Resumen Caiptulos 25 Historia de La Iglesia

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

RESUMEN CAPITULO 23

La iglesia cristiana en Estados Unidos


Primera parte

En la actualidad, en Estados Unidos hay al menos doscientas sesenta y cinco denominaciones


religiosas con más de trescientas veinticinco mil iglesias. La membresía global de varias
denominaciones es aproximadamente de ciento veinticinco millones. De estas solo se pueden
destacar las que parecen ser mayores e importantes, y será de manera somera. Las tomamos
en el orden de su establecimiento en Estados Unidos.

Como España, Portugal y Francia, naciones catolicorromanas, realizaron las primeras


expediciones al Nuevo Mundo con el fin de descubrir, conquistar y colonizar, la primera
iglesia establecida en el Continente Occidental, tanto en América del Sur como América del
Norte, fue la Iglesia Católica Romana. La historia de esa iglesia en América empieza en 1494,
cuando Colón en su segundo viaje llevó consigo doce sacerdotes para la conversión de las
razas nativas. Dondequiera que iban los españoles, para establecerse o para conquistar, los
acompañaban sus clérigos, quienes establecían su sistema religioso. Las primeras iglesias de
Estados Unidos se establecieron en San Agustín, Florida, en 1565 y en Santa Fe, Nuevo
México, como en el año 1600. El método español era esclavizar a los nativos, obligarles a
convertirse y forzarles a construir templos y monasterios semejantes a los de España.

Poco después del dominio español del sur, vino la ocupación francesa del norte, en el río San
Lorenzo, en la “Nueva Francia” o Canadá. Quebec se estableció en 1608, Montreal en 1644;
y por un tiempo los inmigrantes franceses fueron pocos. En 1663, la población francesa del
Canadá solo contaba con dos mil quinientas personas. Pero poco después los colonizadores
empezaron a venir con rapidez y el registro de nacimientos en América del Norte fue mucho
más elevado que el de Francia; de manera que toda la región del río San Lorenzo, desde los
Grandes Lagos hasta el Océano Atlántico, pronto la poseyeron franceses católicos, en su
mayoría analfabetos, y mucho más sumisos a sus sacerdotes que sus compañeros católicos
de Francia. En Canadá se hizo un gran esfuerzo por convertir a los indios a la fe católica, y
el mundo no tiene anales más heroicos y abnegados que los de los jesuitas en las colonias
francesas. Sus métodos estaban en marcado contraste con los de Hispanoamérica. Ganaban
la amistad de los indios por su amabilidad y su obra abnegada.

La Iglesia de Inglaterra fue la primera religión protestante establecida en Estados Unidos. En


1579, Sir Francis Drake ofició un servicio religioso en California y en 1587 varios clérigos
acompañaron la desafortunada expedición de Sir Walter Raleigh. La entrada permanente de
la iglesia inglesa fue en 1607, con la primera colonia inglesa en Jamestown, Virginia.

A principios del siglo dieciocho se trajo al país otra iglesia reformada de origen alemán que
lleva el nombre de “Iglesia Reformada en Estados Unidos”. Popularmente a la primera iglesia
se le conoce como Iglesia Reformada Holandesa, a la otra como Iglesia Reformada Alemana.
Una tercera iglesia del mismo orden es la Iglesia Cristiana Reformada que surgió de la iglesia
del estado en Holanda en 1835; y una cuarta es “La Verdadera Iglesia Reformada”. Se han
hecho esfuerzos para unir estas cuatro iglesias reformadas en un cuerpo organizado, pero
hasta ahora no se han tenido resultados.
Los bautistas surgieron poco después del comienzo de la Reforma en Suiza en 1623 y se
esparcieron rápidamente en el norte de Alemania y Holanda. Al principio se les llamó
anabaptistas porque volvían a bautizar a los que ya se habían bautizado en la infancia. En sus
inicios en Inglaterra estaban unidos con los independientes o congregacionales, y poco a poco
llegaron a ser cuerpos separados. Es más, la iglesia en Bedford, de la cual Juan Bunyan fue
pastor alrededor de 1660 y que aún existe, se sigue considerando bautista y congregacional.

