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CARGAR CON LA REALIDAD
HONRADEZ CON LO REAL
Honradez con lo real significa responder primariamente a la exigencia misma de la
realidad. Esto significa que, dicho en lenguaje todavía muy genérico, que cuando nos aprisiona Y la verdad de la realidad con la injusticia, de ella misma surge un incondicional "sí" a la vida y un incondicional "no" a la muerte por todo seguido él no de la realidad es a su misma negación, a la ausencia, carencia y aniquilación de vida. En terminología bíblica es el "no" al fraticida de Caín, él "no" a la opresión de Egipto, él "no" de los profetas a lo que venden al justo por un parte sandalias. No hay teología ni te odisea subsecuente que pueda acallar o relativizar ese "no" primario de la realidad. Dicho de forma positiva, la honradez ético-práxica es la misericordia ante la realidad. misericordia que no se reduce aquí a lo emocional afectivo (Aunque lo puede acompañar), sino que significa reacción ante el sufrimiento ajeno que sea interiorizado, que se ha hecho una misma cosa con un mismo, para salvar. Es reacción primera y última, desde la cual cobrarán sentido otras dimensiones del ser humano, pero si la cual ninguna otra cosa llega a ser humana. En esta misericordia se realiza el ser humano cabal, como dice Lucas en la parábola del buen samaritano; con ella los evangelios tipifican al mismo Jesús -quien tantas veces actúa "movido a misericordia"-, con ella tipifican al mismo Dios a quien se les enternecen a las entrañas y por ello acoge y abraza al hijo pródigo. La misericordia es, pues, el modo correcto de responder a la realidad, y es también el modo último y decisivo, como la sanciona la parábola del juicio final. Todo, absolutamente todo, depende del ejercicio de la misericordia. De ella depende la salvación trascendente, pero también el vivir ya en la historia como seres humanos Salvados - ¡He visto la operación de mi pueblo en Egipto, he oído El clamor que le arranca su voz compresores y conozco su angustia! Voy a bajar para librarlo de poder de los egipcios. Lo sacaré de este país y lo llevaré a una tierra nueva y espaciosa, a una tierra que mala leche y miel, a la tierra de los canenos, hititas, amorreos pereceos, jeveos y jebuseos. El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí. He visto también cómo son oprimidos por los egipcios. Ve, pues; yo te envío al faraón para que saque de Egipto a mi pueblo, a los israelitas. Ex 3, 7-12 -Conozco tus obras no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fuera frío o caliente! Pero eres solo tibio; ni caliente ni frío. Por eso voy a vomitarte de mi boca. Ap. 3, 15_16 - ¿Acaso olvida una madre a su niño de pecho, y deja de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré. Fíjate: te llevo tatuada en la palma de mis manos.
1. Según los siguientes textos, ¿qué relación existe entre justicia y compasión? ¿Crees que un juez debe tomar partido por el más débil?
Relación entre justicia y compasión:
En los textos presentados, la justicia y la compasión están estrechamente vinculadas. La justicia no se limita a una mera aplicación de leyes o normas; incluye un componente emocional y moral que considera las circunstancias y sufrimientos de las personas. En el primer texto bíblico (Éx 3,7-10), Dios muestra compasión por el sufrimiento de su pueblo en Egipto y decide actuar en consecuencia para liberarlos, ejemplificando una justicia que se manifiesta a través de la acción compasiva. En el segundo texto (Ap. 3,15-16), se critica la tibieza, sugiriendo que una verdadera justicia requiere una postura firme y comprometida, posiblemente con un componente emocional fuerte. El tercer texto (Is 50, 15-16) destaca la fidelidad y el amor incondicional de Dios, que no olvida ni abandona, lo que refleja una justicia sustentada en la compasión. La reflexión de Jon Sobrino también apoya esta idea, destacando que la misericordia no se reduce solo a lo emocional, sino que se realiza plenamente cuando se traduce en acciones concretas que responden a las necesidades y sufrimientos del prójimo. Opinión sobre si un juez debe tomar partido por el más débil: Sí, un juez debería tomar en consideración la situación del más débil, no necesariamente tomando partido de manera parcial, pero sí asegurándose de que la justicia se aplique de manera equitativa y justa, considerando las circunstancias individuales. La verdadera justicia, como se indica en los textos, no es simplemente una cuestión de aplicar reglas de manera ciega, sino de hacer lo correcto, lo cual a menudo implica proteger y favorecer a aquellos que están en desventaja o sufren injusticias. Esto se alinea con la idea de que la justicia debe incluir compasión y un reconocimiento de la realidad y necesidades de los individuos involucrados.
