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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular de Educación Universitaria


Universidad Bolivariana de Venezuela
Sección: 05N PIU

BIOGRAFÍA DE
SIMÓN BOLÍVAR

Nombre y Apellido
Viviana Reyes
V31491213

Caracas, 29 de Octubre de 2024


Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios
Ponte y Blanco, conocido mundialmente como Simón Bolívar,
nació el 24 de julio de 1783 en Caracas, en el seno de una
familia criolla acomodada. Este prócer de la independencia de
América Latina es recordado por ser el líder que llevó a cabo la
liberación de varios territorios que hoy comprenden Venezuela,
Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá del dominio colonial
español. Bolívar es considerado uno de los más grandes
estrategas militares de la historia y un visionario político que
soñaba con una América Latina unida y fuerte.

Simón Bolívar nació en una familia aristocrática con una sólida


base económica y conexiones con la alta sociedad caraqueña.
Hijo de Juan Vicente Bolívar y Ponte y María de la Concepción
Palacios y Blanco, Bolívar tuvo una infancia marcada por la
tragedia. Su padre falleció cuando Simón tenía apenas tres años,
el 19 de enero de 1786, y su madre murió cuando él contaba con
nueve años, el 6 de julio de 1792. Huérfano a temprana edad, fue
criado por sus tíos y otros tutores, pero su vida infantil estuvo
marcada por la figura maternal de su nana, Hipólita, una esclava
que pertenecía a la familia Bolívar y que se convirtió en una
segunda madre para él.

La relación de Bolívar con Hipólita fue de gran afecto y


agradecimiento, al punto que en una carta, años más tarde,
Bolívar escribió: "Este cuerpo que aquí ves lo crió Hipólita". Esta
mujer jugó un papel esencial en su vida, dándole cariño y
cuidado en los momentos más vulnerables de su infancia.
A pesar de la orfandad, Bolívar no estuvo exento de una
educación privilegiada. Su principal mentor fue el pensador
ilustrado Simón Rodríguez, quien lo inició en las ideas de la
Ilustración y le inculcó principios como la libertad, la igualdad y la
justicia, conceptos que influirían profundamente en el curso de su
vida y su visión política. Estos ideales, basados en las obras de
Rousseau, Voltaire y Montesquieu, serían el cimiento de su lucha
por la independencia y su visión de una América libre de la
dominación colonial.

A los 16 años, Bolívar fue enviado a España para continuar su


educación. Este viaje, además de ampliar su horizonte
académico, le permitió entrar en contacto con las ideas
revolucionarias que germinaban en Europa tras la Revolución
Francesa. Durante su estancia en Madrid, Bolívar conoció a
María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, una joven española
de alta sociedad, con quien contrajo matrimonio en 1802. Sin
embargo, su vida matrimonial fue breve: menos de un año
después de casarse, María Teresa murió de fiebre amarilla al
regresar a Caracas en 1803. Este evento lo sumió en una
profunda tristeza, y algunos historiadores sostienen que fue este
golpe emocional el que lo motivó a dedicarse de lleno a la causa
de la independencia de América.

Tras la muerte de su esposa, Bolívar volvió a Europa en 1804,


donde fue testigo de la autoproclamación de Napoleón Bonaparte
como emperador de Francia. Inicialmente admiraba a Napoleón
por su capacidad para imponer un nuevo orden tras el caos de la
Revolución Francesa, pero con el tiempo, su visión se transformó
en rechazo, al ver en Napoleón a un tirano que traicionaba los
principios republicanos de la revolución. Este desengaño con el
poder autocrático sería un motor para las ideas republicanas que
Bolívar deseaba implantar en América.
Uno de los momentos más simbólicos de su vida fue su visita a
Roma en 1805, donde, en el Monte Sacro, hizo un juramento
ante su maestro Simón Rodríguez: prometió no descansar hasta
liberar a América del yugo español. Este compromiso sería el
punto de partida formal de su carrera como Libertador, un ideal
que lo acompañaría durante el resto de su vida.

El regreso de Bolívar a Venezuela en 1807 coincidió con un


periodo convulso tanto en España como en sus colonias. La
invasión de Napoleón a la Península Ibérica en 1808 debilitó la
autoridad de la monarquía española y propició el surgimiento de
movimientos independentistas en América. En Venezuela, en
1810, se formó la Junta Suprema de Caracas, que desconoció la
autoridad del rey Fernando VII, preso por Napoleón, y Bolívar,
aunque inicialmente no ocupaba un rol central, se fue ganando
un lugar en el movimiento.

