Acción Posesoria Por Perturbación
Acción Posesoria Por Perturbación
Acción Posesoria Por Perturbación
EN SU NOMBRE:
JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA AGRARIA DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN
JUDICIAL DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS CON
COMPETENCIA EN EL ESTADO MIRANDA
Expediente Nº 2018-4519
-I-
DE LAS PARTES Y SUS APODERADOS
-II-
BREVE RESEÑA DE LAS ACTAS PROCESALES
Pieza Principal:
Por auto del 14 de octubre de 2017, se admitió la presente demanda y se libraron las
boletas de citación a la parte demandada.
Mediante auto razonado del 25 de abril de 2018, se ordenó librar oficio a la Defensa
Pública a los fines que designaran un funcionario que asista a la parte demandada.
En fecha 28 de mayo de 2018, la Secretaria de este despacho dejó constancia del
oficio procedente de la Coordinación de la Defensa Pública mediante el cual
designaron Defensor Público a los fines de asistir a la parte demandada.
Por auto del 28 de mayo de 2018, se tuvo como apoderado judicial de la parte
demandada al Abg. CARLOS ALBERTO LOBO GARCÍA, plenamente
identificado, asimismo se le indicó a las partes que el lapso probatorio inicio de
pleno derecho el 24 de mayo de 2018.
Por auto de 06 de junio de 2016, se admitieron las pruebas presentadas por las
partes.
Cuaderno de Medidas:
Riela desde los folios 19 al 23, oficios dirigidos a las diversas instituciones
competentes notificándoles de la decisión del 05 de diciembre de 2017.
-iii-ii-
ALEGATOS DE LA PARTE DEMANDADA
Por su parte en el presente juicio la parte demandada no consignó escrito de
contestación de manera oportuna toda vez que se negó a darse por citado, por lo cual
esta instancia de conformidad a los establecido en el artículo 218 del Código de
Procedimiento Civil, procedió a agoto la vía de la notificación del mismo; sin que
esté por intermedio luego de ellas se solicitó a la Defensa Pública la designación de
un funcionario que asistiera en derecho a la parte demandada, superado el lapso
pertinente para ello y siendo indicado por este Tribunal el transcurso de los lapso
procesales, vista la consignación efectuada por el Abogado CARLOS ALBERTO
LOBO GARCÍA, plenamente identificado, en su carácter de apoderado judicial de
la parte demandada, éste fue declarado inadmisible por extemporáneo escrito de
contestación, mediante auto de fecha 06 de junio de 2018, por lo cual de
conformidad al 202 de Código de Procedimiento Civil se aplicó en concordancia el
artículo 211 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.
La presente causa, con ocasión a la demanda que por ACCION POSESORIA POR
PERTURBACIÓN, quedo trabada su litis sustancial por ser los elementos esencia
para el estudio de la procedencia o no de la presente demanda posesoria, en los
siguientes hechos controvertidos, a saber: 1) Determinación si los ciudadanos José
Gregorio Morales, Rosalio Sánchez Evia, Freddy Tomás Evia, Alsenio José
Piñango, Carlos Enrique Plua Mise, Fabián Guillermo Sarmiento Terán y Juan
Carlos Jiménez tenían posesión agraria en el lote de terreno objeto de litis. 2)
Determinación del inmueble sobre el cual recae la acción. 3) Determinación si hubo
o no actos perturbatorios por parte del ciudadano Luis Jiménez en el lote de terreno
objeto de litis.
