Aaron Lewis - Llaves para Desbloquear Tu Destino
Aaron Lewis - Llaves para Desbloquear Tu Destino
DESBLOQUEAR
TU DESTINO
AARON D. LEWIS
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¿Estás cansado de los trillados y usuales libros de autorrealización, que discuten
“cómo alcanzar tu destino” pero de algún modo te dejan vacío e incapaz de alcanzar tus
metas en la vida? Entonces, este libro es para ti. Serás estirado, tirado y empujado a ese
lugar que Dios tiene predestinado para ti, desde antes de tu nacimiento.
El Pastor Lewis con precisión y de manera urgente aborda un texto primario
acerca del destino, encontrado en Isaías 46: 9-10: “Acordaos de las cosas pasadas desde
los tiempo antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a
mí, que anuncio lo por venir desde el principio.” Este texto declara que Dios empieza
con cada uno de nosotros desde el futuro. ¡Nuestra historia es todo lo que debemos
experimentar en camino a nuestro futuro!
Las Llaves para Desbloquear Tu Destino te invitará, desafiará, y compartirá que
Dios tiene un destino solo para ti. Ningún demonio en el infierno, ninguna circunstancia
en la vida, nada puede evitar lo que Dios ya ha dicho que es para ti. Pero muchas
personas no saben cómo desbloquear su destino. Dios ha equipado al Pastor Lewis con
las llaves para hacerlo. ¡Vamos! Empieza este libro y encuéntrate al final en tu destino.
Muy pocos escritores capturan la esencia de este tema del destino como Aarón
Lewis lo hace. Si hubiese leído este libro en la infancia de mi ministerio, hubiera tenido
en mis manos muchos tips valiosos para impulsarme a mi destino, incluso, mucho más
rápido. Si tú quieres tener todo lo que la vida tiene para ofrecer, debes leer este libro.
¡Una lectura escencial!
-Obispo Charles E. Blake
Pastor en West Angel Church of GOD in Christ
Primer Vice Presidente en Iglesia de God in Christ, Inc.
Las personas manifiestan destinos prósperos por vivir una vida con propósito.
En Llaves para Alcanzar Tu Destino, el Pastor Aarón Lewis ofrece un modelo para
vivir una vida plena. ¿Es fácil seguirlo? No. ¿Vale la pena? ¡Definitivamente! Usando el
ejemplo Bíblico de José, quien sufrió rechazo y numerosos obstáculos, el Pastor Aarón
resalta las llaves para completar nuestros destinos personales. Él te desafiará a romper la
fortaleza que te mantiene en un comportamiento auto-destructivo y una vida
insatisfecha. Él dice: “Sigue moviéndote hacía tu destino.” En leguaje fácil de entender
y con ejemplos Bíblicos, y de la vida diaria, las Llaves para Alcanzar Tu Destino, te
enseña cómo lograrlo.
-Felicia Mason
Motivational speaker
Best-selling author of testimony
Hay algunas personas que tienen una insaciable sed por Dios y que viven con la
convicción de que Dios ha hecho un depósito espiritual en sus vidas. Ellos quieren
llenar cada onza de su potencial, para que así, Dios sea glorificado. Cuando las personas
tienen este sentido del destino, pronto son impulsados a una mayor dimensión y
propósito en la vida. El pastor Aarón Lewis es esa persona.
La búsqueda de su destino lo ha transformado en hombre ungido de Dios, un célebre
autor, un pastor compasivo, y un estudiante apasionado. Él es uno de esos que ha
permitido que Dios haga imposibles a través de su vida. Dios lo está llevando más lejos
de lo que él imaginaba.
Este inspirador libro, Las Llaves Para Alcanzar Tu Destino, tocará casa fibra de tus
sueños y ayudará a que te des cuenta que tú también puedes ser un hombre o mujer de
destino.
Si usted tiene que renunciar a una o dos comidas para comprar este libro, ¡entonces, es
dinero bien invertido! La nutrición que estás verdades proveerán a tu espíritu te
fortalecerán a terminar la carrera que Dios ha puesto para ti. Aprende y diviértete.
-John P. Webster
Founder of Transforming Life Ministry
Con cara de gran desaprobación, dijo; “Él me llamó cabeza de chorlito” Hubo un
momento de silencio mientras ella miraba mi cara, a ver cómo iba a reaccionar. De
hecho, yo sólo estaba aliviado de que ella no se hubiera caído y raspado su pierna, o
algo más serio, y por un momento fue difícil no reírse. Luego me di cuenta, que por
linda que mi niña fuera, necesitaba del consuelo de su padre. Así que le dije, “la única
razón por la cual Jessie te llamó cabeza de chorlito es porque no conoce quién eres
realmente, si Jessie supiera que tú puedes ser una reina, quizá una cirujana general, una
ministra, o tal vez la presidenta de los Estados Unidos, él nunca hubiera dicho eso.
Ahora sal y haz amigos, cariño. Jessie no sabe quién eres realmente.” Con eso, Eryn se
enderezó y volvió afuera con una nueva seguridad, sabiendo que es quién su papi dice
que es, y nada en el mundo puede cambiar eso.
Dudo mucho que Eryn a su temprana edad se dé cuenta qué tan importante es
que su padre le recuerde quién es ella. Ella es y será, en futuro lo que yo le diga que es.
Lo más importante que ella es para mí, es mi hija. Millones de personas nunca han
tenido quien (no solo un padre) les hable y traiga dirección y afirmación a sus vidas.
Como resultado, vagan sin rumbo, buscando sentido y propósito, solo para agotarse y
conformarse con mucho menos de lo que están destinados a tener. Muchos se permiten
ser abusados por otros porque simplemente no saben quiénes son realmente.
Mientras que los movimientos y métodos de auto-ayuda han asistido en la búsqueda del
desarrollo personal, han fallado en conectar a las persona con sus destinos divinos, la
razón por la cual han nacido. Fallan porque intentan identificar quiénes somos sin tener
en cuenta de Quién somos. Quienes somos realmente no tiene que ver con lo que
hacemos o qué clase de trabajo tenemos, sino quién somos realmente en DIOS. Quienes
realmente somos tiene que ver más con qué es lo que hay en nuestro interior y no en
cómo nos vemos por fuera. Trágicamente, aquellos que pasan sus vidas intentando
satisfacerse a ellos mismos y tras la realización personal son los que más vacíos están.
Se puede decir que la mayoría de los ciudadanos en este mundo no tienen ni idea
acerca de sus destinos.
Esto lo sé, porque regularmente abordo a las personas sin pretensiones y les pregunto
directamente. “¿Cuál es tu Destino?” la mayoría de las personas me dan una mirada
desconcertada y no tienen una respuesta definida para mí; no tienen la menor idea del
por qué están aquí. El destino es el Por qué estamos aquí y para dónde vamos.
¿QUÉ ES DESTINO?
¿Qué exactamente es destino (una fuerza que alegremente pasamos por alto)? Es una
palabra que se pronuncia con frecuencia pero es poco entendida, pero antes que
definamos “destino” con precisión, sería útil decir lo que el destino no es.
El Destino no es (Fate = destino o ¿Hado?). La mitología griega representa al (fate =
destino) como tres diosas decrepitas, viejas brujas que tomaron decisiones arbitrarias
sobre de la vida de los humanos como; la cantidad de tiempo que un hombre debería
vivir y cuánto tendría que sufrir a lo largo de su vida. Se dice que una hila el hilo de la
existencia humana, una la concede, y otra la corta, terminando así la vida de una
persona. Todas estas cosas iban más allá del control de los mortales. Esto parece estar
enterrado en las creencias humanas, de que nosotros no podemos hacer mucho respecto
a nuestras vidas, que las cosas simplemente ¡pasan! Esta es más bien una excusa para
auto-protegernos que una teoría precisa de la intención de Dios para nosotros.
(Fate = destino), si hay algo como eso, es algo que está fuera de nuestro control.
Muchas personas confunden el destino con (Fate = destino). Esto es algo que le
sobreviene inevitablemente a una persona y está asociado a la muerte, destrucción o
ruina. Es de entender porque quienes viven bajo este tipo de entendimiento quieren huir
del llamado de sus destinos. Para ellos, la vida está llena de baches y corrientes
descendentes que no se pueden evadir. Algo malo va a pasar, entonces no escales tan
alto en la vida.
No encuentro evidencia alguna en la vida o en las escrituras de que estamos
encerrados en una especie de caída inevitable. Es cierto que unos nacen en medio de
pandillas en vez de en palacios, pero eso es una oportunidad para la Gloria de Dios más
que una sentencia de miseria. Somos creaturas de libre albedrío y tomamos las
decisiones de cómo y dónde viviremos. Tres feas y viejas hermanas no pueden decir en
qué clase de casa vamos a vivir. ¡Eso depende de nosotros! Personas como Thomas
Edison o Booker T. Washington pudieron haber nacido en humildes circunstancias e
incluso haber tenido obstáculos de confianza en sus caminos, pero ellos, como nosotros,
tuvieron la capacidad para elegir. Ellos eligieron llegar a algún lugar, y no quedarse
donde estaba. (Fate=destino) como lo entendemos, es algo que nos pasa, mientras que
Destino es algo que nos obliga.
El destino no nos arrastra; más bien nos impulsa hacia nuestro propósito en
Dios. Si escuchamos su voz, nos llevará a reevaluarnos acerca de dónde estamos y
dónde deberíamos estar. Debemos elegir escuchar y estar involucrados activamente en
el descubrimiento de nuestro destino en Dios.
Destino no es suerte. Algunas personas piensan que nuestros destinos son
dictados por la suerte. Por suerte, usualmente nos referimos a la fuerza impersonal que
puede trabajar a favor o en contra de la vida de la persona. Me he encontrado con
muchas personas que piensan que han heredado de sus familias una maldición de
pobreza o enfermedad. Ellos frecuentemente dicen cosas como, “nadie en mi familia ha
tenido prosperidad económica. Es solo mala suerte, nunca tendré dinero.” Aquellos que
se subscriben a esta “Mala suerte” mentalmente viven esperando a que el otro zapato se
les caiga.
Las personas en el grupo de la “Buena suerte” tienen un pensamiento más
optimista, pero igual de ilógico. Para ellos, la vida es como tiquete de lotería o juego de
azar, donde la esperanza es tirada al suelo mientras oran para tener gran éxito. Ellos son
los primeros objetivos de las empresas Multi-comercialización o estafas piramidales,
quienes incluso han invadido el cuerpo de Cristo.
Algunos miembros del grupo de la “Buena suerte” miran a un hombre o mujer
exitosa y dicen, “Él tiene un buen empleo con un buen salario porque él tiene buena
suerte.” Y puede ser que este hombre con buenos ingresos y carro nuevo haya nacido
tan pobre como ellos, pero él no se conformó en quedarse donde estaba. Él educó su
mente y se comprometió consigo mismo a tener otra visión para su vida. Él tiene un
caro nuevo porque él ahorró dinero y planeó por dos años comprarlo para no tener que
endeudarse.
No, las personas no terminan en buenos trabajos y con familias estables solo
porque ellos son afortunados y tienen buena suerte. Se necesita Oración, sacrificio,
paciencia, y una mente renovada para alcanzar todas esas cosas. El destino no es pura
suerte. No debemos tirar los dados-dejar a la suerte-nuestro propósito en Dios.
Probablemente podríamos llenar un libro o por lo menos un capítulo de falsos
conceptos sobre el destino. Pero basta con decir que el destino no es una fuerza
impersonal malévola que nos controla. No es una buena vida que sobreviene de alguien
más. Según William Jennings Bryant, “El destino no está determinado por
oportunidades, sino por decisiones”
DEFINICÓN DE DESTINO
El diccionario de Merrian-Webster define el destino de esta forma:
(1) Algo a lo que una persona o cosa está destinado: fortuna; (2) un curso
predeterminado de eventos a menudos considerados como un poder o agente
irresistible.*
De estas definiciones, Se puede inferir diversas cosas. Primero, el destino es algo que
una persona está destinado a ser o que le es ordenado en convertirse. Segundo, el
destino tiene que ver con un lugar, una destinación, y el propósito a donde alguien se
dirige. Tercero, una vez la persona llegue a su destino, encontrará plenitud, satisfacción.
Cuarto, Dios predetermino el curso de los eventos que lo traerán a su destino.
De estas observaciones podemos dar un preciso significado espiritual del
destino: Destino es el curso de acontecimientos durante toda la vida que ya han sido
predeterminados por Dios, y que, una vez manifestados, producirán buena fortuna y
frutos en nuestras vidas y en las vidas de otros. Esto ha sido visto muchas veces a lo
largo de la escritura, pero probablemente la más grande ilustración del destino es
encontrada en José, hijo de Jacob, el Virrey de Egipto.
NO SEAS NECIO
Dios es la fuente de tu destino. Él quiere que seas un éxito completo, y quieres
que encuentres satisfacción. Pero como C. S. Lewis dijo, no puedes esperar que
haciendo a Dios a un lado, aun así lo logres. De acuerdo con el Salmo 53:1, “Dice el
necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad;
No hay quien haga bien.” (Salmo 53:1).
A Algunas personas les gusta citar este texto porque llaman a los no creyentes
necios. Dicen, “¡puede que no lo tenga todo, pero por lo menos nos tan tonta como para
ser ateísta!”
Pero han mucho más allá en este verso, Dios no simplemente le dio una licencia
al salmista para ser repugnante. Hay una razón para que sea estúpido ignorar a Dios.
Miren la segunda parte del verso: “no hay quien haga bien.” ¡Ahí está la clave! Dice que
no puedes tener una buena vida, si cortas la Fuente de Vida. El sistema de incredulidad
te llevara a nada más que a una vida vacía, sin propósito y frustración.
Por supuesto, reconocer a Dios como la fuente de nuestro destino nos lleva a
muchas preguntas. La única forma de conocer a Dios es experimentándolo, teniendo una
relación, un encuentro personal con Él. ¡Pero una relación con Dios, no es un juego! Él
es quien inventó e=mc2, ¿Cómo podemos esperar entenderlo en absoluto?
