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Aguirre Rubros

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“AGUIRRE, MARCELO ANTONIO c/TABORDA, CRISTIAN RAUL y

otros s/ Daños y Perjuicios”


LIBRE N°82.211/2015

En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República


Argentina, a los días del mes de mayo del año dos mil veintiuno,
reunidos en acuerdo –en los términos de los arts. 12 y 14 de la acordada n°
27/2020 de la C.S.J.N.– los señores jueces de la Sala “A” de la Excma. Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, para conocer en los recursos de apelación
interpuestos en los autos caratulados “AGUIRRE, MARCELO ANTONIO
c/TABORDA, CRISTIAN RAUL y otros s/ Daños y Perjuicios” respecto de
la sentencia de fs. 476/484, establecieron la siguiente cuestión a resolver:
¿SE AJUSTA A DERECHO LA SENTENCIA
APELADA?
Practicado el sorteo resultó que la votación debía
realizarse en el siguiente orden: señores jueces de cámara doctores: RICARDO
LI ROSI – SEBASTIÁN PICASSO
A LA CUESTION PROPUESTA, EL DR.
RICARDO LI ROSI DIJO:
I.- La sentencia de fecha 05/03/2021 hizo lugar a la
demanda entablada, condenando a Cristian Raúl Taborda a pagarle la suma de
$269.300 a Antonio Aguirre, la suma de $221.700 a María Cristina Figueroa, la
suma de $321.500 a Enzo Lautaro Méndez y la suma de $5.000 a Walter Oscar
Méndez y Susana Aguirre, dentro de los diez días con más sus intereses,
haciendo extensiva la condena a Orbis Compañía Argentina de Seguros S.A.-
Contra este pronunciamiento, el 31/03/2021 y el
20/04/2021 alzan sus quejar la parte actora y la citada en garantía, las cuales
fueron contestadas en 28/04/2021 y el 30/04/2021.-
III.- Antes de tratar los planteos formulados por la
parte recurrente, creo necesario recordar que los jueces no están obligados a
hacerse cargo de todos y cada uno de los argumentos expuestos por las partes ni a
analizar las pruebas producidas en su totalidad, sino tan solo aquéllos que sean
conducentes para la correcta decisión de la cuestión planteada (conf. arg. art. 386,
Cód. Procesal y véase Sala F en causa libre Nº 172.752 del 25/4/96; CS, en RED
18-780, sum. 29; CNCiv., Sala D en RED, 20-B-1040, sum. 74; CNFed. Civil y
Com., Sala I, ED, 115-677 -LA LEY, 1985-B, 263-; CNCom., Sala C en RED,
20-B-1040, sum. 73; SC Buenos Aires en ED, 105-173, entre otras).-
IV.- Por otro lado, corresponde señalar que el art. 265
del Código Procesal exige que la expresión de agravios contenga la crítica
concreta y razonada de las partes del fallo que el apelante considera equivocadas.
