Monografía Suminitro Derecho Administrativo

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Monografía: El Contrato de Suministro en el Derecho Administrativo

1. Introducción

El contrato de suministro es una figura central en el Derecho Administrativo,


especialmente porque permite que la Administración Pública acceda a los bienes y
servicios que necesita para cumplir con sus funciones. A lo largo de los años, ha pasado
de ser un contrato considerado "atípico" a ser regulado por el Código Civil y
Comercial de la Nación (CCCN) y normas específicas de contratación pública, como
la Ley 13.064 de Obras Públicas. El objetivo de esta monografía es explorar el
contrato de suministro, haciendo un análisis detallado de su naturaleza jurídica,
evolución histórica, régimen legal actual y su impacto tanto económico como
administrativo en el Estado. Veremos cómo su correcta implementación es esencial para
garantizar que los recursos del Estado se utilicen de manera transparente y eficiente.

2. Concepto y Regulación

En términos generales, el artículo 1176 del CCCN define el contrato de suministro


como aquel por el cual una parte (el suministrante) se obliga a entregar bienes o
servicios de manera periódica o continuada, y la otra parte (el suministrado) se
compromete a pagar un precio por dichas entregas. Esto es especialmente relevante para
la Administración Pública, dado que le permite asegurarse de disponer de bienes
esenciales (materiales de construcción, insumos médicos, equipamiento tecnológico) sin
necesidad de realizar múltiples contratos a lo largo del tiempo.

En el ámbito administrativo, este contrato adquiere una dimensión particular, ya que no


sólo busca satisfacer necesidades operativas del Estado, sino que también debe ajustarse
a los principios de legalidad, transparencia y eficiencia que rigen la actividad estatal.
Héctor J. Escola lo define como el acuerdo por el cual "la Administración Pública
obtiene la provisión de cosas muebles mediante el pago de una remuneración en
dinero", destacando su rol en la satisfacción de necesidades públicas.

3. Evolución del Régimen de Suministros

La evolución de los contratos de suministro en Argentina tiene un fuerte componente


histórico. Durante gran parte del siglo XX, la prioridad del Estado estuvo en los
contratos de concesión de servicios públicos (como el transporte o la energía) y no tanto
en los de suministro. Esto cambió a partir de las nacionalizaciones de empresas durante
las décadas de 1940 y 1950, donde el Estado tomó control de sectores estratégicos de la
economía. En este contexto, los contratos de suministro se convirtieron en una
herramienta clave para que las empresas estatales pudieran funcionar adecuadamente.

Sin embargo, con las reformas estructurales de los años 1980 y 1990, donde el tamaño
del Estado se redujo drásticamente a través de privatizaciones, el número de contratos
de suministro disminuyó. No obstante, su relevancia aumentó en áreas estratégicas
donde el Estado mantuvo competencias, como en la compra de insumos críticos (por
ejemplo, insumos médicos para hospitales públicos). A pesar de esta disminución en el
volumen de contratos, su importancia no decayó, ya que se tornaron vitales para
sectores en los que la gestión estatal continuó siendo directa.
Uno de los hitos importantes en la evolución de este régimen fue la implementación del
Decreto Delegado 1023/01, que centralizó los procedimientos de contratación,
incluyendo los contratos de suministro. No obstante, este decreto ha sido criticado por
otorgar al Poder Ejecutivo facultades legislativas en materia de contratación, lo cual ha
generado un debate sobre su legitimidad constitucional.

4. Régimen Jurídico Actual

Actualmente, el marco legal de las contrataciones públicas en Argentina está regulado


por un conjunto de normas cuyo eje principal es el Decreto Delegado 1023/01. Este
decreto establece los procedimientos que deben seguirse en la contratación pública,
incluyendo los contratos de suministro. El objetivo es asegurar que las contrataciones se
realicen de manera transparente, eficiente y sin corrupción, principios fundamentales
que deben regir toda la actividad estatal.

El régimen actual busca garantizar que los bienes y servicios adquiridos por el Estado
cumplan con los objetivos de política pública, permitiendo la competencia justa entre
proveedores. Asimismo, las regulaciones incluyen normas de auditoría y control, como
las establecidas por la Ley 24.156 de Administración Financiera y Control del
Sector Público Nacional, que establece los principios de eficiencia en la gestión
financiera del Estado. La Ley 13.064 (Obra Pública): Regula los contratos de obras
públicas, que en algunos casos pueden incluir suministros

Complementariamente, se han incorporado mecanismos de control de la corrupción


mediante la Ley 25.188 de Ética en la Función Pública, y la adopción de normativas
internacionales como la Convención Interamericana contra la Corrupción (Ley
24.759) y la Convención de la ONU contra la Corrupción (Ley 26.097). Estas
normas exigen al Estado argentino asegurar que sus procedimientos de contratación
sean públicos y equitativos, con el objetivo de prevenir cualquier forma de corrupción.

5. Procedimientos de Contratación

Existen diversos procedimientos para la contratación de suministros por parte de la


Administración Pública, dependiendo de factores como el monto de la compra y la
urgencia del suministro. Los tres principales procedimientos son:

 Licitación Pública: Es el procedimiento más frecuente para contrataciones de


mayor cuantía (superiores a $300.000). Se caracteriza por ser un proceso
competitivo en el que cualquier proveedor que cumpla con los requisitos puede
participar. Este mecanismo busca asegurar la mayor transparencia y competencia
posible, seleccionando al oferente que ofrezca el mejor precio y condiciones.

