Capítulo 5 Torre de Refigio

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"JESUCRISTO: NUESTRO TODO EN

TODO II"
Capítulo 5: Torre de Refugio
En tiempos de tormenta y desafíos, se exhorta a buscar a Jesucristo como
la Torre de Refugio. Su presencia proporciona seguridad y estabilidad.
Esta verdad se apoya en pasajes bíblicos como:
Salmo 18:2: "Yahweh es mi roca, mi fortaleza y mi liberador; mi Dios,
mi roca, en Él confiaré; mi escudo, el cuerno de mi salvación, mi alto
refugio."
Proverbios 18:10: "Torre fuerte es el nombre de Yahweh; a él correrá
el justo, y será levantado alto."
! Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los
hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. –Salmos 36:7
Dios nos hará confiar en Él
Existen dos palabras que se utilizan en el Antiguo Testamento para
expresar “confianza”. Una es “batach” y la otra es “chasah”. Batach (Strong
AT:982) se usa muy a menudo y significa: “confiar, confiar en, tener
confianza, ser atrevido y estar seguro”. Es interesante notar que esta raíz
(batach) es una forma verbal causativa. No quiero ser demasiado técnico,
pero es muy importante conocer qué quiere decir un verbo causativo para
que todo esto tenga sentido.
En lenguaje, un verbo causativo indica la acción necesaria para que otra
acción pueda tener lugar. Revela que alguien o algo, es indirectamente
responsable por la acción. Esto nos enseña bíblicamente que Dios nos
hará confiar en Él.

Existen algunos significados para la palabra chasah que realmente ayudan


a un alma atribulada. Chasah (Strong AT:2620) significa: buscar refugio,
huir buscando protección, poner nuestra confianza en Dios, esperar
en Dios y hacer refugio para otros. Donde dice batach, significa
“descansar en” y donde chasah, significa “refugiarse en”. Encontramos
una imagen hermosa de chasah en el Salmo 57:1, donde el rey David se
retrata como anidando bajo las alas de Dios buscando refugio como un
pichón bajo las alas de sus padres. “Ten compasión de mí, oh Dios; ten
compasión de mí, que en ti confío. A la sombra de tus alas me refugiaré
(chasah), hasta que haya pasado el peligro”.

Note cómo en este Salmo, David escribió: “Hasta que estas calamidades
hayan pasado de mi”. Podemos pensar en esto como, “hasta que mis
tribulaciones produzcan perseverancia, carácter y, finalmente, una
esperanza en Dios que no me defraudará”. No nos desilusionamos
porque en última instancia, el amor de Dios se derramó en el Calvario.

Si buscas la definición del amor, no la busques en un diccionario, sino


en el Calvario.
Después del Calvario, Dios merece que confiemos en Él; que creamos
que es verdad lo que dice; y que Su amor es seguro.

Quizá la situación sea decepcionante, pero no Dios. Es interesante notar


que chasah se encuentra en un verso que está en la mitad de la Biblia, el
Salmo 118:8. Es mejor confiar (chasah) en el Señor que poner nuestra
confianza en los hombres. Esto es tan profundo que aquí se utiliza la
palabra chasah y no batach. Puede ver que, si nos escapamos del dolor
para tratar de atenuarla de alguna manera en nuestras fuerzas, nunca
experimentaremos la plenitud del refugio protector que es chasah/
confiar en Dios. Cuando corremos hacia Dios buscando refugio en
nuestro dolor, lo encontraremos. Estará allí en el monte del dolor y la
desilusión, repartiendo sus armas, invitándonos a arrojarnos bajo sus alas
para hallar nuestro descanso. Cuando nos encontramos “aquí”, podemos
experimentar un lugar de consolación que brota desde nuestro interior.
Aunque todo el infierno pueda levantarse en contra de nosotros, seremos
capaces de declarar: “Está todo bien en mi alma”, porque confiamos en
Él.

“El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en


que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto
escondite! Él es mi protector y mi salvador…” (2 Samuel 22:2-3a)

Capítulo 6: La Resurrección y la Vida.


La resurrección de Cristo fue la muerte de la muerte.
La definición más poderosa sobre Jesucristo, la Resurrección y la vida se
encuentra en la Biblia, en el Nuevo Testamento, específicamente en el
Evangelio según Juan, capítulo 11, versículo 25-26 (Reina-Valera 1960):
"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no
morirá eternamente. ¿Crees esto?"
En esta declaración, Jesús se presenta como la fuente de la resurrección y
la vida eterna. La pregunta final resalta la importancia de la fe en Él como
el fundamento para la vida eterna. Esta declaración encapsula la creencia
fundamental del cristianismo en la resurrección de Jesucristo y la
promesa de vida eterna para aquellos que creen en Él.
El cristianismo ha tenido una serie de revoluciones y en cada una de
ellas el cristianismo ha muerto. El cristianismo ha muerto muchas
veces y se ha vuelto a levantar; porque contaba con un Dios que
conoce el camino de salida de la tumba.