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿QUIÉN FUE
SU CONSEJERO? ¿O QUIÉN LE DIO A ÉL PRIMERO, PARA QUE LE FUESE
RECOMPENSADO? (Romanos 11:33-35)
Las experiencias espirituales con Dios son importantes. La revelación personal
es algo inestable sobre lo cual construir tu vida. Después de todo, el hablar uno a uno
con Dios depende de tu habilidad de “escucharlo” claramente con tu espíritu. Es
subjetivo, y si eso es todo lo que tienes que seguir, la próxima persona que venga puede
contradecirte.
Necesitamos información solida acerca de la Fuente de nuestro destino, y es por
eso que Dios nos dio un Manual-la Biblia.
Pero algunos protestan, “¿No todo el mundo interpreta las Escrituras de forma
diferente? ¿Cómo podemos entender a Dios claramente si su manual no está bien
definido o claro?”
Esa es una buena pregunta. De hecho, hay muchas buenas preguntas acerca de la
Biblia. Las cuales no se van a ir así las ignores, y realmente no puedes creer en Dios a
no ser que les encuentres una respuesta.
Piensa esto, ¿Qué pasaría si tu mejor amigo(a) te dice que cree en bandicuts de
nariz larga?
“¿En qué?” preguntarías.
“Bandicuts de nariz larga. Ellos son alguna clase de animal. Mi predicador dijo que eran
muy importantes.”
“¿Qué clase de animal es un bandicut de nariz larga?”
“No lo sé.”
“Nunca has visto uno, ¿o sí? ¿Estás segura que no son imaginarios?”
“No, no, es un animal”
“¿En dónde viven? ¿Qué comen? ¿Cómo lucen?”
“No lo sé, pero yo tengo fe. Yo creo en los bandicuts de nariz larga.”
¿Ven? Ella dice que los bandicuts de nariz larga son importantes, pero realmente
no cree en nada, porque para ella, bandicuts es solo una palabra hueca.
De hecho, el bandicut de nariz larga es un animal australiano que luce como un
ratón más grande con una nariz realmente larga. Es un marsupial (lo que significa que
tiene una bolsa para sus bebes), así que está relacionado con las zarigüeyas y los
canguros. Comen insectos y otras cosas espeluznantes, y hace sonidos como un gran
puerco de Guinea. Puedes encontrar información acerca de ellos en cualquier
enciclopedia.
Y ese es el punto, ¿No es así? Tú no puedes decir que crees es Dios (o en
bandicuts de nariz larga) a menos que sepas algo acerca de ÉL (o ellos). No puedes
creer en la biblia a menos que sepas lo que realmente dice. Es por eso que Pablo
aconsejada a Timoteo diciendo, “Procura con diligencia presentare a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2
Timoteo 2:15). Hay muchas preguntas acerca de la biblia, pero también hay respuesta
para ellas, y necesitamos encontrarlas.
Ahora devolvámonos, retomemos el entender a Dios como Fuente de nuestros
destinos. Yo digo que la Biblia es la mejor forma de conocer a Dios, y nos preguntamos,
“¿No todos interpretan las Escrituras de forma diferente?”
En una sola palabra, “No.”
No todos interpretan las escrituras diferente, créanlo o no, ¡Hay una base de la
Escritura que la mayoría de los eruditos cristianos concuerdan! La Biblia es muy clara
acerca de muchas cosas, y estas son las básicas en las cuales toda denominación
cristiana está construida. La citación previa del libro de C. S. Lewis, proviene de un
libro acerca de lo básico, Mero Cristianismo.
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY…Así dirás a los hijos de
Israel: El Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob,
me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por
todos los siglos.”
Cuando Dios se expresa a sí mismo como “YO SOY,” Él declaró que todo lo
que es, y siempre será, existe con ÉL. Su naturaleza es inimaginablemente compleja, a
lo mejor, solamente podemos ver un destello de quién realmente Él es. Pero ese
pequeño rayo de gloria, puede recrear nuestro mundo, si tan solo se lo permitiésemos.
Si ya estás listo para empezar a aprender sobre el creador de tu destino, aquí hay
cinco puntos para empezar:
1. Dios es preexistente, Creador inmutable. Eso significa que Él siempre ha
existido; Él es el principio y el fin, Él nunca cambia.
CONCEPTO FALSO #1. Para ser santo, debes aislarte del resto del
mundo.
Los miembros de las bandas que mencioné en la parte de arriba son tan
criticados por su forma de vestir como por su música. Busca la foto de Toby McKeehan
de los dc Talk, y verán un hombre que se ve igual de inusual que un hombre en la calle
o en un banco de iglesia. Él no es inconsciente de las influencias populares, pero su look
es único, es un look apropiado para cuando está en el escenario, el lugar donde Dios lo
ha llamado a estar.
Muchos alegan que por motivos de santidad las mujeres no deben usar
pantalones, maquillaje, joyería, o peinados ostentosos. (¿Qué tipo de prenda más se
debe evadir, que ellos no mencionen?) Para afirmar su prohibición acerca de la
vestimenta para las mujeres, recurren a citar Deuteronomio 22: “Un hombre no debe
vestirse con ropa de hombre, y un hombre no debe vestirse con ropa de mujer.
Cualquiera que hace algo así es detestable a los ojos del Señor tu Dios.” (V. 5 RVR).
En la actualidad, hay pantalones para mujeres, y pantalones para hombre.
Cualquier hombre que accidentalmente se haya medido unos pantalones de mujer, les
podrán decir que no hay mucho que les pertenezca a ellos. Además, Dios dio esa orden
en un contexto muy diferente. El problema no era sobre modestia, sino el travestismo a
la adoración a ídolos.
Los antiguos Asiáticos, cuando se comprometían en adoración a Astarot,
acostumbraban, acorde con Philocorus, citado por Townley (En su edición de
Maimonides, nota 33), a intercambiar las vestimentas de los hombres con las mujeres.
De hecho, todos los idolatras confundían el sexo de sus deidades, unas veces
representándolos de forma masculina y otras de forma femenina; por lo tanto, sus
adoradores, hombre y mujer, cayeron poco a poco en el vestuario. Lo que se convirtió
en algo extensamente prevalente el estar cambiando su atuendo al sexo particular de
cada deidad.*
*jamieson, Fausset, and Brown commentary, Electronic data base. 1997 by biblesoft
La existencia de los pantalones para mujer no puede ser considerada como un
acto de travestismo, así que no debe ser ningún problema. ¿Pero qué pasa con el
maquillaje y joyería? Para poder atacar a las mujeres por usar joyas o maquillaje, los
contingentes de la ropa-santa recomiendan 1 Timoteo 2:8-10:
Deseo que en cada lugar de oración los hombres oren con manos santas,
levantadas a Dios, y libres de enojo y controversia. Y quiero que las mujeres se
vistan de manera modesta. Deberían llevar ropa decente y apropiada y no llamar
la atención con la manera en que se arreglan el cabello ni con accesorios de oro
ni con perlas ni ropa costosa. Pues las mujeres que pretenden ser dedicadas a
Dios deberían hacerse atractivas por las cosas buenas que hacen.
Noten que Pablo no hizo de esto un mandato. Él dijo que ese era su “deseo.” Su
mirada estaba puesta “lo apropiado y moderado,” no en costales de papa como vestidos.
Pablo estaba desalentando las mujeres de usar accesorios de belleza para sentirse
seguras con ellas mismas. Esto es porque nuestro valor siempre debe ser determinado
por nuestro creador, no por nuestra apariencia o cosas materiales.
Así mismo pues, es injusto aplicar estos versos solo a las mujeres sin aplicarlos
también a los hombres, ¡ya que también ignora el principio espiritual detrás de ellos!
Recuerden, el carácter de Dios es Santo. Si tú pudieras usar la Santidad en forma de
prenda, tendrías que dormir con tu ropa, bañarte con ella, ¡y ni hablar de lavarla! Pero,
la Santidad es un trabajo interno, y esta produce una belleza externa que nunca
desaparece.
INTIMIDAD
Es imposible examinar la vida de Jesús, sin discutir su relación con Dios. Detrás
de su vida de reino y de estar alimentando su vida espiritual, había un profundo vínculo
amoroso con Dios su Padre. Sin este vínculo, tú nunca podrás vivir una vida de Reino,
y no tendrás las fuerzas para ser Santo. Para ser como Jesús, debes enamorarte de tu
Dios.
Una y otra vez, nos muestran a Jesús haciendo a un lado las multitudes y las
demandas de la vida, ÉL se retraía a lugares donde pudiera estar solo, y pasaba horas
hablando con su Padre. Sabemos que el Padre le hablaba por que Jesús dijo… “que nada
hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre” (S Juan 8:28 RVR).
Él enseñó a sus seguidores la misma dependencia diciéndoles:
Cuando os trajeren a las sinagogas y ante los magistrados y las autoridades, no
os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir;
porque El Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.
(S Lucas 12:11-12 RVR).
¿Cuándo algo pasa en tu trabajo, o con tus hijos, a quién automáticamente tu
deseas recurrir para hablar acerca de ello? ¿A tu esposo? ¿A un amigo? A
medida que te vuelves como Cristo, te encontrarás a ti mismo recurriendo a Dios
una y otra vez. Hace unos días, estaba orando mientras conducía solo. Una parte
de la conversación fue algo como esto:
Yo: “Y Padre, te pido que… ¡hey! ¿Viste eso? ¡Él se me acaba de atravesar a
propósito! ¡Qué conductor tan lento!” (Mis hombros se tensionaron, mientras las luces
traseras me encandelillaban).
Dios: “se paciente hijo, responde en amor.”
Yo (haciendo un gesto de relajación): “Lo sé. Lo siento. Gracias por el
recordatorio. Ahora, acerca de… “
¡No se rían! Eso puede parecer un ejemplo bobo, pero hay un lugar real y
específico para una oración conversacional, y esta fluye de la intimidad con el Padre.
Tu destino es conocer a Dios en un nivel personal-de la misma forma que conoces a tu
compañero de cuarto o a tu pareja. Hay cosas que a Él lo hacen feliz. ¿Sabes cuáles son?
Él quiere que tú le digas como te estas sintiendo. ¿Te da miedo que Él encuentre tu vida
de pensamientos ofensiva, o eres honesto con Él, de la misma forma como lo fue el
salmista? La intimidad inicia cuando tú te das cuenta que Dios ya sabe absolutamente
todo sobre ti, pero Él quiere que tú te acerques y lo compartas voluntariamente con Él.
La parte más importante de tu destino es ser un amigo íntimo del Creador de tu
vida.
CUARTO:
DEFINIENDOTE A TI MISMO
Toda la vida humana empieza con un embrión. Un embrión es formado
inmediatamente después de ser fertilizado, y cuatro semanas después, ya mide acerca de
un cuarto de pulgada. Para esos momentos el corazón ya está formado, las manos y las
piernas ya se están formando, y el cordón umbilical ha empezado a desarrollarse.
Alrededor de seis semanas después de la fertilización, el embrión ya ha crecido al
tamaño de una pulgada, y su cabeza es notablemente más larga que el tronco. Los dedos
de las manos y pies se han desarrollado, y las orejas han formado una pequeña elevación
a ambos lados de la cabeza de hecho, la mayoría del desarrollo estructural del embrión
toma lugar entre las primeras ocho semanas.
¿Por qué esta lección de biología prenatal? Hay un cercano paralelo entre
nuestro tiempo dentro de la matriz y nuestro estado embrionario de auto-
descubrimiento. En la matriz (a puerta cerrada), nuestro creador hace el trabajo de
proveernos con todo el equipo necesario para esta vida. ¿Por qué solo recibimos un par
de piernas al nacer? De todos modos, los bebes no aprenden a caminar hasta tener cerca
de un año de haber nacido. ¿Por qué estamos equipados dentro de la matriz con
miembros que no son de uso real? Creo yo, que incluso dentro de la matriz, estas partes
del cuerpo son necesarias. Aunque no sean usadas al máximo de su capacidad, estas son
usadas. No solo eso, pero es dentro de la matriz que los niños se acostumbran a tenerlas
y aprenden como usarlas.
Los doctores no solo controlan el latido del corazón de los niños mientras están
en la matriz, también pueden grabar movimientos tales como patadas, vueltas, ¡lo que se
ve como un deleite de juego! En algunas oportunidades incluso se puede ver al embrión
chupándose sus dedos, todo esto mientras están en la matriz. Todas esto es necesario
para asegurar el éxito de un bebe. También son la etapa inicial del descubrimiento.
De forma similar, la primera etapa del auto-descubrimiento nunca está abierta
para que las grandes masas lo vean, se encuentra más bien, detrás de un velo. En el
estado embrionario del descubrimiento de nuestros destinos, no reconocen nada especial
en nosotros o acerca de nosotros. En este estado, hacemos un descubrimiento personal
de quiénes somos. Aunque se vea como el estado más aburridor, es el que mayor
importancia tiene. Muchos se han apresurado a pasar este estado de descubrimiento
rápidamente, tan solo para encontrarse a sí mismos completamente perdidos, con
incertidumbre acerca de la vida y su futuro. Ellos hubiesen podido evitar años de
trabajo sin frutos e incertidumbre si tan solo se hubiesen tomado el tiempo de
desarrollar y entender quién Dios quería que ellos fueran.
En el capítulo 1, hablamos acerca del camino de José hacia su destino. Empezó
siendo el hijo de un señor prospero, fue vendido como esclavo, y finalmente, fue
promovido a ser el primer Ministro de Egipto, segundo después del Faraón. Pero esa no
es toda la historia. Entre su esclavitud y su reinado, José pasó tiempo en prisión, lo cual
es exclusivamente para delincuentes. Esto fue lo que pasó:
José aún era joven cuando fue vendido como esclavo. Potifar un oficial del
gobierno de Egipto lo compró, y el trabajo duro de José hizo que lo promovieran una y
otra vez. Eventualmente, José estaba dirigiendo todo el Estado, y Potifar no se
preocupaba por nada. Para este tiempo José ya estaba realizado y era un hombre bien
posicionado. También él era un hombre de buena genética (su madre Raquel, era una de
las mujeres más hermosas de toda Palestina) y era completamente guapo. La esposa de
Potifar lo sabía, por eso decidió que ella lo quería disfrutar personalmente.
