Seneca Sobre La Brevedad de La Vida
Seneca Sobre La Brevedad de La Vida
Seneca Sobre La Brevedad de La Vida
[la obra] Socas, traspasa, rotunda, épocas y siglos: «Todas las cosas
venideras quedan en la incertidumbre: vive de inmediato».
Colección Una Galería de Lecturas Pendientes
Dirección y coordinación editorial: Jesús Jiménez Pelayo
POSFACIO
SÉNECA Y LA ADMINISTRACIÓN DE NUESTRA MORTALIDAD 65
Francisco Socas
7
Ganímedes
Exordio
1. Por más que todos los talentos que alguna vez brillaron estén de
Augusto
2. El Divino Augusto, a quien los dioses le concedieron más cosas que a nadie,
nunca dejó de suplicar descanso para su persona y de solicitar que lo eximieran
de la política; toda su conversación desembocaba en eso de esperar su jubilación:
distraía sus fatigas con este consuelo, —aunque engañoso, dulce al menos—, de
un día llegar a vivir para provecho propio9.
VII que no tienen tiempo para ninguna cosa que no sea el vino y la
lascivia, pues no hay nadie que se emplee en nada más vergonzoso.
Los otros, pese a que se dejan dominar por una vana imagen de honra, yerran sin
embargo con lucimiento; aunque me menciones uno a uno los avaros, los iracundos
o los que practican odios injustos y guerras, todos esos pecan muy virilmente: la
podredumbre de los que se entregan al vientre y a la lascivia es deshonrosa.
2. Pasa revista a todos los momentos de esos, mira cuánto tiempo están haciendo
cálculos, cuánto están acechando, cuánto temiendo, cuánto haciendo visitas,
cuánto recibiéndolas, cuánto tiempo les ocupan las citaciones propias y las ajenas,
cuánto los banquetes (que como tales son ya obligaciones): verás que no los dejan
respirar ni sus asuntos malos ni tampoco los buenos.
3. En fin, todos están de acuerdo en que ninguna cosa se puede practicar por
parte de un hombre ocupado, ni la elocuencia, ni los saberes liberales, ya que un
espíritu agobiado no asimila nada con profundidad sino que lo rechaza todo como
1. En fin, ¿quieres saber hasta qué punto viven poco tiempo? Mira
XII qué pensar que así me refiero sólo a los que andan metidos en las
oficinas hasta que los echan los perros, a los que uno ve en medio
de la masa de los suyos recibir apretujones de prestigio o en medio de los otros
recibir apretujones de afrenta, a los que sus obligaciones sacan de sus casas para
llamar a las puertas ajenas o la subasta del pretor37, con sus ganancias infames y
destinadas un día a gangrenarse, da tarea.
2. La holganza de algunos es atareada: en la casa de campo o en su cama, en
medio de la soledad, aunque se hayan apartado de todos, se agobian a sí mismos.
Su vida no se debe llamar holganza sino ocupada desidia. ¿Llamas tú desocupado
al que restaura con ansiosa delicadeza bronces de Corinto38, vueltos valiosos por
la locura de unos pocos, y gasta la mayor parte de sus jornadas entre chapas
enmohecidas? ¿Al que en el ceroma39 (¡maldita sea, ni siquiera padecemos males
exclusivamente romanos!) se sienta a contemplar los combates de los muchachos?
¿Al que distribuye por parejas según edades y colores su rebaño de pringosos40?
¿Al que ceba los atletas más de moda?
1. Los únicos entre todos que están desocupados son los que
XV ello; ninguno de estos gastará tus años, te prestará los suyos; con
ninguno de estos será peligrosa la charla, con ninguno será la
amistad comprometida, con ninguno costará caro el trato. Tomarás de ellos lo
que quieras; por ellos no quedará que tú les saques todo lo que seas capaz. 2. ¡Qué
prosperidad, qué hermosa vejez aguarda a aquel que se agrega a su clientela!
Tendrá con quienes deliberar sobre las cuestiones más pequeñas y sobre las más
grandes, a quienes consultar diariamente sobre sí mismo, de quienes oír la verdad
sin desdoro, recibir alabanzas sin adulación, a quienes hacerse semejante.
3. Solemos decir que no estuvo en nuestro poder qué clase de padres había de
caernos en suerte, que se nos dieron por azar. Ahora bien, a nosotros se nos
permite nacer a nuestro albedrío. Están ahí las familias de los más nobles talentos:
escoge en cuál quieres entrar; tu adopción no sólo te dará un nombre sino esos
bienes justamente que no habrá que custodiar con mezquindad ni malicia: se
irán haciendo tanto mayores cuanto con más gente los compartas.
