Expo Deshidratacion y Edema

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¿Qué es la deshidratación?

La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere, es decir cuando el
balance hídrico es negativo, está desplazado hacia la pérdida de agua. A menudo se acompaña de
alteraciones en el balance de sales minerales o de electrolitos del cuerpo, especialmente de sodio
y potasio.

En condiciones normales, el cuerpo pierde y debe reponer unos 2-2,5 l de agua diarios. Respirar,
orinar, defecar y sudar provoca pérdidas de agua que deben reponerse diariamente. Si se pierde
agua del torrente sanguíneo, el cuerpo puede compensar un poco las pérdidas trasladando agua
de las células a los vasos sanguíneos, pero es una solución muy a corto plazo. Si el agua perdida no
se repone, el cuerpo puede sufrir serias consecuencias.

El cuerpo es capaz de monitorizar la cantidad de agua que necesita para funcionar. El mecanismo
de la sed le indica al cuerpo que debe beber cuando el contenido de agua del cuerpo se reduce.
Hormonas como la Hormona Anti-Diurética (HAD), trabajan con el riñón para limitar la cantidad de
agua que se pierde a través de la orina cuando el cuerpo debe conservar agua. La ingesta y las
pérdidas de agua son altamente variables, pero suelen coincidir con una diferencia de menos del
0,1% a lo largo de un tiempo prolongado gracias al control homeostático. La ingesta y las pérdidas
de electrolitos también están estrechamente vinculadas, tanto la una con la otra como con el
estado de hidratación.

Si la ingesta y las pérdidas de agua y de electrolitos, especialmente de sodio y potasio, no se


igualan, puede dar lugar a deshidratación. Dependiendo de la tasa de pérdida de agua respecto a
la de electrolitos, la deshidratación puede clasificarse como isotónica, hipertónica o hipotónica.

Deshidratación isotónica

Se caracteriza por una pérdida equitativa de agua y de solutos del líquido extracelular, es decir, se
pierde agua y sodio en cantidades en las proporciones idénticas, lo que suele ocurrir en casos de
vómitos, diarrea o de una ingesta insuficiente. No se produce un intercambio osmótico de agua del
espacio intracelular al espacio extracelular. Se trata del tipo de deshidratación frecuente en niños
pequeños.

Deshidratación hipertónica

En este tipo de deshidratación la pérdida de agua es superior a la pérdida de sal, es decir, se pierde
proporcionalmente más agua que sodio, lo que puede ocurrir debido a una ingesta de agua
insuficiente, a un exceso de sudor, a diuresis osmótica y a la ingesta de medicamentos diuréticos.
Se caracteriza por un intercambio osmótico de agua desde el líquido intracelular al líquido
extracelular. Este tipo de deshidratación es más común en personas que sufren diabetes, y
representa aproximadamente de un 10 a un 20% de todos los casos pediátricos de deshidratación
con diarrea.

Deshidratación hipotónica
En este caso se pierde proporcionalmente más sodio que agua, como ocurre en casos de alta
sudoración o de pérdidas de agua gastrointestinales, o cuando el déficit de agua y de electrolitos
se trata sólo con reposición de agua. Se caracteriza por un intercambio osmótico de líquido desde
la región extracelular a la región intracelular. También se produce cuando se ingiere demasiada
cantidad de agua u otros líquidos sin ningún o con muy poco contenido de sodio. Este tipo de
deshidratación se produce en un 10 – 15% de los casos pediátricos de deshidratación con diarrea.
Esta complicación puede producir la muerte si conlleva una inflamación que causa presión en el
cerebro (edema cerebral). Este tipo de deshidratación se conoce como hiponatremia.

¿Cuál es su causa?

La deshidratación leve es común y normalmente está provocada por una ingesta insuficiente de
líquidos a lo largo del día. En niños, la diarrea es una causa común de deshidratación.

Continuamente se pierden líquidos a través de funciones normales del cuerpo como son la
sudoración, la respiración y la orina. Algunas causas comunes de deshidratación incluyen la
pérdida de agua gastrointestinal debido a diarrea y a vómitos, un exceso de orina, una pérdida
excesiva de agua a través de la piel (sudoración) y de los pulmones (respiración) debido al calor
y/o a la humedad, la actividad física, la fiebre o las quemaduras.

Diarrea

Uno de los motivos por los que una persona puede perder demasiada agua es por una infección
que cause diarrea. La diarrea puede estar causada por bacterias, virus o parásitos. Cada deposición
puede conllevar una pérdida significativa de agua que puede llegar hasta 1 litros por hora en casos
extremos. A nivel mundial, más de cuatro millones de niños mueren cada año de deshidratación
por diarrea.

Vómitos

La pérdida rápida de agua producida por vómitos intensos y continuos aumenta la probabilidad de
deshidratación, ya que es difícil restaurar la hidratación mediante la ingesta de líquidos. El riesgo
de deshidratación por vómitos es más alto en bebés y en niños, en ancianos, en gente con
trastornos de la alimentación (por ejemplo, bulimia) y en cualquiera que esté tomando
medicamentos que provoquen vómitos.