De todos los movimientos surgidos de la gran Reforma, el que más se alejó del prelado y del
gobierno de la iglesia fue el de los Amigos, comúnmente llamados “cuáqueros”. Esta
sociedad—pues nunca ha tomado el nombre de “iglesia”—surgió de la enseñanza de Jorge
Fox en Inglaterra, empezando alrededor del año 1647. Fox se oponía a las formas exteriores
de la iglesia, el ritual y la organización eclesiástica. Enseñaba que el bautismo y la comunión
debían ser espirituales y no formales; que el cuerpo de creyentes no debía tener sacerdote ni
ministro con salario, sino que cualquier adorador debía hablar según la inspiración del
Espíritu de Dios, quien es “la luz interior” y guía de todos los verdaderos creyentes; y que en
los dones del Espíritu y gobierno de la Sociedad, los hombres y las mujeres debían tener los
mismos privilegios. Sus seguidores al principio se autodenominaron “Hijos de la Luz”, pero
más tarde “La Sociedad de los Amigos”. No se sabe con seguridad cómo se les aplicó el
nombre de “cuáqueros”, pero se generalizó y no desagrada a los miembros de la Sociedad.

La estricta disciplina (sobre todo la excomunión de miembros que se casaban fuera de la


sociedad; el firme testimonio en contra de la esclavitud y otros males; y la negación a tomar
las armas en la guerra, que siempre ha sido uno de sus principios) causó un descenso en el
número de cuáqueros durante el siglo dieciocho. Sin embargo, un golpe mayor fue una
disensión sobre las doctrinas predicadas por Elías Hicks, que reclamaba ser unitario, no
reconociendo a Cristo como Dios; y en 1827 hubo una separación entre los Ortodoxos y los
Amigos Hicksitas, aunque el nombre “Hicksita” nunca lo sancionó esa rama. De estos
cuerpos los “Amigos Ortodoxos”, como se llaman, tienen la mayoría de los miembros. Sus
doctrinas están de acuerdo con las iglesias conocidas como evangélicas, con especial énfasis
en la enseñanza personal e inmediata del Espíritu Santo al individuo, a menudo conocido
como “la Luz Interior”.

RESUMEN CAPITULO 23
Iglesias cristianas en Estados Unidos
Segunda parte

Después de la Reforma bajo Martín Lutero, las iglesias nacionales que se organizaron en
Alemania y los países escandinavos tomaron el nombre de luteranos. Algunos creen que a
principios de la historia de la colonia holandesa de Nueva Amsterdam, después Nueva York,
alrededor de 1623, los luteranos holandeses vinieron a esa ciudad y celebraron reuniones. En
1652 solicitaron permiso para tener una iglesia y un pastor; pero las autoridades reformadas
de Holanda se opusieron y provocaron que en 1657 el primer ministro luterano lo enviaran
de nuevo a Holanda. Los servicios continuaron de una manera quieta, pero no fue hasta la
conquista inglesa de Nueva Amsterdam, en 1664, que se les dio a los luteranos libertad de
culto.

En 1638 algunos luteranos suecos se establecieron cerca del río Delaware y erigieron la
primera iglesia luterana en Estados Unidos, cerca de Lewes. Sin embargo, la inmigración
sueca cesó hasta el siguiente siglo. En 1710 una colonia de luteranos desterrados del
palatinado en Alemania llevó su iglesia de nuevo a Nueva York y Pensilvania. En el siglo
dieciocho los protestantes germanos y suecos emigraron a la América por miles y el primer
sínodo luterano se organizó en Filadelfia en 1748. Desde entonces, las iglesias luteranas
crecieron mediante la inmigración y el aumento natural, hasta que hoy cuentan con más de
ocho millones trescientos mil miembros.

