Investigacion Dara Filosofia
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Investigacion Dara Filosofia
Proyecto de Filosofía
Dara Coto B
Sección: 11-2
Fecha:27/10/2
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Índice en General
Índice ……………………………………………………………………………………….1
Introducción..............................................................................................................2
Antecedentes ……………………………………………………………………………..6
Desarrollo de la Investigacion…………………………………………………………...7
Conclusiones……………………………………………………………………………. 20
Recomendaciones……………………………………………………………………… 21
Anexos ………………………………………………………………………………..22-24
Bibliografía………………………………………………………………………………. 25
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Introducción
La ética y la justicia son dos conceptos fundamentales que deben guiar nuestras
acciones y decisiones en la sociedad. La ética nos ayuda a discernir entre lo
correcto y lo incorrecto, mientras que la justicia busca garantizar la igualdad y
equidad para todos los individuos. Es importante tener en cuenta que la ética y la
justicia están estrechamente relacionadas, ya que una sociedad justa se basa en
principios éticos sólidos. Cuando actuamos de manera ética, contribuimos a la
construcción de una sociedad más justa y equitativa para todos, de esta forma
también se desarrollará la pregunta ¿es posible un sistema judicial justo? Los
desafíos de las sociedades contemporáneas, sea cual sea el ámbito (económico,
político, social, ambiental, etc.), requieren con mayor frecuencia la resolución de
disputas colectivas que son canalizadas a través de los sistemas judiciales de
cada país. En ese sentido, el Poder Judicial (cuando se habla de Estados
democráticos que se han configurado bajo la óptica de la división de poderes) es
la caja de resonancia donde se ingresan las demandas de la colectividad para
someter ante una instancia de justicia aquellos asuntos donde se ha estimado que
sus derechos están lesionados o cuando se pretende reclamar la reparación
respecto de actitudes y conductas ocasionadas por otros individuos. En síntesis,
más allá de sus funciones estrictamente jurisdiccionales, la figura política del
Poder Judicial se presenta ante la ciudadanía como un actor fundamental para
mantener el orden social y permitir el pleno desarrollo de los individuos. Asimismo,
sin diferencia del proceso judicial que se interponga, lo cierto es que la
Administración de la Justicia funge un rol dentro del sistema político, en el que
absorben los requerimientos de las personas que acuden a su intervención, para
digerirlos en soluciones o productos derivados de la concepción de justicia que
predomina en cada entramado social.
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Objetivo general
Objetivos específicos:
intereses que una persona posee, en cierto momento entra en conflicto con la felicidad de
otro individuo.
Desarrollando la investigación:
Desde tiempos inmemoriales, la justicia ha sido uno de los temas más recurrentes
en la filosofía. Grandes pensadores de la historia han dedicado su vida a
reflexionar sobre la importancia y el significado de la justicia en la sociedad
humana. Desde Platón y Aristóteles hasta Kant y Rawls, la justicia ha sido objeto
de estudio y análisis por parte de filósofos de distintas corrientes y épocas.
Para Platón, la justicia era una virtud que se relacionaba con la armonía y el
equilibrio. En su obra La República, argumentaba que la justicia era necesaria
para la estabilidad y el orden en la sociedad. Según él, la justicia consistía en cada
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Tomás de Aquino consideraba que la justicia era una virtud cardinal, es decir, una
virtud fundamental que se relaciona con la moralidad. En su obra Summa
Theologiae, sostenía que la justicia era la virtud que nos lleva a dar a cada uno lo
que le corresponde. Según él, la justicia era necesaria para la paz y la armonía en
la sociedad.
En el siglo XX, John Rawls propuso una teoría de la justicia como equidad. Según
él, la justicia debía garantizar la igualdad de oportunidades para todos los
miembros de la sociedad. En su obra Una teoría de la justicia, argumentaba que la
justicia debía ser entendida como un conjunto de principios que garantizan la
igualdad y la equidad en la distribución de bienes y recursos. Entre los grandes
filósofos que han reflexionado sobre la importancia y el significado de la justicia,
destaca Sócrates. Este pensador griego es considerado uno de los padres de la
filosofía occidental, y su influencia se ha extendido a lo largo de los siglos.
Para Sócrates, la justicia era un valor fundamental que se relacionaba con la virtud
y la moralidad. Según su visión, la justicia no se reducía a cumplir con las leyes o
normas establecidas por la sociedad, sino que tenía que ver con la conducta ética
de cada individuo.
