1 Lectura Introducción A La Psicología

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62 ANTOLOGÍA | PSICOLOGÍA I

Lectura 01:
Cosacov, E. (2005). “Orígenes, objeto de estudio de la psicología y
campos de aplicación”. En Cosacov, E. (2005), Introducción a la psi-
cología (pp. 5-40). Córdoba: Brujas. (Lectura tomada y modificada).

ORÍGENES, OBJETO DE ESTUDIO DE LA


PSICOLOGÍA Y CAMPOS DE APLICACIÓN

El término Psicología proviene de las voces griegas “Psiquis y


logos”, las cuales se traducen de modo literal como el “estudio
del alma”. Psyché o Psiquis representaba en la mitología griega
una ninfa o espíritu de los bosques, que se transforma en
Diosa por obra de Eros o Cupido, ángel que representaba el
amor y la sexualidad, que a su vez era hijo de Venus Afrodita,
la Diosa de la belleza.
Actualmente no decimos que la psicología es el estudio
del alma, sino de la mente. El término mente es de empleo
posterior al de alma y no significa lo mismo. Según opinan
algunos estudiosos el término mente fue reemplazando al
de alma conforme la tradición escrita va imponiéndose so-
bre la tradición oral.
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Es decir, la difusión de la escritura tuvo onda gravitación


en el modo de interpretar nuestra interioridad.

Presencia de la psicología en los primeros pensadores


Si consideramos a los filósofos griegos como antecesores de
los modernos psicólogos, podrá descubrirse en todos ellos una
gran preocupación por temas psicológicos o afines. Pero igual-
mente se advertirá la presencia simultánea de preocupaciones
o planteos que la actual Psicología no tiene: el ­“conócete a ti
mismo” de Sócrates, por ejemplo, implica algo más que conocer
cómo es uno y los propios límites: también supone discerni-
miento moral, como si dijese: conoce si es meritorio (o contrapro-
ducente o no ético) aquel lo que deseas. O pongamos por caso a
Platón, que indaga sobre la naturaleza del alma o psiquis: va más
allá de nuestra psiquis actual, pues intenta conocer el destino de
ésta tras la muerte física de la persona: ¿perdura su alma en un
más allá o se aniquila totalmente? Platón creía que perdurará,
pero sea como fuere, en la Psicología actual no existe consen-
so sobre este punto. Aristóteles ya se acerca más a la idea que
actualmente tenemos del psicólogo al tratar temas que hoy de-
sarrollamos en las facultades de Psicología: pensamiento, me-
moria, sueño, percepción, etc. Es por ello, que a veces suele
afirmarse que Aristóteles fue el primer psicólogo. Concluyendo
entonces: puede decirse que estos primeros filósofos hicieron
Psicología, pero introdujeron en sus planteos al mismo tiempo
consideraciones morales (como la necesidad de distinguir en-
tre el bien y el mal de nuestras acciones) o metafísicas (como
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el problema de la inmortalidad del alma) que ahora considera-


mos juicios de valor en el primer caso, o bien consideraciones
extra psicológicas en el segundo caso. Pero los aportes que Só-
crates, Platón y Aristóteles hicieron a la ciencia en general, y
por ende a la Psicología son de extrema importancia.

Referentes próximos de la psicología


Con la caída del Imperio Romano en el siglo v d. C. co-
mienza lo que se llamó la Edad Media, que desde el punto
de vista de la Psicología científica no aporta nada sustancial,
ya que el pensamiento que se impone era obligatoriamente
teológico y no permitía una especulación desprejuiciada so-
bre la naturaleza humana (aunque en sí mismo, como objeto
de estudio, la teología posee interés para un psicólogo).
Pero no bien finaliza la Edad Media, comienzan a es-
bozarse quienes serían los precursores más cercanos de la
actual Psicología. Primero el Renacimiento, movimiento fi-
losófico y artístico que tuvo su cuna en Italia y pregonaba
retomar valores griegos; y posteriormente el Iluminismo (Ilu-
minismo viene de luz), movimiento filosófico y educativo de
Francia que luchaba por abolir el dogma y el oscurantismo
en la sociedad. Ambos movimientos preparan lo que Daniel
Lagache llamaría la “Psicología de la primera persona”. ¿Por
qué de la primera persona?: porque sus cultores comienzan
a hablar de sí mismos, a expresar sus percepciones más ín-
timas, y a tomar su propia mente como objeto de reflexión:
“Yo mismo soy la materia de mi libro”, expresó en el prólogo de
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su obra el a Montaigne; si bien ya existían otras obras más


que toman al yo como materia de reflexión: el “Tratado de las
pasiones” de René Descartes, los “Pensamientos” de B. Pascal o
las “Reflexiones” de J. J. Rousseau. Aunque actualmente nos
resulte curioso, hasta la aparición del movimiento ilumi-
nista, y particularmente del romántico, no se acostumbraba
a escribir en primera persona del singular por temor a que
ello se asociase con inclinaciones egoístas.
Posteriormente Daniel Lagache, historiador y psicoana-
lista, referirá el surgimiento de una “Psicología de la segunda
persona” (el Psicoanálisis, la Gestalt y el Existencialismo)
y una “Psicología de la tercera persona” (el Conductismo, la
Etología y la Psicología Experimental). Pero continuando
con la Psicología de la primera persona, puede afirmarse que su
antecedente culminante ocurre al salir a escena el Romanti-
cismo, movimiento artístico de mediados del siglo xix que
buscaba expresar lo mejor posible la vida interior y los afec-
tos del individuo, incluso al abordar temáticas filosóficas
(como fueron los casos de Arturo Schopenhauer y Federico
Nietzsche, dos de los filósofos románticos). Pero ya en aquel
entonces se estaba en los albores de la Psicología científica.

