Revistacalidad@uned Ac CR
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Volumen 5, Número 1
Mayo 2014
pp. 176-204
1
Actualmente cursando Doctorado en Educación, UNED. Master en Educación con énfasis en Docencia Universitaria de
la Universidad Nacional de C.R., Licenciada en enseñanza de la matemática, Universidad Nacional. Profesora de
Matemática en el Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Las interacciones en el aula de matemática cuando se utiliza el aprendizaje cooperativo como metodología
Zuleyka Suárez Valdés-Ayala
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Resumen
Abstract
In this article the discussion of results of the PhD thesis is as follows: "Cooperative
learning: A study of the interactions between teacher and students with a
methodological innovation in the teaching of mathematics" and the conclusions and
recommendations that emerged from this. It is necessary first to mention some
basic theoretical aspects in order to support the findings.
Introducción
El presente artículo se basa en una investigación desarrollada en un aula de sexto
grado de una escuela pública urbana, del Cantón central de Cartago, desarrollada
durante el ciclo lectivo del año 2012.
Como cierre de las observaciones se realizó un taller con tres dinámicas tituladas:
el buzón comepesadillas, tira la bola y responde rápido y el cuaderno del vinazo
donde los estudiantes contestaban preguntas referentes a la matemática, el
aprendizaje cooperativo y la relación con la docente y los demás integrantes del
grupo.
Goñi y Planas (2011) consideran que dentro de este fin formativo, la interacción
con y entre estudiantes es la base de la acción didáctica. Al respecto opinan que
la calidad de la enseñanza de la matemática y su valor formativo tienen que ver
Esta misma opinión la externa Goñi (2011, p.173) al afirmar que “el foco de
atención para entender el aprendizaje considerando su dimensión social se
traslada a las características de la interacción en el aula de matemáticas entre los
estudiantes y entre el profesor y los estudiantes” y que por lo tanto deben crearse
espacios donde se favorezcan conexiones entre los estudiantes y que estos
argumenten sus ideas.
Por lo anterior debe quedar claro que los conocimientos matemáticos no se deben
ver como un fin en sí mismo sino como un medio para interpretar el entorno y
comunicarse con él, permitiendo entonces a través de estos conocimientos
propiciar que los estudiantes se relacionen, discutan, proponga ideas;
favoreciendo el desarrollo del sentido crítico, la autoconfianza y la autonomía
intelectual.
Son diversos los estudios que abordan la temática de las interacciones profesor –
alumno y que menciona Pereira (2010, p. 174), tales como: Rogers (1983); Medina
(1989); Maturana (1990, 1992); Parra (1992), Rivas (s. f.), Vásquez y Martínez,
(1996); Van Mannen (1998); Ibáñez, (2001, 2002), lo que resalta la importancia del
tema y en el cual influyen dinámicas internas o externas al grupo con aspectos
tales como: lenguaje, estructura física del aula, manejo de la disciplina, materiales
o recursos, capacidad de escuchar al otro, etc.
Según Russell (2004, p. 203), “el ideal de la competencia tiene dos efectos
negativos sobre la educación. Por una parte, fomenta la rivalidad y no la
cooperación… y por otra, hace que surja la competitividad en las aulas”.
Johnson, Johnson y Holubec (1999) sugieren al docente que los alumnos deben
sentarse juntos de forma tal que puedan mirarse a la cara, intercambiar ideas y
materiales pero sin molestar a los demás grupos. También deben estar en
condiciones de poder ver al docente sin adoptar una posición incómoda y de poder
movilizarse con rapidez de un grupo a otro, de forma tal que la disposición del aula
sea flexible.
II b) Comunicación e interacciones
Valverde (2009, p. 6) define dos tipos de comunicación que se pueden presentar
en un aula:
Es importante destacar que en un aula, como afirma Pereira (2010), se dan las
interacciones verticales y las horizontales. Estas, dependiendo de la comprensión,
personalidad y estrategias del docente, pueden tomar un giro positivo o uno
negativo.