Y en este sentido, el contenido de la impugnación se relaciona con la carga que le
incumbe de motivar y fundar su queja, señalando y demostrando, punto por
punto, los errores en que se hubiere incurrido en el pronunciamiento, o las causas
por las cuales se lo considera contrario a derecho (conf. Fenochietto-Arazi,
“Código Procesal Civil y Comercial, Anotado, Comentado y Concordado”, tº I,
pág. 835/7; CNCiv. esta Sala, libres nº 37.127 del 10/8/88, nº 33.911 del 21/9/88,
entre muchos otros). Sin embargo, bien vale destacar que la mera
disconformidad con la interpretación judicial sin fundamentar la oposición, ni
concretar en forma detallada los errores u omisiones del pronunciamiento
apelado no constituye la crítica para la que prescribe la norma (conf. CNCiv., esta
Sala,15.11.84, LL1985-B-394; íd. Sala D, 18.5.84, LL 1985-A-352; íd. Sala F
15.2.68 LL 131-1022; íd. Sala G,29.7.85, LL 1986-A-228, entre otros).-
Por ello, cabe destacar que "criticar" es muy distinto
de "disentir", pues la crítica debe significar un ataque directo y pertinente de la
fundamentación, procurando la demostración de los errores fácticos o jurídicos
que pudiere contener, mientras que el disenso es la mera exposición del
desacuerdo con lo sentenciado (conf. esta Sala, voto del Dr. Escuti Pizarro en
libre n° 414.905 del 15-4-05).-
Siguiendo los lineamientos trazados
precedentemente, entiendo que el escrito a través del cual la citada en garantía
pretende fundar sus quejas en lo relativo al daño moral y al tratamiento
psicológico no cumple con los requisitos referidos.-
Asimismo, la actora en su expresión de agravios, se
centra en señalar que la suma reconocida en la partida de daño moral es exigua
en relación a la magnitud de los daños sufridos, lo cual no implica más que un
mero disenso con lo decidido en la instancia de grado.-
En tal sentido, se observa que la expresión de
agravios carece de un discurso sistemático, y no transita de premisa a conclusión,
mediante el examen orgánico de elementos pertinentes y conducentes de
convicción incorporados a la causa. Discutir el criterio judicial sin apoyar la
oposición en basamento fáctico idóneo o sin dar razones jurídicas a un distinto
punto de vista, no permite alcanzar la necesaria idoneidad recursiva (cfr. voto del
Dr. Peirano, CNCom., sala A, “Telecal S.A. c. Protelar S.A”, del 12/05/2003,
Publicado en: LA LEY 2004-B, 1015, Cita online: AR/JUR/3071/2003).-
Por consiguiente, estas falencias argumentales me
inducen a propiciar que se declare la deserción del recurso de la parte actora en lo
relativo al daño moral y el recurso de la citada en garantía en su totalidad (conf.
arts. 265 y 266 del Código Procesal).-
Por otro lado, considero que los pasajes del escrito a
través de los cuales la actora pretende fundar su recurso en cuanto a la
incapacidad sobreviniente y los gastos médicos, logran cumplir mínimamente
con los requisitos referidos. En base a lo expuesto, y a fin de preservar el derecho
de defensa en juicio, de indudable raigambre constitucional, no habré de
propiciar la deserción requerida y trataré los agravios vertidos.-
VI.- Corresponde tratar ahora los agravios relativos a
las partidas indemnizatorias fijadas en la anterior instancia.-
1) La parte actora centra sus quejas por el monto
concedido en la instancia el cual se divide en pesos noventa y cuatro mil
doscientos ($94.200) para Marcelo Antonio Aguirre, pesos ciento dieciséis mil
setecientos ($116.700) para María Cristina Figueroa y pesos doscientos veintiún
mil quinientos ($221.500) para Enzo Lautaro Méndez, en concepto de
incapacidad sobreviniente, toda vez que lo considera exiguo.-
Cabe destacar que la indemnización por esta partida
está dirigida a establecer la pérdida de potencialidades futuras, causadas por las
secuelas permanentes y el resarcimiento necesario para la debida recuperación,
teniendo fundamentalmente en cuenta las condiciones personales del
damnificado, sin que resulte decisivo a ese fin el porcentaje que se atribuye a la
incapacidad, sino que también debe evaluarse la disminución de beneficios, a
través de la comparación de las posibilidades anteriores y ulteriores. A tal efecto,
no pueden computarse las meras molestias, estorbos, temores, recelos, fobias,
que casi siempre son secuelas propias de este tipo de accidentes (conf. esta Sala,
mi voto en libres n° 465.124, n° 465.126 del 12-3-07, n° 527.936 del 24/06/09,
n° 583.165 del 12/04/12 entre muchos otros).-
En cambio, debe repararse en el aspecto laboral, la
edad, su rol familiar y social; es decir, la totalidad de los aspectos que afectan la
personalidad (conf. Llambías, Jorge Joaquín, "Tratado de Derecho Civil---",
Obligaciones, Tº IV-A, pág. 129, núm. 2373; Trigo Represas en Cazeaux-Trigo
Represas "Derecho de las Obligaciones", Tº III, pág. 122; Borda, Guillermo A.