Cuando ella le ordenó a José dormir con ella, ¡José estuvo en una difícil
posición! Por favor no olvidemos que él era un hombre saludable, vigoroso quien tenía
que lidiar con sus propios deseos. Encima de eso, complacer a la señora de la casa era
una gran promoción-y hacerla enojar era ciertamente algo que heriría su carrera. Pero
José se rehusó, incluso cuando ella intentó seducirlo día tras día. Un día, cuando la casa
estuvo vacía, ella rompió su traje y demandó su atención. José entró en pánico, escapó y
corrió.
La esposa de Potifar estaba furiosa. Empezó a gritar histéricamente, y cuando
los sirvientes y esclavos llegaron a ella, inventó una historia de intento de violación,
colocando a José como el villano. Ella tenía una muy buena historia, especialmente
porque José había dejado su capa. Los sirvientes le creyeron, y su esposo le creyó. José
fue encarcelado sin ningún juicio, y pasó varios años en prisión hasta que la soberanía
de Dios lo llevó a hallar gracias delante del Faraón y a salir de prisión.
Convertirse en el amante de la esposa de Potifar hubiese llevado a José a tener
un trabajo seguro, y le hubiese ganado mucho más prestigio del cual un simple esclavo
puede aspirar. A simple vista, parecía que una gran oportunidad había tocado a su
puerta, un pasaje directo a todo lo que él pudiese querer. ¿Qué en esta tierra lo pudo
haber hecho desistir de esa oportunidad?
Claramente, José estaba motivado por su amor a Dios, de hecho, eso fue lo que
él le dijo: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis
39:9 RVR). Pero también había algo más trabajando en su corazón. Desde el principio
hasta el final de la historia, está claro que José tenía algo en su cabeza-su destino. Él no
había olvidado que Dios había prometido hacerlo un gran gobernador. José tuvo que
rechazar a la esposa de Potifar, porque ella le estaba ofreciendo mucho, mucho menos
de lo que Dios ya le había prometido. José sabía quién era, y ese conocimiento, fue su
fortaleza.
EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO
¿Cómo José consiguió tener idea de quien él era? ¿De dónde consiguió él una
identidad lo suficientemente fuerte para que le permitiera resistir una seductora tal como
la esposa de Potifar? Te diré justo en donde no la consiguió. Él no consiguió esta
identidad de su familia. Ellos no tenían la menor idea de quien Dios quería que él fuera,
y ellos lo odiaron al intentarlo averiguar. Escuchen como sus hermanos hablaban acerca
de él:
Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y
matémosle y echémosle en una cisterna y diremos: Alguna mala bestia lo
devoró; y veremos qué será de sus sueños. (Génesis 37:19-20 RVR)
Los futuros hermanos del Rey David también estuvieron muy mal acerca de él.
En su caso, no fue que ellos estuvieran celosos de él, ¡tan solo pensaron que era un
chico débil! David fue llamado por Dios para ser el más grande Rey que Israel hubiese
conocido. Y le precede su fama de ser un hombre conforme al corazón de Dios. Pero
escuchen lo que su hermano mayor le dijo cuando él se presentó a las líneas del frente
de batalla (justo antes de que él matara a Goliat):
Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un
guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento
cuando el ejército salía en orden de batalla y daba el grito de combate.
Y se pusieron en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejército.
Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al
ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. . . .Y
oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en
ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado
aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu
corazón, que para ver la batalla has venido. (1 Samuel 17:20-22,28 RVR,
énfasis resaltado)
¿Lo ven? ¡Su hermano estaba muy equivocado! No solo acusó a David de ser
irresponsable, sino que también pensó que David solo quería chismosear y observar.
¡Me pregunto qué habrá tenido para decir Eliab después que David subió la montaña
con una gran espada en una mano y una cabeza gigante en la otra!
Esta historia realmente no debe sorprender a nadie que comprenda la sociedad
hoy en día. Las personas que se suponen nos deben amar más, suelen ser las que menos
saben de nosotros ¿Cuántos padres se impresionan al saber que sus hijos tienen un
verdadero talento musical? ¿Qué tan frecuente los hermanos se sorprenden al ver que de
repente su hermano o su hermana tienen aptitudes para los negocios? “Debió ser un
golpe de buena suerte,” susurran.
Los padres americanos son muy conocidos por no tener la menor idea acerca de
los peligrosos “hobbies” de sus hijos hasta que ya es demasiado tarde. Tan solo tienes
que recordar nuestra tragedia nacional del tiroteo en la escuela. Es igual de notorio que
un hombre que puede estar casado con su esposa por veinte años, tener tres hijos y
nunca darse cuenta que ella está infeliz e insatisfecha. Entonces, cuando ella pide el
divorcio, él protesta diciendo: “¡No tenía la menor idea! ¿Cómo se supone que supiera
de esto? ¡Ella nunca dijo nada al respecto!” De hecho, él nunca conoció a su esposa y
también es muy probable que la esposa nunca conociera a su esposo. La razón es
simple: El conocerse a sí mismo-ya sea a nosotros mismos o a alguien más-no está
limitado al mundo natural. Es algo muy espiritual. Si te apresuras a entrar a un negocio-
como usualmente sucede-ignorando a Dios, excepto cuando él hace un especial esfuerzo
y te interrumpe, probablemente nunca sepas quienes son realmente las personas que te
rodean.
De igual manera, si tu familia no conoce a Dios, es muy probable que no haya forma de
que te conozcan a ti. Esa era la situación de José, así que su identidad no dependía de su
familia. E imagínense en donde tampoco consiguió su identidad. José no descubrió
quién era por la Sociedad.
Antes de convertirse en un esclavo, José era un pastor de ovejas, un hijo de un
largo linaje de pastores de ovejas. En Egipto, las ovejas eran las heces de la sociedad, no
asociaban a alguien respetable con ovejas. Entonces, desde la perspectiva Egipcia era
difícil decir si pasar de cuidar ovejas a ser esclavo de Potifar era un avance o retroceso.
Ahora entendemos porque la esposa de potifar dijo de su esposo, “Mirad, nos ha traído
un hebreo para que hiciese burla de nosotros” (Génesis 39:14 RVR). No era solo que un
esclavo la había rechazada, sino, que desde la perspectiva de ella, él tendría que sentirse
afortunado de ser un esclavo en su casa.
EL FACTOR DIOS
Es bastante obvio que José no obtuvo su fuerte carácter o identidad de la
sociedad. De hecho, José simplemente no confiaba en las personas. Su identidad y
autoestima vinieron de un solo lugar: Dios, el autor de su vida y la fuente de su destino.
La promesa hecha por Dios, le dio la fuerza y valor para continuar sin importar lo que
dictara la sociedad sobre él.
Ese sentido de identidad, es la misma confianza que ha permitido que los
israelitas renazcan de las cenizas de la destrucción, una y otra vez. Aunque han tenido
múltiples persecuciones, tales como la gran masacre ocasionada por el sistemático plan
de Hittler, para matar a todo judío que habitara la tierra. Tan solo hace tres
generaciones, los judíos fueron cazados por toda Europa, tratados como animales, y
asesinados. No hubo ni un judío que no saliera afectado, ya sea por perdida de seres
queridos, su libertad, y propiedades.
Después de la guerra, los aliados le dieron a Israel una pequeña tierra para ellos
mismos, en la región del Medio Oriente donde originalmente habían habitado.
Completamente rodeados de naciones hostiles, y un sin número de familias destrozadas,
los judíos cavaron para crear nuevas vidas para ellos y lo que quedaba de sus familias.
Ustedes sabes, que millones de años atrás Dios prometió a los judíos que ellos serían su
pueblo. Una y otra vez ha prometido que nada los destruirá. Esta identidad penetró tanto
en su cultura, que aún muchos habiendo olvidado que Dios es real, su seguridad aún
permanece. De alguna forma, saben que ellos no pueden ser destruidos.
En vez de permanecer como las víctimas, los israelitas empezaron a reconstruir
sus vidas. La esclavitud en los centros de concentración Nazi, no fue olvidada. Pero
trabajaron arduamente reconstruyendo la ciudad de Jerusalén así como en los días del
profeta Nehemías: con una pala en una mano, y una espada en la otra. Hoy en día, son
respetables e influyentes, los judíos son reconocidos desde Wall Street hasta el camino
de Emaús.
EL RESTO DE LA HISTORIA
Gracias a que conocía su destino. José evitó tirar su destino por la borda con una
mujer que no valía la pena. Sí, fue llevado preso, pero su trabajo fuerte y determinación
lo llevaron a convertirse en el vice-director (guardián) de la prisión, ¡cuando aún era un
prisionero! Después, Dios intervino, y en el espacio de veinticuatro horas José se
convirtió en el segundo hombre más importante de Egipto. Y encima de eso, ¡se casó
con una mujer de la realeza! La promesa de Dios no solo era un poco mejor que ser el
jefe de la prisión, ¡era el más alto puesto que el antiguo mundo le hubiese podido haber
ofrecido!
Jesús creció como cualquier otro niño, pero él también sabía quién era. Cuando
tenía doce años, sus padres lo “perdieron,” porque estaba en el templo, hablando con
eruditos de las leyes de Dios. Cuando sus padres finalmente lo encontraron, Él se veía
sorprendido. “Entonces Él les dijo: ‘¿Por qué me buscáis?’ ‘¿no sabéis que en los
negocios de mi Padre me es necesario estar?’”(Lucas 2:49 RVR). Ellos no lo
entendieron. Incluso, años después de estar activo en su ministerio aun no lo entendían.
El tercer capítulo de marcos dice:
Luego entró en una casa, y de nuevo se aglomeró tanta gente que ni siquiera
podían comer Él y sus discípulos. Cuando se enteraron sus parientes, salieron a
hacerse cargo de Él, porque decían: “Está fuera de sí.” (v. 20-21 NVI)
Jesús no se inmutó. Cuando las personas le dijeron que su madre y sus hermanos
estaban afuera esperando para hablar con Él, les recordó quien era Él.
¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? –replicó Jesús. Luego echó una mirada
a los que estaban sentados alrededor de Él y añadió: -Aquí tiene a mi madre y a
mis hermanos. Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano, mi
hermana y mi madre. (V. 33-35 NVI)
Jesús sabía quién era y qué tenía que hacer. Él estaba completamente consciente
de eso, a través de su resurrección; “Porque a los que Dios conoció de antemano,
también los predestinó a ser trasformados según la mano de su hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.” (Romanos 8:29 NVI). Por eso él dijo:
“Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre”
(Marcos 3:35 NVI). Jesús siempre tuvo claro y creyó en quién era, incluso cuando fue
maltratado y eventualmente asesinado ya que los demás no creían en Él. Y ustedes
saben el resultado:
Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo
nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en a
tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre
(Filipenses 2:9-11)
Así como José lo demostró, el dejar que Dios sea quien te defina, te protegerá de
ambas cosas; ser atrapado en la línea de muerte y de caer en pecado. Pablo y Bernabé
vieron esta protección en su viaje misionero. Tan pronto llegaron a la ciudad de Lista,
Pablo empezó a predicar acerca de Jesús. Un hombre lisiado que se encontraba ahí
creyó, y Pablo le dijo: “Levántate derecho sobre tus pies” (Hechos 14:10). Él lo hizo, y
la multitud estalló y hubo gran algarabía. Aparentemente, el único que estaba
escuchando era el hombre lisiado, porque todos los demás en la multitud creyeron que
sus dioses romanos habían bajado en forma de hombre. Ellos rápidamente dedujeron
que Bernabé era Zeus y Pablo Hermes, y empezaron a alistar todo para realizar
sacrificios a ellos.
Probablemente han escuchado el dicho “Si vas Roma, haz lo que hagan los
romanos” o “Adonde fueres, haz lo que vieres.” Para Pablo y Bernabé era cuestión de
respetar su cultura y aprovecharlo o arriesgarse a hacer enemigos. Pero ellos sabían
quiénes eran, y no había forma que aceptaran una adoración que no fuera exclusiva para
Dios. De hecho, ellos sí hicieron algunos enemigos ese día (Pablo fue apedreado y
arrastrado fuera de la ciudad) pero ellos fueron salvados de un pecado mucho mayor, y
de una muerte como la que le fue dada por Dios al Rey Herodes por ese mismo pecado.
(Vean Hechos 12:21-23.) El resultado fueron un par de dos buenas, equilibradas iglesias
en ciudades cercanas.
Tú destino es ser como Cristo, creo que eso ya lo sabes a esta altura. Pero si tú
eres como la mayoría de las personas, tendrás problemas recordado quién eres: quien
Dios dice que eres. Muchos de nosotros estamos tan deseosos y con tantas ansias de ser
aceptados, que permitimos otras personas nos digan quienes somos. Tuve que ver a una
mujer cambiar muchas veces su estilo y peinado, solo porque su novio se lo pedía. Un
día su vestido estaba muy corto, otro día estaba muy largo. Él quería verla en ropa
ajustada un día, pero al siguiente ya prefería ropa suelta y de deporte.
Simplemente ella no podía ganar.
Se ven hermosas tal y como son. Mujeres con la piel oscura usan tratamientos
para aclarar su piel, todo porque alguien una vez les dijo que estaban muy oscuras.
Irónicamente, mujeres igual de bellas pero con facciones diferentes y piel clara, pasan
horas cocinándose, sometidas a la luz artificial ultra violeta para conseguir un
bronceado perfecto y oscurecerse un poco. Algunas aguantan hambre hasta morir, solo
porque a alguien le dio por fijar un estándar de belleza y poner como requisito el ser
delgada.
TÚ MARCA ÚNICA
SER LLENO
En la Escritura original cuando Jesús le pregunta al hombre si quiere ser salvo le
dice: “Wilt thou be made whole?” “Made whole” en español es hecho todo. El segundo
elemento de la pregunta de Jesús que quiero mirar es este: ¿Por qué Jesús le pregunta
acerca de ser “hecho todo” nuevo?
La mayoría de las versiones de traducción de la Biblia han puedo la palabra
“Sano,” en vez de “Hecho todo.” Pero viendo la versión de King James, me hizo dar
cuenta que Jesús sabía que este hombre estaba sufriendo más que una enfermedad física.