Godino et al. (2004, p. 40) consideran que solicitar a sus estudiantes lo siguiente:
…piensen y razonen sobre las matemáticas y que comuniquen los resultados de
sus pensamientos a otras personas de manera oral, aprenden a ser claros y
convincentes. Cuando los estudiantes escuchan las explicaciones de otros
compañeros tienen oportunidades de desarrollar sus propias interpretaciones. Los
diálogos mediante los que las ideas matemáticas se exploran desde distintas
perspectivas ayudan a los participantes a ajustar su pensamiento y hacer
conexiones.
El que los estudiantes puedan discutir y justificar sus aportes y soluciones, al tener
que convencer a sus compañeros acerca de sus puntos de vista los hace obtener,
según estos autores, un doble beneficio: mejoran su aprendizaje matemático y
aprenden a comunicarse y a escuchar a los demás.
La docente afirma que en las clases regulares prefiere trabajar con fotocopias “por
la falta de tiempo para cumplir con el programa. Es más fácil sacarle fotocopia a
alguna práctica de algún libro o utilizar un libro con una serie de ejercicios
repetitivos, es más fácil de aplicar y calificar”. Con esta dinámica la docente
interaccionó en forma individual con cada estudiante, pero no creó condiciones
que favorecieran la interacción multilateral entre los estudiantes, con la finalidad
de que pudieran poner sus ideas en común.
La aplicación de ciertas normas, como, por ejemplo, que la maestra exigiera que
todos los estudiantes de un grupo levantaran la mano para aclarar alguna duda
generada durante las lecciones cooperativas y que esperaran su turno, es un
factor que atrasa y entorpece las interacciones entre los estudiantes de un grupo.
Situaciones como esta evidencian que la introducción de innovaciones educativas
se realiza en ambientes educativos donde coexisten prácticas asentadas en
experiencias anteriores que no son necesariamente congruentes con las
demandas de la innovación, de las que el docente no tiene conciencia.
Esto evidencia errores conceptuales que deben manejarse por parte de la docente
y dentro de los grupos que se conforman y que pueden afectar indirectamente las
interacciones pues generan conflictos internos en los grupos que deben
resolverse.
Es importante resaltar, como afirma Gómez (2007, p.16), que la relación entre el
docente y sus estudiantes debe ser adecuada y vital. Usando sus propias
palabras:
La relación que mantiene el profesor con los alumnos es importante al menos por
dos razones referidas al proceso de enseñanza-aprendizaje:
Abrantes (2002), considera que una forma en que los estudiantes puedan
relacionarse es mediante la resolución en grupos de problemas mediante la
metodología de aprendizaje cooperativo, la cual implica ciertas interacciones entre
los estudiantes y del docente con los distintos grupos que se conforman.
Los resultados mostraron que los estudiantes querían interactuar más en la clase
de matemática y que una forma para lograrlo era a través del aprendizaje
cooperativo. Aportaron que esta metodología les permitía aclarar dudas entre ellos
y hacer mejores amistades. También dijeron que la maestra durante esta
metodología debía aclararles dudas y no gritarles.
La teoría establece en cuanto al rol que debe desempeñar la docente que si está
trabajando con una metodología de aprendizaje cooperativo debe ser mediadora e
intervenir solo si existen dificultades que los estudiantes autónomamente no
puedan resolver, para esto debe existir respeto y una comunicación cordial entre
todos.
Dentro de los grupos formados para trabajar en el aula, la relación entre los
estudiantes fue muy cordial. Existía respeto por escuchar al otro y por ejemplo se
utilizaron expresiones como: “Primero las damas” para que una niña comenzara a
leer su pista.
