Tiempo y Memoria Histórica en La Prensa Obrera Bogotana Las Disputas Por Las Utopías A Través de La Radionovela Educativa

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TIEMPO Y MEMORIA HISTÓRICA EN LA PRENSA OBRERA BOGOTANA:

LAS DISPUTAS POR LAS UTOPÍAS A TRAVÉS DE LA RADIONOVELA


EDUCATIVA

JOHN NAIRON NOVOA LÓPEZ

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES
LÍNEA DE FORMACIÓN POLÍTICA Y MEMORIA SOCIAL
BOGOTÁ D.C.
2022

1
TIEMPO Y MEMORIA HISTÓRICA EN LA PRENSA OBRERA BOGOTANA:
LAS DISPUTAS POR LAS UTOPÍAS A TRAVÉS DE LA RADIONOVELA
EDUCATIVA

Por
JOHN NAIRON NOVOA LÓPEZ
Código: 2016260040

Trabajo para optar al título de:


Licenciado en Ciencias Sociales

Dirigido por
DRA. SANDRA PATRICIA RODRÍGUEZ ÁVILA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES
LÍNEA DE FORMACIÓN POLÍTICA Y MEMORIA SOCIAL
BOGOTÁ D.C.
2022

2
Dedicatoria

Para María, mi abuela. Pasado, presente y futuro en un pensamiento eterno.

3
Agradecimientos

Los agradecimientos son proporcionales a la cantidad de horas, minutos y segundos

invertidos en este esfuerzo colectivo. Gracias a la Universidad Pedagógica Nacional, por

permitirme cumplir mi sueño de ser profesor, uno de la formadora de formadores. Gracias a

mi maestra Sandra Rodríguez, por acompañarme en este camino lleno de baches, imprevistos,

dificultades, gracias por el apoyo, el tiempo, los consejos y principalmente las palabras que

motivaron esta investigación. Mi eterno agradecimiento y admiración a su persona es

definitivo.

Así mismo, le agradezco al maestro Alexis Pinilla por enseñarme la labor de la disciplina y

la rigurosidad, ya que a través de estas es posible entender que tanto el ser es pensado como

el pensamiento es vivido. Gracias al profesor Jorge Aponte, por las breves charlas sostenidas

que alimentaron la profundidad de las reflexiones, el apoyo al proyecto y la motivación

brindada. Así mismo, a los compañeros del Semillero de Historia Cultural les agradezco cada

charla, fueron 5 años de aprendizajes y un trabajo en equipo sin igual.

Al equipo de la Pedagógica Radio, gracias por su apoyo en todos estos años, por la guía, el

trabajo realizado, este espacio se volvió para mí una extensión de mi hogar, y me alegra que

mi proceso concluyera en el espacio donde las voces y los sonidos enseñan.

Un agradecimiento especial a la profesora Carolina Alfonso, a Yolanda Barrantes y a Laura

Chávez por su generoso trabajo en la producción de la radionovela. A Laura González y a

Deisy Echavarría porque sus voces dieron vida a Gregoria y a María, pilares de la vida de

Germán González Castro, el protagonista de la radionovela creada en este trabajo.

4
A mi mamá Carolina por su apoyo incondicional y su amor sincero, a mi hermana, por existir

y estar a mi lado en los momentos más oscuros, a Nico por ser eterno y constante. Finalmente,

Lagoru, te agradezco cada día compartido, no hubiese sido posible este resultado sin tu

apoyo.

Todas las virtudes del trabajo responden al trabajo colectivo, los errores son solo míos.

5
Tabla de Contenido
Introducción ...................................................................................................................................................... 8
Capítulo 1. El tiempo en la prensa obrera colombiana de principios del siglo XX ................................... 10
1.1 Estudios acerca de la prensa obrera en Colombia y de la concepción de tiempo en los
obreros.......................................................................................................................................... 11
1.1.1 Institucionalización del tiempo............................................................................... 16
1.1.2 El tiempo libre de los obreros: disputas y resistencias ................................................ 20
1.1.3 La prensa obrera: acción política y organización ....................................................... 26
1.2 El tiempo como objeto para la memoria y formación política y sus posibilidades en la
enseñanza de la historia y las ciencias sociales ......................................................................... 29
1.3 La prensa obrera como expresión de la memoria y el tiempo ........................................... 35
1.4 Los espacios de experiencia y horizontes de expectativa como categorías teóricas y
metodológicas para el análisis de la prensa obrera .................................................................. 39
1.5 Cultura popular como expresión de la prensa obrera: resistencia a las transformaciones
modernas ...................................................................................................................................... 47
1.6 La memoria histórica como síntesis de las disputas por la utopía .................................... 54
Capítulo 2. Condiciones de producción de la prensa obrera, matrices de pensamiento y experiencia
temporal de los obreros .................................................................................................................................. 57
2.1 Condiciones de producción de la prensa obrera................................................................. 58
2.1.1 Matriz de pensamiento conservador............................................................................. 58
2.1.2 Institucionalización del tiempo y renovación urbana ................................................. 67
2.2 Balance de la prensa obrera ............................................................................................. 104
2.2.1 La función de la prensa obrera en la construcción de conceptos temporales ......... 105
2.2.2 Estructura de los periódicos ........................................................................................ 107
2.3 El tiempo en la prensa obrera: las disputas por las utopías ............................................ 110
2.3.1 Espacios y horizontes de la prensa reformadora – democrática .............................. 112
2.3.2 Espacios y horizontes de la prensa socialista – revolucionaria. ............................... 125
Capítulo 3 La radionovela como recurso educativo para la enseñanza de la historia y las ciencias
sociales ........................................................................................................................................................... 137
3.1 Proceso de creación de la radionovela REMINISCENCIAS DE UN OBRERO EN
BOGOTÁ ................................................................................................................................... 138
3.2 Narrativa biográfica: la construcción de un personaje ficticio para abordar la vida
cotidiana de los obreros en Bogotá y sus utopías .................................................................... 143
3.3 Potencialidades de la radionovela en el campo de la enseñanza de la historia y las
ciencias sociales.......................................................................................................................... 167

6
Conclusiones ................................................................................................................................................. 178
Bibliografía ................................................................................................................................................... 182
Anexo 1 – Marcadores temporales de la biografía de Germán González ............................ 190
Anexo 2 – Libretos de la radionovela ...................................................................................... 191

7
Introducción

La presente investigación, tiene como objetivo entender las concepciones temporales de los

trabajadores a través de la prensa obrera bogotana en el período de 1900 a 1930. Este objetivo

responde al interés por comprender el papel de la prensa obrera dentro de la organización

obrera, los espacios de discusión pública y como escenario de discusión de los problemas del

momento en el cual se produjo la prensa. El segundo objetivo es construir un recurso

educativo en el formato de radionovela con el fin de generar escenarios de apropiación del

conocimiento y contribuir de este modo al campo de la historia pública, la memoria histórica

y la enseñanza de las ciencias sociales.

El trabajo se estructura en tres capítulos: El primero corresponde a una revisión de los

estudios históricos organizados en dos grandes temáticas: el tiempo libre de los obreros y la

prensa como actor político. En el mismo capítulo se presentan los referentes metodológico y

teórico de la investigación, así como las articulaciones a la línea de proyecto pedagógico

formación política y memoria social, a la cual pertenece este trabajo de grado.

El segundo capítulo tiene como objetivo servir de contexto histórico específico de la prensa

obrera. Por lo tanto, se observan las condiciones en las cuales se produjeron estos periódicos.

Tal contexto esta caracterizado por una matriz de pensamiento conservadora, un largo

proceso de institucionalización temporal que, se materializó en las transformaciones urbanas

de la capital. La segunda parte de este capítulo aborda la lectura y el análisis de la prensa.

Partiendo de una breve caracterización en cuanto estructura interna, tendencia ideológica y

8
características físicas; todo ello, sirve de marco de comprensión para los análisis

desarrollados en las siguientes secciones.

Finalmente, el tercer capítulo es una reflexión sobre el proceso de constitución del material

pedagógico, describiendo las fases contempladas en su creación, escritura, organización,

grabación, producción y publicación. El capítulo se finaliza con unas breves reflexiones

acerca de las potencialidades de la radionovela en el campo de la memoria histórica y la

enseñanza de las ciencias sociales y con un análisis acerca del papel del uso de nuevas

narrativas, formatos y tecnologías en la formación docente, estableciendo retos y nuevos

aprendizajes que motiven la reflexión de los estudiantes.

Al final del trabajo de grado se aportan un conjunto de conclusiones que buscan articular los

distintos capítulos, así como los objetivos propuestos y las posibilidades de futuros trabajos

de grado que busquen la creación y el diseño de materiales educativos orientados por la

Pedagógica Radio.

9
Capítulo 1. El tiempo en la prensa obrera colombiana de
principios del siglo XX

El siguiente capítulo desarrolla los aspectos teóricos y metodológicos desde los cuales se

analizó la prensa obrera de principios de siglo XX y su relación con la memoria y el tiempo.

El capítulo se encuentra organizado por cuatro apartados que constituyen una reflexión sobre

las posibilidades y límites del tema propuesto a partir de la lectura realizada en el estado del

arte. Así mismo, se establecen una serie de categorías (institucionalización del tiempo,

tiempo libre y prensa obrera), que son usadas para leer los estudios encontrados para el estado

del arte.

Posteriormente se presenta la relación del tiempo con la memoria y la formación política,

este apartado constituye el anclaje del trabajo de grado con la línea de formación política y

memoria social, delimitando las posibilidades de esta temática para la enseñanza de la

historia y las ciencias sociales. Finalmente, se esboza la propuesta teórica y metodológica

que orientó la investigación, se abordan las preocupaciones de diversos autores en torno a la

prensa obrera, la historia conceptual (los espacios de experiencia y los horizontes de

expectativa), la cultura popular y la memoria histórica.

10
1.1 Estudios acerca de la prensa obrera en Colombia y de la concepción de
tiempo en los obreros

El estudio de la clase obrera en Colombia implica el abordaje de un ámbito de investigación

con una amplia trayectoria en la segunda mitad del siglo XX. Para el caso de la propuesta de

trabajo Tiempo y memoria en la prensa obrera bogotana: las disputas por las utopías a través

de la radionovela educativa, se realizó un acercamiento a un conjunto de libros, capítulos de

libro y artículos fundamentales para entender los alcances y límites de esta temática, los

análisis que se pueden desplegar del fenómeno histórico de la clase obrera, sus corrientes

historiográficas, sus metodologías y reflexiones, así como sus vacíos u omisiones.

Esta búsqueda se inició con un acercamiento general a la prensa obrera de finales del siglo

XIX e inicios del siglo XX, con el fin de realizar una aproximación a las categorías

articuladoras del problema social. Posteriormente se realizó una revisión de artículos y

capítulos de libro para conocer los debates acerca del movimiento obrero. A partir de este

balance se delimitaron las siguientes categorías: institucionalización del tiempo en Colombia,

dinámicas del tiempo libre en los obreros y la acción política de los obreros y sus formas

organizativas que aparecen en los periódicos.

A partir de estas categorías, se realizó una búsqueda y clasificación de recursos bibliográficos

que contribuyeron a tener un amplio espectro de los antecedentes sobre la problemática

social. La consulta se realizó en los principales repositorios institucionales, revistas

científicas, tesis, catálogos virtuales y buscadores académicos (Google Scholar, Dialnet,

Scielo, Libgen). También se exploraron los catálogos virtuales de varias bibliotecas

11
(Universidad Pedagógica Nacional, Luis Ángel Arango, Biblioteca Nacional y Red pública

de bibliotecas del Distrito).

El primer capítulo de libro que se presenta en esta revisión corresponde al texto

Historiografía sobre los movimientos sociales en Colombia. Siglo XX elaborado por

Mauricio Archila (1994) en la obra de compilación titulada La historia al final del Milenio.

La lectura del capítulo permitió identificar las dimensiones de la producción académica con

respecto a la temática del movimiento obrero que el autor sintetiza en tres grupos analíticos:

conjunto de clases, sindicalismo y huelgas, enfocándose en los ámbitos regional y local.

Archila identifica algunos alcances y vacíos dentro de los estudios del movimiento obrero a

partir de los balances bibliográficos realizados por los investigadores Rocío Londoño y

Fernando Cubides (1984), y Carmen Escobar y Darío Acevedo (1992). Estos autores

identifican como una preocupación central de las investigaciones el rol político del

movimiento obrero, sus relaciones con el Estado colombiano, los partidos políticos, los

procesos económicos y la institucionalización del sindicalismo en las décadas de 1930 a

1940.

En estos primeros balances bibliográficos se identificaron vacíos en la investigación acerca

de la clase obrera, referidos al periodo de la Violencia y a los momentos de conformación

del movimiento obrero debido al carácter militante de estos primeros trabajos. También se

visualizaron pocos desarrollos conceptuales y temáticos de áreas inexploradas en la

investigación histórica, como las dinámicas de la cultura obrera. En trabajos posteriores de

la Nueva Historia Social se abrió un campo de investigación en esta dirección.

12
De acuerdo con Archila (1994) las principales corrientes historiográficas que han abordado

el fenómeno del movimiento obrero han sido cuatro: Desarrollista, Voluntarista, Teoría de la

Dependencia y Nueva Historia social. Las tres primeras brindaron aportes significativos en

este campo de estudio, en lo referente a las condiciones externas que confluyeron en la

formación de la clase obrera, su relación con las ideas marxistas, sus luchas y su

relacionamiento con algunos de los polos imperantes en la Guerra Fría, teniendo como

referentes a investigadores e historiadores como Miguel Urrutia (1969), Ignacio Torres

Giraldo (1976) y Daniel Pécaut (1973).

Archila (1994) plantea que la perspectiva desarrollista redujo la trayectoria histórica de la

clase obrera a dos polos ideológicos, el democrático o el totalitario. Este enfoque, niega la

autonomía de la clase obrera y su desarrollo histórico. En lo que respecta a la perspectiva

voluntarista, Archila (1994) expresa que, a pesar de representar una alternativa a la

perspectiva desarrollista, se limitó a mostrar el flujo de la experiencia obrera mediante una

revisión del pasado que se centró en la búsqueda de héroes y villanos, con respecto a los

cuales se justificaron sus victorias o se juzgaron como culpables por las derrotas en sus luchas

pasadas. La tercera tendencia analizada por Archila (1994) corresponde a la teoría de la

dependencia, que según el autor se alejó de esos marcos ideológicos y buscó la comprensión

histórica de la clase obrera a través de los elementos estructurales del modelo económico, sin

considerar a los actores concretos y sus experiencias cotidianas como trabajadores.

En oposición a estos enfoques, la Nueva Historia Social se ha constituido en una alternativa

para la investigación de las clases trabajadoras, que busca desempolvar las experiencias

cotidianas de estos grupos, ocultas en los análisis estructurales sobre la formación y el

13
recorrido de la clase obrera, tomando como referencia la importancia de esta experiencia que

encarna una resistencia al orden imperante. La renovación teórica y metodológica que

representan historiadores como E.P Thompson, Eric Hobsbawm, Peter Burke y de

investigadores como Stuart Hall, ha contribuido a revisar con nuevos lentes categorías como:

clase, conciencia de clase, cultura (popular), ideología e identidad.

El campo de los estudios laborales tuvo un nuevo impulso en los años noventa, que según

Archila (1994) aún presentaba una serie de límites y vacíos: la categoría de identidad tenía

pocos desarrollos y se descartó con prontitud la categoría ideología en los análisis de la

cultura popular y su papel en los procesos de resistencia. Así mismo, Archila (1994) hace un

llamado a no descuidar los factores externos en el hacer y desarrollo de la clase, abogando

por una relación de complementariedad entre los factores económicos, políticos y sociales y

las experiencias cotidianas.

En definitiva, en la revisión de este capítulo se aprecia que se consolidó un conocimiento

inicial del fenómeno de la clase obrera en Colombia, a partir del recorrido teórico y

metodológico de este campo desde la obra de Miguel Urrutia hasta el balance historiográfico

de los años noventa elaborado por Mauricio Archila. En ese momento se identificaron

aportes, límites y críticas de cada una de las corrientes historiográficas y tendencias teóricas

y se mostró la posibilidad de consolidar la historia de los sectores obreros desde la Nueva

Historia Social, en particular para esta investigación, con respecto al estudio de la experiencia

del tiempo de la clase obrera a través de la prensa. Esta revisión permitió constituir un primer

balance que condujo a la segunda fase de la revisión documental.

14
Para ampliar el acervo documental sobre la temática, se realizó una búsqueda en revistas de

historia universitarias1, de este modo se logró ampliar el conjunto de recursos bibliográficos.

Así mismo, se realizó una búsqueda en el boletín bibliográfico de la Biblioteca Luis Ángel

Arango. A partir de esta exploración se consolidó un corpus documental de treinta

documentos entre artículos de revistas de historia, del boletín bibliográfico, libros y tesis de

maestría. Finalmente se delimitó el volumen del archivo a trece documentos que se agruparon

en tres temáticas generales (tiempo libre, cultura y prensa obrera) que se presentan a

continuación.

Los documentos analizados se organizaron en categorías pertinentes para este trabajo de

grado. Por lo tanto, se consideró como un eje transversal de la revisión la constitución de

vínculos entre los sectores obreros, considerando que las prácticas en torno al tiempo libre y

las experiencias descritas en los periódicos del período 1900 a 1930, permiten identificar

elementos en común que caracterizan la comunidad de trabajadores.

La primera categoría que se identificó en el corpus definitivo es la institucionalización del

del tiempo en Colombia, a propósito de la apropiación de la disciplina capitalista del tiempo

enmarcada en el reloj de las fábricas, los trenes, los ritmos de la ciudad que además de

delimitar el tiempo del trabajo, fijaron el tiempo del descanso y el uso del tiempo libre.

Posteriormente se enfatiza en las dinámicas del tiempo libre impuestas por empresarios, la

iglesia y el Estado a los grupos obreros. Mientras los trabajadores buscaban emplear su

tiempo libre en actividades de ocio las instituciones emprendían campañas moralizantes que

1
Las revistas consultadas fueron: Anuario Colombiano de Historia social y de la Cultura, Historia crítica,
Historia Caribe, Historia y sociedad, Trashumante y Revista Americana de Historia social.

15
buscaron reducir el consumo de alcohol, los vicios y la holgazanería de los trabajadores. Por

último, los trabajos encontrados abordan diversos planteamientos en relación con la acción

política de los obreros y sus formas organizativas. Es importante destacar la variedad de

tendencias ideológicas que enfatizaron en la necesidad de organizar a los obreros sobre un

accionar concreto para reivindicar sus derechos como trabajadores.

1.1.1 Institucionalización del tiempo

Los textos de Sergio Paolo Solano (1996) y de Mauricio Archila (1991) contribuyen a la

comprensión de la lenta transición que se gestó en las principales ciudades colombianas,

alimentada por dos transformaciones a nivel industrial, la formación de una incipiente

industria nacional respaldada por los conocimientos, técnicas y herramientas traídas de otros

países, en ese doble movimiento (industria interna e incentivos externos), se complementó

con el desarrollo de una infraestructura que hiciera posible esa transformación, es decir: vías

férreas, carreteras, navegación a vapor, etc. Tal situación provocó una desincronización

(Rosa, 2010) causada por la aceleración de los ritmos de vida de los habitantes de las ciudades

y sus alrededores. Las rutinas definidas por los oficios u ocupaciones de los artesanos y

campesinos se empezaron a definir a partir de los requerimientos del tiempo industrial. En

este contexto los empresarios también tuvieron que interiorizar esa nueva temporalidad y

generar una sincronización nueva de los “relojes” individuales con el reloj de la fábrica, de

las estaciones, los puertos y los mercados.

Para acomodar los dispares ritmos entre el individuo y la industria moderna, se apropiaron

nuevas pautas de comportamiento en el lugar de trabajo y en la vida personal, que impusieron

principios como la disciplina, el cumplimiento del horario, la valoración social del tiempo,

16
el sentido de la realización y de la satisfacción en el trabajo. Estos principios se transformaron

en las principales preocupaciones tanto de las empresas como del Estado colombiano, y la

ciudad se volvió un tratado abierto de pedagogía ciudadana, que orientó las nuevas prácticas

y preocupaciones de los habitantes. No obstante, como indica Solano (1996)

La internalización por parte de la población de una nueva disciplina que ligue la consagración

al trabajo con la valoración del tiempo laboral y la separación entre éste y el tiempo del

esparcimiento es uno de los problemas que enfrenta el surgimiento de una mentalidad

moderna en el Caribe colombiano y las limitaciones que ha tenido su desarrollo en parte

explica los obstáculos que ha encontrado la consolidación de un proyecto de modernidad en

esta región. (p. 25).

La internalización de esta nueva temporalidad chocaba de frente con una forma de

determinación del tiempo (Elías, 2010) que, como lo señala Solano (1996), tenían medidas

distintas a las del reloj. En algunas zonas de la Costa Atlántica existían marcadores

temporales que dependían del horario sideral definido por la posición del sol. También

existían medición del transcurrir del tiempo definidos a partir de los sonidos emitidos por

algún animal como los alcaravanes, guacharacas, chicharras, gallos, entre otros. Incluso la

relación entre espacio-tiempo se calculaba a través de unidades de consumo, como ocurría

con los campesinos de las Sabanas del Bolívar Grande que definían su jornada de trabajo y/o

desplazamiento entre dos puntos en el tiempo medio que duraban en fumarse un tabaco

(1996).

Estas determinaciones temporales fueron descritas por viajeros en el siglo XIX y en los

comienzos del siglo XX, en narraciones que se referían a los arrochelados, personas que

17
vivían fuera del toque de la campana, que desconocían el trabajo y el tiempo laboral, siendo

algo externo a ellos. Sus activades se limitaban a procurarse lo más indispensable para la

manutención diaria, descritos como seres que desconocían los linderos entre el pasado, el

presente y el porvenir, no contaban sino con la víspera y la calenda (Solano, 1996).

Lentamente esta nueva temporalidad se fue imponiendo en las ciudades, a pesar de la

resistencia por parte de artesanos, sastres y trabajadores en general que, vivían una

cotidianidad ligada a lo pastoril, a los ritmos de la pesca y el cuidado del ganado, regida por

el toque de la campana de la iglesia y los eventos religiosos: Se fue imponiendo

progresivamente el lema “el tiempo es oro”. “El cumplimiento de los horarios, la puntualidad

en los compromisos, la rigidez en la jornada de trabajo, son fenómenos de una

contemporaneidad cada vez más agitada y estresante” (Archila, 1991, p. 145).

Solano (1996) explica la relación de la vida económica y la modificación del tiempo laboral,

a partir del establecimiento de la navegación a vapor y la inauguración de diversos

ferrocarriles en ciudades como Barranquilla en 1871 y Cartagena en 1894. Para este autor, el

desarrollo y ampliación de la infraestructura de transporte marco un nuevo ritmo de vida

social, los tiempos del reloj del ferrocarril y los “vapores”2 establecieron nuevas rutinas para

los habitantes barranquilleros y cartageneros. Más adelante, los sonidos de las fábricas fueron

parte de la cotidianidad del epicentro urbano.

Por ende, tanto el tiempo laboral como el social se transformaron en factores no controlados

por los trabajadores, cuyas rutinas dependían del reloj mecánico y de los intereses del

2
Con la denominación de vapores se les conocía a los barcos adecuados para la navegación del río Magdalena.

18
empresariado. Bajo esta nueva lógica, la jornada laboral se debía aprovechar al máximo, por

lo que la disciplina en el trabajo mantuvo una disputa con las prácticas y dinámicas del tiempo

libre de los obreros. Mientras que en la vida social de los trabajadores las prácticas cotidianas

de ocio eran rechazadas y perseguidas por la élite política y económica, los empresarios

colombianos adoptaron “la cultura hedonista de los denominados años locos en la década de

los veinte” (Zuluaga, 2012, p. 2).

Esta concepción del tiempo libre de las élites muestra las diferencias existentes entre los

“grupos dueños de la ciudad”, y los obreros. La renovación de la mirada en torno al tiempo

libre con el establecimiento de la burguesía en la ciudad transformó no sólo las posibilidades

del hacer, sino la mirada social sobre el tiempo libre. Como lo señala Zuluaga, “se pasará de

ver el ocio como algo negativo, cuestionado y perseguido, a la concepción modernista del

adecuado y constructivo uso del tiempo libre” (2012, p.2.). Esta autora sitúa la

transformación del tiempo libre en las élites en una función social de reconocimiento y

posicionamiento, como se muestra a continuación:

La mayor cantidad de dedicación al tiempo libre de manera ostentosa, llevada cabo por el

individuo y su familia compondrán la esfera de lo que permite al resto de la sociedad, ya sean

sus pares o subalternos, ubicar al individuo en cuestión en una posición específica, para esto

se hace necesaria la cultura pecuniaria, que no es otra cosa que la manera como, en este caso

la élite, establece pautas de comportamiento intelectual y artístico como prácticas de tiempo

libre que lleven a demostrar su ocio ostensible a los demás miembros de la sociedad. Buenos

modales, costumbres refinadas, sinónimo de culto; la élite pugna por instaurar un orden que

asegure las jerarquías y garantice su superioridad, todo esto hace parte de la cultura pecuniaria

(2012, p. 5)

19
De esta manera, la concepción de tiempo libre de la élite va transitando entre una función de

posicionamiento social a un medio para jerarquizar la dinámica de la ciudad, en actividades

de la élite separadas de lo popular y lo obrero, específicamente, para así juzgar las formas,

prácticas y concepciones de tiempo libre de otros grupos sociales, en el caso de esta revisión,

los grupos obreros.

1.1.2 El tiempo libre de los obreros: disputas y resistencias

En esta categoría se ubican los estudios referidos al uso del tiempo libre de los obreros. El

primer trabajo que se registró corresponde al estudio realizado por Juan Sebastián Maldonado

titulado Espacios para el tiempo libre y la cultura en Bogotá durante su cuarto centenario

de fundación (1933-1938). El autor ubica el tiempo libre en el ámbito urbano para entender

su configuración en los grupos de obreros. Maldonado define el tiempo libre de la siguiente

manera:

[…] es utilizado para delimitar aquellas prácticas sociales asociadas al recreo o la adquisición

de cultura de los habitantes de Bogotá durante el tiempo en que estos no estuviesen trabajando

o cumpliendo con sus deberes dentro del hogar. En ese sentido se asocia esta categoría con el

uso recreativo del tiempo de los habitantes de todas las edades (niños, jóvenes, adultos o

ancianos), pues cada generación tenía formas de ocupar su tiempo libre de diferentes maneras

(2019, p. 3 y 4).

Estas formas de ocupar el tiempo libre en los grupos obreros, es el tema que aborda Mauricio

Archila en el capítulo denominado La vida cotidiana en un gran campamento minero de su

libro Aquí nadie es forastero (1986), y en su artículo El uso del tiempo libre de los obreros

20
1910-1945 (1991). Para el autor lo que estaba en juego con esta disputa del tiempo libre, eran

los distintos ritmos de la vida de los individuos, ya que la lógica de la disciplina capitalista

reorganizó tanto de la jornada laboral como del tiempo libre (Archila, 1991).

Para los trabajadores varones era el momento de diversión socializando las penas y las

esperanzas de la vida laboral. En algunos casos fue también el rato para estudiar o para

actividades económicas complementarias. Para las mujeres trabajadoras era el comienzo de

la segunda jornada de trabajo, en el hogar. Para los empresarios era un tiempo dilapidado en

diversiones que perjudicaban la disciplina laboral. Para la iglesia católica la inmoralidad era

la que presidía en los ratos de ocio. Para el Estado, en el tiempo libre era donde se fraguaban

las rebeliones. Y para los revolucionarios era cuando se alienaba a las masas. (Archila, 1991,

p. 145).

Entre las actividades realizadas, la más recurrente era la ingesta de alcohol, no sólo en el

tiempo libre después del turno de trabajo, sino en el mismo sitio donde se realizaban las

actividades productivas, esta era una práctica común entre artesanos y se extendió a

principios del siglo XX a otros sectores asalariados (Archila, 1991, p.147). El consumo de

alcohol en esos ratos libre duraba todo el fin de semana, y se extendía al lunes laboral, lo que

hizo recurrente faltar ese día al trabajo, en el caso de los artesanos se popularizó como el

“lunes zapatero”. De este modo se reafirmaban los ritmos “naturales” de vida “de los

primeros trabajadores, y “también sus sueños de independencia” (p. 151). Un ejemplo de

estos intentos de resistencia contra la lógica capitalista del tiempo, eran los sábados grandes,

descritos por un trabajador de la Troco (La Tropical Oíl Company) llamado Rafael Núñez de

Barrancabermeja de la siguiente manera:

21
Entonces en 15 días hay un sábado sí y un sábado no. El sábado grande era cuando venían

los obreros y se llamaban “peludos”, venían de El Centro, de la trocha que se llamaba

entonces y venían con el pelo aquí, pero con el bolsillo repleto de billetes. Y por consiguiente

venían a botar la plata. Ellos en un principio- allá en 1929, 1930, 31, 32-, pues eso venía gente

era a derrochar sus billetes y a usted se la caía un billete de $2.00, de $5.00, la gente no se

agachaba a cogerlo, eso quedaba para el que barra, para el que lo encuentre. (1978, p. 97-98).

Como bien relata un artesano bogotano en 1867 que, a falta de tener un patrón, “ellos podían

escoger cuándo trabajar y cuando descansar” (Archila, 1991), de tal manera que este tipo de

situaciones desafiaban directamente la necesidad de situar una disciplina de trabajo,

provocando:

La existencia de prejuicios y estereotipos en contra de sectores obreros y regiones enteras fue

utilizada por la élite para reforzar sus valores e imponer la disciplina de trabajo. Las élites

temían no sólo la indisciplina creada por prácticas como el “lunes zapatero”, sino también la

existencia de espacios en que los obreros, especialmente varones, socializaran su

inconformidad con el orden laboral. Por ello las campañas antialcohólicas y moralizantes

tenían un claro sello de clase (Archila, 1991, p. 153).

Tales prácticas fueron combatidas por medio de campañas moralizantes que emprendieron

sectores del clero, del gobierno y del empresariado, y a las cuales se unieron con posteridad

los grupos obreros de izquierda que se opusieron al consumo de alcohol y a prácticas que

pudieran degenerar la dignidad obrera. Para la Iglesia católica estas prácticas eran inmorales

incidían en el abandono de los valores religiosos y esto afectaba la reproducción de las

familias obreras; para los empresarios estas prácticas disipadas reducían la productividad y

para los sindicalistas implicaban la pérdida del decoro que representaba el trabajo honesto:

22
En los años treinta y cuarenta, los periódicos sindicalistas también se sumaron parcialmente

a los otros objetivos de las campañas moralistas locales. La acción de la élite antioqueña

contra de las casas de juego fue secundada por el periódico de los ferroviarios: “¡Rogamos a

nuestros compañeros que se abstengan por completo de concurrir a las casas de juego…pues

allí se queda la honra, el honor y el jornal…Obreros! Vivid convencidos de que sólo el pan

que se gana con el sudor de la frente y en el yunque del trabajo, es el que sirve de alimento

espiritual y material a vuestros hijos”. La ofensiva de la élite bogotana contra la chicha fue

también apoyada por algunos periódicos obreros y, en los años cuarenta, la organización

confederal de los obreros, la C.T.C., se sumó abiertamente a ella (Archila, 1991, p. 160)

En los dos capítulos de Mauricio Archila (1991, 1978) que se incluyen en esta revisión,

aparecen consideraciones del “tiempo libre” de las mujeres trabajadoras, inscrito en la rutina

de las labores del hogar: levantarse temprano más o menos a las 4 o 5 de la mañana, preparar

los alimentos del día, lavar la ropa, cuidar de los hijos y en pequeños lapsos ver televisión o

hablar con las vecinas, para al final volver a recibir al esposo y atenderlo. El autor también

ubica formas de diversión “sana”. Por ejemplo, en el Centro Juvenil en Barrancabermeja

existía una estrategia para dirigir el uso del tiempo libre de los jóvenes a prácticas más sanas

y de provecho para ellos, Roberto Valdés en entrevista con Mauricio Archila, comenta lo

siguiente:

El centro juvenil estaba donde está actualmente la USO. Ahí teníamos canchas de basket y

de fútbol, había un piano para el que quisiera aprender (el señor Churchill enseñaba a manejar

el piano), e instrumentos, todo los de una orquesta completa. Y durante mucho tiempo los

muchachos que se organizaron en el Juvenil fueron campeones de fútbol, en basket y en todas

partes porque tenían todos los elementos (1986, p. 75-76).

23
Este Centro Juvenil se constituía en una estrategia institucional para ampliar la campaña

moralizadora donde se establecían nuevos medios, espacios y posibilidades para aprovechar

el tiempo libre. De manera paralela aparecieron otras actividades como el circo, el cine y los

deportes en general. De la mano de una transformación de la organización urbana para la

década de 1930, debido a la apertura que tuvo el país y los pagos de la indemnización de

Panamá, ciudades como Bogotá lograron gestionar importantes recursos para la renovación

urbana, una de las más destacadas es la que estudia Juan Sebastián Maldonado, en el marco

del cuarto centenario de la fundación de la capital, donde se constituyó un proyecto de

espacios públicos y privados con el fin de dotar a Bogotá con la infraestructura de una gran

ciudad:

(…) necesaria para que las personas cambiasen el uso que le daban al tiempo libre; en este

caso para diversiones como el teatro, el cine, la lectura, el deporte o el departir en parques,

disminuyendo otro tipo de actividades como la asistencia a bares y chicherías (2019, p. 7).

La ampliación y construcción de nuevos espacios públicos y privados, conllevó también el

aumento de las regulaciones del comportamiento en estos espacios, por esta razón se

asignaron mayores funciones a la policía para el control de la población. Este plan de

infraestructura junto con la normativa que lo acompañaba buscó ordenar las representaciones

del tiempo en los pobladores urbanos, y “el uso que las personas hacen del tiempo libre desde

las instituciones oficiales del estado” (Maldonado, 2019). El fin de esta propuesta en palabras

de Germán Arciniegas, era que:

(…) las falanges gigantescas de empleados y obreros, que ahora salen de su trabajo a

aglomerarse en los cafés ahumados y melancólicos, y que se refugian en cantinas y tabernas

24
huyendo de un tráfico ruidoso, incómodo y apretado (…) Son todas esas familias obreras que

salen los domingos en autobús a las serranías de la ciudad a sufrir la persecución implacable

de los celadores de los campos, cada vez que quieren gozar del humilde placer de tenderse en

la yerba, al sol, como única compensación de una semana de trabajo en fábricas y talleres

húmedos y oscuros. Son todos estos obreros y empleados que no tienen un sueldo que les

permita, sin un sacrificio heroico, comprar un libro, y a quienes la biblioteca ofrecerá algún

día la satisfacción de su curiosidad, sin las dificultades que hoy se imponen exclusivamente

a los eruditos y estudiantes que visitan su incómodo y estrecho local (Arciniegas, 1935, citado

por Maldonado, 2019, pp. 25-26).

Como se puede evidenciar, los usos del tiempo libre se presentan como un campo en

constante disputa ya que este había adquirido un carácter de clase, es decir, la posibilidad de

aprovechar y disfrutar del tiempo libre era un privilegio ligado a la clase burguesa de la

ciudad, en ese sentido, los obreros establecen una resistencia férrea a las nuevas lógicas de

la producción capitalista a través de prácticas como lunes zapatero o sábados grandes, así

mismo, reivindican espacios como los cafés y chicherías que servían en su momento como

momentos de descanso, que más adelante se convirtieron en los espacios de discusión de

reformas, revueltas y utopías en construcción, además, reclamaban a través de la prensa

obrera y tradicional la necesidad de constituir otro tipo de espacios para el aprovechamiento

del tiempo libre: bibliotecas, centros educativos y oficinas sindicales.

Por otro lado, el empresariado, la Iglesia y el Estado desarrollaron una serie de estrategias

que buscaban incidir de manera significativa los usos del tiempo de los obreros: campañas

moralizantes sobre el consumo de alcohol, centros juveniles que cumplían la función de alejar

a los jóvenes de los vicios del juego, el alcohol y la holgazanería y, finalmente el desarrollo

25
de una ambiciosa estrategia de renovación del espacio público bogotano, que tenía como fin

influir en el uso del tiempo libre de los ciudadanos.

Estas reivindicaciones y propuestas en torno al uso del tiempo libre fueron una constante que

aparecieron tanto en la prensa obrera bogotana, como en los diarios tradicionales, una de las

disputas que alimentaron las experiencias y expectativas de los trabajadores bogotanos en los

periódicos.

1.1.3 La prensa obrera: acción política y organización

En los primeros años del siglo XX la prensa era el canal de expresión de las demandas de

diversos grupos de obreros. En estos periódicos quienes escribían “se reclamaban como

populares porque tenían una clara voluntad de representar al pueblo trabajador” (Vega, 2018,

p.41), con el fin de instruir y educar para la acción política. Por tal razón la prensa obrera se

constituye en una fuente excepcional para explorar el pensamiento obrero, conformado por

una polifonía de voces y acciones que se integraban en la palabra escrita de periodistas y

corresponsales.

Las investigaciones de Vega (2018), Archila (1985, 1986), Joven (2018), Núñez (2018) y

Flórez (2018) se destacan por sus aportes en la comprensión de la dinámica de los periódicos

obreros y su influencia dentro de la organización del movimiento de trabajadores. Con el

propósito de abordar el desarrollo de la prensa obrera se definieron los siguientes períodos

que muestran la transición de las ideas que se expresaron en este canal de divulgación.

Vega (2018) identifica un primer periodo donde sobresale la prensa obrero artesanal que

buscaba organizar “e identificar subjetivamente a unos sectores sociales con similares

26
características de existencia material, a los cuales dirigía su mensaje” (Vega, 2018, p. 46).

La prensa de artesanos expresó los intereses que se enmarcaban en “la necesidad de una

educación industrial, así como la defensa de su honor y buen nombre con respecto al lugar

que ocupaban en la sociedad” (Joven, 2018, p. 5). Aunque si bien un importante número de

artesanos tenía cercanía al proyecto de la Regeneración, las tendencias ideológicas de quienes

hacían parte de este gremio no fracturaron el artesanado que buscaba defender sus intereses

y adquirir representación en la nación:

Aunque encontramos identificación o filiación con uno u otro partido, los artesanos

expresaban a través de la prensa, su deseo de estar alejados de cualquier asunto político que

los dividiera. Y esto se explica por una serie de características de su comportamiento político,

en los periódicos artesanales se percibía que ellos no pretendían identificarse con algún

partido político, sino más bien que entre sus propósitos estaba enumerar las necesidades de

los gremios de trabajadores artesanales, tanto urbanos como rurales, y defender su lugar en

la nación, procurando el mejoramiento del gremio y defendiéndolo de ataques. (Joven, 2018,

p. 11)

El segundo periodo se ubica con la emergencia de la prensa socialista en los años veinte. Los

diarios cumplían una función especialmente educadora y de agitación entre el estamento

obrero. En este sentido, “la prensa obrera implicaba, y era en sí, un proyecto político”.

(Archila, 1986, p. 213). En el análisis de diversas experiencias de periódicos anteriores

referidos a temas como el cristianismo, las campañas contra el alcohol y la importancia de la

educación obrera (Archila, 1985, 1986), se encuentra una adscripción al liberalismo radical

(Vega, 2018).

27
Periódicos obreros como El Piloto, El Luchador, La Libertad y El Baluarte, planteaban la

necesidad de “asumir una ideología socialista y crear una organización partidista con

cobertura nacional” en el marco de la cual “las luchas de los obreros y campesinos”

estuvieran asociadas a las reivindicaciones históricas de los “obreros o proletarios” (Vega,

2018, págs. 47 y 49). Esta ideología socialista que sustentó las ideas que se divulgaron en la

prensa obrera de este segundo periodo, “compartía la visión de la ciencia y de la técnica como

procesos neutros que contribuía a ese progreso”, por lo que era fundamental promover

“luchas concretas como la promoción de la educación, la superación de los vicios (en especial

el alcohol), y la gestación de nuevos valores, elementos todos que contribuirían a la

afirmación de la nueva clase” (Archila, 1986, págs. 216, 217 y 218).

El tercer período corresponde a la prensa denominada “socialista – revolucionaria” (Vega,

2018), y se inició con la crisis económica de los primeros años de la década de los años

treinta, cuando se elevaron hasta los costos del papel para la imprenta, lo que obstaculizó la

prensa popular. El objetivo de los periódicos de este periodo consistía en “dar una solución

práctica al dilema de cómo difundir una ideología política y al mismo tiempo crear

organizaciones locales fuertes. Un órgano central, que sirviera de “correa de transmisión”

entre el Comité Central y las bases” (Núñez, 2018, p. 70).

La necesidad por articular el comité del Partido Socialista Revolucionario y sus bases se

expresó también en el aumento de las denuncias sobre la situación de las mujeres trabajadoras

y sus propias reivindicaciones3. Además, “exaltaba las movilizaciones de colonos y

campesinos, y emergía el antiimperialismo”. En esta prensa, se comenzó a hablar de

3
Como es el caso de la consigna de los tres ochos.

28
“revolución social”, “como un camino para alcanzar los nobles ideales de igualdad,

fraternidad y libertad” (Vega, 2018, p. 49). Estas ideas se promovían por periodistas

militantes del movimiento obrero quienes dentro de sus preocupaciones reivindicaban “la

cuestión obrera” (Vega, 2018, p. 54), como es el caso Jacinto Albarracín, obrero mecánico

de profesión, con grandes dotes de escritor supo hacerse un lugar dentro del mundo de la

producción de periódicos obreros tales como La razón del Obrero (1910), con una mirada

amplia y crítica a través de diversas formas de expresión escrita como cuentos, poemas,

comentarios de libros, críticas de arte, entre otros. Su sensibilidad y preocupación en torno a

los pobres y los humildes fueron plasmados en las reivindicaciones de la cuestión obrera y a

favor del socialismo, con una férrea defensa del trabajo manual, así como del intelectual

invitaba a la unión de los obreros a través de organizaciones como la Confederación del

Trabajo con el fin de resguardar sus aspiraciones y lograr la transformación social en todo el

continente suramericano (Vega, 2018).

1.2 El tiempo como objeto para la memoria y formación política y sus posibilidades en
la enseñanza de la historia y las ciencias sociales

Esta propuesta se ubica en las preocupaciones de la línea de proyecto pedagógico formación

política y memoria social. De acuerdo con los documentos de fundamentación de esta línea,

la formación política es entendida como el “conjunto de acciones colectivas de reflexión,

análisis y discusión permanente, orientado a la construcción y reelaboración de las posturas

que asumen los sujetos frente a las condiciones históricas, en las cuales se produce su

experiencia social e individual” (Rodríguez y Mendoza, 2007, p. 78.), a partir de dos ejes

principales: la investigación y la memoria social.

29
El primer eje contribuye a la formación política “por cuanto posibilita que se hagan visibles

los procesos, transformaciones, contingencias de los sujetos, de los contextos y de los

discursos, desde y hacia los cuales se orienta el proceso” (Rodríguez y Mendoza, 2006, p.

12). Este eje busca que la construcción del problema social interrogue la subjetividad de

quien investiga, de tal modo que el proceso de elaboración del análisis acerca de las nociones

temporales en la prensa obrera permite reflexionar sobre la experiencia tanto de quien

investiga como de las condiciones de la sociedad en su presente. En este primer eje, el

estudiante construye su problema de investigación y estas elaboraciones influyen a su vez en

su posicionamiento, visión y reflexión. Este proceso se denomina dentro de la línea como la

investigación de segundo orden, que según Mejía (2002), se sustenta en los análisis de la

sociología reflexiva que, entiende el conocimiento de la realidad social como una

construcción intersubjetiva que ocurre en el proceso de indagación.

El segundo eje corresponde a la memoria social, que se entiende “como la producción y

repertorio de recuerdos, narraciones, representaciones e imaginarios que un grupo social

dispone sobre su pasado, en torno a los cuales alimenta su sentido de pertenencia, despliega

sus acciones y relaciones cotidianas, y configura lo porvenir”. (Mendoza & Rodríguez, 2006,

p.14).

El amplio campo de estudios sobre la memoria se ha complejizado y esta fortaleza también

puede encarnar una debilidad si no se precisa conceptualmente su alcance. En la línea de

formación en la cual se inscribe este trabajo se han propuesto delimitaciones conceptuales

derivadas, en su mayoría, del estudio de la historia del tiempo presente y del conflicto

armado. En este ejercicio de investigación se busca aportar a la línea una ruta de análisis

30
diferente, que centra su atención en las relaciones entre historia y memoria, en particular en

el proceso mediante el cual la memoria se convirtió progresivamente en objeto de análisis de

la historia.

Para la década de 1960 la historiografía renovó sus objetos de estudio, sus marcos

conceptuales y sus métodos, con ello también se reorientó la mirada sobre la memoria, que

se transformó en una categoría de estudio desde donde es posible analizar las formas

transmisión de los recuerdos públicos y los esquemas que medían en ese proceso: la

invención de la tradición, los olvidos, los lugares de la memoria, los usos del pasado y las

políticas de la memoria (Rodríguez, 2013).

Asociado al campo de estudios de la memoria se encuentra el concepto de temporalidad, de

relevancia para este trabajo que busca abordar las relaciones entre memoria y tiempo en el

marco de la experiencia de los obreros de principios del siglo XX. Al respecto Le Goff (1991)

plantea en su libro El orden de la memoria, el tiempo como imaginario, la importancia de los

instrumentos de medición tales como calendarios o relojes y las categorías temporales como

siglo, año, mes, día, hora, etc., que se emplearon para dominar y organizar la experiencia de

los seres humanos. Al marcar estas actividades bajón un patrón temporal regulado, las

instituciones donde se desarrollan tales actividades pueden volverlas: ritos, tradiciones,

creencias, actos litúrgicos, labores cotidianas, etc. Para que estas actividades de la vida social

no se pierdan con el paso de los siglos, se transmiten los saberes de generación en generación,

es en este momento que se forma una memoria colectiva, la cual Le Goff estudia a través de

diversos momentos como la Antigüedad, la Edad Media, Moderna y la contemporaneidad,

31
cada una marcada por un entendimiento diferente tanto de la memoria como de la

temporalidad.

En el escenario de la Antigüedad tardía y la Edad Media, la memoria fue ubicada en el espacio

religioso. Las prácticas y experiencias religiosas constituyen una memoria colectiva

enmarcada en la conmemoración, la prohibición del olvido y la promesa utópica de la vida

eterna. Así mismo, en la enseñanza escolástica medieval a los niños se les obligaba a

memorizar textos religiosos, por lo tanto, la memoria en general debía servir para recordar y

adorar a Dios, tal fin se extiende en la construcción de reliquias en la Iglesia, las cuales

conservan el pasado divino y la promesa de una vida eterna.

Con el advenimiento de la modernidad, las prácticas rituales de la memoria religiosa pasaron

a un segundo plano, debido al advenimiento del pensamiento racional. Los ritos litúrgicos y

ceremonias dejaron de gobernar la vida cotidiana de las personas y se convirtieron en eventos

especiales o excepcionales. el optimismo de la ciencia dejó de lado la eterna utopía católica

y la temporalidad se entendió en clave de una lógica científica.

Con la crisis del antiguo régimen y el sentimiento revolucionario que invadió el espíritu de

la Europa decimonónica, la memoria tomo un papel renovado, las conmemoraciones ahora

no servían a los intereses de la institución religiosa, empezaron a formar parte de las

actividades de la población civil para recordar a los héroes caídos en revoluciones y guerras,

con el fin de motivar e impulsar nuevos referentes de identidad. Cada celebración transportó

al presente, la imagen de los personajes revolucionarios y los convirtió en referentes de la

promesa del cambio social.

