Anuario de Psicología Jurídica 1133-0740 2174-0542 Colegio Oficial de La Psicología de Madrid
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ISSN: 1133-0740
ISSN: 2174-0542
Colegio Oficial de la Psicología de Madrid
DOI: https://doi.org/10.5093/apj2019a16
INFORMACIÓN R E S U M E N
DEL ARTÍCULO
El objetivo de este estudio fue indagar la presencia de síndrome de Estocolmo en mujeres mexicanas víctimas de violencia
Historia del artículo: de pareja. Participaron 239 mujeres divididas en dos grupos: mujeres universitarias solteras que reportaron algún tipo de
Recibido el 24 de junio de 2019 violencia de pareja (n = 164) y mujeres que cohabitaban o habían cohabitado con su pareja y que realizaron alguna denun-
Aceptado el 31 de octubre de 2019 cia por violencia de pareja (n = 75). Se aplicó un cuestionario demográfico, una escala de violencia de pareja y una escala
Online el 25 de noviembre de 2019
de síndrome de Estocolmo. La magnitud de la violencia de pareja fue moderada para el primer grupo, mientras que para
el segundo grupo fue muy elevada. Los resultados evidenciaron un mayor promedio del síndrome de Estocolmo en el se-
Palabras clave: gundo grupo comparado con el primero. La escala de síndrome de Estocolmo se correlacionó en mayor medida con la vio-
Síndrome de Estocolmo lencia psicológica en el primer grupo y con violencia sexual en el segundo. Se discuten los resultados y sus implicaciones.
Violencia de pareja
Mujeres
México
Stockholm syndrome in Mexican women victims of intimate partner violence
A B S T R A C T
Keywords:
The objective of this study was to investigate the presence of Stockholm syndrome in Mexican women victims of
Stockholm syndrome
Intimate partner violence intimate partner violence. Two hundred and thirty-nine women divided into two groups participated: single university
Women women who reported some type of intimate partner violence (n =164), and women who cohabited or had cohabited
Mexico with their partner and who had reported intimate partner violence (n = 75). A demographic questionnaire, a scale of
partner violence, and a scale of Stockholm syndrome were applied. The magnitude of the violence was moderate for
the first group, while for the second group it was high. The results showed highest scores of Stockholm syndrome
for the second group compared to the first. The Stockholm syndrome scale was correlated to a greater extent with
psychological violence in the first group and with sexual violence in the second. The results and their implications are
discussed.
Estudios internacionales han reportado que la violencia de pare- conceptualizaciones de la IPV, para los objetivos del presente estu-
ja es el tipo más común de violencia contra las mujeres, afectando dio se considerará la siguiente: conducta por parte de la pareja que
aproximadamente al 30% de éstas (García-Moreno et al., 2013) y a causa daño físico, sexual o psicológico, que incluye actos de agresión
alrededor de un 46% de mujeres mayores de 15 años en México (Insti- física, coerción sexual, abuso psicológico y conductas controladoras
tuto Nacional de Estadística y Geografía – INEGI, 2012). Sin embargo, (World Health Organization, 2013). Debido a su alarmante frecuen-
a pesar de la magnitud de la problemática y de la evidencia de sus cia, así como a sus efectos a nivel social, económico, de salud, etc., la
efectos, tanto en la actualidad como en tiempos remotos, la búsqueda IPV es considerada actualmente como uno de los problemas de salud
y determinación apropiada de una definición de la violencia de pareja pública más importantes.
ha sido una necesidad acuciante, ya que esto es determinante para La IPV es un problema complejo y multidimensional, en el cual
su medición y estudio general. De esta manera, su terminología se influyen diversos factores a nivel individual, familiar y social (Gar-
ha modificado, considerándola como “abuso a la esposa” en los años cía-Moreno, 2000). Resulta de gran relevancia el estudio de aspec-
70, posteriormente como “violencia doméstica” y a partir de 1999 el tos relacionados tanto con la perpetuación del fenómeno en general
Centers for Disease Control and Prevention (CDC) sugirió el término como con la permanencia de las mujeres con su respectiva pareja
utilizado actualmente, “violencia de pareja” (IPV, por sus siglas en violenta en particular. Al respecto existen varias propuestas teóricas
inglés) (Nicolaidis y Paranjape, 2009). Aun cuando existen muchas que brindan una explicación al hermetismo que impera en muchas
Para citar este artículo: Rizo-Martínez, L. E., Dueñas Moreno, L. y Santoyo-Telles, F. (2020). El síndrome de estocolmo en mujeres mexicanas víctimas de violencia de pareja. Anua-
rio de Psicología Jurídica, 30, 55-62. https://doi.org/10.5093/apj2019a16
Financiación: Esta investigación se ha realizado dentro del proyecto número SAC/CI/O52/17 ante la Coordinación de Investigación y Posgrado del Cusur (Universidad de Guadalajara)
subvencionado por el CONACYT a través del programa Retenciones. Correspondencia: [email protected], [email protected] (L. E. Rizo-Martínez).