Por una parte, cuando Jesús le hizo esta simple y directa pregunta, el hombre le dio
excusas en vez de un sí o no. Su Fe había pasado por tanto y estaba tan pequeña que no
reconoció la pregunta de Jesús como una oferta de sanidad.
El problema principal de este hombre no era su enfermedad, ni siquiera era la
forma en que los demás lo veían. El problema era que él había permitido que la forma
en que la multitud lo veía terminara con su destino. Ellos no lo imaginaban siendo sano,
así que él ni reunió esperanzas de volver a ser alguien productivo en y para la sociedad.
Él no estaba lleno, su vida ya no era lo mismo. Parte de él quería creer que Dios era
bueno, pero lo demás estaba lleno de desesperanza y dudas.
Las Escrituras no nos dan una descripción completa de todo lo que andaba mal
en él. Pero si dice que él estaba “impotente.” En el griego, “impotente” es definido
como “Endeblez, estado debilitado, con posibilidad de enfermedad.” Con esta
definición y el contexto del pasaje entendemos que el hombre estaba lisiado, tullido,
quizá por alguna enfermedad que contrajo. En una descripción nuestra de impotente,
también puede sugerir que este hombre tenía impotencia sexual. Puede que fuera
incapaz de producir descendencia. Menciono esto porque si ese fuera el caso, la
enfermedad de este hombre sería una alegoría a su condición espiritual. Una condición
de esterilidad espiritual. (Vean 2 Pedro 1:8.) Jesús no solo señaló su enfermedad, sino
también su falta de hombría. Él señala la parte de este hombre que no hubiese podido
verse con ojos físicos. Jesús miró al espíritu de este hombre y detectó una necesidad
mayor que solo sanidad física. Esa necesidad era plenitud, entereza. Para este hombre
poder ser lleno y estar completo, tendría que poner su pasado atrás de él. Es por eso que
Jesús preguntó: “¿Quieres ser tú hecho todo?” “¿Quieres ser sano?”
La plenitud, el estar completos en Dios es más importante que la sanidad. ¿De
qué sirve tener una piernas y pies sanos, sino estás yendo a ningún lado? ¡Qué tan
patético es tener manos y brazos sanos y aun así no poder hacer nada! Cuán frustrante
sería tener un lengua que funcione, pero no saber qué decir. Es triste tener una mente y
no saber cómo usarla. Más aun cuando es una persona que tiene una vista perfecta, pero
no tiene visión. Si Jesús hubiera sanado a este hombre, pero no lo hubiese “hecho todo,”
no lo hubiese llenado, él volvería a hacer las mismas cosas que lo llevaron a su
enfermedad en primer lugar. “Después de esto Jesús lo encontró en el templo y le dijo: -
Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo pero.” (Juan
5:14 NVI).
He notado que mujeres y hombres salen libres de prisión, solo para volver a
entrar presos pocos meses después, ¿Por qué? Ellos no han sido hechos todos
completamente. La sanidad es completamente inútil si no tenemos plenitud en nuestro
interior. Muchos viven vidas llenas de máscaras. Intentan cubrir el dolor, sufrimiento y
derrotas emocionales con estudios y diplomas. Los mejores ejecutivos pagados suelen
ser los clientes de los psiquiatras, intentando hallar la fuente de su dolor interno que
viene desde su infancia. Todo está bien en el exterior, pero sus interiores están vacíos.
¿Cómo personas como John Belushi y Marilyn Monroe podían tener tanto, y
aun así abusar de las drogas para así poder aliviar su dolor? ¿Cómo un exitoso e
increíblemente popular músico como Kurt Cobain llegó a tal desesperación que se quitó
la vida? La respuesta es que estaban Vacíos. Y el estar plenos, llenos es la llave para el
destino. Deuteronomio 6:5 dice, “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda
tu alma y con todas tus fuerzas.” No puedes hacer eso si tu mente está atrapada en ciclo
de pensamiento negativos, o si tus sentimientos están atrapados en una relación
destructiva.
Elige elegir. Esa no es una frase sin sentido. Decide elegir en todas las áreas en
tu vida, enfrentaras lo que te causa dolor, que te lastima. Enfrentaras tus miedos.
Encontraras lo que la palabra de Dios dice acerca de ellos, y elegirás confiar en ÉL,
incluso si eso significa que dejaras de pensar en todo eso. Entonces, solo entonces, serás
lleno(a), estarás en plenitud, y serás de ÉL.
SEXTO
MOVIÉNDOTE HACÍA LA
REALIZACIÓN
Hemos resumido tu destino en el las palabras de romanos 8:29: “Porque a los
que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (NVI). El
texto precedente lo presenta de esta forma: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone
todas las cosas para el bien de quienes lo aman, lo que han sido llamados de acuerdo
con su propósito” (V. 28 NVI).
El verso veintiocho, es poderoso y hermoso. Pero no te dejes engañar. No es una
clase santa clausula en el contrato de Dios con la humanidad. El “príncipe de los
predicadores,” Charles H. spurgeon, una vez dijo:
No todos los creyentes has aprendido a orar en el nombre de Cristo. No solo a
pedir por su bondad, sino a hacerlo en su nombre, autorizados por Él, es una
gran orden de la oración. No nos atrevemos a pedir ciertas cosas en ese bendito
nombre, ya que sería una miserable profanación de él; pero cuando la petición
está tan clara, nos atrevemos a hacerla en el nombre de Jesús, para que sea
concedido.
En otras palabras, las promesas de bendición de Dios no te dan permiso para que
cargues todas tus responsabilidades personales. Si estás en un apretón financiero, Pablo
no te estaba diciendo, “Espera, y Dios te enviará un camión del banco lleno de dinero a
tu casa.” Él no estaba diciendo, “juega la lotería, ¡Dios te hará ganar!” Él no te estaba
diciendo, “No te preocupes; alguien de la iglesia de enviará un cheque.” Y mucho
menos, te estaba dando el permiso para que aceptaras un empobrecido estilo de vida
como “La voluntad de Dios.”
He sido Pastor por numerosos años, y las personas que se sientan
pacientemente a que Dios las rescate son de las personas más frustradas con las que
tengo que lidiar. Y son de diferentes formas. Algunos quieren que Dios les cree un plan
de alimentación, haciendo entregas con cuervos, así como lo hizo con el profeta Elías. Y
si no hay cuervos cercas, buscan otro método para que les den una mano. Otros no se
molestan en defenderse y simplemente dicen que están en una mala situación. Pero una
vez Dios los haya sacado de sus deudas, ya podrán ser más responsables
financieramente. Y aún otros están listos para comerse al mundo, pero necesitan una
orden directa de Dios para moverse. Mientras tanto, viven en un pequeño charco
estancados en su propia indulgencia.
Tengo dos cosas para decirles a este tipo de personas: ¡Levántate! ¡Empieza a
moverte!
¡No necesitas escuchar una voz de Cielo para poder salir a conseguir trabajo!
Dios ya te ha dicho, “El que no quiera trabajar, que tampoco coma” (2 Tesalonicenses
3:10 NVI). No necesitas un mensaje profético para que lo hables a la iglesia. Dios ya lo
ha dicho;
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los
cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
(Malaquías 3:10)
“Porque si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo
que tiene, y no según lo que no tiene” (2 Corintios 8:12 NVI). Dios también dijo, “El
que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y
es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8 NVI). ¡Eso debería bastar para todos!
No estoy diciendo que Dios ayuda a aquellos que se ayudan a ellos mismos. Tu destino
está en sus manos, y tú solo no puedes hacer que pase. Pero, como a muchos
predicadores les gusta decir; ¡No puedes caminar en el agua, si aún sigues en el bote!
Dios te ha dado direcciones, así como se las dio a Pedro, y hasta que no las sigas,
probablemente no te dará más. Recuerden esta historia que Jesús contó:
El reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje,
llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco mil monedas de
oro, a otro dos mil y a otro sólo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se
fue de viaje. El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con
ellas y ganó otras cinco mil. Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos
mil. Pero el que había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el
dinero de su señor. Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos
y arregló cuentas con ellos. El que había recibido las cinco mil monedas llegó
con las otras cinco mil. “Señor —dijo—, usted me encargó cinco mil monedas.
Mire, he ganado otras cinco mil.” Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo
bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a
compartir la felicidad de tu señor!” Llegó también el que recibió dos mil
monedas. “Señor —informó—, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he
ganado otras dos mil.” Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!
Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la
felicidad de tu señor!” Después llegó el que había recibido sólo mil monedas.
“Señor —explicó—, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde
no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y
escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.” Pero su señor le
contestó: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he
sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi
dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses.
”Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil.”
(Mateo 25:14-28)
Puede que sientas que Dios a ti te ha dado solo un talento, mientras a otros dos o
cinco. Igual, eso no afecta ni cambia tu destino. Ciertamente eso no te da derecho a
enterrarlo, y esperar que Dios vuelva a aparecer con el doble de lo que ya te había dado.
Miremos nuevamente romanos 8:28: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las
cosas para el bien de quienes lo aman, lo que han sido llamados de acuerdo con su
propósito.”
Hay condiciones en este verso, Condiciones que deben ser cumplidas antes que
todas las cosas te vengan a bien. Primero, debes amar a Dios. El mundo, tu comunidad,
y tus compañeros o trabajadores, todos deben saber que tú le perteneces a Dios y que
ÉL está en lo más alto de tu lista de prioridades. Tus amigos y familiares deberían saber
que Dios es muy real para ti. Más que nada, Dios mismo debe saber que tú lo amas más
que cualquier otra cosa en el mundo. Si tú no amas a Dios, te auto descalificas en el
“todas las cosas te saldrán a bien.”
Entonces, ¿Cómo Dios sabrá que lo amas? ¿Deberías enviarle flores?
Si tú amas a Dios, Él lo sabrá, porque tú seguirás todos sus mandamientos. Casi
te puedo escuchar: “¿Qué? De ninguna manera. Eso ya es legalismo. No puedes decir
que seguir todos los mandatos de Dios es lo mismo que amarlo. ¡No hay sentimiento en
eso! ¿Quién enseñaría algo como eso?
Jesús lo hizo.
Si me amáis guardad mis mandamientos. . . .El que me ama, mi palabra
guardará; y mi padre le amará, y vendremos a Él, y haremos morada con Él. El
que no me ama, no guarde mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía,
sino del Padre que me envió. (Juan 14:15, 23-24 RVR)
Si realmente amas a Dios, vas a querer vivir bajo sus enseñanzas. No serán una
carga legalista, porque disfrutarás complacerlo a Él.
Otra forma que mostrará tu amor a Dios, es a través del amor a otras personas. Si
tú no amas a los demás, tendrías que cuestionar qué tan autentico es tu amor por Dios.
“pues más o menos… hay personas que francamente son desagradables para mí, ¡No
puedes decir que amar a otros es lo mismo que amar a Dios! ¿Y si no me agradan?”
Si alguno dice: yo amo a Dios, pero aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues
el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien
no ha visto? (1 Juan 4:20)
¿Cómo puedes amar a esas personas indeseadas en tu vida? Juan lo explicó,
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y verdad” (1 Juan
3:18). Esto no es una emoción o un estado anímico. Amar a Dios es un compromiso de
obediencia y cuidado. Esa clase de amor te pondrá en el camino de tu destino, donde
todas las cosas te saldrán a bien por la gracia y poder de Jesucristo.
La segunda condición en Romanos 8:28 es que “Serás llamado acorde a su
propósito.” Esto cambia totalmente el contexto de vivir bien. Todas las cosas te saldrán
para bien, cuando eres llamado acorde al propósito de Dios en tu vida, no acorde a tus
caprichos. Escuchen cómo han sido llamados:
La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado
las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz. Vivamos
decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en
inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias. (Romanos 12:12-
13 NVI)
Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me
alegra mucho; pero quiero que sean sagaces para el bien e inocentes para el mal.
(Romanos 16:28 NVI)
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la
coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con quien podáis apagar todos los dardos
de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu,
que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en
el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los
santos. (Efesios 6:14-18 RVR)
Ser llamados acorde al propósito de Dios (en vez del tuyo) puede significar
hacer cosas, que en un principio, no parezcan que ayuden mucho a cumplir tu destino.
Pablo fue llamado por Dios para que predicase las buenas nuevas a los gentiles. En ese
tiempo, Asia (la región en ese tiempo era más pequeña y más al este de lo que es ahora)
parecía ser el campo más maduro para cosechar. Pero, una y otra vez, Dios no le
permitió entrar a la Provincia. Esto debió ser confuso y hasta un poco frustrante para
Pablo, pero él era obediente. Como resultado, Dios lo guió por el mar mediterráneo,
fundando iglesias a lo largo del camino. Para cuando Pablo hubo muerto, estas iglesias
ya habían derrocado al imperio romano, y no solo eso, las cartas que Pablo escribió a
esas iglesias, se convirtieron en casi la mitad del nuevo testamento.
Di que has sido llamado(a) a ser un(a) emprender(a), empresario(a). Dios les da
a personas en esta área para fundar y esparcir su Reino. (Vean Romanos 12:8.) Quizá
quieras empezar tu propio negocio. Puede aumentar tus entradas, y los contactos
empresariales te dan la increíble oportunidad de compartir tu Fe. Pero digamos que
tienes que hacer un “insignificantes” compromisos no morales, para poder consolidad la
empresa. Es probablemente una buena señal que Dios quiere que te quedes en el trabajo
que estas, y estés al pendiente de tu jefe incrédulo.
En este caso, empezar tu propio negocio sería un suicidio destinado. ¿Por qué?
Porque tu destino siempre será ser como Cristo, y eso incluye completa obediencia a los
propósitos de Dios. La buena noticia es, que si estás dispuesto a quedarte y trabajar para
tu jefe incrédulo, Dios ha prometido que estará trabajando para que esta situación sea de
bien para ti. Frecuentemente, el sendero que lleva a la cima es uno que pasa también por
la humillación, y el sendero que lleva a tu gran destino es el camino con pequeños
comienzos. Abraham es el perfecto ejemplo para esto.