En 1811, Venezuela proclamó su independencia, pero la


inestabilidad política y la resistencia de los realistas, leales a la
corona, dificultaron el proceso. En 1812, tras una serie de
derrotas, la Primera República de Venezuela cayó y Bolívar tuvo
que exiliarse en Cartagena de Indias. Sin embargo, lejos de
rendirse, Bolívar redactó el Manifiesto de Cartagena, en el que
expuso las razones del fracaso de la primera república e hizo un
llamado a la unión de las fuerzas independentistas en toda
América.

En 1813, Bolívar lanzó una audaz campaña militar conocida


como la Campaña Admirable, que culminó con su entrada triunfal
en Caracas y la restauración de la independencia venezolana. En
reconocimiento a sus logros, fue proclamado Libertador por sus
compatriotas, un título que llevaría el resto de su vida.
No obstante, la estabilidad en Venezuela fue breve; las fuerzas
realistas, lideradas por José Tomás Boves, derrotaron
nuevamente a los patriotas y Bolívar tuvo que exiliarse una vez
más en 1814.

Tras sus derrotas en Venezuela, Bolívar se exilió en Jamaica,


donde escribió la famosa Carta de Jamaica en 1815. En este
documento, Bolívar expresó su visión para la futura
independencia de América Latina y abogó por la necesidad de
una unión continental de las naciones recién liberadas. Aunque
en ese momento parecía una causa perdida, la carta refleja la
claridad de pensamiento de Bolívar y su convicción de que la
independencia de América Latina era inevitable.

El apoyo más significativo durante su exilio vino del presidente


haitiano Alexandre Pétion, quien ofreció a Bolívar armas, tropas y
recursos a cambio de una promesa crucial: la abolición de la
esclavitud en todos los territorios que él liberara. Con el respaldo
de Haití, Bolívar regresó a Venezuela en 1816 y retomó la lucha
por la independencia.

A partir de 1817, Bolívar comenzó a lograr avances significativos.


Su victoria más decisiva llegó en 1819, cuando, tras una heroica
travesía a través de los Andes, derrotó a las fuerzas realistas en
la Batalla de Boyacá, liberando Nueva Granada (actualmente
Colombia). En ese mismo año, creó la Gran Colombia, un
proyecto de federación que incluía a Colombia, Venezuela,
Ecuador y Panamá, con la esperanza de unir a estas naciones en
una confederación fuerte y duradera.

En 1821, la victoria de Bolívar en la Batalla de Carabobo


consolidó la independencia de Venezuela, y poco después, con
la ayuda de su fiel lugarteniente Antonio José de Sucre, liberó a
Ecuador en 1822.
En este punto, Bolívar había ganado reconocimiento internacional
como uno de los grandes líderes de la independencia
latinoamericana.

Uno de los encuentros más importantes en su vida fue con el


general argentino José de San Martín, en Guayaquil en 1822.
Ambos compartían el objetivo de liberar Sudamérica del dominio
español, pero sus enfoques eran diferentes. San Martín optó por
retirarse, dejando a Bolívar el mando de las campañas restantes.

Tras la liberación de Perú en 1824, Bolívar fue proclamado


dictador de Perú y, en 1825, en su honor, se creó la nueva
nación de Bolivia. Bolívar soñaba con una América Latina unida
bajo un gobierno republicano y democrático, y trabajó
incansablemente para hacer realidad su proyecto de la Gran
Colombia. Sin embargo, este sueño comenzó a desmoronarse
debido a las tensiones políticas internas, el regionalismo y los
conflictos entre los nuevos líderes de los países liberados.

Desilusionado por la fragmentación de la Gran Colombia y el


rechazo que empezaba a suscitar su figura, Bolívar renunció a la
presidencia en 1830. Enfermó de tuberculosis y sumido en una
profunda tristeza, Bolívar pronunció una de sus frases más
famosas: "He arado en el mar", en referencia a su sentimiento de
haber fracasado en su sueño de unidad continental.

El 17 de diciembre de 1830, Simón Bolívar falleció en Santa


Marta, Colombia, a los 47 años. A pesar de haber muerto con
una sensación de fracaso, su legado es inmenso.

Simón Bolívar es uno de los personajes más influyentes en la


historia de América Latina.

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