Surgimiento de la psicología científica


¿Cuándo obtiene la Psicología el reconocimiento oficial?
¿Cuándo deja de ser una actividad literaria o filosófica y
se convierte en una práctica especializada? Se acuerda que
ello ocurrió en Leipzig, Alemania, en el año 1879, es de-
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cir, sólo 21 años antes del comienzo del siglo xx, cuando se
crea el primer laboratorio de Psicología Experimental. En
realidad, que haya sido un laboratorio no es tan importante
como que haya sido de Psicología (podría haber sido igual-
mente la primera cátedra de Psicología la que se tome como
referencia, y en tal caso se mencionaría a William James).
Lo importante aquí es que la Psicología se independiza de la
Filosofía, la así llamada “madre de todas las ciencias”.
Los temas que allí se estudiaban todavía estaban muy im-
buidos de consideraciones filosóficas y médico-biológicas, ya
que éstas fueron las dos tradicionales disciplinas que más gra-
vitaron en el comienzo de la Psicología, hasta el punto de que
se llegó a sostener que la Psicología es hija de la Filosofía y la Bio-
logía. Pero independientemente de tales influencias, el tipo
de inquietudes que se investigaban en Leipzig corresponde-
ría a lo que hoy llamamos Psicología propiamente dicha.
El creador de ese laboratorio se llamó Wilhelm Wundt,
erudito alemán que dio origen a la escuela denominada Es-
tructuralismo, pues querían descubrir el equivalente de los
átomos a nivel de la conciencia, lo cual les daría la pauta de
cómo es la estructura de la mente.
Si bien a Wundt se lo menciona oficialmente como pa-
dre de la Psicología habría que admitir que más bien hubo
varios padres: C. Darwin, F. Nietzsche, S. Freud, K. Lewin,
W. James, etc. También podrían ubicarse en esta categoría.
De este modo, la Psicología nació en Alemania, pero su
mayor desarrollo ocurrió —y ocurre— en Estados Unidos,
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siendo un discípulo de Wundt, E. B. Titchener, el artífice


de llevar la Psicología de Europa hacia los Estados Unidos.

Definiciones de Psicología
Mientras cada palabra tiene una o unas pocas definiciones
etimológicas o denotativas, presenta muchas definiciones
connotativas. Las definiciones connotativas de la Psicología
(es decir, aquellas que van más allá de la etimología) están
asentadas en los distintos puntos de vista que los teóricos
adoptaron al estudiar la psiquis, que originaron a su vez di-
ferentes Escuelas o corrientes de la Psicología.
Actualmente, excepto en el caso de la Psicología Clíni-
ca, las distintas Escuelas tienden a desaparecer, subsistiendo
de sus afirmaciones sólo aquellas opiniones que presenten
consistencia científica. Por el contrario, es de esperar que
también en el futuro se formen nuevas disciplinas, por desa-
rrollo y combinación de las distintas áreas, especializaciones
y carreras. Una definición que se desestimaría es La Psicolo-
gía es el estudio del funcionamiento del Sistema Nervioso, pues si
bien es cierto que todo comportamiento tiene una contra-
parte biológica, la razón de ser de la Psicología como ciencia
diferenciada e independiente de otras es justamente que no
necesariamente deba estudiar los fundamentos anatomo-fi-
siológicos del comportamiento. Del mismo modo que el len-
guaje se puede estudiar desde un punto de vista gramatical
sin referirlo necesariamente a los centros cerebrales, la psi-
quis y el comportamiento pueden estudiarse desde una perspectiva
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enteramente cognitiva. En otras palabras, hoy se acepta que la


Biología es hardware y la Psicología es software.