PUNTO PREVIO
En este estado, esta instancia judicial pasa a resolver como punto previo al fondo del
asunto, el alegato de la representación judicial de la parte demandada efectuado en
el acto de audiencia oral, en relación a la incompetencia de esta instancia Judicial,
fundamentadose en el criterio de la Sala Especial Agraria en sentencia N° 442, de
fecha 11 de julio de 2.002, expediente 02-310, que estableció en su oportunidad los
requisitos necesarios para determinar la naturaleza agraria de las causas que deben
ser conocidas por dicha jurisdicción, indicando:
“…Así pues, para resolver el presente conflicto de competencia sustancial, se tendrá
como norte la naturaleza del mismo, en función de la actividad agraria realizada, de
manera que debe cumplirse con dos requisitos que determinan la competencia
genérica de los Juzgados Agrarios, que son: A) Que se trate de un inmueble (predio
rústico o rural) susceptible de explotación agropecuaria donde se realice actividad
de esta naturaleza y que la acción que se ejercite sea con ocasión de esta actividad y
B) Que ese inmueble no haya sido calificado como urbano, o de uso urbano, por lo
tanto ambos requisitos legales deben cumplirse en forma concomitante para que
proceda la competencia del Tribunal Agrario…”
En relación a este alegato, es necesario establecer en principio que en materia
agraria existe una autonomía conferidos por el Estado por disposición de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, por lo cual ante de hacer cualquier afirmación se debe hablar de
la especialidad agraria que a su vez se traduce en el denominado de orden público
procesal agrario. En este sentido, se observa que la competencia en materia agraria
no está únicamente sujeta al acto del uso del bien o derecho si éste no ésta destinado
a la producción de alimentos, sino también que deviene por todos aquellos actos
realizados directamente por el hombre orientado al ejercicio permanente de la
actividad agrícola, vale decir, a la explotación “in situ” de las tierras y de sus
productos derivados de los cuales puede derivar algún tipo de actividad dirigida a
garantizar el interés social y colectivo que no queda sujeto a normas de derecho
civil-mercantil, es decir, en materia agraria existe un interés de proteger la
producción de alimentos, para lo cual puede surgir conflicto entre los particulares,
con ocasión a esta actividad agraria, que quedan sujetos al procedimiento ordinario
agrario previsto en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, cuyo norte principal es el
cabal cumplimiento de todas y cada una de las garantías constitucionales, es por ello
que competencia en materia agraria está contemplada en el articulo 197 y 186 de la
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.
De esta autonomía del derecho agrario, conferidos por el Estado por disposición de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y la Ley de Tierras
y Desarrollo Agrario (2001), se habla de la especialidad agraria que a su vez se
traduce en el denominado de orden público procesal agrario. En este sentido, se
observa que la competencia en materia agraria no está únicamente sujeta al acto del
uso del bien o derecho si éste no ésta destinado a la producción de alimentos, sino
también que deviene por todos aquellos actos realizados directamente por el hombre
orientado al ejercicio permanente de la actividad agrícola, vale decir, a la
explotación in situ de las tierras y de sus productos derivados de los cuales puede
derivar algún tipo de actividad comercial dirigida a garantizar el interés social y
colectivo que no queda sujetos a normas de derecho civil, es decir, en materia
agraria existe un interés de proteger la producción de alimentos, para lo cual puede
surgir conflicto entre los particulares, con ocasión a esta actividad agraria, que
quedan sujetos al procedimiento ordinario agrario previsto en la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, cuyo norte principal es el cabal cumplimiento de todas y cada
una de las garantías constitucionales.
De consiguiente, dentro del contenido del Derecho Agrario concurren un conjunto
de factores o componentes esenciales, cuya presencia es permanente y necesaria, y
que son: “1) Tierra, agua, clima, atmósfera; 2) trabajo del hombre que cultiva o
aprovecha el recurso en ese medio natural; 3) vida, proceso biológico de nacimiento,
crecimiento y fructificación, de los frutos o productos obtenidos o generados en la
actividad; 4) plantas y animales, generados en el proceso productivo; 5) consumo o
transporte o transformación y/o venta de la producción; 6) aumento y mejoramiento
de la producción; 7) distribución justa de la riqueza generada, en beneficio de
quienes han efectuado el trabajo y de la comunidad”.
“Las controversias que se susciten entre particulares con motivo de las actividades
agrarias, serán sustanciadas y decididas por los tribunales de jurisdicción agraria,
conforme al procedimiento agrario ordinario.”
En este sentido, es oportuno destacar la opinión del autor patrio Dr. Humberto
Cuenca en su libro (“Derecho Procesal Civil”, Tomo II), sobre la competencia.