A principios de la Guerra Revolucionaria en 1775, el sínodo incluía diecisiete presbiterios y


ciento setenta ministros. Los presbiterianos sostuvieron con fuerza los derechos de las
colonias en contra de Jorge III y uno de sus principales ministros, Juan Witherspoon, fue el
único clérigo que firmó la Declaración de Independencia. Después de la guerra, el desarrollo
de la iglesia fue tal, que se formó una Asamblea General en Filadelfia, abarcando cuatro
sínodos.

Las iglesias metodistas en el Nuevo Mundo datan de 1766, cuando dos predicadores
wesleyanos locales, ambos nativos de Irlanda, vinieron a América y empezaron a celebrar
reuniones metodistas. Es algo incierto si Felipe Embury celebró el primer culto en su propia
casa en Nueva York o Roberto Strawbridge en Frederick County, Maryland. Estos dos
hombres formaron sociedades y, en 1768, Felipe Embury edificó una capilla en la calle John,
en la que aún se levanta una Iglesia Metodista Episcopal. El número de metodistas en Estados
Unidos creció y en 1769 Juan Wesley envió dos misioneros, Ricardo Broadman y Tomás
Pilmoor para inspeccionar y extender la obra. Más tarde, Inglaterra envió otros predicadores,
siete en total, de los cuales el más importante fue Francisco Asbury, quien vino en 1771. La
primera Conferencia Metodista en las colonias se celebró en 1773 y la presidió Tomás
Rankin. Sin embargo, con el estallido de la guerra de independencia, todos salieron del país,
excepto Asbury, quien estuvo en retiro la mayor parte del tiempo, hasta que vino la paz en
1783.

La Iglesia Metodista Episcopal es la denominación principal en este país, pero debido a las
diferencias de raza, idioma, rivalidades políticas, sobre todo, en 1844, la revuelta sobre la
cuestión de la esclavitud, ocurrieron muchas divisiones. En abril de 1939, se produjo la
reunificación de los metodistas episcopales formando la Iglesia Metodista; con una
membresía de aproximadamente once millones en Estados Unidos de la Iglesia Metodista
Episcopal del Sur y la Iglesia Metodista Protestante.

La Iglesia de los Hermanos en Cristo, ahora llamada la Iglesia Evangélica de los Hermanos
Unidos, fue la primera iglesia en Estados Unidos que no se transplantó del Viejo Mundo.
Surgió en Pensilvania y Maryland bajo la fervorosa predicación de avivamiento de dos
hombres, Felipe Guillermo Otterbein, nacido en Dillenburg, Alemania, originalmente un
ministro de la Iglesia Reformada Alemana, y Martín Boehm, un menonita. Ambos predicaban
en alemán y formaron iglesias de habla alemana bajo la supervisión de ministros “no
sectarios”, como se les llamaba entonces. En 1767, estos dos líderes se conocieron por
primera vez en una “gran reunión” en un granero, cerca de Lancaster, Pensilvania, cuando el
Sr. Boehm predicó con un notable poder espiritual. Al final del sermón, el corpulento Sr.
Otterbein abrazó al predicador y exclamó: “Somos hermanos.” De ese saludo surgió el
nombre oficial de la iglesia y las palabras “en Cristo” se añadió en la constitución formal de
la iglesia en el Condado de Frederick, Maryland, en 1800. En ese tiempo se eligieron a
Otterbein y Boehm como obispos y se adoptó un gobierno modelado por la democracia
estadounidense. Aunque se escogen obispos, la iglesia siempre tuvo una sola orden de
predicadores y ningún episcopado. Todo el poder lo tienen los laicos; todos los oficiales,
incluyendo los obispos, se eligen para un período de cuatro años por un número equivalente
de ministros y laicos. Los superintendentes de conferencia ocupan sus cargos por elección,
no por designación. Aunque su forma de gobierno difiere a la de la Iglesia Metodista, con
excepción de que tienen conferencias trimestrales, anuales y generales, predican la misma
teología arminiana.