Propósitos de la ciencia Psicológica


Según los epistemólogos, la ciencia se distingue de otras acti-
vidades humanas al buscar explicar y predecir los fenómenos.
El término “ fenómeno” debe entenderse como todo aquello
que nos interesa estudiar, sea insólito o común, frecuente o
infrecuente, simple o complejo: por ejemplo, la costumbre de
danzar, las vueltas que dan los perros sobre sí mismos antes
de acostarse, el trance de los místicos, etc. Todos ellos son
fenómenos que la ciencia psicológica busca predecir y explicar.
También resulta importante decir que aquello que de-
nominamos fenómeno no es un hecho naturalmente dado,
sino que uno mismo lo construye y delimita. Puedo querer
estudiar la costumbre de las personas de ir a correr al par-
que, o en la plaza del barrio, o bien estudiar a aquellos que
no corren en sitio alguno, o los que sólo salen a caminar, etc.
En cada caso el universo a considerar resultaría distinto y
todos serían distintos fenómenos para considerar.
Explicación y predicción están íntimamente unidas: él lo
que se debe a que las explicaciones se validan o verifican
parcialmente con base a predicciones.
“Si es cierta la explicación debiera suceder esto, esto y lo
otro”. Es decir, buscamos demostrar en los hechos la vigencia
o verdad de la explicación. Este tipo de deducción se realiza
tanto en la práctica científica como en la práctica diaria y se
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conoce como pensamiento hipotético deductivo. En consecuen-


cia, tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestra práctica
científica buscamos confirmar nuestras hipótesis extrayendo
deducciones de lo que debiera ocurrir de ser éstas ciertas.
Tales deducciones también se denominan observaciones
empíricas (si bien la expresión es algo redundante pues toda
observación lo es de hechos o empírica; la palabra empíri-
ca significa experiencia). Las hipótesis y las ob-servaciones
constituyen un sistema de mutua dependencia (retroalimen-
tado); se sitúan en el nivel de lo inferible o teórico, y atañen
al universo de lo cognitivo o mental. Las observaciones se
sitúan en el nivel de lo empírico u observable, y atañen al uni-
verso de lo conductual. Entonces: las Psicología es el estudio de
los procesos mentales (dominio de las hipótesis) y del com-
portamiento (dominio de las observaciones).
Las hipótesis señalan que debe observarse, mientras que
las observaciones señalan si existe coincidencia o discrepan-
cia con lo esperable por hipótesis. Por ello, se dice que con-
forman un sistema interdependiente o retroalimentado.
Pero aquí conviene precaverse contra un error muy co-
mún por haberse filtrado la falacia de afirmación del con-
secuente: que se cumpla la predicción tal como suponíamos
en función de la hipótesis apoya la legitimidad de ésta y le
confiera fuerza persuasiva, pero nunca nos otorga la certeza
de que sea verdadera.
El éxito de una predicción, es decir, que se cumpla aquello
que por hipótesis dedujimos, no siempre garantiza que sea
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cierta. Los lógicos expresarían esto diciendo: "El éxito de la


predicción es condición necesaria pero no suficiente de la verdad de
la hipótesis". ¿Por qué? Porque podemos acertar debido a una
razón distinta a la que pensamos: por ejemplo, el efecto place-
bo, que se estudia posteriormente, demuestra que en ocasio-
nes las personas mejoran o eliminan sus molestias no por el
tratamiento mismo, sino porque confían en el profesional y
se sienten más acompañadas. Atribuir la mejora al tratamien-
to sería incorrecto, aun cuando se cumpla la predicción.
¿Qué predecimos en la práctica los psicólogos?: el com-
portamiento de personas (y animales): ¿Se casará esta pa-
reja de enamorados?, ¿se sentirá cómoda una persona en su
puesto de trabajo?, ¿podrá continuar un niño sus estudios
sin contratiempos?, ¿se orientará tal persona hacia una cierta
carrera?, ¿será capaz un animal de aprender a abrir y cerrar
puertas?, ¿ganará o perderá un cierto candidato las eleccio-
nes?, etc. Tras todas estas interrogantes se encuentra la idea
de que el comportamiento es en gran medida predecible y
que es posible descubrir leyes probabilísticas que lo regulan.

Ciencia y sentido común


En ocasiones se suscita la discusión sobre la ciencia y el sen-
tido común; para algunos, lo que es sentido común no es
ciencia, sino un llevarse por las apariencias desprovisto de
todo rigor crítico.
Se aduce como ilustración de ello el caso de nuestro plane-
ta: el sentido común dice que la tierra es plana, no está en mo-
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vimiento, y el Sol gira a su alrededor, mientras que la ciencia


tal como concibe ahora las cosas se aparta de esta idea.
Pero si bien creo que la ciencia moderna tiene poco que
ver con el sentido común, no creo que ello sea debido a que
la mera apariencia conduzca necesariamente al error, sino
más bien al hecho de que interpretamos erróneamente la
mera apariencia: un sujeto parado en un amarradero encon-
traría que lo último que percibe de una nave que se aleja
en el horizonte es el mástil, lo cual, según lo entendió un
observador agudo como Cristóbal Colón, era un argumento
favorable a la idea de que la tierra era curvada.
Noten ahora que eso también es sentido común, basado
en la observación sensible, la cual no es intrínsecamente equí-
voca, y más bien habría que suponer que el error deviene por no
concluir correctamente en base a las observaciones.
Aunque es cierto que a medida que una ciencia se desa-
rrolla sus conclusiones suelen alejarla del sentido común,
epistemológicamente resulta necesario distinguir entre
conclusiones que se apartan del sentido común y evidencias
que se apartan del sentido común.
Aquí se defiende la tesis de que las evidencias científicas
no se apartan del sentido común, que son una extensión del
mismo, y que su fuerza persuasiva depende justamente de
esta característica.