XVII diversos terrores, cuando andan más alegres se les viene este
pensamiento angustioso: «¿Cuánto tiempo durará esto?».
Por causa de este sentimiento los reyes protestan de su propio poderío y no les
complace su inmensa suerte, sino que el final que alguna vez llegará les espanta.
2. Cuando por los grandes espacios de las llanuras extendía su ejército, sin alcanzar
a abarcar su número, sino tan sólo sus dimensiones70, aquel rey de Persia71 tan
insolente, derramó lágrimas porque dentro de cien años no quedaría ninguno de
tantos jóvenes72 ; pero precisamente ése que los lloraba iba a acelerar su destino
y se disponía a perder a unos en el mar, a otros en tierra, a otros en la batalla, a
otros en la retirada, y en poco espacio de tiempo iba a gastar a aquellos por los
que sentía temor para dentro de cien años.
3. ¿Y cómo es que incluso sus gozos son asustadizos? Pues porque no se apoyan
en principios sólidos sino que se ven perturbados con esa misma frivolidad con
1. Cuando veas, pues, que algunos visten ropa de gala una y otra vez,
1 Pompeyo Paulino, padre o hermano de la mujer de Séneca. En el momento en que nuestro autor escribe
la obra ejerce de praefectus annonae, el magistrado que supervisaba el suministro de trigo a Roma. Los
estudiosos discuten si la fecha del tratado es el año 49 (por la alusión al final de Calígula como reciente)
o el año 62 (en el que Paulino formó parte de una comisión nombrada para poner coto al desbarajuste
económico).Véase Plinio, Nat. Hist., 33, 143 y Tác., An. , 13, 53, 2 y 15, 18.
3 Parece que Séneca intercambia a Aristóteles con su discípulo Teofrasto, al que pertenece el aserto según
Cicerón (Tusc. 3, 69). Pero la idea pudo estar en alguna obra perdida de Aristóteles.
4 La queja sobre animales longevos aparece ya en Hesíodo, Frag. 183 (Rzach), del que hace una versión el poeta
latino Ausonio: «Nueve decenas y tres pares [= 96] vienen a ser los años que alcanza / la vida que corresponde
a varones ancianos bien cumplidos. / La vida de la corneja parlanchina supera a éstos en nueve veces / y el
ciervo sobrepasa cuatro veces el tiempo de la corneja. / Al ciervo de pies veloces le gana por tres veces el
cuervo» (Antología Latina, 647, 1-5).
5 Cita en prosa (posible traducción del griego) de un poeta desconocido (el poeta más grande tendría que
ser no obstante Homero o Virgilio). La idea era popular según se ve por el epitafio de un noble de tiempos
de Adriano citado por Dión Casio Dión, 69, 19: Σίμιλις ἐνταῦθα κεῖται βιοὺς μὲν ἔτη τόσα, ζήσας δὲ ἔτη
ἑπτά («aquí yace Símile que cumplió no sé cuantos años y vivió siete»).
8 La misma idea en la tragedia de Seneca, Agamenón (88-89): sidunt ipso pondere magna / ceditque oneri
Fortuna suo («se achanta por propio peso las cosas grandes / y cede a su misma carga la Fortuna»). Para
los grecorromanos la suerte (Tique / Fortuna) es una abstracción divinizada
9 Llegó a dirigir un discurso al senado pidiendo su retiro, aunque con la intención política de que se
rechazara la solicitud y así la servidumbre de la asamblea y el pueblo fuera o pareciera voluntaria (véase
Dión Casio, 53, 3-9).
11 Otra vez Marco Antonio, que casó con Octavia, hermana de Augusto.
12 Fanio Cepión y Varro Murena se conjuran en el 22 a.C. (Dión Casio, 54, 3, 4).
13 Lépido y su hijo Marco Emilio Lépido (ejecutado más tarde) intrigan en el 18 a.C. (Dión Casio, 54, 15,
1).
14 Marco Egnacio Rufo, rechazada su candidatura al consulado, se alza en el 29 a.C. (Dión Casio, 53, 24;
Veleyo Patérculo, 2, 91, 2-4).
16 Julia la Mayor desterrada por Augusto el 2 d. C. a la isla Pandataria (actual Ventotene, al noroeste del
golfo napolitano). El historiador Veleyo Patérculo ofrece la lista de sus amantes (2, 100, 4).