Así pues, quedó claro que la competencia por la materia, está vinculada a la división
de la jurisdicción ordinaria y jurisdicción especial, y en este sentido, todos los
asuntos relacionados a la “materia agraria” se han definido por disposiciones legales
expresamente contempladas en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, así como en
la jurisprudencia Venezolana.
En este orden de ideas, existen disposiciones legales que regulan la competencia que
tienen atribuida los órganos jurisdiccionales en general; y, normas especiales que
atribuyen la competencia específica para cada uno de ellos en particular. La
combinación de ambos criterios determina la competencia por la materia.
Es por ello, que menester destacar sobre el alegato de incompetencia planteado, que
la jurisprudencia a raíz del estudio de esa “teoría de la agrariedad”, la cual está
basada en el ciclo biológico., ha ido generando cambio de criterios favorables a la
competencia agraria incluyendo a los predio urbanos y rurales, tal como se
desprende de sentencia de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, con
ponencia del Magistrado RAFAEL ARÍSTIDES RENGIFO CAMACARO, de fecha
18 de julio de 2007, conociendo del conflicto negativo de competencia planteado
entre el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito,
y el Juzgado de Primera Instancia Agraria, ambos de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, con motivo del juicio que por Ejecución de
Hipoteca incoó ANÍBAL JESÚS NÚÑEZ BEAUPERTHUY contra
AGROPECUARIA LA GLORIA, C.A., se determinó:
Por tal razón, considera esta Sala Plena que cuando el artículo 208, numeral 15 de la
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario atribuye competencia a los juzgados de primera
instancia agraria para conocer de “todas las acciones y controversias entre
particulares relacionados con la actividad agraria”, debe entenderse como una
cláusula abierta que comprende cualquier controversia en la que pueda verse
afectada la producción agroalimentaria. Ello en virtud de que el juez agrario “debe
velar por el mantenimiento de la seguridad agroalimentaria de la Nación y el
aseguramiento de la biodiversidad y la protección ambiental” (artículo 207
eiusdem). (Negrillas y subrayado del Tribunal).
Dicho criterio fue ratificado por esta Sala Plena en sentencia número 69 del 8 de
julio de 2010, en la cual precisó:
“(…) En efecto, ha insistido esta Sala en que las pretensiones que pueden ser
planteadas por ante la jurisdicción especial agraria no son sustancialmente diferentes
de aquellas que pueden ser propuestas por ante la jurisdicción civil; así se deduce de
lo establecido en el artículo 208 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en el
cual se señalan los asuntos que forman parte de la competencia de los tribunales de
primera instancia agraria. Entre tales asuntos se incluyen pretensiones que, por su
naturaleza, son idénticas a aquellas que pueden proponerse ante la jurisdicción civil
ordinaria, pero que tienen como característica distintiva el objeto sobre el cual
versan, el cual es siempre un objeto propio de la materia agraria.
Así, por ejemplo, a la jurisdicción agraria corresponde conocer sobre las ‘acciones
declarativa, petitorias, reivindicatorias y posesorias en materia agraria’, así como
sobre el ‘deslinde judicial de predios rurales’, o de las acciones relativas al uso,
aprovechamiento, constitución de servidumbres y demás derechos reales, para fines
agrarios, entre otras.
Es evidente que a la jurisdicción civil ordinaria corresponde también conocer, por
ejemplo, de acciones declarativas, reivindicatorias y posesorias, así como de las
acciones de deslinde o de las relativas al uso, aprovechamiento, constitución de
servidumbres y demás derechos reales, siempre que dichas pretensiones no versen
sobre materia agraria, predios rurales o inmuebles para fines agrarios.
Estima la Sala, por ello, que la materia propia de la especial jurisdicción agraria se
configura en función del objeto sobre el cual versan las pretensiones que ante ella
pueden deducir los particulares, y no en virtud de la naturaleza de la pretensión en
sí, la cual, al igual que en el ámbito civil ordinario, puede ser declarativa, petitoria,
reivindicatoria, posesoria o de cualquier otra naturaleza.
