Medios Comunicacion Cultura Politica Pineiro
Medios Comunicacion Cultura Politica Pineiro
Medios Comunicacion Cultura Politica Pineiro
Ponencia presentada en
IX Jornadas InterEscuelas Departamentos de Historia, 2003
Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba
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Piñeiro, E. (2003). Medios de comunicación, cultura y política : el caso “Primera Plana” [en línea] Ponencia presentada
en IX Jornadas InterEscuelas Departamentos de Historia. Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad
Nacional de Córdoba. Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/contribuciones/medios-comunicacion-cultura-politica-pineiro.pdf [Fecha
de consulta: ….]
IX JORNADAS INTERESCUELAS DEPARTAMENTOS DE HISTORIA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA
Facultad de Filosofía y Humanidades
24 al 26 de Septiembre de 2003
Mesa 30: Prensa y Cine: la política en la Argentina Contemporánea
Coordinadoras: Dora Barrancos (UBA) Leticia Preslei (UNCO)
Introducción.
Los medios de comunicación han adquirido extraordinaria relevancia en la sociedad
contemporánea. En un mundo cada vez más complejo actúan como creadores, orientadores,
manipuladores y árbitros de la opinión pública, agentes de socialización y mediadores de la
realidad política.
En las décadas del 50 y 60 el fenómeno más singular en lo que respecta a la prensa escrita
fue la aparición de revistas de información general y especializada dirigidas a un sector de
público definido por cierto nivel económico e intelectual, que identificaba su propio status
con la lectura de publicaciones que utilizaban un modelo fundado en la objetividad y
seriedad en el tratamiento de la información económica, política y cultural.
El estudio de caso que proponemos refiere precisamente a un semanario de información
general, "Primera Plana", cuyo primer número apareció en Buenos Aires en noviembre de
1962 en un contexto político signado por la proscripción del peronismo, el fracaso de la
experiencia democrática e integradora del "frondicismo", la crisis política y las tendencias
pretorianas de las fuerzas armadas.
La mayoría de las investigaciones dedicadas al estudio del período han hecho referencia a
la función de renovación cultural que el semanario cumplió entre el público al que iba
dirigido al convertirse en caja de resonancia de las innovaciones que en ese campo se
estaban produciendo en el mundo desarrollado y en el continente latinoamericano
contribuyendo por esta razón a incentivar el consumo cultural y a difundir la ideología de la
modernización.
Otras en cambio, enfatizaron el rol que jugó en el desarrollo de la campaña golpista que
culminó con el golpe militar de 1966. Son escasas, sin embargo, las que hacen referencia al
proyecto de representación política que la revista encarnó desde el momento de su
aparición y a la vinculación entre ese proyecto y la difusión de los cambios culturales y de
las innovaciones locales que proponían un ideal de eficacia y dinamismo económico y
social.
En un trabajo anterior ya publicado establecimos que la publicación representaba el
proyecto político de un determinado grupo de actores decididos a imponer la ideología de la
modernización y el desarrollo en el campo económico por medio de una salida política
condicionada o directamente por la vía autoritaria.
En esta ponencia trataremos de comprobar una segunda hipótesis que pretende demostrar
que para la consecución de su objetivo era funcional difundir en la sociedad las ideas de
renovación científica, técnica y cultural que hasta entonces eran patrimonio de un reducido
grupo de intelectuales y de las elites reformistas universitarias. Aún cuando el grupo de
actores involucrados en el proyecto político que la revista representaba rechazara muchos
aspectos de la modernización cultural, como quedaría demostrado cuando llegaran al poder,
necesitaban favorecer la adaptación de las clases medias a la ideología de la modernización
a los efectos de construir consenso favorable a su proyecto político.
Nos hemos centrado en el análisis de las prácticas discursivas con el objeto de determinar
como por medio de esas prácticas reprodujo y difundió:
1. Una determinada ideología orientada a legitimar el proyecto que la revista
representaba,
2. Un modelo de modernización cultural funcional a sus objetivos políticos.
En relación con el primer aspecto analizamos la sección de Política Nacional construyendo
unidades de análisis agrupadas en tres períodos: el período pre-electoral (noviembre1962-
julio 1963); el período de la presidencia de Arturo Illía hasta mediados de 1965 y la
campaña golpista ( mediados de 1965- junio de 1966)
En relación con la segunda etapa de nuestra investigación hemos analizado las secciones
"Vida moderna" y "Vida cotidiana" con el objeto de determinar qué aspectos nuevos de la
realidad se colocaron en el centro de la atención de los lectores y cómo por medio del
discurso se organizaron perspectivas antagónicas que oscilaban entre valores contrapuestos
y que requerían tomas de posición directamente vinculadas al proyecto político que la
revista encarnaba.