ISSN: 1133-0740/© 2020 Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
56 L. E. Rizo-Martínez / Anuario de Psicología Jurídica (2020) 30 55-62
parejas, el cual impide un cambio o bien algún soporte social. Una de 2002) y la SISSR (Graham et al., 1995). Los resultados evidenciaron
estas posturas es el modelo de estigmatización de la IPV, el cual sugie- una falta de correlación entre el estrés postraumático y el síndrome
re que el contexto sociocultural en el que se produce dicha violencia de Estocolmo. Asimismo, encontraron (aunque no fue significativo)
puede tener un impacto negativo en aquellos que experimentan el que a menor puntaje de síndrome de Estocolmo se presentaba una
abuso. La experiencia de IPV influye en las personas a nivel individual mayor correlación entre el síndrome de Estocolmo y el abuso, lo cual
e interpersonal y en ambos niveles está moderada por dos factores fue interpretado por la autora como un efecto mitigador del síndro-
adicionales: la centralidad (es decir, la medida en que las personas me de Estocolmo con respecto a la presencia de estrés postraumático
consideran que una identidad es una pieza importante de su autode- relacionado con abuso. El segundo estudio fue realizado por Ahmad,
finición) y la prominencia (es decir, la medida en que una identidad Aziz, Anjum y Mir (2018), quienes también aplicaron la SISSR (Gra-
es accesible o viene a la mente). Estos factores pueden proporcionar ham et al., 1995) tanto a hombres como mujeres que tuvieran una
claridad para comprender la relación entre el estigma de IPV y los relación de pareja actual, ya fueran casados o en relación de noviazgo.
comportamientos de búsqueda de ayuda (Overstreet Quinn, 2013). Los autores abordaron el síndrome de Estocolmo como mediador en-
Otras investigaciones indican que para muchas mujeres el abuso se tre la IPV y el distrés psicológico; los resultados evidenciaron que uno
asocia positivamente con el apego y la longevidad de la relación, in- de los factores de la escala SISSR, denominada daño psicológico, fue el
cluso después de separarse de sus parejas abusivas (Dutton y Painter, principal mediador entre la IPV y el distrés psicológico.
1993; Flynn, 1990). De acuerdo con la teoría del síndrome de Estocol- Otra aportación teórica basada en parte en la teoría del síndro-
mo, este apego paradójico es una estrategia para enfrentar y terminar me de Estocolmo de Graham, fue realizada por Montero (2001). Este
con dicho abuso (Graham et al., 1995). Graham (1994) planteó su teo- autor propuso el Síndrome de Adaptación Paradógica a la Violencia
ría del síndrome de Estocolmo partiendo de la consideración de que Doméstica (SAPVD), definiéndola como un conjunto de procesos psi-
las paradojas incluyen profesar “amor” a las personas que los abusan, cológicos que a través de las dimensiones de respuesta cognitiva, con-
defendiéndolos incluso después de fuertes golpes, culpándose por el ductual y fisiológico-emocional culmina en un vínculo interpersonal
abuso infligido hacia su persona, negando o minimizando la natura- entre la mujer víctima y su pareja sentimental (el hombre agresor).
leza amenazante del abuso. Asimismo, estos autores propusieron que Dicho vínculo se desarrollaría como un tipo protección interpersonal
hacer frente a una amenaza prolongada y grave a la supervivencia construido en un marco de un entorno traumático y estimulante con
hace que la víctima internalice la dinámica cautivo-captor y la gene- el fin de procurar la integridad psicológica de la víctima y recuperar
ralice en sus relaciones con los demás. Esta generalización da como su homestasis fisiológica y conductual. El proceso abarcaría cuatro
resultado cambios en el funcionamiento interpersonal que incluyen: fases: activación, reorientación, afrontamiento y adaptación. Para
a) división, b) ira desplazada, c) intensa dinámica push-pull y d) pér- Montero el tipo de apego presente en el síndrome de adaptación pa-
dida del sentido de sí mismo. Además, el cautivo desarrolla numero- radógica no sería innato sino secundario e instrumental. Sin duda, la
sas distorsiones cognitivas y perceptuales como una defensa contra propuesta de Montero es de suma importancia para la comprensión
el terror, incluida la negación, la racionalización y la minimización de la presencia de síndrome de Estocolmo relacionada con la violen-
del abuso. Esta teoría de Graham sobre el síndrome de Estocolmo re- cia doméstica; sin embargo, esta aportación también carece de estu-
presenta una de las contribuciones más importantes en este campo, dios empíricos que la avalen.
aunque ésta y otras aportaciones teóricas (de Fabrique, Romano, Vec- Si bien las propuestas teóricas mencionadas representan una con-
chi y Van Hasselt, 2007; Gordon, 2005; Namnyak et al., 2007) carecen tribución explicativa importante en el estudio del síndrome de Es-
de estudios empíricos que permitan sustentarlas sistemáticamente, tocolmo, sería necesaria la realización de una serie de investigacio-
lo cual ha llevado a una escasez en la unificación de criterios, incluso nes en donde se indaguen, analicen y sistematicen las conductas de
a la duda de su denominación como síndrome (Ballús, 2002) o a la in- vinculación paradójica propias del síndrome tanto en diferentes tipos
certidumbre de su existencia real, considerándolo como un probable de grupos humanos como no humanos. Sin duda, la realización de
mito (Namnyak et al., 2007). Sin embargo, otros autores consideran dichos estudios permitirá determinar, además, si sería o no pertinen-
que el síndrome de Estocolmo es una respuesta universal por parte de te su determinación de síndrome, así como su inclusión o no en los
las víctimas hacia sus agresores (Cantor y Price, 2007; Graham et al., manuales internacionales.