La psicología como ciencia fáctica o empírica


Las ciencias que no son formales son las empíricas o fácticas
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(del latín factum, hecho) pues dependen de los hechos reales,


los que pueden ser históricos (como en las ciencias huma-
nísticas), sociológicos (como en las sociales) o físicos (como
en las naturales), pero en cualquier caso las deducciones de-
ben tratar de interpretar los fenómenos ocurridos antes que
adecuarse a la mera formalidad.
La Psicología es una ciencia fáctica o empírica, que participa
de tres mundos: algunos de los temas que trata la acercan a
las ciencias humanísticas, otros a las ciencias naturales y otros a
las sociales; el énfasis dado a uno u otro está íntimamente re-
lacionado con las escuelas psicológicas. Aunque la evolución
que ha tomado la Psicología en los últimos dos decenios la
asemejan cada vez más a una ciencia natural, especialmente
con la irrupción del paradigma cognitivo-conductual.
Aun así, la Psicología como ciencia fáctica conserva en su
bagaje cultural fuertes influencias de las ciencias humanís-
ticas, naturales y sociales.
Ejemplo de disciplinas típicamente humanísticas serían
la Historia, la Filosofía, la Literatura y en general el arte; en
tales actividades, la práctica profesional es ajena a la experi-
mentación, pues la mayor parte de los temas que se analizan
escapan a tal posibilidad, si bien ello no significa que argu-
menten en el vacío, pues utilizan evidencias documentales
para defender sus puntos de vista o teorías.
En consecuencia, el modo de abordar los interrogantes
que tales ciencias plantean es especulativo. Por ello también se
designan a las ciencias humanísticas como ciencias conjeturales,
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pues se manejan con conjeturas o hipótesis plausibles, pero


que no pueden verificarse con un experimento (en realidad,
la palabra humanismo originalmente hacía referencia a un mo-
vimiento renacentista que buscaba la superación integral del
ser humano, aunque posteriormente se convierte en sinóni-
mo de altruismo. Pero la presente exposición se refiere a las
disciplinas de orientación humanísticas, que son otra cosa).
Ejemplos de disciplinas típicamente naturales son la
Física, la Astronomía, la Química y la Biología (y ciertas
carreras de orientación técnica derivadas de ellas como la
Ingeniería en relación con la Física, o la Medicina en rela-
ción con la Biología). En todas ellas se puede aplicar la ex-
perimentación, pues como su nombre lo dice, son ciencias
de la naturaleza, la cual permite una mayor manipulación de
los eventos. Esta es la principal razón por la cual las ciencias
presentan el mayor desarrollo teórico y tecnológico.
Ejemplo de disciplinas típicamente sociales serían la Eco-
nomía, la Sociología y el Derecho. La Economía fue la pri-
mera ciencia que se llamó a sí misma social, y ello demuestra,
contrariamente a lo que pudiera pensarse, que el empleo de las
matemáticas, por sí mismo, no garantiza que una ciencia sea natu-
ral: tras los números debe existir una capacidad predictiva
que la Economía no siempre tiene.
Ello se debe a que las ciencias sociales tienen una capaci-
dad de experimentación relativa, sin poder manipular mu-
chos eventos y utilizan preferencialmente el método cua-
siexperimental. El prefijo cuasi (casi) indica que no puede
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manipularse en forma total a la variable independiente (ver


Cap. III) existiendo algunos segmentos de sus teorías que
sólo pueden ser conjeturado, hipnotizado, pero no demos-
trados. Como conclusión, puede decirse que las ciencias so-
ciales combinan aspectos de las ciencias naturales y de las
ciencias humanísticas.
Estrictamente hablando hay una sola ciencia formal: la
Matemática, pero también se ubican allí aquellas disciplinas
que, al igual que ella, exigen el rigor deductivo, como la Ló-
gica (que desde Bert rand Russell en adelante se considera
un capítulo de la matemática) y el Derecho. Por ejemplo: el
Derecho juzgaría la inconstitucionalidad de una Ley Pro-
vincial o una demanda cualquiera en base a la congruencia
entre ambas legislaciones (la ley Provincial en cuestión vs.
la Constitución Nacional). Ello le significa utilizar la lógica.
Es formal porque atiende a la forma o razonamiento, aun
cuando los argumentos formales entren en contradicción
con el bien público, o con las costumbres, lo cual obviamen-
te no es lo deseable. Si además el Derecho se preguntarse
por la utilidad, por el impacto.
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Lectura 02:
Monroy, Z. y Álvarez, G. (2019). “La fundación de la psicología
científica”. En Textos de apoyo didáctico. Historia de la Psicolo-
gía (pp. 7-36). Ciudad de México: Facultad de Psicología/UNAM.
(Lectura tomada y modificada).

