9-3 Eliseo
9-3 Eliseo
9-3 Eliseo
7. ORACIÓN FINAL
ELISEO
COMUNIDAD CATÓLICA
DE REFLEXIÓN BÍBLICA 9-3
1. ORACIÓN 2. LECTURA DEL TEXTO DE LA VIDA
Alaben el nombre del Señor, Pedro y Juan, dos hombres de Dios, vivían en un pe-
alábenlo, servidores del Señor, queño pueblo a las afueras de la ciudad. Un día estaban
que sirven en la casa del Señor, trabajando en el campo y se les acercó un muchacho a
en los atrios de la casa de nuestro Dios. anunciarles que un niño se había perdido, ellos corrieron
Alaben al Señor porque él es bueno, para unirse al grupo que buscaba al pequeño. Pasaron mu-
cántenle a su nombre porque es delicioso. chas horas y se pensaba lo peor ya que se había perdido
en un bosque muy peligroso. Al atardecer, milagrosamente
Porque el Señor se escogió a Jacob, el niño fue encontrado por estos dos hombres de Dios en
a Israel, para que fuera su propiedad. perfecta salud.
Yo sé que el Señor es grande,
que nuestro Señor supera a todos los dioses. 3. REFLEXIÓN SOBRE EL HECHO DE VIDA
Todo lo que quiere, lo hace el Señor, No existe un mundo sin peligros, no existe la vida sin
en los cielos y en la tierra, riesgos:
en los océanos y en todos los mares. ¿Cómo podemos caminar seguros en una sociedad
Del confín de la tierra hace subir las nubes, tan generadora de peligros? ¿Qué padre se puede
produce con relámpagos la lluvia, sentir del todo seguro de sus hijos en esta sociedad?
saca de sus depósitos el viento.
4. ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Hirió a los primogénitos de Egipto,
a los hombres igual que a los ganados. Ahora pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine pa-
Envió señales y prodigios ra comprender mejor su Palabra.
en medio de ti, Egipto,
en contra del Faraón y de todos sus siervos. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
A numerosas naciones les pegó Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.
y dio muerte a reyes poderosos: ¡Oh Dios, que llenaste los corazones
a Sijón, rey de los amorreos, de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!;
a Og, rey de Basán, concédenos que, guiados por el mismo
y a todos los reyes de Canaán. Espíritu, sintamos con rectitud
Y su tierra la entregó en herencia, y gocemos siempre de tu consuelo.
en herencia a su pueblo de Israel. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.