1995), ya que algunas conductas paradójicas consideradas caracterís- El presente estudio tuvo como objetivo general indagar la presen-
ticas de este síndrome han sido observadas no sólo en diferentes tipos cia de síndrome de Estocolmo en mujeres mexicanas víctimas de vio-
de grupos humanos, sino también en muchas especies de mamífe- lencia de pareja. Nuestro primer objetivo específico era determinar el
ros, especialmente en primates (Cantor y Price, 2007). Actualmente porcentaje de participantes que presentarían síntomas del síndrome;
sólo existen dos revisiones que abordan la información internacional el segundo objetivo específico era indagar acerca de factores relacio-
más importante acerca del síndrome de Estocolmo, una presentada nados tanto con la magnitud del tipo de violencia de pareja como del
en idioma inglés (Namnyak et al., 2008) y la otra en español (Rizo- síndrome de Estocolmo. En esta investigación se consideraron dos ra-
Martínez, 2018). zones principales para su realización. La primera es que actualmente
En el intento por analizar sistemáticamente los síntomas de sín- continúan siendo poco claras las causas o motivos por los cuales las
drome de Estocolmo propuestos en la teoría de Graham (Graham et víctimas de relaciones de pareja violentas frecuentemente presentan
al., 1995) crearon una escala denominada Scale for Identifying “Stoc- conductas paradójicas tales como permanecer con su agresor, pro-
kholm Syndrome” Reactions (SISSR, por sus siglas en inglés), con el fesarle “amor”, defenderlos, culparse a sí mismas por el abuso que
objetivo de determinar la presencia de síndrome de Estocolmo rela- se ha cometido contra ellas, negar o minimizar la naturaleza ame-
cionado con violencia de pareja. Dicho instrumento fue validado en nazante del mismo (Graham et al., 1995) o bien por qué únicamente
México por Rizo-Martínez y Santoyo-Telles (en prensa) y su uso se una mínima parte de los casos de malos tratos en las parejas de tipo
considera adecuado en este país. Según nuestro conocimiento, dicho heterosexual es denunciada, permaneciendo los detalles del maltrato
instrumento ha sido utilizado sólo en otros dos estudios anteriores sólo en el ámbito diádico exclusivo de la pareja donde se producen
a la presente investigación. Uno de ellos fue realizado por Demarest (Montero, 2001). Una posible explicación de la presencia de todas o
(2009), con el objetivo de entender las condiciones que afectan a las algunas de las conductas mencionadas podría lograrse a través de la
mujeres maltratadas por sus parejas y cómo estas interactúan entre teoría del síndrome de Estocolmo, por lo que nuestra primera hipó-
sí; para esto evaluaron a 50 mujeres asistidas en dos refugios por tesis sería que un porcentaje considerable de nuestras participantes
violencia doméstica. A todas las participantes se les aplicó una en- presentarían síntomas del síndrome, siendo mayor en el grupo dos
cuesta sociodemográfica, una escala de abuso hacia la mujer, la PTSD comparado con el grupo uno. Una posible razón por la cual no todas
Checklist-Civilian version (Walker, Newman, Ciechanowski, & Katon, las personas víctimas de IPV desarrollan el síndrome de Estocolmo
Síndrome de Estocolmo en Violencia de Pareja 57
es que, como menciona Demarest (2009), pudieran presentarse otros gubernamental de Ciudad Guzmán, Jalisco, México, denominada
trastornos, tales como el estrés postraumático e incluso quizá algunas Unidad de Atención a la Violencia Intrafamiliar (UAVI), la cual reci-
personas sean resilientes, aunque este tema no es el objetivo de este be casos de denuncia legal por violencia de pareja y otros tipos de
estudio. La segunda razón es que la evaluación del síndrome de Esto- violencia familiar para brindarles el seguimiento correspondiente.
colmo, según la teoría de Graham, por lo tanto a través de su escala, Asimismo se acudió a un grupo privado de atención a mujeres que
nos permitirá determinar de alguna manera su presencia y magni- experimentan violencia de pareja en Jalisco, México. La media de
tud. Asimismo, la evaluación del tipo de IPV experimentada permitirá edad de este grupo fue de 29.79 (DE = 14.42, rango = 17-79) y re-
determinar su relación con el síndrome de Estocolmo, así como con portaron diferentes niveles de escolaridad: ninguna (2.7%), primaria
otros factores, lo cual ya se ha reportado en otros estudios. Por ejem- (16%), secundaria (33.3%), preparatoria (30.7%), licenciatura (13.3%)
plo, Canete-Lairla y Gil-Lacruz (2018) encontraron una relación de la o posgrado (4%). La mayoría practicaba la religión católica (77.3%).
baja autoestima y el aislamiento social con el abuso verbal. Jeyaseelan El 38% reportaron alguna experiencia de maltrato durante la infan-
et al. (2004) vieron que el consumo habitual de alcohol por parte de cia y/o adolescencia. Los datos correspondientes a las parejas de las
la pareja, ser testigo de la violencia física del padre hacia la madre, la participantes y de la relación de pareja están resumidos en la Tabla 1.
