1 - Gravitación de La Teoría Egológica
1 - Gravitación de La Teoría Egológica
1 - Gravitación de La Teoría Egológica
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tuto de Filosofía del Derecho y Sociología de la Facultad de De~
recho de la Universidad Nacional de Buenos Aires (2).
(2.) "La scuola análítica di Buenos Aires", separata del volumen "Materiali
per una Storia della Cultura Giuridica", recogidos por Giovanni Tarello.
11 Mulino, Boloña, 1977, pág. 172.
(3) En el Perú tuvimos ocasión de referimos al pensamiento de Cossio en
"Besquejo para una determinación ontológica del Derecho", (1950), en
"La noción jurídica de persona" ( 1962), así como en. diversos artículos
en revistas especializadas publicados a partir de 1951.
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de una ficción. Las llamadas personas jurídicas o colectivas ven-
drían a ser así el producto de una operación de puro fingimiento.
A la altura de nuestro tiempo la concepción de Savigny, sometida a
certera crítica, ha sido generalmente abandonada. En el Derecho
queda cada vez menos espacio para las ficciones.
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pare afirmar, como lo hace Kelsen, que carece de sentido referirse
a la persona como si se tratase de un ente o una realidad inde-
pendiente de la pura normatividad. Como corolario de este proceso
nada impide ubicar a la persona exclusivamente en la trama lógico-
formal de la normatividad, ya que lo contrario significaría pre·
tender introducir un elemento extraño al Derecho. La persona re-
sulta así, en términos del propio Kelsen, "una expresión unitaria
personificadora para un haz de deberes y facultades jurídicas, es
decir, para un complexo de normas" ( 4). La persona es distinta
del hombre.
(i) Kelsen, "La Teoría Pura del Derecho", Buenos Aires, 1946, pág. 83.
(5) Kelsen, ob. cit. pág. 109.
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mero tiene que ver con el sujeto mismo de la acción o de la omi·
sión y, el segundo, se refiere a la acción o la omisión en si mis~
mas. Es decir, se trata de distinguir entre "quién" realiza la acción
o incurre en omisión del "qué" hecho u omitido. En la norma in te~
gral, según Kelsen, están determinados ambos elementos aunque
es también posible que la norma contenga solamente uno de ellos,
ya sea el subjetivo o el objetivo ( 6).
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De lo expuesto se deduce, con toda claridad, que el orden
jurídico total imputa, en forma inmediata, deberes o derechos a
la persona jurídica mi·entras que la designación de los individuos
que realmente actuarán por la persona jurídica ha de hallarse en
el orden jurídico parcial. Ello permite decir a Kelsen que "el de~
recho de una persona jurídica es el de los individuos cuya conduc~
ta está regulada por el orden jurídico parcial constitutivo de la
comunidad que se presenta como persona" ( 7).
(7) Kelsen, "Teoría General del Derecho y del Estado", México, 1958,
pág. 121.
(8) Cossio, "La Teoría Egológíca ... ", segunda edición, 1964, pág. 210.
(9) "Heidegger y la Teoría Egológica del Derecho" en Revista de Derecho
y Ciencias Políticas, Enero-Dklembre 1975, Lima, págs. 15 y s.s.
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objetos al enfr-entar la complejidad de lo jurídico cuando afirma
que el único objeto a conocer por la ciencia del derecho es la con-
ducta humana intersubjetiva, en tanto que en ella se integran los
valores -que son "en" y "para" la vida humana- y las normas que,
en cuanto pensamiento, le son inmanentes. La vida humana tiene
una estructura estimativa, supone un proyectar que significa un
preferir según valores. La conducta, en cuanto objeto cultural,
se integra a su vez con el pensamiento de si misma, es decir co~
las normas. En cualquier caso, se acepte o se critique la solución
egológica, ella tiene el mérito indiscutido de no echar por la borda,
al afrontar el Derecho, ninguno de los objetos que simultánea·
mente se hallan presentes en la experiencia, exigiéndose recípro-
camente cualquiera que sea su especial modo de relacionarse.
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lidad sino como una limitación de la libertad personal. De otro
lado, el problema de la persona jurídica o colectiva la explica, a la
manera de Kelsen, expresando, ·en definitiva, que ella se resuelve
en conducta de hombres individuales.
