El Nacimiento Psicologico Del Infante Humano

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El Nacimiento Psicológico del Infante Humano.

Margaret Mahler

Nos basaremos a continuación en la perspectiva de Margaret Mahler refiriéndose al nacimiento


psicológico y el nacimiento biológico del infante, los cuales no se dan a la par, el nacimiento
biológico se da de una manera observable, abrupta, espontánea, en cambio el nacimiento
psicológico es un proceso que se da lentamente, ya que este es intrapsíquico, y el niño necesita
procesar todos los nuevos conocimientos que se van dando por medio del descubrimiento del
mundo del que empieza a formar parte, el cual su contacto más cercano es la madre, quien lo
ayudará a formar este proceso.
MAHLER denomina al nacimiento psicológico del infante humano como el proceso de
“separación-individuación”, dándose este de los 4 meses a los 36 meses, pero sin dejar de lado la
importancia de las etapas anteriores a la misma, ya que ninguna de las fases, o las subfases del
proceso de “separación-individuación” reemplazan a la anterior, sino que cada una aporta para el
desarrollo del siguiente.
A continuación presentamos un cuadro de las etapas por las cuales pasa el niño para poder llegar al
nacimiento psicológico.
Fase Edad

1.- Fase autística normal las primeras semanas de vida

2.- Fase simbiótica Normal de 1 a 5 meses

3.- Proceso de separación-


individuación
subdividido en:

3.1.-Subfase de diferenciación de 5 a 9 meses

3.2.-Subfase de ejercitación de 9 a 14 meses

3.3.-Subfase de acercamiento de 15 a 24 meses

3.4.-Subfase de la consolidación de la de los dos años en adelante

individualidad y los comienzos de la

constancia objetal

emocional.
En este enfoque utilizamos los términos:

• Separación para referirnos a un logro intrapsíquico de un sentimiento de separación de la


fusión simbiótica con la madre, pero no el hecho de estar físicamente separado de alguien,
sino el distinguir a su yo como algo distinto de las representaciones del mundo objetal.
• Individuación como los logros que va consiguiendo el niño para obtener sus
características individuales.

Tanto la separación como la individuación, son desarrollos que están entrelazados, pero pueden
proceder en forma divergente, con demora o precocidad en uno o en el otro, dependiendo de la
materialización, ya que una madre omnipresente puede ayudar al desarrollo del niño en cuanto a
sus actividades locomotrices, pero no permitirá el desarrollo normal de su proceso de separación,
en cambio una madre que no se encuentre tan presente con el niño puede llegar a una conciencia
prematura del estado de separación antes que los mecanismos internos de regulación que son los
componentes de la individuación.

Entonces podríamos decir que este proceso de separación-individuación viene a ser el primer
requisito imperativo para el desarrollo y mantenimiento del sentimiento de identidad.
A diferencia de un niño normal en un niño psicótico no se desarrolla bien este proceso, sin tener
un sentimiento de totalidad, ni de identidad individual, habiendo una falta de diferenciación entre
el yo y el no-yo, es decir una completa imprecisión de límites.

1. Preludios del proceso de separación-individuación

a. Fase autística normal:


La “fase autística normal”, según refiere MAHLER , se da desde el nacimiento, en las primeras
semanas de vida del infante.

El niño en este lapso de tiempo, pasa la mayor parte del día en un estado de semi-sueño
y de semi-vigilia, despertándose para satisfacer sus necesidades, ya sea ésta de alimentación o
de afecto y volviéndose a dormir cuando dichas necesidades son satisfechas.

En esta etapa el niño está prácticamente desconectado del mundo exterior, protegido por
una barrera ante los estímulos, y si algún estimulo pasa por esta barrera, el niño reacciona de
una forma refleja.
El niño desde el comienzo empieza a moldearse, formando una matriz de unidad con la
madre sin importar el tipo de madre, ya que el material fresco y moldeable del niño, necesita
adaptarse a su yo auxiliar (la madre), dando el material para esta adaptación, ya que cuya madre
presenta una personalidad firme y a menudo rígidamente constituida, no importa si la madre
presenta material sano o patológico al niño, el simplemente se adapta.