mala salud mental de la mujer y una mala situación laboral se asocia-
ban con la violencia de tipo física. Por su parte, Pico-Alfonso (2005) Instrumentos
sugirió que la violencia psicológica es el mayor predictor del desa-
rrollo del estrés postraumático en mujeres abusadas. De acuerdo a lo Cuestionario sociodemográfico y de antecedentes de la re-
anterior, una segunda hipótesis para este estudio sería que tanto la lación de pareja. Consta de 26 preguntas diseñadas por la primera
presencia como la magnitud del tipo de violencia de pareja, así como autora de esta investigación con la finalidad de recabar datos socio-
del síndrome de Estocolmo, podrían asociarse a una serie de factores, demográficos y de la relación de pareja actual o última, considerando
tales como de tipo sociodemográficos, de antecedentes personales y su utilidad para los objetivos de este estudio.
de las características de la relación de pareja, así como de la naturale- Scale for Identifying “Stockholm Syndrome” Reactions (SISSR).
za y el tipo de experiencia. Es un instrumento creado por Graham et al. (1995) con el objetivo de
probar la teoría del síndrome de Estocolmo de Graham, basado en
Método 66 aspectos potenciales de síndrome de Estocolmo propuestos por
Graham et al. (1995). Consta de 49 ítems cuyos puntajes oscilan desde
Participantes 0 (nunca o casi nunca o no aplicable) a 4 (siempre o casi siempre),
donde 4 representa un grado mayor del síndrome. Se identificaron 3
Se evaluaron 239 mujeres divididas en 2 grupos: mujeres univer- factores, los cuales fueron denominados Core Stockholm Syndrome
sitarias solteras que reportaron algún tipo de violencia de pareja (n = (factor 1), Psychological Damage (factor 2) y Love Dependence (factor
164), que cohabitaban o habían cohabitado con su pareja y que acu- 3). El alfa de Cronbach fue .94, .90 y .89 respectivamente y .84 para la
dieron a alguna institución pública o grupo por violencia de pareja (n escala global. La escala fue validada en México a través del análisis de
= 75). Para la selección de las participantes se utilizó un muestreo no la consistencia interna, la validez convergente y la estructura facto-
probabilístico de tipo intencional. No se utilizaron criterios clínicos rial, cuyos resultados evidenciaron valores adecuados para su uso en
para la selección de la muestra, sino que sólo se solicitó que las par- este país (Rizo-Martínez y Santoyo, en prensa).
ticipantes fueran mujeres que habían experimentado algun tipo de Escala de Violencia e Índice de Severidad (EVIS). Es un instru-
violencia de pareja, debido a que precisamente uno de los propósitos mento creado en México por Valdez-Santiago et al. (2006) con el
de este estudio era explorar y determinar la presencia del síndrome objetivo de construir y validar en el país una escala para medir vio-
de Estocolmo relacionado con la violencia de pareja y con otros fac- lencia hacia las mujeres por parte de la pareja masculina y su índice
tores. Ninguna de las participantes había recibido atención psicoló- de severidad. Consta de 19 reactivos que miden la frecuencia de las
gica o psiquiátrica con anterioridad al presente estudio. Un aspecto acciones violentas en los últimos 12 meses, cuyos puntajes oscilan
importante considerado en esta investigación para la elección de las desde 0 (nunca) hasta 27 (muchas veces en casos de violencia se-
muestras fue el tipo de relación, ya que se ha reportado que existen vera). Se compone de cuatro factores (62.2% de la varianza total):
diferencias en la violencia de pareja en las relaciones de noviazgo, violencia psicológica (factor 1), violencia física (factor 2), violencia
comparadas con las relaciones conyugales, tales como el grado de in- física severa (factor 3) y violencia sexual (factor 4). La consistencia
timidad, exposición, contexto y dinámica de la violencia, factores de interna evaluada a través del alfa de Cronbach es de .99.
riesgo, etc. (Carlson, 1987; Sanhueza Morales, 2016), lo cual conside-
ramos que pudiera ser un factor determinante tanto en la evaluación Procedimiento
de la violencia de pareja como del síndrome de Estocolmo.
Las características generales de las participantes fueron las si- Se realizó una invitación a las participantes, brindándoles la in-
guientes: las mujeres universitarias solteras que reportaron algún formación necesaria y requerida para este estudio. Asimismo, se les
tipo de violencia de pareja (grupo uno) presentaban una media de aclararon los aspectos éticos de anonimato y de procedimientos no
edad de 20.40 años (DE = 1.69, rango = 18-25) y fueron reclutadas invasivos así como de su participación voluntaria con libertad de
de manera voluntaria a través de dos diferentes instituciones uni- permanencia durante el transcurso del proceso de evaluación. Una
versitarias públicas del sur de Jalisco, México. Todas cursaban dife- vez que se les hizo entrega del consentimiento informado, firmado
rentes semestres de las siguientes licenciaturas: Psicología (46.69%), por cada una de las participantes, se procedió a la realización de la
Negocios Internacionales (4.6%), Intervención Educativa (2.9%), evaluación, la cual consistió en una sesión de aproximadamente 40
Ingeniería en Geofísica (1.1%), Medicina (7.4%), Enfermería (8.6%), minutos en la cual se les aplicó un cuestionario sociodemográfico y
Trabajo Social (4.6%), Derecho (10.3%), Nutrición (8%), Veterinaria la aplicación de los instrumentos. Durante el transcurso, al menos un
(4%), Turismo (1.1%) o Periodismo (0.6%). La mayoría practicaban evaluador permaneció cerca con el objetivo de brindar apoyo o acla-
la religión católica (73.7%) y el 39.4% reportó alguna experiencia rar dudas, agradeciendo la colaboración de cada una de las partici-
de maltrato durante la infancia y/o adolescencia. Por otro lado, el pantes una vez concluido el proceso.
grupo de mujeres que cohabitaban o habían cohabitado con su pa- La presente investigación fue aprobada por el comité de bioética
reja y que acudieron a alguna institución pública o grupo por vio- del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara
lencia de pareja (grupo dos) fueron reclutadas de una institución con el expediente número CB/020/2017.
