Táctica Ajedrez: Miguel Illescas y Otros
Táctica Ajedrez: Miguel Illescas y Otros
Táctica Ajedrez: Miguel Illescas y Otros
elAJEDREZ
Miguel Illescas
y otros
Introducción
Con frecuencia, se nos ofrece un amplio abanico de posibilidades, sobre las que debe-
mos elegir una jugada, y solo una. Son tantas las posibilidades de ambos bandos que
resulta evidente que el cálculo por si solo no basta.
Así, necesitamos esquemas donde apoyarnos, que nos permitan separar el grano de la
paja, y ocupar nuestra atención en las jugadas realmente relevantes. Es ahí donde
juega un papel fundamental el conocimiento de los recursos tácticos propios del ajedrez.
Desde los más simples, como la clavada o el jaque doble, hasta los más avanzados,
como los principales esquemas de mate y las combinaciones típicas.
Este curso presenta de modo claro y progresivo las principales armas tácticas, con un
enfoque muy didáctico y orientado a la práctica. La explicación de cada concepto se
apoya en ejemplos cuidadosamente seleccionados, que se complementan con un buen
número de ejercicios que permitirán al lector tomar confianza y dominar la táctica,
requisito primero e imprescindible para elegir las mejores jugadas y elevar de ese modo
su nivel de juego.
El cálculo
de las jugadas
Veamos a continuación algo de la técnica
que ayuda a los maestros a calcular sus
jugadas. A menudo la respuesta a una
jugada es única y evidente. Entonces, se
dice que se trata de una jugada forzada.
Las jugadas forzadas se pueden prever
con facilidad y nos dan margen para ac- Las blancas podrían capturar la Torre
tuar en consecuencia. enemiga con su Caballo.
Veamos un ejemplo en la siguiente
posición: 1.¤xd8
Pero entonces su rival seguramente res-
pondería con
1...£xd8
y en el tablero quedaría una posición de
equilibrio. Cada bando tendría una Dama
y tres peones, además del Rey.
Pero según hemos visto en el ejemplo
anterior, las blancas pueden jugar
1.£xf6
Imaginemos que las blancas, a quienes
y la respuesta que cabe esperar por par-
toca jugar, capturan la Dama negra.
te de las negras es
1.£xf6
1...gxf6
Podemos estar razonablemente seguros
después de lo cual, si jugamos
de que las negras tienen que capturar a
su vez la Dama blanca.
2.¤xd8
1...gxf6 quedaremos con un Caballo de ventaja.
Cualquier otra jugada dejaría a las ne- Esta última variante es más favorable
gras con gran desventaja. Aquí el cálcu- para las blancas que la anterior y deberán
lo ha sido sencillo. optar por ella.
Vamos a ver el mismo caso, aunque Así pues hemos sido capaces de calcu
un poco más complicado: lar con bastante facilidad dos jugadas
2.¢f2
El peón negro, a punto de coronar, es
una amenaza para las blancas, aunque
de momento su Alfil controla la casilla
donde puede coronar.
Llegados a este punto, si las piezas
blancas capturan el Alfil negro, aban
donan el control de la casilla de corona-
ción.
1.¥xf6+
Veamos qué pasa si hacemos un pequeño
cambio, colocando el Rey negro en f7.
1...£xf3+
dan jaque al Rey blanco. Aunque parez-
ca una mala jugada, no es así.
La réplica blanca
2.¢xf3
es prácticamente forzada y, entonces, se
llega a la siguiente posición:
Ahora las negras aprovechan la desafor- Donde de nuevo, la jugada ¦h3+ gana
tunada alineación del Rey y Dama blan- la Dama y la partida.
cos. Veamos la posición después de la pri-
mera jugada de las negras.
2...¦h3+
Y en la jugada siguiente capturan la
Dama, ganando una Torre.
Veamos otra posición parecida.
2.£b2+
Con ello, las blancas apartan su Dama de
la tercera fila, dando jaque, lo que no deja
tiempo a las negras para salvar su Dama.
Cuando las negras muevan su Rey, las
blancas ya pueden capturar la Dama ad-
versaria sin peligro.
Acabamos de ver dos ejemplos de ma-
niobras (una serie de jugadas más o me-
nos forzadas) que podían ser calculadas
sin demasiado esfuerzo.
Es peligroso dar una jugada Pero en el segundo caso las negras co-
por forzada, cuando no lo es. metieron el error de dar por sentado que
la respuesta de las blancas era forzada, y
este error les hace perder la partida.
La combinación 2.¦e8#
1.£xf8+
No es el tipo de jugada cuyo objetivo
final se ve a primera vista, puesto que
resulta claro que con ella las blancas van Las negras tienen planteadas serias ame-
a perder su Dama. En realidad se trata nazas sobre la casilla g2, donde con-
de un sacrificio pensado con el fin de vergen todas sus piezas. Parece que las
conseguir una ventaja todavía mayor: blancas tendrán que pasar a la defensiva,
ganar la partida. pero en realidad disponen de una com-
Las negras solo tienen una respuesta binación con la que fuerzan el mate en
posible: dos jugadas.
Puesto que la casilla g7 está defendida
1...¢xf8 por la Dama negra, lo primero que viene
Es en este momento cuando se manifiesta a la mente es entrar por la casilla h8 me-
la estrategia de las blancas, que mueven: diante un sacrificio de Torre: 1.¦f8+
¢xf8 2.£h8+ pero después de 2...¢f7 mer campeón mundial de la era moderna,
3.£xh7+ ¢f6 el Rey negro se escapa y Wilhelm Steinitz, bautizó esta partida
con la Dama sola no hay muchas más como «La siempreviva», indicando que
posibilidades que dar algunos jaques que representaba la «hoja perenne en la coro-
pronto se acaban. na de laurel de Anderssen». Veamos
Entonces descubrimos que teníamos cómo se desarrolló el final:
una opción algo diferente, invirtiendo el
orden de las dos primeras jugadas de la Posición tras 19…£xf3
combinación:
1.£h8+!
Este sacrificio de la Dama fuerza al Rey
negro a colocarse en el rincón, que es la
zona del tablero donde tiene menos ca-
sillas de escape. La respuesta es forzada:
1...¢xh8
Y ahora las blancas juegan
23...¢f8
22.¥f5+
Dos de las piezas blancas dan jaque simul-
táneamente al Rey negro, por lo que este
bando no tiene tiempo de capturar ningu-
na de ellas. A las negras solo les queda