32
Este recorrido acerca de los cambios en las prácticas de la memoria y la temporalidad pone

en evidencia lo siguiente: el papel de la matriz de pensamiento religioso en la memoria de

las sociedades humanas, enmarcada en el aprendizaje memorístico de textos religiosos como

la Biblia, todo ello con el fin de no olvidar la palabra de Dios y así mismo permear las

experiencias vitales y la vida cotidiana a través de los ritos litúrgicos, las conmemoraciones,

y las actividades sacramentales alrededor de la Iglesia.

Así mismo, la temporalidad se estructuró a partir de un riguroso orden del día,

particularmente en los monasterios, cuyos horarios fueron definidos para tres períodos de tres

horas a partir de las seis de la mañana: tercia de las 6 a.m. a las 9 a.m., sexta de las 9 a.m. a

las 12 en meridiano y nona de las 12 m. a las 3 p.m. Esta división que correspondía a los

oficios litúrgicos marcó el inicio y el fin de las actividades de trabajo durante la Alta Edad

Media, al llegar la nona, es decir, las 3 p.m., se suspendían las labores y después de ofrecer

las oraciones al cielo se almorzaba en familia (Solano, 1996).

Esto también incidió en la comprensión de las nociones de pasado, presente y futuro en la

Edad Media. Como lo planteó Marc Bloch en su libro Introducción a la historia (1952), el

cristianismo es una religión ligada a la historia, donde el pasado es sagrado y su conocimiento

alimenta los recuerdos de los individuos a través de las enseñanzas y narraciones que

aparecen en los textos sagrados. Estos saberes se apropian en el presente y conforman marcos

de referencia donde se inscriben las ideas de la transcendencia después de la muerte. Esta

influencia de la religión en la temporalidad pervive en otros momentos y espacios. Esta

estructura temporal sagrada dice Bloch se ubica:

33
[…] entre la Caída y el Juicio Final, el destino de la humanidad representa, a sus ojos, una

larga aventura, de la cual cada destino, cada “peregrinación” individual, ofrece, a su vez, el

reflejo; en la duración y, por lo tanto, en la historia, eje central de toda meditación cristiana,

se desarrolla el gran drama del Pecado y de la Redención (1952, p. 9)

En el siglo XIX estas prácticas de la memoria se transforman. Las enseñanzas, tradiciones y

prácticas religiosas se combinan o dan paso a los recuerdos que dejaron las luchas

revolucionarias y sus actores. Además, estas memorias se convierten en espacios de

experiencia que se retoman con el fin de forjar lo por-venir y conformar proyectos futuros de

lucha y reivindicación.

A partir de estas reflexiones sobre la memoria y la temporalidad se puede constatar la

pertinencia de analizar las categorías temporales de pasado, presente y futuro en las

organizaciones de trabajadores y obreros, tomando como una de las fuentes principales la

prensa obrera, en el marco de la línea de proyecto pedagógico Formación política y memoria

social. Es posible identificar en este medio de comunicación la recuperación y apropiación

de un pasado común y/o lejano para establecer un marco de referencia o aprendizaje para

construir proyectos de futuro para la reivindicación del proletariado nacional. El ejercicio

llevado a cabo por las organizaciones de trabajadores en los periódicos constituye una

memoria histórica asociada a una condición de clase más que una identidad nacional, además

de expresar la diversidad política que se fraguaba dentro de los movimientos obreros en las

primeras décadas del siglo XX.

Así mismo, la temática responde a los ejes de trabajo de la línea. La exploración de las

categorías temporales contribuye a la formación política del estudiante a través del

34
conocimiento de un proyecto de porvenir para entender la importancia de la transformación

de las condiciones de vida de los grupos sociales y la exploración del pasado por medio de

métodos y categorías renovadas que permite hacer visibles los relatos de los vencidos

(Benjamín, 2008).

1.3 La prensa obrera como expresión de la memoria y el tiempo

El inicio del siglo XX en Colombia implicó transformaciones paulatinas pero significativas

para la vida social, económica, política y cultural de los ciudadanos, sobre todo, para los

trabajadores que regresaron a sus lugares de origen después de combatir en la Guerra de los

Mil Días con la cual se finalizó el siglo XIX y se empezó el nuevo siglo, en medio de la

incertidumbre en el futuro.

En ese marco temporal aparecieron en las calles y los medios los obreros. Nuevos actores

sociales que surgieron con la aparición de las primeras fábricas, talleres y obras de

infraestructura que, incorporaron al país una disciplina de trabajo definida por horarios

ligados a la producción. De este modo se gestó una nueva forma de asumir y desarrollar las

actividades cotidianas de la población.

A partir del legado de las luchas de los artesanos, los obreros reivindicaban condiciones

laborales y sociales más justas ante el avance de la lógica de producción capitalista. Uno de

los medios más importantes para divulgar sus acciones de resistencia y sus reclamos fue la

prensa obrera y popular. La actividad periodística cristalizó una “voluntad de representación”

de los sectores populares, donde se apelaba al “avance de la razón y la verdad, la educación

del pueblo, su elevación material y moral, el mejoramiento de sus condiciones de existencia,

35
la libertad de expresión y asociación, y la participación política de los sectores populares”

(Núñez, 2010. p. XXI)

La prensa obrera es deudora del legado de los artesanos colombianos que a mediados del

siglo XIX desarrollaron una prensa de corte plebeyo, en la cual se dibujaban “las necesidades

de los gremios de trabajadores artesanales” tanto urbanos como rurales (Joven, 2018, p. 11),

quienes defendían su lugar en el relato nacional. De este modo se establecieron Sociedades

Democráticas, asociaciones de ayuda mutua, entre otras organizaciones, donde circuló el

interés por mejorar las condiciones de vida del gremio de los artesanos.

En estas publicaciones se abogaba por una neutralidad partidista, ya “que los trabajadores no

debían mezclarse en asuntos políticos, puesto que esto ocasionaría el descuido de sus

ocupaciones diarias” (Joven, 2018, p. 9), no obstante, la crítica hacia el régimen de la

Regeneración era evidente en muchas publicaciones. Por ejemplo, en el periódico Amigo del

pueblo del 31 de agosto de 1889 aparece la siguiente reclamación: “Respetamos los decretos

sobre prensa: pero comprendemos que el espíritu es libre y no puede amoldarse a las

prescripciones impuestas del Gobierno. Pedimos igualdad ante la ley porque en muchas

acciones hemos visto lo contrario” (Joven, 2018, p. 9).

Esa resistencia a través del medio escrito se alimentó en la mayoría de las ocasiones por ideas

recogidas en las experiencias de lucha de otros tiempos y latitudes. Este es el caso de la

Revolución Francesa, un ideario que incentivó diversas revueltas y motines populares de los

artesanos en el siglo XIX.

36
Un concepto derivado del ideario de la Revolución Francesa lo constituye la democracia,

considerada tanto en el terreno económico como social, su apropiación suponía

transformaciones en el ámbito electoral que fueron restringidas por la burguesía. También se

apropió el lema republicano integrado por los conceptos “libertad, igualdad y fraternidad”

que generó nuevas esperanzas en el grueso de los artesanos. Estos tres ideales lograron

penetrar en el “alma popular” y condensar los sueños utópicos de los pueblos” (Joven, 2018,

p. 13). Finalmente, los artesanos también se empezaron a identificar con enunciados que le

atribuían al pueblo la soberanía, lo que le otorgó sentido a la lucha popular (Joven, 2018).

En este sentido la prensa obrera además de agrupar la experiencia de lucha y la búsqueda de

mejores condiciones de vida retoma los idearios políticos apropiados por el artesanado,

integrándolos a otras matrices de pensamiento como el anarquismo o el socialismo científico

que hace presencia constantemente en diversas publicaciones. No obstante, para delimitar

adecuadamente esta categoría (prensa obrera) se retoma la definición propuesta por Luz

Angela Núñez

Se hace referencia a un conjunto de publicaciones editadas por trabajadores o dirigentes

populares que se proclaman como representantes del pueblo y de sus aspiraciones; éstas,

además, presumen de ser apolíticas e independientes de los partidos tradicionales y el Clero,

y buscan servir de órgano de expresión para denunciar la situación de explotación a los demás

obreros y a los sectores populares, e iniciar un proceso de cambio social (2010, XXIII)

Más allá de ser un conjunto de publicaciones, esta autora propone asumir la prensa obrera

como un actor social y también como una actividad esencial en los grupos de obreros. Con

el fin de fundamentar esta denominación, Núñez plantea, siguiendo a François Xavier Guerra,

37
que “la prensa escrita trasciende la lectura individual, interactuando en un proceso complejo

de creación de una cultura política particular, lo cual involucra mentalidades colectivas,

ideologías políticas, prácticas sociales, lenguaje, formas de organización, y referentes

sociales y simbólicos” (2010, XXIII), de esta forma la prensa obrera es creadora de miradas,

prácticas, representaciones e ideas, así como de las interacciones de los obreros.

En este sentido, la prensa también es actividad, ya que sirve como medio de socialización

de los trabajadores, y de ampliación de su cultura política. Entre sus demandas se encontraban

la educación e ilustración de los obreros y su organización política (Núñez, 2010). En cuanto

a la perspectiva que considera la prensa como actividad, estos escenarios de sociabilidad se

consideran como una “aptitud para vivir en grupos y consolidar los grupos mediante la

constitución de asociaciones voluntarias” (Maurice Agulhom citado por Núñez, 2010, p. 47).

De este modo, a sociabilidad generada por la prensa contribuye en gran medida a los

objetivos de ilustración y organización.

Esa suma de esfuerzos por sobrevivir y mejorar en comunidad son los que representan los

anhelos y deseos de los obreros, construidos desde unos cimientos experienciales que

proceden de diversas temporalidades, o momentos de la historia personal o social, y al poner

en discusión esas experiencias tanto individuales como sociales (temas del mundo laboral

como los salarios, las huelgas, los sindicatos o la legislación laboral) (Núñez, 2010), los

obreros ponen en discusión sus condiciones de existencia en el presente, de tal forma que en

el aprendizaje de esas experiencias compartidas piensen en un futuro mejor.

En suma, el estudio de la prensa obrera como actor social y actividad plantea diversas

posibilidades. En el caso de este trabajo de grado, se centrarán los esfuerzos en entender

38
cómo se concibe en la prensa bogotana desde 1900 a 1930 las categorías temporales de

pasado, presente y futuro, observando las experiencias acumuladas en ellos a través del cristal

analítico de la historia conceptual de Reinhart Koselleck (1993) y su reflexión sobre los

espacios de experiencia y horizontes de expectativa, todo ello en el marco de un proceso de

institucionalización del tiempo (como determinación del tiempo moderno) que definió los

ritmos y rutinas cotidianas de los obreros.

1.4 Los espacios de experiencia y horizontes de expectativa como categorías teóricas y


metodológicas para el análisis de la prensa obrera

¿Por qué estudiar las experiencias temporales de los obreros bogotanos a través de la

propuesta de historia conceptual de Koselleck? (1993) En primer lugar, el autor nos remite a

una relación indivisible entre lenguaje e historia. Plantea el autor que “sin acciones

lingüísticas no son posibles los acontecimientos históricos; las experiencias que se adquieren

desde ellos no se podrían interpretar sin lenguaje” (Koselleck, 1993, p.287). Esta relación,

sin embargo, presenta algunas limitaciones que se expresan en elementos extralingüísticos

referidos a estratos de la experiencia histórica que se escapan a la comprobación lingüística.

Por tanto, en esa relación indivisible termina dominando una diferencia doble “por una parte,

entre una historia que se realiza y su posibilitación lingüística y, por otra, entre una historia

pasada y su reproducción lingüística” (Koselleck, 1993, p. 288).

Para el caso del presente trabajo de grado, la “historia que se realiza y su posibilitación

lingüística”, indica las expectativas sintetizadas en categorías como: esperanza, deseo,

anhelo, porvenir, bienestar o utopía. La historia que se realiza ahora y mañana queda

plasmada en una posibilidad lingüística enmarcada en el futuro, específicamente en la prensa

39
obrera. Este elemento aparece reflejado en los reclamos por un mejor salario, mejores

condiciones laborales, ampliación de la educación y la formación técnica de los obreros, etc.

La formulación referida a la “historia pasada y su reproducción lingüística” indica las

diversas maneras de contar el pasado haciendo uso de una serie de categorías o conceptos

para describir la experiencia que sintetiza ese pasado, en ese sentido, en la prensa obrera

bogotana aparece como una alternativa narrativa que busca cargar con una nueva mirada

acontecimientos de siglos, décadas o lustros anteriores o un pasado reciente, como es el caso

de la revisión que realizan diversos escritores de los periódicos de acontecimientos como la

independencia, las guerras civiles, la colonia, la separación de Panamá, entre otros.

En síntesis, esta “diferencia doble” se aprecia en la prensa obrera como una doble vía de

articulación de la experiencia obrera, en ese sentido estudiar los conceptos de pasado,

presente y futuro considerando sus significantes (es decir la experiencia inserta en ellos),

permiten observar “una vía de acceso a las esperanzas y deseos, a los temores y sufrimientos

de los contemporáneos de otra época” (Koselleck, 1993, p. 288).

Ahora bien, para abordar estos conceptos, es necesario organizar las fuentes que contienen

las memorias, preocupaciones, deseos, anhelos, etc. Por lo tanto, la historia de los conceptos

aparece como “una especie de propedéutica” (Koselleck, 1993, p.334), es decir, una ruta para

la metodología histórica desde la cual sea posible entender las experiencias vitales de las

personas en relación con los conceptos investigados en la fuente, en este caso, entender la

experiencia vital acumulada en torno al pasado, presente y futuro.

40
Para ello, se abordarán los conceptos espacios de experiencia y horizonte de expectativa, que

aparecen dentro de la propuesta metodológica de Koselleck (1993) como categorías formales,

es decir, “no proporcionan una realidad histórica, como lo hacen, por ejemplo, las

caracterizaciones o denominaciones históricas. (…) lo que se ha experimentado y lo que se

espera respectivamente, no se puede deducir de esas categorías” (Koselleck, 1993, p. 324),

no obstante, estas categorías formales tienen la “intención de perfilar y establecer las

condiciones de las historias posibles, pero no las historias mismas” (Koselleck, 1993, p. 335).

Estas categorías contribuyen a la fundamentación de una historia posible, en el caso de la

propuesta de investigación en torno a la prensa obrera: a fundamentar las posibilidades de lo

deseado, requerido o planteado para el futuro a partir de la reapropiación de un pasado lejano

o reciente.

La fundamentación de una historia posible, se sintetiza de la siguiente manera: “no existe

ninguna historia que no haya sido constituida mediante las experiencias y esperanzas de

personas que actúan o sufren”(Koselleck, 1993, p. 335), más adelante agrega que estas

categorías no dicen nada sobre una historia pasada, presente o futura, nada concreto, pero, la

acción de ponerlos en cuestión o en la lupa de quien investiga la historia “presupone ya el

uso categorial de las expresiones” (1993, p. 335).

Los espacios de experiencia y horizontes de expectativa al ser categorías formales como

“señor y siervo”, “amigo y enemigo”, “guerra y paz”, etc., contienen dos elementos

fundamentales para entender su importancia: son categorías procedentes de una experiencia

histórica real, es decir, son conceptos vivos y por lo tanto cambiantes, luego, al contener una

experiencia histórica real como las otras categorías formales, contienen un significado cuya

41
particularidad radica en su exclusión mutua, constituyendo, según Koselleck, “campos de

significación más concretos, delimitados cada vez estrechamente, aun cuando permanezca su

referencia mutua”, la cual conlleva a un entrecruzamiento interno imposible de desligar: “no

hay expectativa sin experiencia, no hay experiencia sin expectativa” (1993, p.336).

Las categorías formales que se mencionaron con anterioridad se pueden aplicar de manera

individual en casos concretos, pero, ninguna de las dos es concebible “sin estar constituida

por la experiencia y la expectativa”. En resumen, lo fundamental de su uso se explica por su

“condición humana universal; sí así se quiere, remite a un dato antropológico previo, sin el

cual la historia no es ni posible, ni siquiera concebible” (Koselleck, 1993, p. 336). Estas dos

categorías permiten entender la experiencia humana en el ámbito temporal en el cual ocurrió

o en el que se proyecta su realización:

La experiencia y la expectativa son dos categorías adecuadas para tematizar el tiempo

histórico por entrecruzar el pasado y el futuro. Las categorías son adecuadas para intentar

descubrir el tiempo histórico también en el campo de la investigación empírica, pues

enriquecidas en su contenido, dirigen las unidades concretas de acción en la ejecución del

movimiento social o político. (Koselleck, 1993, p. 337).

Estas dos categorías integran la propuesta metodológica de este trabajo de grado. La revisión

documental de las fuentes se realizó a través de su lectura. Las reflexiones encontradas en los

periódicos se organizaron en una matriz analítica que incluyó los siguientes campos: se ubicó

el título de la publicación agregando un posible subtítulo o frase de portada que lo integra,

luego se sumaron los datos de fecha, año y número del periódico, así como el nombre del

director o redactor, la tendencia política del periódico, el título del artículo o escrito, una

42
breve referencia a la temática central y por último, el espacio de experiencia y horizonte de

expectativa que expresa en cada uno de los escritos seleccionados. ¿Qué se espera ubicar con

los términos experiencia y expectativa?, en el caso del primero se buscó “un pasado presente,

cuyos acontecimientos han sido incorporados y pueden ser recordados. En la experiencia se

fusionan tanto la elaboración racional como los modos inconscientes del comportamiento

que no deben, o no debieran ya, estar presentes en el saber” (Koselleck, 1993, p. 338). Por

su parte, la expectativa

Está liga a personas, siendo a la vez impersonal, también la expectativa se efectúa en el hoy,

es futuro hecho presente apunta al todavía-no, a lo no experimentado, a lo que sólo se puede

descubrir. Esperanza y temor, deseo y voluntad, la inquietud, pero también el análisis

racional, la visión receptiva o la curiosidad forman parte de la expectativa y la constituyen.

(Koselleck, 1993, p. 338)

Para ilustrar las definiciones brindadas por Koselleck a continuación se incluyen dos

fragmentos del periódico El Clarín, de los directores Alejandro Torres Amaya y Adelio

Romero. En el primer número de este periódico publicado en 1910, apareció el artículo La

debacle, en el cual buscan denunciar la histórica situación de injusticia y la calamidad social

en Colombia:

En Colombia, hace veinticinco años que el pueblo sufre, sufre sin esperanzas de redención, y

Núñez, Caro, Holguín, Sanclemente, Marroquín, Reyes y González Valencia, han mirado la

suerte de los que sufren, de los artesanos, de los obreros, de los desheredados, con una

indolencia rayana en el desprecio social. El papel moneda, la falta de pequeña, la carencia de

industrias, las aguas inmundas del Acueducto, la falta de hospitales, del pago de los Lazaretos,

y, en fin, de tántas cosas que hacen amargar la situación, agravan la desesperación, y ya

43
empiezan á verse como rayos de tempestad las maldiciones de los que, por falta de justicia

distributiva, se han quedado sin pan. (S.A, 1910).

El anterior fragmento expone un cuadro de la experiencia de las clases populares en

Colombia, describiendo las carencias y las injusticias que anteriores gobiernos han cometido.

Para argumentar tal experiencia, el autor (anónimo) hace uso de hechos mucho más antiguos

al período al cual hacer referencia en el fragmento citado (Regeneración y Hegemonía

Conservadora). En el artículo menciona a Sainte Beu-Veb, el cual advertía de los futuros

conflictos que se veían en la nación francesa debido a las presiones económicas que sufría el

pueblo a manos de la monarquía, mientras ellos seguían pagando los lujos y el derecho “de

una corte corrompida, y el cortejo de magnates y empleados, dilapidaban el tesoro público

en carrosas, lujo y diversiones, con beneplácito de los reyes y la teocracia” (S.A, 1910). Con

esta mención el autor avizora la ruina total también para Colombia. A partir de la experiencia

de la Revolución Francesa, el autor aproximó ambos momentos para proponer una analogía

de la crisis social que describe:

Agregamos á este verídico cuadro sombrío el desgobierno que tenemos, como consecuencia

de la falta de dirección en el timón de la administración pública, por ineptitud y espíritu

sectario, y tendremos desastre fiscal, político y social en toda línea; no basta ser honrado para

solucionar los grandes problemas de la Patria; es preciso llevar en los hombros una cabeza

pensante con algo de fósforo ó de materia gris para poder salvar la cosa pública, que requiere

una hábil e inteligente acción. “El campesino de Iscala”, como lo dijo el Ministro imbécil, no

nos prepara sino un porvenir incierto, oscuro y lleno de nubarrones, en los horizontes de la

sufrida Colombia. Una secta, una casta privilegiada por la audacia, el nepotismo y la intriga,

44
se ha adueñado de las altas regiones oficiales, y estamos cansados de tolerar y padecer. El

régimen no cambia. El libro es el mismo, con distinto rótulo. (S.A, 1910).

Posteriormente el autor proyecta un provenir incierto, lo que motiva un sentimiento de temor

y desesperanza, pero también un agotamiento significativo por la incapacidad del gobierno

de resolver las urgentes necesidades del pueblo. Al cerrar su escrito el autor pronostica un

futuro oscuro y lleno de nubarrones mientras “la secta”, “la casta” conservadora continúe en

el régimen.

En estos ejemplos de la prensa obrera se aprecia que “el pasado y el futuro no llegan a

coincidir nunca, como tampoco se puede deducir totalmente una expectativa a partir de la

experiencia”, porque en palabras de Koselleck, “una experiencia es tan completa como

pasados sus motivos, mientras que la expectativa futura, la que se va a hacer, anticipada como

expectativa se descompone en una infinidad de trayectos temporales diferentes” (1993, p.

339).

Finalmente, es importante explicar el uso que Koselleck (1993) hace de las metáforas espacio

y horizonte. Al referirse a la experiencia el autor emplea una metáfora espacial que indica

una “totalidad en la que están simultáneamente presentes muchos estratos de tiempos

anteriores, sin dar referencia de su antes ni de su después” (1993, p.340). Por ejemplo, en el

artículo La debacle, inicialmente se sitúa la crisis del Antiguo Régimen, para hacer referencia

más adelante a la Revolución Francesa y cerrar la experiencia del autor, con su lectura de la

situación vivida en el país durante la Regeneración y el presente de la Hegemonía

Conservadora. En cuanto a la expectativa, Koselleck emplea la metáfora del horizonte que

se dibuja y se avizora pero que aún no se concreta. Según el autor, “horizonte quiere decir

45
aquella línea tras de la cual se abre en el futuro un nuevo espacio de experiencia, aunque aún

no se puede contemplar” (Koselleck, 1993, p.340).

Cabe agregar una anotación final sobre la relación de espacio de experiencia y horizonte de

expectativa, ambos conceptos pueden constituir el tiempo histórico gracias a su carácter

complementario, el cual consiste en una tensión dónde las experiencias se superponen y

afectan entre sí, haciendo visibles nuevas esperanzas y desengaños, lo que conduce a abrir

nuevas expectativas que terminan en una ruptura que conduce a una nueva experiencia

(1993): “la tensión entre experiencia y expectativa es lo que provoca de manera cada vez

diferente soluciones, empujando de ese modo y desde sí misma al tiempo histórico”

(Koselleck, 1993, p. 342).

Para ilustrar lo dicho anteriormente, las diversas experiencias de los partidarios del partido

liberal a finales del siglo XIX hacen referencia a las injusticias sociales y se superponen con

las experiencias de los artesanos y obreros de fábricas que reclaman injusticias similares.

Esta conjunción de experiencias generó diversos horizontes de expectativa: algunos fueron

destruidos y otros se cumplieron parcialmente. En los dos casos, cada sector construyó una

nueva experiencia de lucha que configura el tiempo histórico. En el caso de la propuesta de

investigación de este trabajo de grado, el tiempo histórico aparece como aprendizaje dentro

del movimiento de trabajadores colombianos, cuyos proyectos que fracasaron se convierten

en experiencias para avizorar un nuevo porvenir, este elemento retroactivo entre experiencias

y expectativas, constituyen un acervo valioso para comprender la cultura popular de los

obreros bogotanos.

46
1.5 Cultura popular como expresión de la prensa obrera: resistencia a las
transformaciones modernas

Al realizar un acercamiento al objetivo de análisis (la prensa obrera) y a su significado,

características y tipologías, se consideró pertinente realizar un análisis del concepto cultura

popular que explica las prácticas cotidianas de los trabajadores, a las cuales se hace referencia

en pequeños escritos literarios que se incluyen en entregas periódicas, en la prensa obrera.

En estos escritos se defendían las tradiciones, las prácticas en torno al aprovechamiento del

tiempo libre y las actividades de formación cultural, así como se promovían invitaciones a

diversos eventos de importancia política y cultural.

Para analizar el concepto de cultura popular se partió de los aportes de E.P Thompson

específicamente en sus libros Costumbres en Común (1995) y Tradición, revuelta y

conciencia de clase (1979).Para Thompson la cultura popular no se remite a “las costumbres

antiguas que todavía existen en los obscuros escondrijos y rincones de nuestra tierra natal, o

que han sobrevivido a la marcha del progreso en nuestra ajetreada vida ciudadana”

(Thompson, 1995, p. 14), ni son artefactos coleccionables que se conservan en un baúl,

porque esta manera de entender las costumbres, más cercana a la posición de los folcloristas,

destituye el carácter “sui-generis” de la costumbre en su condición “de discurso, de

legitimación y de expectación” (Thompson, 1995, p.15).

Thompson (1995) plantea que “la conciencia de la costumbre y los usos consuetudinarios

eran especialmente fuertes en el siglo XVIII: de hecho, algunas “costumbres” eran inventos

recientes, y en realidad, constituían la reivindicación de nuevos derechos” (1995, p. 13). Lo

47
que denomina “nuevos derechos”, se inscribe en el carácter reivindicativo de la cultura

popular.

En el caso de la Inglaterra del siglo XVIII, la categoría costumbre acobijaba todo aquello que

ahora se puede entender como cultura, por lo tanto, para ese siglo “la costumbre era la retórica

de legitimación para casi cualquier uso, práctica o derecho exigido”, en ese sentido, su uso

oral o escrito, se encontraba en constante flujo, por lo que “lejos de tener la permanencia fija

que sugiere la palabra “tradición”, la costumbre era un campo de cambio y de contienda, una

palestra en la que intereses opuestos hacían reclamaciones contrarias” (Thompson, 1995,

p.18 y 19).

En la prensa que se analizó en esta investigación, la cultura popular aparece en dos esferas

de la opinión pública: en los periódicos tradicionales a través del tratamiento de temas como

la disciplina de trabajo, el patriotismo, la defensa de la propiedad, la tradición y las leyes, y

en la prensa obrera en relatos que validan la protección de la industria (en el caso de los

artesanos), la participación política de los trabajadores, la mejora del salario, la creación de

escuelas, institutos técnicos, bibliotecas, cafés y centros de reunión. También reclaman por

reformas electorales, laborales y sociales que apelan a experiencias, prácticas y tradiciones,

que constituyen una cultura popular rebelde,

Un concepto más concreto y utilizable, que ya no esté situado en el ámbito insubstancial de

los “significados, las actitudes y los valores”, sino que se encuentre dentro de un equilibrio

determinado de relaciones sociales, un entorno laboral de explotación y resistencia a la

explotación, de relaciones de poder que se oculten detrás de los rituales del paternalismo y la

deferencia. (Thompson, 1995, p.19 y 20).

48
Por lo tanto, la cultura popular se entiende como un concepto histórico, articulado a prácticas

de reivindicación y legitimación en contextos históricos específicos. Es a partir de las

vivencias, tristezas, alegrías y esperanzas que los seres humanos producen y reproducen sus

costumbres, prácticas y tradiciones, que se perciben en la obra de Thompson como ambiente

(Thompson 1995), como se ha venido destacando.

La cultura popular es a la vez tanto herramienta como objetivo en la lucha de clases, es decir,

toda la experiencia acumulada de los trabajadores, esas tradiciones pasadas de generación en

generación, las costumbres en sus labores, sus modos de vivir en sociedad son herramientas

para resistir la explotación laboral y las injusticias, así mismo, son objeto de cuidado, ya que

son amenazadas por nuevas lógicas que buscan desestructurarlas o desaparecerlas.

Para ejemplificar la cultura popular, en el siguiente poema de Joaquín Dicenta que apareció

en el periódico El Clarín de Bogotá (1910), se recogen algunos elementos de la experiencia

vital de un albañil. El poema se titula El andamio e inicia con la siguiente descripción:

Sobre el tablón, sustento de su vida

Y amenaza perpetua de su muerte,

La blusa por el aire sacudida

Igual que su existencia por la suerte,

El albañil emprende su faena,

Y alegre, joven, con el alma llena

De esperanza y amor, suda y se afana

Entonando un cantar que al cielo sube

Envuelto en una nube

De cal, que dora el sol de la mañana.

Un día y otro, desde aquellos años,

49
Que son tan cortos y huyen tan aprisa,

En que no tienen voz los desengaños

Y en que saben las lágrimas á risa,

Fue aquel tablón su anhelo más querido.

El aprendiz que á él sube ya ha vencido,

Ya es un hombre de obrero consagrado;

Allí el bautismo del trabajo se halla

Como está el soldado

En el sangriento horror de la batalla. (Dicenta, 1910).

Estos fragmentos ubican una experiencia vital significativa. Sensibilizan el público lector al

incluir situaciones cotidianas como la búsqueda del sustento, una exploración medida por la

esperanza, el amor al trabajo y la idea de conseguir un mejor futuro. Más adelante, retoma

una remembranza de albañil al sentir los años que pasan, recordando su transición de aprendiz

a obrero, esta imagen apunta a la evocación de los mecanismos de aprendizaje tradicionales

de los oficios, donde la mayoría de los obreros, artesanos y trabajadores aprendían su

disciplina por medio de un maestro:

Hasta él llega por fin: á él reunido

Su historia entera se halla; aquel madero

Es toda su fortuna, el compañero

Constante de las luchas de su vida;

Firme sobre él prosigue su tarea,

La blanca blusa en el espacio ondea;

Tras un combate formidable y duro

Cede el tapial del músculo al empuje,

50
Y oscilando en el muro,

El hombre canta y el madero cruje.

Canta, pero tal vez en sus canciones

Hay vibraciones de clarín de guerra,

Ecos sordos de ahogadas maldiciones

Contra los poderosos de la tierra.

Tal vez al contemplar desde la altura

De aquella tabla rota é insegura

La multitud que goza y se divierte,

Siente brotar del fondo de su pecho

Apetitos de muerte

Y oleadas de rabia y de despecho.

Tal vez llegue á pensar que en la morada

Donde dejó pedazos de su vida,

Por él piedra tras piedra levantada,

Por él golpe tras golpe construida,

Habitará el burgués, el caballero

Que tiene por insulto y por ultraje

Que le rose la blusa del obrero

El satinado paño de su traje.

Tal lo piense, y al pensarlo cante,

Haciendo del cantar grito de guerra,

Y queriendo decir con arrogante

Voz á los poderosos de la tierra:

Desde esta humilde choza os desafío;

Miradme bien, vuestro edificio es mío,


Mío desde el remate hasta la planta,
Mío porque mi mano lo construye,

51
Y esta mano es la mano que levanta,
Pero también la mano que destruye. (Dicenta, 1910)

Al referirse a la labor del albañil en la renovación urbana, muestra la importancia de su

trabajo para la sociedad. La falta de reconocimiento le genera sentimientos de enojo debido

al menosprecio y la injusticia frente a otros individuos de diferente clase, en este caso los

burgueses. En ese conflicto por el reconocimiento aparecen metáforas en el poema como

hacer de su cantar un “grito de guerra”, desafiando a “los poderosos de la tierra”, a los cuales

exclame que sus creaciones le pertenecen ya que fue él quien lo levanto “piedra por piedra”

y “golpe tras golpe”.

En esta poesía se evidencia un amplio acervo de tradiciones orales, de observaciones, de

experiencias que su autor unificó con el objetivo de elevar un reclamo o una expresión de

resistencia frente al orden imperante, para el año en que se publicó este número del periódico

El Clarín, una de las reclamaciones constantes en sus páginas es el reconocimiento social y

político de los artesanos y trabajadores urbanos y rurales.

Otro ejemplo del carácter reivindicativo de la cultura popular se encuentra en el periódico El

Piloto (1919) dirigido y administrado por Justo García y Alfonso Rodríguez. En su primer

número se destacan diversos artículos que demandan mejor educación, especialmente para

las clases menos favorecidas. Cabe recordar que la educación o la instrucción, como se

denominaba en ese momento, era un objetivo primordial de los reclamos de los obreros, ya

que la lectura, la escritura y otros campos de formación, les permitía participar en el debate

político y quizás mejorar sus condiciones de vida, por lo tanto, la educación era una demanda

fundamental dentro de la cultura popular de los trabajadores bogotanos:

52
En días pasados leímos en un diario de la ciudad la no muy grata noticia de la subida de los

derechos de matrícula para los estudiantes de Derecho y Medicina a la elevada suma de $30

oro, cosa está muy injusta, pues, un padre de familia que a duras penas puede sostener a sus

hijos, ¿cómo puede dar semejante suma? Y si la da, irremediablemente su familia se verá

envuelta por la fatídica sombra del hambre. (…) Los autores de dicha resolución, ¿será que

les place que se eduquen los hijos de las clases pobres? ¿Será que no les conviene esto?

Escrito lo anterior, nos comunican de la capital de Antioquia que se eximieron de pagar

derechos de matrícula a los estudiantes de dicha capital. ¿Por qué no se hace aquí lo mismo?

(S.A, 1919)

Cabe agregar, que no sólo se denunciaban situaciones como la subida de las matrículas como

en el caso de los estudiantes, también se criticaban algunos métodos de enseñanza aplicados

en la enseñanza básica, para este caso se retoma una sección llamada noticias revueltas que

reproduce el siguiente artículo titulado Instrucción pública primaria:

Nos informan varios padres de familia que en la Escuela de San Bernardo, de las Cruces,

dirigida por los Hermanos Cristianos, la forma de dar enseñanza a los niños es poniéndoles

una lección en un libro para que se la aprendan de memoria, sin darles ninguna otra

explicación. Es decir, aprenden como loros. Y al ver en manos de estos pedagogos la

instrucción pública y una gran parte de los dineros de la Nación que entra en sus arcas,

esprimido del sudor de los obreros no podemos menos de exclamar: ¡Pobre pueblo! (S.A,

1919)

Recapitulando, en la primera reclamación se evidencia los mecanismos de exclusión que se

utilizaban para marginar las clases populares de una formación profesional. El escritor del

artículo plantea la pregunta “¿será que no les conviene esto?”, lo que evidencia que la

53
educación de las clases populares se consideraba potencialmente peligrosa para el orden

establecido. También se aprecia crítica realizada al sistema de instrucción primaria que

expresa el conflicto que existía entre las clases populares y la Iglesia (aunque no todo

integrante de las clases populares hacia parte de esa crítica y rechazo cabe recordar, que en

las primeras décadas del siglo XX existieron organizaciones obreras de corte católico).

Para las clases populares la educación debía contribuir al pensamiento racional de los seres

humanos, pero, sobre todo, debía ser una educación orientada a desarrollar las capacidades

laborales de los trabajadores y trabajadoras, eso explica los constantes pedidos por escuelas

o institutos de corte técnico. Los métodos desarrollados por la Iglesia católica reproducían a

un sujeto que se limitaba a memorizar y recitar pasajes de la biblia, a defender ciertas ideas

y no le permitían ser partícipe de la cultura universal que se reclamaba en la prensa obrera.

En definitiva, al ejemplificar estos elementos de la condición de la cultura popular se

esclarece el papel que esta tendrá dentro de la propuesta de investigación. En palabras de E.P

Thompson, los términos constitutivos descritos de esta categoría histórica deben responder a

las necesidades de las clases trabajadoras y a sus expectativas (1995). Después de Revolución

Industrial en Inglaterra y luego en otros países, se transformaron radicalmente las condiciones

de existencia. A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se aprecia para el caso

colombiano un proceso de progresiva transformación en la institucionalización del tiempo,

la modernización urbana y la hegemonía conservadora que tuvo efectos en la configuración

de la memoria histórica.

1.6 La memoria histórica como síntesis de las disputas por la utopía

54
La categoría que sirvió de síntesis de las concepciones temporales de pasado, presente y

futuro de los trabajadores a través de la prensa fue la memoria histórica que se caracteriza

por los siguientes elementos: para evocar los recuerdos es necesario apoyarse en la memoria

de los demás; los referentes temporales de esta categoría se encuentran inscritos en el

pensamiento nacional y, finalmente, le sirven de referentes los acontecimientos históricos

que se relacionan constantemente con la vida cotidiana de los seres humanos (Rodríguez,

2013). Esta relación “se hace visible en la “historia vivida” que se produce cuando las

personas reflexionan sobre los acontecimientos que tuvieron que vivir y que afectaron las

redes y grupos a los cuales pertenecen en su presente” (Rodríguez, 2013, p. 32).

Teniendo presente las características comentadas, una posible definición de esta categoría se

encuentra en la reflexión de Marie-Claire Lavabre (citada por Rodríguez, 2013) quien ubica

la memoria histórica como una forma de historia que tiene como elemento central la

finalidad, esta mediada por un interés que va más allá del conocimiento, está motivada por

el ejemplo, la legitimidad, la polémica, la conmemoración o la construcción de identidad

(Rodríguez, 2013), por lo tanto, es posible hablar de memoria histórica cuando hay una

apropiación del pasado, por parte de un grupo, partido político, institución o Estado, esta

acción implica dos posibilidades: o un dominio por parte de algún actor social o la

subordinación de uno o varios actores; así mismo, la apropiación de este pasado genera una

selectividad de los acontecimientos con el fin de constituir similitudes que puedan justificar

o legitimar proyectos de orden político, social o cultural (Rodríguez, 2013).

Por tal motivo, la memoria histórica al situarse como una forma de historia, que permite

aprehender el pasado con una finalidad, resulta una herramienta teórica fundamental para

55
sintetizar las experiencias temporales de los obreros, ya que la apropiación del pasado (tanto

reciente como lejano) implica una nueva lectura de los acontecimientos históricos y de la

historia general del país, un conocimiento útil para afrontar su presente y por último, darle

sentido y legitimidad a sus proyectos de porvenir. Además, la síntesis de estos espacios de

experiencia y horizontes de expectativa deja ver que los obreros y artesanos son partícipes

del proceso de formación de la memoria histórica, una memoria donde confluyen

subjetividades, nombres, rostros, costumbres, tradiciones y prácticas que alimentan tanto las

tristezas como los anhelos de los protagonistas de la cuestión social.

56
Capítulo 2. Condiciones de producción de la prensa obrera,
matrices de pensamiento y experiencia temporal de los obreros

El presente capítulo, está orientado alrededor de dos asuntos generales: el primero tiene que

ver con las condiciones de producción de la prensa obrera, para lo cual se indagará en la

matriz de pensamiento conservadora, siendo la dominante en las primeras tres décadas del

siglo XX. En la misma línea, se expondrá el proceso de institucionalización del tiempo y la

transformación urbana de la ciudad como fenómenos complementarios de la hegemonía

conservadora.

Establecido el contexto histórico específico, se desarrolla una revisión de la prensa obrera

consultada, viendo sus tendencias ideológicas, su estructura básica y las temáticas que se

desarrollan en sus páginas. Así mismo, se expondrán las razones por las cuales se tomó a la

prensa obrera como fuente para conocer las concepciones temporales de los trabajadores.

Finalmente, se revisaron los espacios de experiencia y horizontes de expectativa de la prensa

obrera bogotana. Para tal fin, se estableció una organización de la prensa obrera en un orden

cronológico, el cual presentará dos denominaciones que permitan exponer de manera

organizada y clara las reflexiones en torno al pasado, el presente y el futuro.

57
2.1 Condiciones de producción de la prensa obrera

Para acercarse al papel de la prensa obrera en la organización y el tipo de concepciones

temporales que constituye, es necesario ahondar en las condiciones que incentivaron o

limitaron la aparición de estos medios impresos.

Por lo tanto, esta sección partirá de una exposición de la matriz de pensamiento conservadora,

sus conceptos claves, la manera en que debía estar estructurada la sociedad, los aportes de

sus principales pensadores y finalmente, ver los espacios vacíos de su edificio moral y social.

Más adelante, se revisará el proceso de institucionalización del tiempo como fenómeno

complementario de la matriz de pensamiento conservadora, para ello, se ahondará en la

mentalidad burguesa desarrollado entre 1886 a 1930, retomando las estrategias para la

modernización del Estado, de la industria y de la sociedad, las ideas que se introducían en el

ethos de la ciudad, el cual se verá reflejado en las transformaciones urbanas vividas por la

capital desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX por lo que se

describirá el tránsito de la capital para ser la Atenas Sudamericana.

2.1.1 Matriz de pensamiento conservador

La hegemonía conservadora se apoyó en un conjunto de ideas que se caracterizan por su poca

variación a través de las décadas, permitiendo, la continuidad de una serie de ideas sobre lo

que es y debería ser el país.

Según Ocampo (1990) los tres pilares del pensamiento conservador son: orden, autoridad y

moral. Estos tres elementos se conjugan en una estructura que se alimenta de la experiencia

histórica con el fin de mantener un marco político y jurídico particular. La experiencia

histórica para el pensamiento conservador se encontraba ligado a la tradición. Dice Ocampo

58
(1990) que este concepto se inserta dentro de esta matriz de pensamiento como “un elemento

dinámico que conserva lo que ha servido en la estructura de la sociedad [para trazar] los

patrones del devenir histórico de los pueblos” (p. 9), en ese sentido, la tradición apela a una

concepción del pasado articulada al proceso histórico del cual proceden las lecciones para la

vida.

El orden aparece como una “piedra angular” (Ocampo, 1990, p. 12), que tiene como objetivo

la estabilidad sobre el caos de la sociedad liberal. En ese sentido, “el orden político debe

basarse en el legalismo, pues la ley y la autoridad son los pilares fundamentales de la

sociedad” (Ocampo, 1990, p.12), es precisamente a través del orden, según Rafael Núñez,

como la sociedad colombiana podría salir de su decadencia, solamente con el

“establecimiento del orden sobre bases inconmovibles” (Carbó, 2003, p. 95). En el

diagnóstico realizado por Rafael Núñez sobre la sociedad colombiana de las últimas décadas

del siglo XIX, el país se encontraba en un federalismo desbordado por las facilidades que

brindó la Constitución de Rionegro (1863), lo que provocó un estado central precario y débil,

en el cual afloró un régimen de libertades sin control que transitaron hacia el libertinaje que,

finalmente, es producto de una sociedad secularizada (Carbó, 2003). Este diagnóstico

condujo a Rafael Núñez a proponer los principios de autoridad y moral para retornar al orden

perdido.

En la matriz de pensamiento conservador, la autoridad es el mecanismo por el cual el orden

es posible, donde “todo grupo social adquiere conciencia de unidad y vigor alrededor de la

autoridad, que es el signo del poder y del gobierno” (Ocampo, 1990, p. 13). La autoridad es

un mecanismo regulador que viene “directamente de Dios” (Ocampo, 1990, p. 13), por tanto,

59
el poder político debe respetar este principio de autoridad, que a su vez delega en un

gobernante el establecimiento de una constitución (Ocampo, 1990). En ese sentido, la

autoridad es el primer mecanismo que respalda el retorno al orden.

El segundo mecanismo corresponde a la moral “como esencia para mantener la estabilidad

de la sociedad” (Ocampo, 1990, p.14), se apela a una moral ligada a la fe católica. Según

Ocampo (1990) la moral representa la columna vertebral de un buen gobierno y contribuye

a “la seguridad, la estabilidad, la pulcritud administrativa y el culto a la justicia” (p.14), todo

ello en el marco de la doctrina católica que contribuye al orden social (Ocampo, 1990).

A partir de estos tres conceptos la hegemonía conservadora constituyó su ruta de acción

política para conducir a la nación a un período de orden y autoridad. Estos planes de acción

se consolidaron en los diversos programas que aparecieron desde la fecha de fundación del

Partido Conservador (1849).4

En el programa del año 1878 se discutían de manera amplia tres temas básicos: el

federalismo, la propiedad y el papel del Estado y la educación. Sobre el primer punto, se

destaca la defensa de la unidad nacional en oposición a lo que fue el Estado de la Federación

de Estados Soberanos, que representaba una total anarquía, lo que podía llevar en opinión del

partido Conservador, a la inevitable disolución de la República (Herrera, 1982). Con respecto

a la propiedad y la participación del Estado en su defensa, el Partido Conservador consideraba

que no es posible reconocer a un gobierno que pudiera quebrantar el derecho de propiedad,

así estas acciones se realizaran en nombre de la soberanía de la Nación o del Estado:

4
Para este caso se abordaron algunas generalidades de los programas de 1878, 1881 y 1931.

60
Atropellar los derechos privados, faltar a los contratos y compromisos contraídos, violar la fe

pública, modificar por sí solo las reglas del crédito público, confiscar los bienes de los

particulares, ni gravarlos, siquiera sea para salvar el orden legal, sino por medio de

contribuciones autorizadas por la ley y distribuidas proporcionalmente conforme a principios

de equidad (Herrera, 1982, p. 1323)

En el programa de 1878 se establece que se deben tener en cuenta condiciones justas y

racionales como “la moral, la ética y los buenos valores” para garantizar la educación pública,

la gratuidad y libertad de la educación. El Partido conservador consideraba que no se puede

forzar a los ciudadanos a recibir educación que no respete la moral y las doctrinas religiosas

y que esos principios los reclama el pueblo colombiano (Herrera, 1982).

En el programa de 1881 se ratificó como principio político la moral católica: “el hombre no

puede tener una moral como ciudadano y otra como particular” (Herrera, 1982, p.1330). El

Partido Conservador declaró en ese programa la moral religiosa como fundamento necesario

del orden social y político de la República (Herrera, 1982). También se consideró que la

prensa y la enseñanza se constituían en los escenarios propicios para difundir el ideario

conservador y para prevenir a la población de aquellas ideas que no correspondieran a la

justicia y a la “conveniencia pública” (Herrera, 1982, p.1331). En este mismo programa, se

planteó la necesidad de estimular el progreso en los diversos ramos del saber humano, los

cuales debían hacer uso de los derechos consagrados en la constitución. Finalmente, se

abordó la importancia de seleccionar a los hombres que profesaran los principios

conservadores en los cargos públicos de elección popular (Herrera, 1982).

61
En el caso del programa de 1931 las cuestiones sociales, constitucionales, educativas y

culturales adquirieron un papel fundamental dentro de los planteamientos del Partido

Conservador que para ese momento se encontraba en crisis después de perder el gobierno en

las elecciones de 1930. En el programa firmado por los señores Miguel Jiménez López,

Víctor M. Salazar, Manuel M. Rodríguez y Alejandro Cabal Pombo, se afirmaba que la razón

principal de la doctrina conservadora la “constituye la patria, la familia y la propiedad; el

orden que asegura la libertad dentro de la justicia, y mantiene la disciplina, base del

perfeccionamiento; y la unidad religiosa fundada en las doctrinas de la Iglesia católica”

(Herrera, 1982, p. 1333). Este programa que se acogió en la Convención Nacional

Conservadora apelaba a los principios tradicionales que componen la sociedad colombiana:

el principio de la unidad nacional; los acuerdos con la Iglesia, como el Concordato logrado a

finales del siglo XIX; el aporte del capital extranjero para la industria y para las mejoras

materiales que requería la nación; la supremacía de los principios religiosos dentro de la

cultura colombiana; y la defensa de la propiedad privada (Herrera, 1982).