Para el tiempo que Dios llamó a Abraham, él estaba viviendo cómodamente en
los suburbios de una pequeña bulliciosa metrópolis llamada Ur. Él no era rico, pero si
estaba bien acomodado. Estaba cómodo, pero su vida no tenía un verdadero sentido. Y
entonces vino el llamado:
Pero Jehová había dicho a Abraham: vete de tu tierra, de tu parentela, y de la
casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te
bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra. Y se fue Abraham como Jehová le dijo. (Génesis 12.1-4)
Noten la primera parte del llamado: “Vete.” Para empezar a avanzar hacia su
destino, Abraham tuvo que reconocer que su posición actual era menos de todo lo que
Dios quería darle. Bill Watterson, escritor del comic Calvin y Hobbes, escribió un guión
donde el pequeño Calvin de seis años se sentaba en clase, mientras se la pasaba soñando
con montar un dinosaurio. Cuando el profesor lo trae devuelta a la realidad
preguntándole, “¿En qué estado vives?” Calvin de forma brillante le responde “en
estado de Negación.”
Ahora debo hacer la misma pregunta, ¿En dónde vives en relación a tu
destino? El primer paso para estar plenos es sacudirse la negación y dar una mirada
sobria a tu vida.
Espiritualidad. ¿Están los frutos del Espíritu (Amor, gozo, paz, paciencia,
bondad, benignidad, fe, mansedumbre, y templanza) creciendo en tu vida? ¿Se esparcen
de tu actitud de sumisión y entrega a Dios? ¿Honestamente puedes decir que Dios es tu
padre y tu mejor amigo? Dos principios básicos te ayudaran a dejar la vida tibia a un
lado. Primero, pasa tiempo con Dios. Sal con ÉL. El tiempo a solas con Dios; orando,
escudriñando las Escrituras es mucho más valioso de lo que te imaginas. Pero no te
olvides de incluirlo en la vida diaria. Pregúntale cuando tengas que tomar una decisión.
Háblale como lo harías con un amigo, en cualquier momento, mañana o tarde. Segundo,
sométete a la voluntad de Dios. Vive como la Biblia enseña, incluso cuando parece
complicado. Hazlo Señor de tus relaciones, finanzas y ambiciones. Encontraras tu
relación íntima con Él sumergiéndote naturalmente.
Familia. ¿Amas a tu esposa tan desinteresadamente como Jesús ama a la
iglesia? O ¿Honras y respetas a tu esposo como lo haces con tu líder espiritual? ¿Están
educando a sus hijos “en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4), o los
“Provocan” (v. 4) a ira, llevándolos a que fallen y luego los confrontan por haberlo
hecho? Algunas veces lo primero que tienes que hacer, es admitir, cara a cara, que te
has equivocado. Después estudia lo que la Biblia tiene que decir respecto al orden en la
familia y las relaciones. Las Escrituras son ricas en enseñanzas y ánimo para lograr una
familia en Cristo.
Ocupaciones. ¿Pasas tus días y gastas tus energías haciendo lo que Dios te
encomendó? O ¿Estás cambiando tu vida por dinero? El escritor de Eclesiastés, bajo la
guía del Espíritu Santo, escribió que hay un tiempo apropiado para todas las cosas. Y él
enfatizó que ambas cosas; tanto la pereza y la ambición son de impíos y no satisfacen.
Tomate un momento y piensa en los talentos que te han sido dados, y tus
responsabilidades (como proveer para tu familia, si es que ya tienes una…), y ora a Dios
sobre si tu trabajo te está permitiendo cumplir y alcanzar el propósito que Dios tiene
para ti en este tiempo. Recuerda que Dios te va a pedir que seas fiel primero en
pequeñas cosas antes de darte grandes.
Después que ya hayas analizado tu vida por medio de la oración, y sepas cómo
enrutarte en tu destino, puedes hacer como Abraham, ¡y empezarte a mover!
SEPTIMO
UN AMIGO LLAMADO DOLOR
No sería justo si los emocionara con saltar a sus destinos sin mencionarles el
costo. Hay un costo, deben saberlo. Ofrecerle a alguien el cumplimiento de su destino
sin primero haberlo pasado por un entrenamiento y pruebas, es como darle a un niño un
automóvil para que pasee sin haberle enseñado a manejar primero. Esto no es una clase
de sorteo que “ya ganaste.” Jesús advirtió a los discípulos, “En el mundo tendréis
aflicción” (Juan 16:33). También les prometió que el dolor vendría como parte de sus
destinos.
Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus
sinagogas os azotarán; y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa
de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. . . .Y seréis aborrecidos de todos
por causa de mi nombre. (Mateo 10:17-18, 22)
Mucho de lo que determina nuestros destinos es cómo decidimos responder
frente al dolor cuando el dolor llega. El Dolor es inevitable, Jesús usa eso, lo usa para
redefinirnos. Podemos determinarnos a seguir corriendo, concentrarnos en nuestros
llamados divinos. Santiago enseñó, “Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir
aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman”
(Santiago 1:12 NVI). Pese que el dolor en sí mismo no es una experiencia agradable,
este puede producir algo grandioso en nosotros mismos. Nos puede enseñar muchas
lecciones antes de continuar en la vida. El dolor debe ser un amigo, que nos envía
constantemente a cambiar, mostrándonos nuestras debilidades y fortalezas. Llevadas a
Dios, moldeara nuestros caracteres, preparándonos para nuestros destinos.
Si es verdad esto, ¿Por qué tantas personas están tullidas por el dolor? ¿Por qué
el dolor emocional ha impedido a muchos alcanzar sus destinos? De pronto una
analogía me ayude a explicarlo. El proceso más popular en el mundo para refinar el oro
usa un agente químico especial, montones de oro en bruto son rociados con una
solución química diluida. La solución disuelve el oro, y mientras lo drena, lo extrae de
la pila de escombros sin valor. Después el químico es destilado del metal, dejando oro
puro, oro hermoso.
Podrás preguntarte: “Entonces, ¿Cuál es el punto?”
El químico usado, es el Cianuro.
“¡El cianuro es mortal!”
Bueno, solo si es tomado de forma incorrecta. Si es usado de la manera
apropiada, es una herramienta perfecta. Solo es dañino si lo tomas y entra a tu cuerpo.
Creo yo, que el dolor funciona de la misma manera. Si reconocemos que Dios trae a
nuestras vidas el dolor para perfeccionarnos como el oro, encontraremos la gracia de
Dios, y el corazón de nuestro destino, justo en medio del dolor.
Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la
plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les
responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo,” y ellos dirán: “El Señor es nuestro
Dios.” (Zacarías 13:9 NVI)
Esto es posible por medio del sacrificio que Jesús hizo. El dolor fue parte de la
maldición original que cayó sobre la humanidad cuando pecó. Pero incluso antes que
los venenos del dolor y la muerte empezarán a fluir en el mundo, Dios ya había hecho
planes de domarlos y usarlos como sus herramientas. Por eso fue que Cristo mismo
murió en la cruz, clavado como una pieza de revestimiento. La sangre se filtraba por
debajo de la corona de espinas que habían puesto en su cabeza. Se mezclaba con su
líquido intersticial y goteaba la herida de su costado. Los expertos dicen que nunca ha
habido una más dolorosa forma de ejecución, ni antes que existiese la crucifixión ni
después. Jesús fue la imagen de un niñito indefenso y sin esperanzas.
¿O no lo fue?
En su arresto, Jesús le dijo a Pedro: “Entonces Jesús le dijo: Vuelve su espada a
su lugar; porque todo los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no
puedo ahora orar a mi Padre y que Él no me daría más de doce legiones de ángeles?”
(Mateo 56:52-53).
No era simplemente un alarde sin fundamento, mientras Él pacientemente le
explicaba a Pilato. “Ninguna autoridad tendrías contra mí, sino te fuese dada de arriba;
por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene” (Juan 19:11).
Jesús era el único hombre con el poder para prevenir su propio dolor. Él había
podido optar por cancelar todo su fin de semana de crucifixión. Pero ahora “Por el gozo
puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra
del trono de Dios” (Hebreos 12:2). En otras palabras, Jesús usó el dolor para
comprarnos de nuevo del pecado. Cuando Jesús usó el dolor para alcanzar su destino,
Él sacó sus colmillos como una cobra. Pablo escribió:
La muerte ha sido devorada por la victoria. ¿Dónde está, o muerte, tu victoria?
¿Dónde está o muerte, tu aguijón?...Por lo tanto mis queridos hermanos,
manténganse firmes e inconmovibles progresando siempre en la obra del Señor,
conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano. (1 Corintios 15:54-55,
57 NVI).
Yo creo que gracias a Cristo, hay una verdadera diferencia entre el dolor y el
sufrimiento. No se puede negar que el dolor hiere. Jesús lloró al lado de la tumba de su
amigo Lázaro. Pablo escribió a Timoteo diciendo: “Y al acordarme de tus lágrimas,
anhelo verte para llenarme de alegría” (2 Timoteo 1:4 NVI). Pablo aceptaba el luto de
Timoteo. Aun así lo animaba e instaba a continuar con el trabajo de Dios. Pero en
algún momento tú tienes que dejar tu pañuelo a un lado.
El sufrimiento es un dolor auto infringido, usualmente causado por nuestro
pobre intento de manejar las dificultades. Si tú te sigues revolcando en el dolor y la
auto compasión, eso envenenará tu vida. Si tú tomas eso y lo pones en tu espíritu,
pensando que pertenece ahí, seguramente matará tu destino al igual que el cianuro. Hay
víctimas por todas partes. Son empresarios exitosos, perseguidos por una serie de
palabras que traen consigo desde que sufrían bullying en sus infancias. Hay mujeres,
que están atadas a sus relaciones destructivas por las cadenas de su abuso infantil. Hay
creyentes, que están convencidos que sus problemas son los juicios de un Dios furioso.
Entonces, ¿Qué causa el sufrimiento? ¿Qué es lo que hace que el dolor en un
veneno paralizante se convierte en algo útil, e incluso ordenado por Dios? Antes de
responder esta pregunta, necesito decirles que no toda clase de dolor es útil o contribuye
a tu destino. Dios diseñó este universo para ser dirigido por ciertas reglas, y el dolor
puede ser la consecuencia de definir esas reglas. Por ejemplo, si tú saltas de un gran
edificio, te lastimarás apenas toques tierra. Así es como la ley de gravedad funciona.
1 Pedro 2:20-22 dice:
Pues ¿Qué gloria es, si pecando soy abofeteados, y lo soportáis? Más si
haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de
Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo
pecado, ni se halló engaño en su boca.
Podemos deducir de estos versos que Dios da crédito por ciertas clases de dolor.
Pero debemos de entender que hay muchas clases de sufrimiento que no ameritan
recompensa. Mucho del sufrimiento en este mundo es causado por no seguir los
mandatos de Dios nuestro creador. Por ejemplo, una persona con cáncer de Pulmón,
está realmente sufriendo, ¿Pero qué pasa si este cáncer ha sido causado por abuso de
nicotina? Incluso en cada paquete de cigarrillo hay una advertencia visible de los
peligros y de todos los maleficios que trae el fumar, aun así millones de personas
continúan haciéndolo. Es difícil ignorar los reportes que relacionan el fumar cigarrillo
directamente con el cáncer de pulmón. A pesar de los estudios, las ventas del cigarrillo
continúan creciendo establemente. Hay dolor que resulta del pecado y una vez se gana
no hay otra cosa que hacer aparte de sufrir. Pedro claramente pensaba que Dios no
honraba esta clase de sufrimiento.
Ahora, miremos más de cerca la clase de dolor que Dios envía para redefinirte,
el dolor que no puedes prevenir. Ustedes saben a qué me refiero: Perdida de seres
amados en accidentes, perdidas de trabajo e inestabilidad económica, situaciones
familiares en las que hayas nacido. ¿Cómo puedes prevenir que estas no envenenen tu
vida?
Si tú dejas que el dolor te dirija hacia la fuente, esto te impulsará hacia tu
destino. El dolor puede ser usado como un barómetro para medir tu carácter y
compromiso a la voluntad de Dios. El dolor puede ser tu mejor amigo o la más terrible
pesadilla. Un verdadero amigo te revela lo bueno y lo malo de tu naturaleza. Un
verdadero amigo te dice cuando estás mal y te aplaude cuando has alcanzado una meta.
Un verdadero amigo te confrontará acerca de situaciones importantes, sin importar que
tan sensible seas, de la misma manera, el dolor es un gran revelador. El dolor revela la
verdad sobre tu carácter que nadie más, sería lo suficientemente valiente de decirte. El
dolor te dice qué puedes y qué no puedes manejar. El dolor viene para que te enfrentes
a ti mismo (a).
Quizá has notado que cuando las cosas van muy bien para ti, es difícil ser
humilde, es difícil tener suficiente tiempo en oración y más difícil recordar a Dios en tu
diario vivir. Algunas veces, el dolor viene para recordarnos cuanto necesitamos a Dios,
y enseñarnos a confiar en su gracia. De hecho, esa es la exacta lección que Dios le
enseñó a Pablo. Pablo escribió a la iglesia de los Corintios al respecto.
Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una
espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de satanás, para que
me atormentara. Tres veces le rogué al Señor que me lo quitara; pero Él me
dijo: te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo
tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que
permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades,
insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Corintios 12:7-10
NVI)
Pero el dolor puede convertirse en sufrimiento auto-infringido de un momento
a otro. Todo lo que tienes que hacer es dejarte llenar de amargura. O puedes sucumbir
a la presión y aceptar las cosas negativas que te dicta la sociedad, en lugar de las
promesas de bendición de parte de Dios. O puedes elegir a alguien y culparlo de tu
situación, y pasar todo tu tiempo intentando superarlo de alguna forma. Realmente hay
muchas más formas que podríamos nombrar, pero todas se reducen a una sola: Para
convertir el dolor en sufrimiento, quita los ojos de la meta que Dios ha puesto frente a ti
y vive como si las cosas que te rodean son lo único importante. Piensa en esto:
Si tú hubieras nacido en el centro de la ciudad, en una familia que escasamente
tenían para ellos mismos antes de que tú llegaras, no cabría duda de que naciste en una
situación dolorosa. Pero si tú decides, “Que el mundo está en contra de ti y no tienes
ningún chance,” eso sería interiorizar el dolor. Y si te unes a una pandilla o
simplemente no te molestas, por educarte o conseguir un trabajo, habrás trascendido el
dolor, al punto, que te habrás auto-infligido un daño irreparable. Estarás en sufrimiento.