LA FUNDACIÓN DE LA
PSICOLOGÍA CIENTÍFICA

La mayor parte de los libros dedicados a la historia de la psi-


cología inician remontándose a la filosofía griega, algunos
han adoptado una posición diferente, considerando nece-
sario hacer una distinción entre lo que es la historia de las
ideas psicológicas y la historia de la psicología. La prime-
ra se ocuparía de todas aquellas concepciones, que se han
dado a lo largo de la historia y en diferentes disciplinas (por
ejemplo, en la filosofía o la medicina), dirigidas a la com-
prensión de algún aspecto o proceso psicológico.
En cambio, la historia de la psicología se concibe aquí
como la historia de una ciencia. Como tal, también se le
considera, producto de una discontinuidad. Su origen se
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marca por la "ruptura" con un conocimiento anterior. Por


ello, afirmamos que la psicología surge como disciplina in-
dependiente durante el siglo xix.
Este artículo está enmarcado en la primera postura, es
decir, en la historia de las ideas psicológicas.
En el siglo xvii, la filosofía asumió la tarea de funda-
mentar el conocimiento producido por la creciente ciencia
moderna. Los proyectos filosóficos del racionalismo y del
empirismo desarrollaron sus respectivas concepciones en
relación con la justificación del conocimiento verdadero.
Estas concepciones involucraban temas tanto epistemoló-
gicos como psicológicos. Así, los fundamentos filosóficos y
epistemológicos que cada proyecto establecía hicieron posi-
ble o impidieron que los aspectos psicológicos obtuvieran la
especificidad necesaria para convertirse posteriormente en
una disciplina independiente.
R. Descartes emprendió la tarea de fundamentar me-
tafísicamente la ciencia, sobre todo la física mecanicista y
matematizada. Esta fundamentación abarca dos cuestiones
o sentidos: el epistemológico y el ontológico. Con referen-
cia al primero Descartes pretendía demostrar que el co-
nocimiento que proviene de la ciencia física es verdadero.
Con respecto al segundo término intentaba mostrar que el
conocimiento de la estructura esencia del mundo es váli-
do. En opinión de este representante, las primeras causas o
principios son el punto de partida de la investigación filo-
sófica. Utilizando la duda como un recurso metódico. En su
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trabajo encontró el primer principio sólidamente estable-


cido: “pienso, luego existo”. A partir de éste reflexionó sobre
las condiciones que le permitirían afirmar una proposición
como verdadera. La regla general dice que todas las cosas
que concebimos muy claras u distintas son verdaderas. Esta
regla se basa en la existencia de Dios, así como desechar la
posibilidad de que el engaño y el error procederán de Él.
Por medio de la duda metódica, Descartes afirmó que
puede concebirse a sí mismo como una cosa pensante. Pero,
una vez que estableció la existencia de Dios y su papel como
garantía del conocimiento verdadero, consideró que era po-
sible reconocer con claridad y distinción la idea de cuerpo.
La distinción entre cuerpo y alma da origen a la concep-
ción de dos substancias universales separadas: la extensión
y el pensamiento. Este dualismo ontológico sirve como fun-
damento para la ciencia física y hace posible la concepción
geométrica del mundo físico. Todos los cuerpos se definen
como extensión y las únicas propiedades que pueden deter-
minar su naturaleza y función como objetos materiales son
la figura, el tamaño y el movimiento. Ahora, Descartes afir-
ma que las substancias universales (pensamiento y materia)
pueden existir separadamente. Esto, no significa que, de hecho,
se encuentran siempre separadas. En el hombre, el cuerpo
y el alma existen unidos e interactúan. La unión del alma y
el cuerpo en el hombre tiene un carácter substancial, ya que
sin ella un hombre sería tal. Así, por un lado, se afirma la
existencia separada e independiente de las substancias ex-
78 ANTOLOGÍA | PSICOLOGÍA I

terna y pasante, como fundamento ontológico para la cien-


cia física. Pero, por otro lado, en el hombre esta substancia
se encuentra unidas e interactuando substancialmente.
Efectivamente, Descartes no establece ningún principio
claro y distinto que explique cómo se realiza la unión del
cuerpo con el alma. Sin embargo, esta es una tesis funda-
mental para el pensamiento cartesiano. Expresa la esencia
de lo humano. La posesión de un alma racional es la dife-
rencia básica entre los hombres y los animales. Debe quedar
claro que, al elaborar su filosofía, Descartes no tenía como
objetivo principal desarrollar una concepción específica
acerca de lo psicológico. No obstante, en su fundamenta-
ción metafísica se encuentra presente este aspecto.
Para caracterizar, dentro de una teoría del conocimiento,
la manera como el entendimiento hace posible el conoci-
miento verdadero, Descartes recurre a un acontecimiento
psicológico. Las ideas innatas, constitutivas del entendi-
miento humano, son una facultad psicológica y permiten al
hombre alcanzar la verdad. Descartes otorga un lugar pri-
vilegiado a la razón, en términos no sólo epistemológicos,
sino también ontológicos. Por medio de la razón se conoce
con certeza y el hombre es distinto de los animales. En la
ontología cartesiana todos los cuerpos siguen la lógica del
mecanismo. El cuerpo humano no es la excepción. Descar-
tes describe los mecanismos corporales que hacen que fun-
cione el organismo humano; se refiere a las actividades cir-
culatorias, motores, cerebrales, sensoriales, a la manera de
PSICOLOGÍA I | ANTOLOGÍA 79