La iglesia que tiene dos nombres, ambos oficiales, “Discípulos de Cristo” y también “Iglesia
Cristiana”, diferente a las otras denominaciones ya mencionadas en este capítulo, fue sin
duda estadounidense desde su origen. Su historia comenzó en 1804 después de un gran
despertamiento religioso en Tennessee y Kentucky, cuando el Rvdo. Barton W Stone,
ministro presbiteriano, se retiró de esa denominación y organizó una iglesia en Cane Ridge,
Condado de Bourbon, de la cual la Biblia, sin ningunas declaraciones doctrinales, sería la
única regla de fe y el único nombre sería Cristiana. Pocos años después el Rvdo. Alejandro
Campbell, ministro presbiteriano de Irlanda, adoptó el principio de bautismo por inmersión
y formó una iglesia bautista, pero pronto se separó definitivamente y llamó a sus seguidores
“Discípulos de Cristo”. Tanto Stone como Campbell establecieron muchas iglesias y en 1827
sus congregaciones se unieron formando una iglesia en la que ambos nombres, “Discípulos”
y “Cristianos”, se reconocieron. La campaña de estos dos hombres fue para unir a todos los
seguidores de Cristo en un solo cuerpo, sin otro credo que la fe en Cristo y sin otro nombre
que “Discípulos” o “Cristianos”.

Las iglesias unitarias en Inglaterra y América son los representantes modernos de los antiguos
arrianos de los siglos cuarto y quinto. Enfatizan la naturaleza humana de Jesucristo. Niegan
la deidad o divinidad de Jesucristo y no consideran al Espíritu Santo como una persona, sino
como una influencia. Afirman el ser y la unidad de Dios, pero no la Trinidad o “tres personas
en un Dios”. Por lo general, se oponen a la doctrina calvinista de la predestinación, creyendo
como los metodistas en el libre albedrío. Consideran que la Biblia no es una autoridad en fe
y conducta, sino una valiosa colección literaria. En Estados Unidos, no aparecieron al
principio como una secta, sino como una escuela de pensamiento en las iglesias de Nueva
Inglaterra. En 1785, la Capilla del Rey en Boston, entonces Protestante Episcopal, adoptó un
credo y una liturgia omitiendo todo reconocimiento de la Trinidad y escogió un ministro de
opiniones unitarias, la primera iglesia en Nueva Inglaterra de esa fe. En 1805 a un unitario,
Enrique Ware, lo nombraron profesor de Teología en la Universidad de Harvard; y en 1819
se estableció en la misma universidad una Escuela de Teología, la cual desde ese tiempo ha
estado bajo el dominio unitario. El nombre “unitario” se aplicó por primera vez al
movimiento en 1815; y muy pronto muchas de las antiguas iglesias congregacionales en
Nueva Inglaterra se convirtieron en unitarias; incluyendo la que fundaron los Peregrinos en
Plymouth. En la controversia que surgió, más de ciento veinte iglesias congregacionales
acogieron las ideas unitarias, sin cambiar de nombre.

La denominación unitaria abarcó a muchos prominentes hombres de pensamiento en Estados


Unidos, sobre todo en Nueva Inglaterra. Casi todos los poetas de Cambridge y Boston
(Lowell, Longfellow, Holmes y Bryant entre ellos) eran unitarios. Sin embargo, los unitarios
no han ganado miembros en proporción a la rama trinitaria u ortodoxa del
congregacionalismo. Sus membresía tuvieron un ligero incremento en la década del sesenta
y ahora cuentan con ciento sesenta siete mil personas. En su forma de gobierno son
congregacionales, cada iglesia local tiene su propio gobierno. No tienen un credo ni confesión
de fe y, como resultado, sus ministros tienen la más amplia libertad y variedad de opiniones;
algunos apenas se pueden distinguir de los “ortodoxos” y otros se van al extremo siendo
librepensadores. Aunque sus doctrinas son dudosas, los unitarios siempre han sido activos en
reformas y en todo esfuerzo de servicio social.