"Tratado de Derecho Civil-Obligaciones", Tº I, pág. 150, núm. 149; Mosset
Iturraspe, Jorge "Responsabilidad por daños", Tº II-B, pág. 191, núm. 232;
Kemelmajer de Carlucci, Aída en Belluscio-Zannoni "Código Civil Comentado,
Anotado y Concordado", Tº V, pág. 219, núm. 13; Alterini-Ameal-López Cabana
"Curso de Obligaciones", Tº I, pág. 292, núm. 652).-
Es cierto que la edad de la víctima y sus expectativas
de vida, así como los porcentajes de incapacidad, constituyen valiosos elementos
referenciales, pero no es menos cierto sostener que el resarcimiento que pudiera
establecerse, cualquiera sea su naturaleza y entidad, debe seguir un criterio
flexible, apropiado a las circunstancias singulares de cada caso, y no ceñirse a
cálculos basados en relaciones actuariales, fórmulas matemáticas o porcentajes
rígidos, desde que el juzgador goza en esta materia de un margen de valoración
amplio (conf. CNCiv. Sala "F", L-208.659, del 4/3/97, voto del Dr. Posse
Saguier).-
Ello, por cierto, concuerda con las pautas de
valoración establecidas en el art. 1746 del Código Civil y Comercial de la
Nación, sancionado por la ley 26.994, que comenzó a regir el 1° de agosto de
2015 (según la ley 27.077), en tanto que “para evaluar el resarcimiento no es
necesario recurrir a criterios matemáticos ni tampoco son aplicables los
porcentajes fijados por la Ley de Accidentes de Trabajo, aunque puedan resultar
útiles para pautas de referencia, sino que deben tenerse en cuentas las
circunstancias personales del damnificado, la gravedad de las secuelas, los
efectos que éstas puedan tener en su vida laboral y de relación” (conf. Lorenzetti,
Ricardo Luis “Código Civil y Comercial de la Nación, anotado, concordado y
comentado", T VIII pág. 528, comentario del Dr. Jorge Mario Galdós al art.
1746).-
Adoptados estos principios, y a fin de decidir sobre la
procedencia o no de las alegaciones en estudio, deviene necesario analizar las
condiciones de cada uno de los actores.-
a) Marcelo Antonio Aguirre:
Respecto al estado del paciente al momento de su
inspección médica, el Dr. Edgardo Manuel Utrera, manifiesta en su pericia de
fs.500/501 que “En virtud a lo expuesto, considera que el actor presenta una
incapacidad parcial y permanente del orden del 15% de acuerdo a lo establecido
por Baremo del decreto Nro.659/96,49/14, Baremo Geral. Para el fuero Civil de
los Dres. Altube y Rinaldi y concordantes, imputable a: - CERVICALGIA CON
RESTRICCIONE EN ARCO DE MOVILIDAD (5%); R.V.A.N. GRADO II
PREDOMINIO DEPRESIVO (10%)’’.
Por su parte, la perito psicóloga designada en autos,
Dra. Alejandra Antonino, establece que “El peritado posee una estructura de
personalidad que funciona a predominio neurótico, con marcada presencia de
rasgos fóbicos, regresivos e inmaduros, originados en una fijación de tipo oral,
producto de carencias en sus vínculos primarios. Hay indicadores de daño
psicológico asociado al impacto traumático de tales vivencias, para defenderse
de las cuales ha desarrollado una modificación patológica de su carácter
(Caracteropatía)… No se ha encontrado que dicha patología, verosímilmente
constituya una respuesta psíquica concomitante al evento de autos” (conf. fs.
