La Médula Espinal

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LA MÉDULA ESPINAL

La médula espinal y los nervios espinales contribuyen con la homeostasis al proporcionar


respuestas reflejas rápidas a una diversidad de estímulos. La médula espinal es la vía de
comunicación de las aferencias sensoriales hacia el encéfalo y de las eferencias motoras desde
éste.

Aproximadamente 100 millones de neuronas y la neuroglia componen la médula espinal, la


porción del sistema nervioso central que se extiende desde el encéfalo. La médula espinal y los
nervios espinales asociados tienen circuitos neuronales que median algunas de nuestras
reacciones más rápidas a los cambios ambientales. Si tomamos un objeto caliente, los músculos
encargados de sujetarlo pueden relajarse y dejarlo caer, incluso antes de tener conciencia del
dolor o de la temperatura extrema de aquél. Éste es un ejemplo de un reflejo medular: una
respuesta automática rápida a cierta clase de estímulos, en la que intervienen únicamente
neuronas de los nervios espinales y la médula espinal. Además del procesamiento de los reflejos,
la sustancia gris de la médula espinal también es el sitio en donde se integran (suman) los
potenciales excitatorios postsinápticos (PPSE) y los potenciales inhibitorios postsinápticos (PPSI),
que se explicaron en el Capitulo 12. Estos potenciales graduados se originan cuando las moléculas
neurotransmisoras interactúan con su receptor a nivel de las sinapsis en la médula espinal. La
sustancia blanca contiene alrededor de una docena de tractos sensitivos y motores, que funcionan
a modo de “carreteras” a lo largo de las cuales la información sensorial aferente llega al encéfalo,
y mediante los cuales la información motora parte de éste hacia los músculos esqueléticos y otros
efectores. Recuerden que la médula espinal es una continuación del encéfalo y que en conjunto
forman el sistema nervioso central (SNC).

ANATOMÍA DE LA MÉDULA ESPINAL

Estructuras de protección

el tejido nervioso del sistema nervioso central es muy delicado y no responde bien a la lesión o al

daño. Por lo tanto, el tejido nervioso requiere una protección considerable. La primera capa de
protección para el sistema nervioso central está constituida por el cráneo óseo duro y la columna
vertebral. El cráneo encierra el encéfalo, y la columna vertebral rodea la médula espinal, lo que
proporciona fuertes defensas protectoras contra los puñetazos o golpes. La segunda capa de
protección son las meninges, tres membranas que se ubican entre la caja ósea y el tejido nervioso,
tanto en el encéfalo como en la médula espinal. Por último, un espacio entre las membranas
meníngeas contiene líquido cefalorraquídeo, un líquido flotante que suspende el tejido nervioso
central en un entorno ingrávido mientras lo rodea con un acolchado hidráulico que absorbe los
golpes.

La columna vertebral:

La médula espinal se encuentra alojada en el conducto vertebral de la columna vertebral. Como se


explicó en el Capítulo 7, el conducto vertebral está formado por la superposición vertical de los
forámenes o agujeros vertebrales. Las vértebras circundantes proporcionan un fuerte resguardo
para la médula espinal. Los ligamentos vertebrales, las meninges y el líquido cefalorraquídeo
constituyen una protección adicional.

Meninges

Las meninges son tres capas de tejido conectivo protectoras que revisten la médula espinal y el
encéfalo.Las tres meninges espinales cubren los nervios espinales hasta el punto en que
abandonan la columna vertebral, a través de los forámenes intervertebrales. La médula espinal
también se encuentra protegida por un colchón de grasa y de tejido conectivo, que se localiza en
el espacio o cavidad epidural, comprendido entre la duramadre y la pared del conducto vertebral.

Duramadre :

La duramadre es la capa más superficial y gruesa de las meninges espinales. Está compuesto por
tejido conectivo denso irregular, lo que le otorga una consistencia fuerte y resistente. Forma un
saco que se extiende desde el agujero occipital (donde se conecta con la duramadre cerebral)
hasta la segunda vértebra sacra. También se continúa con el epineuro, el revestimiento externo de
los nervios espinales y craneales.