Seguido de esta etapa el niño toma conciencia de que uno mismo no puede proveer a la
satisfacción de las necesidades, teniendo a su madre como su yo auxiliar, quien atiende, cuida y
protege al niño.

 En esta etapa del niño que es la más temprana de la infancia puede existir una fijación,
conocida como psicosis autística infantil, en donde el niño no percibe para nada a su madre,
como representante mayor del mundo exterior, provocando un tipo de muro entre el niño y el
mundo en donde contrarresta los estímulos del exterior, y las excitaciones internas que
amenazan aniquilar al yo rudimentario del niño.

b. Fase Simbiótica:

La fase que a continuación explicamos detalladamente, basándonos en la obra nombrada


anteriormente de Margaret MAHLER, se dá a partir de la cuarta semana de vida, en donde el
niño aún no puede diferenciar lo externo o interno, formando una unión máxima con la madre.

En esta etapa el niño con la madre se convierte en un sistema omnipotente esta unión y
contacto con la madre le ayudara a ir conociendo el mundo exterior, sintiendo a la madre como
una extensión de su propio cuerpo, ya que el yo todavía no se encuentra claramente delimitado.

Con respecto a la barrera contra los estímulos la que no se encontraba catexiada, el


niño continúa con su maduración progresiva como la catexia creciente de la representación
central de los receptores sensoriales haciendo o permitiendo que baje gradualmente este umbral
protector contra la percepción exterior.
Este proceso catéxico es el que da como resultado un yo rudimentario el cual remplazara a la
protección de la barrera contra estímulos, permitiendo que el niño ya pueda responder a estos
estímulos que antes lo contrarrestaba.

El niño depende totalmente de la madre, como el “yo auxiliar”, siendo la que cubra las
necesidades del niño, el niño necesita de su cuidado, ya que la función de auto conservación esta
atrofiada y aún el niño no puede defenderse del mundo solo, siendo indispensable el contacto de
la madre, su cariño, que el niño se sienta protegido con las manos maternales, ya que el
amamantamiento siendo importante en la vida del infante no produce necesariamente un apego
optimo de madre-hijo, una buena maternalización permitirá desarrollar la sonrisa social a
tiempo.

SPITZ realizo estudios sobre la sonrisa social, en donde el niño responde al rostro del
adulto con una sonrisa, el infante sigue con la mirada el rostro humano en el segundo mes, esta
sonrisa es la primera manifestación de conducta activa.

El niño responde con la sonrisa a un adulto que se muestre ante él de frente, de tal
manera que el infante pueda ver los dos ojos: el niño se fija solamente en una gestalt del rostro
siendo esta frente, ojos y nariz, y todo esto en movimiento.
Según estos estudios, SPITZ descubrió que el niño a los tres meses no puede aún reconocer un
rostro de perfil, es decir todavía no distingue el rostro en totalidad de la persona, sino tan solo
dicha gestalt nombrada anteriormente formada por frente, ojos y nariz, cuando esta gestalt cambia,
al volverse de perfil, el objeto percibido ya no puede ser reconocido, perdiendo la cualidad total
del objeto.

Este gran paso del infante, su respuesta de la sonrisa ante el rostro de una persona,
demuestra que el niño tiene rastros de recuerdos, indicándonos que ya tiene aparato psíquico,
consciente, pre-consciente e inconsciente.
Siendo además esta sonrisa el principio de las relaciones sociales en el hombre, el prototipo y la
premisa de todas las relaciones sociales que tendrá en su futuro el niño.

En esta fase como la anterior también se puede presentar patologías en esta podría darse
la psicosis simbiótica normal, siendo estos casos muy raros, existiendo un retraso y negación de
funcionar separadamente de la madre, dando lugar a un pánico en el organismo del infante,
provocando fragmentación del yo, provocando un fracaso en el proceso de separación
individuación.

Podría concluir diciendo que la simbiosis se refiere a un estado de interdependencia


socio biológica entre el niño de 1 a 5 meses y su madre en un estado de relación preobjetal o de
satisfacción de necesidades, en donde todavía no se ha diferenciado la representaciones intra
psíquicas entre el sí-mismo y la madre, comportándose desde el segundo mes de vida como si él
y la madre fueran uno, por medio de una unidad dual omnipotente, dentro de un límite único y
común que es la membrana simbiótica.
2. Fase de Separación-Individuación

Esta es una fase normal del desarrollo que empieza alrededor de los cinco meses de
edad de un infante normal, MAHLER dice que el niño diferencia a su madre como alguien
“especial”, quien abastece sus necesidades, tanto de alimento, como de afecto.
El niño empieza a separarse de la madre al principio con miedo y lentamente, y después muy
decididamente, permitiéndole descubrir su nuevo mundo en el cual vive.