Y ya que el sufrimiento suele arrastrar a las personas a un callejón sin salida, fácilmente
podrías terminar en la cárcel, o convertirte en un adicto a las drogas, o ambas, todo
porque decidiste que la vida no te dio una oportunidad justa. La verdad es que muchos
cristianos han nacido en la pobreza y han reconocido el plan de Dios, el plan de
enseñarles a confiar el valor del trabajo duro y muchas más cosas. Hoy en día estos
santos son personas fuertes, gozosas que pueden decir junto con Pablo:
Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido
a vivir todas y cada una de las circunstancia, tanto a quedar saciado como a
pasar hambre, a tener de sobre como a sufrir escases. Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece. (Filipenses 4:12-13 NVI)
Recuerda, el corazón de tu destino es “Ser conforme a la imagen de Jesús” (Romanos
8:29). Jesús tuvo la atención de las personas, porque él entendía dónde se encontraban
ellos en sus vidas. De hecho, el dolor de Jesús lo llevó a tener una empatía
incomparable por un hombre. (Vean Hebreos 4:14- 5:10.)
¿A quién va a escuchar un drogadicto? ¿A alguien de Wall Street, o a un
seguidor de Dios que va por las calles sin ser caer en la trampa de los campos minados
de la sociedad? Cuando tú le dices a una persona, “Yo he estado allí,” captas
inmediatamente su atención. Cuando tú puedes decir, “Yo he estado allí, y ahora soy
más fuerte de lo que nunca fui” le estas ofreciendo una verdad que no puede ignorar.
Hace no muchos años, una mujer en Pensilvania perdió a sus dos pequeños
hijos en un incendio de su casa. Por su puesto ella estaba devastada. Por semanas,
incluso meses perdió horas y horas de sueño inundando su almohada con lágrimas. Ella
lloró, hizo luto, y su corazón se encogió con la clase de dolor que solo una madre puede
llegar a conocer. Pero en algún punto, esta enlutada madre empezó a entregar su roto
corazón a Dios. Él no la hizo mágicamente estar bien de forma inmediata. En vez de
eso, Él empezó a visitarla con su paz. Eventualmente, ella se encontró siendo sana;
estaba libre otra vez para encontrar gozo en la vida que Dios le estaba dando día tras
día.
Ahora esta madre es buscada por mujeres que nunca había conocido, ella
empezó a contarles como había sobrevivido a ese dolor. Mujeres desesperadas lloraban
en su hombro, y ella tenía algo más que ofrecerles que una simple condolencia. Ella les
señalaba la fuente de su comodidad y destino. Todas la escuchaban porque ella ya había
experimentado dolor, pero se había rehusado a sufrir.
La mayor clave para sobrepasar el dolor es tener la firme convicción que el
resultado ya ha sido predeterminado y viene consigo gran beneficio. El libro de hebreos
habla sobre lo que yo les estoy diciendo. El elocuentemente conecta el sufrimiento de la
crucifixión al gozo. Viajamos a través de la vida de un dolor a otra alegría.
Por lo tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos
con paciencia la carrera que tenemos por delante, puesto los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la
cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
(Hebreos 12:1-2)
Un renombrado cirujano y especialista en la lepra, el Dr. Paul Brand, escribe
con Philip Yancey en su trabajo; Dolor: El Regalo Que Nadie Quiere, “no podemos
vivir bien con el dolor ¿Pero cómo vivimos de la mejor forma con él? El dolor no tiene
precio, es un regalo esencial… de lo cual no tengo duda. Y aun así, solo aprendiendo a
dominar el dolor podemos evitar que él nos domine”
El éxito de nuestras vidas depende totalmente de nuestra respuesta al dolor,
nuestro dominio sobre él. El dolor es esencialmente para crecer, desarrollarse, y
madurar. Aquellos que están manejados por la necesidad de evadir completamente el
dolor no van a ningún lado. Ellos mueren sin haber logrado algo que realmente valiera
la pena, sin nunca haber soñado o tenido una visión que naciera junto con ellos.
Murieron con todo su potencial sin destapar. Tú pudiste haber sido molestado, robado,
engañado, o abusado de una u otra forma. Si tú eliges quedarte ahí, tú morirás. Si tú
eliges salir adelante, no solamente vivirás, sino que también te multiplicaras y crecerás
fuerte por conquistar tu pasado. Si estás atravesando por un desierto en tu vida, no
dejes de avanzar. Las aguas estancadas traen consigo fetidez. Los ríos que fluyen
producen vida para todos los que beben de él. ¡Sigue avanzando!
Decide por fe que tú no te rendirás. Permitirás que el dolor te empuje y
provoque excelencia en ti. Tú continuarás visualizando la meta que esta puesta
delante de ti, sabiendo que este proceso actual no es tu posición permanente. Es
una salida temporal de la vida común hacia la escuela que gradúa solo a
vencedores. El apóstol Pablo nos dio gran consolación al dejarnos saber que sin
importar por cuanto dolor pasemos, no seremos derrotados. Él dijo: Pero
tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de
Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en
apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados,
pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de
Jesús, para que también las vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de
Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.
(2 Corintios 4:7-12RVR)
OCTAVO
VISIÓN Y DESTINO
Ya en este punto te estarás preguntando: ¿Qué más hay escondido? Ya entiendes
que no puedes hallar tu destino si tu carácter no es como el de Cristo. Sabes que es un
proceso, y quieres buscar esa autoridad de Reino que él tuvo. Solo puedes ser de apoyo
para tu familia si empiezas a “ser como Jesús.” ¿Acaso, el destino no se trata de
aprovechar al máximo cada situación por la que se pase? Yo creo que sí.
¿Recuerdan los sesenta? Tanto Hippies como los “locos por Jesús” intentaban
moverse al campo, salir de la tierra y vivir en pequeñas y auto-suficientes comunidades.
Los Cristianos tenía una ventaja sobre los no Cristianos gracias a ley del amor de Cristo,
tal y como lo describe el antiguo testamento, esto hizo que se entendieran mejor. El
problema fue más bien la falta de un enfoque práctico. Dios diseñó la humanidad para
“Llenar la Tierra y sojuzgadla” (Génesis 1:28). El hombre, por regla, suele estar más
inclinado a esta tarea que la mujer, pero todos nacemos con un conjunto de regalos y
talentos, y mantendremos insatisfechos a menos que los usemos. Por eso es que no
todos podemos vivir en pequeñas comunidades, por muy lindo suene al principio.
Estamos llamados a vivir y trabajar en el mundo real. Estamos creados para cambiar el
mundo a nuestro alrededor.
Mucho tiempo atrás, un ministro solitario de un pequeño pueblo salió a caminar.
Él llegó hasta una casa con una fuerte y sólida pared de piedra, y con un patio hermoso,
lleno de flores, frutas y vegetales. Un ágil anciano estaba viendo pasar el atardecer.
“Hola Reverendo” Dijo el Hombre, mientras saludaba con alegría.
“Hola” Dijo el pastor con una gran sonrisa mientras se caminada hacia la pared
para apoyarse en ella. “Es un muy hermoso Jardín el que el Señor te ha dado.”
“Es cierto, pues has sido Él quien me ha dado las fuerzas para cultivarlo todos
estos años,” el anciano respondió, mientras sonreía viendo la pared. “Pero,” agitó su
dedo, “¡Debiste haber visto el desastre cuando le deje toda la jardinería a Dios!”
¿Eso significa, que hasta tu destino dado por Dios también requiere de una parte
práctica? Absolutamente. Recuerden, incluso Jesús fue enviado a la tierra a cumplir
ciertas tareas. Su carácter demostraba la naturaleza de Dios, pero también tenía llamado.
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque e ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de cárcel; a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de la venganza de
nuestro Dios; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de
Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de
alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para la gloria suya. (Isaías 61:1-
3)
Jesús vivió toda su vida consciente de su llamado. Sabemos que Él vino a
establecer el Reino de Dios aquí en la tierra. Y con su muerte abrirle el camino a
humanidad pecaminosa. Él sabía su destino desde temprana edad. Incluso cuando sus
padres terrestres no lo entendían.
Como Jesús, tú tienes dos partes para tu destino: trasformación y llamado. No
puedes producir manzanas, a no ser, que te conviertas en un árbol de manzanas. Pero en
la misma línea, no puedes decir que eres un árbol de manzanas, si no estás produciendo
manzanas. Los arboles nacen primero, y después vienen los frutos. La transformación,
es convertirse como Cristo, ser como Él. El llamamiento, es lo que haces cuando llegas
a ese punto. Santiago lo dijo así: “muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe
por mis obras” (Santiago 2:18 NVI). Muchas personas hablan grandeza y tienen grandes
ideas de cómo será su futuro. Muchos tienen una gran cantidad de sueños para alcanzar
bienestar financiero, espiritual, emocional y físico. ¿Alguna vez has escuchado a alguien
decir, “yo quiero poner un negocio y hacer mucho dinero”? Yo he escuchado esta clase
de charlas vacías de soñadores que nunca producen nada substancioso.
“Yo quiero hacer mucho dinero” dejan muchas preguntas sin resolver. Mucho
dinero para un individuo puede que no sea mucho para otro. ¿Cuánto dinero hace falta
para satisfacer tus necesidades personales? ¿Cuánto de todo ese dinero estás planeando
poner para la reino de Dios? ¿Has aprendido a ser buen administrador del dinero que ya
tienes (Mateo 25:14-28)? ¿Estás planeando endeudarte hasta el cuello para que tu
empresa salga adelante o tienes alguna clase de estrategia para ir paso a paso firme y
lento (Proverbios 22:26-27)? ¿Qué tanto estás dispuesto a sacrificar para poder
actualizar tu visión? Y, más importante aún, ¿te ha dado Dios lo regalos, oportunidades
y llamado para hacer lo que estás planeando?
Aquí está lo que Santiago dijo al respecto:
Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: “Hoy o mañana iremos a tal o cual
ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.” ¡Y eso
que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como
la niebla, que aparecen por un momento y luego se desvanece. Más bien
debieran decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.”
(Santiago 4:13-15 NVI)
Como pueden ver, el asunto no es si el cristiano debería hacer negocios, o viajar
por negocios. La Escritura no nos está diciendo que no planeemos. “Más bien deberían
decir: ‘Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello’” (V. 15). Debemos estar
seguros que nuestros planes vayan acorde a los planes de Dios.
Créanlo o no, es posible alinear nuestros planes con Dios. Pablo dice: “Por fe
andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7). “Así que la fe es por el oír, y el oír la palabra
de Dios.” (Romanos 10:17). En otras palabras, podemos vivir confiadamente sin
importar nuestras circunstancias cuando sabemos que estamos en la voluntad de Dios.
Sabemos que estamos en su voluntad cuando nuestras vidas se alinean con su Palabra.
Todo lo que Dios hace está ligado con una palabra. Cuando Dios quiso crear luz,
Él le habló al vacío: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz” (Génesis 1:3). Y después le
habló al suelo vacío para crear el reino vegetal. “Después dijo: Produzca la tierra hierba
veda, hierba que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y
fue así” (V.11). El Reino animal también comenzó con una Palabra. “luego dijo Dios:
Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la
tierra según su especie” (V.24). Y antes de que creara la humanidad, expresó su Visión:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforma nuestra semejanza; y señoree en los
peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra.” (V.26).
Antes que puedas alcanzar tu destino, necesitas tener al menos la vaga idea de a
dónde Dios te quiere llevar. Todo lo que Dios le dijo a Abraham fue, “Deja tu tierra y
tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré” (Génesis 12:1
NVI). Esto es importante; él tenía la palabra de Dios antes de salir. No es suficiente con
comprometer a vivir una vida en santidad. Encontrar el mapa a tu destino requiere de
realmente preguntarle a Dios, pedirle dirección, y escuchar sus respuestas. Las
enseñanzas en las Escrituras nunca pasaran de moda, porque en ellas están las órdenes
esenciales de parte de Dios para esta vida. Y el Espíritu Santo siempre está trabajando
para mostrarte de cuantas exclusivas formas quiere obrar en tu vida para que se cumpla
la palabra de Dios. ¿Estás escuchando?
REPORTE ESPECIAL
Los residentes han empezado a cerrar sus puertas con doble seguro. Algunos han
comprado pistolas. La policía informa que el asesino que escapó de la penitenciaría
estatal fue visto por última vez corriendo hacia el bosque en las afueras de la ciudad.
Los oficiales han confirmado que es peligroso. Está buscando nuevas víctimas, y podría
ser atacado cualquiera que tenga sueños o visión para su vida. Esta afuera para destruir
familias, especialmente las que tiene sus misiones establecidas. Acorde con el periódico
los oficiales encontraron su celular, él está buscando asesinar a cualquiera que tenga un
propósito en la vida.
“Sin importar que hagas, no le digas a nadie que tienes un sueño,” dijo un
oficial.
Mientras que este drama puede ser un poco rebuscado, la verdad es que hay
asesinos sueltos cuyo único propósito es matar y destruir cada onza de fe que haya en ti.
Ellos tienen un parecido con el viejo asesino, el más grande adversario cuya misión en
la vida es detener tu destino. Como defensor de la causa, debes darte cuenta que tu
destino es uno de gran valor, uno por el cual el enemigo está dispuesto a matar.
Tristemente, muchas personas, ni siquiera intentan resistir a sus asesinos,
probablemente, porque no los reconocer por lo que son. Déjame enfatizar: Si tú dejas
que estos asesinos trabajen en tu vida, nunca alcanzaras tu destino.
DESOBEDIENCIA
Y les dio este mandato: puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del
árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él
comas, ciertamente morirás. (Génesis 2:16-17)
Adán tenía un asesino determinado a matar su destino. Infortunadamente el
asesino completo su misión. El destino de Adán era pasar su vida en el perfecto Jardín
del Edén, teniendo una íntima amistad con Dios su creador, atendiendo el jardín, y
cumpliendo las directivas establecidas por Dios, “Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra” (Génesis 1:28). Si Adán hubiese vivido su destino, nunca hubiera estado
propenso a la enfermedad, porque no había pecado en el Jardín. El pecado, enfermedad,
pobreza y la soledad fueron resultado de la caída del hombre y su maldición como
resultado.