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tivas de deberes y facultades. Pero el objeto mentado por el
"concepto persona" ha de hallarse en la realidad existencial cons~
tituído por el hombre, protagonista y destinatario de tales de~
beres y derechos.
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mente que tales conceptos jurídicos, como específicamente el de
persona jurídica, designaran una "cosa" (15).
( 15) Cfr. Herbert L. A. Hart ''El concepto de derecho", Buenos Aires, 1963
y "Condributí all' analisi del Diritto, Milán, 1964.
( 16) Florlano D' Alessandro, "Recenti tendenze in tema di concetti giuridi-
ci", Rivista di Di.ritto Commel"Ciale, I, Roma, 1967, pág. 20.
(17) Cfr. "Diritto e giustizia", Turín, 1965, pág. 166 y s.s.
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alguna entidad, y que resulta imposible definirlos asumiéndolos
fuera de un contexto. Para Scarpelli las· calificaciones jurídicas
no surgen en forma inmediata a través de una observación de
hechos, cosas o personas a las cuales se refieren, sino que se
obtienen relacionándolos con las normas que a ellos aluden. Los
conceptos jurídicos son aplicables si una determinada norma, al
confrontarse con cierto hecho, produce la consecución de ciertos
efectos.
il
fieren directamente ni a unos ni a otras. En efecto, no concuerda
con Hart en que los conceptos jurídicos -como e:l de persona
jurídica- se empleen para obtener "conclusiones de derecho" que,
si bien presuponen la aserción del hecho y de la norma, es algo
diverso a ambas aserciones. Del mismo modo, no adhiere al pos-
tulado de Ross en la medida que éste plantea que los conceptos
jurídicos no expresan ni hecho.s ni normas sino tan sólo un nexo
particular y característico que conecta determinados hechos a cier-
tos efectos jurídicos. D'Alessandro siguiendo a Carnap, expre-
sa que existe una relación entre los valores y las normas, víncu-
lo que en su concepto es muy íntimo. De ahí que encuentre
fundamento para postular que los conceptos jurídicos son sim-
plemente reducibles a puras aserciones de normas y que, por tan-
to, no se refieren en algún modo a aserciones de hechos. Se trataría
de conceptos jurídicos empleados para expresar valoraciones de
carácter abstracto que tienen, precisamente, la función de des-
cribir normas ( 19) . La posición de D 'Alessandro. hace posible,
como el mismo lo admite, concebir el juego de una dinámica del
Derecho en el cual del encuentro de una norma con un hecho nace
una nueva norma jurídica. Queda así eliminada, según D' Ales-
sandro, la noción de "efecto" y con ella toda su ambigua y hui-
diza naturaleza que no hace sino suscitar problemas como aque-
IIos que surgen de las teorías de Hart, Ross o Scarpelli, cuando
afirman que tales efectos no se refieren ni a hechos ni a normas
aunque de alguna manera participen de ambos ( 20).
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segundo de la Constitución Italiana ( 22) y por la problemática
planteada al incorporarse al Código Civil de 1942 las asociado~
nes y los comités "no reconocidos" -o "de hecho", como algunos
los prefieren designar-, jurídicamente diversos tanto de las per~
sonas individuales o físicas como de las llamadas "personas ju~
rídicas". En algunos sectores de la doctrina italiana es percep~
tibie la influencia de la escuela analítica, especialmente del pen~
samiento de H. L. A. Hart. En términos generales, se advierte
una tendencia a preferir las construcciones ab:ertas en vez de los
tradicionales dogmatismos que gravitaron notoriamente sobre el
pensamiento jurídico anterior.
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funcional y operativo que no se refiere necesariamente al hombre
sino a facultades o intereses del hombre.
7. La concepción de Orestano
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sería la imposibilidad de c-omprender en la nocton de persona
aquellos casos en que el ordenamiento jurídico determina positi-
vamente un régimen jurídico destinado a disciplinar situaciones
no reducibles, directa o ficticiamente, a una persona física. La
postura normativista, por su parte, degrada al hombre, limitándolo
al rango de una cosa, de un "objeto" entre tantos otros objetos, de
algo metajurídico. Ambas construcciones, en su opinión, consti-
tuyen sólo aspiraciones vanas que intentan resolver el problema en
un principio único, el mismo que no es capaz de reflejar la expe-
riencia que es una pluralidad de situaciones y soluciones. No puede
así sacrificarse lo concreto de la vida -que es vida del hombre en
la sociedad y de la sociedad en el hombre- por un esquematismo
rígido que pretende sustituir la realidad. Por ello, según Ores-
tano, las actuales tendencias del Derecho manifiestan "una siem-
pre más notable inclinación hacia construcciones abiertas, en las
cuales el Derecho aparece como historia, es decir con todas las
particularidades y las implicancias de la experiencia" ( 30).