una psicofisiología. Podría decirse que, dada la concepción


dualista, existen dos clases de aspectos que hoy llamamos
"psicológicos". Por una parte, se encuentran los aspectos psi-
cológicos racionales, y, por otra parte, los psicofisiológicos.
Los primeros se encuentran presentes en la razón bajo la
forma de ideas innatas. Los segundos, se consideran como
ideas adventicias adquiridas a través del cuerpo por medio
de la experiencia, o como ideas facticias, construidas por la
imaginación. En efecto, el organismo humano es concebido
como un autómata, como una máquina, igual a cualquier
otro cuerpo. No obstante, debe enfatizarse que la concep-
ción global del hombre, el radicalismo mecanicista tiene un
límite: la razón. En este marco, se puede concluir, que ni
en la razón ni en la experiencia cartesiana, lo psicológico
alcanza especificidad alguna. De la unión entre la razón y
la experiencia podría surgir alguna posibilidad de que lo
psicológico alcanzase el carácter de región autónoma del co-
nocimiento. Pero, la unión del cuerpo y el alma, para Des-
cartes, no puede ser un objeto de estudio científico como el
mundo físico, sino moral.
Por otra parte, John Locke, es uno de los iniciadores de
la tradición empirista británica. A pesar de que las ideas
empiristas ya habían sido formuladas con anterioridad por
filósofos como Bacon o Hobbes, Locke fue el primero en
postular y sentar las bases del principio general empirista
(sobre esto se construyó el empirismo clásico). El principio
general empirista afirma que todas nuestras ideas tienen su
80 ANTOLOGÍA | PSICOLOGÍA I

origen en la experiencia. A partir de esto, Locke elaboró su


trabajo filosófico más importante, "el ensayo sobre el en-
tendimiento humano", en el cual se dedicó a investigar la
mente humana, sus alcances y limitaciones. Con esta obra
dio inicio al combate del concepto de ideas innatas. Locke
consideraba que la crítica al innatismo es un paso preciso y
necesario para limpiar el camino antes de sentar los funda-
mentos del conocimiento.
Una vez que ha descartado los principios e ideas innatas,
investiga la naturaleza del entendimiento humano. Su propó-
sito era investigar los orígenes, la certeza y el alcance del en-
tendimiento humano, así como los fundamentos y grados de
las creencias y opiniones. Para realizar esto establece un mé-
todo cuyo punto de partida es investigar el origen de las ideas
humanas. De esta forma, el programa empirista de Locke se
inicia con una investigación de cuestiones psicológicas. La
idea era definida como el objeto del acto de pensar. La mente
es considerada, en un principio, como un papel en blanco,
limpio de toda inscripción, sin idea alguna. No obstante, el
hombre llega a poseer una variedad casi infinita de ideas. Para
esta representante resulta fundamental demostrar cómo es
posible que todo ese material de la razón y del conocimiento
provenga, única y exclusivamente, de la experiencia.
La experiencia como fuente y origen de todas las ideas
debe ser investigada. La cuestión de cómo es posible que
todas las ideas, que están presentes de forma consciente en
la mente humana, tengan su origen exclusivamente en la ex-
PSICOLOGÍA I | ANTOLOGÍA 81

periencia, es la preocupación central de sus libros, donde


presenta su teoría sobre las ideas y cómo se derivan de la
sensación y la reflexión. Después de esto, investiga el co-
nocimiento que el entendimiento tiene acerca de las ideas.
Procede a examinar la certeza, evidencia y extensión del co-
nocimiento. Al llegar a la conclusión de que el conocimien-
to es excesivamente limitado, descubre el papel del juicio
y la probabilidad. Por lo tanto, también se interesa por la
naturaleza y origen de la opinión. Todas estas cuestiones
concernientes al conocimiento y la opinión pueden consi-
derarse como parte de un proyecto epistemológico. Sin em-
bargo, puede observarse con lo dicho, que Locke no hace
ninguna distinción clara entre las cuestiones psicológicas y
las epistemológicas. Pero, difícilmente podría hacérsele esta
exigencia en su época. Lo que importa observar es que, con
el objeto de satisfacer los reclamos propios de la fundamen-
tación epistemológica empirista, Locke otorgó cierta espe-
cificidad al dominio psicológico.
Personajes relacionados a sus planteamientos: Immanuel
Kant, Baruch Spinoza, Gottfried Leibniz, David Hume.