El proceso implica:

o Llamado a licitación: La administración pública emite una convocatoria


abierta para que los interesados presenten sus ofertas, cumpliendo con
los requisitos estipulados en los pliegos de condiciones.
o Presentación de ofertas: Los oferentes presentan sus propuestas
técnicas y económicas en un plazo determinado.
o Apertura de ofertas: Las ofertas se abren públicamente en un acto
formal para asegurar la transparencia.
o Evaluación y adjudicación: Las propuestas son evaluadas en función de
los criterios establecidos, como el precio, la calidad de los productos y la
capacidad del proveedor. La administración selecciona la oferta más
conveniente para los intereses del Estado, lo cual no siempre implica
elegir la más barata, sino la más eficiente en términos de costo-beneficio.
o Firma del contrato: Una vez adjudicada la licitación, se formaliza el
contrato entre la administración y el proveedor seleccionado, fijando las
condiciones específicas de entrega, plazos, penalidades y otros detalles
importantes.
o
 Licitación Privada: Se utiliza para contrataciones intermedias (entre $75.000 y
$300.000). En este caso, la administración selecciona una lista de proveedores a
los que invita a participar, lo que reduce el alcance competitivo en comparación
con la licitación pública, pero sigue asegurando un proceso justo.
 Contratación Directa: Procedimiento excepcional, reservado para situaciones
de urgencia, exclusividad técnica o cuando el monto es inferior a $75.000. Si
bien este mecanismo es más rápido, también es el que más críticas recibe, ya que
es percibido como una vía para evitar la competencia y podría dar lugar a
arbitrariedades. Lo establece el Decreto Delegado 1023/01,
 Pliegos de Condiciones Los pliegos de condiciones son un elemento crucial en
el proceso de contratación. Estos documentos detallan las especificaciones
técnicas del suministro, las condiciones comerciales, los plazos de entrega, las
garantías y las penalidades en caso de incumplimiento. Además, deben incluirse
las cláusulas administrativas especiales que regirán el contrato

Es importante destacar que los pliegos de condiciones deben ajustarse a la normativa


vigente y a los principios de igualdad y transparencia, evitando cualquier tipo de
arbitrariedad que favorezca indebidamente a ciertos proveedores.

6. Transparencia y Publicidad

Un aspecto esencial del régimen de contrataciones públicas es la transparencia Tanto la


Convención Interamericana contra la Corrupción como la Convención de la ONU
contra la Corrupción obligan a que los procesos de contratación sean públicos y
accesibles, lo que implica la publicación de los llamados a licitación, las adjudicaciones
y los contratos finales. Este principio garantiza que cualquier ciudadano pueda fiscalizar
el uso de los recursos públicos, promoviendo la confianza en el sistema de contratación.

7. Sistema Electrónico de Contrataciones

Para modernizar y hacer más eficiente el proceso de contratación, el Decreto 1818/2006


introdujo el Sistema Electrónico de Contrataciones Públicas. Este sistema permite
gestionar de forma digital los procedimientos de adquisición, lo cual facilita la
publicación de llamados a licitación, la presentación de ofertas y el seguimiento de las
adjudicaciones. Su implementación ha representado un avance significativo en términos
de transparencia, dado que permite a los ciudadanos y a los proveedores seguir los
procedimientos en tiempo real.
8. Cláusulas Exorbitantes y Prerrogativas del Estado

A diferencia de los contratos en el ámbito privado, los contratos administrativos,


incluidos los de suministro, están sujetos a lo que se conoce como cláusulas
exorbitantes. Estas cláusulas otorgan al Estado prerrogativas especiales, como la
modificación unilateral de los términos del contrato y la rescisión anticipada por
razones de interés público. Si bien estas facultades aseguran que el Estado pueda
cumplir con sus fines esenciales, también deben ejercerse con prudencia para no afectar
desproporcionadamente los derechos de los contratistas.

9. Problemáticas Actuales y Desafíos

Pese a la robustez del marco normativo, persisten problemas en su implementación


efectiva. La contratación directa, aunque justificada en algunos casos, sigue siendo
percibida como una herramienta para evitar la competencia, lo que genera suspicacias
en cuanto a su transparencia. Otro desafío es asegurar un control más efectivo sobre los
contratos electrónicos, ya que si bien el sistema digital ha mejorado la transparencia,
aún hay áreas que requieren ajustes para garantizar una rendición de cuentas adecuada.

10. Diferencias con el Contrato de Suministro Privado

El contrato de suministro administrativo y el privado comparten características como la


entrega continua de bienes, pero difieren en varios aspectos. En el ámbito público, el
contrato tiene una finalidad de interés general, lo que lo sujeta a normas más estrictas
de control y transparencia. Además, los procedimientos de licitación y adjudicación son
más formales en el sector público, con reglas específicas que buscan evitar la
arbitrariedad y la corrupción. En contraste, en el ámbito privado, los contratos pueden
negociarse con mayor flexibilidad y sin tanta intervención normativa.

11. Importancia Económica y Jurídica

El contrato de suministro es esencial para el funcionamiento del Estado, ya que


garantiza el aprovisionamiento continuo de bienes necesarios para cumplir con
funciones públicas como la salud, la educación y la infraestructura. Además, tiene un
impacto importante en la economía, dado que permite a las empresas proveedoras del
Estado planificar sus actividades a largo plazo, lo que contribuye a la estabilidad
económica del país.

12. Conclusión

El contrato de suministro administrativo es una herramienta clave para asegurar que la


Administración Pública cuente con los bienes y servicios necesarios para cumplir con
sus funciones. Su correcta aplicación y regulación no solo asegura la satisfacción

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