Esta fase dura de los cinco meses a los dos años y medio, distinguimos aquí separación
e individuación:

 La separación es la diferenciación de la madre y el niño, en donde el niño empieza a


separarse de la madre para investigar su mundo.

 La individuación en cambio es en donde el niño empieza a adquirir las características


que le harán único, y especial.

Esta fase se subdivide en cuatro sub-etapas, siendo estas:

 Diferenciación y el desarrollo de la imagen corporal


 Ejercitación locomotriz
 Acercamiento
 Consolidación de la individuación y comienzo de la constancia objetal emocional.

MAHLER en su libro “El nacimiento psicológico del infante humano” denomina


así a este proceso “Esta fase de separación-individuación es una especie de segunda
experiencia de nacimiento, que uno de nosotros describió como “una ruptura de la
membrana común simbiótica madre-hijo”, esta ruptura es tan inevitable como el
nacimiento biológico”.

El mismo hecho de que el niño se separa de la madre, le produce pánico, sin poder
denominarlo bien, ya que el niño aún no puede hablar, pero se trata de una reacción conductual,
en donde si la fase simbiótica ha sido demasiada exagerada, ósea, si la madre ha sobreprotegido
demasiado a su hijo, este segundo nacimiento como lo nombra Mahler, será una reacción
negativa y el niño tendrá temor, sin permitirle desarrollar normalmente esta etapa que recién
empieza, la etapa en que el niño logra separarse de la madre, rompiendo esta matriz formada en
la fase anterior.

a. La diferenciación y el desarrollo de la imagen corporal

El niño alrededor de los cuatro a cinco meses de edad empieza a presentar fenómenos
conductuales, siendo los indicativos de que el niño empieza a desarrollarse en esta la primera
etapa del proceso de “separación e individuación”.

En los meses anteriores el niño ha formado un lazo simbiótico con la madre, donde
empezó a desarrollar la sonrisa social, luego ésta se convierte ya en una respuesta especifica
ante la sonrisa de la madre, siendo un paso muy importante esta unión tan fuerte que existe entre
la madre y su hijo.

La ruptura del cascaron:

“La ruptura del cascarón es el que le permite al niño tener más alerta sus sentidos, estando alerta
cuando se encuentra despierto”.

Recordamos que el niño al principio se dirigía en gran parte hacia su interior, o en su órbita
simbiótica, este se expande paulatinamente por medio de la actividad perceptual dirigiéndose
hacia el exterior, durante el estado en que el niño se encuentra despierto en el día, siendo este un
cambio de grado que de cualidad ya que el niño simplemente cambia relativamente toda la
atención que tenia sobre su madre, trasladándola ahora también hacia su mundo, combinando
estas dos atenciones la madre y el mundo con recuerdos de ideas de la madre, tanto de
experiencias buenas como malas.

Alrededor de los seis meses de edad, es en donde se dan los indicios de “separación e
individuación”, con actos como tocar el rostro de la madre, jalar el cabello, las orejas, la nariz;
además pone el cuerpo tenso para poder alejarse de la madre y poder mirarla a ella y a su
entorno.

Alrededor de los siete meses en el niño ya se distinguen claramente la exploración que


tiene sobre la madre, tanto táctil como visual del rostro de la madre y su cuerpo, en esta edad
también puede darse el juego de las escondidas donde el niño aun realiza un rol pasivo.
Objetos Transicionales:

El objeto transicional descrito por WINNICOTT en 1953 es un tipo de monumento a esta


necesidad que el niño siente sobre la madre en donde por medio de un objeto que siempre es el
mismo, siendo este blando, flexible, cálido al tacto, el que permite contener o absorber olores
corporales, escogido por el niño el cual lo lleva continuamente cerca del rostro especialmente de
la nariz, probablemente indicando que este objeto sustituye el pecho o el cuello blando de la
madre.
El bebé en esta etapa empieza a interesarse en lo que en realidad es la madre (su olor, su
apariencia, el sonido de la madre), y empieza a compararlo con “otro”, por medio de lo que es y
no le es familiar.
Si el niño percibe algo distinto a la madre entrara en un tipo de ansiedad conocido como ansiedad
ante extraños, en donde el niño intenta averiguar sobre el extraño, cuando él desvíe mirada.