En resumen, los tres programas permiten observar la continuidad de los principios básicos

de la matriz de pensamiento conservador: el orden ligado a las leyes a la defensa de la unidad

nacional y a la propiedad privada; la autoridad al declarar la importancia del centralismo

político y la moral católica ligarla a la educación, la instrucción y cultura cívica. Claramente,

la continuidad de estos tres elementos conceptuales dependió en gran medida de un conjunto

de pensadores políticos que, mantuvieron vivas las bases del conservadurismo, a pesar de

considerar necesarias las reformas a la sociedad que aparecen en el programa de 1931.

62
Estos pensadores políticos agrupados en la colectividad de “Los Leopardos”, se abrieron paso

en la escena de la opinión pública del siglo XX mediante la defensa del nacionalismo y la

tradición. Horacio Duque (2018) destaca que “se constituyeron con el tiempo en una opción

contestaria de los gobiernos liberales y de otras facciones del conservatismo” (p. 4). Para

identificarse, respondían al acrónimo de Legión Organizada para la Restauración del Orden

Social (Duque, 2018). En el marco de ese objetivo representaron el sector de oposición a los

líderes históricos del Partido Conservador quienes habían incidido para que esta colectividad

política se considerada como caduca y atrasada. Eliseo Arango, uno de sus integrantes lo

ratifica en sus memorias:

Lo que nos animó en grupo fue el prejuicio, muy difundido en la universidad, de que las ideas

conservadoras eran atrasadas, mandadas a recoger. Queríamos, entonces, darle una

fisionomía intelectual al Partido Conservador presentándolo como amigo del progreso, de la

cultura, de la civilización. Como grupo, fuimos solidarios, indudablemente. Eso no significa

que tuviéramos todos los mismos conceptos sobre los hombres, los hechos, las ideas.

Teníamos nuestras diferencias, pero sabíamos zanjarlas (Duque, 2018, p. 8).

El medio por el cual dieron a conocer sus ideas fue la prensa escrita. Diversos periódicos

recogieron sus reflexiones en torno al nacionalismo, la defensa de la patria y la tradición, y

fueron la tribuna de sus discusiones algunos periódicos como El Siglo, El Nuevo Tiempo, El

Colombiano, La Tradición, El Deber y La Patria entre otros. Precisamente, para el año de

1924 se publicó en un número de El Nuevo Tiempo el Manifiesto Nacionalista de los

Leopardos en la cual se declaraba lo siguiente:

63
Los Leopardos insisten en avivar las ideas de nacionalidad y patria, en las que cualquier

expresión de liberalismo o de inclinaciones por ideas socialistas y comunistas se convierte

para ellos en un peligro que bien puede detenerse con la marcha “hacia un orden social

católico”. Observan con preocupación la intervención extranjera y las pugnas entre provincias

por intereses de distribución económica, que podrían socavar una de sus ambiciones: la

unidad nacional (Duque, 2018, p. 20).

Para el año de 1929 se publicó su segundo manifiesto, el cual convocó abiertamente a la

unidad interna, con el fin de defender las ideas de un nacionalismo “vinculado con la idea de

apoyar un “programa de administración pública” que se ocupara de los problemas

económicos, de la educación pública y del desarrollo industrial y agrícola” (Duque, 2018, p.

28). En ese mismo manifiesto, se planteó la preocupación por el avance del capitalismo, en

la medida que tenía un gran influjo en las economías dependientes de Latinoamérica debido

a la crisis vivida al inicio de la década de los treinta.

Tal situación, en la opinión de “Los Leopardos”, podría llevar a una “paganización del

mundo” debido al eco que las doctrinas comunistas y anarquistas. Para este grupo de

intelectuales, era necesario darle un impulso a la vida agrícola, evitando que los campesinos

se desplazaran de sus territorios, para protegerlos de la vida cosmopolita de las capitales

(Duque, 2018). “Los Leopardos” consideraban que los campesinos representaban principios

fundamentales como “la tradición, la religión, la sumisión a las buenas costumbres y el

respeto a la ideología conservadora” (Duque, 2018, p. 29).

No obstante, a pesar de las aspiraciones tanto de “Los Leopardos” en las primeras décadas

del siglo XX, como de otros políticos y pensadores (en su mayoría presidentes durante la

64
Hegemonía Conservadora), el sistema de valores y de prácticas que defendían lentamente se

fragmentó en la transición de los siglos XIX y XX, por efecto de trasgresiones de la misma

élite como el consumo de alcohol y drogas.

La élite conservadora “elaboró y reprodujo un repertorio discursivo en el cual se definía como

la abanderada de un proceso civilizador” (Guarín, 2013, p. 47), por lo tanto, su imagen

pública debía servir de ejemplo para la sociedad. Esto provocó que la élite capitalina

trasladara “a la esfera de lo privado muchas de las contradicciones que se manifestaban en

su comportamiento cotidiano” (Guarín, 2013, p.47 y 48) como el consumo de alcohol y de

drogas. Lo que imperó fue una situación de “ocultamiento del comportamiento de la élite

mediante el cual, por medio del silenciamiento, la desobjetivación del individuo y el uso de

un lenguaje muchas veces metafórico, se camuflaron” (Guarín, 2013, p. 48) estas prácticas

de trasgresión sociales. En la prensa de la época, de un lado, se condenaba el consumo de

alcohol de los sectores populares, mientras de otro lado, se validaba la ebriedad de la élite en

los espacios privados de velada y bohemia:

A favor del suave calor que produce el vino en un banquete, se animan las facciones del

melancólico y se le ve locuaz y comunicativo; las libaciones que se repiten sin exceso avivan

la imaginación, nacen las improvisaciones dando al traste con la timidez de la modestia. El

amante más recatado y abrumado por el miedo, aventura sus declaraciones, y el más avaro

ensancha su bolsillo para amparar al necesitado (el Telegrama de 1893, citado por Guarín,

2013, p. 50).

El carácter social de la ebriedad estuvo vinculado a dos situaciones: a un estado de

excepcionalidad y al favorecimiento de actividades productivas. Dentro de la élite la ebriedad

65
no tuvo la misma vigilancia que la borrachera de las clases populares y sus “perniciosas

consecuencias” (Guarín, 2013, p. 53). La élite consideraba que la ebriedad “resultaba

particularmente productiva y que favorecía una actividad caracterizadamente intelectual,

muy superior al ocio y molicie del pueblo” (Guarín, 2013, p. 54 y 55). Se impuso una

diferenciación entre la bohemia de la élite “donde la poesía, el gracejo y los instantes

“sublimes” hacían aparecer en segundo plano el consumo excesivo de licor” (Guarín, 2013

p. 55) y la borrachera improductiva del pueblo.

Aunque en la prensa de la época se anunciaba como una novedad el uso de drogas como

morfina y heroína, la realidad era que su consumo estaba muy difundido y validado dentro

de la élite de ese momento, en particular en el último cuarto del siglo XIX. Al igual que el

alcohol, las drogas de ese tipo se encontraban asociadas al entorno bohemio bogotano que

estaba influenciado por la Europa decimonónica, donde era común el consumo sobre todo

entre los escritores.

La condena social al consumo de alcohol y drogas fue creciendo con el paso de los años, pero

a finales del siglo XIX su sanción moral no hacia parte de los discursos gubernamentales ni

religiosos. Estos espacios de bohemia se consideraban exóticos, elegantes y menos vulgares

que los vicios adquiridos por las clases populares:

El alto precio de la sustancia, y la consiguiente dificultad para procurársela, son por fortuna,

un serio obstáculo para el desarrollo de la pasión entre las clases obreras; así también, menos

vulgar que muchas de las extravagancias que fácilmente penetran en todas las capas sociales,

no ha atacado hasta ahora sino solamente las clases elevadas, las cuales parecen haber

66
monopolizado para su uso personal la práctica de este vicio tan elegante como mortífero

(Telegrama en 1893, citado por Guarín, 2013, p. 59)

Como lo señala Guarín (2013), la tensión entre el comportamiento público de la élite y el

ocultamiento de sus prácticas, dejan más que claras las “evidentes fisuras del granítico orden

moral impuesto por ellas mismas” (p.63 y 64). Precisamente fue durante la Hegemonía

Conservadora que los miembros de la élite vivieron sin mayores contratiempos esta dualidad

en sus prácticas sociales, y posiblemente, como lo anota Guarín (2013), estas fisuras

respondían a un proceso de internalización de una nueva serie de valores, ideas y prácticas

que tomaron fuerza en las primeras décadas del siglo XX en Bogotá.

2.1.2 Institucionalización del tiempo y renovación urbana

Las ideas conservadoras que definieron el carácter político del país a finales del siglo XIX y

comienzos del XX, se articularon a la búsqueda del progreso y la modernización del país. En

los planes de gobierno de la Regeneración y de la Hegemonía Conservadora, la búsqueda del

progreso material y espiritual de la nación estuvo guiada por el espíritu del orden y la

autoridad que establecieron tanto Rafael Núñez como Miguel Antonio Caro en la

Constitución de 1886.

El progreso implicó transformaciones en la matriz conservadora que, aunque mantuvo la

tradición política que le dio origen, se adaptó a las nuevas condiciones impuestas por el

modelo económico. Entre estas condiciones se encuentra el proceso de institucionalización

del tiempo (Elías, 2010), que implica una transformación de las relaciones sociales en aras

de introducir a la nación en la senda de la modernidad. En el caso colombiano, en lapso en el

67
cual el país dio un salto cualitativo en su organización estatal, industrial, comercial y

sociocultural, coincide en parte con la hegemonía conservadora en el período de 1900 a 1930.

Este periodo es fundamental para entender las experiencias y las expectativas obreras, así

como las disputas por las utopías.

En el marco del proceso de institucionalización del tiempo, a inicios del siglo XX empezó la

renovación urbana de Bogotá que representa la expresión de los proyectos de porvenir

modernos que buscaba establecer la hegemonía conservadora en la ciudad. El propósito era

que de un municipio pequeño y colonial congelado en los siglos de la Colonia, Bogotá se

convirtiera en una urbe en crecimiento constante que sintetizara la idea de una República

burguesa (Pavony, 2000).

Fundamentos de la institucionalización del tiempo: modernidad y determinación temporal

El proceso de institucionalización del tiempo5 transformó los ritmos vitales de la sociedad

bogotana de principios del siglo XX, que empezó a definir sus rutinas a partir de una nueva

“determinación temporal”, la cual implica según Elías (2010):

Comprobar si una transformación recurrente o no tiene lugar antes, después o al mismo

tiempo que otra. Respecto de una sucesión de transformaciones esto significa responder a la

cuestión sobre la distancia entre éstas, referidas a una medida socialmente reconocida, como,

por ejemplo, el intervalo entre dos cosechas o entre una luna nueva y la siguiente. (p. 58)

5
Para Elías el tiempo representa “un símbolo de una relación que un grupo humano (esto es, un grupo
de seres vivos con la facultad biológica de acordarse y sintetizar) establece entre dos o más procesos,
de entre los cuales toman uno como cuadro de referencia o medida de los demás” (2010, p. 56).

68
La determinación temporal organiza las actividades junto con las relaciones sociales y

pueden variar dependiendo del grado de complejidad de las sociedades. La manera como se

asimila esta determinación temporal “depende por completo del grado en que, en su práctica

social, se enfrenten con problemas que exigen una determinación del tiempo y del grado en

que su organización y saber social los capacita” (Elías, 2010, p. 59).

Existen dos condicionamientos para el uso de las determinaciones temporales: la experiencia

humana acumulada y la necesidad. La primera, hace posibles las relaciones sociales, no se

puede entender a partir de los aprendizajes de un solo individuo, e implica observar “una

larga cadena de generaciones de hombres que transmiten, de miembro a miembro, el saber

aprendido” (Elías, 2010, p. 49). En consecuencia, “la experiencia humana de lo que ahora se

llama “tiempo”, ha cambiado en el pasado y sigue cambiando en el presente, no sólo de

manera histórica y accidental sino estructurada y dirigida” (Elías, 2010, p. 48).

Por lo tanto, las determinaciones temporales se desarrollarán a través de conceptos que

presentan en su interior un nivel de síntesis cada vez más alto, es decir, de experiencias

acumuladas. A su vez, estos conceptos vienen acompañados de artilugios prácticos que deben

servir a los seres humanos para sus necesidades de ordenamiento y orientación de las

prácticas sociales.

La segunda condición tiene que ver con la función social del tiempo y, específicamente con

la función de la determinación temporal. Para Elías (2010), en las sociedades complejas el

tiempo cumple una función de coordinación e integración de los pueblos y territorios, y de

diferenciación y extensión de los enlaces comerciales e industriales.

69
Elías (2010) compara las sociedades primitivas de cazadores, agricultores y pastores, cuya

necesidad de determinar el tiempo de los fenómenos es mínima ya que sus prácticas se limitan

a satisfacer necesidades básicas como la caza y la cosecha y las sociedades regidas por

estados que concentran a su población en grandes urbes con una especialización altísima de

las funciones sociales, lo que implica cadenas de interdependencia, conceptos de

determinación del tiempo más elaborados e “indicadores mecánicos del tiempo común”

(Elías, 2010, p. 136) como el reloj y el calendario.

La institucionalización del tiempo constituye entonces un proceso que se encuentra marcado

por la necesidad de organizar los ritmos de trabajo y las relaciones comerciales, sociales y

políticas a partir de los ritmos de relojes y calendarios cada vez más precisos que cumplen la

función de ubicar y organizar a los seres humanos en sus actividades. En la medida que el

contexto histórico específico plantea necesidades más específicas, las determinaciones

temporales se especializan, crean nuevos conceptos y mecanismos. En el caso de un contexto

histórico moderno, esto implica la aparición de escalas temporales que sirvan para fijar los

puntos de partida y de conclusión de una secuencia con ayuda de otra secuencia que sitúa

Elías (2010) como continuum que para el caso de la modernidad sería categorías temporales

amplías como siglos, edades o décadas. Estas unidades temporales se transforman

dependiendo de los fenómenos que se quieran determinar, y se conforman otras (año, mes,

día y hora) que sirven para establecer un control profundo de cada una de las actividades

sociales.

70
Las determinaciones temporales terminan por internalizar pautas y hábitos en el marco de las

regulaciones del Estado o de otras instituciones que tengan la hegemonía de la determinación

temporal. La internalización de las pautas temporales deja ver:

[…] la fuerza coactiva que el “tiempo” ejerce en todo individuo, que debe adecuar su propio

comportamiento con el “tiempo” que ha establecido el grupo al que pertenece; y cuanto más

largas y diferenciadas las cadenas de las interdependencias funcionales que vinculan a los

hombres entre sí, tanto más estricto será el mando de los relojes, como resulta obvio. (Elías,

2010, p. 135).

En definitiva, la formación de estas pautas temporales establecidas por diversas instituciones

sociales provoca que los grupos sociales que tienen pautas diferentes (ritmos vitales

marcados por la cosecha o la vida campesina), tengan que dejarlas o combinarlas con las

establecidas por las instituciones (fabrica, escuela), provocando disputas sociales en el

interior de la sociedad. Por lo tanto, lo que se denomina proceso de modernización en

Colombia, se explica como un proceso de institucionalización del tiempo que transformó

lentamente al país, partiendo de una sociedad caracterizada por una orientación al quehacer

agrícola a una sociedad más orientada al trabajo regulado (Thompson, 1995).

La institucionalización del tiempo en las primeras décadas del siglo XX colombiano

Para el caso colombiano, la institucionalización del tiempo se inició en la década de los

cuarenta del siglo XIX, momento donde se buscaba promover ideas de progreso, orden,

libertad y justicia. Estos ideales acompañaron a los gobiernos que se sucedieron en medio de

71
disputas políticas hasta que finalmente se impusieron en su versión conservadora, en el marco

de la Regeneración y el Republicanismo que caracterizaron la hegemonía conservadora.

Durante el período político de la Regeneración se sostuvo que el país se vio confrontado “por

el fracaso de los programas políticos, económicos y sociales del liberalismo” (Henderson,

2006, p. 18). Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro plantearon como estrategia para sacar el

país del atraso y el desorden, la necesidad de adelantar un conjunto de reformas que

permitieran consolidar un estado centralizado, que brindaran protección a las industrias

incipientes e impulsaran el trabajo nacional. Berdugo (2019) sitúa tres ejes principales de

acción en los gobiernos de la regeneración: “fomento de la actividad económica, a la

organización administrativa del Estado y al establecimiento de un nuevo régimen monetario”

(p. 68). Durante su acto de posesión, Núñez brindó una imagen general de la situación del

país que se caracteriza de la siguiente manera:

Nuestra agricultura está apenas en la infancia. Nuestras artes permanecen poco menos que

estacionarias. Nuestra vasta extensión territorial sólo cuenta con unos pocos kilómetros de

rieles. Los cuadros estadísticos revelan el hecho desconsolador de que hace ya algunos años

que no exportamos lo necesario para pagar todo lo que importamos. Este desnivel económico,

si continúa, dará aún margen a la alarmante conjetura de que el pueblo colombiano consume

más de lo que produce. Y de todas maneras es evidente que el trabajo nacional está en

decadencia. La formidable calamidad de la miseria pública se aproxima, pues, a nuestros

umbrales. (Diario Oficial, 16 de abril de 1880 tomado de Berdugo, 2019, p. 69).

Esta radiografía de la economía y el sistema productivo colombiano, era una imagen

compartida por los viajeros en aquellos años del siglo XIX, era un tema común en las

72
descripciones de los viajeros como Alfred Hettner (1976), quien señalaba la ausencia de un

“apuro febril” que para él era tan común en Estados Unidos e Inglaterra: “todo se hace de

manera acompasada, habiendo siempre tiempo para una charla” (1976, p.85), por lo que no

era de sorprender que los “visitantes extranjeros advirtieran la ausencia de industria en la

Bogotá de las décadas del ochenta y el noventa” (Henderson, 2006, p. 28).

En un ensayo del presidente Rafael Núñez titulado Trabajemos juntos que le sirvió de

justificación para llevar a cabo las reformas de sus futuras reformas, ratifica lo que

observaban los viajeros del siglo XIX. Henderson (2006) retoma este ensayo para señalar

que su “sombría evaluación del atraso de la economía colombiana” muestra que carecen de

“industria doméstica” porque no cuentan con “maquinaria, ni arte, ni plena seguridad, ni otras

cosas más indispensables" (p. 21).

Entre las reformas planteadas para contrarrestar este diagnóstico, estaba la creación del

Banco Nacional (1881), el patrón oro para introducir el uso del papel moneda, tarifas para la

promoción de la industria, e impuestos internos que buscaban aumentar el recaudo nacional.

Sin embargo, como lo expresaba Henderson (2006), estas medidas no fueron suficientes para

resolver los problemas de la incipiente industria ni para aumentar el número de vías férreas

en el país, empresa que se hacía más difícil debido a los constantes conflictos y a la

sublevación de 1885. Finalmente, en la constitución de 1886 se encuentra un rasgo

fundamental de la institucionalización del tiempo: la centralización de las instituciones y,

sobre todo, el papel de la iglesia en la sociedad colombiana.

Lo que se puede observar de la Regeneración y, sobre todo, de la Constitución de 1886, es el

intento de establecer “una serie de medidas a través de la cuáles las elites modernizadoras

73
racionalizaron el Estado con el fin de alcanzar el progreso que consideraban deseable,

necesario e ineludible” (Henderson, 2006, p. 22). El control de estado a través de principios

conservadores garantizaba que la democracia no fuera dominada por la chusma (Henderson,

2006) y que la “matriz analítica del positivismo” (Henderson, 2006, p. 19) señalara a los

gobiernos de derecha como los más estables y eficientes en el propósito de que las sociedades

avanzaran hacia un “bienestar generalizado, caracterizado por un manejo racional,

“científico”, de la política y de la sociedad” (Henderson, 2006, pp. 19-20). En el caso del

presidente Rafael Núñez, esté avance debería orientarse en el marco del orden y de la

autoridad tanto estatal como religiosa, por esa razón, el gestor de la Regeneración

“propugnaba por un cristianismo práctico que habría de llenar el “vacío moral” que percibía

en la sociedad moderna” (Henderson, 2006, p. 20).

Los planteamientos de Herbert Spencer alimentaron el ideario político de los dos partidos

tradicionales.6 “Spencer enseñaba que las diferentes sociedades se desarrollan de acuerdo

con sus propias y únicas características” (Henderson, 2006, p. 37), esta idea logró construir

una fuerte convicción en Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro para justificar su colaboración

mutua, comprendiendo que “la nación era una entidad cuyo destino ellos mismos podían

moldear si reconocían como su principal prioridad la necesidad de calmar las pasiones

nacionales con el fin de hacer posible el progreso que hasta entonces había eludido al país”

(Henderson, 2006, p. 37).

6
En el caso de los liberales, según Henderson (2006, p. 37), “actuaban con base en la premisa spenceriana,
según la cual la sociedad es un todo orgánico. Camacho Roldán dijo a sus estudiantes 1882 que debían verse
todos a sí mismos como jardineros, y a la nación como un fruto en maduración que, mediante especiales
cuidados, podría llegar a la perfección”.

74
En relación a las reformas cabe profundizar en el papel que tuvo la Ley 80 de 1880, la cual

reformó el “sistema tarifario del comercio exterior” (Berdugo, 2019, p. 70), lo que implica el

aumento de los derechos arancelarios para determinados bienes de consumo, así como la

disminución de los gravámenes de algunas materias primas y herramientas de trabajo con el

objetivo de estimular la industria, sin embargo, “el pesimismo continuaba reinando y los

avances del crecimiento empresarial eran mínimos” (Berdugo, 2019, p. 85). El siguiente

artículo del periódico La Patria (1894) ilustra esta situación:

Pocas las empresas industriales que hay en Cundinamarca que llamen la atención por el

capital invertido en ellas, por la perseverancia y el esfuerzo que representan y el número de

obreros a quien den trabajo, y, por consiguiente alivio; pero hay algunas, con todo, en

presencia de las cuales se siente uno como transportado a un país manufacturero por

excelencia, de esos donde el carbón de piedra y las máquinas de vapor, factores principales

de progreso, son el elemento cardinal de su desarrollo y su mayor germen de vida (Berdugo,

2019, p. 86, tomado de La Patria de 1894)

Esta descripción ubicada a finales del siglo XIX deja ver que las medidas proteccionistas si

bien no cumplieron con las expectativas planteadas, si contribuyeron a que la nación se

encontrará “en síntesis, lenta y dolorosamente, asumiendo los arreos de la vida moderna”

(Henderson, 2006, p. 23). De las pocas industrias que surgieron durante el siglo XIX se

destaca la fábrica de loza fina en Bogotá que desarrolló sus actividades desde 1832 hasta bien

entrado el siglo XX (Lamo y Therrien, 2002), con el fin de contribuir al progreso social y

económico de la naciente nación, “se pretendió insertar a los nacionales en el advenimiento

de la modernidad y sustentar la economía del estado en formación, basada en la producción

y circulación de mercancías” (Lamo y Therrien, 2002, p. 202).

75
A través de la introducción de nuevas divisiones en las etapas productivas que requerían el

trabajo de uno o más operarios que se especializaban en cada fase de elaboración, lo que

condujo a una diferenciación significativa del espacio de trabajo (Lamo y Therrien, 2002),

rompiendo tanto en términos espaciales como temporales con las dinámicas del taller de

cerámica para la elaboración de loza más económica, ya que en los talleres predominaba el

trabajo articulado “al quehacer” (E.P Thompson, 1995).

La transición hacia el “trabajo regulado” (Thompson, 1995) implicó una diferencia

significativa entre el tiempo de los patronos y el tiempo del trabajador. Esta nueva

connotación del tiempo implicaba la introducción de “un orden y una regularidad al trabajo”

de tal modo que “la calidad del producto final se estimulaba a través de concursos que

premiaban los más bellos y mejores objetos” (Lamo y Therrien, 2002, p. 220).

Con respecto a los ajustes espaciales, en el taller los límites entre el espacio de trabajo y el

de la vida cotidiana se entremezclaban, para modificar tal imagen se consideró fundamental

que la fábrica sirviera como elemento transformador del “paisaje urbanístico de los arrabales

de Bogotá, así como del entorno de las áreas de producción” (Lamo y Therrien, 2002, p. 207),

lo que podría incidir “en las formas de habitar de los operarios, mediante el control de los

diseños de sus viviendas y en los espacios de producción” (Lamo y Therrien, 2002, p. 208).

El caso de la fábrica de loza fina de Bogotá es significativo en la medida que se perciben los

intentos de establecer una nueva lógica de producción que incidiera en las concepciones tanto

temporales como espaciales de los habitantes de la capital, la introducción de métodos de

producción en cadena, la disciplina laboral y la separación de los espacios de vida cotidiana

76
y producción corresponden a una experiencia previa que cimentó el camino de la

institucionalización del tiempo y la renovación urbana de la capital.

Crisis de la guerra de los Mil Días y el Republicanismo

El término que podría definir la situación de Colombia en 1902 es: incertidumbre. La

devastación provocada por la guerra puso en un estado de sumisión completa a una nación

que había dejado todo en ese conflicto, vidas, recursos y tiempo. Entre las consecuencias que

se pueden citar están: la aparición de una pobreza generalizada, “familias antes pudientes se

sumieron en una “decente pobreza”, mientras que las masas experimentaron una pobreza que

sería mejor descrita como devastadora” (Henderson, 2006, p. 69), las imágenes de la ciudad

eran de un deterioro completo, “los residentes de Bogotá describieron a la ciudad como

“naufragando” en desperdicios sin recolectar” (Henderson, 2006, p. 70).

A esto se sumó la situación de miles de enfermos en las calles debido al colapso del servicio

de sanidad7 lo que provocó brotes de lepra, elefantiasis y otras epidemias transmitidas por la

poca salubridad del agua, el azote de estas enfermedades fue una constante en los años

posteriores a la guerra (Henderson, 2006). La crisis social y médica que provocó la guerra

condujo a la destrucción del aparato productivo colombiano y al incremento de los precios

de los alimentos, así como a la depreciación significativa de los salarios reales lo que incidió

7
Según Humberto Vélez (1989) “Durante la guerra de los Mil Días, y debido a los problemas de creciente
penuria fiscal y de acelerada pauperización de la población, los leprosos habían escapado de sus asilos
esparciéndose por las distintas regiones del país. La imagen de millares de leprosos, trashumantes por la
geografía patria, se internacionalizó hasta el punto de que, en la Exposición de París de 1901, la parte
correspondiente a Colombia en el mapamundi estaba señalada con una gran mancha amarilla, como la gran
leprosa del continente americano” (p. 203).

77
en una menor capacidad adquisitiva de bienes primordiales para los colombianos (Berdugo,

2019).

Con los productos básicos por las nubes y los salarios depreciándose cada día, las actividades

especulativas encontraron su nicho de ganancia “los especuladores compraban oro, plata e

incluso café a crédito, haciendo utilidades al ritmo de la inflación” (Henderson, 2006, p. 73),

esta situación fue expuesta por un periódico de la capital con la siguiente frase: “Mucho

banco, ni una industria” (Berdugo, 2019, p. 105).

La sensación de incertidumbre provocada por la guerra generó la imperiosa necesidad de la

reconstrucción nacional en todos los niveles, siendo así, aparecía como un valor muy deseado

la “imposición de la paz, no sólo como urgencia espiritual para la población colombiana

mentalmente fatigada, sino también como una necesidad política para la misma

supervivencia y reproducción de las clases poseedoras” (Vélez, 1989, p. 191).

Dicha tarea, fue encomendada a partir de 1904 al General Rafael Reyes, cuya imagen “no se

ajustaba al estereotipo de los nativos de Boyacá. En realidad, se asemejaba a los empresarios

antioqueños, quienes arriesgaban su capital y su bienestar personal en busca de oportunidades

fuera de su departamento” (Henderson, 2006, p.76), autores como Humberto Vélez

sintetizaban su figura como “la pasión por la acción”, traduciendo a un hombre “moderno,

inquieto, pragmático y superactivo en los negocios prácticos del mundo laborioso” (1989,

p.187). La figura de Reyes impactó significativamente en la política colombiana al romper

“los moldes clásicos de los presidentes colombianos: formalistas, gramáticos, teólogos,

metafísicos, especulativos” (Vélez, 1989, p. 188), esto le trajo el reconocimiento de los más

78
diversos sectores políticos, tal como lo expresaba en 1904 El Correo del Cauca al señalar

que:

El General Reyes estaba cumpliendo su promesa de ocuparse más de la administración que

de la política, por lo que empezaba a notarse en el servicio público la influencia de un espíritu

práctico, activo y eficaz: el país tenía, pues, a su cabeza, tal vez no a un hombre de estado,

pero sí un administrador competente, a una especie de gerente de una gran empresa (Vélez,

1989, p. 188)

Esta renovación en la figura del presidente se acompañaba de un nuevo enfoque sobre la

administración del Estado. La política se debía entender “como una disciplina experimental,

cuyas acciones eran siempre rectificables” (Vélez, 1989, p. 188), ese nuevo marco de

comprensión de la política representa un elemento esencial dentro de la institucionalización

temporal vivida en el país, ya que el Estado debía funcionar de manera precisa y eficiente

asemejándose a la estructura de un reloj, así mismo, la actitud sobre la administrativa de

Reyes expresa un interés en la disciplina del tiempo debido a la gran cantidad de actividades

que desarrollaba en su agenda.8 Esta disciplina en su labor no ocultaba su carácter autoritario,

comenta James Henderson que “las actuaciones de Reyes a fines de 1904 eran ilegales según

la ley colombiana, como lo fueron también muchas de las medidas que adoptó entre ese

momento y su derrocamiento a mediados de 1909” (2006, p. 81).

8
Comenta Humberto Vélez sobre este aspecto “Según El Nuevo Tiempo, a los 38 meses de su mandato, las
estadísticas arrojaban las siguientes cifras sobre la actividad del nuevo gobierno: 324 sesiones de consejo de
ministros, 1.154 acuerdos presidenciales, 162 acuerdos de contabilidad, 4.742 decretos ejecutivos, 58.750
telegramas remitidos por la presidencia de la República. A todo esto, se agregaban las 11.550 audiencias
concedidas por el presidente Reyes” (1989, p. 187)

79
Sin embargo, la imposición de la paz era un objetivo inapelable, tanto así, que se sacrificó

para ello la estabilidad de la democracia, así mismo, “la mayoría de los colombianos

aplaudieron el hecho de que se encargara de manera decisiva de la recuperación nacional”

(Henderson, 2006, p. 81). Este apoyo unánime implicó una serie de cambios en el orden

político del país, sobre todo en el “carácter de las relaciones entre los agrupamientos

políticos, como con respecto a la presencia de nuevas fuerzas sociales en el manejo de las

políticas sociales” (Vélez, 1989, p. 190).

Estos ajustes en el espectro político de la nación son sintetizados por Humberto Vélez en dos

puntos: 1). se pasó de un control exclusivo por parte del Partido Nacional de las

manifestaciones de la vida cotidiana a un relacionamiento político pluralista, con la presencia

de los conservadores históricos y de un número considerable de liberales, así como del

surgimiento y participación de numerosos grupos de interés como los gremios (de

agricultores, comerciantes y artesanos) que fueron apoyados por el presidente Reyes. 2). El

momento crítico que los distintos círculos partidistas del siglo XIX estaban viviendo por la

incertidumbre que provocaba el reto propuesto por Reyes. Era evidente un divorcio claro

entre las acciones del Partido Nacional y las imperiosas necesidades de crecimiento

económico que requerían las clases poseedoras, por lo tanto, los grupos de interés surgidos

en esta nueva coyuntura pluralista predominaron dentro de la orientación de la acción del

Estado (1989).

Resumiendo, en el marco de un apoyo unitario tanto de la población como de diversos bandos

de los históricos partidos que provocaron los ajustes descritos, el gobierno de Reyes llevó a

cabo su plan de reformas que hasta el mes de marzo de 1905 había podido avanzar debido a

80
la resistencia por parte del Congreso a dicho programa. Reyes terminó disolviendo el

legislativo apoyándose tanto en su imagen favorable y como en el respaldo de los

conservadores históricos (Vélez, 1989). Con el camino despejado, el General Reyes convocó

a una Asamblea Nacional con el fin de aprobar su paquete de reformas, estas medidas

presentaban disposiciones que:

[…] debilitaban a la Corte Suprema, permitían al presidente convocar y despedir al Congreso

a voluntad, eliminaban las restricciones del presidente para fijar impuestos, anulaban algunas

garantías constitucionales de los intereses regionales y permitían al presidente modificar las

fronteras internas de los departamentos. Una de las últimas leyes consistía en una disposición

que garantizaba al Partido Liberal un tercio de los puestos en todos los cuerpos elegidos

(Vélez, 1989, p. 83)

Las reformas planteadas por Reyes estaban condensadas en las siguientes acciones: retornar

al patrón oro con el fin de estabilizar el sistema monetario del país para controlar la inflación

y la adquisición de bienes básicos. Ligado a la anterior, crear del Banco Central y restaurar

el crédito en el exterior para atraer el capital extranjero (Berdugo, 2019), estos dos últimos

objetivos fueron encargados al General Jorge Holguín el cual “fue enviado a Londres para

informar a los inversionistas extranjeros que su nación estaba poniendo sus finanzas en

orden” (Henderson, 2006, p. 84).

Otros frentes del paquete de reformas estuvieron concentrados en un ambicioso plan de obras

públicas, enfocadas en aumentar la red de transporte férreo y generar estímulos para la

industria nacional y para la agricultura de exportación (Berdugo, 2019). En cada uno de los

frentes de las reformas se observaron signos de una mejora considerable, los ingresos de la

81
nación aumentaron, los terratenientes y empresarios agradecieron los estímulos generados

para sus campos de trabajo y para los productos agrícolas de exportación. En síntesis, que “el

programa de Reyes puso a la industria colombiana en la vía de crecimiento sostenido, que

habría de prolongarse durante las dos décadas siguientes” (Henderson, 2006, p.85). Esta idea

fue respaldada por Humberto Vélez aludiendo a una tesis de Joaquín Tamayo, la cual indica

que el quinquenio de Rafael Reyes fue un intento de aproximar el país a la modernidad

(1989), en ese sentido, la administración de Reyes le brindó herramientas iniciales para

enfrentar las necesidades de un país por hacerse.

A pesar de estas medidas, las penurias económicas por las crisis externas vividas para el año

de 1907 provocaron una caída en los precios del café. Los intentos por normalizar las

relaciones con los Estados Unidos ocasionaron conflictos en el Partido Nacional encabezado

por Miguel Antonio Caro. Así mismo, debido a sus reformas en el ordenamiento territorial y

la nacionalización de los licores, el tabaco y otros monopolios, un grupo de empresarios

opositores de Reyes y liderados por el antioqueño Carlos E. Restrepo, fundó el movimiento

político Unión Republicana.

El proceso que tuvo sus primeros cimientos en los planes del quinquenio, continuaron en los

gobiernos del republicanismo, ya que este compartía como idea primordial la paz nacional y

el progreso económico de la nación (sobre todo de las clases poseedoras), los líderes de las

siguientes dos décadas no “sólo gozaron de una época de relativa paz y prosperidad”

(Henderson, 2006, p. 107), además entre cada uno de los bandos partidistas se compartía una

filosofía que les permitió establecer un camino para el desarrollo nacional con un grado

82
inusitado de unanimidad, este hecho deja ver los cambios profundos del quinquenio con

respecto a la participación política tanto de liberales como de conservadores.

La celebración de la independencia en 1910 sirvió como escenario de conciliación del pueblo

colombiano, que buscaba la reconciliación y el progreso. “Entre el 15 y 30 de julio, Bogotá

vivió unos días en que el acontecimiento rememorado, la declaración de independencia de

1810, sirvió para mostrar el progreso del país” (Melo, 1989, p. 215). Esta conmemoración

reinterpretó el pasado nacional en función de un futuro que se avizoraba prometedor gracias

al tránsito a la modernidad que se vivía en el país. En los discursos de los líderes del

momento, tanto conservadores como liberales, se percibía un ambiente de confianza y

esperanza en el progreso, el historiador Jorge Orlando Melo describe ese tránsito a través de

las palabras de Emiliano Isaza y Lorenzo Marroquín:

Al contemplar el conjunto de las celebraciones, los organizadores declaraban: “una

satisfacción patriótica inunda el alma, porque se ve de modo claro que la nación, a pesar de

sus dificultades y amarguras y no obstante las tortuosidades del camino, revelo en el

Centenario poderosa vitalidad, notable inteligencia, buenos conocimientos en todos los ramos

del saber humano, aptitud especial así para las artes liberales como para la industria y para la

explotación del suelo fértil, si hostil y bravío, en donde ha tenido que desplegar sus energías;

es, en fin, indicio inequívoco de la altura a que llegaría la nación si se hiciera el único ensayo

que aún no se ha hecho, el de veinte años de paz”(1989, p. 216).

En ese marco de expectativas renovadas, los gobiernos republicanos encontraron en los

ingresos del café el impulso necesario para acelerar la modernización en Colombia

(Henderson, 2006). A pesar de una cierta austeridad fiscal, los años por venir con el aumento

83
de los precios del café, los incrementos en el flujo de los créditos del exterior y la variación

de los ingresos públicos nacionales (Berdugo, 2019) generaba expectativas favorables para

el progreso y la modernización.

En los primeros años del republicanismo encabezado por el empresario antioqueño Carlos E.

Restrepo, se llevaron a cabo una serie de reformas constitucionales necesarias para la

estabilización de la República. Entre las más significativas se encuentra “la necesidad de

restringir los poderes presidenciales, ampliar la participación popular en las elecciones y

reducir las posibilidades de implantación de dictaduras más o menos legales” (Melo, 1989,

p. 220). Con respecto a la ampliación de la participación electoral, se estableció que esta se

realizaría a través de la Reforma de 1910 que amplió la reglamentación para la elección del

presidente, este “seria elegido por votación directa de los ciudadanos, aunque sólo de aquellos

que supieran leer y escribir, o tuvieran una renta de 300 pesos al año, o una propiedad por

valor de 1.000 pesos” (Melo, 1989, p. 224), entre otras reformas se encuentran la supresión

de la pena muerte, la peligrosa “emisión de papel moneda de curso forzoso” (Melo, 1989,

p.224) y la reelección presidencial.

Establecidas esas reformas, el experimento de la república burguesa tomó más fuerza. El

Centenario mostró los avances de las industrias capitalistas y en las dos décadas siguientes a

1910, se fue configurando el sector de los trabajadores. Inicialmente se impusieron relaciones

paternalistas entre empresarios y trabajadores, debido a las enseñanzas del cristianismo

tradicional y de la moral de la Regeneración según la cual las personas de la más alta

condición social “no sólo habían sido bendecidas con mayores bienes materiales, sino que

eran por naturaleza más sabías, más inteligentes, más virtuosas. Para decirlo de otra manera,

84
se creía que la virtud y la justicia eran distributivas por naturaleza” (Henderson, 2006, p.

120). Así mismo, los obreros se caracterizaban por ser humildes y agradecidos con los

propietarios de la fábrica, “por tener la amabilidad de contratarlos” (2006, p. 121). Al menos

en los años posteriores al inicio del gobierno de Carlos E. Restrepo, el principio de autoridad

(Henderson, 2006, p. 121) era el instrumento por el cual se podría civilizar la especie humana,

según lo expresaba por Marco Fidel Suárez.

En la década de 1920 según Carlos Uribe Celis (1985), se inició una transformación profunda

en el país. Se aceleraron los cambios de las décadas anteriores con la aparición y adquisición

de diversos bienes y servicios traídos de los Estados Unidos, lo que implicó nuevas

exigencias y necesidades: “El capital es un amigo exigente; requiere actitudes propias y

entregas totales: hombres nuevos” (Uribe, 1985, p. 25).

Esta frase resulta esencial por lo que representa en el proceso de institucionalización del

tiempo, con los primeros pasos dados y consolidados en el quinquenio y el republicanismo,

los años veinte avizoraban el momento del despegue de las promesas del capitalismo en

Colombia. Para ello era necesaria la internalización de este nuevo ethos lo cual implicaba

una profundización en los mecanismos de determinación temporal que contribuían al

ordenamiento y control de la producción de bienes y servicios, el consumo, las relaciones

sociales y la manera de estar en el mundo, por lo tanto, se avanzaba con la racionalización

del Estado que se iba desarrollando lentamente en anteriores gobiernos. Al respecto Pedro

Sondereguer planteaba lo siguiente sobre el aparato estatal colombiano:

[…] en Colombia no había registro civil, por lo cual las elecciones eran fraudulentas, no había

impuestos, no había marina mercante, no había estadística ni contabilidad nacional, no había

85
impuestos sobre la renta, no había régimen bancario ni banco del Estado, no había ahorro, no

había legislación obrera, no había carrera administrativa, no había seguro ni jubilación

(Sondereguer citado en Uribe, 1985, p. 26).

Por lo tanto, se declara cada vez más la conciencia del cambio a través de la prensa del

momento: “está cumpliéndose una transformación económica en el país; por lo mismo, las

crisis políticas se acentúan […] la perspectiva es, pues, de cambios quizás radicales en

nuestras costumbres” (Uribe, 1985, p. 50), siendo importante “insistir en la necesidad de ir

adaptando los hábitos mentales y los conceptos ordinarios a la rápida transformación que

experimenta el país” (Uribe, 1985, p. 50), implica aunar esfuerzos en la racionalización del

Estado y en las mejoras de la industria. En consecuencia, la década del veinte en Colombia

se caracterizó por una serie de reformas fundamentales en los campos de la instrucción, la

administración y la fiscalidad que los acercaron a esa racionalización estatal que compartían

las modernas sociedades occidentales.

Para el caso de la reforma instruccionista fueron fundamentales las repercusiones de la

reforma de Córdoba que se hicieron sentir en diversas obras como la del Gimnasio Moderno,

la cual se encuentra inspirada en los métodos pedagógicos del profesor Decroly, que fue

seguida e imitada en varias naciones del continente americano por su espíritu innovador, vivo

y entusiasta, por otro lado, la reforma administrativa apuntaba fuertemente a la

racionalización, a partir de la creación y reorganización de diversos ministerios (Justicia,

Trabajo, Educación, Salud, etc.), de la carrera administrativa junto con una renovación de su

reglamentación. Por último, la reforma fiscal, ligada al impuesto directo y progresivo (Uribe,

1985).

86
Para lograr los objetivos planteados en las reformas era necesario partir del consejo de las

misiones externas, “a tal punto que los 20 son también un poco la década de las misiones”

(Uribe, 1985, p.26). Se destacan: la Misión Kemmerer en materia económica, la Misión

Alemana para los asuntos educativos, la Misión Italiana para las reformas del sistema penal

y por último en los ajustes correspondientes al ejército la Misión Suiza (Uribe, 1985).

El fuerte interés por la racionalización del Estado fue acompañado por un interés cada vez

más creciente por la renovación de los procesos de producción industriales, para ejemplificar

tal interés Uribe Celis comenta que “en 1924, un artículo periodístico de fondo explica,

pondera y presenta como modelo para los industriales colombianos, la organización

administrativa y económica de la United Fruit Company” (1985, p. 29), destacando que cada

una de sus actividades y decisiones corresponden a un plan racional y calculado. Este tipo de

reflexiones se continuaron reproduciendo en los diversos periódicos del país, el interés por

el aprovechamiento del tiempo y el espacio, la disciplina del mercado, la rigurosidad en la

producción son elementos que permiten la reproducción de este nuevo mundo capitalista.

Así mismo, la institucionalización del tiempo en el marco de los requerimientos del progreso

fue una de las preocupaciones de los legisladores durante la década de 1920. Según Uribe

Celis (1986) se ubican tres grandes temas en el Congreso de la República: el primero se

refiere a la crítica al establecimiento representado en el gobierno conservador, en la

legislación educativa y en la defensa del “pensamiento socialista como alternativa política”

(1986, p. 63).

El segundo, correspondiente a la legislación obrera que despertó el interés de los congresistas

colombianos debido a la ola de huelgas que se presentaron durante esa década en el país.

87
Temas como los contratos laborales (1923), los descansos dominicales o llamados en ese

entonces “hebdomadario” y los días festivos pagos aparecieron en las agendas del Congreso

en los años 1921, 1923 y 1926. El tema de las huelgas se abordó desde 1919, el seguro

colectivo obligatorio en 1921, el proyecto de beneficencia pública se trató en 1923, la posible

participación de los obreros en las utilidades de la empresa se discutió también en 1923, así

como la jornada de ocho horas, el fomento de la federación de obreros, la promoción de los

“sindicatos de las agujas” que tenían como fin la protección de la mujer obrera y la creación

de la oficina del trabajo (Uribe, 1985).

El último atañe a la legislación económica que servía como estímulo al capitalismo tanto

nacional como extranjero, en estos debates aparecen varios temas sin precedentes y perfilan

el cambio profundo de la sociedad colombiana:

Se legisla, en efecto, sobre sociedades anónimas y acciones (1920), acerca de tasas de

impuestos sobre capital (1920), sobre seguros (1922), sobre patentes de invención y

protección de la propiedad industrial (1923), sobre marcas de fábrica, de comercio y

agricultura, sobre fomento del ahorro, sobre protección de la pequeña industria mediante

exención de impuestos en la introducción de herramientas para zapatería, carpintería,

albañilería, encuadernación, latonería, peluquería, talabartería, cantería (Uribe, 1985, p. 68)

Efectivamente, la agenda legislativa representaba en ese momento un llamado a un cambio

en el orden social y moral, precisamente la crisis de la matriz moral instaurada en las décadas

anteriores se muestra como una característica fundamental de la década de los 20 en

Colombia. Esa década avanzaba lentamente hacia el establecimiento de una moral capitalista

que iba en contra de los dogmas y las normas de corte feudal, "cuyos obstáculos al avance

88
del capital y a la construcción del hombre nuevo deben superarse” (Uribe, 1985, p. 43), esa

tensión aparece en diversos escritos gubernamentales, muestra de ello aparece en el siguiente

fragmento de la Ley Orgánica de Instrucción Pública de 1927:

La crisis actual de la autoridad y la moral -que no se discuten- ha penetrado también en

Colombia y ha contagiado precisamente las clases bajas (…) El incremento de la industria,

del comercio, de las comunicaciones, la mayor difusión de la prensa, traen consigo la misma

transformación que han ocasionado en todas las otras naciones: desalojan costumbres viejas

y vulnerables , aflojan vínculos patriarcales […] difunden inevitablemente doctrinas e

idearios que inficionan más fácilmente al pueblo inculto (Ley Orgánica de Instrucción

Pública de 1927 tomado de Uribe Celis, 1985, p. 44)

Esa preocupación por la influencia de los nuevos estímulos de los bienes y servicios de la

modernidad capitalista estaba presente en el espectro de la iglesia Católica colombiana,

muestra de ello son las declaraciones tomadas por James Henderson del señor Luis Serrano

Blanco durante el Congreso Eucarístico de 1913, el cual afirma “que la vida urbana ponía en

peligro el orden de la sociedad, pues erosionaba la fe y despertaba el malsano materialismo

en las masas”, más adelante plantea que “mientras que el alma de las personas rústica abriga

una fe pura, angelical”, el nuevo ambiente urbano podría ahogar estos sentimientos cristianos,

cerrando con la siguiente declaración: “entre el libro y el periódico, la fraternidad y el comité,

la conferencia y el tumulto, va ahuyentándose la limpieza de su alma” debido a que los

ciudadanos pueden caer con facilidad en “un torrente de anhelos, deseos y ambiciones sin

medida ni colmo” (Serrano Blanco, tomado de Henderson, 2006, p. 137), a pesar de las

diversas reclamaciones de los clérigos y el arzobispo de ese entonces, estas discusiones se

89
encerraban en los salones burgueses de la capital, lo cierto es que los colombianos apreciaban

los cambios que trajo la modernidad y se habían decidido a mejorarlos e interiorizarlos.