17 En el año 2 a.C. Julo Antonio, hijo menor de Marco Antonio y Fulvia, fue represaliado y muerto por
Augusto bajo la acusación de intrigar en compañía de su hija Julia, equiparada aquí con Cleopatra (Dión
Casio 55, 10, 15).
18 Augusto se enfrentó victoriosamente a Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio (31 a.C.).
Ahora se enfrena a Julo, descendiente del primero y a su hija, émula de la segunda.
19 Según Suetonius (Aug. , 65. 5), Augusto solía llamar a Julia y a sus dos retoños: tris vomicas ac tria
carcinomata sua («sus tres postemas o sus tres tumores»).
20 Lista de enemigos y medio amigos de Cicerón con los que tuvo que bregar en su actividad de político
y orador. Catilina y Cetego fueron conjurados peligrosos pero sin gran fuerza. Pompeyo y Craso, militares
muy influyentes, que con Julio César formaron el primer triunvirato (60 a.C.).
22 Carta no conservada. Sería posterior a marzo del 45 a. C. fecha de la batalla de Munda, perdida por los
pompeyanos en los llanos de la Bética.
23 Como tribuno de la plebe el año 91 a.C. propuso una ley de distribución del trigo y de extensión de
la ciudadanía romana a todos los itálicos. El fracaso de esta última, con la ejecución de su promotor, tuvo
como consecuencia la llamada guerra de los aliados o social concluida el 89 a.C.
24 Los hermanos Gayo y Tiberio Graco emprendieron una reforma agraria a fines del s. II a. C. y murieron
asesinados por la reacción de los terratenientes. Su trayectoria política, pese a ser moderada y legalista,
pasó por revolucionaria y sediciosa en la tradición historiográfica y literaria romana.
25 Vistiendo la toga colorida (praetexta) que llevan los varones hasta los 17 años.
26 La defensa se consideraba más difícil que la acusación para un principiante (Quintiliano, 5, 13, 2-3)
27 El tradicional pensamiento conservador hace que Séneca pinte con colores feos al reformador que
pudo evitar la Guerra Social. Cicerón afirma claramente (Pro Mil. , 16; De nat. deorum, 3, 80) que lo hizo
asesinar por un sicario y en su propia casa Quinto Vario, tribuno de la plebe en el año 90 a.C. el arma del
crimen fue una lezna de zapatero (Veleyo Patérculo, 2, 14,1; Apiano, 1, 164).
28 A lo largo de todo el tratado el término occupatus es casi técnico y designa a los atareados en negocios
comerciales, jurídicos o políticos (como entre nosotros ejecutivo, manager, agente).
29 Prefiero este compuesto al término raro consagrado por el Diccionario de la Academia ‘heredípeta’.
El captator es figura frecuente en la sociología de la época (Horacio, Sat. 2, 5; Juvenal, 12, 93-130). Halaga
servilmente a ancianos y ancianas sin hijos con el fin de tener una parte grande en su herencia. Como
era obligación social visitar y hacer regalos al enfermo, el anciano aprovecha para sacar algún fruto del
codicioso adulador.
30 Insignias del poder consular, que se componía de una segur en un hacecillo de varas.
31 En época imperial se echaba en suerte a qué pretor le correspondía la organización de festivales (ludi)
y espectáculos (munera).
32 Donativos institucionales llamados congiaria (porque al principio consistían en un congius, una medida,
de aceite o trigo).
35 Los ocupados.
36 Como les pasaba a las Danaides, condenadas en el Infierno a llevar agua en cántaros rotos.
37 El pretor como juez preside la venta de bienes confiscados (que por hacerse al pie de una lanza
simbólica clavada en el suelo se llama justamente sub hasta). Muchas veces estos bienes proceden de los
proscritos en los conflictos civiles, de modo que, cuando la situación cambiaba, el comprador podía sufrir
a su vez las represalias del perdedor o de sus partidarios.
38 Según la leyenda, la aleación del bronce corintio se descubrió casualmente cuando las tropas de Lucio
Memio Acaico incendiaron Corinto durante la toma (146 a.C.) y allí se fundió una inmensa cantidad de oro,
plata y cobre. Plinio (Historia Natural, 34, 7) no cree la historieta y afirma que estos bronces tan apreciados
existían antes. La arqueología no ha podido rescatar ningún objeto con garantías de que sea tal (algo que
probablemente en la misma Antigüedad era ya difícil).
39 Esto es, en la palestra del gimnasio. El ceroma es propiamente según unos un ungüento y según otros
la arena barrosa de la pista donde competían los púgiles.