Si el infante ha llegado a individuarse lo necesario como para poder diferenciar el rostro de su


madre tanto visual como táctil, no presentaran un alto grado de esta ansiedad ante extraños pero
un niño que no ha podido desarrollar una fase simbiótica optima, desarrollaran un alto grado de
ansiedad ante los extraños.

b. Ejercitación locomotriz

A continuación presentaremos la segunda subfase del proceso de “separación-individuación”,


MAHLER describe que en esta etapa es donde el niño logra caminar siendo su primer gran paso
hacia la independencia.

Esta fase MAHLER la divide en dos periodos:

 La primera fase de ejercitación, en donde el infante empieza alejare físicamente de la madre


por medio del gateo, haciendo pinitos, trepándose, poniéndose de pie pero todavía con
ayuda.
 El segundo el período de ejercitación propiamente dicho en donde ya existe la locomoción
vertical libre.

En esta etapa las madres que en la etapa anterior se encontraban ansiosas, ya que sus hijos
eran más vulnerables y frágiles, ahora se encuentran más tranquilas ya que ellos ahora son más
independientes, permitiendo al niño más que ver, más que tocar, teniendo una visión más
amplia de la realidad.
En la primera fase es en donde el niño se prepara para su gran paso hacia la independencia
(la caminata vertical) preparándose especialmente con su aparato locomotriz, con aciertos y
fallos, en donde muchas de las madres parecían reaccionar ante el hecho de que sus hijos se
alejaran ayudándolos a hacerlo dándoles una pequeña ayuda, como puede ser palabras de aliento
o con su apoyo, dándole la mano.

Esta nueva etapa del niño le permite establecer una familiaridad con un mundo que es
más amplio y también le permite gozar de la madre desde mayor distancia, ya que el niño a
través de este proceso de maduraron de su aparato locomotor empieza a aventurar a alejarse
cada vez mas de la madre, en donde por momentos largos de tiempo se encuentra tan absorbido
de sus propias habilidades, que parece por momentos que el niño se ha olvidado de la presencia
de la madre, pero el niño aún necesita la proximidad física con la madre.

El niño en esta etapa en donde empieza a gatear, descubriendo una libertad y


oportunidades, conocer su mundo de una manera distinta de cuando se encontraba en brazos de
su madre, dándose estas nuevas actividades a distancia de la madre; algunas madres en esta
época se encuentran incomodas ya que extrañan el tiempo en donde el niño necesitaba más de
ella, pero aunque el niño se encuentre más libre y más activo, la madre siempre debe
presentarse como un apoyo para el bebe, siendo como el lugar en donde el niño restablezca su
energía por medio del contacto físico y el cariño de su madre.

El niño empieza a lograr el nivel máximo de la individualidad humana, ya camina libre


en postura vertical, el niño ahora cambia su visión, su plano, permitiéndole descubrir nuevas
perspectivas, placeres pero también frustraciones inesperados y cambiantes.

Durante los 6 a 8 meses de edad el niño se encuentra muy asombrado de todas sus
nuevas habilidades que las descubre poco a poco, debido a este narcisismo el niño presenta una
impermeabilidad a las caídas y golpes, ya que se encuentra tan a gusto con su mundo en
expansión y fascinado de su propia grandeza y omnipotencia.

El niño impermeable ante esos golpes, caídas, se calmaba y bajaba de tono solo cuando
se percataba de que su madre no se encontraba en el mismo cuarto en donde él se encontraba,
aquí el niño disminuía su movilidad gestual y su actividad se reducía, preocupado por su madre
vuelve hacia sus brazos por temor a la perdida de este “objeto de amor”.