“ (…) Dicha naturaleza fue objeto de estudio y análisis por esta Sala Constitucional
mediante fallo Nº 262/2005, cuando se estableció que la actividad agraria constituye
‘(...) una actividad sometida en mayor o menor grado a un régimen estatutario de
derecho público que ha sido objeto de tutela por parte del legislador, no sólo
mediante una serie de medidas relacionadas directamente con el régimen sustantivo
de los derechos (vgr., la afectación de uso y redistribución de las tierras), sino
mediante la creación de una jurisdicción (competencia) especial que permita a los
particulares un acceso directo a órganos jurisdiccionales especializados; que estén
en capacidad de atender con criterios técnicos, tomando en consideración el interés
general de asentar las bases del desarrollo rural integral y sustentable, asegurando la
vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario de la
presente y futuras generaciones (Cfr. Artículo 1 de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario)’ Efectivamente, la jurisdicción especial agraria es la llamada a amparar los
principios constitucionales previstos en los artículos 2, 26, 49, 305 y 307 y que el
legislador concentró en el artículo 1 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario,
como la consolidación de los mismos dentro de un estado democrático, social de
derecho y de justicia, en la búsqueda de la profundización de los valores
constitucionales de desarrollo sustentable, inherentes a la seguridad agroalimentaria
y a la justa disponibilidad suficiente de alimentos de calidad, distribución de la
riqueza y planificación estratégica, democrática y participativa; así como la mejora
de la calidad de vida de la población campesina, y el logro de un desarrollo amónico
y viable en el contexto de la justicia social que toda actividad agraria persigue”…
(Omissis) “(Subrayado y Negritas de este Tribunal)” De conformidad con lo
establecido en los artículos antes referidos en concordancia con el criterio sostenido
por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, la competencia de
esta jurisdicción especial agraria lo determina la actividad agraria desarrollada,
debiéndose cumplir con los requisitos antes mencionados”.
(Resaltado de esta instancia).
En efecto, la competencia sustantiva o material que se atribuye a la jurisdicción
agraria, deriva de la naturaleza de los bienes coordinada con la causa petendi o título
y/o de la actividad. En este sentido, es importante destacar que la competencia en
materia agraria tiene un interés social, que está dirigida a proteger los principios
constitucionales de soberanía y seguridad agroalimentaria.
“… la Sala Constitucional que del análisis de los artículos 186 y 197 de la Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario, antes citados, se desprende que el legislador ha
establecido “en primer lugar un foro atrayente con respecto a la jurisdicción agraria
(artículo 186 eiusdem) para ventilar conflictos que se produzcan entre particulares
con motivo de dicha actividad; y en segundo lugar, atribuyen competencia para
conocer y decidir de determinadas acciones (como las del caso de marras, esto es,
acciones derivadas de perturbaciones o daños a la propiedad o posesión agraria) a
los Juzgados de Primera Instancia Agrarios, dejando en su último ordinal una
cláusula abierta para que estos Juzgados conozcan de ‘(…) todas las acciones y
controversias entre particulares relacionados con la actividad agraria’ (artículo 197
eiusdem)” -Cfr. Sentencia Nº 5.047/05-.
…omissis…
Una vez definido el concepto de vocación de uso de las tierras, debemos desarrollar
la noción de actividad agraria. Así tenemos que el maestro Antonio Carrozza define
a la actividad agraria como el "desarrollo de un ciclo biológico, vegetal o animal,
ligado directa o indirectamente al disfrute de las fuerzas y de los recursos naturales,
la que se resuelve económicamente en la obtención de frutos - vegetales o animales
- destinados al consumo directo, o bien previa una o más transformaciones; estas
actividades dependientes de ciclos biológicos se encuentran ligadas a la tierra o a los
recursos naturales y están condicionados por las fuerzas de la naturaleza, y ello es lo
que diferencia, lo que individualiza y distingue a la agricultura de las actividades
secundarias en tanto que en estas los procesos biológicos se encuentran totalmente
dominados por el hombre"…” (Resaltado de esta instancia).