La moral ciudadana o “la moral capitalista” (Uribe,1985) se caracterizaba por la exaltación

tanto de las virtudes, como de los vicios, que aparecen en el proceso de acumulación,

competencia y reproducción del capital:

la disposición para el ahorro, la defensa del individualismo, los principios del arribismo y

algo, en principio, positivo: la exaltación del trabajo contra los oficios feudales, aunque la

finalidad de esta última, en ciertos casos, no sea más que condicionar al trabajador para que

se someta en una forma cada vez más perfecta a las conveniencias de la explotación (Uribe,

1985, p. 49)

El periódico El Tiempo destacaba que el espíritu de ahorro de la moral capitalista “era

completamente desconocido hasta hace pocos años; hoy parece que ha pasado los límites de

un estado embrionario y que va adquiriendo cierta estabilidad de hábito colectivo” (Celis,

1985, p. 49). Esta moral capitalista contribuyó a reforzar un “mayor egoísmo personal y más

grande ambición de riqueza y goce, fiebre de especulación y espíritu de empresa, necesidad

técnica en el gobierno y en la industria” (Celis, 1985, p.50), según lo expresaba Ricardo Uribe

Escobar en su panegírico Nuevas condiciones de vida, publicado en el periódico El Tiempo.

La moral capitalista en Colombia surgió en medio del pensamiento conservador dominante

de la época y una incipiente corriente socialista cercana al liberalismo. Uribe (1985)

caracteriza la corriente socialista a partir de tres consideraciones: debido a su carácter

embrionario, no se perciben apropiaciones claras de los contenidos en términos de la práctica

política y la teoría científica del marxismo, no es posible ver resultados positivos y definitivos

90
de estas ideas en un entorno cuya industria seguía despegando de manera lenta y por último,

al apropiar el liberalismo sobre todo en la Convención de Ibagué de 1922 algunas banderas

de las organizaciones socialistas, estas quedaban como “simples reivindicaciones de las

libertades democrático- burguesas” (1985, p. 89). Sin embargo, como se verá más adelante

en este capítulo, si bien no existió durante el período estudiado una apropiación profunda de

las teorías socialistas, si se consolidó a lo largo de las luchas y reclamaciones un conjunto de

experiencias significativas para el aprendizaje político de las organizaciones y sus proyectos

de futuro.

Renovación urbana de la capital

Ciudad, ciudad ruidosa, vibrante de dinamismo, inicia tu salto

de trampolín sobre el ombligo de tus montañas … ya estallan

bofetones de sol en la boca de tus ventanas y se eriza un escalofrío

de cables sobre tus espaldas de hierro.

“Lecturas dominicales” de El Tiempo, agosto 17 de 1930.

Uno de los fenómenos asociados al proceso de modernización desarrollado en el país,

corresponde a los cambios significativos que vivían las principales ciudades colombianas.

Con el propósito de caracterizar estos cambios, se abordan los planteamientos del historiador

Germán Mejía Pavony (1997, 2000 y 2013)9, apoyados por reflexiones en torno a las

transformaciones en la vida cotidiana, el transporte y el crecimiento poblacional en la ciudad.

9
Los documentos consultados son: Los itinerarios de la transformación urbana Bogotá, 1820 – 1910 (1997),
Los años del cambio: historia urbana de Bogotá, 1820 – 1910 (2000), y En busca de la intimidad (Bogotá,
1880-1910) (2013).

91
Mejía (1997 y 2000) sostiene que durante el período de 1820 a 1910 se desarrolló un proceso

de largo hálito donde se rompe con el pasado colonial que había dejado sus huellas en la

morfología de la ciudad. Esta ruptura establece un nuevo orden social: el burgués

capitalista,10 que se expresa en la morfología y en el proceso de institucionalización del

tiempo.

Los ajustes en la morfología y relaciones sociales en el escenario urbano son significativos

porque ponen en evidencia el papel de la ciudad dentro del proyecto civilizador de la

hegemonía conservadora. Durante ese periodo en Bogotá ocurre un complejo proceso de

espacialización y territorialización que buscaba reflejar tanto el poder de las élites como la

matriz de pensamiento dominante. La capital “fue eje de circuitos de intercambio de gente

ideas, productos y representaciones que en algunos casos abarcaron el centro del país, y en

otros la región Andina y aún la Oriental y la Atlántica” (Mejía, 2000, p. 15). Por último, tanto

los cambios introducidos en la ciudad, como la actitud de los ciudadanos frente a estos

cambios, “fueron indicativos para muchos otros colombianos de lo que debía ser el futuro de

la Nación” (Mejía, 2000, p. 15). En ese sentido, acercarse al proyecto de renovación urbana

de la capital es indagar por los horizontes de futuro propuestos en ese momento.

A partir de la lectura realizada, se puede inferir las renovaciones urbanas se justificaron como

una necesidad, de ordenar las nuevas relaciones sociales que se estaban configurando con la

lenta industrialización que vivía el país. La ausencia de orden estaba representada en un

desajuste en los ritmos de la ciudad: “Los ritmos de vida que vivieron los bogotanos fueron

pausados. Esto no varió en todo el siglo XIX. Pero ello no es contradictorio con la necesidad

10
Denominación utilizada por José Luis Romero citado por Mejía (2000).

92
que sintieron muchos capitalinos de agilizar las comunicaciones y de acortar las distancias”

(Mejía, 2000, p. 92)

Para mejorar los tiempos de desplazamiento se buscó construir caminos que conectaran a la

ciudad con el exterior y desarrollar un sistema de transporte rápido y eficiente (Mejía, 2000).

Las urgencias para tal empresa radicaban en “los negocios, la política y una dispersión mayor

de la población a lo largo del territorio nacional” (2000, p.92). El problema de tal batalla

contra la naturaleza radicaba en los limitados recursos que disponía la nación para llevar a

cabo las mejoras que se requerían.

Los ritmos de la ciudad fueron parte de los tópicos abordados por los viajeros extranjeros que

habitaron la capital durante las últimas décadas del siglo XIX, de ello cabe destacar las

siguientes descripciones de Alfred Hettner sobre la cotidianidad de los bogotanos

El apuro febril, tan de usanza en los Estados Unidos, no se conoce aquí. Todo se hace de

manera acompasada, habiendo siempre tiempo para una charla. Lentamente se pasea por la

calle, se encuentra con un amigo, intercambiando una profusión de fórmulas de saludo. “¿Ya

supiste de esto y aquello?”. Y pronto la conversación va girando alrededor de los negocios,

de la política o de los chismes locales (1976, p. 24).

Así mismo, la rutina laboral del burgués bogotano, según Hettner (1976), se limitaba a la

escritura de unas cuantas cartas, cuyo ritmo aumentaba cada cinco o seis días debido al cierre

del correo que viajaba para Europa, después de la comida pasaba un tiempo más en los

almacenes de la ciudad hasta que llegan las seis de la tarde, el momento en el cual se cerraban

los negocios.

93
Luego empezaba el tiempo de la bohemia: “Entre las cinco y las siete de la tarde, tanto el

altozano-terraza amplia delante de la catedral- como el camellón de San Diego, se hallan

repletos de pasantes, hombres en su gran mayoría” (Hettner, 1976, p. 24 y 25). El burgués

bogotano, en medio del aguardiente, el brandy el whisky discutía el porvenir de la ciudad.

Para el viajero alemán este ritmo acompasado le generaba mucho estrés ya que “toda

transacción requiere el doble, el triple, y hasta diez veces el tiempo que solemos concederle.

Pero, sea en pro o en contra, el factor tiempo todavía no ha llegado a tener importancia en la

vida de los colombianos” (Hettner, 1976, p. 46). Esta dinámica urbana se fue transformando

hasta que, pasando de una ausencia de un orden temporal a constituir determinaciones

temporales de corte moderno.

Los primeros signos de transformación se dieron con la construcción de los primeros

ferrocarriles en la ciudad, su aparición traería significativos cambios en el casco urbano de

la ciudad, de cierta manera, la compacta y cuadrangular morfología de la ciudad que se

limitaba a su centro se estiraría de manera lineal con la aparición de las primeras vías férreas

(Ojeda, 2007), destaca la profesora Ojeda el desarrollo de estas a partir del año de 1882

cuando:

Comenzó a funcionar el primer tramo del ferrocarril de la Sabana que conectaba Bogotá con

Facatativá, enlazando las poblaciones de Engativá y Fontibón. Posteriormente se extendió

hasta Girardot, que se convirtió en un centro turístico y de veraneo de los capitalinos. Dentro

de la ciudad esta primera trocha férrea que partía desde la Estación de la Sabana hacia sectores

urbanos en desarrollo se convertiría más tarde en uno de los núcleos industriales más

importantes de la creciente Bogotá (2007, p. 14)

94
Una característica que destaca la profesora Ojeda de este proceso es el desarrollo del

ferrocarril en la Sabana bogotana, ya que este siguió la estructura de los caminos de herradura

que sirvieron de comunicación con las otras regiones del país. Por lo tanto, las nuevas vías

“reafirmaron la estructura radial de caminos que se presente desde antes de su colonización,

la cual sirvió como base para construir las redes de ferrocarriles del Norte, del Nordeste, del

Sur, del Oriente y de la Sabana” (Ojeda, 2007, p. 15 y 16), estas mejoras en las conexiones

de la capital con las zonas aledañas del país y las consecuencias de la guerra de los Mil Días

provocarían un significativo aumento de la población que traería sus esperanzas a la capital.

Como resultado, aparecería la necesidad ampliar el casco urbano de la ciudad, siendo posible,

según Mejía (2000), por las facilidades para acceder a un crédito a través de bancos como

Bogotá y de Colombia que habían surgido en los últimos años del siglo XIX, por otro lado,

la constante depreciación del papel moneda provocaría que varios integrantes de las élites

bogotanas invirtieran sus capitales en la adquisición de inmuebles con el fin de proteger su

patrimonio. Comenta Mejía al respecto:

No es sorprendente constatar este acelerado crecimiento. Ante una demanda creciente

y dada la existencia de capitales, una parte de las fortunas se invirtió no tanto en

nuevos palacios y quintas, lo que en efecto ocurrió, sino, en particular, en la

construcción de nuevas viviendas y en la compra de viejas casas que eran subdivididas

con el fin de arrendarlas a un número mayor de familias (2000, p.367)

Este fenómeno de construcción y renovación de viviendas generaría “una impresión que se

tiene al observar los planos de la ciudad decimonónica es la de un estancamiento prologando

en el área que conformaba la ciudad” (1997, p.110), desarrollándose un proceso de

95
“compactación de la ciudad: todo lo que antes estaba vacío entre sus extremos fue

urbanizado” (Mejía, 1997, p. 114), lo que provocaría la sensación de que el área urbana de

Bogotá si estaba creciendo a pesar de no ampliar su superficie, en otras palabras, la ciudad

transitaba por una etapa de concentración poblacional, debido a la tendencia de subdividir

las viviendas como se comentó anteriormente, así como, a la negativa de los hacendados de

la capital a urbanizar los terrenos que colindaban con la ciudad (Mejía, 1997).

Por lo tanto, el proceso de transformación de la Bogotá decimonónica conllevó a un ajuste

de sus divisiones urbanas internas, tanto la zona de Santa Bárbara y la de San Victorino

pasaron de ser suburbios del distrito de la Catedral a ser densamente urbanizadas, por otro

lado, los arrabales correspondientes a las zonas de las Aguas y Egipto se transformaron en

nuevos distritos, el proceso continuaría con la conversión de Las Cruces y Chapinero como

los nuevos suburbios de Bogotá, que lentamente se irían urbanizando. Finalmente, el Distrito

correspondiente a La Catedral se subdividió, generó el fin del ordenamiento centrípeto

religioso de la ciudad (Mejía, 1997).

La densidad poblacional de la capital creció significativamente lo que generó dificultades

para proveer una infraestructura habitacional acorde a este crecimiento. Los edificios

renovados y subdivididos sirvieron como refugio para las clases desposeídas, las cuales

tuvieron que vivir en las llamadas “tiendas” que se esparcieron por toda la ciudad durante el

siglo XIX. La creciente demanda de vivienda implicó que a lo largo del siglo XIX la ciudad

terminara conformada por cinco tipos de vivienda: “la casa de una planta; la casa de dos

pisos; las tiendas de habitación; los ranchos o bujios, que también eran conocidos como casas

pajizas o ramadas; y las quintas” (Mejía, 1997, p.129). El siglo XIX finalizó con un

96
crecimiento poblacional que hizo precaria la oferta de vivienda, lo que generó problemas de

salubridad que influyeron no sólo en la imagen de la ciudad sino en su moral (Mejía, 2013).

Con respecto al transporte urbano, el ingreso del tranvía comenzó a modelar los nuevos

perfiles de la ciudad burguesa en construcción, así como las modalidades de movilizarse

dentro de una ciudad que hasta el siglo XIX era compacta, densa y con muchas necesidades

de un transporte eficiente. Con el fin de acoplar los transportes tradicionales usados en la

ciudad como carrozas haladas por mulas o caballos, el tranvía de tracción animal, también

denominado de sangre, permitió adecuar estos medios de transporte a la novedad que

representaba el ferrocarril en los inicios de la década de 1880 (Correa, Jimeno y Villamizar,

2017): “en ese sentido, Bogotá fue pionera en el país cuando se promulgó la Ley 30 de 1881

del Estado de Cundinamarca, la cual previó la concesión para construir un tranvía o

ferrocarril de sangre en la ciudad” (Correa, Jimeno y Villamizar, 2017, p. 207).

A partir de este ordenamiento jurídico se creó la Bogotá City Railway Co., oficializada

mediante el Acuerdo Municipal de Bogotá N° 22 de 1882. La concesión duró 30 años, luego

de ese período el servicio pasó a ser propiedad de la ciudad. Se decretaron exenciones

tributarias a los materiales requeridos para la construcción del tranvía y se ofreció la

exoneración del servicio militar a los empleados de la empresa (Correa, Jimeno y Villamizar,

2017). De tal forma que el servicio se inauguró para el 24 de diciembre de 1884,

Con una línea entre el puente San Francisco (que luego se extendería hasta la Plaza de

Bolívar) hasta San Diego por la Calle Real (hoy carrera 7ª con calle 26), donde tomaba el

Camino Nuevo (carrera 13) hasta Chapinero, en una línea de un solo sentido con rieles de

madera revestidos en metal, que comenzaba en la estación ubicada en la carrera 13 con calle

97
57, donde se situaba el depósito de tranvías empresa (Correa, Jimeno y Villamizar, 2017, p.

208)

Posteriormente, se amplió la red de tranvías para el inicio del siglo XX, no obstante, los

destinos de la administración recaerían en la administración pública ya que “las quejas sobre

la operación, el aseo y el sobrecupo fueron desde entonces una constante y deterioraron la

imagen del servicio entre los usuarios”, así mismo, “en ese mismo año, el municipio denunció

a la empresa por no cumplir con lo pactado, es decir, construir las líneas y prestar el servicio

como “en Nueva York”, y por no haber hecho el pago final de 12.500 pesos” empresa

(Correa, Jimeno y Villamizar, 2017, p. 209 y 210), estas dificultades continuaron en los

primeros años del siglo XX y contribuyeron a la decisión de la administración municipal de

hacer público el servicio de tranvía en la ciudad.

Al finalizar el siglo XIX las élites capitalistas intentaron convertir a Bogotá en la Atenas

sudamericana. El esfuerzo se puso en destituir el pasado colonial de la ciudad, según Mejía

Pavony, “esta fue la actitud, el propósito, el programa que guio el ideario de la generación

que asumió la tarea de transformar la ciudad de fines del siglo XIX” (Mejía, 2013, p. 20).

En los últimos años del siglo XIX e inicios del siglo XX se renovó y amplió el centro de la

ciudad, más allá de la influencia de la Catedral, la cual “compartía con los emblemáticos

edificios del poder un núcleo financiero y de comercio, además de alardear de la presencia

de cafés, hoteles, restaurantes y otros locales de claro gusto burgués” (Mejía, 2013, p. 21).

En el siglo XX los esfuerzos por consolidar el nuevo tránsito de la capital quedaron

postergados, solamente a partir del alivio por las reformas fiscales del quinquenio de Reyes

y la búsqueda de la paz, los proyectos burgueses continuaron y aceleraron sus objetivos.

98
Mejía (1997) describe una serie de signos que fueron característicos de la continuación de la

renovación urbana, algunos de estos estaban siendo implementados en el siglo pasado, no

obstante, solo al final de la primera década del nuevo siglo, se consolidaron los signos de la

modernidad en la ciudad. El primero de ellos corresponde a la conversión de varias plazas en

parques con un marcado estilo inglés, esto estuvo acompañado por la construcción de

diversos monumentos en honor a los héroes patrios de tal forma que la ciudad sirviera como

una pieza simbólica de la nueva ideología republicana, la implantación de una lógica de

racionalidad positivista en la nomenclatura de las calles y el uso de los nombres de personas

ejemplares de aquel civilismo republicano.

La administración de la ciudad incorporó saberes liberales y se generó un gran interés en

Bogotá por parte de las élites comerciales y provinciales. El crecimiento de la ciudad

contribuyó a la diversificación de oficios y profesiones que aprovecharon la reducción del

tiempo de los desplazamientos gracias a los medios de transporte instaurados en la segunda

mitad del siglo XIX. De este modo la capital empezó a funcionar en el marco de un orden

burgués de agentes privados encargados de construir, ampliar y administrar los principales

servicios municipales con lo cual se consolidaron las bases de una ciudad moderna:

Hacia 1910 ya estaban sentadas las bases para Bogotá de lo que hoy conocemos como la

ciudad moderna. Con relación a la ciudad colonial, los años del cambio habían quedado atrás,

superados ya en una configuración urbana diferente y claramente ordenada de acuerdo a los

lineamientos del sistema capitalista. A comienzos de la segunda década del siglo XX, en lo

referente a las relaciones sociales, los mecanismos tecnoeconómicos, y la forma y las

actividades citadinas, la distancia que separaba a Bogotá de las grandes urbes del occidente

99
industrializado no era más que de magnitud. A pesar de la persistencia de algunos elementos

coloniales en la estructura y ritmos urbanos, un nuevo período en la historia de Bogotá

comenzó a partir de entonces, pues al cabo de nueve décadas Bogotá al fin se había liberado

de Santafé (Mejía, 1997, p. 105).

La ciudad burguesa avanzó infatigablemente bajo la tutela del interludio republicano

(Henderson, 2006). A pesar del inicio austero en términos de lo fiscal, “las ganancias

provenientes de las exportaciones de café contribuyeron a acelerar la modernización en

Colombia a un intenso ritmo” (Henderson, 2006, p. 109). Estas inversiones se enfocaron en

la adquisición de algunos servicios municipales como el del tranvía y el acueducto, con

respecto al primero se venía argumentando que las razones para tal decisión correspondían

en parte por las falencias y la imagen del servicio dentro de la ciudadanía, el otro motivo

radica en las posibilidades que brindo los ingresos adicionales del país (Henderson, 2006).

En el momento en el cual el servicio del tranvía se municipalizó la empresa contaba con las

siguientes condiciones:

[…] tenía 4 líneas, una planta eléctrica, 180 mulas -la mayoría viejas y débiles-, 9 bueyes, 6

carros eléctricos, uno de ellos, con el motor quemado, y 33 carros de pasajeros y carga de

tracción animal en estado de deterioro. La red apenas alcanzaba 12 km, dos de ellos

electrificados, desde el Parque Santander hasta la calle 26. El trayecto más largo era el de la

línea original de la Plaza de Bolívar a Chapinero (6km); en el tramo de La Magdalena a

Chapinero los rieles y durmientes estaban deteriorados y faltaba balasto. Las tres líneas

restantes conectaban la Plaza de Bolívar a la estación del tren (2km), la zona del cementerio

católico (3km), que estaba en avanzado estado de abandono y no era operable, y la

100
Perseverancia, cerca de la fábrica de Bavaria (Correa, Jimeno y Villamizar, 2017, p. 211 y

212).

En los siguientes años, a través de préstamos por parte de bancos extranjeros se realizaron

las remodelaciones y mantenimientos necesarios en las diversas líneas del servicio, ya que

las reparaciones realizadas con anterioridad no se ajustaban a los criterios necesarios para

prestar un buen servicio. En el caso de la extensión de las rutas, estas no variaron

sustancialmente, pero se amplió el rango de influencia del tranvía a barrios obreros y zonas

industriales11.

Los nuevos ingresos derivados de las exportaciones del café permitieron hacer otro tipo de

mejoras como “asfaltar la calle principal de la ciudad”, lo que cambió la imagen de la ciudad

porque aumentó el tráfico entre otras, por las calles Florián y Real. Los viajeros que tiempo

atrás destacaban el ritmo lento de la ciudad como una de sus principales características, se

sorprendían de la velocidad con la cual se operaron las transformaciones en Bogotá.

Este nuevo escenario generó nuevas relaciones entre las élites y los sectores populares. Las

primeras se desplazaron hacia el norte y habitaron la zona de Chapinero, mientras los

segundos se mantuvieron en el centro de la ciudad. Este distanciamiento pudo obedecer a la

búsqueda de la intimidad que a su vez definió nuevos roles sociales. Mejía (2013) caracteriza

11
Al respecto Correa, Jimeno y Villamizar (2017) plantean que: “Se hicieron pocas modificaciones a las rutas
originales, aunque se ajustaron para extenderlas a ciertos barrios: a la ruta Alameda-Luna Park se le añadió La
Hortúa-Iglesia de San Antonio; la ruta Paiba-Barrio Primero de Mayo se modificó en sus dos extremos, para
salir de Paiba a la Estación de la Sabana por la calle 15, tomar la carrera 7.ª y de allí al Primero de Mayo; la
ruta Barrio Ricaurte-Calle 22 se acortó para que no saliera de Paiba sino del Ricaurte y terminara en la calle 22
y no en San Diego; y la del Matadero Público empezó a funcionar con una transferencia desde Paiba hasta el
edificio en la carrera 30”. (falta la página)

101
las nuevas relaciones sociales como un “distanciamiento que se produjo entre las esferas

pública y privada de la vida común” (Mejía, 2013, p. 23).

Las élites podían obtener legitimidad dentro de la opinión pública y representaban el hombre

nuevo que necesitaba el ethos capitalista, caracterizado por el individualismo. Aparecieron

nuevas reclamaciones por parte de los burgueses capitalinos, a través de “una preocupación

inusitada por el embellecimiento del espacio público y la aparición de actividades de

entretenimiento propios de la civilización occidental” (Mejía, 2013, p. 20).

Mediante el Acuerdo 10 del 22 de abril de 1902 se establecieron los miembros de la élite

capitalina como los beneficiarios del proceso de construcción de hoteles, teatros, cafés y

parques, que empezaron a marcar los ritmos de su cotidianidad (Mejía, 2013).

La nueva ciudad expresa el distanciamiento de las élites y el pueblo en el espacio público, al

construir nuevos escenarios fueran la morada de su intimidad: “lo privado debió ser

realmente, para la élite burguesa, una condición, un talante, una manera de entender y llevar

la vida en ciudad: el altozano de la Catedral, los salones del club o la habitación matrimonial”

(Mejía, 2013, p. 34).

Este entorno de lo íntimo para los burgueses bogotanos debía acompañarse de varios gustos

y lujos, los cuales le otorgaron a la ciudad las comodidades necesarias para su estancia, los

espacios para el esparcimiento se debían diferenciar de los espacios compartidos por las

clases populares. Los teatros (el Municipal y el Colón) y el Circo de Toros se convirtieron en

recintos exclusivos debido al precio de las entradas para los espectáculos (Mejía, 2013). Sin

embargo, “esto no era suficiente para protegerse del populacho. Los cafés y restaurantes,

102
todavía algo prosaicos en estos lustros, comenzaron a diferenciarse por la clientela a ellos

asidua y, desde luego, por los gustos que en ellos se satisfacían” (Mejía, 2013, p. 37).

La morfología de la nueva ciudad burguesa tuvo como consecuencia un fenómeno creciente

con el paso de los años: la segregación espacial. Debido a que no todas las familias pudientes

de la capital abandonaron el centro de la ciudad, la administración municipal desalojó la zona

céntrica de personas que no tuvieran los medios suficientes para vivir allá (Mejía, 2013). El

problema de las tiendas habitacionales que habían servido de refugio para los obreros y

artesanos de la capital escaló del plano de lo social al médico e higienista:

[…] eran verdaderas chozas pajizas que se componían de un solo espacio con poca luz y

ventilación y funcionaban como comedor y habitación para seis u ocho personas. El espacio

exterior, un poco más amplio, funcionaba como letrina y lugar de cerdos, gallinas y burros.

A este prototipo de habitaciones se le llamó también “chichería” a causa de la bebida de

consumo de la clase obrera, además porque allí se agrupaban familias numerosas junto a

comensales y bebedores frecuentes (Diaz, 2007, p. 6).

En tales condiciones, la administración municipal consideraba que no sólo se ponía en riesgo

la salud e integridad de las familias, sino la salubridad de la ciudad (Mejía, 2013). Muestra

de la urgente situación vivida en la ciudad, el alcalde Higinio Cualla realizó diversas

solicitudes a lo largo del siglo XIX “argumentando la necesidad de construir un barrio para

aquellas familias que no tienen los medios para habitar el centro de la ciudad” (Mejía, 2013,

p. 40).

Estas reclamaciones sentaron un precedente en el tema, ya que este solamente fue abordado

de manera práctica con una intervención a través de la Ley 46 de 1918, que implicó la

103
inversión de un 2% de los impuestos recaudados por la ciudad para la construcción de

viviendas obreras. Para tal fin en 1919 se crearon las Juntas de Habitaciones Obreras que

canalizaron esfuerzos para la construcción de viviendas higiénicas (Díaz, 2007).

En síntesis, la renovación de la capital generó esperanza para la ciudadanía en general.

Henderson (2006) destaca que la “mayoría de los colombianos estaban ávidos de un cambio

social, y lo abrazaron cálidamente cuando llegó” (p. 128), a pesar de la nula distribución de

los recursos durante la década de 1910 y 1920. Los pobres pagaban por distracciones que

anteriormente sólo eran reservadas para los ricos.

Sin embargo, la nueva configuración urbana no resolvió los problemas de desigualdad, sino

que los profundizó. La ciudad burguesa, a pesar de representar la materialización de un

proceso de modernización no respondió a un proyecto de bienestar común, por lo que las

reclamaciones por las diversas cuestiones sociales eran inevitables, en ese sentido, la prensa

obrera aparece como el altavoz para los reclamos ante el orden burgués capitalino.

2.2 Balance de la prensa obrera

A partir del proceso de institucionalización del tiempo en el cual estaba empeñado el país a

finales del siglo XIX y comienzos del XX, se profundizó la desigualdad entre las élites y los

sectores populares. Estos últimos contaron con la prensa para expresar su inconformismo. El

número de periódicos obreros se amplió en los primeros años del siglo XX por las mejores

técnicas en su producción. Este tipo de prensa representó la posibilidad de ampliar la voz de

los trabajadores en el escenario político, ya que, si bien desde el Quinquenio de Rafael Reyes

se amplió la legislación obrera, la participación política continuaba limitándose a las diversas

facciones de los dos partidos tradicionales en el país.

104
Como ya se mencionó en los primeros apartes del capítulo uno, en la prensa obrera se

expresaron representaciones del pasado vernáculo y proyectos de futuro definidos por las

nuevas utopías obreras que dibujaron horizontes en los cuales se visualiza lo que motiva a

los trabajadores a seguir luchando. Por lo tanto, en esta primera parte se presentan las

características principales de la prensa analizada, partiendo con los argumentos por los cuales

se considera que la prensa obrera permite entender la construcción de categorías temporales

como pasado, presente y futuro. También se describen los periódicos consultados, sus

tendencias ideológicas, la forma en que se estructuraba cada número, los temas de sus

artículos, así como las representaciones sobre la ciudad que, en su conjunto, contribuyen a

entender los alcances de la prensa obrera.

2.2.1 La función de la prensa obrera en la construcción de conceptos temporales

A lo largo de las reflexiones sobre la prensa obrera se han identificado dos objetivos claros:

servir como altavoz a una alternativa política y contribuir a la formación política y cultural

del naciente movimiento obrero colombiano. En ese orden de ideas, las referencias al pasado,

presente y futuro aparecen como argumentos que brindan avances y retrocesos; experiencias

y expectativas que pueden contribuir a cumplir esos objetivos.

Al avanzar en la lectura de los diversos números fue posible detectar la estructura planteada

por Koselleck. En cada reflexión, reclamo o protesta airada, así como en las felicitaciones,

reconocimientos y homenajes, se articula la plataforma política de los obreros. Esta prensa

se concentró en diversos temas y preocupaciones, sobre todo aquellos que más le interesaban

al trabajador bogotano. En subtítulos de periódicos como La Razón del Obrero: “dedicado a

105
los intereses generales del obrero” (1910) se evidencia el interés por transmitir a los

trabajadores un ideario común. En cada tema, discusión y reclamo existía claramente una

intención de alimentar el interés del obrero sobre los hechos sucedidos en su pasado, presente

y futuro. Para ejemplificar la función de la prensa en la conformación de las categorías

temporales, se destacan los siguientes apartes de un artículo titulado “En la brecha” que

apareció en el periódico La Unión Obrera:

(…) Es cierto que el pueblo está fatigado de servir a los partidos políticos; pero como no

conoce doctrinas, ni concibe otras formas de organización social, sigue uncido del carro de

los bandos tradicionales, halagado por promesas falaces y frases aduladoras; de ahí proviene

que no haya tenido suficiente éxito el noble propósito de algunos obreros de las ciudades para

organizar la colectividad obrera (1916).

En el caso del fragmento anterior, se apela a una memoria reciente, alegando la ausencia de

una doctrina que permitiera a las organizaciones de la ciudad, continuar con su labor de

constituir una colectividad obrera fuerte y con claras orientaciones sobre lo que esperaba

lograr. Particularmente este texto expone su declaración de horizonte tanto en el inicio como

en el final del artículo:

Hoy como ayer (este periódico) viene a trabajar por la reorganización del ideal obrerista en

su más amplio y genuino significado. Viene a luchar por la emancipación moral e intelectual

de las clases trabajadoras y por la organización autónoma de estas y a traer su humilde

contingente a la humana labor de despertar el alma de los obreros colombianos.

Si aspiramos a la formación de un partido vigoroso capaz de realizar los anhelos obreristas,

es necesario que iniciemos una campaña de franca y abierta propaganda de la nueva doctrina.

106
Si deseamos el triunfo del obrerismo tenemos que hacer luz, mucha luz en la mente de los

obreros, hasta formar en ellos una conciencia independiente y libre (La Unión Obrera, 1916)

Para cumplir con los objetivos descritos de la prensa obrera, es necesaria esta revisión del

pasado y presente, Es precisamente en los periódicos como ese ejercicio cumple su deber en

la medida que contribuyó a consolidar espacios de socialización, en los cuales el periódico

pasaron de una mano a otra, se podía leer en voz alta, se generaron conservaciones sobre los

reclamos, se motivó a diversos trabajadores, artesanos y obreros a plasmar su voz en este

medio de socialización que les otorgó la posibilidad de ser leídos por sus compañeros,

compartiendo una experiencia y un horizonte común. El uso de la prensa en los espacios de

socialización evidencia el alcance de los periódicos en la legitimidad que se buscó de las

utopías obreras y en su articulación a las vivencias cotidianas de los trabajadores.

2.2.2 Estructura de los periódicos

Siguiendo las reflexiones de Núñez (2006), la prensa obrera bogotana se caracterizó por ser

un periódico normalmente de cuatro páginas, algunos números especiales contenían más

páginas 12, un octavo era lo indicado para su tamaño, muchos de ellos editados en pequeñas

imprentas y tipografías mecánicas, a pesar de que pocos números podían decir con orgullo

que estaban publicados por una imprenta eléctrica. Con respecto a la calidad de sus

materiales, esta variaba debido a la escasez de recursos, lo que, agrega Núñez (2006),

“obligaba a utilizar papel “de envolver” o de colores en situaciones extraordinarias, pero

12
Como el número 515 de El Socialista que correspondía con la conmemoración por el primero de mayo de
1928.

107
inmediatamente superadas las dificultades, se volvía a emplear el papel periódico tradicional”

(p.38).

Para la realización de la presente investigación se consideraron un total de 9 periódicos13. En

términos generales estos periódicos concentraron diversas tendencias ideológicas: la

artesanal obrerista, la socialista- revolucionaria y finalmente la radical. La estructura de cada

número respondía a un formato común, en la parte superior de la primera se ubicaba el título

del periódico junto con su subtitulo, en los lados el precio del número y la suscripción;

además, las invitaciones a poner un anuncio en el periódico y la información de contacto.

Particularmente en periódicos como El Proteccionista y Claridad, los encabezados de los

periódicos se acompañaban de mensajes hacia sus lectores, en el caso del primero: “Vale más

un obrero de pie que un noble de rodillas – Franklin” (El Proteccionista, 1910), así mismo en

el otro aparecen estos mensajes: “Proletario manual o intelectual: ¨No me digas que padeces

hambre y esclavitud; dime qué haces para emanciparte¨” (Claridad, 1928), en el otro costado

se dice: “Campesino, escucha: ¨La tierra es de todos; el pan es sólo para el que anda sobre el

surco, haciéndolo producir¨” (Claridad, 1928).

En la sección de la columna izquierda normalmente se dedicaba a la editorial del director, o

la reproducción de alguna carta o noticia de importancia, ocasionalmente se presenta una foto

en esa primera página con el fin de realizar algún homenaje a un obrero o líder sindical, “en

la segunda página, generalmente, había un texto de carácter político y se insertaban los

13
Los periódicos consultados son: El centauro, El Proteccionista – Órgano del Directorio Central Eleccionario
de Industriales y Obreros, El Yunque – Órgano de la Clase Obrera, La Razón del Obrero – Dedicado a los
intereses generales del Obrero, La Vanguardia – Trisemanario Defensor de los Derechos de las Clases
Proletarias, Chantecler – Hoja Socialista, El Socialista – Proletarios de todos los países uníos, Claridad –
Proletarios de los todos los países uníos, La Libertad y el Clarín.

108
artículos que daban cuenta de adelantos técnicos o científicos, y las novelas o folletines por

entregas” (Núñez, 2006, p. 41), para la tercera página se concluían algunos artículos, se

reproducen noticias del mundo y aparecen actividades culturales dirigidas a los obreros y

finalmente, los espacios disponibles de la cuarta página se dedicaban en su mayoría a diversos

anuncios de talleres, fábricas, comercios y productos varios, normalmente no se solía ser muy

selectivo en el tipo de anuncios que se reproducían, en ese asunto, los periódicos fueron muy

prácticos debido a sus difíciles condiciones económicas (Núñez, 2006), incluían finalmente

los directorios con las direcciones y nombres de artesanos y trabajadores. Específicamente

en periódicos como Centauro (1911), era común encontrar un directorio del gremio de

artesanos de la ciudad, en este aparecían: fabricantes de calzado y sus talleres, joyeros,

relojeros, ebanistas y carpinteros; latoneros y hojalateros y sus talleres; encuadernadores,

sastres, fabricantes de sombreros negros, electricistas, talladores, talabarteros, abogados,

médicos y cirujanos; comerciantes y almacenes.

La reproducción de esos directorios evidencia la complejidad de las labores que se

desarrollaban en la capital en ese momento, así mismo, la solidaridad de estos medios

impresos con los gremios de artesanos e industrias nacionales. Normalmente al final de esta

última página se realizaba una invitación a suscribirse al periódico, esta invitación respondía

a la idea de una prensa obrera financiada por los obreros, de tal forma, que la mayoría de los

periódicos esperaban sostenerse “con las suscripciones y la venta de los ejemplares, cosa que

se dificultaba porque los agentes y suscriptores se atrasaban con los pagos y la cantidad de

periódicos vendidos no todas las veces alcanzaba a cubrir los gastos” (Núñez, 2006), por eso

mismo, los anuncios reproducidos en los periódicos, respondía a la necesidad de conseguir

109
los medios para su producción. Finalmente, cabe agregar que los directores y editores de los

periódicos14, eran en su mayoría intelectuales o lideres dentro de los talleres y fábricas, que

no vivían de su trabajo en los periódicos, por lo que su interés se concentraba en el plano de

la organización política y social de los periódicos.

2.3 El tiempo en la prensa obrera: las disputas por las utopías

En la lectura de la prensa obrera bogotana se pueden identificar dos momentos: el primero

corresponde a los periódicos que aparecieron entre 1906 y 1912, y el segundo, corresponde

a la prensa de 1919 a 1928.

La ordenación de la prensa en estos dos periodos corresponde a la necesidad de diferenciar

las reflexiones que se hicieron en los campos temáticos temporales propuestos. El periodo de

1906 a 1912 se denominó en el marco de este trabajo de grado reformador- democrático, el

periodo de 1919 a 1928 se denominó socialista – revolucionario (esta última denominación

se retoma de las reflexiones de Núñez, 2006).

Las temáticas generales se sintetizan en cuatro campos interdependientes: la participación

política de las organizaciones obreras, el análisis de la situación económica del país y sus

alternativas, las cuestiones referentes al concepto de clase (luchas, organización de la clase

obrera, apropiación del pensamiento socialista, conciencia de clase, entre otros), y,

finalmente, la educación y la cultura obrera. La selección de las temáticas responde a las

14
Tomás Rodríguez (El Centauro y Chantecler), Alberto Navarro B. y Juan N. Paniagua (El Proteccionista),
Valentín Perilla B. y Juan Francisco Nates (El Yunque), B. Mora López y Carlos F. León (La Razón del Obrero)
José Joaquín Neira (La Vanguardia), Juan C. Dávila, Juan de Dios Romero (El Socialista), Erasmo Valencia
(Claridad), Pablo Mancera (La Libertad) y Alejandro Torres Amaya y Adelio Romero (Clarín).

110
preocupaciones que circularon en la opinión pública de los trabajadores durante las tres

primeras décadas del siglo XX.

Para exponer los hallazgos, inicialmente se presenta el análisis de los espacios de experiencia

y horizontes de expectativa de los periódicos reformadores – democráticos, mostrando las

reflexiones de los diversos periódicos contenidos en esta denominación. Más adelante, se

procede de la misma manera con los periódicos socialistas – revolucionarios, posteriormente

se presenta una reflexión de comparativa entre los dos periodos.

Finalmente, a manera de síntesis, se describen las experiencias acumuladas y los horizontes

establecidos por las organizaciones obreras en los periódicos, con el fin de dilucidar una

memoria histórica ligada a la condición de clase, una disputa que se relaciona claramente con

dos preguntas planteadas por Núñez (2006): ¿qué lugar ocuparon estas publicaciones en la

contienda política del período? y ¿Cuáles fueron las influencias ideológicas y políticas de la

prensa obrera?

Además de estas preguntas, el análisis de la temporalidad sugiere los siguientes interrogantes

¿De qué manera las concepciones temporales (pasado, presente y futuro) contribuyeron a la

formación de una memoria histórica ?, ¿Cómo se relaciona esta memoria histórica con la

consolidación de la clase obrera en Bogotá?, ¿Cómo transmitir esta memoria a través de un

mecanismo novedoso que incentive la reflexión en torno al tiempo, la memoria y la

temporalidad?, las dos primeras preguntas buscarán ser respondidas en las siguientes líneas,

la última será parte de las reflexiones sobre la radionovela educativa como mecanismo para

la enseñanza de la memoria histórica.

111
2.3.1 Espacios y horizontes de la prensa reformadora – democrática

La prensa obrera que apareció en las primeras dos décadas del siglo XX se encontró mediada

por un proceso de transformación profundo (ya descrito en anteriores apartados), la

modernización acompañada de la industrialización y la renovación de la moral pública,

gestaron así mismo preocupaciones y necesidades para las clases populares. Uno de esos

primeros asuntos es el tema de la paz social, siendo abordado desde la perspectiva de las

élites conservadoras, sin embargo, es muy diciente su aparición en la prensa obrera, en la

siguiente carta enviada por la clase de industriales y obreros de Sogamoso al periódico el

Yunque en la cual exponen las motivaciones que están detrás de la búsqueda de la paz:

La paz es la que forma la riqueza y da engrandecimiento a las naciones y, por lo tanto, nos

creemos obligados á contribuir a la obra de nuestro Gobierno de Restauración y Concordia.

Por otra parte, confesamos con toda verdad que nuestra clase obrera hoy no ha sido otra cosa

que carne de cañón en todas nuestras guerras fratricidas, y los hombres de los partidos no han

contribuido á otra cosa que el desmembramiento de la familia colombiana (Yunque, 1916).

La búsqueda de la paz es un objetivo que integra las perspectivas de futuro de los

colombianos en general, no sólo era un estado anhelado por las élites, a partir de esta

experiencia recogida en el fragmento, lo que procede es trabajar por ello, lograr una

estabilidad política adecuada, y, por ende, no dejó de ser recurrente que, dentro de las

reflexiones en torno a los espacios y los horizontes, aparezca un apoyo constante al gobierno

de Rafael Reyes. En una breve reflexión en el Yunque se comentan las acciones del gobierno

de Reyes sobre la importación de harina, lo cual benefició la siembra de amplias hectáreas

de trigo que en proyección aumentaría la industria de este alimento de manera considerable,

112
como beneficio de este proceso las clases populares a la larga tendrán pan relativamente

barato, el artículo cierra su reflexión esperando que otras industrias fueran protegidas de igual

forma y afirmando que “el presidente Reyes es amigo del trabajo. No desmayemos” (1906),

por lo que se puede ver, los trabajadores eran conscientes de las transformaciones que

necesitaba el país, y elogiaban al personaje que trabajó por ello.

En las reflexiones sobre la situación económica del país, el problema más abordado por los

periódicos fue el tema del proteccionismo y el incentivo a la producción. En periódicos como

el Yunque se retoman las experiencias orientadas a hechos ocurridos en el país en el momento

de su publicación. Insiste claramente que “nuestra situación económica fiscal es lógica, es el

resultado de la serie de guerras que ha sufrido el país durante más de medio siglo” (1916),

siendo conscientes de las situaciones precarias entorno a lo económico, el papel de incentivar

la creación de industria tomó un papel importante en los escritos. Se partía de la relación

entre el crecimiento industrial y la producción, por esta razón planteaban que “cuando los

artesanos y productores no alcanzan siquiera á proveer el 25 por 100 de los artículos que se

consumen, ese país se encuentra en estado de pobreza, casi miseria y su industria es poco

menos que nula” (Yunque, 1906). La experiencia descrita anteriormente, tiene su fuente de

origen en la inacción de los partidos políticos que no habían podido responder a los problemas

más comunes de la precaria vida colombiana, descuidando una parte esencial del progreso:

la producción.

También se afirmaba en el periódico que, “si una clase esta retirada de la protección que se

concede á otras: aquí, aunque republicanos en la forma, somos simples feudales (…) que

fletan á las clases proletarias para salvar el déficit de los consumos individuales (Yunque,

113
1906)”. Ese espacio de experiencia ligado a la guerra y la inoperancia de los partidos políticos

se complementa con una revisión de los efectos del proteccionismo en otras naciones como

Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Bélgica entre otros, destacando sobre todo las decisiones

que tomaron al darle prioridad a sus industrias para proveerse de lo necesario.

Por lo tanto, el horizonte de expectativa económico radicaba en la necesidad de proteger la

industria nacional e incentivar la producción de bienes de consumo básico, para ello, era

fundamental promover, tanto una serie de reformas en el orden legislativo, como la

instrucción de los trabajadores para cualificar su trabajo y justificar la protección de su

industria a partir de un crecimiento de los bienes producidos. Las propuestas hacen parte del

artículo titulado Protección á la industria nacional en el cual se destaca como elemento

fundamental para proteger la industria nacional:

(…) ensancharla, aumentar indefinidamente el personal hasta que baste su producción al

consumo general. Esto se obtiene creando escuelas de artes manuales industriales, en las

cuales al cabo de un año ó si se quiere en dos, un individuo de mediana inteligencia adquiere

conocimientos de obrero, oficial ó maestro, con la base de estudios elementales

indispensables y una educación moral y religiosa dada por un sacerdote nacional católico. El

costo de un plantel de esta especie en cada capital de Departamento es relativamente barato,

los recursos fáciles de obtenerse y el gravamen que se imponga insignificante (Yunque,

1906).

Esa expectativa se alimentaba de las posibilidades que brindaba la paz. Manuel J. Casas en

el Yunque comentaba que si fuera posible dejar a un lado las mezquindades sociales y

suprimir toda contienda política, el país disfrutaría de la posibilidad de tender una extensa

114
red de ferrocarriles lo que traería nuevas empresas, con grandes beneficiados para los obreros

ya que “tendría mejor servicio para su pausada instrucción –que generalmente la obtiene de

noche– porque se fundarían institutos en suficiente número para atender la necesidad tan

indispensable” (Yunque, 2016).

Como lo expresó Manuel Casas, un elemento fundamental para la protección e incentivo de

la industria era la educación, por lo tanto, se retomó como experiencia vital un

cuestionamiento a la instrucción del país. En el artículo Primero la industria que las bellas

artes, se apelaba a la necesidad imperiosa de una educación industrial. El autor se preguntaba:

“¿por qué no se ha hecho nada en este sentido?, ¿por qué no se aplican los fondos que

absorben las escuelas de literatura, de música, de bellas artes, en la fundación de unos

institutos de artes y oficios?” (Yunque, 1906). Del mismo modo, aparecen referencias a

décadas atrás en las que se cuestionaba la falta de acción en el campo de la educación, al

respecto se dice:

Algo más de dos décadas atrás en Colombia, tal vez no nos era duro convenir que, si el

hombre es reclutado para conducirlo á la matanza, con mayor razón debe obligársele que

asista á la escuela donde forman los ejércitos contra la ignorancia, monstruo que amenaza

ahogarnos con sus cómplices el crimen y el vicio. Hoy le es imposible al Estado aceptar esto

porque existe una ley que le impone que todo ciudadano debe vivir con la mente entorpecida

por los mefíticos vapores de la preocupación y el espíritu aletargado por falta del prodigioso

elemento del saber; y no recuerda la obligación que tiene de hacer forzosa la educación de la

juventud (Yunque, 1906).

115
De tal manera, que el establecimiento de Escuelas de Artes y Oficios en todo el territorio

nacional, es una utopía en el campo de la educación, ya que en el número 18 del Yunque, se

preguntaba un escritor anónimo que pasaría dentro de 10 años si se establecieran escuelas de

artes y oficios a lo largo del territorio nacional, en esa proyección, se afirmaba que la Nación

podrá disponer de “cien mil ciudadanos quitados á la ignorancia, hábiles para el trabajo y

dotados para la lucha por la existencia con las armas que lo pueden llevar de simple obrero á

empresario industrial” (1906).

Otro frente de reflexión es la participación política, debido a la limitación del espectro

política dominado aún por los dos partidos políticos tradicionales. Las organizaciones obreras

desarrollaron una fuerte lucha para posicionarse en la escena electoral. Dentro de las

experiencias más significativas se encuentra la organización del Directorio Central

Eleccionario de Obreros de Bogotá cuyo órgano principal de difusión fue El Proteccionista,

la sección Llamamiento á los artesanos, escrito por Jesús Arenas inicia con la siguiente

declaración:

Ya no es una voz aislada, como en el año pasado, la que viene á dejarse oír con el objeto de

reclamar derechos y garantías para la parte más grande de nuestra sociedad. No es una voz,

sino muchas voces. Parece que ahora sí principará á hacerse decisivo el interés que por su

propia suerte deben tomar todos los artesanos de la República, pues en el alma del pueblo

colombiano se refleja la miserable suerte que en el lote les ha tocado, como si no fueran los

más en número y en fuerza, y por lo tanto quienes pudieran decidir los destinos de la Patria y

de los suyos propios en cualquier momento de nuestra vida social (El Proteccionista, 1910).