429).-
Asimismo, la perito agrega “No hay indicadores de
que la patología encontrada se encuentre concausalmente relacionada, con el
evento de autos, por lo que no corresponde informar incapacidad psicológica”
(ver. fs. 429).-
b) María Cristina Figueroa
El perito medico en su informe pericial de fs.502/503
determinó que “En virtud a lo expuesto considera que la actora presenta una
incapacidad parcial y permanente del orden del 16% T.O, de acuerdo a lo
establecido por el Baremo del Decreto Nro. 659/96, 49/14, Baremo Gral. Para el
Fuero Civil de los Dres. Altube y Rinaldi y concordantes, imputable a –
CERVICALGIA CON REPERCUCIONES EN ARCO DE MOVILIDAD (6%) –
R.V.A.N. GRADO II PREDOMINIO DEPRESIVO (10%)”.-
A ello, el profesional agrega que “La relación de
causalidad entre los hechos invocados en el escrito de inicio y el estado actual
del accionante es verosímil desde el punto de vista médico y legal, sin perjuicio
del resultado del resto de los medios de prueba ofrecidos por las partes” (ver. fs.
502 vta.).-
En lo referido a la pericia psicológica, la perito
establece a fs. 433 que “La peritada posee una estructura de personalidad que
funciona a predominio neurótico, con presencia de rasgos histéricos, fóbicos y
depresivos. Aparecen indicadores de ánimo depresivo y disfóbico y de inhibición
de su capacidad creativa y asociativa, junto a sintomatología como aumentos
sostenido de peso, voracidad, dificultad para conciliar el sueño, hipertensión,
bajo nivel de energía, bajo autoconcepto y retracción de intereses vitales”.-
A ello, la perito agrega que “no hay indicadores de
que, verosímilmente, el estado psíquico que presenta en la actualidad, constituya
una respuesta concominante a las vivencias experimentadas como consecuencia
del hecho de autos, por lo que no corresponde informar incapacidad
psicológica”(conf. fs. 433).-
c) Enzo Lautaro Méndez
El perito medico a fs.498 vta. estableció que “ En
virtud a lo expuesto, considera que el actor presenta una incapacidad parcial y
permanente del orden del 18%, de acuerdo a lo establecido por Baremo del
Decreto Nro. 659/96,49/14, Baremo Gral. Para el Fuero Civil de los Dres.
Altube y Rinaldi y concordantes, imputable a –CERVICALGIA CON
RESTRICCIONES DE ARCO DE MOVILIDAD (8%); -R.V.A.N. GRADO II
PREDOMINIO DEPRESIVO (10%)”.-
Ello así, agregó “ La relación de causalidad entre los
hechos invocados en el escrito de inicio y el estado actual del accionante es
verosímil desde el punto de vista médico y legal, sin perjuicio del resultado del
resto de los medios de prueba ofrecidos por las partes” ( ver. fs. 498 vta.).-
Con relación a la pericia psicológica, la profesional
consideró “Posee una estructura de personalidad que funciona a predominio
neurótico, con presencia de rasgos de inmadurez y dependencia, propios de la
etapa vital que se encuentra atravesando. No presenta patología psíquica
alguna… El hecho en autos no tuvo repercusión psicológica significativa. El Sr.
