Alicia Capitulo 8
Alicia Capitulo 8
Alicia Capitulo 8
CARROLL
EN EL PAÍS DE
LAS MARAVILLAS
VIII. EL CROQUET DE LA REINA
Un gran rosal se alzaba cerca de la entrada del jardín:
sus rosas eran blancas, pero había allí tres jardineros
ocupados en pintarlas de rojo. A Alicia le pareció
muy extraño, y se acercó para averiguar lo que pasa-
ba, y al acercarse a ellos oyó que uno de los jardine-
ros decía:
La voz de la Langosta
he oído declarar:
Me han tostado demasiado
y ahora tendré que ponerme azúcar.
Lo mismo que el pato hace con los párpados
hace la langosta con su nariz:
ajustarse el cinturón y abotonarse
mientras tuerce los tobillos.
El Grifo dijo:
—No lo oía así yo cuando era niño. Resulta distinto.
—Puede ser, aunque lo cierto es que yo jamás he
oído ese poema —dijo la Falsa Tortuga—, pero el ca-
so es que me suena a disparates.
Alicia no contestó. Se cubrió la cara con las ma-
nos, tras sentarse de nuevo y se preguntó si sería
posible que nada pudiera suceder allí de una manera
natural.
—Veamos, me gustaría escuchar una explicación
lógica —dijo la Falsa Tortuga.
—No sabe explicarlo— intervino el Grifo.— Pero,
bueno, prosigue con la siguiente estrofa.
—Pero— insistió la Tortuga—, ¿qué hay de los
tobillos? ¿Cómo podía torcérselos con la nariz?
—Se trata de la primera posición de todo el baile
—aclaró Alicia que, sin embargo, no comprendía na-
da de lo que estaba sucediendo, y deseaba cambiar el
tema de la conversación.
—¡Prosigue con la siguiente estrofa!— reclamó el
Grifo—. Si no me equivoco es la que comienza di-
ciendo: «Pasé por su jardín...»
Alicia obedeció, aunque estaba segura de que to-
do iba a seguir saliendo tergiversado. Con voz tem-
blorosa dijo:
¡Soooo-pa de la noooo-che!
¡Hermosa, hermosa sopa!
XI. ¿QUIÉN ROBO LAS TARTAS?