Esa ansiedad era particularmente intensa en la "clase alta" que consumía intensamente
"drogas tranquilizantes" ya que "no está libre de tensiones y ansiedades."
De este modo las prácticas discursivas organizaban un conjunto de valores contrapuestos en
torno a los cuales debía articularse el debate público y ponían de relieve las tensiones y los
problemas que suponía una toma de posición.
Las negociaciones que se realizaban para encontrar una salida política se calificaban
peyorativamente de "conciliábulos a veces dramáticos, a veces risueños, a veces ridículos".
Se utilizaban referencias a supuestas encuestas cuyos datos reales nunca se proporcionaban.
En algunos casos aludían al sector militar y a la posibilidad de que se interrumpiera el
proceso electoral aún contrariando los deseos del sector "azul" aparentemente legalista. No
obstante una lectura cuidadosa del discurso permitía inferir que esa posición se debía más a
una estrategia orientada a conservar el apoyo de la opinión pública que a una convicción, si
como afirmaba el semanario "la voluntad masiva de la opinión pública deseosa de
estabilidad impediría cualquier pronunciamiento".
Otros análisis presentaban una clara dicotomía entre partidos y factores de poder.
Se criticaba la atomización de los partidos y se calificaba de perimido al comité partidario
apelando a la idea de que los partidos políticos pertenecían al pasado y estaban condenados
a desaparecer porque no habían evolucionado. Los mismos hombres continuaban usando
los mismos elementos y los mismos métodos - la componenda, la demagogia, la lucha
encarnizada- y no satisfacían a la mayoría de los ciudadanos.
Frente a la inoperancia de los partidos políticos, las esperanzas estaban puestas en los
hombres nuevos, de espíritu joven, capaces de superar la crisis y edificar una nueva
sociedad real. Estos hombres nuevos, tomaban en cuenta los factores de poder para revisar
el sistema político, económico y social y emprender modernas transformaciones en todos
los planos en la línea propuesta por Julio Oyhanarte en "Poder político y cambio
estructural", a cuya difusión contribuyó el semanario.
A reforzar estas ideas contribuía la información acerca de los cambios producidos en el
ámbito empresarial en el que crecía la demanda de un nuevo actor social -el ejecutivo- para
cuya selección no vacilaban las empresas en desembolsar importantes recursos, obligadas a
abandonar masivamente las viejas prácticas de selección para recurrir a gabinetes
consultores especializados que "estaban ampliamente difundidos en Estados Unidos y
Europa."
Todo aspirante a ejecutivo exitoso debe poseer: inteligencia, creatividad, independencia,
objetividad, adaptación a la realidad, prospección, extroversión, adaptación social,
agresividad, flexibilidad, tacto y ascendencia.
Pero además de innovar en la selección de su personal la empresa moderna había adoptado
una innovación tecnológica: la computadora. Los lectores debían saber que las matemáticas
invadían otros campos científicos dando nacimiento a la lógica matemática, a la sociología
científica y a la lingüística cualitativa.
Estas innovaciones científicas y tecnológicas permitían predecir en el futuro "la imagen de
la empresa sin personal, puesta en marcha por sólo cuatro o cinco tecnócratas."
Ejecutivos y tecnócratas que integraban los planteles directivos de las empresas
multinacionales vinculadas al sector que la revista promocionaba. No era casual que la
información sobre los integrantes de dicho sector ocupara el 86% del espacio dedicado a la
política nacional.
Para ocultar estas intenciones se utilizaban prácticas discursivas orientadas a poner de
manifiesto una supuesta imparcialidad. Se hacía alusión a las "trenzas" que caracterizaban
tanto la organización de los partidos políticos como la de los grupos que recurrían a la
alternativa frentista.