116
Es una voz, que contiene dentro de sí las experiencias vividas del movimiento de la

regeneración que se ha encargado de oprimir las libertades públicas, reducir el espectro de

participación política, a “una columna feudal (…) levantada con la sangre inmaculada del

pueblo, está en víspera de desplomarse”, esa proyección se justificaba en el Centauro, a

través de la afirmación certera de que el apoyo del pueblo hacia ese partido ya no existía, “la

nueva generación obrera, empapada de la civilización que nos invade por momentos, se ha

dado cuenta, abriendo los ojos y conociendo los verdugos que han asolado a la República”

(1911), claramente, afirma Ospina Sayer en una carta remitida al Jacinto Albarracín director

de La Razón del Obrero, “(…) treinta años de centralismo absoluto han servido para

desarrollar el cerebro de la clase obrera, hasta el punto de revestir un nuevo espíritu”

condensado en una serie de expectativas reformistas en beneficio de la participación política

de los obreros.

La constante declaración de la independencia del movimiento obrero de los partidos

tradicionales es una afirmación fundamental en su horizonte de expectativa. Muestra de ello,

es la queja levantada por la redacción de La Razón del Obrero por la elección del gobernador

de Cundinamarca, exponiendo que es “indudable que quien debe escoger sus administradores

es el pueblo”, más adelante agrega, que prescindiendo de la soberanía del pueblo los

gobiernos no se sostienen, por lo tanto, se invita a escuchar al gobierno una petición del

pueblo: Cundinamarca “quiere un gobernador cundinamarqués, genuino representante de las

necesidades de su Departamento, hecho al medio social de los cundinamarqueses, y que

penetre en las intimidades fiscales de sus paisanos, porque él también las sufre” (La Razón

del Obrero, 1910), finalmente proponen su candidato, el Sr. General Espinosa quien es socio

117
activo de la Unión de Industriales y Obreros descrito como: “cundinamarqués genuino,

representa como Gobernador de Cundinamarca los deseos del Departamento y por sobre

todo, los del pueblo que sufre y cuyas mismas olas dolorosas no siempre son el manso lomo

sobre los que se balancean las naves” (La Razón del Obrero, 1910).

De tal forma, que las diversas organizaciones continuamente lanzaron candidatos para las

elecciones municipales, siendo el mecanismo principal de participación en la vida política

del país. En esa línea, las invitaciones a participar de la organización de los directorios

cerraban con declaraciones como las siguientes:

¡Artesanos, preparaos! En Bogotá hay un directorio que trabajará por nuestros derechos y á

quien secundarán todas las secciones de la República. Nosotros no nos debemos quedar atrás,

porque eso sería permitir que nos siguieran llamando parias, como hasta hoy nos han

considerado. Maldecid ese nombre, y preparaos con todo empeño á ocupar el puesto que

merecéis, la suerte digna á que sois acreedores. Haced un esfuerzo, y el porvenir de todo

estará en vuestras manos (El Proteccionista, 1910)

Los líderes sindicales a través de los órganos de difusión del Directorio insistieron en la

necesidad que el obrerismo exhibiera “la majestad de su número y la calidad de sus

componentes al tratarse del ejercicio del sagrado derecho de sufragio, para que de este modo

pueda llevar á las urnas los nombres de los Diputados que merezcan su eterna confianza” (El

Proteccionista, 1910).

Otro escenario que alimentó la participación política es la formación de organizaciones como

la Unión de Industriales y Obreros. Constituida por las difíciles condiciones de la industria

nacional, siendo consciente de las posibilidades de la nación y apelando a la experiencia

118
vivida por otras naciones que vieron en la asociación y el apoyo mutuo, un camino para las

mejoras materiales y morales que requerían. De tal forma, se presentó en La Razón del

Obrero (1910) ocho puntos que definen los fines de la organización.

Los dos primeros puntos se centraron en el establecimiento de un Instituto Tecnológico,

Museo de Artes y Oficios y un edificio para la Unión de Industriales y Obreros. Tres

proyectos, que tuvieron como finalidad el fomento material y moral de los obreros a partir

del aprendizaje de las bases científicas y el progreso del trabajo de los artesanos; en la misma

línea, el centro de reunión estimuló el sentimiento fraternal y de unión, por medio de

conferencias, lecturas y discusiones sobre los temas de interés.

Los siguientes puntos, instaban la mejora material y financiera del obrero, por medio de la

construcción de habitaciones sanas y baratas para los trabajadores, y, el establecimiento de

cajas de ahorro junto con los montes de piedad como mecanismos para prevenir la usura.

Finalmente, los puntos que cierran el programa hicieron un llamado por la protección del

trabajo y la industria, brindar apoyo a los miembros de la unión en desgracia, trabajar por

una adecuada representación de los trabajadores en los cuerpos legislativos, e impulsar el

establecimiento de prensa de propaganda para la asociación.

Los fines planteados por la Unión de Industriales y Obreros permitieron introducir el tema

de las cuestiones de clase, dado que los planteamientos expuestos corresponden al resultado

de un proceso de aprendizaje del obrerismo nacional. En ese orden de ideas, la clase obrera

se encuentra en consolidación, así lo deja claro el artículo Algo sobre la organización obrera

de Francisco Espinel:

119
La organización obrera es más trascendental de lo que parece, razón por la cual se esfuerzan

sus contrarios en oponerle toda la resistencia posible y luchar pertinazmente en su disolución,

alegando como único argumento el que no tiene razón de ser, conclusión bastante absurda y

digna de quienes llevan por lema de su filosofía aquello de que el fin justifica los medios.

Pretender convencer por medio del sofisma que una colectividad como la clase obrera,

inteligentemente organizada y ajena al politiquismo banderizo, no tiene razón de existir, es

tanto como pretender negar el axioma más evidente y claro (…) Precisamente para

desvanecer tales ideas, es indispensable la organización del periódico obrero en cada capital

de Departamento, el cual no tendrá otro fin directo sino el de hacer penetrar la idea en todos

los individuos y sobre todo en aquellos que se encuentran sugestionados por los pocos

amantes de tal asociación. (La Vanguardia, 1912).

La conciencia de la condición de clase, se alimenta a partir de las denuncias por las

circunstancias de miseria vividas por los trabajadores rurales, Melesio R. Gómez por medio

de una carta dirigida a Jacinto Albarracín, le comentó su preocupación: “Desde estas

apartadas regiones, donde mejor que en esos centros se pueden palpar las circunstancias de

los pueblos”, avanza Gómez, cuestionando el papel de la política interna, en la medida que

es nulo, no aporta nada valioso a la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera que

se encuentra “reducida á la impotencia por la miseria, pero nadie se acuerda de mejorar su

suerte”, una clase que sufre de hambre y carece de trabajo, “por consiguiente de pan para los

hijos, de techo que los albergue y de ropa que los cubra, pero en cambio paga contribuciones

y ayuda á levantar políticos” (La Razón del Obrero, 1910), experiencias como la descrita

nutren el papel de la organización y la participación electoral de los trabajadores. Su

expectativa, está ligada, según Vecino:

120
En el esfuerzo que haga el pueblo por compactarse, unirse para reivindicar sus derechos,

arrebatados miserablemente por aquellos voceros sin conciencia, ni ley y sin Dios, que, como

la serpiente del Paraíso, nos han seducido para arrebatarnos nuestros bienes y nuestra libertad,

dejándonos sólo por patrimonio la ruina, ¡la desolación y la miseria! Tan cierto es que estamos

abriendo los ojos á la realidad y despertando del marasmo en que nos sumergieron, que hoy,

al comprender nuestra organización, han pensado que separándoles esa masa obrera que ellos

tenían por inconsciente, se quedan solos y abandonados á su propio esfuerzo. / El pueblo se

prepara, pues á librar decisivo combate en las luchas cívicas. Se alista á verificar el

acercamiento entre las clases directivas y la gran mayoría de los ciudadanos. Y ello merece

nuestro aplauso, porque la salvación de Colombia se finca, á nuestro modo de ver, en aquel

principio supremo de las democracias: el gobierno del pueblo por el pueblo. (El

Proteccionista, 1910)

Para cerrar, hay dos fenómenos que configuró el desarrollo de la clase obrera colombiana: la

apropiación incipiente del pensamiento socialista y la oposición a la Iglesia Católica más no

a la fe católica. Ambas se encuentran mutuamente relacionadas por la función de la

representación de Jesús, como una imagen remota del socialismo y su separación del

catolicismo colombiano como institución. En el artículo del Clarín titulado El socialismo

científico describe las raíces de este pensamiento:

Antes de Jesús, había predicado Platón ideas de tal naturaleza, que en aquel entonces era un

programa de revolución social. Vino el mártir del Calvario, y con su ejemplo y su doctrina

filosófica, produjo el hundimiento del despotismo romano y el derrumbamiento de las

costumbres judaicas. Jesús vino con los pobres con los pescadores, con los débiles á fundar

una religión nueva, llena de amor y caridad. En sus sabias parábolas y en sus actos, con su

121
divino verbo, ensalzaba á los humildes y fustigaba á los ricos. Su paso por el mundo es poema

de luz, de ternura y de piedad. (Clarín, 1910).

La relación que establecen entre Jesús y la pobreza, el ensalzamiento de los humildes por él,

serán las bases discursivas para ver en Jesucristo el primer socialista. Esta representación es

posible por la labor en la escritura del autor (anónimo) del artículo, ya que a través de sus

metáforas acerca al lector a la representación de Jesucristo que se buscó. El artículo avanza

con un ejercicio de recopilación de hechos históricos considerable:

Mas el mundo, a través de tantos siglos continúa lo mismo. El fuerte, explotando al débil; el

rico, robando al pobre; el aristócrata, abusando del plebeyo; el Juez, sentenciando en favor

del poderoso, y en fin, la injusticia social y la desigualdad ante la Ley, y cuando los pueblos,

comprendiendo su desgracia y su miseria, oprimidos por el dolor, agonizando bajo las

cadenas de la esclavitud moderna, que según Spencer, es el proletarismo, se pasan revista y

al convencerse de su superioridad numérica, alzan la cabeza y levantan el brazo; entonces,

¡ay! de los déspotas, de sus opresores, porque es cuando forman en Inglaterra el cadalso al

rey Carlos; en Francia guillotinan á Luis Capeto; en América aclaman á Washington; en el

Socorro, en 1781, forman la gloriosa revolución de los Comuneros, y en las Américas Central

y del Sur, dan su formidable grito de independencia (Clarín, 1910)

Un ejercicio que retrata la desigualdad y las experiencias históricas que han intentado

superarla. No obstante, la lección que se busca reflejar al final del artículo, es que las ideas

no pueden destruirse a través de la fuerza bruta, estas ideas viven en personajes como Pérez

Gaidos, Tolstoi, Max Nordau, Rocheford, Carlos Marx, entre otros, que se volvieron

referentes de la lucha por la emancipación de los trabajadores, en la perspectiva de 1910,

122
estos “mártires” llevaban “el inmoral estandarte, basado en el amor y el trabajo, que redimirá

á la humanidad” (Clarín, 1910) , llamado socialismo científico.

La raíz cristiana del socialismo supuso uno de los principales argumentos de la oposición de

la prensa obrera a la Iglesia Católica. En el periódico Chantecler, la crítica la institución

católica se realizó desde una perspectiva reformadora, clara muestra de la ausencia de

ateísmo dentro de la reflexión de estos periódicos, se arguye sobre todo la reducción del

pensamiento cristiano a la institución y sus vicios, se invitaba a los lectores a trabajar en

nuevas formas de entender el pensamiento cristiano. Muestra de esa crítica a las prácticas de

la Iglesia Católica es el poema titulado Nuestro padre y el pueblo:

Sed parco, pueblo orejón,


No comáis en demasía,
Porque la barriga mía
Perderá, si eres glotón.
La carne en daño resalta
Cuando se come en exceso;
No la comáis, me hace falta,
Conformaos con el hueso.
El vino es malo y dañino,
El mal y el pecado fragua,
Dejad que yo tome el vino
Y tomad agua y más agua.
No seáis avaro jamás,
No carguéis nunca dinero,
Dadlo para San Tomás,
Santa Orosia y San Antero (Chantecler, 1910)

123
Estos poemas, artículos y caricaturas que reproducen una burla y una crítica a la institución

católica representaron para los autores la excomunión pública de la Iglesia. Para los

escritores, esta consecuencia era un motivo para rememorar los casos de personajes que se

opusieron abiertamente a la Iglesia y fueron excomulgados o condenados a muerte como

Juan Huss, Giordano Bruno, Terrara entre otros. Por lo tanto, la condena a la que eran

sometidos los escritores y directores como Tomás Rodríguez los hacía herederos de estos

“mártires” perseguidos por defender la regeneración social y espiritual.

En resumen, los periódicos reformadores–democráticos estructuraron su espacio de

experiencia a partir de la crisis que dejó la guerra, lo que mantuvo a la nación en un estado

de miseria tanto material como social; así mismo, destacan la inoperancia de los partidos

políticos para resolver los problemas fundamentales de la sociedad colombiana y la ausencia

de participación política de los trabajadores de manera independiente.

Respondiendo a esa experiencia, las expectativas estuvieron centradas en el proteccionismo

de la industria nacional y el aumento de la producción de bienes básicos con el fin de construir

la senda del progreso material y social, claramente dieron una labor importante a la educación

técnica, factor complementario para una mejoría en la producción.

En la misma línea, la participación política y la organización de los grupos de trabajadores

era un horizonte buscado dentro de los periódicos, el mecanismo más apelado para tal fin fue

la participación electoral, el acceso de los trabajadores al poder político llevaría del plano de

la utopía a la posibilidad las reformas planteadas. Finalmente, en la prensa obrera

democrático- reformadora el socialismo aparece como una doctrina que fundamenta sus

124
reformas, el conocimiento de esta matriz de pensamiento pasó por breves referencias a las

ideas cristianas.

2.3.2 Espacios y horizontes de la prensa socialista – revolucionaria.

En las memorias de María Tila Uribe, específicamente en el capítulo 3 La imagen de los

veinte, se caracteriza la década de 1920 de la siguiente manera: “pero si algo caracterizó este

período de la danza de los millones fueron las abismales diferencias sociales, los extremos

de riqueza y pobreza”, más adelante indica que “al lado de la pompa del progreso existió una

inconmensurable miseria” (Uribe, 2010, p. 61). Estas diferencias sociales, la injusticia y los

problemas que ya eran parte de los espacios de experiencia de los obreros se profundizaron,

las promesas de la modernidad fueron las nuevas necesidades de los trabajadores.

En ese orden de ideas, la prensa socialista – revolucionaria centró sus reflexiones en tres

escenarios básicos: alternativas para la situación económica del país, la profundización de la

organización de la clase obrera y el cuestionamiento del orden imperante a través de la

revolución.

Herman Caster en el artículo Depreciación de la moneda comentó la subida de precios de

bienes y servicios básicos, tanto por hechos internos y externos, lo que llevó, según él, a “una

depreciación de la moneda circulante que ha reducido en un 50 por 100 la riqueza nacional

y que por su misma naturaleza ha reducido a la mitad todos los capitales, todas las rentas

oficiales y en general todos los productos”, concluyendo que los únicos que se habían logrado

beneficiar de tal situación eran quienes habían “logrado por actos ilícitos acrecentar su

fortuna en una proporción mayor del doble de diez años a esta parte” (La Libertad, 1919).

125
Esta depreciación de la moneda respondía a una caída de los precios de los bienes importados

en ese momento, lo que representaba un duro revés económico para la nación. Este fenómeno,

a su vez profundizó la desigualdad y miseria advertida por Uribe (2010), la cual caracterizó

la década de los 20 en Colombia.

Ante las circunstancias desfavorables denunciadas, la prensa obrera del momento estableció

dos alternativas básicas: un tope del salario para suplir las necesidades del trabajador y la

creación de cooperativas de consumo. En el mismo artículo de Caster, se discutió la primera

alternativa, partiendo de la consideración de establecer un jornal diario con un máximo

aproximado:

(…) de un peso; y si se trata de un padre de familia obrero que tiene a su cargo el

sostenimiento de otras personas, el aumento del jornal, para ser equitativo debe ser la ínfima

suma de veinte centavos más por cada persona. (La Libertad, 1919).

Sin embargo, el autor estableció que una consecuencia de la medida sería el aumento del

precio de los bienes manufacturados; del mismo modo, con el objetivo de salvaguardar al

trabajador de la usura se debía incentivar el ahorro del proletariado. Finalmente, agrega

Caster:

Otro sistema que se podrá poner en práctica por medio del sindicalismo entre obreros consiste

en la apreciación paulatina de la moneda circulante. Se consigue está por medio de la

capitalización constante y entusiasta que sirva para establecer empresas que hagan

competencia por los expoliadores para obligarlos a bajar los precios (La Libertad, 1919)

Con respecto a las cooperativas de consumo, su experiencia fue descrita por la comisión

instaladora a la Asamblea Socialista de Girardot, retomando la experiencia de la cooperativa

126
de consumo establecida por el socialista Owen en Inglaterra entre los años 1820 a 1830,

cuyos beneficios son: reducción de gastos puesto que se compra a precios inferiores a los del

comercio general, se incentiva la formación de un ahorro sin privatizaciones, eliminación

progresiva de los comerciantes especuladores como sucedió en Leeds (Inglaterra), Breslau

(Alemania) y Bale (Suiza) (El Socialista, 1920). No obstante, la comisión estimaba que hoy

en día es posible contentarse con el establecimiento de unas pocas cooperativas en las

municipalidades de las ciudades que más lo necesitan su fundación y el sostenimiento de los

montes de piedad representan una experiencia fundamental, ya que “si no llegan a prestar un

servicio como el que se desea y el que es necesario, serán al menos un principio y una base

práctica de estudio para el futuro” (El Socialista, 1920).

Otro debate importante, donde confluyen las alternativas a la situación económica del país y

el desarrollo de la conciencia de clase, es la propiedad privada. Sobre el asunto, REDAN

inició su exposición declarando que “nada puede ser objeto de censuras tan violentas contra

los socialistas como sus ataques a la propiedad”, en otro momento, agrega, “se acusó a los

socialistas de repartidores, pero esa calumnia ha caído en deshuso”. De tal forma, indica,

que la socialización de los capitales es lo contrario al reparto: “es la propiedad cesando de

ser acaparada individualmente y devuelta indivisible a la sociedad con el fin de que todos

puedan poseerla” (El Socialista, 1920). Por lo que, se pregunta el autor, ¿qué hombre puede

titularse legítimamente propietario de la más pequeña parcela de tierra?, ¿cuándo la ha

creado? (El Socialista, 1920). A partir de la pregunta planteada comenta la experiencia

histórica de los pueblos que han sido legítimos poseedores de sus territorios y han sido

expoliados por invasores capitalistas, llevando a que:

127
Un fajo de papeles, que ha pasado de mano en mano, da al primer capitalista la propiedad del

subsuelo y de los que cavan, de su libertad, de sus músculos y de su sudor, y este obrero,

obligado a trabajar hasta el límite de las fuerzas humanas para no morirse de hambre, ignora

la riqueza de lo que produce, y no conoce aún el nombre de sus amos (El Socialista, 1920)

A partir de la reflexión planteada el autor afirma que las fábricas, las máquinas y toda clase

de inventos no pueden ser monopolio de unos pocos. Todo ello, debe ser (y será) propiedad

colectiva. Así mismo, la propiedad intelectual no tenía razón de ser en una sociedad

socialista. Finaliza REDAN agregando: “la pequeña propiedad que, aplastada faltamente por

la grande, engendra miseria material, produce como corolario la miseria moral. Por todas

partes está escrita con lágrimas y con sangre la historia de la propiedad” (El Socialista, 1920).

Ambos puntos expuestos fueron resultado de la consolidación de la organización obrera,

siguiendo a Molina (2021) y Núñez (2006), el paso desenfrenado de la cuestión social llevó

a los trabajadores a reforzar sus esfuerzos para lograr una organización fuerte, para enero de

1919 un total de 500 personas se reunieron con el fin de darle cuerpo a un objetivo en común:

el Partido Socialista. La reunión organizada por el Sindicato Obrero de Bogotá agrupó el

cansancio del pueblo por las promesas incumplidas de los políticos tradicionales, habían

decidido recurrir a sus propias fuerzas para cambiar su destino (Molina, 2021). Los motivos,

además de la decepción descrita, eran variados:

No solo era la miseria material la que afligía a los reformadores socialistas. Era también la

miseria intelectual. El combate contra la ignorancia ocupó sitio predominante en sus

prospectos. Esa carencia espiritual, pensaban ellos, no solo degrada al ser humano y lo

128
condena eternamente a ser manipulado, sino que estorbaba sus planes de contribuir a la

emancipación de las masas (Molina, 2021, p. 211)

Apoyados en esa experiencia compartida, se presentó para el año de 1919 la Plataforma

Socialista la cual a través de su plan de organización estableció los parámetros de las luchas

futuras, este plan se condesó en 17 artículos15 que agruparon la imagen de lo que sería un

Estado socialista colombiano. Su fin principal era: “la lucha en defensa y por la elevación del

pueblo trabajador que, guiado por la ciencia, tienda a realizar una libre e inteligente sociedad

humana basada sobre la propiedad colectiva de los medios de producción” (Molina, 2021, p.

215).

La nueva plataforma tuvo como base el socialismo moderno, de tal modo que la creciente

apropiación del pensamiento socialista fue una labor intensiva de la prensa, muestra de ello

es el artículo El socialismo y el ideal humano escrito por REDAN, partiendo de la idea que

el capitalismo es un sistema que juega a los teatros del poder, no quiere dejarse sorprender,

por lo tanto, cubre sus fechorías a través de promesas y pretextos. De tal forma que para

vigilar, descubrir y denunciar las maniobras del capitalismo “hay un proletariado

internacional que es una fuerza orgánica de paz” (El Socialista, 1920), una fuerza que se ha

establecido en todos los países siguiendo el desenvolvimiento económico de esta nueva

lógica de producción, el proletariado, avanza el autor, quiere:

Guardar todas sus energías para luchar contra la injusticia social, contra la miseria, contra la

ignorancia, contra la opresión y la explotación del capital; quiere poner término, en la gran

15
Para ver en detalle los 17 puntos consúltese de Gerardo Molina (2021), Las ideas socialistas en Colombia,
págs. 214, 215, 216 y 217.

129
paz de la propiedad social, de la propiedad común, a la guerra de clases; y en la armonía de

la producción socialista, a esta anarquía capitalista, que es al presente el principio más activo,

y una especie de levadura entre las guerras internacionales (El Socialista, 1920).

Dejando como síntesis de esa utopía las palabras de Baldomero Argente expuestas en la

sección Literatura Socialista:

La sociedad actual cederá su plaza a un más suave imperio. La tierra abrirá las fuentes de la

vida para todos. Se tornarán los hombres iguales. Puesto que el mal es florescencia del odio,

la sociedad nueva lo ahogará en un océano de amor. Desterrado el egoísmo, prevalecerá la

fraternidad. Se difundirá el bienestar por el mundo. No habrá tuyo ni mío; todo por el

necesitado. Los pueblos no serán, como hoy, tropel de miserables, conducido por pasteros a

medios venturosos, sino grandes familias, albergues de la felicidad. Y los ojos se fatigarán

buscando estérilmente a los que sufren, y los oídos no escucharán las lamentaciones

desgarradas que suscita la iniquidad triunfadora (El Socialista, 1920).

La confianza en el pensamiento socialista se alimentó reunión tras reunión, los trabajadores

comprendían y creían en las posibilidades que estas ideas les transmitían y las articularon a

su experiencia vital como lecciones del pensamiento socialista. Tal afirmación se puede

comprobar a través de las respuestas de una encuesta lanza por el periódico El Socialista

(1928), en la cual preguntaban las razones de su identificación con el socialismo y sus

variantes, las respuestas dejan ver la apropiación que se ha realizado de estas ideas por medio

de la experiencia vital. Salvador Barbosa en respuesta a la pregunta ¿por qué soy socialista?

comenta:

130
Camarada: Tengo el honor de contestar su famosa encuesta así: Soy socialista porque mi

razonamiento fundado en el orden natural le dice a mi entendimiento, que todos los hombres

y mujeres de todas las razas, somos hijos de nuestra madre tierra. La ciencia y la luz natural

nos enseñan, que según los climas y demás condiciones naturales de los continentes en que

surgieron de la madre tierra las primeras parejas de hombres y mujeres, les dieron color y

demás condiciones distintas de las razas. Soy comunista porque conozco que es un crimen el

que cometen los hombres con venderse entre sí porciones de la madre tierra, las que pagan

con metales extraídos de ella misma, la que es patrimonio de todos (El Socialista, 1928).

A partir de su experiencia vital, Salvador Barbosa deseó para su futuro que se establezca el

comunismo desinteresado que pueda unir a los hombres, donde todos puedan vivir sin dinero,

bajo el gobierno de todos, que contribuya para la tranquilidad. Todo profesional podrá ocupar

su puesto y proveer a su comunidad lo que esta necesite. Los trabajadores tendrán

habitaciones higiénicas, trabajaran lo estipulado y será igual a las horas de estudio, de

esparcimiento y para descansar, toda persona será cuidada por todos, el dinero será un objeto

inservible, parte de los recuerdos de lo que fue aquel sistema corrupto y de intereses, si los

seres humanos, finaliza el autor, “no abandonan el sistema monetario, nunca conseguirán la

hermandad entre sí mismos, ni habrá cosa sagrada. Todo seguirá siendo melancólica” (El

Socialista, 1928).

El convencimiento de los trabajadores de las ideas socialistas y comunistas impulsaron la

idea una revolución social, en El Socialista, específicamente su edición del 1° de mayo,

(1928) se destacan dos artículos titulados “NO QUEREMOS la reforma electoral y A las

armas, obreros y campesinos!”, inician ambos con una denuncia sobre dos proyectos de ley

del Congreso: la reforma electoral y una nueva ley de prensa. Sobre la primera se decía: “una

131
desgraciada ley por la cual quedará silenciada la palabra escrita y hablada, a la vez que

extrangulado el derecho de reunión, lo mismo que pensar y propagar ideas contrarias a la

santa religión católica y al gran partido conservador” (El Socialista, 1928); la reforma

electoral se encamina a “establecer el cuociente u otra forma más o menos inspirada en el

sentido de atraer a las ciudades y a los campos a las multitudes desertadas de las urnas

electorales”, más adelante se afirma que “la participación de los asalariados en el parlamento,

no modifica en nada la revaluación integral de las aspiraciones proletarias”, por lo tanto

declaran: “nosotros no necesitamos de la reforma electoral absolutamente para nada y menos

para resolver a medias los problemas obreros” (El Socialista, 1928).

Tal posicionamiento, deja como expectativa para el futuro el retomar la lucha desde otra

perspectiva. Los trabajadores no temían a la ley de prensa, la veían como un incentivo para

que el pueblo colombiano tomará sus puestos en la revolución armada, en contra “de los

bandidos que desde hace años le chupan la sangre a los obreros y campesinos”, por lo tanto,

hacen un llamado: “El pueblo armado, te saluda, ¡ley de vida o muerte! ¡Bendita seas, santa

dinamita! ¡Salud, guerrillas de tiradores! ¡A las masas universitarios! ¡La hora de la revancha

ha llegado!” (El Socialista, 1928). Sobre la reforma electoral, cierra el artículo con lo

siguiente:

Ni socialistas revolucionarios, ni comunistas integrales, ni anarquistas científicos, ni

sindicalistas, deseamos la reforma electoral, porque sabemos que perdemos nuestras mejores

unidades. Para acabar de un solo tajo con el enemigo encaramado consideramos que el medio

para triunfar es la revolución social, y nuestra aspiración; acabar con la explotación del

hombre por el hombre (El Socialista, 1928).

132
La declaración de revolución social quedó condensada en el programa planteado por el

Partido Comunista Colombiano, que apareció en la edición del 1° de mayo de 1928 en El

Socialista, el programa se fundamenta en la exposición de las ideas del comunismo revisadas

en ese número, por lo que se propone como agenda de trabajo los siguientes puntos: la

abolición de la propiedad privada del suelo. “Todas las tierras se consideran como

pertenecientes a la nación entera y serán transmitidas a los trabajadores agrícolas sin ningún

pago, basándose en el principio de igualdad de posesión”, todo lo relacionado con la

explotación del suelo, los ríos, el cultivo junto con sus bienes debe pertenecer para los que la

trabajan, en este caso, el consejo de obreros y campesinos pobres rurales, urbanos,

departamentales y centrales. Por lo tanto, el estado debe “procurar la creación de condiciones

que favorezcan el desenvolvimiento de las fuerzas productivas del país”, ello corresponde a

su mejora técnica y económica (El Socialista, 1928).

2.3.3 De las reformas a la revolución: síntesis de una memoria histórica

Las siguientes líneas sintetizan los resultados de la lectura de los periódicos. Así mismo,

explican la transición en los intereses generales de la prensa reformadora – democrática a la

prensa socialista – revolucionaria, ahondando en los motivos de tales ajustes. Esta transición

hace posible dilucidar una memoria histórica ligada a la condición de clase de los obreros

bogotanos.

El carácter reformador y democrático de la prensa obrera de los primeros años del siglo XX,

responde a lo que Vélez (1989) había denominado la necesidad imperiosa de la paz. La

búsqueda de esta se volvió un objetivo como nación, en la medida en que la experiencia de

la guerra contribuyó a que la mayoría de sus sobrevivientes se reintegrarán a la vida civil con

133
un concepto más amplio del país, habían conocido “muchas zonas de su geografía: ahora

sabían que sus problemas eran iguales a los que padecían los santandereanos, los

magdalenenses y los panameños, y entreveían que la unidad formada en los campamentos

debía trasladarse a las luchas sociales” (Molina, 2021, p. 179). La necesidad de establecer la

reconstrucción del país llevó a repensar en los conflictos, en buscar mecanismos nuevos para

la solución de sus conflictos y para lograr la participación política deseada, en ese entramado

de experiencias traumáticas bélicas se insertó la idea de apostar por la democracia y la

reforma del estado.

De manera complementaria a ese sentimiento conciliador, el gobierno de Reyes y sus

reformas abrieron el camino a una expectativa prometedora, cabe recordar los apoyos que el

gobierno recibió de organizaciones obreras e industriales, un reconocimiento a su labor. Por

lo tanto, las bases sentadas en los años de posguerra alimentaron las promesas de la

modernidad, en esos años el movimiento obrero fue participe del teatro de la democracia,

buscando su oportunidad en los mecanismos establecidos por la hegemonía conservadora.

Tanto Molina (2021) como Núñez (2006), establecen que la ruptura de la estabilidad del

campo societal (Thompson, 1979) entre los trabajadores y la élite responde a dos situaciones:

los pocos resultados de la participación electoral de los candidatos obreros y la decepción por

las promesas de la modernidad. En el primer caso, los primeros síntomas del desencanto se

encuentran en el establecimiento del Partido Obrero en 1916, cuya insistencia principal en

materia electoral “era la de no volver a consignar los votos por los candidatos liberales y

conservadores, y la de retirarse ¨del circo partidista, donde ha quedado más de una vez nuestra

sangre¨” (Molina, 2021, p. 201), a partir de la declaración de independencia del movimiento,

134
se buscaron las posibilidades para lanzar candidatos propios sin mucho éxito más allá de las

municipalidades.

No obstante, indica Núñez (2006), el desencanto aumentó con el apoyo que las facciones

socialistas al General Benjamín Herrera para las elecciones de 1922. Su derrota (por un

presunto fraude en las elecciones) influyó claramente en la disolución del Partido Socialista,

sobre el fin del partido, comenta Molina (2021):

Nos da la impresión de que en esa hora los socialistas se encontraron en el trance de escoger

entre lo inmediato y lo mediato. Lo mediato era seguir creyendo en una idealidad luminosa,

que exigía una larga espera y bregas arduas, para las cuales no estaban psicológicamente

preparados. Lo inmediato, en cambio, era lo fácil, la seguridad de espíritu que da apoyarse en

un tronco sólido, la convicción de que se van a obtener frutos, mediocres pero reales (p. 225

y 226)

Acompañando esta desazón, la decepción por las promesas de la modernidad se hizo presente

desde los primeros congresos obreros (Núñez, 2006), los cuales tenían como eje central la

miseria y la desigualdad de los trabajadores. Las nulas posibilidades de hacer realidad las

reformas planteadas a lo largo de la década de 1910 y, el descontento por la falta de igualdad

social llevó a la organización obrera a tomar otros rumbos para cumplir sus objetivos.

Los cambios que se dieron de la prensa socialista – revolucionaria plantearon la necesidad

de reformar profundamente el Estado, pero en el marco de nuevas reclamaciones en torno al

carácter de la propiedad, la organización productiva y el papel de la clase obrera. El llamado

a las armas es el indicador que el espacio de experiencia vital de la guerra se había agotado,

135
el temor a los horrores de la guerra se podía comparar con los horrores de la miseria, por lo

que la confrontación directa se volvió en una alternativa persistente en las décadas por venir.

Los ajustes y la transición entre ambas denominaciones de prensa representan el fundamento

de la memoria histórica. Siguiendo a Lavabre citada por Rodríguez (2013), la memoria

histórica se configura cuando existe una apropiación de un pasado común por parte de una

agrupación, en el caso de los trabajadores, la prensa y su recepción permitió la apropiación

activa de su pasado como clase, con el objetivo de aprender y proyectar una serie de utopías,

que a su vez se convierten en nuevas experiencias (este movimiento responde al carácter

retroactivo de los espacios de experiencia y horizontes de expectativa) (Koselleck, 1993). En

resumen, los trabajadores que fueron influenciados por la prensa obrera en Colombia se

constituyeron en clase social a propósito de su experiencia compartida, porque como afirma

Thompson (2012, p. 29): “la clase es definida por los hombres al vivir su propia historia, y,

al final, es la única definición”.

136
Capítulo 3 La radionovela como recurso educativo para la
enseñanza de la historia y las ciencias sociales

Con el fin de presentar las disputas por las utopías a un público más amplio y, hacer de esta

investigación una propuesta para el aula y otros escenarios educativos, se elaboró una

radionovela educativa, la cual condensará las experiencias y expectativas de los trabajadores.

Su elaboración implicó elaborar narrativas diferentes a las que comúnmente se realizan en el

ámbito de la enseñanza de la historia y pensar en las condiciones para la creación de un

personaje generó la necesidad de crear una historia que permitiera articular reflexiones

históricas y ficcionales, construir una identidad para cada uno de los personajes de la historia

a través de la personificación y, finalmente, constituir un cuadro de época a través de la

narración de la cotidianidad y hechos que rodearon a los personajes.

De acuerdo con lo planteado, este capítulo está constituido de tres partes: inicialmente una

descripción del proceso llevado a cabo en la elaboración de la radionovela Reminiscencias

de un obrero en Bogotá en el cual se muestra el camino trazado en la construcción de la

radionovela como la elección del formato, elaboración de la narrativa, los personajes y su

organización. El segundo momento corresponde a la narrativa biográfica que sirvió de base

para la escritura de los capítulos de la radionovela. Finalmente, se plantean las

potencialidades de la radionovela en el campo de la enseñanza de la historia y las ciencias

sociales.

137
3.1 Proceso de creación de la radionovela REMINISCENCIAS DE UN OBRERO EN

BOGOTÁ

El punto de partida en la creación de la radionovela fue la experiencia obtenida del trabajo

realizado en el programa Ananké: relatos de Clío de la Pedagógica Radio. Dicho trabajo

consistió en la propuesta, investigación y grabación de varios programas en formato podcast,

en los cuales se abordan temas históricos o de coyuntura a través de la reflexión de sus

antecedentes históricos, complementándolo con entrevistas e investigaciones en campo, que

posteriormente servían de fuente para la realización de los libretos.

La potencialidad de Ananké radicaba en el trabajo de investigación previa, ya que cada tema

era diferente a pesar de tener temporadas donde se manejaba un marco temático amplio. Así

mismo, la narrativa planteada cada semana se complementaba y potenciaba con la banda

sonora y las recomendaciones del programa, de tal forma, que Ananké se transformó en un

escenario de aprendizaje de la historia cultural, la historia pública y la enseñanza de la historia

para sus integrantes; y, en una herramienta prometedora para el aula de clases, muestra de

ello es la clasificación de los programas en una ruta de escucha elaborada por las profesoras

Laura López Duplat y Laura González Ruiz (2022)16.

De tal modo, que Ananké contribuyó a construir nuevas narrativas que permiten aproximar

distintos públicos a la investigación social e histórica. Producir en formatos como el podcast

implicó aprender a organizar, escribir y narrar de una manera diferente a lo que

convencionalmente se exigen en escenarios académicos. En resumen, para el proceso de

16
La ruta de escucha se puede encontrar en la página web del Semillero de Historia Cultural y Educación
Histórica: https://www.semillerohistoriaculturalyeducacion.com/blog. Además, en este capítulo, en el título de
cada episodio se habilitó un enlace para facilitar la lectura y la escucha paralela de la radionovela.

138
creación de la radionovela, Ananké brindó las bases iniciales para transitar de la narrativa

académica a la narrativa creativa. A partir de esa experiencia, se estableció el contacto con

la Pedagógica Radio para el desarrollo del proyecto. A través de una serie de reuniones con

el equipo de la emisora coordinado por la profesora Carolina Alfonso se estableció una ruta

de trabajo que consistía en: establecer el formato más indicado para el desarrollo de la

propuesta, organizar el material para su creación y organización, desarrollar la grabación, su

correspondiente producción y publicación en la emisora de la Universidad.

Se partió de la idea de realizar un radioteatro educativo, para otorgarle una trama y un

ambiente que permitiera a los escuchas la inmersión en las experiencias y expectativas

encontradas en la prensa, otros formatos que se consideraron era el podcast histórico

desarrollado en Ananké, sus beneficios consistían en la posibilidad de narrar de manera breve

y amena la reflexión histórica construida.

Finalmente, se decidió por el formato de radionovela teniendo en cuenta su carácter de

secuencialidad, ya que permite la creación de varios episodios que unan en un solo hilo

narrativo una variedad temática. Ciertamente, fueron las posibilidades técnicas de la

radionovela la razón principal para decidir el formato sobre las limitaciones del formato del

radioteatro y el podcast, los cuales no permiten esa secuencialidad ya que la narrativa que se

cuenta tendría que estar condensada en un solo episodio dejando de lado la gama de temáticas

contenidas en la investigación y la profundización de la configuración histórica. En ese

sentido, la radionovela representó la posibilidad de recrear en la imaginación de los oyentes

una imagen más detallada apelando a los sonidos de ambiente lo que estimuló sus

sentimientos, y, especialmente su memoria (Ospina, Caicedo y Ortiz, 2020).

139
De manera paralela al proceso de creación, se desarrollaron varios diálogos con encargados

del Museo de Bogotá con la idea de establecer un espacio para la escucha del producto final.

Para ello, se mostró el desarrollo de la investigación y el material construido en ese entonces,

de tal forma que la propuesta planteada sería desarrollar una exposición temporal del material

pedagógico, recogiendo impresiones, aprendizajes y posibilidades en el marco de la

enseñanza de la memoria de la ciudad.

Lamentablemente, debido a las reformas estructurales del Museo, cambio en las agendas y

dificultades en la elaboración de la investigación no se logró desarrollar el ejercicio. No

obstante, quedó abierto el escenario para una futura aplicación del material pedagógico, lo

cual permitirá conocer sus alcances en un espacio como el museo.

Establecido el proceso previo de elaboración de la radionovela, el trabajo desarrollado se

dividió en varias fases. La primera, la preproducción con la elaboración de los cimientos de

la narrativa histórica, por lo que, al momento de elaborar el inicio de la radionovela surgía la

pregunta: ¿Cuál sería el engranaje que mueva la radionovela?, por tanto, lo primero que se

debía construir era el protagonista.

Este protagonista debía concentrar las experiencias y expectativas de diversas generaciones,

de múltiples rostros, pensamientos e ideas. No obstante, la historia de esta protagonista no

existía, solo se tenían los fragmentos de múltiples vidas, por lo que el primer paso sería

construir la experiencia vital y las expectativas del protagonista, así nació Germán González

Castro.

140
La construcción del protagonista se alimentó de fuentes tanto históricas como personales. Su

nombre, alude a Rafael González Castro importante líder sindical de la ciudad que fue

homenajeado en reiteradas ocasiones por la prensa de la época. Las etapas de niñez y juventud

buscan acercar al oyente o lector a la cotidianidad de los jóvenes de finales del siglo XIX, la

etapa de adultez concentra las experiencias fundamentales para establecer un sentimiento de

expectativa sobre los inicios del siglo XX, y, su experiencia de lucha corresponde a lo

encontrado en la prensa y estudios históricos.

Siendo así, se elaboraron los marcadores temporales de Germán (anexo 1), hitos

fundamentales dentro de su vida los cuales se ajustaron a hechos históricos fundamentales

del país. El objetivo de tales marcadores era mostrar la forma en que los hechos históricos

externos influyen en la vida del protagonista, a su vez observar como lo hace participe de los

fenómenos históricos que se configuraron entre 1870 y 1930. Además, estos marcadores

temporales establecieron dos ritmos en la narración: el individual y el social, el primero más

acelerado determinado por acontecimientos personales, el otro, más lento influenciado por

las coyunturas políticas, sociales o económicas.

A partir de los marcadores temporales la narrativa biográfica del protagonista tomó forma.

Por tanto, para tejer la trama personal y la social se consultó diversos documentos: estudios

históricos, prensa de la época, crónicas de viajeros, fotografías históricas, entre otros, con el

fin de pintar el cuadro de época en el que se movió Germán.

Posteriormente la narrativa construida se adaptó a varios libretos (anexo 2). El paso de este

formato al libreto implicó pasar la voz de un solo narrador a establecer diálogos entre los

personajes de la radionovela, lo interesante de este paso es observar cómo se potencian las

141
experiencias descritas. Esto es más claro en el momento de la producción de la radionovela,

la cual tuvo un escenario de preparación previo.

La preparación consistió en la participación en tres ejercicios orientados por la Pedagógica

Radio, con el fin de aprender los principios básicos para la creación de personajes orientados

al radioteatro y la radionovela. El primero consistió en crear un personaje, describiendo sus

características físicas y emocionales, lo que permitió construir una imagen del protagonista:

un abuelo con una edad aproximada de 65 a 70 años, canoso, cuyo rostro y manos reflejan

los años de trabajo en las fábricas y talleres, con problemas físicos en sus manos y rodillas

por el trabajo, no obstante, los años lo habían hecho muy reflexivo, melancólico a la vez que

soñador, por lo que su pasatiempo era recordar y narrar a su nieta sus memorias.

El segundo ejercicio consistió en presentar la trama en la que estuvo inmerso el protagonista,

el resultado de este ejercicio fue componer una conversación de un abuelo y su nieta en medio

de sus caminatas por la ciudad, conversando sobre la vida de su abuelo, dicha conversación

se proyectó para tener como motor las preguntas de su nieta, en una especie de ejercicio

mayéutico que los llevaría a ahondar en el significado de lo pasado, lo presente y lo futuro.

Finalmente, el taller se cerró con el ejercicio de personificación, que consistía en representar

al protagonista, su voz, sus movimientos, su ritmo. Para lograr tal objetivo se realizó un

trabajo de escucha de material audiovisual, principalmente entrevistas a hombres mayores

bogotanos, con el objetivo de observar, anotar y replicar su tono, la velocidad de su voz, sus

ademanes, etc., realizando este trabajo fue posible acercarse a una personificación fiel a lo

planteado en la descripción del personaje y la trama.

142
Al finalizar los ejercicios la producción de la radionovela se llevó a cabo, las grabaciones

contaron con la participación de compañeras del semillero y profesoras que acompañaron su

elaboración, el ejercicio implicó una experiencia inusitada, diferente a la realizada por años

con Ananké relatos de Clío, ya que no sólo se debían repetir los diálogos, estos debían tener

una intención y una emocionalidad que transmitiera a los oyentes la profundidad de la trama.

Los siguientes pasos en la producción fueron la edición y la publicación, lo cual fue posible

gracias al trabajo llevado a cabo por la Pedagógica Radio 17, la labor de edición, con los

sonidos de ambiente y la música seleccionada, contribuyó en gran medida a la profundidad

de la trama y acercar al oyente a las experiencias y expectativas de los trabajadores.

3.2 Narrativa biográfica: la construcción de un personaje ficticio para abordar


la vida cotidiana de los obreros en Bogotá y sus utopías

Descritas las fases de la realización de la radionovela, es necesario ahondar en la razón de

construir una narración biográfica para fundamentar la radionovela. Inicialmente, con los

marcadores temporales se tenían establecidos los hitos individuales y sociales que guiaron el

cuerpo de la trama, de tal modo que a partir de lo construido el camino a seguir fue enlazar

la vida del personaje con los hechos históricos.

Por lo tanto, teniendo en cuenta que la trama de la radionovela gira en torno de la narración

que Germán hace de su pasado a su nieta María González, el contenido de este ejercicio de

memoria fueron los hechos vividos por él y el desarrollo de su vida. De tal manera, que la

17
La radionovela se puede encontrar en la página web de la emisora http://radio.upn.edu.co/practicas-de-
ciencias-sociales-2/

143
escritura de la biografía facilitó en gran medida el orden de la trama, partiendo de su

nacimiento, el viaje realizado por sus padres para llegar a la Sabana de Bogotá, los primeros

años de escuela, su primer viaje a Bogotá, etc., pasando por su papel como soldado, la

experiencia laboral que tuvo y la formación de su familia.

Los eventos descritos en la radionovela fueron el material que le dio sentido a la premisa de

este material. Por lo que, los siguientes párrafos corresponden a la reproducción de la

biografía completa del protagonista, ya que a través de esta se puede ver la cotidianidad de

los habitantes de la Sabana y de Bogotá, el cambio de siglo, la complejidad de los oficios,

los horrores de la guerra, las motivaciones de los trabajadores, la imagen de una ciudad

cambiante, entre otros aspectos descritos en el material pedagógico final.

Biografía de Germán González Castro

De la fecha y lugar de nacimiento de don Germán González Castro, por palabras de su señora

madre, se sabe que nació el 21 de julio de 1870 en un cafetal de la ciudad de Villavicencio,

pero su partida de bautismo da fe de que nació el 28 de julio del mismo año. Sus padres

Antonio y Ascensión, oriundos de esa zona, migraron a los pocos días de nacido el pequeño

Germán, pero es importante realizar una breve descripción de la Puerta al Llano, como se

conoce actualmente a esta ciudad.

De reciente fundación, el devenir de Villavicencio estuvo marcado por su posición estratégica

para los intercambios comerciales entre el oriente y el centro del país. Su desarrollo, por lo

tanto, se dio a partir de un acercamiento hacia el interior de la llanura oriental y la conexión

144
con la capital, esta última incentivada por un inusitado crecimiento en el sector agropecuario

y comercial. Un caso de especial atención es el de Sergio Convers, un comerciante bogotano

que para el año de 1864 fundó la hacienda llamada El buque la cual llegó a tener

aproximadamente 80 mil cafetos; este producto fue central en la economía de la incipiente

ciudad, ya que para el año de 1874 en la región de los Llanos había más de un millón de

cafetos y cerca de 120 mil cabezas de ganado (Moreno y Melo, 1995).

El viaje realizado por don Antonio y doña Ascensión hacía su nuevo hogar se desarrolló a

través de una escabrosa trocha, por lo cual tomaba cinco días, en la mejor de las suertes. En

ese camino se encontraron con obstáculos como el paso del río Negro, cuyo cruce se dificultó

debido a que la construcción del puente había comenzado un par de años antes de su travesía

y no se habían dado grandes avances en su construcción; por lo tanto, para cruzar esa parte

tenían dos alternativas, rodear el peñasco por una pequeña trocha o cruzar el río en una balsa

Ellos decidieron tomar la balsa para su mayor seguridad (Moreno y Melo, 1995).

