Discobolo de Mirón
Discobolo de Mirón
Discobolo de Mirón
Realizada en torno al 455 a. C. podemos decir que es la primera obra del Clasicismo pleno dentro del arte griego.
Hoy se encuentra expuesta en el Museo Nacional Romano, que parece ser la más fiel al original, también existen
otras copias, con algunas diferencias.
Discóbolo de Mirón. Copia Romana (h. 455 a. C.) Museo Nacional Romano
DESCRIPCIÓN: Se trata de una escultura exenta o de bulto redondo, figurativa, de naturalismo idealizado. Está
tallada en mármol, aunque casi con toda seguridad, el original fue fundido en bronce mediante la técnica de la cera
perdida. Representa a un atleta en el instante justo de soltar el disco, con todo el cuerpo flexionado y lleno de
tensión, durante la celebración de unos juegos.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Durante el Clasicismo, los artistas buscan la belleza ideal, entendida ésta como número
y proporción entre las partes. El arte no tiene otra función sino el arte en sí y es ajeno a otros significados de índole
político o religioso. El Discóbolo, es en este sentido, es una simple representación de la belleza ideal del cuerpo
humano, de forma racional, a través de la matemática. Seguramente la escultura estaría destinada a estar expuesta
en un ágora o cualquier otro espacio público.
COMENTARIO: Con el triunfo de la democracia en Atenas y durante el gobierno de Pericles, se llega a un periodo
de esplendor tanto en lo político, económico y cultural. Es durante este periodo donde se forma el Clasicismo Pleno,
que partiendo de muchos de los avances que se llevaron a cabo durante el Estilo Severo, se introducen nuevos
conceptos estéticos, formados a partir de la idealización en la representación de la naturaleza, el ideal del cuerpo
humano como receptáculo de la inteligencia y sobre todo la introducción de la armonía, entendida como proporción
entre las partes, regida por la matemática, en la búsqueda de la representación ideal.
Por tanto, la belleza, como criterio estético, se expresa de un modo racional, se abandonan los temas mitológicos y
se insiste en la representación del cuerpo humano, derivado del carácter antropocentrista de la sociedad de la
época. Las esculturas ya no tendrán un mensaje iconográfico, sino solamente estético, con el fin de crear placer por
la simple contemplación de la belleza. Su único fin será el arte por el arte.
El Discóbolo de Mirón, a pesar de tener todavía ciertos rasgos del Estilo Severo, como la representación del ethos,
que se observa en ese gesto contenido y sereno del atleta. Será una de las primeras obras que representen este
nuevo ideal de belleza, donde número y proporción jugarán un papel importante. El Discóbolo de Mirón fue muy
afamado en su época e incluso en siglos posteriores, como sabemos a través de las numerosas copias romanas. Su
influencia en el arte podemos verla incluso en el Pensador de Rodin.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante la obra conocida como Ménade Furiosa o Ménade Danzante, se trata de
una copia romana de un original atribuido a Scopas, escultor originario de la isla de Paros. La obra está datada
hacia la mitad del siglo IV a. C. y pertenece al estilo Postclásico o Clasicismo Tardío. Hoy en día se encuentra
expuesta en el Museo Albertinum de Dresde. Su conservación no es muy buena, encontrándose en estado
fragmentario.
Lisipo escoge para la composición el uso del contrapposto, con una marcada curva que
recuerda a las composiciones de Praxíteles. La musculatura es marcada y voluminosa,
llegando a presentar diartrosis o exageración en las articulaciones como se observa en el
pliegue inguinal, aunque huye de planos geométricos como hiciera Policleto, resultando una
escultura de gran naturalidad. Podemos decir que la composición es cerrada, no sólo en su
forma, sino en su contenido, ya que Hércules aparece absorto en sus pensamientos, no
obstante, la forma del contrapposto, así como la mano en la espalda que esconde la manzana
del jardín de las Hespérides, invitan al espectador a la búsqueda de diferentes puntos de vista.
Como observamos utiliza diferentes texturas, que dan lugar a una superficie fina y pulida en el
desnudo, mientras que el pelo y la barba, así como la melena del león presentan un trabajo a
trépano que forman contrastes de luces y sombras.El rostro, al igual que hiciera Lisipo con el
Apoxiomeno, huye de expresiones exageradas y prefiere un gesto comedido, representando
el ethos, o dominio de las pasiones. En cuanto a la actitud, Lisipo no representa al héroe en su
victoria, sino que trata de humanizarlo al presentarlo abatido y cansado tras la realización de
los 12 trabajos.