58 L. E. Rizo-Martínez / Anuario de Psicología Jurídica (2020) 30 55-62
Tabla 1. Características generales de la pareja y de la relación de pareja mográficos y de relación de pareja con la escala SISSR y la EVIS. Asi-
(N = 239) mismo, se determinó la asociación entre las dos escalas aplicadas
Variable Grupo 1 (n = 164) Grupo 2 (n = 75) a través de la correlación de Spearman y un modelo de regresión
M (DE) M (DE) entre los valores globales de ambas escalas.
Rango Rango
Datos de la pareja
Resultados
22.51 (3.72) 39.05 (15.35)
Edad
(16-47) (23-77)
Puntajes de los Instrumentos
Frec. % Frec. %
Religión
En la Tabla 2 se presenta la media, desviación estándar y rango de los
Ninguna 24 14.6 6 8.0
puntajes obtenidos por los dos grupos en la EVIS. Los puntajes totales
Católica 131 79.9 57 76.0
de este instrumento oscilan entre 0 y 354 puntos en total. Con respecto
Protestante 5 3.0 12 16.0
a sus factores, se consideran casos de violencia psicológica los valores
Ingresos económicos
ubicados entre 5.1 y 18.2 y casos de violencia psicológica severa los valo-
Sí 37 20.9 65 86.7
res entre 18.3 y 81. En la Tabla 2 se puede observar que el grupo de mu-
No 127 71.8 10 13.3
jeres solteras víctimas de violencia de pareja (grupo uno) presentaron
Adicciones
una media de puntaje dentro del rango de casos de violencia psicológi-
Ninguna 76 42.9 7 9.3
ca, mientras que en el grupo de mujeres que cohabitaban con su pareja
Alcohol 40 22.6 31 41.3
(grupo dos) la media corresponde a casos de violencia psicológica seve-
Tabaco 12 6.8 2 2.7
ra. Se consideran casos de violencia física los valores que oscilan entre
Drogas 3 1.7 11 14.7
2.4 y 12. El grupo uno presentó una media ubicada dentro de este rango,
Alcohol y tabaco 18 10.2 0 0
mientras que el grupo dos presentó puntajes muy por encima de dicho
Alcohol, Tabaco y drogas 3 1.7 24 32.0
rango. Con respecto a la violencia física severa, de acuerdo a los autores
Tabaco y drogas 7 4.0 0 0
de la EVIS, cualquier puntaje superior a cero indica presencia de ésta;
Datos de la relación de pareja
en la Tabla 2 se puede observar que ambos grupos presentan índices de
Nº de parejas que ha tenido este tipo de violencia, siendo también mucho mayores los puntajes en
1 19 10.7 40 5.3 el grupo dos. En la violencia sexual los puntajes de 1.1 a 6 corresponden
2 80 45.2 23 30.7 a casos no severos, rango en el cual se ubica el grupo uno, mientras que
3 39 22.0 9 12.0 los puntajes ubicados por arriba de 6 se consideran como casos severos,
4 o más 26 14.7 3 3.9 categoría en la cual se ubica el grupo dos.
Pareja actual Se observa que el tipo de violencia más frecuente en ambos grupos
Si 82 46.3 41 54.7 es la psicológica, seguida por la violencia física y sexual.
No 81 45.8 34 45.3 Por otro lado, los puntajes de la SISSR oscilan entre 0 y 196 pun-
Número de parejas actuales tos en total. En la Tabla 3 se presentan la frecuencia y porcentaje de
0 80 45.2 31 41.3 participantes de los dos grupos que se ubican en cada uno de los
1 78 44.1 43 57.3 cuartiles. Se puede observar que la mayor parte de las participantes
>1 6 3.4 1 1.3 del grupo uno se ubican en el primer cuartil, seguido del segundo y
Vive con su pareja tercer cuartil, presentándose solo un caso en el cuarto, mientras que
Si 161 91.0 47 62.7 en el grupo dos la mayor parte de las participantes se ubican en el
No 3 1.7 28 37.3 segundo cuartil, seguido del primero, presentándose 9 casos en el
Duración de la relación tercer y cuarto cuartil. De acuerdo a lo anterior, se observa que el
1 mes 6 3.4 3 4.0 grupo dos presentó mayores puntajes de la SISSR.