La ruta tomada era un antiguo camino construido durante la Colonia, partiendo de la capital

hasta los municipios de San Juan de los Llanos y San Martín. Dicho camino se construyó con

el fin de enviar suministros a los campamentos en la región, debido a la posible invasión de

los bandeirantes brasileros. Ante esta amenaza, el coronel Eugenio de Alvarado tomó el

liderazgo para la construcción de esta ruta, finalizando en 1760. Resultó siendo toda una

travesía por el difícil acceso a través de la cordillera Oriental y las empinadas laderas

utilizadas para el transporte de ganado y de mercancías con destino a Bogotá. Después de

cruzar el río Negro atravesaron el municipio de Cáqueza, tomando así un antiguo camino

145
usado por los indígenas que conectaba este municipio con Chipaque y la capital (Moreno y

Melo, 1995).

El recién nacido tenía un cuerpo pequeño y frágil a raíz de las penosas condiciones que

rodearon el viaje hasta el municipio de Facatativá en la sabana de Bogotá. Además de las

dificultades económicas, sus padres se trasladaron debido a las tensiones políticas que se

vivían en ese momento. El pequeño Germán nació tan solo ocho años después de la última

guerra civil, la Guerra de los Supremos, en la que su padre Antonio participó bajo el mando

de quien terminó siendo presidente de la República, Eustorgio Salgar. Años después le contó

a su hijo su experiencia en el campo de batalla y la primera vez que visitó Bogotá en la toma

a la ciudad de 1861. También recordó don Germán cómo conoció a su esposa, Ascensión

Castro, fuerte mujer originaria de la ciudad de Cali quien trabajó como costurera en un

convento del centro de la ciudad en su juventud. Ambos coincidieron cuando don Antonio

estuvo trabajando cerca del municipio de Buga y ella fue de visita a la Catedral de San Pedro

en compañía de la sacristana de su convento.

Germán y su familia llegaron al municipio de Facatativá el 19 de septiembre de 1870 y se

instalaron en una pequeña choza a media hora de las enigmáticas Piedras del Tunjo. Don

Antonio, conocedor de varios oficios como la carpintería, zapatería, herrería y minería,

consiguió trabajo en un taller de muebles en el centro del municipio. Por las tardes su esposa

y su hijo lo visitaban para almorzar juntos y, de paso, el pequeño Germán recibía las primeras

lecciones de su padre que traería a su memoria años después en su trabajo como carpintero

en la ciudad de Honda.

146
Por otro lado, su madre trabajo en su oficio de juventud. Junto con un grupo de mujeres

producía prendas que se vendían en los mercados del municipio y en ocasiones en la capital.

Si bien no ganaba mucho, obtenía lo suficiente para que no faltara nada en casa. Mientras sus

padres cumplían con sus diferentes trabajos, el pequeño Germán quedaba al cuidado de la

señora Piedad, una viejita amable y charladora que lo cuidó hasta la edad de 6 años.

Para el año de 1878 Germán fue por primera vez a la escuela; esta era pequeña, pero contaba

con lo necesario para brindar la enseñanza de las primeras letras a los niños. Aunque al

principio a Germán no le gustaba ir a ese extraño lugar, era una obligación que debían cumplir

sus padres debido al Decreto Orgánico del 1 de noviembre de 1870 (Silva, 1989), que implicó

en su momento una de las grandes reformas educativas para el país, sobre todo en lo que

respecta a la escuela pública ya que esta pasó a ser obligatoria y gratuita. El objetivo de la

reforma era, según los liberales, alcanzar la libertad a través del conocimiento y así avanzar

en la misión del progreso; para tal fin separaron la escuela de la influencia religiosa y se

desarrollaron por primera vez las misiones pedagógicas alemanas y sus métodos de

enseñanza influidos por Pestalozzi y Froebel (Silva, 1989).

Durante los 6 años de educación que Germán recibió en su niñez aprendió a leer y escribir,

las operaciones matemáticas básicas y algunas nociones vagas de historia patria y ciencias

naturales. A lo largo de esos 6 años la vida cotidiana, Germán consistía en asistir a la escuela

por la mañana y merendar una manzana o un durazno típicos de la zona; por la tarde,

aproximadamente entre las cuatro y las cinco almorzar con sus padres en el taller o en la

plaza Central y, en la noche, escuchar las historias de su padre acerca de los lugares que

147
visitó, las batallas que enfrentó y los mitos que escuchaba en los cuatro puntos cardinales del

país.

Después de los años de escuela, exactamente en 1884, Germán se dedicó a ayudarle a su papá

en las labores del taller, momento en el que se ofreció la oportunidad de conocer Bogotá.

Para ese viaje tomaron el camino real que conectaba la capital con los diferentes municipios

de la sabana, ruta en la que el pequeño González vio por primera vez tantos rostros coloridos

y diferentes, diversas mercancías y los rayos del sol que bañan los cerros Orientales

coronados por la Iglesia Basílica del Señor de Monserrate.

El motivo de su viaje era comprar suministros para la familia aprovechando el viernes de

mercado en la ciudad. Entraron por la Calle Real y en todo el recorrido Germán no dejaba de

preguntar y maravillarse por lo que sus ojos intentaban asimilar: tantos carruajes, personas,

tiendas, productos, acompañados de novedosos sonidos y olores que alimentaban su

curiosidad pues, a pesar de tener 14 años cumplidos aún desconocía lo que podía ofrecer la

ciudad.

Llegaron a la Plaza Central de Bogotá, también llamada Plaza de La Concepción, y el cuadro

que se puede describir de este icónico lugar es significativo. Para empezar, la Bogotá de

finales del siglo XIX se encontraba en una lenta transición, pasando de ser una ciudad

colonial de un ritmo parsimonioso a una ciudad ajetreada con una gran cantidad de carruajes,

tranvías y personas yendo de un lugar a otro; no obstante, aún mantenía atisbos de la vida

colonial, los aristócratas, comerciantes y políticos de la ciudad tenían una rutina de lo más

distendida. Por la mañana, después de desayunar un chocolate con una arepa acompañada de

bistec y frutas, se dirigían a atender asuntos propios de su labor: más tarde entraban a un café

148
para compartir algún chisme de la ciudad o simplemente discutir asuntos de negocios o

aquellos relacionados con la administración de la ciudad; llegadas las 4:00 de la tarde,

almorzaban posiblemente ajiaco o quizás un plato extranjero en uno de los exclusivos

restaurantes que rodeaban la plaza mayor de la ciudad (Hettner, 1976).

Esa fue la ciudad que encontró Germán. Estando en el mercado compraron con su padre

varias verduras traídas de la sabana y sus frutas favoritas, manzanas y duraznos, también

compraron algo de queso, carne de cerdo, algunas gallinas y patos. Lastimosamente la carne

de res era un producto demasiado caro y solamente en los cumpleaños se habían permitido

consumir tal producto (Röthlisberger, 1963).

Después de realizar las compras, se dirigieron al taller de un amigo de don Antonio a quien

conoció durante la guerra de los Soberanos. Se trataba de don Vincenzo, un italiano que tenía

un gran taller de zapatería y con quien el padre de Germán había compartido correspondencia

los últimos meses pues el plan de don Antonio era trabajar en el taller de su amigo y tener un

poco más de dinero, con la esperanza de comprar algún terreno en el sur de la ciudad y

construir su casa.

Con el viaje realizado y el acuerdo hecho por parte de don Antonio, la vida de Germán se

trasladó a la capital. De regreso a casa disfrutaba un dulce de papayuela sin prever los

cambios que vendrían en el futuro.

En el año 1886 la familia González Castro se mudó a la ciudad de Bogotá, ubicándose

inicialmente hacia el sur del centro de la ciudad, muy cerca del río Fucha, en una casa sencilla

de un solo piso, con adobe blanco y dos habitaciones sencillas. Allí Germán hizo grandes

149
compañeros con quienes recorrió la ciudad y descubrió sus sabores y sus historias. Cabe

decir que, recién llegado a Bogotá, Germán de 16 años empezó a conseguir su propio dinero

trabajando como repartidor de periódicos gracias a los contactos hechos por su papá con

escritores y editores. La rutina era la siguiente: salía de su casa y caminaba 20 minutos

aproximadamente para llegar al barrio de las Cruces donde estaba la imprenta que en ese

momento trabajaba con el periódico El Telegrama. Al llegar a la imprenta le pasaban una

caja enorme con los números del día y el recorría cada una de las calles de la Plaza Mayor

hasta la Avenida Jiménez, pasando por el barrio Egipto hasta la actual calle 13 donde ahora

se encuentra la estación del tren de la sabana.

Tras pasar buena parte del día en esa actividad, almorzaba algún pan con pedazo de carne de

cerdo y una totumada enorme de chicha, después volvía a la imprenta para recibir su paga,

que era apenas lo suficiente para colaborar en la casa y quizás comprar alguna novela

costumbrista que solía ver en las librerías de la capital.

Tales labores las realizó durante 5 años, tiempo que le permitió consolidar buenos clientes

cuyas historias de viajes y labores Germán disfrutaba escuchar después de la venta del

periódico. Con uno de ellos, específicamente el señor Giraldo, entabló una relación cercana,

tanto así, que le ofreció alternar su trabajo de repartidor de prensa con la de aprendiz y

limpiador de los tipos. Así, en 1892, Germán conoció de primera mano el proceso de

elaboración de los libros de costumbres y los periódicos. Tal experiencia le permitió, por una

parte, acercarse a la lectura de los principales periódicos de la ciudad; por otro lado,

establecer lazos con personas cercanas a las sociedades de artesanos.

150
Después de casi siete años de trabajo en la imprenta del señor Giraldo, Germán adquirió

amplia experiencia en esas labores, tenía una rutina definida y constante, mientras veía cómo

lentamente los periódicos tomaban cada día un espacio más relevante en la discusión pública

bogotana. Él nunca había dejado de leer, tenía una pequeña colección de recortes de

periódicos que llamaron su atención por los temas que abordaban y los lugares que

describían; la lectura de esos recortes y los números de los periódicos se convirtió en el

espacio de reflexión y ocio para él y sus compañeros. La vida era clara y estaban definidos

los planes a futuro: Germán quería crear un pequeño taller de carpintería y una imprenta a

través de un acuerdo colectivo con sus compañeros, quienes también entendían la

importancia de tener algo propio para poder brindar oportunidades a hombres y mujeres que

llegaran a la ciudad como lo hicieron los padres de nuestro protagonista.

Sin embargo, la última guerra civil del país llamó a su puerta en 1899. Bajo el mando del

General Benjamín Herrera, Germán y sus compañeros del taller y otros aledaños se

embarcaron en un conflicto que los dejó con una incertidumbre sin igual, donde por suerte

Germán sobrevivió, a pesar de la derrota del bando liberal y la proximidad del llamado del

Señor en la batalla de Palonegro. Definitivamente esta última guerra y la apertura del nuevo

siglo dejaron en Germán un sabor realmente amargo.

Sobre la batalla de Palonegro cabe agregar la siguiente imagen grabada de manera indeleble

en la memoria del señor Germán González: los días entre el 11 y el 25 de mayo de 1900

fueron los más largos y angustiosos de su vida. Al llegar junto con el grupo liberal al sitio de

la batalla su único objetivo era sobrevivir a toda costa. La batalla se extendió por varios días,

fue cruenta, de un gran horror según lo recordó Germán más adelante. Los últimos días, entre

151
el 23 al 25 de mayo, eran tantos los cuerpos de los hombres caídos que fueron usados como

trincheras. La situación fue tan extrema que algunos soldados llegaron al suicidio. Las

pérdidas humanas y la confusión alimentaron en gran medida la desazón e incertidumbre de

Germán por el inicio de siglo (Hoyos, 2021). 18

Terminada la guerra con el pacto de Wisconsin en 1902, algunos soldados retornaron a sus

lugares de origen. Germán pensó en hacerlo, pero quiso realizar una pequeña travesía por

algunos departamentos, sobre todo, los que tenían mayoría liberal. Por lo tanto, tuvo una

estadía larga en Honda, importante puerto tolimense, en donde se mantuvo gracias al oficio

de carpintero que su padre le había enseñado cuando era más joven. Un año más tarde,

específicamente en 1904, se desempeñó como carguero en un vapor del Magdalena, ya que

el taller en donde trabajaba cerró debido a la muerte por paludismo de su dueño, el señor

Valencia.

Durante su estadía en la Ciudad de los puentes, Germán les escribió a sus padres varias cartas.

La primera fue antes de su participación en la batalla de Palonegro, después tardó varios

meses en volver a escribir. En esa primera carta Germán comentaba su profunda tristeza e

incertidumbre frente al futuro y les prometía que volvería un día, para verlos y contarles

cómo sobrevivió y qué había aprendido en su travesía por el Magdalena. Solo una carta pudo

recibir de sus padres. En ella su padre le comentaba cuán feliz estaban por haber conseguido

por fin su anhelada casa propia. Su madre le decía que oraba por él cada día, esperaba que

18
Tomado de https://www.senalmemoria.co/batalla-de-palonegro-historia

152
estuviera bien y que a su regreso le prepararía su postre favorito, dulce de papayuela. Esa

única carta le brindó algo de tranquilidad a Germán.

Y dentro de esas preocupaciones que aparecían en los recorridos por el río Magdalena, uno

que ocupaba continuamente la charla de compañeros y extraños era la separación de Panamá

del estado colombiano.

No obstante, las malas noticias no solo venían del norte del país. Pasados unos meses de estar

recorriendo las aguas del río grande, Germán se contagió de las conocidas fiebres del

Magdalena (Vargas, 1859). Debido a la inexistente atención médica que podía brindarse,

apenas pudo sobrevivir a base de agua, alguna toalla mojada y un constante descanso; sin

embargo, Germán sabía que debía volver a Bogotá, temía que tales fiebres lo podían llegar a

matar. Además, para septiembre de 1905 recibió con dolor la noticia del fallecimiento de sus

padres. Germán debía regresar lo más pronto posible.

Del puerto de Honda partió hacia Bogotá por el camino real que unía a las dos ciudades. El

viaje le tomó aproximadamente mes y medio ya que realizó varias paradas por diversos

municipios ejerciendo diferentes trabajos de reparación de muebles y de máquinas para una

imprenta independiente. Ello le permitió reunir el dinero suficiente para llegar a Facatativá

de nuevo (Moreno y Melo, 1995).

Su retorno al municipio le trajo muy buenos recuerdos, pero también una gran nostalgia. Los

años en que compartía con sus padres habían terminado, aunque volviera a la ciudad no

tendría algo por lo que trabajar y luchar. Con el fin de solventar sus gastos en su estadía en

el municipio obtuvo un trabajo en el Ferrocarril de la Sabana realizando el mantenimiento de

153
los rieles entre la Estación de Facatativá y la del paradero Los Micos. La construcción de este

sistema de ferrocarril inició en 1882, teniendo una pequeña suspensión para el año de 1885

a causa de los problemas de orden público. En 1889 el ferrocarril había llegado a Facatativá

y con ello una mejora de la comunicación con la ciudad; cabe resaltar que el plan de ese

primer sistema de ferrocarril de la sabana era llegar a Puerto Salgar, objetivo que se logró

para el año de 1925 (Castiblanco, 2018).

Socialmente la construcción del ferrocarril conllevó un cambio en la mentalidad en la

población bogotana. Era claro que Bogotá dejaría de ser una ciudad de un ritmo tranquilo y

distendido. Con la llegada del ferrocarril a la ciudad las posibilidades se ampliaron en

términos económicos y de intercambio de experiencias, ya era posible unir una capital aislada

con diversos mercados nacionales e internacionales y, a pesar de la lentitud, los conflictos y

la pesada burocracia del país, el proyecto avanzaba (Castiblanco, 2018).

A Germán le encantaba la idea de aprender sobre las locomotoras, el mantenimiento de los

rieles y todo lo que ello implicaba, pero su anhelo de volver a la capital no desaparecía. No

obstante, comprendía que, debido a la Guerra de los Mil Días la recuperación del país sería

muy lenta y que conseguir un empleo así era sobre todo milagroso, por lo que permaneció en

Facatativá hasta que asegurara otro puesto en la capital.

Con todo, pasaban los meses y tal puesto de trabajo en la capital no llegaba. Por lo tanto,

tomó la decisión de viajar para visitar a sus padres en el cementerio y conocer la casa que

habían adquirido, y que hacía varios meses permanecía vacía. Además, el viejo amigo de su

padre, el italiano Vincenzo, le había comentado en una carta la posibilidad de un trabajo en

154
una fábrica de cerveza que se había inaugurado hacía muy poco tiempo. Con esta opción en

mente, Germán tomó rumbo una vez más a la capital después de casi ocho años.

Una vez llegó a la Estación de la Sabana, tomó el tranvía que lo acercaba a la Plaza de Bolívar.

Allí se encontró con el viejo Vincenzo quien le compartió algunos objetos que había

guardado de su padre don Antonio: un sombrero, una artesanía hecha en el pasaje Rivas y un

libro de José María Vargas Vila titulado Aura o las Violetas-19. Después de entregarle esa

preciada herencia, ambos se dirigieron a la casa de los finados Antonio y Ascensión ubicada

al sur del Hospital San Juan de Dios. Era una vivienda humilde, de un solo piso, con un techo

de paja y de adobe pisado, con dos cuartos y los espacios para cocinar e ir al baño. Tal espacio

era nuevo para Germán, pero lo llenó de nostalgia y de tristeza al ver el sueño cumplido de

sus padres, pero no estar con ellos para disfrutarlo. Sin embargo, 1906 llegaba a su fin y una

alegría inesperada se presentaría en la vida de nuestro protagonista.

Germán decidió quedarse en la casa de sus padres. Al estar tanto tiempo desocupada, la casa

requería de limpieza, de mantenimiento en algunas zonas y era necesario comprar los objetos

necesarios para habitarla. Igualmente, como bien le había comentado el viejo Vincenzo, en

el barrio Germania recientemente se había fundado una fábrica de cerveza, por lo tanto, si

lograba trabajar allá necesitaba un techo mientras obtenía los primeros ingresos. Siendo así,

Germán pasó a la ebanistería de Justo Calzada que se ubicaba sobre la calle 9 (Salgado,

1893), después iría a la sastrería de Abello Jesús para arreglar pantalones y camisas (Salgado,

19
Novela publicada en el año 1887.

155
1893) que se habían deteriorado por su trabajo en el ferrocarril de la sabana y, por último,

buscaría en el Pasaje Rivas algunos enseres para la cocina.

El pasaje Rivas, fundado aproximadamente en los primeros años de la década de 1890,

representaba para la capital el momento de transición de una ciudad colonial a una ciudad

con una visión modernizadora en la que imperaba la subdivisión de los espacios de la ciudad

para un aprovechamiento más completo y diverso, provocando que en una sola manzana se

encontraran viviendas, edificios gubernamentales, comercio, hoteles, bancos, centros de

entretenimiento, etc. Fue en esta nueva valoración de los espacios para diversas actividades,

ofertas y servicios, en la que surgieron pequeñas y angostas calles, los pasajes, que

transformaron arquitectónicamente la ciudad y reflejaban las ideas y sentimientos traídos

desde urbes como Londres o París de moda, necesidad, y ambición “cosmopolita” (IDPC,

2010).

Recorriendo ese espacio, símbolo de la nueva Bogotá, Germán encontró muchos de los

artículos y artesanías que vio durante su travesía en el Gran Tolima y el Valle del río

Magdalena; así mismo, vio objetos propios de la costa Atlántica y del Pacífico. Fue en ese ir

y venir de objetos y recuerdos que vio por primera vez a Gregoria Valencia.

Una mujer no muy alta, con tez color canela, cabello castaño oscuro, una mirada profunda y

un curioso libro que guardaba entre sus brazos. Inicialmente Germán solo observó esos

pequeños detalles, pero fueron suficientes para dejarlo como mínimo atraído. Fue

directamente hacía a ella y, como gesto de respeto e interés, retiró su sombrero, lo puso en

su pecho y se presentó de la manera más decente posible, imitando las escenas que había

leído en sus novelas de costumbres. El saludo fue bien recibido por la señorita Valencia, lo

156
que dio paso a una pregunta que los engancharía definitivamente a los dos, ¿Cuál es el libro

que usted tiene ahí? La señorita contestó, “Aura o las Violetas del señor Vila, realmente me

ha gustado, aunque debo decir que tal imagen que describe de los personajes enamorados no

es para nada convincente”. Con ese comentario, establecieron los dos una charla amena, que

se convirtió en citas frecuentes durante los meses siguientes y un nuevo motivo para que

Germán se quedara en Bogotá.

En el transcurso de esos meses en los que el cariño y la afinidad entre los dos crecía, nuestro

protagonista entró a trabajar a la fábrica de cervezas Germania, de reciente fundación gracias

a las políticas de recuperación económica establecidas desde el gobierno de Reyes para el

florecimiento de la industria.

Dichas estrategias respondían a las consecuencias provocadas por la Guerra de los Mil días

y la separación de Panamá, siendo las más graves el alza desmesurada de los productos de la

canasta familiar resultado de la escasez, trayendo con ello la especulación de los precios.

Unido a esta situación, los salarios reales descendieron dramáticamente durante el período

de la guerra y los años posteriores, sobre todo el período correspondiente a los años 1901-

1902, logrando una lenta recuperación a partir del año siguiente (Berdugo, 2019).

Teniendo presente las dificultades descritas, el gobierno de Rafael Reyes desarrolló una serie

de estrategias de equilibrio financiero e incentivos para la industria como la estabilización

del sistema monetario a partir del regreso del patrón oro, eso acompañado de la fundación

del Banco Central, la restauración del crédito de Colombia en el exterior, la búsqueda y

atracción de capital extranjero; además, se desarrolló un ambicioso plan de mejoramiento del

157
sistema de transportes y los mencionados estímulos a la industria nacional y a la agricultura

de exportación y las medidas de carácter fiscal (Berdugo, 2019).

En ese nuevo marco de expectativa y nuevas posibilidades que aparentemente se abrían, la

vida de Germán quedó centrada en la consolidación de su relación con Gregoria y la

formación de su familia. El primer paso fue su boda.

A finales del año 1907 cuando Germán tomó la decisión de pedir la mano de Gregoria en

matrimonio. Debido al horario riguroso de la fábrica Germania, solo podían salir en la tarde,

casi noche, de los domingos. Fue así como en una caminata típica de los domingos sobre la

calle real Germán sorprendió a Gregorio con un ramo de margaritas y en ellas se guardaba la

petición en un papel, “¿Quieres casarte conmigo?”, una pregunta concreta llena de ilusión.

Gregoria respondió un seguro “sí”, definitivamente quería compartir todos sus días junto a

él, y ese compromiso se selló en la Iglesia del barrio Egipto, en una recepción tranquila y

acompañada por amigos y allegados de los dos. Después de la boda, ambos se instalaron en

el barrio de Las Cruces pues le permitía a Germán no demorarse tanto en su llegada a la

fábrica.

Para el año de 1910, la capital se preparaba para la celebración del bicentenario. Desde 1907

se venían implementado las medidas legales necesarias para conformar la comisión que

llevaría a cabo todo lo necesario para la ceremonia la cual, según el presidente Rafael Reyes,

debía ser un evento importante en el que no se escatimarían recursos económicos y así se le

permitiría al pueblo colombiano olvidar los hechos trágicos de la Guerra de los Mil Días y

la separación de Panamá (Escovar, 2010); así mismo serviría para lograr una conciliación

definitiva entre todos aquellos que llevaban el nombre de colombianos (Escovar, 2010). En

158
últimas, se concentraba un sentimiento común de optimismo y de mejora para el porvenir, al

menos eso pretendía lograr tal celebración.

El importante evento y la conciliación que pretendía generaba dudas en Germán, ya que era

consciente que las heridas de esa última guerra y el sentimiento colectivo de enojo por la

pérdida de Panamá eran difíciles de persuadir con caravanas, desfiles y exposiciones

comerciales. No obstante, ese año de 1910 estuvo lleno de optimismo ya que nació la hija de

Germán y Gregoria, María González Valencia, quien nació en el hospital San Juan de Dios

un 13 de septiembre y con su llegada se completaban los motivos que necesitaba nuestro

personaje para seguir trabajando en aras de un buen futuro.

En efecto, así fue. Germán trabajó arduamente en la fábrica de cervezas Germania hasta el

año de 1915, momento en el que fue despedido por instigar a sus compañeros a reclamar un

mejor salario y horarios más flexibles. Para sus jefes tal situación no debía ir más lejos por

lo que decidieron cortarlo de raíz. Tal situación no debilitó en Germán la convicción de

afrontar la injusticia laboral y de reclamar lo que era su derecho y el de sus compañeros.

Lejos de amilanarse, ese primer incidente era lo que necesitaba para llevar a la acción lo que

hasta ahora eran reflexiones que tenía desde joven. ¿Por qué debemos trabajar más de doce

horas?, ¿por qué nuestros salarios son tan bajos?, ¿no merecemos condiciones dignas de

trabajo?, ¿será posible organizarnos y poder pelear por lo que necesitamos y es nuestro

derecho? Preguntas como esas rondaban la cabeza de Germán, pero nunca se había animado

a tomar la iniciativa y organizarse.

Debido a las amistades y camaradería que había formado el señor González con diversos

obreros y artesanos de la ciudad, fue posible conseguir un empleo en la Sociedad de

159
Molinería y Panificación, empresa que desde su fundación hacia 1904 se dedicaba a la

producción de harina de trigo (Berdugo, 2019), y que tenía como socio al señor Francisco

Quintana y otros que no aparecen en los registros. El ingreso de Germán fue posible gracias

a la recomendación de un amigo suyo que trabajaba en la panificadora y pastelería francesa

de Gayzaud y Cía (Berdugo, 2019), la cual adquiría la harina de trigo de la Compañía

Molinera. Así, Germán fue aprendiendo la labor de producción de harina de trigo y también,

en sus tiempos libres, una que otra receta de postres y pasteles que elaboraba muy de vez en

cuando para su hija y esposa.

Los siguientes años representaron para nuestro protagonista un constante aprendizaje, no solo

de sus labores en la molinería, sino en la reflexión política. Volvió a sus constantes lecturas

del periódico y una que otra vez retomaba sus novelas costumbristas. No obstante, ese

abanico de lecturas se amplió con los periódicos obreros de la capital cuyas columnas de

opinión y los reclamos que aparecían continuaban afirmando su anhelo de ser parte del

movimiento, pero no como líder, sino como uno más, codo a codo, entendiendo los

problemas del obrero y el artesano colombiano y denunciándolos por medio de la palabra y

la acción. Tal espacio llegaría, pero no ahora.

Desde su juventud y durante su regreso a Bogotá, Germán había guardado constantemente

recortes de periódicos, sobre todo de las noticias, columnas de opinión y caricaturas que

comentaban, criticaban y cuestionaban el orden hegemónico conservador del momento. Por

lo tanto, fue a través de la palabra escrita en la prensa que el señor Germán González Castro

tomaría conciencia de las dificultades existentes para hacer realidad sus anhelos. Un recorte

en especial nos sitúa en los primeros intentos organizativos de los trabajadores,

160
específicamente la Unión Nacional de Industriales y Obreros en el año 1911. Antes de

describir lo sucedido en ese recorte del periódico, es importante brindar unos antecedentes

que ubiquen ese fenómeno.

Durante 1905, año difícil dadas las condiciones sociales, políticas y económicas gestadas por

la Guerra de los Mil Días, diversos grupos de trabajadores, entre ellos artesanos y obreros,

comenzaron a manifestar su descontento con los partidos tradicionales del país. Sus acciones,

comentaban los trabajadores, no tenían ninguna repercusión positiva en el mejoramiento de

sus condiciones de vida, por ende, se empezaron a nutrir de argumentos críticos hacia la

política tradicional, entre los que se encontraban ser simplemente un botín de los intereses

electorales tanto de los conservadores como los liberales, no tener una representación directa

y auténtica en los órganos legislativos nacionales y, por lo tanto, no tener leyes favorables a

los trabajadores, ni los reconocimientos explícitos de sus intereses y necesidades; por último,

uno de los más sonados en las conversaciones obreras , ser carne de cañón en las continuas

guerras civiles. Las anteriores razones impulsaron el esfuerzo por establecer una

organización plena de los trabajadores (Vega, 2014).

En pleno albor organizativo, Germán guardó un número de un periódico esencial para el

naciente grupo, El proteccionista, en el cual se podían ver las consignas e ideas que agrupaba

su programa. Este comprendía los siguientes puntos: impulsar el adelanto moral y material

de los obreros; impulsar la construcción de hospitales; contribuir al establecimiento de las

cajas de ahorro y los “montes de piedad”, además de una genuina representación de obreros

e industriales en los órganos legislativos; crear periódicos de la asociación y expedir leyes

que favorecieran tanto a la persona, el domicilio y la propiedad del obrero (Vega, 2014). Las

161
intenciones reformadoras se afirmaron en la formación de un partido, mencionaba el

periódico, llamado “Partido Obrero”, lo cual significaba un enorme paso en las luchas

políticas. Esa primera lectura fue el inicio de la serie de movimientos, reclamos y propuestas

que vería Germán en la capital.

La naciente clase obrera en la ciudad hacía sus reclamaciones y pintaban sus anhelos y

deseos, en últimas sus utopías, a través de la prensa, y fue gracias a este medio que nuestro

protagonista alimentaba las suyas. Para el año de 1913, la anterior experiencia descrita en El

Proteccionista, de la Unión de Industriales y Obreros se transformaría en una nueva

organización llamada Unión Obrera, la cual buscaba establecer una diferencia clara entre los

trabajadores y los partidos tradicionales, así mismo se separaban de los industriales, quienes

fueron vistos como capitalistas explotadores y antagonistas de los obreros. Este grupo fue la

primera experiencia que vivió Germán de cerca, ya que pudo participar de diversas reuniones

de la Unión.

Desde la mirada de Germán su interés por acercarse a este grupo radicaba en sus líneas

generales y la composición de sus miembros, pues allí tenía cabida todas aquellas personas

que “ejerciendo un arte, profesión u oficio, estén convencidas de la necesidad de la unión

obrera para el mejoramiento moral, intelectual y material de las clases proletarias de

Colombia”; además, recalcaba el periódico la Unión Obrera en su número de 1916, que para

ser integrante o socio de la Unión, era indispensable ser un hombre libre de todo fanatismo,

sea este religioso o político (Unión Obrera, 1916).

Para Germán y los socios de la Unión, esta nueva organización permitía que sus utopías

personales fueran tomadas en cuenta dentro de una estructura más amplia que les permitía

162
luchar por ellas, es decir, este grupo correspondió de manera más clara a las expectativas de

los trabajadores (Vega, 2014). Fue en este marco de la “cuestión social”, que nuestro

protagonista alternó su trabajó en la molinera con pequeñas reuniones con sus compañeros

de la Unión de Obreros, en las que leían, comentaban y proponían reformas que después

serían discutidas en las reuniones generales. Fueron estos espacios de lectura y debate en

donde Germán pudo responder las preguntas que tenía hace tiempo.

Dos años más tarde, en 1918, la tensa situación entre los partidos tradicionales, liberales y

conservadores se había agudizado. Unido a ello, la efervescencia social no paraba de crecer

a nivel nacional; las huelgas, movilizaciones y mítines se volvían el pan de cada día, y la

capital no era ajena a esto. Para 1919 los artesanos de Bogotá protagonizaron una de las

huelgas más recordadas en el país. Se podría decir que fueron los artesanos quienes abrieron

la puerta a esta tendencia de movilización y huelgas en el Colombia (Archila, 1989)

El ambiente convulsionado de los primeros trimestres de 1919 se mezcló con los preparativos

de los festejos del primer centenario de la Batalla de Boyacá. Mientras trabajaba en la

molinería el señor Germán no dejaba de escuchar sobre los diferentes planes y arreglos de la

capital para ese evento y pensaba cuán especial sería mostrarle esos desfiles, fiestas y

actividades a su pequeña María. Entre los preparativos se encontraba el polémico anuncio

del gobierno conservador de Marco Fidel Suárez de comprar en los Estados Unidos un total

de ocho mil uniformes completos para el ejército colombiano (Vega, 2014).

Si bien nuestro protagonista gozaba de un trabajo, en ese momento tanto la capital como el

resto del país presentaban unas condiciones sociales paupérrimas. El desempleo y el hambre

asolaban a una ciudad que hacía apenas unos años fue golpeada fuertemente por una epidemia

163
de gripa. Así mismo, los artesanos se encontraban en una crisis sin precedentes debido al

desempleo y la competencia deshonesta que planteaba el capital extranjero, cuya prueba más

reciente estaba en la compra de esos uniformes como ofensa al movimiento de artesanos en

Bogotá.

Cuando se hizo pública la gestión del gobierno, desde la prensa se empezaron a dictar

conferencias y publicar artículos de denuncia sobre la impopular medida. Germán fue testigo,

a través de periódicos como La Libertad (1919), de cómo se gestaba la huelga, haciendo uso

de un lenguaje sin precedentes. Un fragmento que nuestro protagonista recuerda es el

siguiente:

Obreros:

De nada vale tener derecho de comer, si no se come.

Es inútil tener derecho a beber, si no se bebe.

De nada sirve tener derecho a ser libre, si no se es (La Libertad, 1919)

Hace falta el hecho, en vez del derecho. El 16 de marzo se convocó una marcha. Germán

salió en compañía de los compañeros de la molinera, la panificadora y otros grupos de

artesanos y trabajadores de la capital. Partieron de la Plaza de los Mártires en dirección a la

Plaza de Bolívar, en donde se congregaron un total de 4000 manifestantes. Tras escuchar el

discurso de Alberto Manrique Páramo, promotor de la marcha y quien ratificaba el carácter

pacífico de la movilización, se dirigieron al Palacio de la Carrera con una sola consigna: la

derogatoria inmediata del decreto (Vista fiscal, 1919).

164
Los intentos de negociación fallaron. El presidente Suárez intentó desviar la negociación

hacia promesas vacías y no comentaba el punto central. Con una intensa lluvia de fondo, al

ver salir a sus representantes empezó a gritar “abajo el presidente”, “viva la Revolución”,

“viva el socialismo”, “viva el bolchevismo”. En medio de esos gritos que acompañaba

Germán, la iracunda movilización se armó de piedras y las arrojó hacia las ventanas del salón

en el que se hallaba el presidente. En ese momento la guardia presidencial abrió fuego contra

la multitud, haciendo uso de un cañón colocado en la entrada del palacio. Mientras esto

ocurría, Gabriel Chávez, compañero de Germán, se tranzó en una acalorada discusión con el

ministro de guerra y terminó asesinado. La masacre de ese día dejó un total de 10 muertos y

15 heridos. La tristeza y la rabia de Germán hacia las injusticias del gobierno no tenían

precedentes en su vida. Con todo, en la esquina de la carrera 7 con calle 8 junto con otros

compañeros sus convicciones se hacían más fuertes, las disputas no hacían más que comenzar

(Vista Fiscal, 1919).

Los siguientes años correspondieron a una constante participación de Germán en las diversas

huelgas y reuniones. La muerte de su compañero Gabriel y otros lo dejaron con la tarea de

luchar por unas ideas comunes, por unas utopías colectivas.

En 1925, invitado por trabajadores del ferrocarril de la sabana y otros obreros

anarcosindicalistas, Germán participó de la Confederación Obrera Nacional, gestada en el

seno del segundo Congreso Obrero de julio de 1925. Con la confederación se pretendía que

los diversos sindicatos existentes no solo en la ciudad sino en el país llevarán a cabo más que

una lucha por sus diversas reivindicaciones, se buscaba la disputa del poder frente al gobierno

y los patronos. En esa experiencia de la CON (Confederación Obrera Nacional) Germán vio

165
cómo se alimentaba cada vez más el debate frente a la necesidad de un partido de los obreros,

y fue bajo esa posibilidad, debatida fuertemente por los diversos sectores obreros, que nació

el PSR (Partido Socialista Revolucionario), un partido amplio de masas que recogía un cierto

pluralismo ideológico que los llevaría a un eclecticismo que dificultaría el establecimiento

de una diferencia clara de este con el partido liberal (Archila, 1989).

Germán participó en las reuniones que se llevaron a cabo en la capital, sobre todo con las

visitas de lideres sindicales como María Cano, Raúl Mahecha e Ignacio Torres Giraldo; sin

embargo, se mostraba escéptico con respecto a los planes insurreccionales que se

planificaban desde la convención de la Dorada en 1927. Esa separación definitiva de Germán

con el partido se dio en los siguientes años con la formación del Comité Conspirativo

Colombiano (CCC), debido a que la discusión y la acción política fue relegada a un segundo

lugar por el plan insurreccional del partido (Archila, 1989).

No obstante, de su participación quedaron importantes contribuciones, tales como pequeños

artículos de opinión que aparecieron de manera anónima en periódicos obreros como

Claridad, del líder sindical Erasmo Valencia. De esa breve etapa quedó el fragmento de un

artículo en el que reivindicaba las condiciones de los choferes, mostrando la necesidad en un

futuro inmediato de establecer una organización clara de estos para mejorar sus condiciones:

Es verdaderamente triste que más de dos mil quinientos choferes que hay actualmente

en Bogotá, no tengan en donde reunirse a deliberar libremente, que carezcan del

sentimiento de solidaridad y de apoyo, mutuo, y que en cambio le estén pagando al

Municipio, trimestralmente, en multas, alrededor de diez y ocho mil pesos oro, amén

de que cuando un chofer cae preso o le sucede cualquier fracaso, ninguno de sus

166
compañeros se acuerda de él. Era ya hora de que los choferes de Bogotá tuvieran

un magnífico local con una completa dotación de muebles, buena biblioteca y

recursos suficientes para atender a los gastos de un periódico órgano de la

Federación, al auxilio pecuniario de los compañeros en caso de enfermedad, etc.

(Claridad, 1928).

Así mismo, las razones de su separación de las organizaciones y partidos obreros se

fortalecieron con el tiempo; Germán era consciente de los peligros de tomar la vocería o un

liderato local, pues significaba amenazas por parte del gobierno, persecución, censura y

alejarse de su familia. Para Germán primó su anhelo de vivir tranquilamente en familia más

que el deseo de revolución.

Esa corta e intensa participación concluyó definitivamente para Germán González Castro con

el nacimiento de su nieta Estela González en el año de 1930. Curiosamente, el fin de su

participación al interior de los movimientos y partidos obreros coincidió con el fin de la

hegemonía conservadora y el ascenso al poder de Enrique Olaya Herrera y con él, una nueva

promesa, la misma promesa que representaba su nieta para su vida. Un horizonte de

expectativa.

3.3 Potencialidades de la radionovela en el campo de la enseñanza de la historia


y las ciencias sociales

Teniendo presente el proceso de elaboración descrito de tres fases: la preproducción, en la

cual se ahonda en la construcción del personaje, la creación de la narrativa plasmada en la

167
sección anterior y su posterior trabajo para esta sección; la producción, en la cual se trabajó

por medio de ejercicios de creación de personajes y narrativas, con el fin de constituir el

personaje y la trama, más adelante, la grabación de la radionovela y los ajustes en la

experiencia previa de Ananké y, finalmente, la posproducción con toda la labor desarrollada

por la Pedagógica Radio en la ambientación y definición de los detalles técnicos que dieron

a la radionovela la profundidad y el ritmo esperado.

De tal forma, que la presente sección es una reflexión que ahonda en tres campos de trabajo

educativo: la relación entre pasado, presente y futuro; la comparación presente- pasado con

respecto a la experiencia y, la comparación presente- pasado con relación a los horizontes de

expectativa. De manera complementaria se plantea una ruta de escucha temática, la cual

permite ubicar las reflexiones de los tres campos de trabajo educativo. Por lo tanto, se

presentará de manera breve la radionovela, su composición y duración, luego se desarrollarán

las reflexiones en torno a los tres elementos enunciados junto con la ruta de escucha.

A partir de la narrativa biográfica se construyeron un total de 5 libretos. Su división respondió

a establecer cinco momentos claves de la vida del protagonista, a su vez, son cinco episodios

que permiten reflexionar sobre problemáticas específicas, que más adelante se ahondarán, de

tal forma que la narración dirigida completamente por una sola voz cedió el paso a un grupo

de personajes que acompañaron a Germán en la introspección de su memoria.

La radionovela Reminiscencia de un obrero en Bogotá está compuesta de los siguientes

episodios: Del Llano a Bogotá, ¿Cómo un voceador de prensa se convirtió en soldado?, De

regreso a la capital y el gran amor, Formando una familia y finalmente, Utopías en disputa.

Cada episodio cuenta con una duración promedio de 20 minutos porque se busca equilibrar

168
entre la profundidad narrativa de la memoria histórica reelaborada en cada episodio y la

sencillez y agilidad del relato biográfico. Finalmente, cada episodio de la radionovela cuenta

con una banda sonora acorde a la época, de tal forma, que quien escuche pueda situarse en el

espectro temporal de la narración.

En términos de potencialidad para el aula, la radionovela representa un ejercicio de historia

pública que esta guiada por un interés claro por generar condiciones de apropiación del

conocimiento histórico y democratizar el saber sobre el pasado, en ese sentido la

investigación de las concepciones temporales de la prensa sin la radionovela deja de lado

reflexiones importantes en el aula en torno a tres problemas generales: la memoria histórica,

la temporalidad y la formación política.

Con respecto a la primera, ya se ha comentado que la memoria histórica construida por los

trabajadores está ligada a su condición de clase, así mismo, la temporalidad es un elemento

clave en la construcción de la memoria de los trabajadores, debido a que, lo temporal en la

prensa obrera es una invitación a los lectores ahondar en los antecedentes del mundo que

viven no sólo desde los acontecimientos de índole nacional, también desde su experiencia

familiar e individual. Finalmente, el ejercicio reflexivo en torno a la memoria y la

temporalidad contribuye a la formación política de los sujetos, al tomar posicionamiento

reflexivo de su cotidianidad, y ahondar en la memoria histórica y posicionarse frente a los

problemas del mundo contemporáneo.

El episodio, Del Llano a Bogotá sitúa el presente del protagonista, el año de 1945, quince

años después del final de su biografía. En el primer diálogo establecido entre Germán y su

nieta María se narra el nacimiento del protagonista en los Llanos orientales, la travesía hecha

169
por sus papás con el objetivo de llegar a un municipio de la Sabana de Bogotá, Facatativá.

Así mismo, comenta las razones de su viaje, las memorias sobre su vida escolar, el día a día

con sus papás y su primer viaje a la capital.

Ahora bien, este primer episodio permite abordar el tema del desplazamiento por la violencia

política vivida en el país como un elemento transversal a lo pasado, presente y futuro. En un

punto de la narración María le pregunta a su abuelo sobre los motivos de su viaje, a lo que su

abuelo responde que sus padres estaban en búsqueda de un mejor futuro, ya que, debido a la

tendencia liberal de su papá y su participación en la guerra civil de 1876 la zona de los Llanos

Orientales ya no era segura para ellos, por lo que, tarde o temprano tendrían que desplazarse

de su hogar en búsqueda de tranquilidad y mejores condiciones materiales para su vida, y,

sobre todo sabiendo que su hijo Germán nacería pronto.

Por lo tanto, este episodio permite al oyente reflexionar sobre las implicaciones de la

violencia política en el país, los efectos que tiene en la experiencia de las personas y en las

expectativas de futuro que tienen, ya que, siguiendo la narración, los papás de Germán

(Antonio y Ascensión) deseaban un mejor futuro para su hijo, y eso significaba un trabajo

estable y no ser perseguidos por las facciones conservadoras.

En el episodio ¿Cómo un voceador de prensa se convirtió en soldado?, continua la narración

de Germán, destacando su mudanza a Bogotá, el primer empleo que tuvo como repartidor de

periódicos y luego como limpiador de los tipógrafos, así mismo, describe su vida cotidiana

en la capital a finales del siglo XIX, el naciente gusto por los periódicos y los primeros

horizontes de expectativa que su día a día le traía, todo ello, se derrumba por la Guerra de los

Mil Días, escenario de incertidumbre y crisis que inauguró el siglo XX colombiano.

170
De este episodio la principal potencialidad radica en la incertidumbre provocada por la

guerra, situando la radionovela en las experiencias previas a la guerra que avizoraban

estabilidad y tranquilidad, no obstante, por el carácter retroactivo de las experiencias y las

expectativas, la Guerra de los Mil Días derrumbó todo pasado recordado con melancólica,

trayendo un presente sin un claro panorama más allá del deseo latente por la paz.

Por lo tanto, la experiencia de la guerra permite reflexionar al oyente sobre la incertidumbre

y los horrores de la guerra, en el caso de Germán fue hasta la Guerra de los Mil Días que su

experiencia de la guerra se trasladó del pasado, construido a través de los relatos de su padre

Antonio sobre la guerra civil de 1876, al presente con su participación. En lo que respecta a

la expectativa, el anhelo de los padres de Germán de un futuro se transformó en la búsqueda

de la paz después de experimentar el horror de la guerra.

El siguiente episodio, De regreso a la capital y el gran amor, traslada la narración del

protagonista a su retorno a la ciudad, había sobrevivido a los horrores de la guerra, luego

deambuló por el río Magdalena donde habló a través de cartas con sus papás. El retorno era

una despedida a su pasado, a las motivaciones iniciales, a las experiencias del trabajo, la

lectura y el deseo de algo mejor. Ahora, se encontraba en la ciudad solo, sin embargo,

tratando de organizar su vida conoció a Gregoria su gran amor.

Básicamente el episodio permite abordar la relación de la crisis y la esperanza, la expectativa

de incertidumbre traída por la guerra se transformó en la experiencia cotidiana de la crisis,

Germán lo vivió en su travesía por el Magdalena, su concepción del país era más amplia y

profunda, entendiendo que la crisis en la que se había sumergido limitaba cualquier horizonte

posible. Por lo tanto, desarrollar una reflexión en el aula de las crisis, sea esta por la guerra o

171
cualquier otro evento, permite ahondar en las razones de su existencia y en las implicaciones

para el futuro.

En el marco de la experiencia, la crisis es identificada por la miseria y la desigualdad. No

obstante, lo que deja claro el episodio, es que tras toda la crisis el sentimiento de esperanza

creció como un anhelo ininterrumpido, y precisamente eso significó el Quinquenio de Reyes,

una estrategia para alimentar la esperanza del ciudadano colombiano del siglo XX.

Esta expectativa se vio reflejada en la radionovela a través de la descripción que hace Germán

de la ciudad. En su regreso, veía una ciudad diferente, con un ritmo ajetreado, con mucha

actividad comercial y social, para Germán el retorno a la capital representó una apuesta por

la esperanza. Tal expectativa tomó su rumbo al conocer a Gregoria, la esperanza tenía un

nombre concreto.

De tal forma, se puede ahondar en la relación crisis – esperanza, ya que el estudiante podrá

entender las características de las crisis económicas, sociales y morales, así como los

mecanismos usados para retornar a la expectativa de lo por-venir. En el caso de la capital,

respaldada por las estrategias económicas establecidas por el gobierno Reyes para el año de

1910 reflejó su esperanza en la celebración del centenario.

El penúltimo episodio Formando una familia, representa la culminación de los anhelos que

tenía Germán para su vida personal. Ya que se narra a través de una charla del protagonista

con su esposa, el momento en que se conocieron, su matrimonio y su cotidianidad como

pareja, cerrando con las experiencias laborales de Germán las cuáles al final dejan ver sus

expectativas como obrero.

172
La articulación del pasado y el presente en este capítulo se desarrolla en la materialización

del anhelo de Germán, ya que al regresar a la capital su experiencia contenía incertidumbre,

por lo que al conocer a Gregoria encontró esa fuente de expectativas. Siendo así, al casarse

con Gregoria se materializa su expectativa, no quedando más que trabajar por la familia que

se estaba formando. Retomando aquellas expectativas de un mejor trabajo, mejores

condiciones de vida y proyectos que comentaba en sus primeros años en Bogotá.