Enzo Lautaro Méndez, sufrió una desorganización transitoria de su psiquismo
ante la naturaleza intempestiva y disruptiva del accidente, que gracias a los
recursos que posee fue elaborada con rapidez y le posibilitó seguir adelante sin
secuelas” (conf. fs. 436).-
Cabe destacar que las pericias realizadas a los actores
no fueron cuestionadas por la parte emplazada.-
En base a estas evidencias, corresponde aquí aclarar
que la calidad de los peritajes es de suma importancia, ya que en el informe que
brindan los expertos, ya sea oral o escrito, el inicial o el definitivo, se basará la
Autoridad Judicial como eventual elemento de prueba para considerar y dictar
sentencia. Este estriba en una presunción concreta, de que los peritos son
sinceros, veraces y sus dictámenes con toda probabilidad acertados. Se los
presume honestos, capaces y expertos en la materia a la que pertenece el hecho
sobre el cual dictaminan. Existen dos motivos para la admisión de la fuerza
probatoria: presupuesto de que los peritos no cae en el error, y por otro lado, el
presupuesto de que no tienen intención de engañar. Los dictámenes sirven
entonces para brindar mayor o menor fe sobre la existencia de las cosas objeto
del mismo (conf. Virginia Berlinerblau - Claudia Moscato, “Calidad del
Dictamen Médico Legal: Herramientas para su Valoración” en “La Prueba
Científica y Los Procesos Judiciales”, págs. 44/45; Academia Judicial
Internacional; La Ley; 2006).-
Por ello, le otorgaré al informe pericial la fuerza
probatoria del art. 477 del Código Procesal, en consonancia con lo dispuesto por
el artículo 386 del mismo cuerpo legal.-
Por otro lado, a los fines de estimar el monto
correspondiente a esta partida, deben tenerse presente las condiciones personales
de las víctimas: Marcelo Antonio Aguirre tenía 41 años al momento del
accidente, convivía con María Cristina Figueroa, quien tenía 39 años al
momento del hecho y Enzo Lautaro Martínez tenía 16 años.-
Los Sres. Aguirre y Figueroa tenían un ingreso de
$300 por día, provenientes del trabajo del Sr. Aguirre, quien se dedicaba a
cuidar autos en la calle, y contaban con una asignación por hijo de $700.-
En cuanto a Enzo Lautaro Martínez, convivía con
sus padres al momento del hecho, los Sres. Walter Oscar Méndez y Susana
Ermelinda Aguirre, quienes tenían un ingreso de $4.000 proveniente del
trabajo del Sr. Méndez realizando tareas de limpieza. (ver autos homónimos
sobre beneficio de litigar sin gastos, n° 82.211/2015/1, donde se determina la
situación económica de todos los actores).-
En virtud de todo lo hasta aquí, expuesto, y en base a
las facultades que me otorga el art. 165 del Código Procesal, debería elevarse la
partida correspondiente a la incapacidad sobreviniente a la suma de un millón
doscientos mil ($1.200.000) para Marcelo Antonio Aguirre, un millón
doscientos ochenta mil ($1.280.000) para María Cristina Figueroa, y un millón
cuatrocientos cuarenta mil ($1.440.000) para Enzo Lautaro Méndez.-
No paso por alto que los montos que aquí se fijan a
valores actuales exceden el reclamo inicial. No obstante, los mismos fueron
supeditados a lo que en más o en menos resulte de la prueba (cfr. fs. 57), de modo
que al acreditarse con las probanzas rendidas un perjuicio mayor al estimado en
un principio, me persuade de la necesidad de adecuar los montos indemnizatorios
a su justa medida para arribar así a una decisión equitativa.-
2) En cuanto al reclamo formulado por gastos de
asistencia médica y fármacos, comparto el criterio expresado por esta Sala en
anteriores composiciones que expone que no resulta necesaria su acreditación
concreta y específica cuando su erogación se presume en orden a las
características del caso. Esta pauta concuerda con lo actualmente normado por el
segundo párrafo del art. 1746 del Código Civil y Comercial de la Nación al
disponer que “se presumen los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte
que resultan razonables en función de la índole de las lesiones o la
incapacidad”.-
Asimismo, es sabido que este tipo de desembolsos
son admisibles aún cuando la atención haya sido prestada en hospitales públicos
o por una obra social, toda vez que de ordinario, ni uno ni otra cubren la totalidad
de los gastos en que incurren los pacientes (conf. esta Sala, L. nº 110.732 del
