladas en cate- proliferación de formas de organización
genera un acto ofensivo o injusto”. Las gorías raciales, partidistas, institucio- y enunciación sin centro; es decir, una
expresiones del malestar juvenil que, en nales (los mexicanos, los vietnamitas, transformación radical en los modos de
los últimos años, hemos visto aflorar la izquierda, los desempleados, los concebir el liderazgo; la horizontalidad
en países como Egipto, España, Chi- okupas). Todas estas maneras de auto y más que una bandera, es una apuesta
le, Estados Unidos y México, acuden heteroreconocimiento comparten una explícita por desmarcarse de viejas cul-
a novedosas formas de auto-identifica- genealogía: la voluntad moderna de la turas políticas. Una horizontalidad que
ción como: “los indignados”, “somos el clasificación, la obsesión por la claridad no pocos analistas han confundido con
99%” o “#YoSoy132”, que desbordan y transparencia de los orígenes y las falta de estructura.
los sistemas clasificatorios de los mo- pertenencias como garantía y justifica- Una segunda cuestión es que todos
vimientos sociales en clave de política ción de las demandas. estos procesos han implicado –para nu-
moderna. Hoy estamos frente a un territorio merosos jóvenes– acelerados y profun-
Esta forma de auto-dotarse de un complejo, inestable, frágil, en el que las dos aprendizajes en los que se cruzan
nombre y de una palabra para recono- identificaciones se producen desde el y mezclan sus dominios tecnológicos,
cerse, desestabiliza, por decir lo menos, hartazgo, desde el desencanto, desde la su capacidad de uso de las comunica-
los sistemas de acuerpamiento social indignación, es decir, desde las emocio- ciones, su velocidad para procesar in-
que han dominado la escena pública, a nes que operan como catalizadores, para formación, con las formas, lenguajes,
través de formas de reconocimiento de bien y para mal de las expresiones de estrategias y dinámicas de la política
identidades prescritas –y muchas veces protesta. Me he preguntado, a lo largo más tradicional.
proscritas–, vinculadas a la “práctica” o de todos estos meses, si nuestros “instru- En mi trabajo etnográfico, tanto en
lugar en la estructura social (obreros, mentos de conocer” están en condicio- México como en Nueva York (donde
campesinos, indígenas, estudiantes, nes de hacerse cargo de las transforma- pude seguir de cerca el movimiento
mujeres), que definen al sujeto por su ciones, no sólo de “la protesta” sino del Occupy Wall Street), encontré que se
pertenencia a una identificación positiva; sujeto que la protagoniza. están produciendo dos gramáticas, dos
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Una
nueva forma
de resistencia está
en gestación, sus
protagonistas son
los jóvenes
culturas políticas. De un lado están los La fuerza incontenible de una co- Las pertenencias, la búsqueda de
que dicen que jamás habían participa- municación sin centro, que fluye y en- sentido y el papel del consumo, juegan
do en una “asamblea”, que no enten- laza subjetividades políticas, es difícil un papel constituyente en las identida-
dían ni habían experimentado el debate contenerla con los aparatos de repre- des juveniles. Por consiguiente, quisiera
con otros en la calle, el disenso, la bús- sión tradicionales. Una nueva forma de cerrar mi intervención con algunas pre-
queda de acuerdos, porque lo suyo era resistencia está en gestación, sus prota- guntas para la reflexión.
fundamentalmente el clicktivismo, un gonistas son los jóvenes. Frente al cierre de espacios de inclu-
involucramiento a través de los disposi- El dilema o la pregunta central en sión digna y equitativa, ¿quiénes, qué
tivos digitales. En el otro lado están los estas formas de empoderamiento juve- instituciones o cuáles son los discursos
que vienen de la cultura asamblearia y nil, me parece, estriban en la posibili- que están ofreciendo alternativas?
se muestran fascinados por “descubrir” dad de transformar esta agencia en po- He podido constatar que los jóve-
la potencia de lo que quisiera llamar tencial ciudadano, en un relato viable nes, en los circuitos de precarización,
dispositivos sociotecnológicos, en un in- de futuros. sólo tienen como capital su propio
tento por escapar a la determinación de cuerpo (muchas veces menguado por el
la tecnología. Esto, me parece, estaría Algunas notas finales hambre) y como mercancía intercam-
indicando dos cosas: el señalamiento del biable, el riesgo. Millones de ellos hoy
“falso” debate en torno a la centralidad Podríamos continuar en aproximaciones venden riesgo: se adentran en la espiral
de las redes y los dispositivos digitales en sucesivas, y cada vez más profundas, a de violencias del crimen organizado,
contraposición a la experiencia “analógi- los mundos juveniles. De sus cuerpos, se vinculan a mercados piratas, cruzan
ca” y, lo más importante, la potencia ar- sus lenguajes, de sus músicas, de las fronteras como “mulas” transportando
ticuladora de movimientos juveniles que drogas... He intentado ofrecer un droga. El riesgo es muy atrayente, hay
entienden que la micropolítica efectiva, panorama amplio y complejo de los fuerzas muy interesadas en comprarlo.
aquella capaz de alterar los marcos sub- territorios, problemas, procesos y Frente a la ausencia de un relato de
jetivos de la experiencia cotidiana, debe prácticas de la juventud que considero futuro, de la pérdida de sentido, fren-
ser capaz de combinar simultáneamente claves para una escucha atenta y respe- te a la evidencia que muchos de ellos y
el cuerpo en la calle y la red. tuosa de sus voces. ellas experimentan diariamente ser en-
La cultura es
quisiera que pudiéramos preguntarnos puedan ayudar a construir otras biogra-
desde qué lugar de autoridad moral se fías juveniles.
el territorio
puede juzgar a aquellos que han hecho No soy agorera de la catástrofe o el
del consumo un marcador de identi- apocalipsis. Hay modos, mecanismos,
más fértil,
dad, cuando el mercado y tres de sus dispositivos para pensar que es posible
“dobles”, el consumo, la piratería y la un futuro mejor.
propicio,
producción de formas estéticas masi- Mientras aquí hablo, en México, en
vas, repiten incesantemente el mantra El Salvador, en Colombia, en Estados
esperanzador
de la pertenencia y el sentido a través Unidos, en Argentina, en Bolivia y en
de los objetos, de la posesión. otras latitudes, los jóvenes siguen
y eficaz para
¿Dónde están las instituciones, actuando, comprometiéndose, involu-
los discursos, las prácticas capaces de crándose en miles y miles de proyectos
encarar el
operar como contrapesos a los relatos y de causas. Abren radios comunitarias;
del mercado? ayudan en comunidades empobrecidas;
desafío.
A contravía de los discursos institu- aprenden en la universidad; escriben en
cionales que recetan al joven un con- sus blogs, actualizan sus estados de face-
junto de preceptos para transitar “exi- book, se suman o propone un #hashtag
tosamente” hacia la adultez, el mercado en twitter para denunciar una injusti- 3 La Haine/Hate. Francia, 1995, 95 mins.
y “sus dobles” han logrado configurar cia; se aprestan a levantarse para ir a la Director: Mathieu Kassovitz. Cast: Vincent
Cassel, Hubert Kounde, Saïd Taghmaoui.
un discurso desregulador, desprovisto maquiladora que les paga un salario de Producer: Christophe Rossignon. Script:
de juicios morales, afirmativo y simpli- hambre; escuchan una nueva canción en Mathieu Kassovitz Camera: Pierre Aïm. Edi-
ficador, con voluntad de “acompañar” youtube; se emocionan con el discurso tor: Mathieu Kassovitz & Scott Stevenson.
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