(.JO) Cfr. Orestano "11 problema della persone giudiriche in diritto romano",
Turín, 1968 y "Azíone, diritti soggettivi, persone giuridi.che", Bolofia,
1978.
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El primero está dado por una organizacton creada en vista a una
determinada finalidad. La formalidad corresponde a la normati-
vidad en el sentido de la creación de un centro unitario al cual
imputar derechos y deberes.
(31} Rescigno, "Manuale del diritto privato Ualiano", Nápoles, 19811 ptg, 165
(32) Bianca, "Diritto Civile", 1, Milán, 1978, pág. 137 y s.s.
(33) Galgano, "Struttura logica e contenuto normativo del concetto di per-
sona giuridica", en Rivista de Diritto Civile, 1965, l. pág. 553 y s.s.,
"Oirltto Privato", Padua, 2• edición, 1983. pág. 79 y "Persone giuridi-
clse.., Bolofta, 1969, pág. 23.
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9. Frosini y la situación jurídica
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ción jurídica subjetiva en cuanto conjunto de facultades y debe-
r~s. reconocida y garantizada por el ordenamiento jurídico (34).
(34) Frosini, "11 soggetto del dirltto come situazione giuridica", en Rivista
di Didtto Civile, l. 1969, pág. 277 y s.s.
(35) Recaséns Siches, "Vida humana, sociedad y derecho". Cap. l.
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vadas en las insatisfactorias soluciones formuladas. a su tiempo,
por la teoría de la ficción o la orgánica así como por el propio
formalismo llevado a sus últimas consecuencias por Hans Kelsen.
La imposibilidad de reducir el fenómeno de la persona jurídica,
o de otros diversos centros de imputación normativa, a un puro
esquema lógico~formal, cerrado y rígido, ha llevado a numer~
sos autores a clamar por la superación de la "forma'' y a verifi~
car que la noción de persona jurídica se encuentra en crisis ( 36).
En verdad, la supuesta "crisis" surge cuando al tomarse en cuen~
ta las urgencias y requerimientos de la realidad se pone al des~
cubierto la insuficiencia de las propuestas que no logran apre·
hender la integridad del fenómeno jurídico. Es por ello que el
esfuerzo más significativo de la doctrina y la jurisprudencia de
las últimas décadas se endereza a rescatar el rol protagónico del
ser humano en él Derecho y se dirige, como observa Zatti, a
sustraer la solución de una serie de problemas ·de la persona ju-...
rídica "a la esclavirtud de la forma y al mecánico respeto de la
distinción entre ente e individuos" ( 37).
(36) Entre otros Rolf Serick, quien al cons~atar que en casos de actos ilícitos
la jurisprudencia frecuentemente se ve obligada a desconocer la "for·
ma" de la persona jurídica para individuar a las personas físicas que
le sirven de substrato y que actúan en su nombre y representación, ex-
presa que esta situación conduce a hablar de una "crisl.s" del concepto
normativo de la persona jurídica. Cfr. "Forma e realtá della persona
giuridica", Milán, 1966, págs. 4 y 5.
(37) Zatti, "Persona giuridica e soggettivitá", Padua, 1975, pág. 6.
(38) Cfr. Orestano, oh. cit, págs. 74, 75 y 76.
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El problema no consiste en tratar de definir la persona ju..
rídica con la vana intendón de encontrar un "algo", un ente real
o abstracto, que corresponda a esta expresión o en buscar una no..
ción única con validez para todos los ordenamientos jurídicos
particulares con el propósito de subsunir bajo la misma todos los
fenómenos de imputación de calificaciones subjetivas, ya que el
término "persona jurídica" resultaría ser, en palabras de Russel.
un ,símbolo incompleto cuya única función es la de formular pro·
posiciones capaces de resumir complicados y largos discursos ( 39).
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