Exceso de orina

Existen ciertos medicamentos que aumentan el gasto urinario respecto a los niveles normales (por
ejemplo los diuréticos), y hay trastornos que afectan la función renal, dando lugar a una pérdida
de agua corporal a través de la orina. Algunos de los trastornos que pueden afectar la producción
de orina incluyen la diabetes y el cáncer de riñón. La diabetes está caracterizada por niveles
elevados de glucosa en sangre, causando altos niveles de glucosa en la orina y un exceso de orina
que puede producir deshidratación.

Sudoración
El sudor o la perspiración (transpiración) es un mecanismo de enfriamiento utilizado por el cuerpo
en situaciones de calor, humedad y actividad física. La humedad puede jugar un papel más
importante en la deshidratación que el calor, ya que en el primer caso el sudor del cuerpo cae en
gotas en vez de evaporarse, y por tanto no produce una eliminación de calor del cuerpo. Sin
embargo, se producen altos niveles de sudoración si se realiza deporte u otra actividad física tanto
en condiciones de humedad como seca. La ropa pesada limita la evaporación del sudor, lo que
significa que el calor corporal no se disipa y por tanto el cuerpo pierde más agua a medida que
intenta eliminar más calor. La acumulación de humedad por la falta de transpiración de la ropa
provoca un mayor aumento de la sensación de calor, incrementándose el grado o nivel de
sudoración o perspiración.

Fiebre o quemaduras

Estas alteraciones, incluyendo las quemaduras de sol, aumentan la temperatura corporal,


requiriendo una mayor cantidad de líquidos para un funcionamiento adecuado del cuerpo. La
fiebre se produce cuando hay una infección y el cuerpo utiliza una cantidad significativa de agua
en forma de sudor para enfriarse. Las personas que han sufrido quemaduras se deshidratan
porque el agua penetra en la piel dañada y se pierde debido a la evaporación.

Una ingesta inadecuada de líquidos cuando hace calor o cuando se realiza ejercicio físico también
puede agotar los niveles de agua del cuerpo. Cualquier persona puede deshidratarse, pero los
niños pequeños, las personas mayores y las personas con enfermedades crónicas o con sometidas
a tratamientos farmacológicos presentan un mayor riesgo.

¿Cuáles son sus consecuencias?

Una pérdida de agua corporal equivalente a un 1% del peso corporal normalmente se compensa
en unas 24 horas: por un lado, la sed es una señal fisiológica que estimula la ingesta de agua,
provocando una mayor sensación de tener que beber, y por otro, disminuye la pérdida de agua a
través de los riñones. Si la pérdida supera a la ingesta es posible que se produzca una disminución
del rendimiento físico y cognitivo y alteraciones en la termorregulación y de la función
cardiovascular.

La deshidratación leve puede producir síntomas como sed, dolor de cabeza, debilidad, mareos y
fatiga y generalmente provoca cansancio y somnolencia. Los síntomas de una deshidratación
moderada incluyen sequedad de boca, poco o ningún volumen de orina, pesadez, un pulso
cardiaco rápido y falta de elasticidad de la piel. La deshidratación grave es una emergencia médica
potencialmente letal, y está caracterizada por sed extrema, falta de volumen de orina, aceleración
de la respiración, alteración del estado mental y piel fría y húmeda.

Un aumento del nivel de deshidratación, con pérdidas de líquidos de más de un 1% del peso
corporal, puede dar lugar a una reducción sucesiva del rendimiento físico y de la capacidad de
controlar la temperatura corporal. Con un déficit de líquidos de un 4% o más se pueden observar
descensos de rendimiento graves y dificultades de concentración, dolores de cabeza, irritabilidad y
somnolencia, y aumentos de la temperatura corporal y de la tasa respiratoria. La deshidratación
que provoca una pérdida de un 10% o más del peso corporal puede provocar la muerte.
A medida que la deshidratación avanza, el volumen de agua en el torrente sanguíneo baja, y
puede producirse una bajada de la tensión arterial. La función cardiovascular se ve afectada por
niveles más y más altos de deshidratación, con una subida de la tasa cardiaca y dificultades en el
mantenimiento del volumen de sangre que el corazón transporta a los tejidos. El corazón bombea
de forma más intensa para mantener el flujo sanguíneo que llega a los órganos, pero la tensión
arterial disminuye a medida que el volumen de sangre se reduce. Una bajada del nivel del flujo
sanguíneo que llega a la piel y niveles bajos de hidratación frenan la sudoración y, por tanto, la
capacidad del cuerpo de disipar calor.

La deshidratación crónica puede aumentar el riesgo de infección, especialmente del tracto


urinario. Los riñones y otros órganos importantes que reciben menos flujo sanguíneo pueden
empezar a fallar. El fallo renal es común, pero es reversible si es resultado de una deshidratación y
si se trata de manera precoz. Una reducción del flujo sanguíneo al cerebro puede causar
confusión, afectando tanto la función cognitiva como la coordinación.

