Decididas A Reverdecer

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DECIDIDAS A REVERDECER

Números 7:13, proverbios 11: 28b, Job 14: 7


Sig. De la palabra reverdecer: Volverse a ponerse verde, cobrar nuevo
verdor, tomar una cosa nuevo vigor, tomar nuevas fuerzas.
Introducción:
1. La rebelión de Core datan y abiran. 2. La murmuración del pueblo
continua
Core un levita, junto a datan y abiran rubenitas y 250 líderes de la
congregación, se rebelan contra el liderazgo de Moisés y Aarón.
Motivo: ellos cuestionaron la autoridad exclusiva de Aarón como sacerdote y
la posición de Moisés como líder del pueblo, Moisés se postra ante Dios y
pide su intervención demostrando su confianza en Dios y su disposición a
que él sea que juzgue.
Dios le ordena a Moisés que haga que los rebeldes presenten incensarios al
tabernáculo en el siguiente dio. El que Dios escoja será confirmado como el
sacerdote.
Castigo divino: cayó sobre datan, viran y Core junto con sus familias, la tierra
abrió su boca y descendieron vivos al seol y fuego de jehová consumió a los
250 líderes que ofrecieron incienso.
Pero a pesar del castigo divino el pueblo murmura contra Moisés y Aarón,
acusándoles de la muerte de los rebeldes, esto desato que Dios enviara una
plaga como castigo por la murmuración 14mil personas mueren, pero Aarón
por orden de Moisés se puso entre los vivos y los muertos intercediendo por
el pueblo ofreciendo inciensio haciendo que la plaga se detenga.
Es en este panorama que Dios le da la ordena a Moisés en números 17: 1 la
3.
I. LAS VARAS.
Eran unos bordones de madera seca, que servían tanto de apoyo para
caminar largas distancias, como instrumentos de defensa cuando algún
animal atacaba las ovejas del rebaño. Pero también eran símbolo de la
autoridad de Dios al hombre.
Según la lógica humana y las leyes de la naturaleza inherentes, resultaba
imposible que una vara de estas volviera a reverdecer jamás, ni crear ramas,
hoja y flores y frutos.
En un instante durante la noche, la savia empezó a fluir en aquella vara seca
y no solo reverdeció, sino que simultáneamente paso por las etapas de
producción: ramas, flores y frutos maduros.
La vara estaba seca, y no hubo duda a los ojos humanos que Dios había
escogido a Aarón.
II. ¿DE QUIEN ERA LA VARA?
Recordemos que en Éxodo 32:1-6 Aarón se equivocó a lo grande, cedió a la
voluntad del pueblo y pecó en lo del becerro de oro. Cuando Moisés
descendió del monte, Aarón se disculpó en los versículos 22-24, y quiso
echar la culpa al pueblo, cuando él había tomado parte en el pecado. Hizo un
becerro de oro y luego proclamó que el día siguiente sería fiesta a Jehová.
Pero debemos observar aquí que Dios no escoge a los perfectos, sino a
gente imperfecta como somos todos, y Él trabaja con cada uno para Su
gloria. Si preguntamos si vas a escoger a una persona como Aarón para ser
líder, sumo sacerdote, seguro que la respuesta es “no”. Yo sé que yo no lo
escogería, pero Dios sí, escogió lo vil, lo bajo, y sin embargo Dios será
glorificado en los que escoge. En Números 17, ante el rechazo y la
murmuración del pueblo, Dios le da una nueva oportunidad de servirle y
glorificarle. Esto es la gracia y misericordia de Dios.

III. ¿DÓNDE REVERDECIÓ?


Era imposible que la vara reverdeciera, según la perspectiva natura ya que.
Según la biología: las varas cortadas de los arboles no tienen la capacidad
de florecer no tienen las raíces, ni los nutrientes necesarios para producir
nuevo crecimiento.
Según el tiempo: el proceso natural de floración toma tiempo, vemos en
este relato que la vara floreció en un corto tiempo. Una noche.
Condiciones ambientales: las condiciones climáticas y del suelo son
factores importantes para la floración como la luz solar, el agua, la
temperatura adecuada. Y ninguna de estas condiciones estaban en esta
vara.