Antes de la maldición, Adán disfrutó de total abundancia. Dios lo creó para que
gobernara sobre toda cosa rara y voladora en este eterno Reino. A él se le había sido
dada la autoridad sobre todo lo que hay en esta tierra. Pero él fue presa de un habilidoso
asesino llamado desobediencia. Dios le dijo a Adán que libremente podría comer de
cualquier fruto que dieran los árboles, excepto por el árbol del conocimiento del mal y
del bien. Y más adelante le advierte a Adán que el comer de ese fruto le traerá sentencia
de muerte. Pero cuando satanás se disfrazó de serpiente y lo tentó, Adán desobedeció a
Dios y comió de la fruta.
La desobediencia mató el propósito original para el cual Adán había sido creado.
Y nunca más conoció el compañerismo y la gloria de la presencia de Dios. En vez de
disfrutar los placeres del Cielo en la tierra, Adán y Eva pasaron sus días soportando el
castigo de su pecado.
Moisés fue uno de los grandes hombre de la Biblia, un mensajero del pueblo de
Dios, y un modelo de cómo sería Jesús. Pero también perdió su destino a manos de este
horrible cazador-desobediencia. El destino de Moisés incluida todos los beneficios de
una vida llena de lujos en Canaan-una tierra rebosante donde fluye leche y miel. Pero su
destino se vio alterado. Dios le dio instrucciones específicas de hablar a la peña para que
milagrosamente de ella brotara agua para el pueblo de Israel. Moisés en medio de su
furia contra los Israelitas que se quejaban y alegaban constantemente, golpeó la peña
dos veces con su bastón. “Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: por cuanto no creísteis en
mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta
congregación en la tierra que les he dado.” (Números 20:12). Por la gracia de Dios, el
agua si salió de la roca, y el pueblo bebió. Moisés obtuvo su milagro, pero perdió su
bendición.
Tú desobediencia puede causar que pierdas tu bendición sobre un milagro. Sí,
los milagros son asombrosos, pero son temporales. Nunca cambies algo que permanece
para siempre, por algo de valor temporal. Las bendiciones son eternas. Moisés, como
algunos otros en las Escrituras, se sacrificó grandemente por el bienestar de su gente y
de Dios. Aún, a pesar de todo su sacrificio, Dios castigó su desobediencia. Él tenía que
hacerlo. Porque Dios es verdaderamente bueno, y no puede permitir que el pecado pase
desapercibido.
Por supuesto, nos ha de parecer que es algo obvio, y Moisés debió haber
obedecido a Dios. Cuando una voz de los Cielos, te dice que le hables a las rocas, tienes
que hacerlo, ¿Por qué razón desobedecerías? La Biblia no habla al respecto, pero
imagino que Moisés estaba ya muy acostumbra a oír la voz de Dios. Había perdido su
reverencia a oír la voz de Dios. Y antes de que pienses que es una total locura, déjenme
recordarles que ustedes tienen la Palabra escrita de Dios, que es aún más vinculante,
sumado a sus conciencias y la persuasión del Espíritu Santo que te mantiene en rutado
en la voluntad de Dios. Así que mejor ponte alerta, no sea que la desobediencia venga y
mate tu destino.
CELOS
Hay otro asesino llamado celos. Este asesino en particular es mucho más difícil
de reconocer porque llega de forma sutil. Es un gato ladrón y también un francotirador.
Los celos normalmente se alojan en personas cercanas a ti, como amigos, familiares y
otros seres queridos. Este ataca cuando menos lo esperas, y lo hace escondido desde las
esquinas o balcones.
Es saludable aprender a detectar este espíritu con anterioridad. Él no está tan
interesado en robar tu bendición, más bien, busca que asegurar de que nunca la recibas.
Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su
vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su
padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían
hablarle pacíficamente. (Génesis
37:3-4)
Nunca es saludable tener favoritos entre lo hijos en una familia. Cada niño es
único, y tiene talentos y habilidades diferentes las cuales deben ser celebradas. Por otra
parte, cada niño tiene deficiencias las cuales hay que pulir. Hay muchas formas para
poder explicar por qué Jacob amaba tanto a José. Lo amaba tanto porque era el
primogénito que Raquel le había dado, a quien Jacob amaba mucho más que a su
primera esposa. Pudo también haber sido que al tener un hijo en ese momento de su
vida-su vejez- eso activara una faceta especial en la vida misma. Sea cual sea la razón,
los hermanos de José se volvieron tan celosos, hasta el punto que lo querían muerto.
¿Quién creería que una familia de hermanos, conspiraría para matar a su
hermano menor? El tan solo pensarlo, es algo horrible. Estos hombres no eran el equipo
de apoyo de la novela de suspenso de Stephen King. Pero están en las Santas Escrituras
para enseñarnos una importante elección. Los hermanos de José estaban claramente
celosos de él. Aun así, no fue hasta que contó sus sueños a ellos, que sus hermanos
decidieron hacer un complot para asesinarlo.
Aquí es cuando podemos aprender una gran lección de Sabiduría. Cuando Dios
te habla, es algo regocijante. Cuando Él te lleva a una nueva gran oportunidad, cerrando
otras, es emocionante. Tener sentido y visión puede hacerte sentir mucho más vivo que
nunca. Naturalmente, querrás compartir las buenas noticias con otros. Sin embargo, hay
personas que no te alentaran en el Señor. Probablemente sepas quiénes son estas
personas. Personas que como primera respuesta tiene cantidad de razones para explicar
por qué tu sueño no funcionará, o por qué será tan difícil poder lograrlo. Un Pastor solía
bromear contando que él se daba cuenta cuando personas como estas lo llamaban, pues
el tono de su celular empezaba a sonar de forma sombría y deprimida.
El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá
calamidad. (Proverbios
13:3)
¿Alguna vez alguien te ha desanimado de dar? De pronto habías sido instado a
dar una muy buena ofrenda a tu ministro local. Quizá Dios te había instruido sembrar tu
casa o carro en alguien que lo necesitaba. A lo mejor te habías propuesto dar más de lo
que usualmente das, como un paso de fe por lo que Dios hace o va hacer. Cualquiera
que sea el caso, ¿Alguien alguna vez ha tratado de convencerte de que no le des lo
mejor a Dios? si lo han hecho, has tenido un encuentro cara a cara con los celos. Las
personas de destino usualmente exponen la actitud perezosa e infructífera de los demás
sin tan solo decir una palabra. Esto pone tan furiosos a esas personas, que en lo único
que pueden pensar es en destruir a la persona de destino. Y al destruirlos ya están libres
de volver otra vez a sus secas, mal vividas e insatisfechas vidas. Los celos pueden llevar
a una persona a cometer el crimen más horroroso. “Cada ladrón envidia el botín del
otro, pero los justos están bien arraigados y dan su propio fruto” (Proverbios 12:12
NTV).
Aunque te advierta de estos extranjeros que tienen espíritu de celo en contra
tuya. Tú también debes cuidarte de no tener espíritu de celo en contra de otros. El
espíritu de celos entorpecerá el progreso y acabara vidas sin importar en quien resida. Si
los hermanos de José hubiesen estado involucrados activamente en la búsqueda de sus
destinos, no hubieran tenido tiempo para hostigar y suprimir a su hermanito, hubieran
dejado de albergar sentimientos de odio y celos.
Si tú has dejado que esta actitud se mueva en ti. Ordénale en el nombre de Jesús
que se vaya ahora mismo, y nunca permitas que regrese. Nunca nada bueno va a venir
de los celos, matará tu destino cada vez que aparezca. Y si detectas este malvado
espíritu en alguien, asegúrate de evadirlo a todo costo. Prosigue a hacer lo que sabes que
es correcto, lo que Dios te ha dado por hacer; enfócate en tu destino.
LUJURIA
La lujuria también es un asesino del destino. La lujuria puede ser descrita como
un intenso e incontrolable deseo. Si bien esta palabra es usada para describir el
pecaminoso apetito sexual, también se extiende en otros deseos poco provechosos.
Como por ejemplo: no es sano tener lujuria por el dinero. No hay nada de malo en que
un individuo quiera estar financieramente estable y vivir con abundancia. No obstante,
es completamente diferente cuando alguien se obsesiona con el deseo de acumular y
generar bienes. Cuando ese se convierte en tu objetivo a alcanzar en la vida, se vuelve
en algo que no complace a Dios, ya que eso lo pone en segundo lugar.
A la lujuria no considera-y en muchos casos no le importa-quien pueda salir
herido en su búsqueda. Solos satisface hoy lo que mañana te va a tocar pagar. Dando
placer en el hoy para venir a cobrar con grandes intereses mañana. La lujuria mata
absorbiendo todo el tiempo que debería ser usado para llegar a tu destino. Una mujer
puede perder su destino por un hombre, aun sino nunca ha tenido relaciones sexuales
con él. Si todo su tiempo es consumido pensando en este hombre, toda su vida quedará
de lado. A ella le irá mal en clase, llegará tarde al trabajo, o malgastará el tiempo que
necesita a solas con Dios.
La lujuria es un muy tentador asesino de sueños, ya que es muy amigable, se ve
bien, y es divertido estar a su lado. Este asesino mata haciéndote creer que estas
avanzando, cuando en realidad estás retrocediendo. Trabaja como un espía sádico,
envenenándote lentamente hasta morir. La lujuria habita en la vida de los que tiene
vacíos y necesitan auto-afirmación. La necesidad de sexo, fama, poder y admiración son
raíces en la vida de alguien que está incompleto. Intimidad, prominencia, e influencia
son deseos saludables cuando son entregados a Dios. Pero si no están sometidos a Dios,
se convierten en lujuria.
El segundo libro de Samuel, habla de la fatal atracción de David hacia Bethsabe.
Todo empieza con una verdad relevante de respecto al destino del Rey David y su tarea
asignada por Dios.
En primavera que era la época en que los reyes salían de campaña, David mando
a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los
amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén. (2
Samuel 11:1 NVI)
La llegada de la primavera usualmente era también el tiempo de volver a las
operaciones miliares. Como Rey, se requería que David dirigiera su ejército en el campo
de batalla, guerreando en contra de sus enemigos en el nombre del Señor, pero el
descuidó su puesto. David debió haber estado en la guerra. En vez de estar perdiendo el
tiempo en Israel. De esta narración podemos concluir mínimo tres cosas a las que
conlleva la lujuria.
Primero, te lleva a perder la prioridad de las cosas. La persona que carece de
destino siempre tendrá tiempo para deseos malvados. Años atrás, escuchaba a los
adultos mayores decir; “una mente vacía, es el trabajadero del diablo.” Estas simples
palabras llevan un profundo significado.
Mi padre, un hombre fuerte, disciplinado trabajador y un modelo proveedor,
realmente no soportaba ver a alguno de sus cuatro hijo haciendo nada, volteando por la
casa. “Hacer nada” no era tolerado en nuestra casa, ni siquiera por un día. Papá
constantemente enfatizaba el valor del trabajo, y su postura en este asunto ha probado
ser completamente cierta. Mis hermanos mayores constantemente me decían como sus
amigos habían pasado sus días “relajados” haciendo nada constructivo, y finalmente
habían terminado cometiendo crímenes castigables con sentencia de prisión. Muchos
jóvenes robas dinero u otros objetos porque están aburridos, aun así se rehúsan a
trabajar. Ellos se rehúsan a aprovechar sus destinos, y cosas como el trabajo o la
educación las pongan fuera de sus caminos. Ese ese es trabajo de los celos.
Noten que David no cayó en el pecado, hasta después de haber vaciado su alma
y espíritu de lo que se le había asignado. Este espacio hueco entre el alma y el espíritu
es presentado al espíritu de lujuria, quien aprovecha y llega llenar ese espacio. La lujuria
solo puede llenar lugares vacíos en el espíritu o alma. Si el alma está ocupada con las
obligaciones del reino, no puede ser distraída por la tentación. Jesús vivió con el
sabiendo que su propósito en esta tierra era “encargarse de los necios de su Padre”
(Lucas 2:49). Ese negocio incluía la salvación para millones de espíritus perdidos y la
destrucción del trabajo satánico. Así que cuando satanás tentó a Jesús después de su
ayuno en el desierto, Jesús estuvo firme porque su espíritu y alma ya habían sido llenos
de la presencia de Dios. Nada más podía llenar ese espacio. Ya estaba lleno. Cuando tu
espíritu está lleno y tu alma está satisfecha con esfuerzos que tendrán un valor eterno,
difícilmente te distraerás en pensamientos injustos. El capitán de la pereza suele
convertirse en la cama de la lujuria.
Segundo. La lujuria te lleva a elegir la comodidad temporal que rápidamente te
ofrece, en vez del dolor que la grandeza produce. David, como muchos otros, eligió un
camino de menos constancia. El camino fácil y cómodo.
Una tarde al levantarse David de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del
palacio, desde allí vio a un mujer que se estaba bañando. La mujer era
sumamente hermosa. (2 Samuel 11:2 NVI)
¿Por qué el Rey dormitaría hasta dormir en ese tiempo tan crucial? ¿Por qué
pasearía por la azotea? Este comportamiento sin propósito señala a una persona que
sabe lo que debería estar haciendo más elige no hacerlo. El hermano de Jesús, Santiago
lo pone de esta forma: “Aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado”
(Santiago 4:17). David sabía lo que debía estar haciendo, pese a eso elige dejar su tarea
por un momento de comodidad. Ese momento, le costó años de paz y prosperidad.
Finalmente, la lujuria hace que se busque satisfacción en los peores lugares. El
espíritu de la lujuria causa deseos a las cosas que Dios ha prohibido, como en el caso de
Adán y Eva. La lujuria de ojos les causo deseos de buscar satisfacción en un
conocimiento diferente al de Dios. Satanás les dijo; “Sino que sabe Dios, que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”
(Génesis 3:5).