1-3 meses 15 8.5 1 1.3
3-6 meses 17 9.6 16 21.3
Tabla 2. Puntajes obtenidos por los dos grupos en la escala EVIS
6-12 meses 25 14.1 17 22.7
1-2 años 47 26.6 21 18.0 Escalas y factores Grupo 1 (n = 164) Grupo 2 (n =75)
2 años o más 54 30.5 17 22.7 M (DE) M (DE)
Rango Rango
Número de separaciones
EVIS 22.00 (20.46) 5-117 96.68 (59.14) 10-254
0 59 33.3 27 36.0
VP 12.71 (11.07) 0-61 38.05 (17.11) 0-66
1 37 20.9 20 26.7
VF 5.58 (8.47) 0-41 31.94 (29.15) 0-93
2 24 13.6 6 8.0
VFS 0.65 (2.42) 0-15 9.28 (13.33) 0-68
3 21 11.9 11 14.7
VS 3.04 (5.58) 0-30 17.40 (16.72) 0-57
4 4 2.3 2 2.7
5 8 4.8 2 2.7 Nota. EVIS = Escala de Violencia e Índice de Severidad. Factores de la EVIS: VP =
violencia psicológica (factor 1); VF = violencia física (factor 2); VFS = violencia física
6 o más 11 6.7 7 9.8
severa (factor 3); VS = violencia sexual (factor 4).
Análisis de Datos Tabla 3. Puntajes obtenidos por los dos grupos en la escala SISSR
Grupo 1 (n =164) Grupo 2 (n = 75)
Se realizaron estadísticos descriptivos para los datos demográficos,
Frec. % Frec. %
de la pareja y de la relación de pareja. Se calculó la media, desviación
Primer cuartil (0-49) 132 80.50 22 29.30
estándar y rango para los puntajes de la EVIS. Para la SISSR se conside-
Segundo cuartil (49-98) 24 14.63 35 46.66
raron los puntajes en base a cuartiles, debido a que aún no cuenta con
Tercer cuartil (98-147) 7 4.26 9 12.00
puntos de corte establecidos.
Cuarto cuartil (147-196) 1 0.60 9 12.00
Por otro lado, se calculó el coeficiente de correlación eta para
cuantificar el grado de asociación existente entre los datos sociode- Nota. SISSR = Escala de Síndrome de Estocolmo.
Síndrome de Estocolmo en Violencia de Pareja 59
Asociación de los Factores Sociodemográficos, de Pareja y de psicológica) y dos (violencia física) de la EVIS, mientras que el grupo
Relación de Pareja con la EVIS y la SISSR dos presentó algunas correlaciones entre todos los factores de ambas
pruebas. Se observa que el grupo uno presentó una mayor correla-
El índice de correlación eta define un rango de 0 a 1, donde 0-.39 se ción de la SISSR con la violencia de tipo psicológica (coeficiente de
considera una correlación baja, de .40-.69 una correlación media y de correlación = .432, significancia: p ≤ .001), mientras que el grupo dos
.70-1.0 correlación alta. En este estudio sólo se reportan las correla- presentó una mayor correlación de la SISSR con la violencia de tipo
ciones medias y altas. Se consideraron como variables dependientes sexual (coeficiente de correlación = .353, significancia: p ≤ .01) Las
los puntajes de la EVIS, así como los de la SISSR, mientras que las va- correlaciones generales de las escalas y sus factores están represen-
riables independientes fueron las categóricas correspondientes a los tadas en la Tabla 5.
datos sociodemográficos, de la pareja y de la relación de pareja. Los El modelo de regresión evidenció que la correlación entre los
resultados están resumidos en la Tabla 4. valores globales de la EVIS y la SISSR fue superior en el grupo uno
(r = .523, error estándar = 25.67) comparada con el grupo dos (r =
Tabla 4. Correlación de los datos demográficos, de la pareja y de la relación .391, error estándar = 41.35).
de pareja con la escala de Violencia e Índice de Severidad (EVIS) y la escala de
Síndrome de Estocolmo (SISSR)
Discusión
Grupo 1 Grupo 2
EVIS SISSR EVIS SISSR Son escasos los estudios empíricos dirigidos a evaluar el síndrome
Datos demográficos de Estocolmo relacionado con la IPV (Ahmad et al., 2018; Demarest,
Edad .421 .461 .802 .772 2009). La presente investigación tuvo como objetivo indagar la pre-
Estado civil .421 sencia de síndrome de Estocolmo en mujeres mexicanas víctimas de
Experiencias de maltrato durante violencia de pareja.
.441 .481 .421
la infancia y adolescencia
En este estudio se consideraron dos grupos: el grupo uno estuvo
Datos de la pareja
constituido por mujeres jóvenes, universitarias y solteras y el grupo
Edad .651 .75**
Ocupación .581
.461 .732 dos estuvo conformado por mujeres que cohabitaban o habían coha-
Adicciones .471 .442
bitado con sus parejas, con una historia de IPV más frecuente y grave,
Datos de la relación de pareja
con un rango de edad mayor y con diferentes niveles de escolaridad.
Número de parejas que ha tenido .461 .421
La violencia de tipo psicológica fue la más prevalente en ambos
grupos, seguida de la física, sexual y física severa. Estos resultados
Duración de la relación .471
concuerdan con otros estudios con respecto al orden de la prevalencia
Número de separaciones .722 .411 .441
de cada tipo de violencia (Olaiz, Rojas, Valdez, Franco Palma, 2006;
Nota. Los índices del coeficiente eta considerados fueron la correlación media (1 .40-
Ortega-Ceballos et al., 2007; Valladares, Peña, Persson Högberg,
.69) y alta (2 .70-1.0).