DESCRIPCIÓN: La Victoria de Samotracia es una escultura de carácter figurativo, de bulto redondo y en píe. Está
tallada en mármol y tiene un altura de 2,65 m. El tema es mitológico, representando a una Atenea de la Victoria o
Atenea Niké, como podemos apreciar por sus alas desplegadas y estaría en un pedestal con forma de proa de
barco.
ANÁLISIS FORMAL: La Víctoria de Samotracia es una de las mejores expresiones del arte helenístico. Entre sus
características formales se encuentran la búsqueda del movimiento y el dinamismo frente al equilibrio del periodo
clásico. En este caso, el autor opta por una composición abierta, con unas líneas diagonales donde se enmarcan las
alas, y el propio cuerpo, que parece abalanzarse hacia el frente provocando esa sensación de desequilibrio,
podemos añadir una suave torsión que contribuye a esa sensación de desequilibrio que invita al espectador a
buscar diversos puntos de vista de la figura. Además, el empleo de la técnica de los paños mojados, da lugar a
numerosos pliegues en el jitón, que se arremolinan a lo largo del cuerpo, como si la figura avanzara contra el viento
o como si se posara sobre la proa de un barco. El modelado de los diferentes volúmenes anatómicos consiguen una
gran expresividad, la anatomía se transparenta a través del peplo, empleando la técnica que popularizara el gran
Fidias, el estudio anatómico es perfecto, dando lugar a unos volúmenes naturales y proporcionados, lo que
contribuye a crear una escultura de gran belleza y sensualidad. Además encontramos un gran repertorio de texturas,
sobre todo en los pliegues, que van desde los finos y transparentes a los gruesos y arremolinados, también
observamos texturas originales en la talla de las alas que imitan la suavidad de las plumas, el conjunto transmite
violentos contrastes de luces y sombras que contribuyen a una mayor expresividad y dramatismo.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: La escultura fue encontrada en el santuario de Cabiros en Samotracia en 1863.
Cumpliría una función votiva y conmemorativa, y seguramente celebraría la victoria de Samotracia sobre Antíoco III
de Siria.
COMENTARIO: Con las conquistas de Alejandro Magno, la cultura griega comienza a recibir nuevas influencias
tanto en lo político, en lo social como en lo artístico. En cuanto a lo artístico, comienzan a participar de nuevas
tendencias muchas llegadas de otras zonas mediterráneas como Egipto, Persia y Mesopotamia que contribuyen a
crear un arte que abandona la racionalidad y equilibrio clásicos y comienza una búsqueda del movimiento, el
desequilibrio, el dramatismo, la tensión, el patetismo y la representación del dolor o el sufrimiento además de otras
emociones. Con todo el periodo helenístico lo podemos clasificar como un barroquismo de las formas clásicas como
podemos apreciar en esta Victoria de Samotracia. Además se configuraron varias escuelas, que desarrollaron
estilos distintos que se distinguían por la representación más acentuada o menos de algunas características
descritas anteriormente. La Víctoria de Samotracia, pertenece a la Escuela de Rodas, donde se acentúa el
dramatismo, el movimiento y el desequilibrio. Estos efectos también los podemos encontrar en otras obras de esta
escuela como la conocida El Laocoonte y sus hijos.
COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE
LA ALEGORÍA DEL RÍO NILO
ANÁLISIS DE LA OBRA
Nos encontramos ante un grupo escultórico que representa al río Nilo como
un anciano recostado acompañado por una esfinge que simboliza su recorrido
egipcio y dieciséis niños pequeños jugando a su alrededor. Según Plinio, los
dieciséis niños que rodean y trepan por el cuerpo del Nilo representan los
dieciséis codos que podían crecer las aguas del río en la estación de la inundación
de los campos.
Esta obra tiene rasgos que se aprecian en todas las esculturas de la época. En
primer lugar, se fijó como módulo la cabeza y, a diferencia de los egipcios,
variaron el canon de belleza ideal del cuerpo humano con el transcurso del
tiempo: en el siglo V la proporción armónica fue de siete cabezas, y en el siglo IV
subió a ocho.
Los griegos opinaban que el desnudo era un esqueleto perfecto; este principio de
la diartrosis les hizo acentuar a división entre el tronco y las extremidades, y
dentro del torso marcaron nítidamente los pectorales, la cintura y el pliegue
inguinal. Finalmente rompieron con la ley de frontalidad tan típica en el arte
egipcio para adoptar la postura de contraposto.