Orígenes conceptuales y metodológicos


de la psicología en la fisiología y la física
En los autores que a continuación se examinan, coexisten
las investigaciones fisiológicas y/o físicas con aspectos filo-
sóficos y metodológicos. Todo ello, además relacionado con
cuestiones psicológicas. Para empezar, tenemos a De la Met-
82 ANTOLOGÍA | PSICOLOGÍA I

trie, es un pesador materialista y mecanicista. Considera que


la esencia del alma se nos escapa. De ella, solo podemos co-
nocer las propiedades que se manifiestan en el organismo,
del cual ella es principio activo. Este autor es un fisiólogo y,
como tal, estudia pormenorizadamente los órganos sensoria-
les y el sistema nervioso en general. Sostiene que los diversos
estados del alma son correlativos con los estados del cuerpo.
Al juicio lo define como la expresión de un proceso de com-
paración, donde la memoria desempeña un papel relevante.
Considera que la memoria puede explicarse aplicando los
principios de la mecánica. La imaginación es la que conduce
la creación científica y sus diversas formas nos conducen de
nuevo al terreno de las sensaciones. En general, al describir
los procesos emocionales los correlaciona con lo orgánico.
Observa así, que la ira, por ejemplo, aumenta todos los movi-
mientos y acelera la circulación de la sangre. El terror suscita
efectos similares, mientras que el miedo disminuye los mo-
vimientos produce frío y suspende la transpiración.
Por otra parte, David Hartley es el fundador del asocia-
cionismo. Para desarrolla su propuesta se inspira tanto en la
física como en la filosofía de Locke. Su contribución fun-
damental consistió en proponer una base fisiológica para
definir las diferencias entre ideas y sensaciones (problema
señalado por Hume). Para Newton las sensaciones de color
son el resultado de las vibraciones de los cuerpos sobre la
retina. Se producen, así, sensaciones de color diversas según
la amplitud de los movimientos vibratorios. Hartley gene-
PSICOLOGÍA I | ANTOLOGÍA 83

raliza la concepción de Newton a todas las áreas sensoriales


e intenta explicar las sensaciones, las imágenes y las ideas en
términos de puros movimientos mecánicos. Se distinguen
entonces las vibraciones pequeñas que son responsables por
las sensaciones y sus rastros que dan lugar a las imágenes.
Las vibraciones pequeñas y débiles conforman las ideas.
Este autor introduce, en forma original, el concepto de mo-
vimiento. De esta forma, las asociaciones pueden ser tanto
de sensaciones o de ideas como de movimientos, Aunque
esta contribución se da debido a sus planteamientos fisio-
lógicos, revela una preocupación por acercarse a la explica-
ción a nivel conductual.
Con James Mill el asociacionismo llega a un momento
culminante. Seguidor de Hume y Harley, Mill considera que
el principio de contigüidad se aplicará tanto al nivel de las
sensaciones como al nivel de las ideas. Las asociaciones pue-
den variar según el criterio de su fuerza. En realidad, hay
tres criterios de fuerza: permanencia, certeza y facilidad.
En sus escritos estudia gran cantidad de facultades, como
la imaginación, la abstracción, la memoria, la creencia, el
raciocinio, sin que propiamente se conciban aún como psi-
cológicas. Uno de los orígenes de la psicología científica es
la fisiología experimental. En la primera mitad del siglo xix
la fisiología se desarrolla en torno a varias cuestiones. Pierre
Flourens, es un estudioso de la fisiología cerebral, en sus es-
critos se apoya en el pensamiento de Descartes y establecer
la fisiología científica del cerebro. Con el uso del microsco-
84 ANTOLOGÍA | PSICOLOGÍA I

pio ya no únicamente se analizaba el cerebro en sus partes


unitarias desde el punto de vista anatómico, en donde cada
parte del sistema nervioso actúa como una unidad, conclu-
yendo que hay unidades y diversificación en las funciones
cerebrales. También se dan importantes avances en la histo-
logía (estudio de los tejidos) del sistema nervioso. Flourens
había considerado el cerebro como un órgano simple. Con-
sistía en partes distinguibles como el cerebro, el cerebelo
y la médula oblongada. Estas partes poseían una función
particular. No se pensaba que esas partes, en su interior,
tuvieran funciones diferentes. La percepción, la voluntad
y el juicio eran nombres diferentes para una fusión mental
única del encéfalo. Flourens apoyaba así lo dicho por los fi-
lósofos, que sostenían la unidad de la mente. Ahora, el cere-
bro resultaba compuesto por un inmenso número de células
separadas. Cada una de ellas participaba de varios procesos
como el de formar fibras nerviosas que pasan por ciertos
canales a través del cerebro y conectan la masa cerebral for-
mando una complicada red.
E. Weber (1795-1878) y G. Fechner (1801-1887), cien-
tíficos alemanes, fueron los que colocaron algunos de los
cimientos de la psicología moderna. En 1834, E. Weber pu-
blicó De Tactú y, en 1846, Der tastisum, como resultado de
sus investigaciones referentes al sentido del tacto. Weber
identificó para el tacto tres tipos se sensaciones: presión,
temperatura y lugar. Realizó diversas investigaciones para
medir umbrales postulando el hallazgo de las diferencias
PSICOLOGÍA I | ANTOLOGÍA 85

apenas perceptibles; por ejemplo, la menor diferencia percep-


tible entre dos pesos puede considerarse como la propor-
ción entre ellos, lo cual es independiente de la magnitud
entre ambos. Una extensión de la afirmación anterior es la
Ley de Weber que señala que para casa sentido existe una
relación constante entre el aumento o disminución (ae)
de la intensidad del estímulo requerido para que un sujeto
perciba una diferencia en su sensación de la intensidad del
estímulo del que se parte.