2005).
Se encontró un mayor promedio de IPV en el grupo dos compa-
Asociación de la SISSR con la EVIS y sus Factores rado con el grupo uno. Sin embargo, se observa que las desviaciones
estándar dentro de cada grupo son bastante grandes, lo cual podría
A través del análisis de correlación de Spearman se encontró una indicar una gran variabilidad dentro de cada grupo o bien la nece-
correlación significativa (p ≤ .01) entre la SISSR y la EVIS en los dos sidad de delimitar aun más los criterios de inclusion para cada una
grupos. Asimismo, los factores de la escala SISSR se correlacionaron de las muestras. Con respecto a la interpretación de los resultados
significativamente con la EVIS en ambos grupos (p ≤ .01), excepto relacionados con los puntajes obtenidos en la SISSR, es fundamental
para el factor Love en el grupo uno. La SISSR presentó una correlación considerar dos limitaciones importantes: por un lado, actualmente
significativa (p ≤ .01) con los factores uno (violencia psicológica) y dos no existen puntos de corte específicos para la interpretación de es-
(violencia física) de la EVIS en el grupo uno, mientras que el grupo cala y, por otro lado, los creadores de la SISSR (Graham et al., 1995)
dos presentó una correlación significativa (p ≤ .05) con casi todos los consideraron el hecho de que durante la contestación de ésta es más
factores de la EVIS, excepto para el factor tres (violencia física severa). probable que las participantes minimicen el grado de sus respuestas,
El grupo uno evidenció una correlación significativa entre la escala lo cual es precisamente uno de los síntomas del síndrome de Estocol-
SISSR y algunos de sus factores solo con los factores uno (violencia mo. Sin embargo, a pesar de las restricciones descritas anteriormente,
nuestra hipótesis en la cual se aseveraba que un porcentaje conside- Ambos grupos presentaron una correlación entre las experien-
rable de nuestras participantes presentarían síntomas del síndrome cias de maltrato y la SISSR. Este hallazgo podría explicarse a tra-
fue confirmada, ya que nuestros resultados evidenciaron la presencia vés de la ley de generalización del estímulo propuesta por Graham
de síndrome de Estocolmo en ambos grupos, siendo mayores los pun- (1994), la cual postula que una víctima o grupo traumatizado mos-
tajes en el segundo grupo comparado con el primero, lo cual podría trará las mismas reacciones (esperanza, hipervigilancia y enlace)
indicar que a mayor violencia mayor síndrome de Estocolmo, o bien a otra persona o grupo que no sea el abusador si esta otra persona
estos resultados pudieran también ser debidos a la diferencia entre o grupo ha demostrado abuso y/o amabilidad con la víctima y la
los dos grupos en parámetros tales como grado de intimidad, expo- víctima lo ha percibido como similar al abusador. Es decir, según lo
sición, contexto y dinámica de la violencia, factores de riesgo, etc., anterior, los individuos que han experimentado abuso en el pasado
los cuales se presentan con mayor intensidad en las relaciones con- pueden haber desarrollado esta generalización debido al tipo de re-
yugales comparadas con las relaciones de noviazgo (Carlson, 1987; lación desarrollada con la(s) persona(s) abusiva(s) en sus experien-
Sanhueza Morales, 2016). Estos factores también pudieran estar re- cias pasadas; esta relación se repetirá en su relación con personas
lacionados, además, con el siguiente hallazgo de este estudio: en el que se comportan de forma similar con ellos, tal es el caso de una
grupo uno se evidenció una correlación del síndrome de Estocolmo pareja abusiva. De la misma forma, algunos estudios encontraron
con la violencia de tipo psicológica y física, siendo mayor dicha corre- que las experiencias personales de maltrato durante la infancia y
lación con la violencia de tipo psicológica, mientras que el grupo dos adolescencia tanto dentro como fuera del hogar favorecen las ex-
presentó una correlación de este síndrome con todos los tipos de vio- periencias posteriores de violencia (Alvarado-Zaldívar et al., 1998;
lencia, siendo mayor dicha correlación con la violencia de tipo sexual. Anacona, 2008; Ortega-Ceballos et al., 2007).