40 Referencia a los púgiles. Acepto la lectura de Dahlmann (unctorum), frente a la de los manuscritos
(iunctorum).
41 exoleti. Término de mala nota. Suele aplicarse a niños bonitos y a mariquitas viejos.
42 Para ir sentado o echado, respectivamente. Los ricos las usa habitualmente para los desplazamientos
cortos. Las sacudidas del paseo podían ser curativas (se decía).
43 Este juego (ludus latrunculorum) tenía unas reglas muy parecidas al ajedrez, según se ve por los textos
(así Ovidio, Arte de amar, 3, 351-354). La mejor descripción sigue siendo la de R. G. Austin (G&R 4, 1934,
pp. 24-34).
44 Y tanto, que el mismo Séneca se deja arrastrar aquí y demuestra que sabe un montón de cosas así.
45 Algunos han pensado que se trata de Plinio el Viejo, que relata algunos de los casos que siguen y que
muestra cierta aversión hacia Séneca (correspondida al parecer).
46 Cesón Duilio Nepote, que derrotó a los cartagineses en la batalla de Milas / Mylae (260 a.C.).
48 Apio Claudio Cáudice, cónsul el 264 a.C., que en la I Guerra Púnica derrotó en Sicilia a los cartagineses
y a su aliado griego Hierón II de Siracusa, utilizando con pericia navíos de transporte (de donde le vino el
mote).
50 Manlio Valerio Máximo, llamado posteriormente Mesala, cónsul 263 a.C. y triunfador en la misma
campaña siciliana de su antecesor Cáudice. Séneca, quizá extraviado por su fuente, le llama Corvino como
a otro Mesala de tiempos de Augusto.
51 Rey de Mauritania, famoso por haber traicionado y entregado a su yerno Jugurta, enemigo capaz y
valeroso de Roma. Plinio el Viejo (8, 53) constata que el espectáculo fue durante la pretura de Sula (93
a.C)
52 Fue el año 55 a. C. El público del espectáculo se conmovió y se volvió contra Pompeyo (según Plinio,
Historia Natural. 8, 21; véase Cic. Ad Fam. 7, 1. 3).
53 Pompeyo, tras su derrota en Farsalia, huyó a Egipto, pero al llegar a sus costas, un antiguo oficial suyo
llamado Septimio lo asesinó cumpliendo órdenes de Potino, un subordinado el rey Ptolomeo XII.
55 Lucio Cecilio Metelo, cónsul el año 251 a.C., obtuvo una gran victoria al año siguiente sobre Asdrúbal
en Panormo (actual Palermo). Los historiadores difieren en el número de elefante que llevó: 140 (Plinio),
120 (Livio) y 60 (Diodoro de Sicilia).
56 Franja de tierra en los aledaños de la muralla. El derecho de ampliarlo pertenecía a los reyes y la ocasión solía
ser tras la adquisición o conquista de nuevas tierras (Livio 1, 44).
57 Esta colina situada al sur de Roma fue incluida en el pomerio por el emperador Claudio el año 49 d.
C. Hay quien maneja este dato para fechar con anterioridad del tratado de Séneca, pero el pedante del
texto puede que en el fondo esté criticando la disposición imperial contraria a sus conocimientos de
anticuario.
58 Esta secesión de la plebe (una revuelta contra los nobles en la que los plebeyos se asentaban fuera de
la ciudad amenazando formar una entidad política independiente) tuvo lugar el 493 a.C.
59 Rómulo y Remo dejaron en manos de los dioses quién de los dos sería rey de la Roma recién fundada.
Los auspicios fueron dudosamente favorables para Rómulo. Los partidarios de ambos se enfrentaron y
60 Carnéades de Cirene (214-169 a.C.), fundador de la llamada Nueva Academia, caracterizada por su
defensa de la suspensión del juicio (epojé) en materia de conocimiento.
61 Se trata de la salutatio matutina, el saludo protocolario que los clientes hacen cada mañana a sus
patronos. Séneca lo llama ‘interesado’ porque el cliente recibía un dinero (sportula).
62 Era práctica habitual, según vemos en Horacio, Ep. 1, 5, 30: atria servantem postico falle clientem
(«escápate por el postigo del cliente que aguarda en el zaguán»).
63 Un esclavo llamado nomenclator se encargaba de apuntarle al patrono el nombre del cliente que se le
acercaba en el saludo mañanero o por la calle.