La Iglesia de la Ciencia Cristiana o de Cristo Científica la componen quienes aceptan como


autoridad las enseñanzas de la Sra. María Baker Glover Eddy. Ella empezó a anunciar sus
principios en 1867, estableció una asociación de los de la Ciencia Cristiana en 1876 y
organizó a sus seguidores como iglesia en Boston en 1879, con ella misma como pastor. Sus
miembros eran pocos en número, pero aumentaron a miles, adorando en un magnífico
edificio que se conoce como “iglesia madre”, ejerciendo cierto dominio sobre todas las
iglesias y sociedades de la denominación. La Sra. Eddy murió en 1910 y no dejó sucesor,
pero sus enseñanzas están incorporadas en un volumen llamado “Ciencia y Salud”. Las
diferentes iglesias de la Ciencia Cristiana no tienen pastores, sino que en vez de esto en cada
iglesia un “Primer Lector”, que se cambia de vez en cuando, se ocupa de los servicios. Sus
doctrinas las divulgan conferenciantes nombrados por la iglesia madre. Prácticamente es un
sistema de sanar la enfermedad de la mente y del cuerpo, que enseña que toda causa y efecto
es mental y que el pecado, la enfermedad y la muerte se destruirán mediante un entendimiento
cabal del Principio Divino de Jesús en enseñar y sanar. La cifra de miembros no está al
alcance. El manual de la iglesia prohíbe “contar la gente e informar tales estadísticas para la
publicación”.

RESUMEN CAPITULO 25
Iglesias cristianas en Canadá

Durante el siglo diecisiete, los misioneros pertenecientes a la Sociedad de Jesús convertían


al catolicismo a los indios de la tribu Hurón, en la provincia de Ontario, Canadá. Mientras
tanto, otros sacerdotes, con sus éxitos y fracasos en cuanto a la obra religiosa y a las
negociaciones de carácter secular, diseminaban el poder de la iglesia de Roma en la India y
las Molucas, en la China y el Japón, en el Brasil y el Paraguay. Ya en 1626, Juan de Brebeuf
fundó una misión en las costas cubiertas de bosques de la bahía de Georgia. Estos precursores
de la religión predicaban por doquier en una región de bosques y selvas; sufrían y luchaban
con las fuerzas de la naturaleza y de la barbarie nativa o morían por la fe que había en ellos.

Con breviario y crucifijo caminaban lejos. Desde las costas de Nueva Escocia bañadas por
las olas, hasta las praderas del desconocido oeste; desde la región de la bahía de Hudson hasta
la desembocadura del Mississippi, las figuras vestidas de negro pasaban en sucesión.
Perseveraban en su misión “para la gloria de Dios” y por el progreso de la Orden y la Nueva
Francia, hasta que, como Bancroft, el historiador, lo expone: “No se rodeaba un cabo ni se
entraba a un río sin que un jesuita iniciase el camino”. Así como en la parte de Norteamérica,
que hoy es Estados Unidos, también en Canadá los catolicorromanos fueron los primeros en
establecer iglesias. Los colonos franceses llevaron consigo la antigua religión así como el
antiguo idioma y todavía hoy día se adhieren a ambos. En Quebec, especialmente, la iglesia
católica guió, modificó y dominó las instituciones de la provincia, los hábitos y las
costumbres de la raza francesa, la moral, la política y la lealtad del pueblo. El censo religioso
en la década del sesenta indicó que en una población total de diecinueve millones había más
de ocho millones de católicos, con cuatro millones seiscientos treinta y cinco mil en Quebec
solamente y más de un millón ochocientos setenta y tres mil en Ontario.