La importancia que tiene la marcha para el desarrollo emocional del niño es tan grande
que no se la puede dejar de lado, ya que la marcha permite al niño el aumento de
descubrimiento de la prueba de la realidad y además es el primer paso hacia la formación de la
identidad.
c. Acercamiento

Ya adquirida la locomoción vertical libre, es el comienzo de la inteligencia de representaciones,


que culmina con el juego simbólico y el lenguaje, el ser humano por medio de la ruptura del
cascaron y la marcha llega a constituir una entidad individual separada. Esta fase como etapa de
la realización en donde el niño ya puede percibir, conociendo que su madre es la que satisface sus
necesidades, adquiere la marcha y empieza a hablar.

En la mitad del segundo año de vida el infante se ha transformado en un deambulador y


se hace cada vez más consciente de la separación física con la madre, en donde puede
observarse un aumento de la ansiedad de separación, al comienzo este consiste sobre todo en el
temor a la pérdida del objeto, esto se nota especialmente cuando el niño presenta constante
interés en saber donde se encuentra la madre.

El tipo de acercamiento corporal que tiene el niño se da especialmente para


“reabastecerse de combustible” como nombra MAHLER, que había caracterizado al infante en
periodo de ejercitación.

En este periodo el niño presenta ambivalencia hacia la madre, ya que el deambulador


desea estar unido con la madre y al mismo tiempo separado de ella para descubrir su mundo,
dándose aquí los conocidos berrinches, quejas y tristeza.

En esta etapa de “acercamiento”, el niño presenta dos conductas:

 La huida: se da por el temor de ser absorbido por la madre, pensando que no le va a


permitir desarrollar sus nuevas adquisiciones locomotrices.
 El seguimiento de la madre: se da por el temor a la pérdida del objeto amado (la madre).

Alrededor de los 15 meses el niño desea compartir con la madre todos sus descubrimientos
del mundo, llevando a la madre continuamente cosas, el deambulador indica a la madre con
palabras, sonidos o gestos, mostrando el gran interés que tiene el niño de que su madre se
interesara por sus juguetes o descubrimientos.

Aquí es donde el niño comprende que los deseos de la madre no eran siempre sus propios
deseos, o viceversa, descubriendo que la madre estaba afuera, en el mundo, siendo la persona
con quien él quería compartir sus descubrimientos, empieza además a ser consciente que
existen otros niños, similares a él pero que no son él, diferenciándolos de su yo.

Es común en esta fase que se empiece a dar los celos y la envidia con otros niños, como
querer la galleta que tiene el otro niño.

Entre los 17 y 18 meses parece consolidarse una aceptación temporal de la separación


con la madre, en donde el niño presenta gran placer en compartir sus cosas tanto con la madre y
el padre, volviéndose más sociable con niños, con algunos adultos aun presenta el temor ante
extraños nombrado anteriormente.

El niño presenta una típica indecisión, ya que quiere sentirse omnipotente, individual,
pero al mismo tiempo sabe que necesita de la madre, ya que aun no puede defenderse solo,
presentando continuamente cambios de ánimo, dándose además un gran temor ya como él
quiere estar separado de la madre, piensa que ella lo quiere dejar.

En esta etapa hay una gran diferenciación entre los varones y las mujeres:

 En las mujeres la ambivalencia es más notoria ya que el hecho de la herida en el narcisismo


(no tener el pene) era un reproche a la madre, volviéndose exigentes y sintiéndose
defraudadas por ella, ya que la niña siente que el no tener pene es culpa de la madre.
 En cambio los varones aprecian enfrentarse a la ansiedad de castración pero esto se daba
más tarde.

d. La consolidación de la individualidad y los comienzos de la constancia objetal


emocional.

En esta fase el niño se encuentra más dulce y cariñoso, tiene menos caprichos y
colaborador, es capaz de responder ante la ausencia de la madre de una mejor manera, gracias a
la imagen interna de la misma, soportando frustraciones.
En esta la última fase del proceso de separación-individuación, se consolidan los logros
que el niño consiguió en todas las etapas anteriores.

La principal tarea de esta fase es el logro de una individualidad definida, y el logro de


un cierto grado de constancia objetal.

En cuanto al self o si mismo, hay una estructuración de alcance del yo, empezándose a
desarrollar.