Ilusiones, especulaciones, insomnios, escollos, contrasentidos, confusión, pacto espúreo,
crisis, golpe político, contragolpe, inestabilidad política, escándalo, delimitación de los
alcances, errores, provocaciones, clima de pánico, sorpresivos intentos, rencillas internas,
lucha, problemas, ambiciones, peligros de excesos, etc. indican que la constitución del
frente ofrecía insuperables dificultades. No faltaban los comentarios relativos a la inserción
del peronismo puestos en boca de anónimos jefe militares que aconsejaban "no apretar
demasiado el vidrio porque nos quedaríamos con los pedazos en la mano"
o la que sostenía:
"Abramos la puerta para la integración del peronismo en la vida
democrática. Que no sea una puerta demasiado grande, para que no entre
sacando pecho. Pero tampoco una puerta demasiado chica como para que
deba entrar de rodillas. Simplemente, una medida adecuada para que entre
con una inclinación de cabeza. Somos todos argentinos"
Las metáforas aludían a la necesidad de exorcisar el fantasma de un peronismo combativo
mediante su inserción controlada en el sistema político en el seno de una alianza
corporativa.
Pero el peronismo iba a patear el tablero y cancelar la opción frentista obligando al sector
hegemónico a llamar a elecciones, opción obligada si se quería mantener una imagen
positiva ante la opinión pública.
Para reforzar esta imagen las notas correspondientes a la secciones "Vida moderna" y "Vida
cotidiana" daban cuenta de la importancia que en la vida contemporánea habían cobrado los
medios y la publicidad. Esta estrategia se iba a reforzar en los años siguientes. A principios
de 1965 se otorgaba especial relevancia a la reunión del Primer Simposio Argentino de
Comunicaciones de masa cuyo objetivo era,
"(...) dar a conocer la importancia que en la vida contemporánea tienen los diversos medios de
comunicación-periódicos, revistas, radio, cine, televisión, satélites artificiales, incluso el rumor- e
investigar estos problemas vinculándolos con el panorama del país."
Un estudio sobre los problemas de la vejez recurría nuevamente a la opinión de sociólogos,
médicos y psicólogos para informar al lector de "la compleja gama de problemas que
plantea la convivencia de ancianos con jóvenes en un país desprovisto de modernos
servicios asistenciales".
De acuerdo a uno de los científicos entrevistados, "la vejez hace del sujeto una caricatura
de sí mismo, no sólo porque se acentúan los rasgos físicos sino porque al mismo tiempo se
subrayan las facetas más agudas de su carácter".
La vinculación entre vejez y caricatura se relacionó con el presidente a través de la obra de
Lino Palacio que firmaba con el seudónimo de Flax. La primera caricatura de Illia apareció
en el N°69 en la tapa de la revista subrayando las facetas más adecuadas a la estrategia del
semanario: un anciano con sonrisa bobalicona y ojos de dormido que contrastaba
agudamente con el hombre nuevo que la publicación promocionaba.
La vejez se asociaba también con la lentitud y en este sentido surgió la caricatura de la
tortuga, junto con una explicación que decía:
"El dibujante Flax (Lino Palacio) concibió de este modo, la semana pasada, la imagen que
el gobierno despierta en la opinión pública. La figura del presidente Illía identificado con
una tortuga, parece haberse impuesto, con diferentes matices, en el espíritu de los
caricaturistas argentinos.
Conclusiones.
En el contexto de una sociedad ansiosa por lograr el desarrollo y la modernización, Primera
Plana, colocó en el centro de la atención de sus lectores los modelos culturales vigentes en
el mundo industrializado occidental utilizando
prácticas discursivas orientadas a modificar los sistemas de conocimiento, actitudes y
percepción de la realidad. Si bien los lectores no eran receptores pasivos, no podían
sustraerse por completo al clima de opinión creado no sólo por el semanario y por otros
medios de comunicación sino también por variables políticas, económicas e ideológicas en
recíproca competencia.
El semanario utilizó prácticas discursivas orientadas por una parte a desprestigiar al sistema
político y al gobierno con el objeto de construir consenso en torno de la necesidad de
imponer el proyecto hegemónico que la revista representaba. Paralelamente en el plano
cultural las prácticas discursivas cumplieron una función estratégica al reproducir
representaciones sociales funcionales al proyecto hegemónico.
Prof. Elena T. Piñeiro
Universidad Católica Argentina
Facultad de Filosofía y Letras
Departamento de HistoriA