AUTOPSIADEMAXILARES
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All content following this page was uploaded by Elena Labajo González on 18 August 2016.
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1. Introducción.
1
Muerte natural es la que se produce sin intervención de fuerzas extrañas al organismo, es decir, se
produce por el efecto de procesos morbosos naturales del organismo. En la muerte violenta concurren
elementos externos al organismo, por lo que hay que determinar si hubo participación de personas que
hubieran incurrido en responsabilidad criminal. Las muertes violentas pueden ser accidentales, suicidas y
criminales.
1
obligatoriedad de la autopsia judicial se encuentra regulada en Ley de
Enjuiciamiento Criminal, de 14 de Septiembre de 1882, y disposiciones de
reforma: Ministerio de Justicia y Boletín Oficial del Estado. Madrid, 1973 en
sus artículos 340, 343, 349, 353, 459, y 785.
2
3. Importancia de la autopsia de la cavidad bucal.
En la mayor parte de los casos en los que la destrucción del esqueleto postcraneal
es considerable, los dientes son el único medio posible de llegar a la
identificación del individuo. Así pues, la práctica de la autopsia de la cavidad
bucal, con extracción de los maxilares, es muy recomendable dado que es el
sistema más cómodo para poder trabajar en la identificación de un sujeto a través
de la dentadura.
En España, las autopsias son realizadas de ordinario por los médicos forenses. El
médico forense, así pues, puede solicitar al juez instructor -cuando el caso así lo
requiera-, la colaboración de uno o varios odontólogos para el estudio de la cavidad
bucal, así como para la realización de la autopsia de la misma.
1. Estudio Externo.
2
Estado de los labios, apertura o no de la boca, visión o no de la lengua, presencia de signos como el
hongo espumoso, restos de vómito, etc.
3
Si fuera necesario se tomarán fotografías y radiografías previas a la extracción de
los maxilares.
3. Extracción de maxilares.
Se realizan en primer lugar dos incisiones profundas en forma de “V” hacia atrás
desde las comisuras labiales. Se retraen los tejidos blandos y se liberan las ramas
ascendentes de la mandíbula. Se inserta un bisturí por debajo del ángulo
mandibular seccionando los tejidos blandos a este nivel, lo cual permite extraer
con facilidad la mandíbula. Posteriormente se usa una sierra eléctrica para cortar
y liberar el maxilar superior. En ocasiones puede ser necesaria la utilización de
un cincel para liberarlo totalmente. Una variante del método de Luntz, es el
método de Carr, con un abordaje similar y en el que la extracción de la
mandíbula se realiza mediante el corte con una sierra eléctrica a nivel de las
ramas ascendentes, siguiendo una línea paralela a la de oclusión.
Método de Jakobsen:
Método de Whittaker :
4
Método de Keiser-Nielsen:
3
Sierra de hilo flexible o de Gligli.
5
Figura 3. Autopsia de maxilares según el método de Keiser-Nielsen.
Elevación del colgajo.
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Figura 5. Autopsia de maxilares según el método de Keiser-Nielsen.
Desarticulación de la mandíbula.
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Figura 7. Autopsia de maxilares según el método de Keiser-Nielsen.
Desarticulación del maxilar.
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Figura 9. Autopsia de maxilares según el método de Keiser-Nielsen.
Maxilares extraídos.
Para eliminar los tejidos blandos lo mejor es la ebullición prolongada, sola o con un
detergente fuerte, y posteriormente el raspado con cuchillo. Puede volverse a hervir
si fuera necesario hasta eliminar completamente los restos de tejidos blandos, para
luego dejarlos secar. Este método es lento, pero tiene la ventaja de ser seguro.
Otros métodos aconsejan la sumersión de los maxilares durante uno o dos días en
agua con sosa cáustica4, pero hay que tener en cuenta que esta solución es cáustica
y si se utiliza más tiempo acaba atacando al hueso y al diente, así como a los
materiales de restauración dental. Este método se reserva para aquellas ocasiones en
las que la eliminación de los tejidos blandos se hace más complicada.
4
Una cucharada pequeña de sosa cáustica por litro de agua.
9
Tras la eliminación de la totalidad de los tejidos blandos y la esqueletización
completa de los maxilares, se dejan secar al aire, pudiendo conservarse en este
estado seco manteniéndolos lejos de la luz y la humedad (Figs. 10 y 11). Es
necesario siglarlos convenientemente para lo que se emplea tinta china y se barniza
después.
Cuando los maxilares están en mal estado (carbonizados, fragmentados, etc.) puede
ser necesario pegar los trozos. Normalmente se utiliza pegamentos a base de
cianocrilato, pero según las circunstancias puede ser necesario añadir alambres u
otros procedimientos para mantener fragmentos en su sitio (pasta de papel,
escayola, resina acrílica autopolimerizable, etc.).
Ya que los blanqueantes eliminan manchas y tinciones que podrían ser interesantes
para su estudio, deben evitarse, aunque cuando se trata de maxilares para estudio o
docencia, pueden blanquearse sumergiéndolos en una solución de peróxido de
hidrógeno.
5
Solución de Primal (un tipo de caucho) al 5% en agua, sumergiendo la pieza por 24 horas. Luego se seca y
pincela con Palaroid (un tipo de plástico) disuelto en acetona al 5%. En casos históricos y arqueológicos se
utilizan también tapaporos para madera, esmaltes en varias capas, barnices, lacas, etc.
10
Estudio radiológico.
Otros registros (modelos, etc.)
Cadáveres carbonizados:
Los cadáveres carbonizados son friables y se fracturan con facilidad, por lo que
es importante tomar registros fotográficos y radiográficos previamente siempre
que sea posible. El abordaje suele hacerse siguiendo la técnica de Luntz o “a
libro abierto” ya que facilita la visibilidad y en estos casos no se hace necesario
conservar la fisionomía.
Los dientes directamente expuestos al fuego deben ser manejados con precaución
por su fragilidad. Las obturaciones se ponen en evidencia raspando con una
sonda cuidadosamente ya que la evaporación del mercurio por el calor puede
entrañar una desintegración en polvo de la obturación al rasparla. También hay
que raspar las superficies de restauración con oro, ya que pueden estar
amalgamadas con el mercurio liberado.
11
Grandes destrucciones craneales.
Ya que todas las partes del cráneo no van a ser recuperadas, hay que tener especial
cuidado en distinguir las pérdidas antemortem de las postmortem. Todas las piezas,
y fragmentos de las mismas, una vez limpias, han de colocarse en la posición más
anatómica posible6, con el fin de hacer fotografías y radiografías para
posteriormente realizar un cotejo adecuado.
6
Pegamentos a base de cianocrilato, resinas autopolimerizables, alambre, etc.
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Bibliografía.
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13. Simonin C. Medicina Legal Judicial. 4ª Edición. Ed. JIMS. Barcelona
(1990).
14. Sopher, I.M. Forensic Dentistry. Charles C. Thomas Publisher.
Springfield, Illinois. (1976).
15. Whittaker D.K. An Introduction to forensic dentistry. Quintessence Int.
Vol. 25. Nº 10 (oct.): 723-30 (1994).
16. Whittaker DK. A colour atlas of forensic dentistry. Wolfe Medical
Publications. England. (1989).
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