Asimismo, el modelo de regresión evidenció que la correlación en-
tre los valores globales de la EVIS y la SISSR fue superior en el grupo
Conclusiones y Limitaciones
uno comparada con el grupo dos. Esto podría indicar que el síndro-
me de Estocolmo estaría más relacionado con la IPV en el grupo uno,
El presente estudio es uno de los primeros intentos realizados
mientras que en el grupo dos el síndrome de Estocolmo no solo esta-
con el objetivo de determinar la presencia de síndrome de Estocolmo
ría relacionado con la IPV sino también con otros factores. Lo anterior
en mujeres víctimas de violencia de pareja, lo cual es un principio
alude a nuestra segunda hipótesis, en la cual se confirma que tanto la
importante para comprender de una mejor manera los comporta-
presencia como la magnitud del tipo de violencia de pareja como del
mientos paradójicos ya reportados en estos casos. Debido al tipo de
síndrome de Estocolmo podrían asociarse a una serie de factores, ta-
estudio y a la muestra considerada los resultados y las conclusiones
les como de tipo sociodemográficos, de antecedentes personales, de
no representan aportes generalizables ni causales, sino una pequeña
las características de la relación de pareja o de la naturaleza y tipo de
contribución al estudio empírico del síndrome de Estocolmo relacio-
la experiencia. Esto ya fue propuesto por Montero (2001) quien, a tra-
nado con la violencia de pareja, así como un preámbulo para futuros
vés de su modelo de síndrome de adaptación paradójica a la violencia
estudios. Como base para la presente investigación se evaluó la pre-
doméstica postuló que existen algunos factores predisponentes y/o
facilitadores para el desarrollo del síndrome. Asimismo, Graham et sencia de violencia de pareja, sus tipos y su severidad, encontrándose
al. (1995) encontraron una correlación de determinados factores in- que en ambos grupos se presentan todos los tipos de violencia, de
dividuales, de la pareja y de la relación de pareja con los puntajes del manera moderada en el grupo uno y de manera severa en el grupo
síndrome de Estocolmo. dos, siendo más prevalente la violencia psicológica en los dos grupos.
En este estudio se encontró que algunas de las características men- Asimismo se encontró que un porcentaje considerable de nuestras
cionadas se correlacionaban con la EVIS y con la SISSR en ambos gru- participantes presentaron síntomas del síndrome, siendo mayor en
pos. Por ejemplo, el grupo uno presentó una correlación entre las adic- el grupo dos comparado con el grupo uno, lo cual confirmó nuestra
ciones de la pareja con la EVIS y con la SISSR. Dicha asociación ya se primera hipótesis. Por otro lado, se evidenció una correlación signi-
ha reportado en otros estudios (Alvarado-Zaldívar, Salvador Moysén, ficativa entre la EVIS y la SISSR y de ambas escalas con algunas ca-
Estrada-Martínez, Terrones-González, 1998; Caetano, Schafer Cunra- racterísticas demográficas de las participantes, de la pareja y de la
di, 2017; Field, Caetano Nelson, 2004; Ortega-Ceballos et al., 2007), a relación de pareja, las cuales en su mayoría ya habían sido reportadas
pesar de que el grupo dos no presentó esta correlación, lo cual quizá anteriormente (Graham et al., 1995). De manera general, en este estu-
indicaría que las adicciones no siempre juegan un papel determinante dio se encontró que los puntajes del síndrome de Estocolmo están re-
en la presencia de violencia de pareja y del síndrome de Estocolmo. lacionados íntimamente con la frecuencia y severidad de la violencia,
Por otro lado, se ha reportado que las características de la relación aunque se encontró que esto depende también de otros factores, tales
son un factor importante en la violencia de pareja (Caetano, Vaeth, como el tipo de relación de pareja y de violencia experimentados.
Ramisetty-Mikler, 2008) y sin duda también en la presencia del sín- Estos hallazgos confirmaron nuestra segunda hipótesis, en la cual se
drome de Estocolmo. Por ejemplo, Graham et al. (1995) encontraron aseveró que tanto la presencia como la magnitud del tipo de violencia
que a mayor número de separaciones de la pareja mayores eran los de pareja, así como del síndrome de Estocolmo, podrían asociarse a
puntajes del síndrome de Estocolmo, lo cual fue interpretado como una serie de factores.
un índice importante de distrés en la relación, que podría intensificar La primer limitación importante de este estudio es que se evaluó
aun más los síntomas del síndrome de Estocolmo. Esto fue confirma- una muestra no probabilística de tipo intencional, lo cual impide ex-
do en el grupo uno, el cual presentó una correlación entre el número trapolar estadísticamente las estimaciones obtenidas a la población.
de separaciones con la EVIS y la SISSR, mientras que el grupo dos pre- Debido a lo anterior, sería fundamental realizar más investigaciones
sentó esta correlación solo con la EVIS, dato que podría indicar que la con diferentes tipos de muestras con el objetivo de determinar las
presencia del síndrome de Estocolmo en el grupo dos ya no depende consistencias y diferencias en los resultados con respecto a este es-
tanto de la estabilidad de la relación como de otros factores. tudio. La segunda limitación es que las escalas disponibles tanto para
Tanto la edad de las participantes como de la pareja se correla- evaluar la violencia de pareja como el síndrome de Estocolmo son es-
cionaron con la EVIS y la SISSR en ambos grupos, lo cual podría in- casas. Asimismo, los creadores de la escala de síndrome de Estocolmo
dicar que aspectos relacionados con la edad, tales como la madurez, (Graham et al., 1995) afirman que deben de considerarse cuidadosa-
la experiencia, el tipo de conducta, las relaciones sociales o bien mente diversos aspectos en la aplicación e interpretación de esta, ya
cierta percepción de las participantes hacia sus parejas podrían ser que, debido a los síntomas propios del síndrome de Estocolmo, las
determinantes tanto para la presencia de IPV como de síndrome de participantes y los participantes suelen negar o minimizar sus sín-
Estocolmo. tomas. Debido a lo anterior sería interesante diseñar y utilizar otros
Síndrome de Estocolmo en Violencia de Pareja 61
As a basis for the present investigation, the presence of IPV, its García-Moreno, C., Pallitto, C., Devries, K., Stockl, H., Watts, Ch. y Abrahams,
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