Sentadas como fueron las premisas anteriores, considera quien suscribe que se
resuelve esta problemática por lo menos en el asunto sometido a su análisis, ya que
claramente advierte que cuando de alguna forma pueda afectarse de manera real la
seguridad agroalimentaria ante la existencia de varios derechos o materias
involucradas, efectivamente estaríamos ante un fuero atrayente a la especialidad de
la materia agraria que pudiera generar de alguna forma que prevalezca la agrariedad
ante las otras ramas o especialidades del derecho.
-IV-
MOTIVOS DE HECHO Y DE DERECHO PARA DECIDIR
En este orden de ideas, en cuanto a la carga de la prueba, el artículo 506 del Código
de Procedimiento Civil establece:
“Las partes tienen la carga de probar sus respectivas afirmaciones de hecho. Quien
pida la ejecución de una obligación debe probarla, y quien pretenda que ha sido
libertado de ella, debe por su parte probar el pago o el hecho extintivo de la
obligación”.
(Negrillas del Tribunal)
Por lo antes expuesto se evidencia que, al actor le corresponde demostrar los hechos
en que fundamenta su pretensión, a través de los medios de prueba que
corresponden para cada alegato, y al demandado corresponde refutar los argumentos
efectuados por éste.
En concordancia con lo antes expuesto, se lee del artículo 12 del Código Adjetivo
Civil, lo siguiente:
“Los Jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán conocer en los
límites de su oficio. En sus decisiones el Juez debe atenerse a las normas del
derecho, a menos que la Ley lo faculte para decidir con arreglo a la equidad. Debe
atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción
fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni
probados. El Juez puede fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se
encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas de experiencia. En la
interpretación de contratos o actos que presenten oscuridad, ambigüedad o
deficiencia, los Jueces se atendrán al propósito y a la intención de las partes o de los
otorgantes, teniendo en mira las exigencias de la ley, de la verdad y de la buena fe.”
(Negrillas del Tribunal)
De los anteriores razonamientos se puede concluir que es carga de las partes probar
sus respectivos alegatos de hecho, y es obligación del Juzgador ser el director del
proceso y respetar esa cargas de las partes, para así materializar en la sentencia el
Principio de la Verdad Procesal y de la Legalidad, el cual consiste en el deber
sentenciar conforme a todo lo alegado y probado en autos, lo que quiere decir que,
el alegar y probar suficientemente esos hecho es carga de las partes, y constituye
una obligación para el Juez decidir conforme a ello. Se entiende que las pruebas
promovidas en la presente serán pertinentes, en la medida en la que de ellas se
desprendan elementos de convicción que determinen la forma y superficie de
terreno de la posesión agraria que la accionante alega ejercer, y la supuesta
perturbación realizada por la parte demandada.
En este sentido se observa del caso de autos, quien juzga considera pertinente
resaltar que en la presente causa luego de haberse agotado la citación personal bajo
los parámetros de los artículo 200 de la Ley de Tierra y Desarrollo Agrario y del
artículo 218 del Código de Procedimiento Civil, se abrió de pleno derecho el lapso
de (5) para contestar; sin embargo al no producirse la misma por parte del
demandado se procedió a librar boleta de notificación a la Defensa Publica para que
continuará con su defensa mediante la promoción de prueba, esto en garantía del
derecho a la defensa y conforme a los dispuesto en la sentencia Sala constitucional
del tribunal Supremo de Justicia, Exp. 14-1030,de fecha 17/12/2014, acreditándose
dentro de ese lapso el apoderado judicial de la parte demandada para continuar el
juicio, el cual efectuó contestación de manera extemporánea, a pesar de haberse
expresamente señalado en el auto de fecha 28 de mayo de 2018, en la etapa procesal
en la que se encontraba el juicio; es por ello, que esta instancia judicial en garantía
del debido proceso tomo únicamente como válidamente presentado el escrito de
promoción de pruebas, siendo admitidas las pruebas y tomadas en consideración en
la definitiva para su análisis, de conformidad con lo establecido en el artículo 211,
continuándose el proceso de acuerdo a lo establecido en el artículo 212 de la Ley de
Tierra y Desarrollo Agrario. Así se establece.-
Visto lo antes razonado, este Tribunal pasa de seguidas a hacer el análisis de los
elementos probatorios promovidos por las partes, a fin de establecer si quedaron o
no demostrados los hechos alegados por los actores, fundamentos de su demanda.