EDEMA

El edema es la hinchazón causada por el exceso de líquido atrapado en los tejidos del cuerpo. El
edema puede afectar cualquier parte del cuerpo. Pero hay más probabilidades de que aparezca en
las piernas y los pies.

Los medicamentos y el embarazo pueden provocar edemas. También puede producirse como
consecuencia de una enfermedad, como insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad renal,
insuficiencia venosa o cirrosis hepática.

El uso de prendas de compresión y la reducción de la sal en la dieta suelen aliviar el edema.


Cuando una enfermedad causa edema, la enfermedad también necesita tratamiento.

Los síntomas del edema incluyen los siguientes:

Hinchazón o inflamación del tejido que está debajo de la piel, especialmente en las piernas o los
brazos.

Piel estirada o brillante.

Piel que tiene un hoyuelo, también conocido como hendidura, después de haber sido presionada
durante unos segundos.

Hinchazón en el vientre, o abdomen, de modo que es más grande de lo habitual.

Sensación de pesadez en las piernas.

Causas

El edema se produce cuando hay una fuga de líquido de los pequeños vasos sanguíneos del
cuerpo, que se denominan capilares. El líquido se acumula en los tejidos cercanos. Esta fuga lleva a
la hinchazón.

Los casos leves de edema pueden deberse a lo siguiente:


Estar sentado o permanecer en una posición durante mucho tiempo

Comer mucha comida salada

Tener síndrome premenstrual

Estar embarazada.

El edema también puede ser un efecto secundario de determinados medicamentos. Estos incluyen
los siguientes:

Medicamentos para la presión arterial alta

Medicamentos antiinflamatorios no esteroides

Medicamentos esteroides

Estrógenos

Determinados medicamentos para la diabetes llamados tiazolidinedionas

Medicamentos para tratar el dolor nervioso

A veces, el edema puede ser un signo de una afección más grave. Algunas de las enfermedades
que pueden causar edema son las siguientes:

Insuficiencia cardíaca congestiva. La insuficiencia cardíaca congestiva impide que una o ambas
cavidades inferiores del corazón bombeen bien la sangre. Como consecuencia, la sangre puede
estancarse en las piernas, en los tobillos y en los pies, y causar edema.

La insuficiencia cardíaca congestiva también puede causar hinchazón en el área estomacal. Esta
afección también puede producir la acumulación de líquido en los pulmones. Esto se conoce como
edema pulmonar y puede llevar a falta de aire.

Daño hepático. Este daño hepático a causa de la cirrosis puede causar la acumulación de líquido
en el área estomacal y en las piernas. La acumulación de líquido en el área estomacal se denomina
ascitis.

Enfermedad renal. La enfermedad renal puede producir la acumulación de líquido y sales de la


sangre. Los edemas que se relacionan con la enfermedad renal a menudo se producen en las
piernas y alrededor de los ojos.

Daño renal. El daño en los diminutos vasos sanguíneos que hacen el filtrado en los riñones puede
causar el síndrome nefrótico. En el síndrome nefrótico, los niveles reducidos de proteína en la
sangre pueden llevar a un edema.

Debilidad o daño en las venas de las piernas. En esta afección, que también tiene el nombre de
insuficiencia venosa crónica, las válvulas unidireccionales de las piernas están dañadas. Las
válvulas unidireccionales permiten que la sangre fluya en una sola dirección. El daño a las válvulas
hace que la sangre se acumule en las venas de las piernas y se produzca hinchazón.

Trombosis venosa profunda. La hinchazón repentina en la pierna, acompañada de dolor en el


músculo de la pantorrilla, puede deberse a un coágulo de sangre en una de las venas de la pierna.
La trombosis venosa profunda requiere atención médica inmediata.

Problemas con el sistema del cuerpo que elimina el líquido adicional de los tejidos. Si el sistema
linfático del cuerpo está dañado debido a, por ejemplo, una cirugía para el cáncer, es posible que
no haga el drenaje correctamente.

Falta grave y prolongada de proteína. La falta extrema de proteína en la alimentación, con el


tiempo, puede llevar a un edema.

Factores de riesgo

Los siguientes factores aumentan el riesgo de edema:

Estar embarazada.

Tomar ciertos medicamentos.

Tener una enfermedad crónica, como insuficiencia cardíaca congestiva o una enfermedad renal o
hepática.

Someterse a una cirugía que afecte un ganglio linfático.

Complicaciones

Si no se trata, esto es lo que el edema puede causar:

Hinchazón que se vuelve cada vez más dolorosa.

Problemas para caminar.

Rigidez.

Estiramiento de la piel, que puede picar.

Mayor riesgo de infección en la zona hinchada.

Cicatrices entre las capas de tejido.

Menor flujo de sangre.

Menor elasticidad de arterias, venas, articulaciones y músculos.

Mayor riesgo de úlceras en la piel.

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