HACERCE CARGO DE LA REALIDAD
IR A RAÍZ DE LOS MALES
<Pecado> y <estructura de pecado>, son categorías que no se aplican
frecuentemente a la situación del mundo contemporáneo. Sin embargo, no se puede llegar fácilmente a una comprensión profunda de la realidad que tenemos ante nuestros ojos, sin dar un nombre a la raíz de los mares que nos aquejan. Se puede hablar ciertamente el <egoísmo> y de <estrechez de mira>. Se puede hablar también de <cálculos políticos errados> y de <decisiones económicas imprudentes>. Y en cada una de estas calificaciones se percibe una resonancia de carácter ético moral. En efecto la condición del hombre tal que resulta difícil analizar profundamente las acciones y omisiones de las personas sin que implique, de una u otra forma juicios o referencias de orden ético. Estas valoraciones de por sí positivas, sobre todo si llega a ser plenamente coherente y si se funda en la fe en Dios y en su ley, que ordena el bien y prohíbe el mal. En esto está la diferencia entre la clase de análisis sociopolítico y la referencia formal al <pecado> y a las <estructuras de pecado>. Según esta última visión, se hace presente la voluntad de Dios tres veces Santo, su plan sobre los hombres, su justicia y su misericordia. Dios <rico en misericordia>, <redentor del hombre>, <señor y dador de vida>, exige de los hombres actitudes precisas que se expresan también en acciones u omisiones ante el prójimo. Aquí hay una referencia a la llamada segunda tabla de los 10 mandamientos (cf. Ex 20, 12-17; Dt 5, 16-21). Cuando no se cumple esto se ofende a Dios y se perjudica el prójimo introduciendo el mundo condicionado miento y obstáculos que van mucho más allá de las acciones y de la breve vida del individuo. Afectan a sí mismo al desarrollo de los pueblos, cuya aparente dilatación o lenta marcha debe ser una también bajo esta luz.
2. En los textos siguientes se habla de leer la realidad social en profundidad, desde
las raíces que la configuran. ¿Qué opinas del análisis que encuentra “estructuras de pecado” en los cimientos sociales? ¿Cómo se manifiesta ese pecado estructural en la realidad colombiana?
Opinión sobre el análisis de “estructuras de pecado”:
El análisis que identifica “estructuras de pecado” en los cimientos sociales es una herramienta valiosa para comprender cómo las injusticias y desigualdades están arraigadas en las instituciones y normas de una sociedad. Estas estructuras no son solo el resultado de acciones individuales, sino de sistemas y políticas que perpetúan la inequidad, la opresión y la marginación. Reconocer estas estructuras permite abordar los problemas de manera más integral, buscando no solo cambiar comportamientos individuales, sino transformar los sistemas que generan y sostienen las injusticias. Manifestación del pecado estructural en la realidad colombiana: En la realidad colombiana, el pecado estructural se manifiesta en diversas formas. Algunos ejemplos incluyen: Desigualdad económica: Una brecha significativa entre ricos y pobres, con una distribución inequitativa de la riqueza y los recursos, lo que perpetúa la pobreza y la exclusión social. Conflicto armado y violencia: La presencia de grupos armados ilegales y el narcotráfico, que generan violencia, desplazamiento forzado y violaciones de derechos humanos, afectando principalmente a las comunidades más vulnerables. Corrupción: Prácticas corruptas en diversas esferas del gobierno y la administración pública, que socavan la confianza en las instituciones y desvían recursos que podrían destinarse al bienestar común. Discriminación y exclusión: La marginalización de ciertos grupos sociales, incluyendo poblaciones indígenas, afrodescendientes y personas LGBTIQ+, quienes enfrentan barreras para acceder a oportunidades y derechos básicos. Acceso desigual a la educación y la salud: Falta de acceso equitativo a servicios de calidad, lo que limita las oportunidades de desarrollo y bienestar de amplios sectores de la población. Estas manifestaciones reflejan cómo las estructuras de pecado pueden estar profundamente incrustadas en la sociedad, afectando la vida diaria y las oportunidades de millones de personas.
La vigencia de la tradición profética y sapiencial contra la corrupción, y el pecado estructural. Concilium 358 (2014): Concilium 358/ Artículo 10 EPUB