Esta ultima subfase, constituye un periodo evolutivo intrapsiquico muy importante ya


que aquí se logra un sentimiento estable de entidad como son los limites del yo, y además aquí
empieza a ocurrir la consolidación primitiva de la identidad sexual.
En cuanto a la constancia objetal, implica más que una simple representación del objeto
de amor ausente, es además la unificación de lo bueno y malo de la representación total, en
donde el objeto de amor, ó sea la madre no será rechazada ni cambiada por otro aunque algunas
veces pueda proporcionar satisfacciones, pero aun el niño añora el objeto, sin rechazarlo porque
se encuentra ausente.

Luego que la constancia objetal se encuentre bien marcada, sin darse antes de los tres
años, aquí la madre ya puede ser sustituida durante su ausencia física por otros adultos, ya que
el niño ya tiene una imagen interna confiable que se mantiene relativamente estable, logrando el
niño tolerar mejor la separación temporal.

El desarrollo de la constancia objetal es un proceso complejo, si esta es suficientemente


estable en el niño, el niño podrá reaccionar bien ante extraños sin la presencia de la madre, por
esto se recomienda ingresar a los niños a guarderías a partir de los tres años.

El niño en esta fase ya ha adquirido el lenguaje, sustituyendo algunas de sus anteriores


formas de comunicarse, pero sin abandonar todas, sus juegos se vuelven más planificados,
presentando un gran interés por sus compañeros o amigos de juego y de otros adultos que no
son los padres, empieza a comprender el mañana y el mas tarde, pudiendo alargar la
gratificación y soportar la separación.

El niño aquí tiene un gran deseo de autonomía, la madre después de la separación es


frustradora, empezando a formar el superyo del niño.

Al final el niño logra una separación completa con la madre, distinguiendo a su sí


mismo, de las demás personas de su alrededor, a demás gracias a la constancia objetal el niño
logra independizarse de la madre, logrando seguir con sus actividades y sus nuevos
descubrimientos mientras ella se encuentra ausente.

CONCLUSIONES

 Los tres primeros años de vida son de suma importancia ya que aquí el niño se consolida
como individuo.
 MAHLER realiza un estudio completo en los niños recién nacido hasta alrededor de los
tres años, en donde el niño logra completar el proceso de “separación-individuación”.
 En la primera fase “autística normal”, que se dá las cuatro primeras semanas de vida del
infante, es donde el niño no diferencia su yo del mundo que le rodea, sintiéndose
omnipotente ya que cree que sus necesidades son abastecidas por algo proveniente de su
interior, y no por una madre protectora.
 En la fase “simbiótica”, es en donde el niño con la madre forman una matriz indiferenciada,
omnipotente, se da un paso muy importante aquí la sonrisa social, ya que es el principio
de las relaciones sociales de su vida.
 Al concluir el proceso de “separación-individuación”, el niño logra distinguir a su madre
como alguien especial pero diferente a él, alcanza grandes logros como son la caminata
que es el primer gran paso hacia la independencia, el lenguaje en donde el niño puede
poner en palabras sus deseo e inquietudes, y además aquí se da la identidad sexual del
niño.
 Para que el niño logre todos estos pasos fundamentales necesita tener un ambiente estable
que le permita desarrollar de una manera óptima.
 La maternalización es de suma importancia, ya que el niño desde su nacimiento se va
amoldando con la madre, quien tiene que ser protectora, cariñosa, con límites para poder
formar de una manera adecuada el yo del niño.
BIBLIOGRAFIA

 ANTÓN Sara, Apuntes de Psicoanálisis, Buenos Aires, 2005

 BEKEI Marta, “Trastornos en la niñez y la adolescencia”, Ediciones nueva visión,

Buenos Aires, 1945.

 LAPLANCHE Jean, “Diccionario de Psicoanálisis”, Editorial Labor, Barcelona 1993

 MAHLER Margaret, “El nacimiento psicológico del infante humano”, editorial

Marymar, Buenos Aires 1975.

 HARTMAN, H (1952). “Mutuas influencias en el desarrollo del yo y el

ello”,México,F.C.E.1969

 SPITZ Rene, “Primer año de vida del infante”, París, 1958.

 www.aperturas.com

 www.geocities.com/bobliografias/mahler.htm

 www.winicott.net/español/htm/i-clinica.asp-sik-

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