A causa de su lujuria, Sansón se rindió ante la insistencia de Dalila, quien le
ofrecía su cuerpo a cambio de saber el secreto de su unción. “Dalila le dijo a Sansón,-
dime cuál es el secreto de tu unción, y cómo se te puede atar y dominar.” (Jueces 16:6
NVI). ¿Qué tan sin cerebro puede ser un hombre, que diciéndole una mujer que va por
su unción y relación con Dios, permite que ella lo siga debilitando con su indulgencia
lujuriosa? Pero la lujuria hace que las personas hagan cosas que normalmente no harían.
Luego ella gritó: -¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti! Sansón despertó de su
sueño y pensó: «Me escaparé como las otras veces, y me los quitaré de encima.»
Pero no sabía que el Señor lo había abandonado. Entonces los filisteos lo
capturaron, le arrancaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Lo sujetaron con cadenas
de bronce, y lo pusieron a moler en la cárcel. Pero en cuanto le cortaron el
cabello, le comenzó a crecer de nuevo. (Jueces 16:20-21NVI)
“Pero no sabía que el Señor lo había abandonado” (V.20) debe ser una de las
frases más tristes en toda la Biblia. Cuando el poder de Dios viene, también lo hace una
poderosa demostración. Y cuando se va, lo hace tan rápido que ni siquiera lo notas.
Sansón había jugado tanto tiempo con la lujuria, que alteró su destino totalmente.
David busco satisfacción en los brazos en la mujer de otro hombre. Él mando a
averiguar e indagó sobre la mujer que había visto en la terraza. Y alguien le dijo,
David mandó a preguntar acerca de aquella mujer. Y alguien dijo: ¿No es ésta
Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías hitita? David envió mensajeros y la
tomó; y cuando ella vino a él, él durmió con ella…después ella volvió a su casa.
(2 Samuel 11:3-4)
Pese que Betsabé era una mujer casada, David no consideró las consecuencias de
sus acciones. El tan solo pensaba en llenar el vacío de su destino abandonado.
Yo empecé esta discusión acerca de la lujuria escribiendo sobre la fatal atracción
de David hacía Betsabé. Se preguntara, “¿Si la atracción es realmente fatal, quién
murió?” la Biblia nos deja saber que el esposo de Betsabé, Urías, un soldado inocente y
leal, perdió su vida prematuramente gracias al pecado de David; y eventualmente,
también perdió el hijo que tuvo con Betsabé. Hay mucho que perder cuando nos
entregamos a nuestros deseos. Con frecuencia, las consecuencias caen en los lugares
que menos pensamos.
Ya sea que tu lujuria sea hacía la glotonería, éxito corporativo, dinero, o alguna
posición de autoridad en la iglesia, eso matará tu destino. Nada diferente a Dios debe
consumirte. Ningún deseo o fascinación deberían absorber tu tiempo, excepto lo que Él
te ha enviado a hacer.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los
ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del padre, sino del mundo.
(1 juan 2:26)
Sino vestíos para el Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos la carne.
(Romanos 13:14)
PEREZA
Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo
capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el
tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y
cruzar por un poco las manos de reposo; Así vendrá tu necesidad como
caminante, Y tu pobreza como hombre armado. (Proverbios 6:6-11)
Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de
entendimiento; Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas
habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo
puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo. Un poco de sueño, cabeceando otro
poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; Así vendrá como
caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre armado. (Proverbios 24:30-
34)
ORGULLO
El orgullo, quizá, es uno de los más grandes asesinos de destino-y el pecado más
grande. El orgullo es el origen de todo pecado. También es un mentiroso empedernido.
Aborda campos en los que nunca ha estado. Dice que ha logrado cosas que nunca ha
hecho. Si ninguna otra cosa puede destruir tu destino, el orgullo tiene una buena
oportunidad de hacerlo.
No puede haber mejor ejemplo que la mortal y destructiva naturaleza que la que
es mostrada en Lucifer. Lucifer era el nombre original de satanás y literalmente
significa “luz” o “la estrella de la mañana.” Muchos teólogos creen que tiene el mismo
significad o de una de las descripciones proféticas del mesías. “la luz y la estrella de la
mañana.” Lucifer era un célebre ángel que tomó la trágica decisión de levantarse en
orgullo. La manera en que él se levantó en orgullo, es la misma en que muchos otros se
levantan en orgullo. A través de sus deseos.
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra,
tú que debilitabas a las naciones Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en
lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del
testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré,
y seré semejante al Altísimo. (Isaías 14:12-14)
En estos versos habla cinco veces de cosas que él iba a hacer. Probando que
Lucifer estaba en tal vanagloria, que su vanidad y orgullo lo llevaron a la ilusión de
independizarse de Dios. El orgullo siempre dará la apariencia de auto-suficiencia.
Siempre me han disgustado las frases como; salió adelante por sí mismo o es
millonario por sí mismo o alcanzó el éxito por sí mismo. Son frases muy populares y
típicas del espíritu Americano, ¡Pero son mentiras al piso! No hay nadie en Estados
Unidos, o cualquier parte del mundo, que tenga éxito real sin la ayuda o provisión de
Jehová Jireh, nuestro proveedor. Negar esta verdad sería pura necedad, y causaría que
una actitud de orgullo sobrevenga.
Las consecuencias que sufrió Lucifer, serán las que tú sufrirás si permites que el
orgullo habite en tu vida. Cualquiera que sea tu posición ahora mismo, la perderás.
Cualquier cosa que creas que poseas, lo perderás. Dios te dirá a ti lo mismo que le dijo a
Lucifer, “Más tú derribado eres hasta el seol. A los lados del abismo” (Isaías 14:15).
El orgullo te dejará en el más profundo pozo de tu vida. Tal vez hoy puedas ser
presidentes o CEO de una compañía mayorista, pero el orgullo mañana te puede dejar
en un callejón infestado de ratas codeando con adictos. Aunque creas que vas a morir
exitosamente, el orgullo ya habrá matado tu destino y vida eterna. Lucifer perdió su
posición en el Cielo por su orgullo. Perdió su prestigio y honor debido a su orgullo.
Ahora él es llamado Satanás, lo que literalmente significa “Adversario.” Pasó de ser el
portador de la luz a ser la encarnación de la oscuridad. Mantente atento de este asesino
llamado orgullo, porque el orgullo podría matar tu destino todo el tiempo.
De hecho, el orgullo viene siendo la raíz de todo lo que podría arruinar tu futuro.
El orgullo de Lucifer lo hizo desobedecer a Dios porque el lujuriaba el poder de Dios.
El orgullo lo blindó y llevó a la independencia de Dios y también a su caída. Es por eso
que Cristo es descrito como Rey humilde. El propósito de Cristo se completó cuando
sometió su voluntad a su Padre. En el jardín de Getsemaní, ÉL dijo, “hágase tu
voluntad, y no la mía” (Lucas 22:42).
Recuerdo una historia; no sé si sea cierta, pero creo que ilustra este punto. Un
escuadrón de Marines fue inmovilizado por el enemigo durante la guerra de Corea. El
enemigo estaba detrás de ellos, y los refuerzos frente a ellos. Pero entre ellos y los
refuerzos había un campo de arroz casi seco que ellos sabían que estaba minado.
Ellos habían estado en Corea por mucho tiempo, y la mayoría de los hombres
habían tomado un recuerdo de algún niño. Uno de ellos tenía un muñeco de paja que le
había dado una niña surcoreana. Otro tenía un pedazo de metralla que se había quedado
atascado en su casco pero no lo había matado. Uno de los hombres tenía un gato, era un
gato sorprendentemente grande, porque lo alimentaba incluso cuando él mismo tenía
hambre. Su comandante odiaba tener ese gato cerca; él sabía que era un riesgo para
comunidad, y le hubiese disparado el mismo para deshacerse de él. Pero el dejó que
adoptará el gato, por el mismo motivo que el otro hombre tiene otros recuerdos, estos
los ayudaban a mantenerse humanos.
Un día, el gato saltó al campo de arroz seco. Su dueño lo llamó pero sabía que
no podía ir por el gato. Entonces todos se sentaron a esperar que el gato estallara en
pedazos. Para sorpresa de ellos, el gato andaban en medio de ellas, giraba a un lado,
seguía derecho, cambiaba de dirección, rodeando todo el campo de arroz, ¡dejando en el
lodo huellas visibles, marcando un camino seguro!
El libro de hebreo dice que Jesús vivió una vida normal y fue tentado por los
mismos asesinos que tú te enfrentaras a lo largo de tu destino. Por su humildad, Jesús
fue elevado a lo sumo, a la gloria de Dios. Siguiendo sus huellas, tú serás capaz de
alcanzar tu destino a salvo.
DECIMO
¿QUÉ HAY EN TU MANOS?
Moisés, el más grande proclamador y legislador, atravesó un largo proceso de
auto-descubrimiento. Su visión nació después de varios años de trabajo en el desierto.
Un príncipe Egipcio destituido (Egipcio por adopción), era casi amigable, y estaba solo.
Se había rendido en hacer algo para ayudar a su gente, quienes eran esclavos por el
dictador de Egipto. Entonces, mientras hacía su diario vivir como pastor de ovejas, se
encontró con un arbusto que ardía en llamas, pero no se quemaba. Era Dios.
Mientras miraba asombrado la zarza ardiente, “Jehová le dijo: ‘¿Qué es eso que
tienes en tu mano?’ Y él le respondió: ‘una vara’” (Éxodo 4:2).
Dios le preguntó a Moisés, “¿Qué es eso en tu mano?” ¿No es algo
decepcionante? Después de todo, este es Dios. Dios lo sabe todo. ¿Estaba bromeando
acaso cuando hizo esta pregunta? Eso es como que Dios te pare en medio de la calle con
una visión, y después te pregunte que en dónde te cortaste el cabello. Excepto que en
esta ocasión Dios no estaba buscando información. Él quería que Moisés pensara en la
pregunta.
Imaginémonos que un bebé pudiera responder de forma verbal a las preguntas.
No tendría sentido preguntarle, “¿Qué hay en tus manos?” un bebé a esa edad apenas se
está acostumbrando a tener manos. Su nivel de descubrimiento es bastante básico. Es
probable que si pudiera hablar, agradecería a Dios por darle sus manos que puede batir
en el aire y sus dedos que puede chupar y jugar. Eso sería lo extenso de su apreciación.
Un infante no podría apreciar el trabajo que hace con sus manos, ni mucho respetar el
poder creativo que Dios pone en cada mano en particular.
Cuando Dios le hace esta pregunta a moisés, Moisés había avanzado mucho más
allá del estado de bebé, espiritualmente hablando. Ya hace poco había pasado por el
proceso de experimentar con sus manos. En sus primeros años había usado sus manos
para hacer lo malo. Si Dios le hubiera preguntado, “¿Qué hay en tus manos?” años atrás,
él hubiese recibido una respuesta diferente.
En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio
en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos,
sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató
al egipcio y lo escondió en la arena. (Éxodo 2:11-12)
Si Dios le hubiera hecho esta pregunta justo después que mató al egipcio, él
podría haber respondido, “Dios, tengo muerte en mis manos.” Moisés había usado sus
manos para quitarle la vida a un egipcio. No reconociendo que Dios había creado sus
manos para el bien, él las había usado para destruir vida humana. Pero Dios ha trabajado
en su corazón por años, y ahora pregunta, “¿Qué hay en tus manos?”
Moisés respondió, “Una vara.”
Cuando Moisés responde, “Una vara,” él no tenía la menor idea que lo que tenía
en la mano lo iba a usar de formas diferentes a las convencionales-ahuyentando
chacales, persuadiendo ovejas de entrar al redil, y cosas de ese estilo. Mientras que sus
hermanos y hermanas Hebreas estaban siendo cautivos en la esclavitud del cautiverio, él
tenía una herramienta en las manos que iba a ser usada para liberarlos, Moisés no tenía
la menor idea al respecto.
Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés
huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la
cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.
(Éxodo 4:3-5)
La vara se convirtió en la señal y la pregunta para persuadir al Faraón y a sus
siervos que Dios se le había aparecido a Moisés. Esta señal era para ayudarles a creer
que Moisés era exactamente quien decía que era. Cuando Moisés Tiró su vara al suelo,
esta se convirtió en una serpiente. Curiosamente, la serpiente siempre ha sido conocida
por su sutil naturaleza. La sutileza está marcada por astucia, agudas habilidades e
ingenio. Estas precisas características eran las que Moisés iba a necesitar para poder
convencer al Faraón de liberar toda la fuerza laboral. Moisés era un libertador. Esta
cualidad de ser un libertador fue el núcleo de su ser. El poder místico en la vara no
probó su potencial para liberar, pero si representaba el poder sobre natural de Dios, su
guía y respaldo. Con esta misma vara finalmente Moisés la usaría para guiar al pueblo
escogido por Dios a cruzar las aguas del Mar Rojo.
MIENTRAS LO HACES
Todo tu destino no se hará manifiesto en un solo día, un mes, o incluso año. Tu
destino es una búsqueda gozosa para toda la vida de los planes y propósitos de Dios. No
dejes que el proceso te desaliente, y no dejes que el enemigo te diga que Dios es infiel,
que no va a cumplir. ÉL nunca se rinde con un corazón que realmente lo ama. Cada día,
intenta agrega algo que no hayas incluido el día anterior. A medida que lo hagas,
encontraras nuevas fuerzas para continuar tu viaje.
Piénsalo como un interés compuesto. Si tú empiezas con un centavo y duplicas
tu dinero cada día por 365 días, ¿Cuánto dinero tendrías al final del año? Ciertamente no
serán 365 centavos. Habrás alcanzado un estado millonario
De la misma manera, invierte día tras día en tu relación con Dios y en la
búsqueda de tu llamado. Al final de tu vida, los resultados serán un asombroso
testimonio de la bondad de Dios. Repasa este libro con la frecuencia que lo necesites.
Usa la mayor cantidad de llaves que encuentres para tu ayuda. Si tú tan solo has
encontrado una llave a través de este proceso de descubrimiento, oro por que esa sea la
que tú necesitas para desbloquear tu destino.
Ahora, atraviesa la puerta.
APÉNDICE
25 LLAVES PARA CUMPLIR EL DESTINO DADO POR
DIOS A TÚ VIDA