Capítulo 7: Príncipe de la Paz.

Significado: Jesús vino no a traer la paz al mundo mediante la ausencia


de guerras; sino la paz entre Dios y el hombre que estaban separados por
el pecado. Él murió para reconciliar a los pecadores con un Dios santo.

Isaías 9:6: "Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado, y la
soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre
Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz."
Uno de los nombres dados a Jesús es Príncipe de Paz, ¿qué significa
realmente este nombre? Lo primero que quizás viene a nuestra mente
cuando pensamos en paz es ausencia de problemas o dificultades, y la
tendencia, es pensar que con Cristo en mi vida nunca más tendré
problemas, porque somos gobernados por el Príncipe de Paz, pero
realmente este pensamiento, aunque suena muy bien y de hecho es
coherente, no es bíblico; es decir, no aplica para el ámbito espiritual.
La palabra hebrea para paz es Shalom, que significa “completo o entero”,
puede referirse a un muro terminado, cuyos ladrillos quedaron
perfectamente ubicados y no tiene ninguna hendidura; es decir, algo que
puede ser complejo y contener muchas piezas, pero una vez restaurado
queda en un estado completo. Así podemos interpretar la palabra
Shalom, cuando hablamos de ella como un verbo.
Lo primero que Jesús vino a restaurar fue nuestra relación con el
Padre, el pecado hizo pedazos nuestra comunión con Dios, pero Cristo
vino para restaurarla y su obra quedó completa en la Cruz.
Luego, nuestra vida llena de problemas, circunstancias difíciles,
relaciones complejas y nuestro corazón roto y desalineado, no estaban
completos hasta que llegó la promesa, nuestro Príncipe de Paz vino a
restaurar y darle una forma completa a nuestra vida, porque Él vino
para poner cada cosa en su lugar y dar armonía en medio del caos de
nuestra vida.
Nuestro Príncipe de Shalom, vino para reparar todo aquello que está
roto y construir algo nuevo, de tal forma que quede completo en El. Y aún
más, este Príncipe de Shalom vive en mí y en ti, la paz viene de Su
presencia en mi vida no de la ausencia de problemas, El prometió estar con
nosotros siempre, entonces todo encaja en su lugar cuando Él reina en
nuestra vida.
Si tenemos al Hijo que nos ha sido dado, LO TENEMOS TODO, estamos
completos en El.
Que este año 2024 el Príncipe de Paz gobierne sobre nuestra vida y
nuestra familia, que podamos disfrutar de la promesa de Dios hecha
realidad, nuestra Shalom. Que Cristo, el Hijo de Dios que ha sido dado,
nazca en cada corazón y en cada hogar para traer su Shalom, su
restauración con el Padre y su restauración a los corazones rotos y las
relaciones quebrantadas.
“Su gobierno y la paz nunca tendrá fin. Reinará con imparcialidad y
justicia desde el trono de su antepasado David por toda la eternidad.
¡El ferviente compromiso del Señor de los Ejércitos hará que esto
suceda!” (Isaías 9:7 NTV)
Capítulo 8: El Señor Nuestro Proveedor
Dios te tiene TODO preparado para el momento justo y oportuno. Todos
los detalles de la provisión que necesitas ahora y en los días sucesivos
están bajo su control; él sabe cómo hacértela llegar.
No trates de razonar los métodos de los que Dios se vale para proveer tus
necesidades. A ti solo te corresponde creer en su capacidad y esperar el
tiempo justo. Cuando Dios da la orden de provisión no hay ningún
“poderoso” que se le resista, ni aun la naturaleza misma. Él es el Rey
soberano de toda la tierra.
Tu provisión viene directamente de Dios, y no de las personas o recursos.
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi
socorro viene de Yahweh, que hizo los cielos y la tierra.” Salmo 121: 1-
2
Todo lo que necesitas para subsistir procede de Dios. Es algo que puedes
corroborar a lo largo de tu existencia. Acuérdate de todas las veces de la
provisión milagrosa que recibiste en el momento justo y oportuno a pesar
de no contar con las condiciones necesarias; de igual manera ahora no es
la excepción. Pídele a Dios que traiga a tu memoria todas esas veces y tu
fe se estimulará. Han sido tantas las experiencias de provisión que no te
queda espacio para la duda; y si ahora sientes la tentación de dudar o
renegar, no lo hagas. Mira que a tiempo has recibido esta reflexión.
Ante desafíos financieros y necesidades, se aconseja confiar en Jesucristo
como el proveedor. Se destaca la importancia de dirigir con prudencia y
confianza en Su provisión. Citas relevantes incluyen:
Filipenses 4:19: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús."
Capítulo 9: Autor y Consumador de Nuestra Fe
Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…

Si estás enfermo, debes saber que ya has sido sanado por la obra
finalizada de Cristo. No te preguntes: "¿Tengo suficiente fe para ser
sanado? ¿Tengo la forma correcta de fe para ser sanado? ¿Qué tal si me
falta fe?" Te estás enfocando en ti mismo y en tu fe, en lugar de en Cristo y
Su obra finalizada.