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En sus diálogos, Sócrates solía preguntar a sus interlocutores qué entendían por
justicia y cómo la aplicaban en su vida cotidiana. A través de estas
conversaciones, el filósofo buscaba mostrar que la justicia no era algo externo a la
persona, sino que se encontraba en su interior.
De acuerdo con Sócrates, la justicia no era algo que pudiera enseñarse mediante
la educación formal, sino que debía ser aprendida de manera individual. Cada
persona tenía que reflexionar sobre sus propias acciones y decisiones, y buscar
siempre actuar de manera justa y virtuosa.
Para él, no bastaba con cumplir con las leyes y normas establecidas por la
sociedad, sino que era necesario actuar de manera justa y adecuada en cada
situación particular.
En primer lugar, Santo Tomás de Aquino define la justicia como una virtud que
consiste en dar a cada uno lo que le corresponde. Esto significa que la justicia no
se trata de tratar a todos por igual, sino de tratar a cada uno según su situación y
necesidades.
En segundo lugar, Santo Tomás de Aquino distingue entre dos tipos de justicia: la
justicia conmutativa y la justicia distributiva. La primera se refiere a las relaciones
entre individuos, mientras que la segunda se refiere a la distribución de bienes y
recursos en la sociedad.
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En tercer lugar, Santo Tomás de Aquino sostiene que la justicia es una virtud
cardinal, es decir, una virtud fundamental que es necesaria para el desarrollo de
otras virtudes. En este sentido, la justicia es una virtud que está relacionada con la
prudencia, la fortaleza y la templanza.
En cuarto lugar, Santo Tomás de Aquino también habla de la justicia legal, que se
refiere a las leyes y normas que regulan la vida en sociedad. Según él, estas leyes
deben ser justas y deben promover el bien común.
Para él, la justicia es una virtud que consiste en dar a cada uno lo que le
corresponde, y se divide en justicia conmutativa y justicia distributiva. Además, la
justicia es una virtud cardinal que está relacionada con otras virtudes, y debe estar
presente en las leyes y normas que regulan la vida en sociedad. Por último, Santo
Tomás de Aquino destaca la relación entre la justicia y la caridad, y sostiene que
la caridad es la perfección de la justicia.
La ética y la moralidad son temas que han sido objeto de reflexión desde tiempos
antiguos. Los grandes filósofos han dedicado gran parte de su obra a analizar y
debatir sobre estos temas, y sus ideas han sido fundamentales para el desarrollo
de la ética como disciplina filosófica. A continuación, se presentan los 10 filósofos
más influyentes en la historia de la ética y sus aportes más destacados.
1. Platón
2. Aristóteles
3. Immanuel Kant
Kant es conocido por su teoría ética del deber. Según esta teoría, la moralidad se
basa en el cumplimiento del deber por parte del individuo, independientemente de
las consecuencias de sus acciones. Además, establece que la razón es la fuente
de la moralidad y que los seres humanos tienen una dignidad intrínseca que debe
ser respetada.
Mill es uno de los principales representantes del utilitarismo, una teoría ética que
sostiene que las acciones deben ser evaluadas en función de su capacidad para
producir la mayor felicidad posible para el mayor número de personas. Además,
plantea la idea de que la libertad individual es fundamental para alcanzar la
felicidad.
5. Friedrich Nietzsche
6. Jean-Paul Sartre
7. Martin Heidegger
8. Simone de Beauvoir
9. Martha Nussbaum
Derecho
negativos como positivos, para llevar una vida mínimamente buena, como los
derechos contra la tortura y los derechos a la asistencia sanitaria. Esta aspiración
se ha plasmado en diversas declaraciones y convenios legales emitidos durante
los últimos cincuenta años, iniciados por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (1948) y perpetuados por, sobre todo, el Convenio Europeo de
Derechos Humanos (1954) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos (1966). En conjunto, estos tres documentos forman la pieza central de
una doctrina moral que muchos consideran capaz de dotar al orden geopolítico
contemporáneo de lo que equivale a una carta de derechos internacional. Sin
embargo, la doctrina de los derechos humanos no pretende ser una doctrina moral
totalmente completa. La apelación a los derechos humanos no nos proporciona un
relato totalmente exhaustivo de la moralidad per se. Los derechos humanos no
nos proporcionan, por ejemplo, criterios para responder a preguntas como si decir
mentiras es intrínsecamente inmoral, o cuál debe ser el alcance de las
obligaciones morales de una persona con sus amigos y amantes. Lo que los
derechos humanos sí pretenden identificar principalmente es la base para
determinar la forma, el contenido y el alcance de las normas morales
fundamentales y públicas. Como afirma James Nickel, los derechos humanos
pretenden asegurar a los individuos las condiciones necesarias para llevar una
vida mínimamente buena.