En forma general y con base en lo que indican los estudiantes en las entrevistas,
se encuentra que ellos prefieren aclarar sus dudas primero entre ellos, lo que
podría hacernos inferir que las emociones que se generan al interactuar entre ellos
son positivas. Gloriana dice: “prefiero más que todo que sea en grupo, por si uno
tiene una duda no tener que ir exactamente donde la profe, sino entre los
compañeros”. Allan también confirma lo que afirma la teoría en cuanto a las
interacciones entre iguales (Stigliano y Gentile (2006), Rogers (1983); Medina
(1989); Maturana (1990, 1992); Parra (1992), Rivas (s. f.), Vásquez y Martínez,
(1996); Van Mannen (1998); Ibáñez, (2001, 2002) citados por Pereira (2010),
Pujolás (2009) entre otros autores), al decir que “Me siento importante al saber
que aclaro dudas en mi grupo, prefiero trabajar cooperativamente, nosotros nos
preguntamos entre nosotros y si no entendemos algo le preguntamos a la profe”.
Andrea por su parte dice: “tal vez había algunos que no les hablaba, o sea sí les
hablaba pero no me relacionaba mucho con ellos y ahora sí.”
Esto reafirma el planteamiento de Pérez (2008), quien señala como parte de las
ventajas del aprendizaje cooperativo referentes a la colaboración, que los
estudiantes aprenden a interactuar entre sí, comparten ideas, materiales, apoyo y
alegría en los logros académicos de unos y otros y desarrollan un mayor
conocimiento entre los miembros del grupo.
Conclusiones
iii. Las interacciones entre la docente y los estudiantes cuando se emplea una
opción metodológica innovadora se pueden ver condicionadas por la eficiencia en
el uso del tiempo y no solo por la mediación pedagógica que se establece. Lo
anterior por cuanto la docente puede limitar las interacciones en sus clases, al
restringir las necesarias para esta mediación pedagógica, por la falta de tiempo en
relación con el cumplimiento del programa oficial del MEP.
ii. La investigación permite conocer que los estudiantes se sienten a gusto con
metodologías distintas a las que han vivido previamente, lo que según su
percepción les permite un mejor aprendizaje de la asignatura y mejorar la
interacción con sus compañeros y con la docente.
ii. En el papel que deben desempeñar los docentes como mediadores dentro
de la metodología del aprendizaje cooperativo, se reconoce la detección de los
errores de manera más efectiva cuando los alumnos interaccionan entre sí que
i. Se detectó que la docente que desea innovar con el empleo del aprendizaje
cooperativo de la matemática requiere de un acompañamiento de parte de un
profesional experimentado en el uso de la metodología. Este hecho coincide con
los hallazgos de Meza (2003), quien encontró que los docentes que inician con la
introducción de innovaciones educativas requieren del acompañamiento de
expertos con el fin de contar con la ayuda pertinente para superar las dificultades
que el proceso de innovación les presenta.
ii. La formación matemática del docente aparece como un factor clave para el
buen desempeño cuando utiliza el aprendizaje cooperativo como estrategia
didáctica. Conocer una metodología didáctica no parece ser suficiente, si el
docente tiene vacíos en los conocimientos matemáticos. La carencia en el
conocimiento de contenidos matemáticos necesarios reduce la aplicación de una
metodología innovadora como el aprendizaje cooperativo a mejorar las relaciones
afectivas, pero compromete el logro pedagógico de los objetivos.
Recomendaciones
iii. Realizar investigaciones que constaten los efectos directos que esta
metodología genera en el proceso de enseñanza, pues la presente investigación
no pretendió demostrar el nivel de aprendizaje al utilizar la metodología del
aprendizaje cooperativo, ya que el objetivo de la investigación no se orientó a
determinar los efectos medibles en el aprendizaje de las matemáticas.
Referencias bibliográficas
Aguirre, A., Amaya, R. & Espinosa, L. (2001). Trabajo cooperativo. Una técnica
pedagógica de gran impacto. Revista de Ciencias Humanas. 26.
Recuperado de
http://www.utp.edu.co/~chumanas/revistas/revistas/rev26/aguirre.htm
Chaves, E; Castillo, M.; Chaves, E.; Fonseca, J. & Loría, R. (2010). La enseñanza
de las matemáticas en la secundaria costarricense: entre la realidad y la
utopía. Tercer Informe Estado de la Educación. Consejo Nacional de
Rectores. Costa Rica.