Aracnoides :

La aracnoides es la capa media de las meninges, situada entre la duramadre y la piamadre. Es una
membrana avascular que consiste en células y fibras colágenas delgadas dispuestas laxamente,
junto con algunas fibras elásticas. Recibe su nombre por la disposición de sus fibras, que se
asemejan a una telaraña. Se extiende desde la duramadre hasta la piamadre y forma el espacio
subdural, que contiene líquido intersticial.
Piamadre :

La piamadre es la capa más interna de las meninges y se adhiere directamente a la superficie de la


médula espinal y el encéfalo. Está compuesta por células pavimentosas cuboides y fibras
colágenas finas, además de algunas fibras elásticas. Contiene una abundancia de vasos sanguíneos
que suministran oxígeno y nutrientes a la médula espinal. Los ligamentos dentados, extensiones
triangulares de la piamadre, suspenden la médula en la vaina dural y la protegen de movimientos
bruscos que podrían causar un shock. Entre la aracnoides y la piamadre se encuentra el espacio
subaracnoideo, que está lleno de líquido cefalorraquídeo, proporcionando un amortiguador
adicional y un medio para la circulación de nutrientes y la eliminación de desechos.

CONFIGURACION EXTERNA

La médula espinal es una estructura casi cilíndrica con un aplanamiento anteroposterior que, en
adultos, se extiende desde el bulbo raquídeo hasta el borde superior de la segunda vértebra
lumbar, mientras que en neonatos se extiende hasta la tercera o cuarta vértebra lumbar. Aunque
crece en longitud durante la infancia, este crecimiento se detiene alrededor de los cuatro o cinco
años, mientras que la columna vertebral sigue creciendo, por lo que la médula no ocupa toda la
longitud de la columna en adultos. La médula tiene una longitud de unos 42 a 45 cm y un diámetro
de aproximadamente 2 cm, aunque varía según la región.

Externamente, la médula presenta dos engrosamientos: el cervical, entre la cuarta vértebra


cervical y la primera torácica, que sirve para los nervios de los miembros superiores; y el lumbar,
entre la novena y duodécima vértebra torácica, para los nervios de los miembros inferiores.
Después del engrosamiento lumbar, la médula se adelgaza en el cono medular, que termina entre
la primera y segunda vértebra lumbar. A partir del cono, se extiende el filum terminale, una
prolongación de la piamadre que fija la médula al coxis.

La médula espinal tiene 31 pares de nervios espinales que emergen a intervalos regulares y se
organizan de manera segmentaria, con 8 cervicales, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y 1 coxígeo.
Cada par de nervios se origina en un segmento medular y se une a través de raicillas. La raíz dorsal
de cada nervio contiene axones sensitivos y tiene un ganglio donde residen los cuerpos de las
neuronas sensitivas. La raíz ventral, por su parte, contiene axones de las neuronas motoras. Dado
que la médula es más corta que la columna, los nervios en las regiones lumbar, sacra y coxígea
emergen de la columna a diferentes alturas, formando una estructura conocida como "cola de
caballo".
CONFIGURACIÓN INTERNA

El corte transversal de la médula espinal muestra que la sustancia blanca rodea a un centro de
sustancia gris. La sustancia blanca consiste en haces de axones mielínicos de neuronas, dividida en
dos sectores por dos surcos. La sustancia gris tiene forma de H o mariposa, formada por dendritas,
cuerpos neuronales, axones amielínicos y neuroglia. La comisura gris forma la barra transversal de
la H, con un conducto central lleno de líquido cefalorraquídeo. Los núcleos sensitivos reciben
información de receptores correspondientes, mientras que los núcleos motores envían
información a los tejidos efectores. Las astas grises posteriores contienen cuerpos celulares y
axones de interneuronas, y también axones de neuronas sensitivas aferentes. Las astas grises
anteriores contienen los núcleos motores somáticos que generan impulsos nerviosos para la
contracción de los músculos esqueléticos. Entre las astas anteriores y posteriores se encuentran
las astas grises laterales, presentes en segmentos torácicos y lumbares superiores de la médula
espinal, conteniendo los núcleos motores autónomos que regulan la actividad de los músculos
lisos, el músculo cardíaco y las glándulas.