del reconocimiento político que les otorgue el Estado. Estos derechos naturales se
poseen independientemente de, y antes de, la formación de cualquier comunidad
política. Locke sostenía que los derechos naturales emanaban de la ley natural. La
ley natural tiene su origen en Dios. El discernimiento preciso de la voluntad de
Dios nos proporcionó un código moral con autoridad final. En el fondo, cada uno
de nosotros debe un deber de autoconservación a Dios. Para cumplir con éxito
este deber de autoconservación, cada individuo debía estar libre de amenazas a la
vida y la libertad, al tiempo que necesitaba lo que Locke presentaba como el
medio básico y positivo para la autoconservación: la propiedad personal. Nuestro
deber de autoconservación ante Dios implicaba la existencia necesaria de los
derechos naturales básicos a la vida, la libertad y la propiedad. Locke procedió a
argumentar que el propósito principal de la investidura de la autoridad política en
un estado soberano era la provisión y protección de los derechos naturales
básicos de los individuos. Para Locke, la protección y promoción de los derechos
naturales de los individuos era la única justificación para la creación del gobierno.
Los derechos naturales a la vida, la libertad y la propiedad establecían límites
claros a la autoridad y la jurisdicción del Estado. Los Estados se presentaban
como existentes para servir a los intereses, a los derechos naturales, del pueblo, y
no de un monarca o de un cuadro dirigente. Locke llegó a argumentar que los
individuos están moralmente justificados para tomar las armas contra su gobierno
en caso de que éste falle sistemática y deliberadamente en su deber de asegurar
la posesión de los derechos naturales de los individuos.
Muchos de los temas centrales expresados por primera vez en la filosofía moral de
Kant siguen siendo muy prominentes en las justificaciones filosóficas
contemporáneas de los derechos humanos. Entre ellos destacan los ideales de
igualdad y de autonomía moral de los seres humanos racionales. Kant confiere a
la teoría contemporánea de los derechos humanos el ideal de una comunidad
potencialmente universal de individuos racionales que determinan de forma
autónoma los principios morales para asegurar las condiciones de igualdad y
autonomía. Kant proporciona un medio para justificar los derechos humanos como
base de la autodeterminación fundamentada en la autoridad de la razón humana.
La filosofía moral de Kant se basa en una apelación a los principios formales de la
ética, en lugar de, por ejemplo, una apelación a un concepto de bienes humanos
sustantivos. Para Kant, la determinación de cualquiera de estos bienes sólo puede
proceder de una determinación correcta de las propiedades formales de la razón
humana y, por tanto, no proporcionan el medio último para determinar los fines
correctos, o el objeto, de la razón humana.
en los siguientes términos: “actúa sólo conforme a aquella máxima por la que
puedas al mismo tiempo querer que se convierta en una ley universal”. (1948:84).
Los derechos humanos son derechos que corresponden a los seres humanos y
funcionan como garantías morales en apoyo de nuestras pretensiones de disfrutar
de una vida mínimamente buena. En términos conceptuales, los derechos
humanos son en sí mismos un derivado del concepto de derecho
Conclusiones
Recomendaciones
1. La justicia es una virtud que debe ser tomada como guía para la construcción
de nuestras normas sociales, una aspiración. Pero también debe ser una cualidad
que tenemos la obligación de integrar en los propios ordenamientos para lograr
este acercamiento a la virtud.
2. Las corrientes clásicas no responden a la gran cuestión ética sin dejar de lado
partes esenciales. Al igual que el iuspositivismo agota el Derecho en la ley escrita
y no es suficiente; el iusnaturalismo deja abiertas cuestiones irracionales que la
Hermenéutica entrará a resolver. Sólo superando este enfrentamiento bilateral
podremos abrir nuevos caminos del conocimiento.
6. La búsqueda del sentido de la justicia es una tarea que no cesa, que continúa
más allá de las corrientes clásicas y debe explorar los caminos de nuevas
posibilidades que traen meditaciones .
Anexos
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Bibliografía
https://www.oposinet.com/temario-de-filosofia/temario-1-filosofia/tema-34-
fundamentos-filosficos-del-derecho-y-la-justicia/
— Filosofía del Derecho Hermenéutica, Tecnos, Madrid, 2018, 201 pp. GRONDIN,
J.: A la escucha del sentido, Herder, Barcelona, 2014, 179 pp. HERVADA, J.:
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