En las diferentes divisiones de la Iglesia Cristiana en Canadá, las controversias del Viejo
Mundo se reproducían con más o menos fidelidad. La Iglesia de Inglaterra disputaba sobre
formas y ceremonias que practicaban la Alta y la Baja Iglesia tal como lo hacía en Inglaterra.
El metodismo se dividió en la Iglesia Metodista Primitiva, la Iglesia Cristiana Bíblica y la
Iglesia Metodista Wesleyana, mientras que su afiliación estadounidense y posición
canadiense trajo como resultado el surgimiento de la nueva Iglesia Metodista Episcopal y la
Nueva Conexión Metodista. El presbiterianismo tenía su Iglesia de Escocia en el Canadá, su
Sínodo de Iglesia Libre, su Iglesia Presbiteriana de las Provincias Bajas, su Iglesia
Presbiteriana Unida, su Iglesia Presbiteriana del Canadá. No obstante, si las denominaciones
participaban de las sombrías diferencias de pensamiento y credo venidas del Viejo Mundo,
también participaban inmensa y benéficamente de las recompensas de carácter financiero de
las iglesias británicas y de las grandes sociedades misioneras; mientras que la Iglesia de
Inglaterra en Canadá recibía grandes sumas del Parlamento británico. Las diferentes iglesias
metodistas recibían grandes ayudas por fondos de Londres y sus primeros misioneros se
sostuvieron casi por completo de esa fuente. Lo mismo sucedía con las denominaciones
presbiterianas y la bien conocida Sociedad Colonial de Glasgow y su obra práctica entre 1825
y 1840.

En 1925, los metodistas, los congregacionalistas y parte de los presbiterianos se unieron para
formar la Iglesia Unida del Canadá, contando en la década del setenta con cerca de tres
millones setecientos mil miembros, de ellos más de un millón y medio están en la provincia
de Ontario solamente. Muchas iglesias presbiterianas se negaron a la unión y la Iglesia
Presbiteriana en el Canadá siguió adelante. En esta misma época contaba con más de
ochocientos mil miembros.

Los bautistas, luteranos y otras iglesias protestantes siempre ejercieron una gran influencia
en los asuntos públicos. La cuestión pública en la cual la fuerte denominación bautista de las
Provincias Marítimas estaba interesada era en la educación secular. La población bautista
tenía unos seiscientos mil miembros, con más de doscientos cincuenta mil en Ontario y
alrededor de doscientos mil en las provincias de Nueva Brunswick y Nueva Escocia. Los
luteranos contaban con alrededor de seiscientos sesenta y tres mil miembros, la mayoría de
ellos en Ontario y Saskatchewan. La interesante pero problemática secta conocida como los
doukhobors, que vinieron de Rusia a principios del siglo veinte, está en su mayoría
establecida en Saskatchewan y Colombia Británica, con unos cuantos en Alberta y Manitoba.
Son pocos en número, pacíficos, no progresistas, no se preocupan mucho por la educación y
se niegan a ir a la guerra. En Canadá también había en la década del setenta más de ciento
cincuenta y dos mil menonitas
EXPERIENCIA CON LA MATERIA

Modesta Marrero del Rosario

Yo entendí que la iglesia cristiana consiste en todos los creen en Jesús de Nazaret como el
hijo de Dios y que lo aceptan como Salvados personal de sus pecados.

Por otro lado tenemos la expansión de la iglesia, ahora entramos en una época de la historia
de la iglesia cristiana que a pesar de su brevedad (30-50 d.C.) es de suma importancia. En
ese tiempo se decidió la gran cuestión de si el cristianismo debía permanecer como una oscura
secta judía o debía llegar a ser una iglesia cuyas puertas estuvieran abiertas para todo el
mundo.

Le doy la gloria a Dios por haber usados a eso hombres para que la verdad saliera a luz, y
esos grupo de cristianos que quisieron coger la gloria o poder personal para ellos a través de
la mentira no lograron salirse con la suya, y sus engaños quedaron al descubierto. Costo
sacrificio y sangre pero hoy la verdad del evangelio está a disposición de todo el que quiere
venir a Jesús.

También podría gustarte