66 Filósofo que vivió en el s.V a.C. y patrocinó las doctrinas atomistas que adoptaron Epicuro y Lucrecio.
69 Júpiter, enamorado de Alcmena, esposa de Anfitrión de Tebas, tomó la apariencia del marido ausente
para acostarse con ella. A fin de disfrutar más tiempo del adulterio alargó la noche. Escenificó el lance
Plauto en su conocido drama cómico Anfitrión.
70 Séneca se hace eco de lo narrado por Heródoto (7, 60, 2-3). Para hacerse una idea de las dimensiones de
su ejército reunido en la llanura antes de pasar a Grecia, el rey habría ordenado formar en apretado círculo
a diez mil hombres. Los cercó con unas tapias y luego los hizo salir y fue haciendo pasar sucesivamente al
resto del ejército por aquel corral. El total hallado fue de 1.700.000 hombres.
71 Jerjes.
73 La típica caliga del soldado raso que dio el mote a Gayo César de Calígula.
74 Lucio Quincio Cincinato fue nombrado dictador el 458 a.C. para rechazar un ataque de los ecuos, hizo
rápida campaña y se retiró; fue nombrado por segunda vez dictador el 439 a. C. para sofocar la revuelta
79 Se trata de Lucio Cornelio Escipión el Asiático. Su célebre hermano lo acompañaba como legado en las
campañas contra Antíoco.
81 Escipión, disgustado con la política romana y los ataques judiciales del Catón, se retiró a una villa que
tenía en Literno.
82 Calígula.
83 Probable alusión al dicho de Calígula «¡Ojalá el pueblo romano tuviera una sola cabeza!» (Suet., Cal. 30; Sen.,
De Ira, 3,19. 2).
84 En el año 39 d.C. Calígula unió con un puente de barcos los cuatro o cinco kilómetros que separan
Bayas y Putéolos en el golfo de Nápoles para celebrar sobre él desfiles y carreras (Suetonio, Cal. 19). El uso
caprichoso de estos barcos tan necesarios para el aprovisionamiento de Roma acrecentó la impopularidad
del César.
85 Jerjes.
87 Gayo Turanio o Turranio, prefecto del suministro de trigo en tiempos de Tiberio (Tác., An. 1, 7 y 11,
31).
88 Así se celebraban, siempre de noche, los entierros de los niños y los esclavos (Servio, comentario a
Eneida, 11, 143)
FRANCISCO SOCAS
Retrato de Séneca,
por Eduardo Rosales
El personaje
La obra
Séneca no participó de la vida política a desgana o movido por
una vaga responsabilidad filosófica, sino como consecuencia de
una profunda y continuada vocación entroncada con el modo
de ser de los caballeros de su clase. Fue también un próspero
hombre de negocios y, al arrimo del poder, engrandeció su
patrimonio dinerario e inmueble en proporciones gigantescas.
En medio de esas tareas políticas y comerciales tuvo tiempo
Incluso un ocio digno puede estar lleno de tareas vanas. Con las
cuestiones eruditas, como el averiguar si la Ilíada se compuso
antes que la Odisea, o si eran obra de un mismo autor, «uno
no logra pasar por más sabio sino por más cargante» (13.2).
«Muy corta y abrupta es la vida de quienes olvidan el pasado,
descuidan el presente y temen el futuro. Cuando lleguen al
final, entenderán, pobrecitos, que estuvieron muy ocupados
en no hacer nada» (16.1). No es lo mismo vivir mucho que
sentir que los días se hacen inacabables. El sabio vive la
verdadera vida tranquila y se hurta a la muerte. Mediante
la memoria recobra el pasado, que deja de ser así tiempo
perdido, y en su corazón anticipa las alegrías del porvenir.
En las palabras finales, Séneca aconseja a Paulino dejar el
cargo de intendente de abastos (a ratione), retirarse a la
vida privada y dedicarse a asuntos más elevados, porque
Edipo hablando con la esfinge (1864), por
Gustave Moreau. Museo Metropolitano «es mejor conocer las cuentas de la propia vida que las del
de Nueva York. Edipo es tema de una
de tragedia escrita por Séneca. suministro público de trigo» (18.3). Aquí Séneca, aconsejando
SÉNECA • sobre la brevedad de la vida 75
a un amigo apartarse de la vida pública. Como es sabido, los
estoicos aconsejaban participar en política, mientras que
Epicuro aconsejó vivamente lo contrario. Séneca, movido por
cierto desengaño de la vida pública y la administración, se
convierte aquí -como tantas veces a lo largo de sus Cartas-,
en un epicúreo circunstancial.