K= AE
E

Donde K=constante expresando como fracción. E= Estímu-


lo y AE= Aumento o disminución del estímulo que el sujeto
percibe el 50% de las veces. Así, para los pesos la razón es
1/40; para las líneas 1/50 o 1/100; y para los tonos 1/60.
Fechner (1801-1887) fue fisiólogo, físico, psicofísico esté-
tico y filósofo. En 1860 publicó Elementos de Psicofísica, obra
central para el surgimiento de la psicología. Para este autor,
la psicología debía ser una ciencia, consideraba posible la me-
dición mental y la aplicación de las matemáticas al estudio de
la mente. No aceptaba el paralelismo psicofísico. Para él la
relación mente-cuerpo se daba bajo un supuesto de identidad
o panpsiquismo. La ecuación entre la mente y el cuerpo, tal
como se proponía en la ley de Weber, era una demostración
de su identidad y de su carácter psíquico fundamental.
86 ANTOLOGÍA | PSICOLOGÍA I

Paradójicamente, su psicofísica ha sido importante para


el paralelismo psicofísico, en la medida en que la mente y
cuerpo, sensaciones y estímulos, tienden a verse como en-
tidades separadas con el objeto de medirse y establecer sus
relaciones entre cuerpo y mente. A partir de la ecuación
propuesta por Weber, como resultado de sus hallazgos ex-
perimentales, establece su famosa ley de Fechner expresada
como la ecuación S=K log R, donde S es la magnitud de la
sensación y la R es la magnitud del estímulo. Se establece,
así, una relación funcional entre estímulo y sensación. Para
la búsqueda de esta ecuación desarrolló los llamados méto-
dos psicofísicos y éstos permitieron la presentación ordena de
estímulos y la obtención de varias clases de respuesta del
siguiente tipo: percibo o no el estímulo; a partir de aquí lo
percibo, a partir de aquí no lo percibo; lo percibo menor,
igual o mayor que el estímulo muestra.
Los métodos psicofísicos empleados por fechner fueron
tres: los métodos de los límites: comúnmente usados para medir
umbrales absolutos; se presentan serialmente valores sucesi-
vos, diferentes de la variable de estímulo. Los métodos del estí-
mulo constante: se presentan estímulos apareados y el azar en
varios ensayos, pidiéndole al sujeto juicios de mayor, menor o
igual, dependiendo de la modalidad (peso, volumen, intensi-
dad, etc.). Método de ajuste: El sujeto debe igualar el estímulo
comparativo con el estímulo estándar. Así, como se mencionó
anteriormente, este autor reformuló la ley de Weber expre-
sándola así: S=K log E, en la cual: S= sensación experimenta-
PSICOLOGÍA I | ANTOLOGÍA 87

da por el sujeto (valor psicológico del estímulo); E= Estímulo


y, K= un valor contante. De lo cual podría decirse que la fuer-
za de la sensación del estímulo en el sujeto varía directamente
en función del logaritmo del estímulo. La medición directa
de los estímulos y la sensibilidad, así como la medición in-
directa de la sensación son las directrices en la investigación
psicofísica de Fechner, este tipo de medición en la sensación
levanto una polémica que duró más de 40 años.
Algunos autores atribuyen la "paternidad" de la psicología
a Fechner. En realidad, y generalmente, se atribuye la pater-
nidad de nuestra disciplina a W. Wundt. Esta consagración
fue oficial hasta el momento en que se institucionalizó me-
diante la inauguración de un curso sobre "La psicología des-
de el punto de vista de las ciencias naturales", impartido por
Wundt en 1862, en 1873-74 publicó su obra Elementos de Psi-
cología Fisiológica. El acontecimiento fundamental fue la in-
auguración del primer laboratorio de psicología en Leipzig,
en 1879. Debido a esto y por la enorme influencia que ejerció
en los principales países del mundo, a través de sus muchos
discípulos, Wundt puede ser considerado como el auténtico
fundador y el primer representante de la psicología.
Para Wundt, la psicología es la "ciencia de la experien-
cia", aunque Fechner ya había dado cabida a la experimen-
tación en la investigación psicológica, no había abandonado
sus tendencias metafísicas, y Wundt además de promover
la experimentación inauguró una tradición anti metafísica
dentro de la propia psicología. Cuando hace referencia a la
88 ANTOLOGÍA | PSICOLOGÍA I

"experiencia", no acepta que ésta se entienda como expe-


riencia interna. Considera que la distinción entre experien-
cia externa e interna no es válida. Decía, el sentimiento es
"interno", en la medida en que es consciente subjetivamen-
te. La percepción es "externa" en tanto se refiere a los obje-
tos. Y la psicología tiene que ver con ambos.
La diferencia entre física y psicología radicaba en la for-
ma de considerar a la experiencia y no en la experiencia
misma. En este sentido, la psicología se ocupa, de la expe-
riencia inmediata y sus datos son "fenoménicos”, de natura-
leza palpable.

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