Deberías preguntarte: "¿Jesús se llevó esta enfermedad? Si lo hizo,


entonces él debe haber hecho una obra perfecta". En otras palabras,
enfoca tus ojos en Jesús y su obra perfecta.

A.B. Simpson, que vivió en el siglo XIX, escribió un artículo titulado “Él
mismo”. En él, mencionó su desgastado sistema nervioso y su corazón
enfermo, que podría haber resultado fatal en cualquier momento. Así que
él buscó al Señor para su sanidad. Dios le mostró Mateo 8:17, que dice de
Jesús que "El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras
dolencias.".
A.B. Simpson dijo que, aunque creía que Jesús se había llevado sus
enfermedades, veía muchos obstáculos que se interponían entre él y su
sanidad. Y todos se reducían a una cosa: ¡la preocupación por su fe! Él
había creído que, si tan sólo tuviera la fe "correcta", recibiría su sanidad
instantáneamente.

Finalmente llegó a la conclusión de que tenía que eliminar ese último


obstáculo -su enfoque en su fe- y descansar en la obra finalizada de Cristo.
Esta revelación marcó la completa recuperación de sus enfermedades.

Cuando te preguntas: "¿Tendré suficiente fe?", ya estás poniendo la fe


como un obstáculo entre tú y la obra finalizada de Jesús. Cuanto más te
centras en tu fe, lo más la fe se escapa. Pero si te enfocas en la obra
finalizada de Cristo y ves la gracia de Dios hacia ti, ¡Dios ve eso como fe!
Sin darte cuenta, la fe estará en tu corazón para creer que no morirás por
aquello que Cristo mismo ya se ha llevado completamente por ti, y verás
tu milagro manifestarse.

Capítulo 10: El Gran Médico:


La sanidad fue algo trascendental en el ministerio de Jesús y era tan
importante que se tuvo que pagar un precio por ella. El profeta Isaías
escribió en tiempo pasado lo que iba acontecer en el futuro porque en los
tiempos de Dios las cosas que queremos para nuestro futuro ya
sucedieron en el pasado. La fe es una expresión de confianza total en el
Señor. Si Jesús pagó el precio en la cruz es porque tiene el deseo de vernos
saludables. ¡Creamos que por su herida hemos sido sanados!

El primer milagro de sanidad en el ministerio de Jesús se llevó a cabo en


una casa. Dios nos da palabras dentro del templo para que se manifiesten
en la casa, calle y oficina. La suegra de Pedro inmediatamente después de
recibir su milagro empezó a servir. El servicio es la manifestación tangible
de nuestro agradecimiento. Un milagro de sanidad es suficiente para
producir un avivamiento en toda una ciudad.

Todos ejercen un papel importante en la consecución de un milagro. Jesús


sana, nosotros acercamos a la gente hacia Él y las personas reciben su
sanidad. No importa el papel que desempeñemos: si nuestra fe trabaja en
conjunto vamos a experimentar muchos milagros de parte de Dios.
Jesús no solo tiene la capacidad de sanarnos, sino también el deseo de
hacerlo. Al sanar a los leprosos no oró por ellos, simplemente les dio una
orden. Él nunca se sujetó a un método especifico. La sanidad estaba en Él,
no en el sistema que utilizaba. A veces Jesús sanaba a las personas
untándolas de lodo, a otras les daba una orden específica y hasta llegó a
hacerlo con su vestidura por medio de la fe de ellos. Los milagros se
sujetan a la voluntad de Jesús y Él siempre quiere sanarnos.

La gente le pidió a Jesús que impusiera manos sobre un sordomudo, pero


Él le escupió para sanarlo. No sabemos qué método usará, lo único que
tenemos en claro es que por su herida fuimos curados. Confiemos en que
el Señor es nuestro sanador. No es difícil recibir un milagro de parte de
Dios, solo debemos tener fe y confiar en Él.

Epílogo: Jesucristo, Nuestro Todo en Todo


En conclusión, se destaca que Jesucristo no es solo una figura espiritual,
sino también el fundamento sólido para un liderazgo auténtico y efectivo.
La inspiración, guía y fortaleza necesarias para enfrentar los desafíos y
liderar con impacto duradero se encuentran en Él. Citas que respaldan
esta idea incluyen:
Colosenses 2:6-7: "Así que, de la manera que habéis recibido al Señor
Jesucristo, andad en Él; arraigados y sobreedificados en Él, y confirmados
en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de
gracias."
Que cada líder de alto nivel encuentre en Jesucristo la fuente de
inspiración, guía y fortaleza. ¡Que Jesucristo sea nuestro Todo en Todo!

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