-iv-iii-
DE LA VALORACION DE LAS PRUEBA APORTADOS POR LAS PARTES
El representante judicial de las partes actoras para demostrar sus alegatos presento
elementos probatorios en el juicio, ratificadas durante el lapso probatorio, a saber:
Documentales:
1. Copias simples de las cédulas de identidad de los ciudadanos JOSÉ GREGORIO
MORALES, ROSARIO SÁNCHEZ EVIA, FREDDY TOMAS EVIA, ALSENIO
JOSÉ PEÑANGO, CARLOS ENRIQUE PLUA MISE Y FABIÁN GUILLERMO
SARMIENTO TERÁN, identificadas con las letras “A”, “B”, “C”, “D”, “E”, “F” y
“G”.
2. Copias fotostáticas simples de las Cartas Agrarias a nombre de los ciudadanos
JOSÉ GREGORIO MORALES, ROSARIO SÁNCHEZ EVIA, FREDDY TOMAS
EVIA, ALSENIO JOSÉ PEÑANGO, CARLOS ENRIQUE PLUA MISE Y
FABIÁN GUILLERMO SARMIENTO TERÁN, identificadas con las letras “H”,
“I”, “J”, “K” y “L”.
3. Copia fotostática simple de la Solicitud de Declaratoria de Garantía de
Permanencia a favor de JUAN CARLOS JIMÉNEZ, identificada con la letra “M”.
4. Copia fotostática simple de Minuta de Reunión Realizada en la Oficina Sectorial
Cúa del Instituto Nacional de Tierras de Fecha 06/06/2017, identificada con la letra
“N”.
Testimoniales:
Vistas las preguntas y las respuestas de forma detallada aprecia esta juzgadora como
un testigo presencial de los hechos por habitar en la zona, la cual se encuentra hábil
y fue conteste en su declaración en la cual no se evidencio contradicción que hace
denota para quien aquí decide su credibilidad, además que el mismo no fue tachado
y durante la audiencia probatoria la representación de la parte demandada efectuó su
derecho al contradictorio. En consecuencia, este Juzgado le da todo su valor
probatorio en relación a los hechos declarados de posesión y las distintas
perturbaciones en la cual se han visto afectados los demandantes de conformidad
con lo establecido 508 del Código de Procedimiento Civil. Así se decide.-
1. Copia fotostática simple del documento poder otorgado por el ciudadano LUIS
HENRIQUE JIMENEZ NORIA, titular de la cédula de identidad N° V-2.079.291,
al Abg. CARLOS ALBERTO LOBO GARCÍA, inscrito en el Inpreabogado bajo el
N° 261.632, identificado con la letra “A”.
-v-iii-
Ahora bien, una vez analizadas las pruebas de ambas partes, quien juzga pasa de
seguida a pronunciarse sobre la pretensión de la acción posesoria por perturbación,
de conformidad con lo establecido en el ordinal 4° del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, aplicable este por remisión expresa del artículo 227 de la Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario, así:
Ahora bien, pasa esta instancia judicial a resolver el primer punto donde quedo
trabada la litis sustancial, es decir, Determinación si los ciudadanos José Gregorio
Morales, Rosalio Sánchez Evia, Freddy Tomás Evia, Alsenio José Piñango, Carlos
Enrique Plua Mise, Fabián Guillermo Sarmiento Terán y Juan Carlos Jiménez tenían
posesión agraria sobre los lotes de terreno.
2. Que esa perturbación se esté realizando en contra de los actos agrarios así como
también la identidad de los agentes causantes de la misma.