26/11/92, L. nº 142.552 del 18/5/94, L. n° 594.393 del 18/06/2012, entre otros).-
Así pues, a la luz de antecedentes análogos que
conforman una pauta objetiva de valoración, en función de las dolencias
padecidas por la demandante que fueran puestas de manifiesto por el experto
médico, considero prudente elevar las sumas reconocidas en la instancia de grado
y otorgar la suma de pesos siete mil ($7.000) para el Sr. Marcelo Antonio
Aguirre, la suma de pesos siete mil ($7.000) para la Sra. María Cristina Figueroa
y la suma de pesos siete mil ($7.000) para Walter Oscar Méndez y Susana
Ermelinda Aguirre, padres de Enzo Lautaro Méndez, toda vez que este último era
menor de edad al momento del accidente .-
VI.- Respecto a los agravios referidos a la tasa de
interés a aplicar, de acuerdo a lo establecido por la doctrina plenaria sentada por
esta Cámara Civil en los autos "Samudio de Martínez, Ladislaa c/ Transportes
Doscientos Setenta S.A. s/ daños y perjuicios" del 20/04/09 y lo dispuesto por el
art. 303 del Código Procesal (según ley 27.500), sobre el capital reconocido
corresponde aplicar la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual
vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina.-
El citado fallo plenario prevé la utilización de la
mencionada tasa, salvo que su aplicación en el período transcurrido hasta el
dictado de la sentencia implique una alteración del significado económico del
capital de condena que configure un enriquecimiento indebido.-
En función de lo allí dispuesto, he venido sosteniendo
que, en los casos en que la cuantificación de los rubros se ha realizado a valores
vigentes a la fecha de la sentencia apelada, corresponde aplicar un interés puro
del 8% anual desde la mora y hasta la entrada en vigencia del Código Civil y
Comercial.-
Sin embargo, la realidad del mercado financiero,
contingente y variable, me llevó a revisar el criterio que he venido utilizando,
pues considero que la tasa de interés establecida en el mencionado fallo plenario
no altera, actualmente, el contenido económico del capital establecido en la
sentencia.-
En función de lo expuesto, entiendo que desde el
inicio de la mora (21/06/2015) y hasta el efectivo pago, deben calcularse los
intereses a la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a
treinta días del Banco de la Nación Argentina.-
VII.- Voto, en definitiva, para que se modifique
parcialmente la sentencia apelada, elevando la partida de incapacidad
sobreviniente en pesos un millón doscientos mil ($1.200.000) para el Sr.
Marcelo Antonio Aguirre, en un millón doscientos ochenta mil ($1.280.000)
para María Cristina Figueroa y en pesos un millón cuatrocientos cuarenta mil
($1.440.000) para Enzo Lautaro Méndez, la partida gastos de asistencia médica y
farmacia en pesos siete mil ($7.000) para Marcelo Antonio Aguirre, pesos siete
mil ($7.000) para María Cristina Figueroa y pesos siete mil ($7.000) para Oscar
Méndez y Susana Ermelinda Aguirre, padres de Enzo Lautaro Méndez, y se
modifique la tasa de interés de acuerdo a lo indicado en el considerando VI; y
confirmándosela en todo lo demás que decide y fue objeto de agravios.-
Las costas de Alzada deberían imponerse a la parte
emplazada, de conformidad al resultado obtenido (art.68, primera parte del
Código Procesal).-

Buenos Aires, de mayo de 2021.-


Y VISTOS:
….. a) modificar parcialmente la sentencia apelada, y
elevar la partida de incapacidad sobreviniente en pesos un millón doscientos mil
($1.200.000) para el Sr. Marcelo Antonio Aguirre, en un millón doscientos
ochenta mil ($1.280.000) para María Cristina Figueroa y en pesos un millón
cuatrocientos cuarenta mil ($1.440.000) para Enzo Lautaro Méndez, y la
partida gastos de asistencia médica y farmacia a la suma de pesos siete mil
($7.000) para Marcelo Antonio Aguirre, pesos siete mil ($7.000) para María
Cristina Figueroa y pesos siete mil ($7.000) para Oscar Méndez y Susana
Ermelinda Aguirre, padres de Enzo Lautaro Méndez.-
b) fijar los intereses de acuerdo a las pautas fijadas en
el considerando VI; y se la confirma en todo lo demás que decide y fue objeto de
agravios.-
Las costas de Alzada deberían imponerse a la parte
emplazada, de conformidad al resultado obtenido (art.68, primera parte del
Código Procesal).-

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