El episodio permite ahondar en las promesas de la modernidad, una experiencia social

importante en las primeras décadas del siglo XX, después la crisis vivida el país se fue

levantando de sus cenizas, la economía tenía signos de recuperación, la industria se

incentivaba y, por lo tanto, se hacía presente la promesa de una vida mejor. No obstante, a

pesar de las promesas, el capítulo muestra al oyente las dificultades que aún persisten como

la desigualdad económica, la explotación laboral, la nula participación política, entre otros.

Por lo tanto, la expectativa se alimenta de la necesidad de reforma, de cambio. El oyente

puede entender a través del episodio la configuración de nuevas expectativas, en un contexto

caracterizado por una relativa paz en el plano político, donde es posible traer a la discusión

pública las disputas por el futuro.

Todo ello lleva al cierre de la radionovela con el episodio Utopías en disputa, que representa

una mirada retrospectiva al pasado militante de Germán, ya que comenta su participación en

organizaciones como la Unión Obrera y su actividad intelectual en la prensa obrera del

momento. Al finalizar el relato, comenta de manera melancólica las razones que lo llevaron

a alejarse de la militancia y concentrarse en el cuidado de su hija, su principal expectativa.

173
Ciertamente, el episodio dispone de una experiencia acumulada significativa al describir la

militancia de Germán en las organizaciones obreras, por lo que la relación pasado – presente

se incentiva en el episodio por medio de los reclamos, mecanismos de organización y

experiencias de lucha que configuraron el presente de los trabajadores, apoyados en

experiencias previas, aprendiendo de sus errores con el fin de tomar las mejores decisiones

para el futuro. En el caso de Germán, sus luchas estaban motivadas por las experiencias

previas, leídas o vividas, y, principalmente en la construcción de al menos un país mejor para

sus hijas.

Por lo que, en términos de experiencia, el oyente puede conocer gran parte de las luchas

desarrolladas por los trabajadores, comparándolas con las recientes movilizaciones. De tal

forma, que la comparativa entre una y otra permita su influencia en los cambios profundos.

En clave de la expectativa, el estudiante podrá conocer las utopías planteadas por estos

grupos, comparándolas con proyectos más recientes, de tal forma que pueda sacar principios

compartidos, luchas centrales que traspasan generaciones y finalmente, la sociedad que se

espera construir.

Teniendo presente las reflexiones planteadas, se propone a quien se aproxime a este material

educativo la siguiente ruta de escucha temática, que le permitirá ahondar en una serie de

problemáticas generales, que hacen parte del presente, así como de un pasado más cercano.

La constitución de la ruta de escucha responde al llamado hecho por Dussel (2010) para

desarrollar un diálogo amplio en torno a los problemas sociales a través de recursos visuales

y auditivos.

174
De tal forma, que la ruta de escucha se compone de los siguientes temas: Consecuencias de

la violencia política, la búsqueda de la paz, las promesas del porvenir y cotidianidad y

utopías obreras, para cada momento de esta ruta, se recomienda uno o dos episodios de la

radionovela que permiten problematizar los idearios establecidos y alimentar el debate en los

espacios formativos. Cabe agregar, que la radionovela no se limita a esos cuatro campos

temáticos, la trama del material teje temáticas transversales a las propuestas.

El primer tramo de la ruta: consecuencias de la violencia política representa un aprendizaje

significativo de las experiencias vitales del protagonista y su familia en torno a los conflictos

bélicos y los efectos que trae consigo. En ese sentido, los dos primeros episodios (Del llano

a Bogotá y ¿Cómo un voceador de prensa se convirtió en soldado?) permiten a quien escucha

una reflexión sobre las implicaciones de vivir de cerca una guerra civil, desplazarse de su

zona de origen, la incertidumbre que trae consigo y la influencia en los horizontes de

expectativa.

A partir de la experiencia de la guerra vivida por Germán y su padre Antonio se alimenta en

ellos la necesidad de una vida en paz. De tal forma, que este anhelo compartido de manera

generacional concentra la necesidad de los colombianos de llevar a cabo la reconstrucción de

la nación al iniciar el siglo XX. En ese sentido, la búsqueda de la paz se plantea como un

punto en la ruta de escucha, ya que representa la transición de una experiencia ligada al

conflicto, a una expectativa anclada a establecer la paz para llevar a cabo las reformas que el

país necesita. Para aproximar a la audiencia a esta temática se propone el análisis del episodio

tres De regreso a la capital y al gran amor; este capítulo, avanza en las memorias de Germán

con su retorno a la capital para dar una última despedida a sus padres fallecidos y así mismo,

175
encontrar un camino para su vida en el marco de una sociedad que proyecta en la

reconciliación un objetivo primordial, esta reconciliación en la vida del protagonista se

plasma en su primer encuentro con Gregoria, su futura esposa.

En medio de los reclamos por la paz, aparecieron las promesas del nuevo siglo, muchas de

ellas declaradas en el marco de la celebración del Centenario de la Independencia de la

nación. Por lo que, una gran expectativa invadió los hogares de los colombianos, esperando

que el avance de la modernidad trajera las mejoras materiales y morales. Por lo tanto, el

episodio Formando una familia busca recuperar las sensaciones vividas por el protagonista

y su esposa sobre las posibilidades que se avizoraban en el horizonte.

La ruta concluye con las expectativas nacidas del fracaso o el cumplimiento de las promesas

del porvenir, su resultado alimentó de una u otra manera las preocupaciones de los

trabajadores por su presente y su futuro. Expectativas, condensadas en propuestas sobre lo

que debería ser la sociedad, los cambios en el orden político y económico, y, finalmente, la

consolidación del movimiento obrero colombiano junto con sus objetivos de lucha. Todo

ello, guía las memorias finales de Germán en Utopías en disputa, donde se relata el calor de

la lucha que llevó a cabo y los deseos que guiaban sus acciones, llevándolo a elegir entre dos

horizontes: las luchas obreras o su familia.

En resumen, la división de la radionovela en 5 episodios no sólo respondió a la idea de trazar

cinco momentos fundamentales de la experiencia vital del protagonista, buscaba, además,

acercar al oyente de la radionovela a cinco problemas generales que pueden ser abordados

por medio de este material pedagógico. Por otro lado, la radionovela realiza un aporte

fundamental en dos campos: la comprensión de una memoria histórica constituida a través

176
de un pasado lejano como es el inicio del siglo XX y sus primeras décadas, así mismo, por

medio de esta memoria histórica la investigación contribuye a comprender la constitución de

categorías temporales como pasado, presente y futuro, a través de la recopilación de

experiencias sociales e individuales y las expectativas nacidas en un momento determinado.

A su vez, la radionovela representa una apuesta por la formación de los docentes en las

nuevas tecnologías, en la medida que la construcción de esta significó desaprender la manera

tradicional en la cual se hace uso de contenidos digitales con el fin de hacer más atractiva la

clase (Dussel, 2010). Estableciéndose como un desafío la producción de una narrativa nueva,

que integrará tanto las reflexiones históricas como la escritura ficcional con el fin de acercar

al estudiante a un espacio de experiencia significativo para su cotidianidad y a un horizonte

de expectativa que le permita pensar en lo por-venir.

Por otro lado, en clave de la relación entre historia, memoria y enseñanza de la historia, el

ejercicio realizado responde a la necesidad de construir narrativas heterogéneas, donde

confluyan diversas ideas, prácticas, experiencias, etc., todo ello, con el fin de superar

narrativas ancladas al pasado de los grandes hombres, los hechos históricos oficiales e

imaginarios tradicionales en torno al pasado (González y Pagès, 2014).

Esta labor debe ser continuada y respaldada por la escuela, a pesar de la pérdida de

predominancia simbólica en las reflexiones sobre el pasado, si debe “multiplicar las

preguntas, plantear problemas y continuar debatiendo imaginarios socialmente sedimentados

y anquilosados” (González y Pagès, 2014, p. 300).

177
En términos del trabajo en el aula, la producción y la aplicación de la radionovela contribuye

a establecer puentes de comunicación frecuentes sobre los problemas del presente a partir de

lo narrado, a su vez, el incentivar la creación de estos materiales es fundamental para la

conformación de comunidades virtuales (Dussel, 2010) las cuales abren escenarios de

diálogo en torno al pasado, presente y futuro, para ello, la apuesta por los nuevos formatos y

el uso de las tecnologías tienen un papel fundamental en los nuevos escenarios de discusión

pública.

Claramente, la investigación desarrollada y el material pedagógico construido aparecen como

una contribución significativa a la línea de formación política y memoria social, ya que la

revisión de nuestro presente a través del análisis de un pasado remoto como una memoria

histórica es una apuesta inusitada dentro de las investigaciones de la línea.

Conclusiones

A manera de cierre, es importante lanzar una mirada retrospectiva de lo analizado y expuesto

para conocer los alcances de la investigación con respecto a los objetivos planteados.

Inicialmente, se realizó una lectura juiciosa de las investigaciones históricas que abordarán

la temática de la cultura popular y el tiempo libre en los obreros, los estudios consultados

inicialmente brindaron luces sobre espacios oscuros que requerían una mirada atenta, en el

caso de la investigación propuesta se buscó desarrollar una revisión de las concepciones

temporales de los obreros a través de la prensa obrera, en otras palabras, se buscó entender

178
la forma como los obreros concebían el propio tiempo, su pasado, su presente y lo esperado

para el futuro.

Por lo que, la primera revisión aclaró el panorama con las posibilidades. Luego, estas

posibilidades de análisis de la prensa debían ser ubicadas en un contexto histórico específico,

respondiendo a los planteamientos de Thompson (1995), al reflexionar sobre la cultura

popular de la Inglaterra victoriana. Este contexto histórico se articuló al tema de la

institucionalización temporal y la transformación urbana, porque los ajustes profundos en

una sociedad ocurren en estos dos planos, el de las determinaciones temporales y el de los

ajustes espaciales bajo un marco ideológico específico.

El segundo capítulo que concentró en la matriz de pensamiento dominante de la época, el

proyecto planteado por las élites conservadoras a través de la institucionalización temporal

y, su posterior materialización en la transición de la capital de un orden colonial a uno

burgués. Todo ello, puede verse como la síntesis de la relación pasado, presente y futuro que

defendió la Hegemonía Conservadora. Por tanto, la primera parte de este capítulo representó

el primer acto en este teatro del poder. Posteriormente el estudio de la prensa obrera, su

análisis en términos de forma, tendencia ideológica y estructura interna sirvió de marco de

comprensión para los resultados de la lectura.

A partir del análisis de contexto fue posible comenzar a indagar en las concepciones

temporales de la prensa obrera, partiendo de la división de los periódicos consultados en dos

momentos con denominaciones diferenciadas, la prensa reformadora – democrática y la

socialista – revolucionaria. Un balance de estos dos momentos permitió identificar las

179
experiencias y expectativas ligadas a la situación económica del país, la participación

política, la educación y la cultura obrera, y, finalmente las cuestiones de clase.

Todo ello, deja como síntesis que las concepciones temporales se encuentran ancladas a

experiencia generacionales como la guerra y la paz, a través de estas el horizonte inicial se

limitaba a reformas dentro del orden democrático, puede decirse que el obrero bogotano creía

en los mecanismos recién reformados del Estado para lograr aquello que anhelaba, creía en

la posibilidad de participación política por medio del ejercicio electoral, así mismo, era un

trabajador preocupado por la protección de la industria y el incentivo de la producción a

través de las mejoras materiales que traía la modernidad, mejoras que solo serían posibles a

través de la educación industrial.

La experiencia de los traumas de la guerra y el anhelo de paz, se agotaron lentamente. El

campo de fuerza societal dejó su balance debido a las promesas incumplidas de los gobiernos

republicanos, llevando a los trabajadores a proceder con la acción concreta, ese ajuste en la

experiencia y expectativa caracterizaron las reflexiones de la prensa socialista –

revolucionaria, los trabajadores ya no creían en las elecciones, reflexionaban en torno a

alternativas al orden económico imperante y veían en el socialismo la matriz de pensamiento

ideal para construir un camino hacia la utopía.

A partir de la comprensión de estas concepciones temporales de los obreros a través de la

prensa en la cual se sintetiza la memoria histórica ligada a su condición de clase, se

consolidaron los insumos para la construcción del recurso educativo en el cual se concentró

el trabajo de práctica desarrollado en la Pedagógica Radio. La creación de la radionovela

180
implicó el aprendizaje de nuevas formas de narrar los hallazgos que se presentaron en los dos

primeros capítulos.

En términos formativos representó un aprendizaje único: permitió ligar cuestiones de orden

histórico con memorias, emociones y sentimiento personales, las Reminiscencias de un

obrero en Bogotá, no sólo es una síntesis de las concepciones temporales, recoge las

experiencias individuales del autor a través de pequeños indicios dejados en la trama y en los

personajes.

Como aporte al campo de la enseñanza de la historia y las ciencias sociales, la radionovela

aparece como un recurso articulado a los procesos de apropiación del conocimiento histórico

que mediante su escucha se pueden transformar en procesos colaborativos de construcción

del saber histórico y de comprensión de la memoria histórica. Al abordar la experiencia de

los habitantes de Bogotá en los primeros años del siglo XX, se abre un escenario para todos

los públicos, con el fin de establecer diálogos y acciones compartidas (Dussel, 2010), así

mismo, la profundidad recogida en cada uno de los episodios está orientado en la diversidad

de recorridos y experiencias descritas que permitan al estudiante ver en ello la posibilidad de

pensar las implicaciones de su pasado en lo que vive ahora y lo que puede vivir más adelante.

El análisis de la prensa traza las posibilidades de un futuro estudio de las concepciones

temporales durante la década de los 30 y 40, un momento caracterizado por un nuevo

horizonte de expectativa protagonizado por las organizaciones obreras y sociales. También

queda pendiente la posibilidad de trabajar con la radionovela inicialmente en dos escenarios:

el Museo de Bogotá y la educación básica. En el primero se realizaron varias visitas y varias

de las temáticas que se contemplaron en la radionovela incluyeron observaciones que el

181
mismo personal del Museo había aportado, sin embargo, no se lograron realizar los círculos

de escucha en la Casa Sámano como inicialmente se había propuesto, debido a problemas en

el calendario, no obstante, está abierta la posibilidad para difundir la radionovela en ese

escenario. De otro lado en la educación básica, queda abierto el compromiso de trabajar con

los maestros que busquen recursos para la enseñanza en los cuales sea posible establecer

relaciones entre el pasado y el presente, comparar las utopías en distintos momentos de la

historia del país (por ejemplo las de principios de siglo con las de los recientes estallidos

sociales) y evidenciar las transformaciones en la vida cotidiana de la gente común que habita

Bogotá, que está representada a través de la vida de Don Germán González y su familia.

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maestría, Pontificia Universidad Javeriana] Repositorio institucional Pontificia
Universidad Javeriana http://hdl.handle.net/10554/2424.

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Claridad (1928)

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https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll10/id/4084/

El Centauro (1911)

El Proteccionista (1910)

El Yunque (1905-1906)

El Socialista (1928)

188
Hettner, A. (1976) Viaje por los Andes Colombianos. Talleres Gráficos Banco de la
República. Recuperado a partir de
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll10/id/2461/rec/1

La Libertad (1919)

La Vanguardia (1912)

La Razón del Obrero (1910)

Röthlisberger, E. (1963) El Dorado: estampas de viaje y cultura de la Colombia


suramericana. Banco de la República. Recuperado a partir de
https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll18/id/461/

Vargas Reyes, A. (1859) Trabajos científicos del eminente médico granadino Dr. Antonio
Vargas Reyes: recopilados en obsequio de la humanidad doliente i de la juventud
estudiosa de Colombia por Prospero Pereira Gamba. Imprenta de la Nación.
Recuperado a partir de
https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2803551/

Vista fiscal sobre los sucesos del 16 de marzo (1919), Imprenta Nacional.

189
Anexo 1 – Marcadores temporales de la biografía de Germán González

190
Anexo 2 – Libretos de la radionovela

3. FORMATO DE LIBRETO20

1. Ficha de Programa y emisión


Recuerde que es necesario diligenciar con detalle este primer punto, ya que está es la
información para describir, promocionar y subir a la página acompañando la pieza de
podcast. Cualquier cambio de fecha de emisión debe actualizarse con el Master y en este
mismo formato.
Programa: Reminiscencias de un obrero en Bogotá
Mes y año de
Número de Programa
grabación

Nombre de la emisión: Capítulo 1. Del Llano a Bogotá

Fecha de emisión:
Este primer episodio se inicia con el relato de Germán
Descripción
González sobre su origen en la ciudad de Villavicencio en
de la emisión:
medios de sus cafetales, después traslada a la audiencia a la
(Texto para promoción y
Sabana de Bogotá cuna de su infancia, la cual estuvo marcada
detalle del archivo
por una primera visita a la gran ciudad, donde quedó cautivado
podcast)
por los sonidos y los sabores de la capital.
Palabras claves / Tags
(3 a 5 Palabras claves
para identificar y
categorizar el contenido
en buscadores de
información)
Sandra Rodríguez 3234893909
Director(a):
Licenciatura /
Licenciatura en Ciencias Sociales
Dependencia
Nombre de los
invitados

2. Mapa de procesos internos*


*Espacio reservado para ser diligenciado por el equipo de producción

20
Versión No 3 correspondiente a cambios año 2019-I

191
Fecha de emisión Programa

Fecha de Grabación
(Fecha en la que se graba
OFF
Fecha de
y se reciben todos los Fecha de Fecha de entrada
programación
elementos de Producción podcast
para emisión
producción completos y
debidamente
marcados según el guion)
Fecha Fecha
Fecha DD/MM/AA Fecha DD/MM/AA
DD/MM/AA DD/MM/AA
Nombre Nombre Nombre
Nombre responsable
responsable responsable responsable

Novedades:
_______________________________________________________________________
3. Guía de material entregado para producción
Es necesario que el nombre de los archivos de los audios entregados coincida con los
descritos en esta tabla y en la construcción de este guion. Incluir audios de: entrevistas,
canciones, efectos y demás.
El número de audios es de máximo 10, este número solo puede cambiar si es un programa
de radio teatro.
Audio 01
Audio 02
Audio 03
Audio 04
Audio 05

4. Guion

INTERVENCIÓN TEXTOS DURACIÓN

Sonidos del tranvía y de personas hablando y


1 CONTROL
caminando
Una tarde en Bogotá del año 1945, en el parque
2 LOCUTOR
de la Independencia, anteriormente llamado

192
Nombre: parque del Centenario va caminando contento el
Narrador(a) protagonista de nuestra historia, Don Germán
González Castro, un abuelo obrero, escritor y
soñador. Junto a él va su nieta María González,
que animada por las historias de su abuelo acerca
de la ciudad y los hechos curiosos y no tan
curiosos ocurridos en el país, lo llena de
preguntas acerca de su vida…
3 CONTROL Sonido de fondo de la ciudad

LOCUTOR Abuelo, ¿en qué momento llegaste a Bogotá?,


4
Nombre: María ¿naciste aquí?

5 CONTROL Sonido de fondo de la ciudad

LOCUTORES La primera vez que estuve en Bogotá fue para el


año de 1884, fue un momento increíble… aunque
Nombre:
6 yo nací en el llano me siento parte de esta ciudad,
Germán
...pero sentémonos y tomemos un juguito y te
cuento mejor.

LOCUTOR
7 Nombre: María Claro que sí.

Como bien dice nuestro protagonista, por las


palabras dichas por su madre hacia él, se sabe que
nació el 21 de julio de 1870 en un cafetal de la
ciudad de Villavicencio, pero su partida de
bautismo muestra que nació el 28 de julio del
mismo año. Sus padres, oriundos de esa zona
migraron a los pocos días de nacido el pequeño
LOCUTOR Germán,
De reciente fundación, el devenir de
Nombre:
8 Villavicencio ha estado marcado por una
Narrador
posición estratégica para los intercambios
comerciales entre el oriente y el centro del país,
por lo tanto, el desarrollo de la ciudad se ha dado
a partir de un acercamiento hacia el interior de la
llanura oriental y la conexión con la capital, esta
última incentivada por un inusitado desarrollo en
el sector agropecuario y comercial. Un caso de
especial atención es el de Sergio Convers, un
comerciante bogotano que para el año de 1864

193
fundó la hacienda llamada El buque la cual llegó
a tener aproximadamente 80 mil cafetos, este
producto fue central en la economía de la
incipiente ciudad ya que para el año de 1874 en
la región de los llanos había más de un millón de
cafetos y cerca de 120 mil cabezas de ganado.
Pero conozcamos más detalles de la infancia de
don Germán …

Ahora sí mijita, verás, tus bisabuelos salieron del


caserío que era Villavicencio para tener más
oportunidades, la vida era muy difícil, o eso
decía mi madrecita, lo siguiente fue ese viaje tan
LOCUTOR tenaz que tenían que realizar (…) tomaron una
Nombre: trocha empinada muy peligrosa, por qué era
9
Germán peligrosa, pues tocaba atravesar un río, llamado
río Negro, no creo que lo conozcas, en ese
momento no había ni un puente para cruzar,
curiosamente años más adelante construyeron
uno, que tardo muchísimo en estar listo, cosas
típicas de este país.
LOCUTOR Pero abuelo, ¿cómo cruzaron ese río tan
10 Nombre: María peligroso por amor de dios?

Tomaron una balsa para cruzarlo, y lo hicieron


LOCUTOR sobre todo por mí, mi madrecita decía que yo
11 Nombre: recién nacido era bien pequeñito y escuálido,
Germán creo que eso no ha cambiado mucho, ¿o tú qué
crees?

12 CONTROL Suena una risa conjunta

No eres escuálido abuelo, tus manos son muy


LOCUTOR fuertes y siempre me alzaste en tu espalda
13
Nombre: María cuando era más pequeña, lo recuerdo muy bien,
pero bueno, no perdamos el hilo de la historia.
Después de cruzar el río Negro, tomaron una ruta
LOCUTOR que tiene un pasado curioso, era un camino que
partía de la capital del país hacía San Juan de los
14 Nombre: Llanos y San Martín, dicho camino se construyó
Narrador con el objetivo de enviar suministros a los
campamentos en la región, debido a la posible

194
invasión de los llamados bandeirantes brasileros,
con esa situación que se avecinaba, el coronel
Eugenio de Alvarado tomo el liderazgo para la
construcción de esta ruta que fue terminada para
el año de 1760, ahora sí continuemos con el
relato del abuelo Germán
Luego de ese peligroso cruce del río y recorrer
un camino muy viejo y maltrecho con mis padres
LOCUTOR llegamos a Facatativá, para llegar hasta ese lugar
15 Nombre: cruzamos tanto Cáqueza como Chipaque, ¿te
Germán acuerdas cuando vimos en el periódico ilustrado
unos grabados que mostraban esos municipios?

Si claro abuelo, por lo que he visto en los


periódicos y lo que me cuenta mi mamá y sus
LOCUTOR allegados esos municipios han cambiado
16
Nombre: María demasiado, pero ¿por qué se trasladaron de
sitio?, por lo que sé en Villavicencio se podía
vivir medianamente bien.
Cuando era joven le hice esa misma pregunta a
mi mamá, ella respondió que fue por las
dificultades económicas, que a pesar de existir
oportunidades de trabajo en los cafetos, esta
labor no brindaba mucho económicamente, más
adelante, me entere yo en una charla distendida
con tu bisabuelo Antonio, que también nos
LOCUTOR mudamos por tensiones políticas, como bien
17 Nombre: sabes María yo soy liberal, crecí en una familia
Germán liberal, imagínate que tu bisabuelo participó en
una de las muchas guerras civiles que sufrió esta
nación, específicamente la de Supremos, por lo
tanto, terminado el conflicto y después de mi
nacimiento, en Villao los conservadores estaban
alborotados, cazando liberales y jodiéndoles la
vida, entonces mis padres partieron por temor a
su seguridad
Ahora lo entiendo mejor, bueno en parte, yo no
LOCUTOR he vivido tan de cerca esa violencia partidista,
18
Nombre: María ¿cómo fue tu vida en Faca?, ¿qué hacían los
bisabuelos para ganarse el pancito?
LOCUTOR Nosotros llegamos para el mes de septiembre de
1870, esa fecha la recordaban muy bien mis
19 Nombre: padres porque por fin sentían algo de paz y la
Germán posibilidad de imaginar un futuro mejor, al

195
principio estuvimos en una chocita sencilla cerca
de las piedras del tunjo, particularmente recuerdo
a mi padre como un hombre de varios oficios, si,
demasiados oficios, él aprendió carpintería,
zapatería, herrería y la minería, de cada uno
aprendió lo básico, mi madrecita era costurera,
aprendió el oficio en la ciudad de Cali donde
nació, ella y mi padre se conocieron en Buga…

LOCUTOR ¿Aún recuerdas la voz de ella?


20
Nombre: María

LOCUTOR Un poco, sobre todo me acuerdo cuando me


21 Nombre: llamaba a almorzar, porque solíamos almorzar
Germán con mi papá en su taller…

Cortina o sonido de recuerdo – Entra memoria de


22 CONTROL
Germán

LOCUTOR
Germán mijo, vení pues, ya nos vamos a
23 Nombre: almorzar con tu papá
Ascensión

LOCUTOR Ya voy madre, ¿Qué haremos después de


24 Nombre: almorzar?
Germán
Mijito debo entregar unos vestidos y camisas que
LOCUTOR me encargaron en otros talleres, no ves que los
trabajadores necesitan renovar sus vestuarios
25 Nombre: para fin de año. También, debo terminar la ropa
Ascensión para la venta en el mercado de la capital, esa
platica es muy importante.
LOCUTOR
26 Nombre: ¿Entonces la señora Elvira vendrá a cuidarme?
Germán

LOCUTOR
Claro que sí, y te me portás bien, ¿vale?
27 Nombre:
Ascensión

196
28 CONTROL Cortina fin del recuerdo

LOCUTOR Era una mujer que cocinaba muy bien y siempre


29 Nombre: fue muy trabajadora como tu madre.
Germán

LOCUTOR Es una verdadera lástima abuelo que no


tengamos alguna foto de mi bisabuela, me
30 Nombre: María
hubiera gustado verla… pero bueno, imagino que
fue una madre estricta en el estudio...
Si que lo fue, y eso que apenas yo estuve en una
escuelita de primeras letras, casi obligado, tanto
LOCUTOR por mi mamá como por el gobierno, fueron como
31 Nombre: seis años donde aprendí a leer, escribir, algunas
Germán cosas de matemáticas que me han servido un
montón imagínate tú e historia patria y un
poquito de ciencias, que no era lo típico…
Como bien lo anota nuestro protagonista, fue casi
obligado debido al Decreto Orgánico del 1
noviembre de 1870, que significó varios cambios
para la educación de los niños en ese siglo,
primero: la escuela pasó a ser obligatoria y
LOCUTOR gratuita; segundo: la mirada estaba puesta, según
los liberales, en la posibilidad de alcanzar la
32 Nombre: libertad y el progreso a través de la educación;
Narrador tercero: la escuela debía estar separada de la
iglesia, ser completamente independientes, para
lograr tales metas establecieron las llamadas
misiones pedagógicas alemanas que trajeron
métodos de enseñanza diferentes como los de
Pestalozzi y Froebel.
Todo eso lo vi durante seis años, así era mi
rutina: por la mañana asistía a la escuelita, de eso
recuerdo sobre todo mi merienda, tú sabes que he
sido siempre de buen comer, por lo normal era
LOCUTOR una manzana o un durazno, salía como a las
33 Nombre: cuatro de la tarde, muchísimo tiempo metido allá
Germán ala, después almorzábamos en el taller donde
trabajaba mi papá, o nos sentábamos a comer en
la plaza, no importaba el lugar el almuerzo
siempre sabía igual de bien y en la noche
escuchaba las historias de tu bisabuelo, por

197
suerte eso no se ha perdido, ahora tu eres la que
escucha mis historias y al parecer la de hoy será
muy larga…
Pues entre más me cuentas más preguntas tengo,
LOCUTOR además, no había podido conocer muchas cosas
34 de tu vida abuelo, luego de la escuela ¿qué hiciste
Nombre: María abuelo?, imagino que seguir estudiando era
difícil para ti…
Si, la situación no era fácil a pesar de que gracias
a dios a mis papás nunca les faltó el trabajito y la
comida en general, pero, eso de seguir
estudiando era para pocas familias, no era
LOCUTOR posible pensar en algo así, por lo que me dediqué
35 Nombre: a ayudarle a mi papá en el taller, pero fíjate ala
Germán que no fue para nada malo, es más para mí fue
como seguir estudiando y fue algo que me sirvió
para toda la vida y también mira tú que gracias a
la ayuda que daba a mi padre pude conocer
Bogotá.

36 CONTROL Sonido de tráfico de caballos, carretas y personas

Antes de seguir con el relato de Germán de su


primera aventura en Bogotá, imaginemos,
construyamos la imagen de esa Bogotá de finales
del siglo XIX, muy diferente a la que nuestro
protagonista y su nieta están viviendo, para llegar
LOCUTOR a la capital era necesario tomar el camino real,
esté conectaba a la ciudad con los municipios de
37 Nombre: la Sabana, en su largo recorrido era posible
Narrador observar viajeros de todas las zonas del país
trayendo mercancías a lomo de burro o en
carreras, cuando un viajero o extranjero veía a lo
lejos el santuario de Monserrate sabía que su
llegada a Bogotá estaba más cerca.

38 CONTROL Sonido de Plaza de Mercado de fondo

En la mayoría de las veces el que llegaba a


LOCUTOR Bogotá lo hacía por la Calle Real, ahora conocida
39 Nombre: como séptima, una vía que ha visto pasar la
Narrador historia política del país, y podríamos decir que
era la arteria principal de la ciudad, todo pasaba

198
por allí, mercancías, personas e historias.
Pasando por la calle real, era posible tomar
diferentes rumbos, podías seguir derecho y llegar
a la imponente Plaza de Bolívar, o quizás
quedarse un rato y observar las mercancías que
se ofrecían en los negocios de la Calle Real, pero
si el motivo de tu viaje era hacer mercado o
comprar artesanías debías programarte para ir un
viernes y visitar la Plaza Central de Bogotá,
también llamada Plaza de la Concepción, con
ello nos hacemos una imagen muy breve pero
significativa de la Bogotá del siglo XIX, una
ciudad con unos cambios lentos, de un ritmo
parsimonioso a uno más ajetreado como el que
viven nuestros protagonistas.
LOCUTOR ¿Qué fue lo que viste en tu primer viaje a
40
Nombre: María Bogotá?
Hmmm tantas cosas, lo primero que vi fue la
Iglesia de Monserrate, había escuchado algo de
ella, pero no me la imaginaba como un vigilante
de Bogotá, espero me entiendas, también
recuerdo la tranquilidad de la gente para caminar,
bueno no de todos, algo de ajetreo había, pero no
como ahora que ves a todo el mundo correr detrás
del tranvía o del bus, pero los políticos y
LOCUTOR comerciantes, muchos de ellos, tenían rutinas
relajadas, en la mañana tú los veías desayunando
41 Nombre: su chocolate, con arepita, frutas y alguito más,
Germán luego al medio día cuando estábamos con mi
papá caminando por la plaza mayor ingresaban a
los restaurantes más finos de la ciudad. Mi papá
me comentaba que solo trabajaban algunas horas
más después de almorzar, el resto lo dedicaban a
los chismes, porque si algo circula en el capitolio
nacional y sus inmediaciones son los chimes y la
corrupción, pero bueno no me quiero desviar…

LOCUTOR Eso de los chismes y la corrupción no ha


42 cambiado entonces, según me ha dicho mi mamá,
Nombre: María ¿qué vinieron a hacer mi bisabuelo y tú?

43 CONTROL Sonido de lluvia aproximándose

199
Para nada ha cambiado y quien sabe si en un
futuro cambiará eso, pero bueno, vinimos para
hacer un buen mercado, aprovechando que era el
viernes de plaza en Bogotá, compramos frutas y
verduras de toda la sabana y otros alimentos
como queso, carne de cerdo, algunas gallinas y
patos, no comprábamos carne de res porque era
demasiado cara, además solo habían como dos o
LOCUTOR tres famas en Bogotá y ya te imaginarás esos
44 Nombre: precios, después visitamos a un amigo de mi
Germán papá, porque en ese momento él estaba buscando
un nuevo trabajo en la capital y el amigo de él,
Don Vincenzo, era un zapatero veterano, ya tenía
montado su taller hace un buen tiempo en la zona
del río San Francisco, entonces había estado
hablando con mi papá para que trabajará en su
taller y podía ganar unos cuantos pesos más, pero
eso te lo seguiré contando otro día porque el cielo
tiene pinta de aguacero, típico de Bogotá…
Y con esta lluvia capitalina concluimos el
LOCUTOR capítulo de hoy, la próxima semana
escucharemos los relatos de Germán sobre otras
45 Nombre: etapas de su vida en Bogotá, sus trabajos y un
Narrador hecho histórico que dio un vuelco a sus anhelos
y deseos.

200
3. FORMATO DE LIBRETO. 21

1. Ficha de Programa y emisión


Recuerde que es necesario diligenciar con detalle este primer punto, ya que está es la
información para describir, promocionar y subir a la página acompañando la pieza de
podcast. Cualquier cambio de fecha de emisión debe actualizarse con el Master y en este
mismo formato.
Programa: Reminiscencias de un obrero en Bogotá
Mes y año de
Número de Programa
grabación
Capítulo 2. ¿cómo un voceador de prensa se convirtió en
Nombre de la emisión: soldado?

Fecha de emisión:
Este segundo episodio se inicia con el viaje definitivo a la
Descripción capital del protagonista de esta historia, la cual lo acobijó y lo
de la emisión: vio pasar de niño a adulto. En ella tuvo su primer trabajo, en
(Texto para promoción y medio de sus ensoñaciones llegó el último gran conflicto del
detalle del archivo siglo XIX colombiano que lo marcó de por vida, llevándolo a
podcast) explorar el río Magdalena en medio de tristezas e
incertidumbres.
Palabras claves / Tags
(3 a 5 Palabras claves
para identificar y
categorizar el contenido
en buscadores de
información)
Sandra Rodríguez 3234893909
Director(a): y

Licenciatura /
Licenciatura en Ciencias Sociales
Dependencia
Nombre de los
invitados

2. Mapa de procesos internos*


*Espacio reservado para ser diligenciado por el equipo de producción

21
Versión No 3 correspondiente a cambios año 2019-I

201
Fecha de emisión Programa

Fecha de Grabación
(Fecha en la que se graba
OFF
Fecha de
y se reciben todos los Fecha de Fecha de entrada
programación
elementos de Producción podcast
para emisión
producción completos y
debidamente
marcados según el guion)
Fecha Fecha
Fecha DD/MM/AA Fecha DD/MM/AA
DD/MM/AA DD/MM/AA
Nombre Nombre Nombre
Nombre responsable
responsable responsable responsable

Novedades:
_______________________________________________________________________
3. Guía de material entregado para producción
Es necesario que el nombre de los archivos de los audios entregados coincida con los
descritos en esta tabla y en la construcción de este guion. Incluir audios de: entrevistas,
canciones, efectos y demás.
El número de audios es de máximo 10, este número solo puede cambiar si es un programa
de radio teatro.
Audio 01
Audio 02
Audio 03
Audio 04
Audio 05

4. Guion

INTERVENCIÓN TEXTOS DURACIÓN

1 CONTROL Sonido de Plaza de Mercado


Caminando en los alrededores de la Plaza de la
2 LOCUTOR Concepción, Don Germán recordaba sus
primeros trabajos y experiencias en la ciudad,

202
Nombre: había llegado para el año de 1886 con su familia
Narrador a la capital, durante el primer año vivió en una
casa sencilla de un solo piso, una casa típica
según las descripciones de los cronistas
extranjeros que visitaban con mucho interés la
ciudad, normalmente estas casas eran de un
adobe blanco, tenían dos habitaciones sencillas y
un techo en paja, en el caso de la familia
González esta se ubicaba en el sur de la ciudad,
en inmediaciones del río Fucha, por suerte para
el joven Germán significó la posibilidad de
encontrar un trabajo en el centro de la ciudad con
mucha facilidad (…) junto a Don Germán estaba
su nieta, que le preguntó…
3 CONTROL Continúa el sonido de Plaza de Mercado

LOCUTOR Abuelo, no me terminaste de contar ¿qué pasó al


4 fin con el bisabuelo Antonio, ¿al fin si se
Nombre: María mudaron a Bogotá?

LOCUTORES Es cierto, no te conté por ese chubasco tan


Nombre: espantoso que iba a caer, precisamente ahora
5
Germán estaba recordando como fue mi llegada a Bogotá,
tuvimos mucha suerte diría yo…

LOCUTOR
¿Por qué suerte?, acaso ¿era muy difícil llegar a
7 Nombre: María
Bogotá?

8 LOCUTOR Nada de eso, Bogotá desde que tengo memoria


ha tratado de estar bien conectada con la Sabana,
Nombre:
sobre todo por el tema del comercio y los temas
Germán
políticos, como viste para llegar a la Plaza de la
Concepción tuvimos que cruzar por la séptima,
anteriormente llamada Calle real, cuando
llegamos yo tenía apenas 16 años y busqué mi
primer trabajo

9 CONTROL Sonido de voceador de prensa

LOCUTOR He escuchado por mi mamá, que tú has trabajado


10 en muchísimas cosas, ¿cuál fue ese primer
Nombre: María empleo?, imagino que en un taller de carpintería

203
por lo que estuviste aprendiendo con el
bisabuelo, ¿no?
11 LOCUTOR Trabaje en un taller de carpintería, pero fue
muchos años más tarde, esa historia también es
Nombre:
interesante, pero no, inicie como repartidor de
Germán
periódicos como ese muchacho que ves al lado
del puesto de verduras, obtuve ese trabajo gracias
a las amistades que tenía mi papá con los
artesanos y tipógrafos de la ciudad, para ese
entonces debía caminar más o menos unos veinte
minutos hasta Las Cruces, este barrio que queda
más arriba de la plaza, en ese momento trabaje
repartiendo el periódico El Telegrama, del cual
salían bastantes números, los suficientes para
llenar una caja entera que me daban…

LOCUTOR
12 Nombre: María ¿Por dónde repartías los periódicos?

13 LOCUTOR Tenía que hacer un buen recorrido, primero


pasaba por la Plaza Mayor repartiendo los
Nombre:
periódicos a los suscriptores, y después
Germán
caminaba desde el barrio Egipto hasta la calle 13,
donde ahorita se encuentra la Estación del Tren
de la Sabana, iba por las calles gritando las
noticias principales, las polémicas y los
anuncios, era entretenido conocer de primera
mano esas cosas y sobre todo ese primer trabajo
alimento mi gusto por la lectura…

LOCUTOR ¿Y no tenías algún descanso?, yo me quedaría


afónica de estar gritando las noticias del día en
14 Nombre: María
Bogotá y más con todo el ruido de los carros y
la gente pasando
Pues uno tomaba alguito por ahí, como me
ganaba mis pesitos a las tres o cuatro de la tarde
LOCUTOR comía pan con un buen pedazo de carne de cerdo
y una totumada grande de chicha, eso sí que era
15 Nombre: delicioso, después de comer algo pasaba de
Germán nuevo a la imprenta para recibir mi paga que era
lo suficiente para ayudarle a mis padres en la
casa y comprar una que otra novela costumbrista

204
y mi dulce de papayuela que hacía en la Plaza de
las Cruces doña Mercedes. Lo bueno de ese
trabajo también, es que pude escuchar de primera
mano muchas historias de los clientes del
periódico, algunos eran lideres de los gremios de
artesanos que viajaban constantemente a
ciudades como Cali, Barranquilla y Medellín…
Ahora veo, de donde viene ese gusto por los
LOCUTOR viajes que tienes abuelo, además, mi mamá me
16 ha dicho que hasta hace muy poco tú también
Nombre: María hacías parte de grupos de trabajadores o algo
así…

Así es mi querida María, más adelante si quieres


te comentaré de ello, precisamente empecé a
conocer la rutina, el día a día de los trabajadores
cuando empezaba a mantener conversaciones
constantes con un señor de apellido Giraldo, que
me ofreció trabajar también limpiando los tipos
LOCUTOR de las imprentas, eso fue a los cinco años más o
menos de comenzar a repartir periódicos, dure
17 Nombre: muchísimo tiempo trabajando con esa imprenta,
Germán conociendo de primera mano cómo se
elaboraban los periódicos, déjame decirte ala que
es una cosa dura, pero muy gratificante, en serio,
ver como las palabras, las ideas, las críticas y las
posibilidades de un mundo mejor circulan en un
pedazo de papel y como eso animaba a otros para
imaginar algo diferente…

18 CONTROL Música de fondo

La emoción de Don Germán por los periódicos


no era algo menor, los periódicos de todas las
tendencias y colores, se tomaban un espacio cada
vez más grande en la discusión pública bogotana,
LOCUTOR este interés por la prensa se acrecentó tanto que
19 Nombre: en su juventud tuvo una pequeña colección con
Narrador recortes de periódicos de tendencias liberales,
recortes que guardó con mucho mimo, en su
mayoría eran columnas de opinión o noticias
sobre los conflictos entre los rojos y los azules
partidistas, también caricaturas donde se

205
burlaban de personajes del gobierno del clero.
Germán y sus compañeros tipógrafos y
repartidores encontraron en las ideas políticas
que se transmitían en la prensa la posibilidad de
lograr un futuro mejor para ellos y sus hijos.

LOCUTOR Hace mucho no te escuchaba así de animado,


20
Nombre: María ¿recordar eso te alegra mucho o te da nostalgia?
Creo que un poco de ambas, pero más alegría,
con lo que hacía en ese momento llegué a pensar
en el futuro, quería crear un taller de carpintería
con unos compañeros repartidores que también
LOCUTOR conocían el oficio pero aún no tenían la
oportunidad de ejercerlo y quizás más adelante
21 Nombre: tener una casita, bueno eso último si lo logré,
Germán gracias a Dios, pero el anhelo del taller no se
realizó lastimosamente, no sé si alguna vez te lo
comenté pero yo participe de la Guerra de los Mil
Días, bajo el mando del General Benjamín
Herrera…
La guerra de los Mil Días significó tanto para
Germán, como los artesanos, trabajadores y
tipógrafos que lo acompañaban un momento de
incertidumbre enorme, la posibilidad de
LOCUTOR sobrevivir de tal conflicto era mínima, sobre todo
22 Nombre: por la imagen grabada que quedó en la mente de
Narrador nuestro protagonista de la Batalla de Palonegro,
del 11 al 25 de mayo del año de 1900 fueron los
días más largos y angustiosos de su vida, en ese
momento, en esa batalla su único objetivo era
sobrevivir…

23 CONTROL Sonidos de guerra

LOCUTOR ¿Recuerdas algo en especial de la Guerra de los


24
Nombre: María Mil días?
La batalla de Palonegro tenía realmente mucho
LOCUTOR miedo, por primera vez en mi vida pensé que no
vería el sol de nuevo, la batalla se extendió por
25 Nombre: varios días, fue cruenta y horrorosa, durante el
Germán veintitrés de mayo al veinticinco eran tantos los
cuerpos de los hombres caídos en batalla que

206
estos eran usados en las trincheras, quizás ahorita
no entiendes muy bien que significa eso, es
mejor dejarlo así, en últimas tenía mucha
desazón por el inicio de siglo.
La descripción que dio Germán de la guerra dejó
sin muchas palabras a su nieta, sin embargo,
agradeció en su mente la suerte de que su abuelo
sobreviviera. ¿Qué sucedió con Don Germán
LOCUTOR después de la guerra?, pues firmado el Pacto de
26 Nombre: Wisconsin en 1902, la mayoría de los soldados
Narrador retornaron a sus lugares de origen, pero Germán
con la desazón e incertidumbre que le dejó la
guerra realizó una pequeña travesía por algunos
departamentos, sobre todo permaneció en
aquellos que tenían mayoría liberal.
LOCUTOR
27 ¿Qué fue de ti después de la guerra?
Nombre: María
Veo que has quedado con pocas palabras, la
guerra deja una sensación traumática, por eso
decidí no volver a Bogotá durante un tiempo, por
eso llegué a la ciudad de Honda para el año de
1903, creo que fue ese año, bueno, el caso es que
LOCUTOR trabaje como carpintero allá más o menos
28 Nombre: durante un año, después me ofrecieron la
Germán posibilidad de trabajar como carguero en un
vapor del Magdalena, era una oportunidad para
viajar y conocer otros lugares del país, pero
tampoco tenía otra opción, el taller donde había
trabajado se cerró porque el dueño, el señor
Valencia, murió por paludismo.
¿No supiste nada de los bisabuelos durante esos
LOCUTOR años?, debe ser muy preocupante no saber de un
29
Nombre: María ser querido durante tanto tiempo, y más con la
incertidumbre por la guerra…
A ellos les escribí varias cartas durante mis
viajes, lo malo es que estás cartas se demoraban
LOCUTOR muchísimo en llegar, las cartas se podrían
demorar de dos a cuatro semanas, en ellas sobre
30 Nombre: todo les escribía que estaba bien, preocupado,
Germán pero bien, la primera fue antes de la batalla de
Palonegro aprovechando el paso que tuve por
Medellín, luego pasó casi un año y medio y tuve

207
la posibilidad en enviarles una carta y por suerte
recibí una carta.

31 CONTROL Cortina de recuerdo – Germán en Honda

“Padres queridos, espero por la gracia de Dios


que se encuentren lo mejor posible, al leer esta
breve carta sepan que he sobrevivido, por suerte
tantos liberales y conservadores entraron en
razón y firmaron ese pacto, aunque tal firma se
vio como la derrota completa del bando liberal,
ahorita eso no me importa, me encuentro triste
por los miles de compañeros de batalla que
murieron y no sé en verdad que será de mi en
estos meses, no hay trabajo, no hay dinero, la
guerra todo lo quita y muy poco o nada brinda,
ahorita me encuentro en Honda, llegar hasta aquí
fue muy difícil pero lo logré, por lo pronto
aprovecharé los saberes que mi padre me lego,
LOCUTOR espero trabajar como carpintero y quizás
32 Nombre: encontrar algo más que me brinde un respiro y
Germán quizás un plan para los años venideros, tengo
mucha cosas que contarles de mis viajes, sé muy
bien que muchos de los ciudadanos están
conflictuados por las consecuencias de la guerra,
y sobre todo por una, la separación de Panamá,
era un golpe que no esperaba recibir el país,
aunque es extraño el sentimiento de
nacionalismo que invade el lugar, en los
periódicos se reproducen los artículos,
comentarios y caricaturas criticando el actuar del
gobierno colombiano, pero bueno, eso será tema
de discusión más adelante para nosotros cuando
hagamos memoria, por lo pronto me queda
decirles que los extraño y espero verlos pronto,
un abrazo, que Dios y la Virgen me los cuide”
La carta escrita por Germán llegó a manos de sus
LOCUTOR padres casi un mes después, el primer
sentimiento que los invadió fue de alegría por
33 Nombre: saber de su hijo, pero también una sensación de
Narrador preocupación invadió el corazón de la señora
Ascensión que pidió ayuda al señor Vincenzo

208
para escribirle una carta a su hijo, una muy corta
pero sentida.

“Hijo mío, no sabes la alegría que nos da saber


de ti, ore muchísimo a nuestro padre bendito
para que te cuidará, en medio de tus tristezas te
LOCUTOR quiero dar una feliz noticia, con tu papá
34 Nombre: logramos construir una casita sencilla, por fin, y
Ascensión tú nos ayudaste en gran parte para ello, oramos
mucho por ti, espero recibirte pronto por acá y
darte tu postre favorito, un buen dulce de
papayuela”

35 CONTROL Cortina de fin de recuerdo – De nuevo en 1945

LOCUTOR Esa corta comunicación que tuvimos me ayudó


36 Nombre: muchísimo para enfrentar esos días, y sobre todo
Germán por las noticias posteriores

LOCUTOR Pero terminaste volviendo a la ciudad, ¿no?,


37
Nombre: María ¿qué te hizo volver acá?

Fueron dos cosas, la primera fue una fiebre tenaz


que me dio navegando por el Magdalena, yo creo
que fue por obra y gracia del espíritu santo que
sobreviví, a punta de agua, alguna que otra
LOCUTOR comida y paños húmedos, logré salvarme, pero
38 Nombre: sabía que una próxima fiebre me podía matar,
Germán además, gracias a un amigo que me entregó una
carta del señor Vincenzo me enteré de que mis
padres habían fallecido, en ese momento supe
que debía regresar, al menos para despedirme de
ellos.