La sustancia blanca, al igual que la sustancia gris, está organizada en regiones. Las astas grises
anteriores y posteriores dividen la sustancia blanca de cada lado en tres áreas anchas
denominadas columnas: 1) columnas blancas anteriores (ventrales), 2) columnas blancas
posteriores (dorsales), y 3) columnas blancas laterales. Cada columna contiene fascículos de
axones que tienen un origen o un destino común y que llevan información similar. Pueden
extenderse a distancia hacia arriba o hacia abajo en la médula espinal, y se denominan tractos. Los
tractos sensoriales (ascendentes) consisten en axones que conducen los impulsos nerviosos hacia
el encéfalo, mientras que los tractos motores (descendentes) envían impulsos nerviosos desde el
encéfalo. Los tractos motores y sensitivos de la médula espinal se continúan con los tractos
motores y sensitivos del encéfalo.

La organización interna de la médula espinal le permite procesar las aferencias sensitivas y las
eferencias motoras de la siguiente forma (Figura 13.4):

1. Los receptores sensitivos detectan un estímulo sensitivo.

2. Las neuronas sensitivas transmiten este estímulo en forma de impulsos nerviosos a lo largo de
sus axones, que se extienden desde los receptores sensitivos hacia el nervio espinal y luego hacia
la raíz posterior. Desde la raíz posterior, los axones de las neuronas sensitivas pueden proseguir a
lo largo de tres vías posibles.

3. Los axones de las neuronas sensitivas pueden extenderse hacia la sustancia blanca de la médula
espinal y ascender hasta el encéfalo como parte de un tracto sensitivo.

4. Los axones de las neuronas sensitivas pueden ingresar en el asta gris posterior y hacer sinapsis
con interneuronas cuyos axones se extienden en la sustancia blanca de la médula espinal y luego
ascienden hasta el encéfalo como parte de un tracto sensitivo.
5. Los axones de las neuronas sensitivas pueden ingresar en el asta gris posterior y hacer sinapsis
con interneuronas que, a su vez, hacen sinapsis con neuronas motoras somáticas que participan
en las vías reflejas espinales.

6. Las aferencias motoras desde la médula espinal hacia los músculos esqueléticos involucran
neuronas motoras somáticas del asta gris anterior. Muchas neuronas motoras somáticas son
reguladas por el encéfalo. Los axones que provienen de los centros encefálicos superiores forman
tractos motores, que descienden desde el encéfalo hacia la sustancia blanca de la médula espinal.
Allí, hacen sinapsis con neuronas motoras somáticas, ya sea directa o indirectamente haciendo
sinapsis primero con interneuronas que, a su vez, hacen sinapsis con neuronas motoras somáticas.

7. Cuando las neuronas motoras somáticas son activadas, transmiten aferencias motoras en forma
de impulsos nerviosos a lo largo de sus axones; secuencialmente atraviesan el asta gris anterior y
la raíz anterior para ingresar en el nervio espinal. Desde el nervio espinal, los axones de las
neuronas motoras somáticas se extienden hasta los músculos esqueléticos del cuerpo.

8. Las aferencias motoras provenientes de la médula espinal hacia el músculo cardíaco, el músculo
liso y las glándulas involucran neuronas motoras autónomas del asta gris lateral. Cuando son
activadas, las neuronas motoras autónomas transmiten aferencias motoras en forma de impulsos
nerviosos a lo largo de sus axones; secuencialmente atraviesan el asta gris lateral, el asta gris
anterior y la raíz anterior para ingresar en el nervio espinal.

9. Desde el nervio espinal, los axones de las neuronas motoras autónomas provenientes de la
médula espinal hacen sinapsis con otro grupo de neuronas motoras autónomas localizadas en el
sistema nervioso periférico (SNP). Los axones de este segundo grupo de neuronas motoras
autónomas, a su vez, hacen sinapsis con el músculo cardíaco, el músculo liso y las glándulas.

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