El versículo 4 dice que fue en el tabernáculo. El versículo 7 dice: “delante de


Jehová”.
En la presencia de Dios aquella vara floreció. Solamente en Su presencia
podemos llevar fruto. Separados de Él nada somos ni nada podemos hacer
(Jn. 15:1-7). Si quieres que tu vida cambie y que hagas cosas que ahora te
parecen imposibles, tienes que acercarte a Dios y pasar tiempo en Su
presencia.
Te va a costar algo. Tendrás que sacrificar algo de valor temporal para algo
de valor eterno. Las cosas del mundo jamás te darán poder ni fruto en la
vida espiritual. En el caso de la vara de Aarón, mirad bien y daos cuenta,
¡porque un bastón cobró vida! Tú y yo tenemos que estar en el santuario de
Dios.
En la presencia de Dios todo es posible. Esto nos enseña a ordenar y
programar nuestra vida para estar más con el Señor, y apartarnos más de lo
del mundo – sus diversiones y pasatiempos livianos y sin importancia eterna.
El Salmo 145:1-2, por ejemplo, habla de exaltar y bendecir al Señor cada día.
Cada día necesitamos estar en la presencia de Dios, humillados,
agradecidos, adorando, alabando y buscando Su consejo y dirección. No
somos fuentes de sabiduría, pero Él sí que lo es. Sus misericordias son
nuevas cada mañana (Lam. 3:22-23), y las necesitamos cada mañana. Como
sacerdotes que somos tenemos que venir cada día, mantener las lámparas,
poner el sacrificio de la mañana y el de la tarde, adorar e interceder por
otros.
IV. ¿CUÁNDO FLORECIÓ?
No durante el día, sino durante la noche. En Números 17:8 dice: “el día
siguiente” hallaron que la vara de Aarón había florecido. Pasada la noche,
vieron lo que Dios había hecho.
La noche tipifica pruebas, dolor, tristeza, incertidumbre, desiertos.
Recordemos las palabras de David en el Salmo 30:5, “por la noche durará
el lloro, y a la mañana vendrá la alegría”. Dios puede hacer reverdecer
tu vara. Seguimos orando y confiando, y aún en la noche de la angustia y el
desánimo, Dios estará obrando a favor nuestro. Grande es Su fidelidad.
Job dijo: “en el esperaré” (Job 13:15).
Isaías dijo: “Esperaré...en él confiaré” (Is. 8:17).
Jeremías dijo: “en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al
alma que le busca” (Lam. 3:24).
Sea también así nuestra determinación en tiempos de pruebas, dificultades,
conflictos y desánimos. Acerquémonos a la presencia del Señor y esperemos
en Él para ver lo que Él hará.
V. ¿QUE PRODUJO?
primer lugar reverdeció, nos habla como de una especie de resurrección.
Nada puede salir de algo seco y muerto, pero había algo como un imposible, nació
de nuevo la vida.

En segundo lugar, floreció; la belleza incomparable de la flor del almendro


me habla de una serie de características que tienen que venir como
resultado de una vida renovada, es simplemente inevitable.
En tercer lugar, echó renuevos; esto nos habla de fertilidad, reproducción…
Y en cuarto lugar llegó lo inevitable, dio fruto. En este caso alguna versión
apunta a que las almendran eran dulces y maduras, me quedo con eso. El
fruto es simplemente lo que demuestra lo que somos, y aquella vara tomada
y resucitada por el mismo Dios, dio un delicioso fruto propio de una vara
muy especial tocada por la mano de Dios con Su Espíritu.
Todo resultará reseco, baldío y con mal gusto, enlatado y enfrascado, no
tendrá viveza frescura ni valor, si va en mis propios talentos y dones, de
nada vale sin Su santa unción.
Mi vara seca, escogida por el mismo Dios, jamás podrá lograr todas las cosas
citadas, si no vivo permanentemente en la presencia de mi Dios,
nutriéndome de su Palabra, bebiendo su Agua de Vida, dejando que su
Espíritu me empape… Y todo esto requiere tiempo a solas con Él, no hay otro
modo.
Reverdecer es un proceso de renovación y crecimiento, es regresar a una
vida más cerca de Dios, caracterizada por una fe más profunda, una relación
más íntima con él y un mayor compromiso. Gozo Sentir una alegría profunda
que proviene de la relación con Dios. Esperanza. Tener una perspectiva
positiva y confiada en el futuro. Fuerza: encontrar fortaleza para enfrentar
las dificultades y los desafíos de la vida. Amor crecer en el amor de Dios, al
prójimo y a uno mismo
Cuando mi vida reverdece hay paz interior se experimenta uan mayor paz y
serenidad de la vida, gozo
dijo el profeta Isaías: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago
retoñará de sus raíces” Isaías 11:1.
Cuando un tronco es cortado, lo que se espera es que se pudra o se tome
como leña para encender algún fuego, ya no se espera nada de él. Pero en el
momento que del palo seco sale un renuevo ¡Hay esperanza, pues sabemos
que hay vida!
Me encanta lo que os he puesto al principio:
“Nadie crece; sólo ante la presencia de Dios.
Nadie reverdece; sino ante la presencia de Dios.
Nadie florece, sino ante la presencia de Dios.
Nadie da fruto; sino ante la presencia de Dios”.

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