Del puerto de Honda partió hacia Bogotá, era un


viaje largo y extenuante que duro mes y medio,
sobre todo por las múltiples paradas que hizo en
LOCUTOR los municipios, para trabajar, comprar alimentos
39 Nombre: y abastecerse, para ello, trabajaba en lo que
Narrador saliera, reparando muebles, maquinas,
descargando mercancías, etc., todo ello le
permitió reunir dinero suficiente para llegar a
Facatativá de nuevo. Pero la historia de ese

209
retorno quedará para el próximo capítulo, ahora
Don Germán y su nieta vuelven a la casa,
después de recorrer la Plaza de San Victorino y
la nieta sigue con muchas dudas, pero feliz con
su dulce preferido una melcocha.

210
3. FORMATO DE LIBRETO. 22

1. Ficha de Programa y emisión

Recuerde que es necesario diligenciar con detalle este primer punto, ya que está es la
información para describir, promocionar y subir a la página acompañando la pieza de
podcast. Cualquier cambio de fecha de emisión debe actualizarse con el Master y en este
mismo formato.

Programa: Reminiscencias de un obrero en Bogotá


Mes y año de
Número de Programa
grabación

Nombre de la emisión: Capítulo 3 – De regreso a la capital y el gran amor

Fecha de emisión:
Este tercer episodio se centra en el regreso de nuestro
Descripción
protagonista a la capital. Recorriendo los pasadizos y callecitas
de la emisión:
conoció el motivo que le hacía falta para quedarse, su gran
(Texto para promoción y
amor, a través de una pregunta sin respuesta definitiva, Germán
detalle del archivo
tuvo su motivo para seguir pensando en un próximo día en
podcast)
Bogotá.
Palabras claves / Tags
(3 a 5 Palabras claves
para identificar y
categorizar el contenido
en buscadores de
información)
Sandra Rodríguez 3234893909
Director(a): y

Licenciatura /
Licenciatura en Ciencias Sociales
Dependencia
Nombre de los
invitados

22
Versión No 3 correspondiente a cambios año 2019-I

211
2. Mapa de procesos internos*
*Espacio reservado para ser diligenciado por el equipo de producción
Fecha de emisión Programa

Fecha de Grabación
(Fecha en la que se graba
OFF
Fecha de
y se reciben todos los Fecha de Fecha de entrada
programación
elementos de Producción podcast
para emisión
producción completos y
debidamente
marcados según el guion)
Fecha Fecha
Fecha DD/MM/AA Fecha DD/MM/AA
DD/MM/AA DD/MM/AA
Nombre Nombre Nombre
Nombre responsable
responsable responsable responsable

Novedades:
_______________________________________________________________________

3. Guía de material entregado para producción


Es necesario que el nombre de los archivos de los audios entregados coincida con los
descritos en esta tabla y en la construcción de este guion. Incluir audios de: entrevistas,
canciones, efectos y demás.

El número de audios es de máximo 10, este número solo puede cambiar si es un programa
de radio teatro.

Audio 01
Audio 02
Audio 03
Audio 04

212
Audio 05

4. Guion

INTERVENCIÓN TEXTOS DURACIÓN

1 CONTROL Música de fondo

El viaje de regreso que realizó Germán a


Facatativá trajo consigo muy buenos recuerdos
llenos de nostalgia, los años en que compartía
con sus padres habían terminado, aunque
volviera a la ciudad no tenía claro cuáles serían
los anhelos que lo motivarían a trabajar y luchar.
Para solventar sus gastos en los meses que estuvo
en el municipio encontró un trabajo en la
compañía del Ferrocarril de la Sabana, para el
mantenimiento de los rieles entre la Estación de
Facatativá y la del paradero Los Micos, este
sistema de ferrocarril inició su construcción en
1882 y se suspendió en 1885 a causa de la Guerra
civil de ese año, en ese momento su construcción
dejaba de estar a cargo del Estado de
Cundinamarca a la Cía del Ferrocarril de la
LOCUTOR Sabana. En 1889 el ferrocarril llegaba hasta al
2 Nombre: municipio de Facatativá lo que mejoró de manera
Narrador sustancial el acceso a la capital, cabe resaltar que
el plan de ese primer sistema ferrocarriles era
llegar a Puerto Salgar, tal objetivo se cumplió en
1925.
No obstante, preguntémonos, ¿qué cambios
implicó la construcción de este ferrocarril para la
ciudad?, la transformación más clara se dio en la
mentalidad de la sociedad al mejorar la
comunicación de la capital con los municipios
aledaños. La capital dejó de tener un ritmo
tranquilo y distendido, con la llegada del
Ferrocarril las posibilidades se ampliaron en
términos económicos y de intercambio de
experiencias, ideas, libros, arte y prácticas
culturales. Desde ese momento fue posible unir
la ciudad con los diversos mercados locales,
nacionales e internacionales, a pesar de la

213
lentitud en su construcción, los conflictos y la
pesada burocracia del país, el proyecto avanzaba
lentamente. Volvamos al protagonista de nuestra
historia, hoy los vemos a lo lejos junto a su nieta
María, viendo con nostalgia el edificio que servía
de estación al Tren de la Sabana y que fue
construido en 1917 por el arquitecto inglés
William Lindstone.
3 CONTROL Sonido de tren al fondo de la conversación

LOCUTOR Abuelo, algún día deseo poder viajar por el país


4 en tren, debe ser una experiencia sin igual, ¿no
Nombre: María crees?
Claro, yo tuve la oportunidad de hacer pequeños
recorridos dentro de la Sabana en el ferrocarril,
sobre todo por el trabajo que tuve al volver a
Facatativá creo que era el año de 1906 o finales
de 1905 cuando volví y empecé a trabajar en el
mantenimiento de los rieles, en verdad fue algo
LOCUTOR en lo que me gustó trabajar, sobre todo por la
5 Nombre: posibilidad de aprender de las locomotoras y
Germán todo lo que rodea esa industria; no obstante,
nunca perdí el deseo de volver a la capital, pero
una de las cosas que dejó la guerra en ese
entonces fue desempleo, pobreza y falta de
dinero, entonces conseguir un trabajito era casi
milagroso, entonces me toco mantener mi puesto
durante un buen tiempo.
LOCUTORES Recuerdo la última vez que hablamos de que el
motivo de tu regreso a Bogotá era la despedida
6 Nombre: María
de los bisabuelos, ¿al fin si lograste despedirte de
ellos?, debió ser un momento muy triste para ti.

7 CONTROL Música de fondo de tipo melancólica


Por supuesto, lo hice, mi conciencia no me
hubiera dejado tranquilo si no los iba a visitar,
LOCUTOR ellos quedaron en el cementerio central de la
ciudad, llegue muy temprano al lugar, compre
Nombre:
8 unas flores e hice una oración a las almas
Germán
benditas por ellos, en el fondo mi oración
también era un agradecimiento hacia ellos por
todo lo que me brindaron, aún lo recuerdo y me
da una suspiradera insoportable.

214
9 LOCUTOR Ojalá puedas llevarme pronto al cementerio para
Nombre: María visitar a los abuelos, ahora entiendo mucho más
la devoción que les tenías, ¿hiciste algo más en
la ciudad o te devolviste pronto?

10 CONTROL Sonido de ciudad de fondo

También visité la casa que ellos habían


construido, en ese entonces, como ahora, uno
compraba un lotecito, el terreno en pocas
palabras e iba construyendo poco a poco. El caso
LOCUTOR es que la casa había permanecido vacía durante
un buen tiempo, entonces pasé, le hice algo de
Nombre:
11 aseo y luego pasé un momento al taller del viejo
Germán
Vincenzo amigo de mi padre, que me había
escrito a mitades de 1905, sobre un trabajo en una
fábrica de cerveza que se había inaugurado hace
poco, luego de hablar con el viejo Vincenzo
sobre el trabajo, decidí volver a Bogotá
definitivamente.
Germán volvió a la capital. Durante el trayecto
12 LOCUTOR
que recorrió a su regreso divisó el Santuario de
Nombre: Monserrate, vigilante de Bogotá, pero en esa
Narrador ocasión lo hizo desde la ventana del tren de la
Sabana. Al llegar tomó el tranvía para llegar
cerca de la Plaza Mayor o Plaza de Bolívar, allí
se encontró con el viejo Vincenzo, quien le
entregó algunos objetos que había guardado de
su padre Antonio: un sombrero verde olivo, un
jarrón de barro y un libro de José María Vargas
Vila titulado Aura o las Violetas. Con la herencia
de su padre en sus manos, ambos se dirigieron de
nuevo a la casa de Antonio y Ascensión que se
encontraba ubicada al sur del Hospital San Juan
de Dios, donde más adelante estarían barrios
populares tales como Policarpa, Luna Park y
Ciudad Jardín. Era una casa humilde, de un solo
piso, con un techo hecho en paja y de adobe
pisado, con dos cuartos y los espacios necesarios
para cocinar e ir al baño. Al ver tal lugar de nuevo
Germán se sentía contrariado, con ganas de
llorar, pero a la vez con la tranquilidad de haberse
despedido de sus padres. Al finalizar 1906
empezaba una nueva etapa para nuestro

215
protagonista, conozcamos este nuevo camino
que emprendió Germán.

LOCUTOR
En tus primeros días desde tu regreso, ¿qué viste
13 Nombre: María
de diferente en la ciudad abuelo?

Para mí fue una grata sorpresa ver sobre todo la


14 LOCUTOR
variedad de tiendas y comercios en el centro de
Nombre: la ciudad, recuerdo muy bien que a los pocos días
Germán de volver a la ciudad, me instale en la casa de mis
padres temporalmente, sin embargo, a pesar de
que ya le había hecho un poco de aseo y unos
arreglos cuando la visite por primera vez,
imagínate tú que estaba igual de dejadita,
requería un buen aseo y arreglarle el techo y
reparar los muebles, entonces debía ponerme en
esa tarea, porque unos mesecitos más tarde
estuve trabajando en la fábrica de cervezas de
Germania, entonces era un lugar perfecto para
volver a vivir. Entonces un domingo me fui
desde temprano, primero fui a la misa que daban
en la Iglesia de las Aguas, tipo seis o siete de la
mañana, luego pasé a la ebanistería de Justo
Calzada que en ese entonces se ubicaba sobre la
calle nueve. Después de desayunar un
chocolatico con una arepita en la Plaza de la
Concepción, fui a la sastrería de Abello Jesús
para que me arreglará unos pantalones y camisas,
no me creerías, pero solamente dos pantalones y
dos camisas, ya estaban bien maltrataditos y pues
no tenía el dinero suficiente para comprar ropa
nueva, ni pensarlo mijita, y cerré mi domingo
comprando enseres de cocina y otras chucherías
para la casa en el Pasaje Rivas.
El Pasaje Rivas era uno de esos pocos lugares
que nuestro protagonista recordaba, fundado en
LOCUTOR los primeros años de la década de 1890,
Nombre: representó para la capital el momento de
15
Narrador transición de una ciudad colonial a una ciudad en
camino a la modernidad, este tipo de pasajes
respondían a una subdivisión de los espacios de
la ciudad con el propósito de mejorar su uso para

216
el comercio. Se podía encontrar en una sola
manzana tanto viviendas, como edificios
gubernamentales, comercios, hoteles y bancos en
medio de la creciente valoración de los espacios
urbanos y su diversificación. Aparecieron
pequeñas calles que condensaron un amplio
abanico de ofertas y servicios, por lo tanto, los
pasajes representaban no sólo una
transformación a nivel arquitectónico para la
ciudad, sino las ideas traídas desde urbes como
Londres o Paris, que transformaron la mentalidad
de la ciudad bajo la lógica de la necesidad y la
ambición “cosmopolita”.
Ahora bien, tal espacio sería fundamental para la
vida de Germán; sin embargo, para saber más
recordemos una pequeña conversación que
tuvieron María y su abuela Gregoria Valencia
días después de la charla con su abuelo.

LOCUTOR Abuelita Gregoria, hablando hace unos días con


16 el abuelo me hablo mucho sobre el Pasaje Rivas,
Nombre: María ¿qué tiene de especial ese lugar?

LOCUTOR Pues verás mijita, en ese lugar nos vimos por


17 Nombre: primera vez con tu abuelo, cuando lo recorro se
Gregoria me llena el corazón de muy bellos recuerdos.

LOCUTOR Cuéntame, ¿cómo se conocieron?, nunca he


18
Nombre: María tenido la oportunidad de conocer su historia.

19 CONTROL Sonido de fondo de zona comercial

Era el año de 1907, creo, ese día yo estaba


buscando un escritorio para la habitación que
tenía alquilada, en ese momento tu abuelo se me
LOCUTOR quedo viendo un buen rato, no sé qué detallaba,
20 al principio no le puse mucho cuidado, hasta que
Nombre:
se acercó y se presentó de manera muy decente
Gregoria
quitándose el sombrero, entonces lo salude de la
misma manera y después hizo una pregunta que
nos conectó en una conversación que hasta hoy
no tiene fin, ¿cuál es el libro que usted tiene ahí?,

217
así fue la pregunta, yo le respondí que estaba
leyendo Aura o las Violetas, del maestro José
María Vargas Vila, fue a través de ese libro que
empezamos a charlar, durante el resto del día,
creo que no hay manera más bella de conocer a
alguien.

En nuestro próximo episodio continuará esta


conversación entre María y su abuela.
LOCUTOR Seguiremos también conociendo más detalles de
21 Nombre: estas reminiscencias en un próximo capítulo
Narrador donde sabremos el desarrollo de la relación de
Don Germán con Gregoria y la formación de su
familia, los esperamos.

218
3. FORMATO DE LIBRETO. 23

1. Ficha de Programa y emisión


Recuerde que es necesario diligenciar con detalle este primer punto, ya que está es la
información para describir, promocionar y subir a la página acompañando la pieza de
podcast. Cualquier cambio de fecha de emisión debe actualizarse con el Master y en este
mismo formato.
Programa: Reminiscencias de un obrero en Bogotá
Mes y año de
Número de Programa
grabación

Nombre de la emisión: Capítulo 4 – Formando una familia

Fecha de emisión:
En este cuarto episodio se narra la historia del gran amor de
Descripción
Germán, Gregoria. La audiencia conocerá su relación y el
de la emisión:
florecimiento de su matrimonio, así como el nacimiento del
(Texto para promoción y
sentimiento de rebeldía y lucha de Germán, alimentado por la
detalle del archivo
lectura y su experiencia vital, pasando de ser espectador a
podcast)
protagonista de los hechos.
Palabras claves / Tags
(3 a 5 Palabras claves
para identificar y
categorizar el contenido
en buscadores de
información)
Sandra Rodríguez 3234893909
Director(a): y

Licenciatura /
Licenciatura en Ciencias Sociales
Dependencia
Nombre de los
invitados

23
Versión No 3 correspondiente a cambios año 2019-I

219
2. Mapa de procesos internos*
*Espacio reservado para ser diligenciado por el equipo de producción
Fecha de emisión Programa

Fecha de Grabación
(Fecha en la que se graba
OFF
Fecha de
y se reciben todos los Fecha de Fecha de entrada
programación
elementos de Producción podcast
para emisión
producción completos y
debidamente
marcados según el guion)
Fecha Fecha
Fecha DD/MM/AA Fecha DD/MM/AA
DD/MM/AA DD/MM/AA
Nombre Nombre Nombre
Nombre responsable
responsable responsable responsable

Novedades:
_______________________________________________________________________

3. Guía de material entregado para producción


Es necesario que el nombre de los archivos de los audios entregados coincida con los
descritos en esta tabla y en la construcción de este guion. Incluir audios de: entrevistas,
canciones, efectos y demás.

El número de audios es de máximo 10, este número solo puede cambiar si es un programa
de radio teatro.

Audio 01
Audio 02
Audio 03
Audio 04
Audio 05

220
4. Guion

INTERVENCIÓN TEXTOS DURACIÓN

1 CONTROL Música de fondo

Gregoria, amor mío, hablar con María me ha


LOCUTOR hecho recordar todo lo que pasamos juntos, sus
2 Nombre: preguntas me llevan a pensar sobre los sueños y
Germán expectativas que tenía, ¿aún recuerdas nuestros
primeros meses?

Por supuesto que sí, después de nuestras


LOCUTOR primeras charlas sobre ese libro de Vargas Vila,
me invitaste a recorrer el parque Centenario,
3 Nombre: recuerdo que me hablaste de tus viajes en el
Gregoria Magdalena, lastimosamente no podíamos salir
mucho
Es cierto, al poco tiempo de hacernos novios
LOCUTOR comencé mi trabajo en la fábrica de cerveza de
Germania, fue un trabajo milagroso en medio de
4 Nombre: la situación tan difícil que vivía el país. Creo que
Germán mi anhelo se cumplió, el hecho de estar junto a ti
y formar nuestra familia ha sido mi mejor utopía.
Sonido de fondo – personas caminando y
5 CONTROL
hablando

Mientras los dos esposos siguen compartiendo


sus memorias, les quiero contar qué contribuyó
al milagro del trabajo de Germán en la fábrica de
cerveza. Esto fue posible debido a las políticas de
recuperación económica después de la guerra,
con las cuales se buscó atenuar las crueles
LOCUTORES consecuencias de la Guerra de los Mil Días y la
Nombre: Separación de Panamá. En esos años los
6 colombianos no podían comprar lo necesario
Narrador
para su día a día, el alza y especulación sobre los
precios de los alimentos, junto con la reducción
de los salarios reales de los trabajadores,
provocaron una situación desoladora, sobre todo
durante los años 1901 y 1902. Por esta razón, en
primer lugar, se buscó la estabilización de la
moneda, acompañada de la creación del Banco
Central o más adelante llamado Banco de la

221
República; además, se reestableció el crédito del
país en el exterior y la atracción de capital
extranjero que en últimas incentivó al
crecimiento de la industria del país. También se
trazó un ambicioso plan de mejoramiento del
sistema de transportes lo que le permitió para
obreros como Germán, un empleo estable y
mejorar en parte las apaleadas condiciones de
vida. De este modo se abrió un nuevo escenario
de posibilidades que Germán evoca en la
conversación con su nieta, esta vez con la
compañía de su esposa Gregoria.

Sonido de un radio reproduciendo música


7 CONTROL
colombiana o música clásica
Aprovechando que los dos están aquí conmigo,
LOCUTOR
me gustaría escuchar la historia de su boda,
8 Nombre: María ¿cuándo se casaron?, ¿cómo fue todo eso?

9 LOCUTOR Recuerdo que fue a finales de 1907, lo tenía todo


planeado para el domingo en la noche, me tocaba
Nombre:
ese día porque el resto de la semana era muy
Germán
complicado, mi horario en la fábrica era largo,
casi de 13 horas, entonces tocaba el domingo. A
nosotros, siempre nos ha gustado salir a caminar,
sobre todo por la calle real, ver las prendas, joyas
y diversos productos que aparecen en los
comercios, uno alimenta la vista, sin antojarse,
pero bueno, caminamos y el plan era avanzar
hasta la floristería de un amigo mío que me tenía
ya un ramo de margaritas preparado con la
pregunta, ¿quiere casarse conmigo?, una
pregunta concreta, al punto, pero, con mucha
ilusión.

10 CONTROL Gregoria suelta una pequeña risa

LOCUTOR
11 Nombre: María ¿y esa risa abuela?

12 LOCUTOR Lo mismo me pregunto yo

222
Nombre:
Germán

Discúlpenme, no piensen mal de mí,


simplemente que recordar eso me da nostalgia y
alegría, lo recuerdo muy bien, antes de decirme
LOCUTOR esa pregunta, Germáncito se echó un rollo muy
lindo ala, algo así como… eres lo mejor que me
Nombre:
13 ha pasado en mi vida, te adoro, adoro compartir
Gregoria
los días y las noches contigo, si he de imaginar
algún futuro posible, un horizonte, espero que
estés en ese lugar… fue muy bello, y pues
obviamente yo le dije que sí, por supuesto quería
pasar el resto de mi vida con él.
¿En qué Iglesia se casaron?
14 LOCUTOR
Nombre: María

En la del barrio Egipto, fue algo muy sencillo y


tranquilo, no teníamos muchos invitados apenas
los amigos de la fábrica y los amigos de
Gregoria, por suerte, logre conseguir un bello
LOCUTOR anillo plateado, que aún conserva su color y su
Nombre: brillo. Después de la boda nos mudamos al barrio
15
Germán Las Cruces, ya que me permitió ahorrarme algo
de tiempo para llegar al trabajo, los tiempos en
Bogotá cada vez se aceleraban más, y aunque
existía el tranvía y este se había mejorado, toda
la gente corría y parecía que no les alcanzará el
tiempo
Después de tan bello recuerdo traído de vuelta
por las preguntas de su nieta, ambos abuelos
LOCUTOR siguieron contando su vida como esposos, si bien
eran muy felices juntos, existía en ambos aún una
16 Nombre: sensación de melancolía por el recuerdo de la
Narrador guerra, que se empezó a desvanecer entre otras
cosas, por la conmemoración del centenario de la
independencia en 1910.
LOCUTOR Después de casados, ¿en qué año nació mi mamá
17
Nombre: María Estela?

223
Pues la ceremonia de la boda fue en 1908, el 9 de
abril, tu madre nació dos años después, el 13 de
septiembre de 1910 en el Hospital San Juan de
Dios, ha sido nuestra mayor alegría y motivación
LOCUTOR en esos años y ahora, y también es especial por
el año, ya que meses atrás se celebró el
18 Nombre: centenario de la Independencia de Colombia. En
Gregoria el discurso dado por las autoridades se buscaba
una reconciliación definitiva entre todos aquellos
ciudadanos colombianos, recuerdo que en ese
momento había un aura de optimismo por el
porvenir, o eso pretendían las autoridades.
Cuando eso sucedió yo tenía mis completas
reservas, las heridas de la guerra y el sentimiento
de pérdida que inundaba al país, se podía sentir
LOCUTOR hasta en los huesos, era muy difícil persuadir a
aquellas personas que perdieron familiares,
19 Nombre: trabajos y vidas por esos hechos con simples
Germán caravanas, desfiles y exposiciones comerciales,
sentí el optimismo al ver a tu mamá recién
nacida, solamente en ese momento empecé a
pensar en el porvenir.

20 CONTROL De fondo música de época

Esta celebración que tanto Germán como


Gregoria situaron de manera diferente, fue
preparada con varios años de antelación, desde el
año de 1907 se fueron implementando las
medidas legales necesarias para conformar una
comisión que se encargó de todo lo necesario
para el importante día, esta celebración según el
LOCUTOR presidente Reyes debía ser un evento importante,
21 donde no se escatimarán recursos con el fin de
Nombre:
cumplir el objetivo mencionado por Gregoria,
Narrador
olvidar los hechos trágicos de inicios del siglo
XX. Quizás estos hechos no fueron olvidados por
Germán, pero el nacimiento de su hija lo motivo
también para pensar en los cambios que se
necesitaban no sólo en la ciudad sino en el país,
en últimas comenzó en su interior unas disputas
por el porvenir, que más adelante quedarían más
plasmadas. Por lo pronto, María, siguiendo la

224
línea de lo contado por sus abuelos continuó
preguntando

Ahora que recuerdo, mi mamá me dijo que


LOCUTOR estuviste mucho tiempo trabajando en esa fábrica
22 de cervezas, pero luego trabajaste en una
Nombre: María panificadora y después en algo más, ¿qué te hizo
retirarte de esos lugares?

LOCUTOR Verás mijita, en la fábrica de cervezas estuve


23 Nombre: hasta el año 1915 aproximadamente, y no me
Germán retire, me despidieron más bien…

Suena risa de fondo de los dos abuelos – continua


24 CONTROL
el radio sonando más adelante

El motivo del despedido fue instigar a sus


compañeros a reclamar un mejor salario y
LOCUTOR horarios más flexibles, para los jefes de la fábrica
25 Nombre: tal situación no podía seguir creciendo, por lo
Narrador tanto, lo cortaron de raíz, ese primer despido
marcó un impulso para nuestro protagonista, que
lo recuerda de la siguiente manera…

26 CONTROL Entra recuerdo- de fondo sonido de fábrica

Pensaron que con el despido no continuaría con


mis convicciones, pero estaban muy
equivocados, en ese momento estaba convencido
de la necesidad de afrontar claramente y con
acciones concretas la injusticia laboral que se
LOCUTOR vivía a diario en las fábricas. Ahora es más claro
para mí que lo vivido en el pasado me permitió
27 Nombre: entender mejor las preguntas que tenía de joven:
Germán ¿por qué trabajar más de doce horas?, ¿por qué
nuestros salarios son más bajos?, ¿no merecemos
condiciones dignas de trabajo?, pero ahora me
preguntó ¿será posible organizarnos y poder
pelear lo que anhelamos y es nuestro derecho?,
ahora es el momento, ¿o no compañeros?

225
En esa primera charla conjunta con sus
compañeros, comenzaron las convicciones y
anhelos que más adelante quedaron plasmados,
por lo pronto, si bien nuestro protagonista
deploraba las condiciones laborales, era esencial
para él continuar trabajando, por lo tanto, gracias
a las amistades formadas en las fábricas y en las
charlas de cantinas y cafés con los obreros y
artesanos de la ciudad, logró conseguir un
LOCUTOR empleo en la Sociedad de Molinería y
Panificación, una empresa fundada para el año de
28 Nombre: 1904, la cual tenía como socio al señor Francisco
Narrador Quintana principalmente, su ramo básico era la
producción de harina trigo, que se distribuía en
diferentes panificadoras de la ciudad,
precisamente el ingreso de Germán a la
Molinería fue gracias a un amigo que trabajaba
en la panificadora y pastelería francesa de
Gayzaud y Cía, clientes frecuentes de la
Molinería del señor Quintana. Sin embargo,
veamos como concluye la charla que sostenían
los abuelos con su nieta.

29 CONTROL Fin del recuerdo – continúa sonando el radio

Lo despidieron por denunciar y reclamar mejores


condiciones en el trabajo con unos compañeros,
LOCUTOR eso te cuento; sin embargo, pudo trabajar en la
30 Nombre: Molinería de Francisco Quintana, eso ayudó
Gregoria mucho a estabilizar las cosas…

Además, en los años que estuve en la Molinería


aprendí otras labores como la producción de
harina trigo y en el poco tiempo libre que me
LOCUTOR quedaba, con los compañeros de la panificadora
31 Nombre: aprendía a hacer postres y otras cositas que solía
Germán preparar en la casa, ahora con estos dolores en las
manos es más difícil para mí hacer todo eso.

226
LOCUTOR Seria lindo que me enseñarás alguna receta
32 abuelo, y además de aprender sobre pastelería y
Nombre: María eso, ¿qué más hiciste en esos años?

Fueron años interesantes, ya no solo me dedica a


mis labores, estuve leyendo mucho más, sobre
todo periódicos y novelas costumbristas, pero me
enfoque en los llamados periódicos obreros que
circularon en Bogotá durante varias décadas,
tenía algunos recortes de los más antiguos, pero
simplemente los reunía no me ponía a la tarea de
analizar lo que en verdad querían decir, aparte de
LOCUTOR eso compraba los periódicos del día, leía las
33 Nombre: columnas de opinión y los reclamos que se le
Germán hacían al gobierno de turno, todo eso me animó
a ser parte del movimiento obrero, que se fue
organizando lentamente en esos años, quería ser
parte de ello, pero no como un líder, sino leer y
luchar codo a codo con mis compañeros por eso
tomamos como vías de acción la participación en
las huelgas y la escritura anónima en periódicos
de la época, es una historia larga, ¿te gustaría
escucharla?

LOCUTOR Por supuesto, mi mamá me ha mencionado


34
Nombre: María pequeñas cosas, pero no lo suficiente.

LOCUTOR
Te contaré, pero será mañana ahora debemos ir a
35 Nombre: la misa de las 6 pm.
Germán

227
3. FORMATO DE LIBRETO. 24

1. Ficha de Programa y emisión


Recuerde que es necesario diligenciar con detalle este primer punto, ya que está es la
información para describir, promocionar y subir a la página acompañando la pieza de
podcast. Cualquier cambio de fecha de emisión debe actualizarse con el Master y en este
mismo formato.
Programa: Reminiscencias de un obrero en Bogotá
Mes y año de
Número de Programa
grabación

Nombre de la emisión: Capítulo 5 – Utopías en disputa

Fecha de emisión:
Este último episodio, representa el final del diálogo de
Descripción Germán, su nieta María y su hija Estela. Conoceremos las
de la emisión: motivaciones que avivaron la lucha que llevó a cabo nuestro
(Texto para promoción y protagonista a través de la acción y la palabra escrita, al final
detalle del archivo de esta historia se conocerán las utopías que motivaban a
podcast) Germán y que posiblemente alentaron a los trabajadores que
vivieron en su época.
Palabras claves / Tags
(3 a 5 Palabras claves
para identificar y
categorizar el contenido
en buscadores de
información)
Sandra Rodríguez 3234893909
Director(a): y

Licenciatura /
Licenciatura en Ciencias Sociales
Dependencia
Nombre de los
invitados

24
Versión No 3 correspondiente a cambios año 2019-I

228
2. Mapa de procesos internos*
*Espacio reservado para ser diligenciado por el equipo de producción
Fecha de emisión Programa

Fecha de Grabación
(Fecha en la que se graba
OFF
Fecha de
y se reciben todos los Fecha de Fecha de entrada
programación
elementos de Producción podcast
para emisión
producción completos y
debidamente
marcados según el guion)
Fecha Fecha
Fecha DD/MM/AA Fecha DD/MM/AA
DD/MM/AA DD/MM/AA
Nombre Nombre Nombre
Nombre responsable
responsable responsable responsable

Novedades:
_______________________________________________________________________
3. Guía de material entregado para producción
Es necesario que el nombre de los archivos de los audios entregados coincida con los
descritos en esta tabla y en la construcción de este guion. Incluir audios de: entrevistas,
canciones, efectos y demás.
El número de audios es de máximo 10, este número solo puede cambiar si es un programa
de radio teatro.
Audio 01
Audio 02
Audio 03
Audio 04
Audio 05

4. Guion

229
INTERVENCIÓN TEXTOS DURACIÓN

1 CONTROL Música de fondo

Una tarde el abuelo Germán revisaba lentamente


algunos objetos que guardaba en un baúl que se
encontraba a los pies de su cama, uno de esos
objetos era la tapa de un libro que guardaba en su
interior varios recortes de periódicos y números
de periódicos, habían de diverso tipo, desde
periódicos clásicos en el país como el Tiempo y
LOCUTOR el Espectador, pasando por prensa de corte
obrero, entre ellos diversos números del
2 Nombre: periódico Claridad, El proteccionista, La Unión
Narrador Obrera, entre otros. En esa revisión de objetos
también encontró trozos de papel con reflexiones
escritas, volantes, pasquines, caricaturas y libros
leídos en la juventud de Germán. Mientras
revisaba en sus recuerdos, se acercó su hija María
y su nieta Estela y le ayudaron a ordenar todos
esos objetos que guardaba mientras conversaban
sobre estos viejos recortes.

Te acuerdas abuelo que no me contaste de tu


LOCUTOR participación en los grupos de trabajadores,
3
Nombre: María ahora viendo estos periódicos que guardas, sé
que fue una experiencia importante para ti.

Es cierto papá, yo sabía de algunas cosas por


LOCUTOR pequeñas charlas con mi mamá, pero no sabía
4
Nombre: Estela que habías estado tan interesado, ¿Cómo empezó
ese interés?

5 CONTROL Sonido de imprenta en el fondo

¿Por dónde empezar? (…) Creo que este número


servirá, yo le había comentado a Estelita que
LOCUTORES después de la Guerra de los Mil Días, la situación
acá era terrible, conseguir un empleo era muy
Nombre: difícil, el hambre imperaba, y no había mayor
6
Germán expectativa en el país, por lo tanto, los
trabajadores estaban muy descontentos alá, y
sobre todo berracos con los partidos
tradicionales, esa gente no había hecho mayor
cosa por los trabajadores y obreros del país, por

230
lo que empezaron a reunirse y a dar los
argumentos de su embejucada, para empezar, los
partidos, tanto los liberales como los
conservadores, usaban a los trabajadores y
obreros en las elecciones, lo siguiente era la
inexistente representación de los trabajadores en
la política, por lo tanto, las leyes nada nos
beneficiaban, más bien, servían para jodernos la
vida y nada más, pero lo peor, era el hecho de ser
carne de cañón en las guerras civiles. Pasó
conmigo en 1900, pasó con mi papá por allá en
1870 creo, y lo peor es que podría pasar con los
hijos de nosotros ahorita, esperemos que no. (…)
Todo eso llevó a que los trabajadores se
organizaran con los industriales en la Unión
Nacional de Industriales y Obreros, y en este
número de un periódico llamado en ese entonces
el proteccionista se podían ver las consignas que
tenían en ese momento.

7 CONTROL Estela toma el periódico

Quién se lo imaginaría, aquí hay cosas que se


siguen peleando, aunque imagino que esté primer
impulso ayudó a que al menos se lo plantearán
por primera vez …Veamos, “el impulsar el
adelanto moral y material de los obreros;
impulsar la construcción de hospitales; contribuir
al establecimiento de las cajas de ahorro y los
LOCUTOR montes de piedad”, papá, ¿no fue en una caja de
8 Nombre: Estela ahorros que tu lograste tener el suficiente dinero
para empezar la construcción de la casa?, y otra
cosa que dice acá es “tener una genuina
representación de obreros e industriales en los
órganos legislativos”, bueno eso es algo
interesante, creo que el Doctor Gaitán representa
eso para las elecciones del otro año, los intereses
de los obreros e industriales, esperemos que le
vaya bien.

9 LOCUTOR Ojalá el doctor Gaitán pueda ganar, aunque eso


es muy difícil ya sabes que los partidos
Nombre:
tradicionales entre ellos se reparten el gobierno.
Germán
Y si, fue en una caja de ahorros que logre juntar
lo suficiente para la casa, desde ese año se venía

231
planteando ese tipo de cambios, que sonaban
muy utópicos en su momento, pero algunos
proyectos triunfaron y otros quedaron en boga,
recuerdo, además, que esas intenciones
reformadoras que tenían los trabajadores y
obreros de ese entonces se vieron más claras y
firmes con la fundación del ”Partido Obrero”,
cuyo periódico era esté, en ese momento yo
recién había vuelto a la capital y no estaba muy
empapado del asunto, pero sí me dejó intrigado
esos primeros movimientos.

10 CONTROL Sonido de huelgas

Para entender mejor ese primer acercamiento de


Germán a los movimientos de trabajadores y
obreros veamos un poco como se plasmaba y
desarrollaba esa experiencia descrita por nuestro
protagonista. La naciente clase obrera en la
ciudad, hacia sus reclamaciones y pintaban sus
anhelos y deseos, es decir, en últimas utopías, a
través de la prensa, y fue gracias a este medio que
nuestro protagonista alimentaba las suyas. Para
el año de 1913, la anterior experiencia descrita en
El Proteccionista, de la Unión de Industriales y
Obreros se reformó en una nueva organización
llamada Unión Obrera, la cual buscó establecer
LOCUTOR una diferencia clara entre los trabajadores y los
Nombre: partidos tradicionales, así mismo se separaban de
11 los industriales, que terminaron siendo vistos
Narrador
como capitalistas explotadores y antagonistas de
los obreros, este grupo fue la primera experiencia
que viviría Germán de cerca, ya que pudo
participar de diversas reuniones de la Unión, en
la mirada de nuestro protagonista el interés que
tuvo en acercarse a este grupo radicaba en las
ideas en torno al progreso material e intelectual
de los obreros, la posibilidad de participar
políticamente y contribuir a mejorar sus
condiciones laborales, y la composición de sus
miembros, donde tenían cabida todas aquellas
personas que “ejerciendo un arte, profesión u
oficio, estén convencidas de la necesidad de la
unión obrera para el mejoramiento moral,
intelectual y material de las clases proletarias de

232
Colombia”, además, recalcaba el periódico la
Unión Obrera en su número del año 1916, que
para ser integrante o socio de la Unión, era
indispensable ser un hombre libre de todo
fanatismo, sea este religioso o político.

12 LOCUTOR Más adelante, si participé de la Unión, pero no la


que estaba compuesta por los industriales y
Nombre:
obreros, , sino de la Unión Obrera, la cual se
Germán
separaba de estos, es decir, los empresarios, los
patrones, muchos de ellos solamente buscaban
usar a los trabajadores como un trampolín
político para sus intereses, en este grupo lo que
primaba era el bienestar y las expectativas de los
trabajadores, y eso me llamó mucho la atención,
sobre todo porque pensaba en el bienestar de
María, y muy en el fondo en el tuyo Estelita, lo
que hacemos durante el pasado contribuye a las
siguientes generaciones, y yo quería asegurar
algo bueno para ustedes. Por eso, para mí y mis
compañeros de la unión fue muy importante esta
organización, por primera vez nuestras utopías
podían ser posibles a través de la larga lucha a
través de la acción y la palabra.

LOCUTOR
¿Y qué sucedió en los siguientes años con esa
13 Nombre: María
lucha?

Yo me acuerdo, cuando tenía como 9 años que


14 LOCUTOR
pasó algo terrible en la ciudad, como una protesta
Nombre: Estela o huelga que terminó con varios muertos y
heridos, sobre todo lo recuerdo porque tú ese día
estabas llorando con mi mamá.
Si, eso no lo podré olvidar jamás. Paso en el año
de 1919, ese día las organizaciones de artesanos
LOCUTOR y obreros protestaron por la compra de una gran
cantidad de uniformes traídos de los Estados
Nombre:
15 Unidos para el Ejército Colombiano, esto con el
Germán
fin de celebrar el centenario de la Batalla de
Boyacá, desde inicios de ese año venía leyendo y
escuchando de mis compañeros el ánimo que
existía para esas celebraciones (…)

233
CONTROL Sonido de huelga de fondo

Este descontento por parte de los artesanos y


obreros no era gratuito, desde el año de 1918 las
tensiones políticas entre partidos y la
efervescencia social no paraba de crecer a nivel
nacional, todo ello se fue acumulando con el paso
de los meses y estalló en Bogotá. En los primeros
días de marzo de 1919 con la muestra al público
a través de la prensa, de las gestiones que hacía
LOCUTOR el gobierno de Fidel Suárez para la compra de
ocho mil uniformes traídos del extranjero,
16 Nombre: representó una ofensa para el pueblo trabajador,
Narrador que veía como sus posibilidades laborales se
reducían, recordemos que en esos años Bogotá
presentaba unas condiciones sociales
paupérrimas, el desempleo y el hambre asolaban
a una ciudad, que hacía apenas unos años fue
golpeada fuertemente por una epidemia de gripe,
todo esto condujo a una marcha para el 16 de
marzo de 1919, sigamos escuchando las
memorias de Germán sobre este hecho.
No obstante, la publicación de esas gestiones
provocó que nos organizáramos lo más pronto
LOCUTOR posible, se hicieron fuertes denuncias a través de
17 Nombre: la prensa en publicaciones como La Gaceta
Germán Republicana y La Libertad, se hicieron fuertes
reclamaciones, mira aquí encontré este
fragmento (…)

18 CONTROL Procede a leer María

Obreros:
De nada vale tener derecho de comer, si no se
LOCUTOR come.
19 Es inútil tener derecho a beber, si no se bebe.
Nombre: María De nada sirve tener derecho a ser libre, si no se
es.
Hace falta el hecho, en vez del derecho.

234
LOCUTOR Es muy ilusionante ese fragmento, motiva
20 mucho. Entonces, ¿en qué fecha fue la marcha
Nombre: Estela papá?

Fue para el 16 de marzo de 1919 que se convocó


la marcha, ese día salimos temprano de la
molinería y los talleres, iba con los compañeros
hacia la Plaza de los Mártires, y más adelante,
nos congregamos en la Plaza de Bolívar, era una
LOCUTOR cantidad importante de gente que estaban
21 Nombre: escuchando el discurso del compañero Alberto
Germán Manrique Páramo que fue uno de los promotores
de la marcha, él hacia un llamado a estar en
calma, mantenernos pacíficos. Se intentó
negociar con el gobierno una sola cosa: la
derogación inmediata del decreto de compra de
los uniformes para el Ejército Colombiano

LOCUTOR ¿Cómo terminó todo eso abuelo?, ¿Encontraron


22 alguna solución por parte del gobierno sobre el
Nombre: María decreto para la compra de los uniformes?

De fondo arengas y después suenan disparos y


23 CONTROL
sonidos de cañón

Lo que lográbamos escuchar en el voz a voz era


que las negociaciones habían fallado, según lo
que gritaban los representantes de los obreros, el
presidente Suárez desvió la negociación hacia
promesas vacías y discutían el tema principal,
para rematar mientras arengábamos y
esperábamos la solución a nuestra petición
comenzaba a llover, luego de unas horas salieron
LOCUTOR los representantes de los trabajadores y
24 Nombre: gritábamos “viva la revolución”, “viva el
Germán socialismo”, “viva el bolchevismo”, muchas de
estas ideas venían circulando desde hace poco en
la ciudad y fueron traídas de un país muy lejano
que estaba viviendo un proceso revolucionario
de la mano de un hombre llamado Lenin, en
términos muy generales este posicionamiento
político planteaba la posibilidad de transformar
las condiciones laborales de los trabajadores, así
mismo abogaba por una sociedad justa y

235
equitativa. Enmedio de esos gritos y arengas vi
como empezaban a lanzar piedras a una de las
ventanas del Palacio de la Carrera donde se
encontraba el presidente Suárez, en ese instante
sentimos que algo terrible pasaría y salimos
corriendo, unos minutos después escuchamos los
disparos de la guardia presidencial contra la
multitud, jamás olvidaré el sonido de un cañón
puesto en la entrada del palacio, todo era tan
caótico, en el medio de esa masacre y disparos vi
con mis propios ojos como mi amigo y
compañero Gabriel Chaves fue asesinado por el
ministro de Guerra, estaban discutiendo
fuertemente y lo siguiente que vi fue como caía
por un disparo del ministro. Ese día murieron
como unas 10 personas y quedaron 15 heridas,
según lo que leí en el periódico, sentía una rabia
y tristeza sin igual, en la calle 7 con carrera 8 con
mis compañeros nuestras convicciones se
hicieron más fuertes y claras, las disputas por las
utopías no hacían más que comenzar.

LOCUTOR Y después de lo sucedido en la marcha, ¿seguiste


25
Nombre: Estela participando en las organizaciones?

Por supuesto, lo sucedido en la marcha nos


motivó a continuar, sobre todo por la muerte del
LOCUTOR compañero Gabriel, no dejaríamos que nuestros
anhelos se vieran truncados, por eso durante los
26 Nombre: siguientes años participamos de varias reuniones
Germán y asambleas, también comentábamos los
acontecimientos de otras partes del país descritos
en la prensa.

En 1925 Germán fue invitado por los


trabajadores del Ferrocarril de la Sabana y otros
obreros anarcosindicalistas a participar de la
LOCUTOR Confederación Obrera Nacional, gestada en el
27 seno del segundo Congreso Obrero de julio de
Nombre:
1925. Con la confederación se pretendía que los
Narrador
diversos sindicatos existentes no solo en la
ciudad sino en el país llevarán a cabo más que
una lucha por sus diversas reivindicaciones, se
buscaba la disputa del poder frente al gobierno y

236
los patronos. Y en esa experiencia de la CON,
Germán veía como se alimentaba cada vez más
el debate frente a la necesidad de un partido de
los obreros, y fue bajo esa posibilidad, debatida
fuertemente por los diversos sectores obreros,
que nació el PSR (Partido Socialista
Revolucionario), un partido amplio de masas que
recogió un cierto pluralismo ideológico que los
llevó a un eclecticismo que dificultaría el
establecimiento de una diferencia clara de este
con el partido liberal.
En el año de 1928 con el nacimiento de la
Confederación y la posterior actividad del
Partido Socialista Revolucionario, participé de
las reuniones y congresos realizados en la
ciudad, donde conocí a grandes líderes sindicales
como Raúl E. Mahecha, María Cano e Ignacio
Torres Giraldo; pero, con las idas y venidas
dentro del movimiento empecé a tener cierto
LOCUTOR escepticismo sobre todo por los planes de
insurrección que se venían construyendo en un
28 Nombre: ala del partido, especialmente desde la
Germán convención en la Dorada de 1927, al final de la
década me separe de las actividades del partido y
las reuniones por la creación del Comité
Conspirativo Colombiano, lo que para mí
significaba que la discusión y la acción política
pasaría a un segundo plano, eso era inconcebible
para mí, solamente centrarme en lo
insurreccional cortaba las experiencias
acumuladas del partido.
LOCUTOR Más allá de las reuniones y la participación en las
29 huelgas ¿qué otras cosas hiciste dentro del
Nombre: Estela movimiento papá?

Ese anhelo de discutir y comentar los problemas


y las posibilidades del movimiento, lo llevé a
cabo a través de algunos artículos de prensa, aquí
LOCUTOR guardo el fragmento de uno del periódico
30 Nombre: Claridad, ese diario era dirigido por el
Germán compañero Erasmo Valencia, a quien siempre le
estaré agradecido por tener la oportunidad de
reflejar mi voz en la tribuna del pueblo, mira aquí
está, léelo hijita.

237
31 CONTROL María lee el fragmento

Es verdaderamente triste que más de dos mil


quinientos choferes que hay actualmente en
Bogotá, no tengan en donde reunirse a deliberar
libremente, que carezcan del sentimiento de
solidaridad y de apoyo, mutuo, y que en cambio
le estén pagando al Municipio, trimestralmente,
en multas, alrededor de diez y ocho mil pesos
oro, amén de que cuando un chofer cae preso o
LOCUTOR le sucede cualquier fracaso, ninguno de sus
32
Nombre: Estela compañeros se acuerda de él. Era ya hora de
que los choferes de Bogotá tuvieran un
magnífico local con una completa dotación de
muebles, buena biblioteca y recursos suficientes
para atender a los gastos de un periódico órgano
de la Federación, al auxilio pecuniario de los
compañeros en caso de enfermedad, etc.
Papá no tenía ni idea de que hubieses escrito,
¿por qué no me lo habías comentado?
Son cosas que trato de dejar en el pasado,
también me aleje de esos escenarios para cuidar
de ti y de tu madre, en ese momento era
consciente que continuar escribiendo y
LOCUTOR participando de la organización me llevaría a
tomar un liderato local, tenía la convicción de
33 Nombre: lograrlo, pero al mismo tiempo sabía que
Germán implicaba poner en riesgo a mi familia, no estaba
dispuesto a aguantar las amenazas, la
persecución y la censura por parte del gobierno,
deseaba más que vivir y trabajar por una
revolución, vivir con mi familia.

LOCUTOR ¿Aún extrañas esos momentos con tus


34
Nombre: Estela compañeros?

Aparece la nostalgia hijita, pero cuando nació mi


nieta concluiría mi participación, curiosamente,
LOCUTOR y con esto las dejo porque debo salir con tu
35 Nombre: mami, cuando nació María, llamada así en honor
Germán a la líder sindical María Cano que tuve el placer
de conocer en el año de 1928, se cerró el capítulo
de la hegemonía conservadora, y nació una

238
nueva (des)ilusión con el Partido Liberal, una
nueva promesa, al igual que mi nieta es para mí
ahora, mi horizonte de expectativa.

239

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