Aunado a las fundamentaciones jurídicas que supra mencionada el artículo 771 del
Código Civil, define la posesión como: “...la tenencia de una cosa, o el goce de un
derecho que ejercemos por nosotros mismos o por medio de otra persona que
detiene la cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre”
En este sentido, se debe enunciar que en materia agraria la posesión es una situación
de hecho muy particular, no basta con estar en posesión del inmueble en conflicto si
no también tenerlo productivo, vale decir, que debe existir una vinculación entre el
objeto y la persona, por lo cual se podría decir que el elemento de la posesión
llamado corpus es esencial para determinar “la posesión agraria”, ya que los hechos
que constituyen la posesión los actos de detentación, uso y goce ejecutados sobre la
cosa, deben revelar una actividad agraria, no sólo meros actos detentativos, sino
actos involucrados con la tierra, el agua y el aire que en el momento determinado
dieran origen a la materia agroproductiva en beneficio del Estado o la comunidad o
el poseedor y su familia.
Es por ello, que para el thema decidendum, es necesario definir que la acción
posesoria por perturbación, es un procedimiento que implantó nuestro legislador
para proteger al poseedor legítimo de aquellos actos que ponen en peligro el
ejercicio o goce de su posesión agraria sobre el inmueble, acciones que van dirigidas
con el fin de evitar la continuidad de la posesión inenterrumpida y pacífica que tiene
y pueden ser cometidas por el dueño o un tercero, trayendo como consecuencia que
el poseedor acurra a los órganos de justicia requiriendo ser protegido. Esta
perturbación, se considera un acto de disminuir la capacidad del poseedor en el
ejercicio de su posesión, de molestar al poseedor en tal ejercicio por propia
autoridad del agente perturbador. Pero serán los hechos alegados y probados los que
deben llevar al Juez a determinar en cada situación particular, si tales hechos
caracterizan o no el supuesto de hecho abstracto de la perturbación. El animus
turbandi o intención de causar la molestia perturbatoria en la posesión del
querellante, debe exteriorizarse en algún hecho material, que revele la intención del
agente de querer sustituirse en la posesión del perturbado o de menoscabar el
ejercicio de las facultades que de ella se derivan, sin que sea suficiente para que se
considere configurada la perturbación, la simple tentativa o amenaza de que se va a
cometer el hecho turbador sobre la posesión de quien legítimamente la ejerza.
Al respecto, han sido reiteradas las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia en
Sala de Casación Civil, que describen los términos que definen la posesión legítima
o calificada, así en sentencia de fecha 12/07/1995, se dejó establecido lo siguiente:
En este mismo contexto, tomando como apoyo las premisas anteriores, cabe precisar
que el accionante es (en principio) el que debe demostrar a esta sentenciadora los
elementos de la posesión agraria anteriormente señalados y que apuntan a un valor
fundamental, que es la productividad de las tierras, que se logre probar que
efectivamente existe una relación de trabajo directo en el campo y que por las
presuntas perturbaciones alegadas, ese trabajo se ha visto afectado.
En el caso de autos, los ciudadanos José Gregorio Morales, Rosalio Sánchez Evia,
Freddy Tomás Evia, Alsenio José Piñango, Carlos Enrique Plua Mise, Fabián
Guillermo Sarmiento Terán y Juan Carlos Jiménez tenían posesión agraria, sobre los
lotes de terreno que describen y especifican a continuación:
-V-
DISPOSITIVA
PUBLÍQUESE Y REGÍSTRESE.
Dada, firmada y sellada en la sede del Juzgado de Primera Instancia Agraria de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y con competencia en el
Estado Miranda, en Caracas, a los trece (13) días del mes de agosto de dos mil
dieciocho (2018). Años 208° de la Independencia y 159° de la Federación.
LA JUEZ,
LA SECRETARIA,
En la misma fecha, siendo las tres y veinte de la tarde (3:20 p.m.), se registró y
publicó el anterior fallo quedando anotado bajo el Nº 2018-062 dejándose copia
certificada por Secretaría de conformidad con lo establecido en los artículos 247 y
248 del Código de Procedimiento Civil y a los fines de los Ordinales 3° y 9° del
artículo 92 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
LA SECRETARIA,