Incas Parte 1
Incas Parte 1
Incas Parte 1
La civilización inca fue el mayor imperio de América del Sur antes de la llegada de
los europeos. Surgió tras la caída de grandes reinos en la zona central de los Andes
peruanos alrededor del año 900. Después de eso, hubo estabilidad en el clima y en
la sociedad, creando un ambiente propicio para el surgimiento de un imperio.
Según la leyenda, Manco Cápac y Mama Ocllo, hermanos y esposos, salieron del
Lago Titicaca, enviados por el dios Sol, Inti, para civilizar a los pueblos andinos.
Al principio, los incas eran una pequeña tribu en la zona de Cuzco en el siglo XIII.
Con el tiempo, comenzaron a expandirse, sometiendo a otras tribus y logrando una
unificación en el siglo XIV.
Pachacútec (1438-1471) fue uno de los líderes más importantes de la historia inca.
Bajo su mando, el Imperio Inca se expandió considerablemente, estableciendo un
sistema de gobierno centralizado y una infraestructura avanzada. Pachacútec
también es conocido por haber reconstruido y embellecido la ciudad de Cuzco.
La religión inca era politeísta, adorando principalmente al dios del Sol (Inti) y a otros
dioses como la madre tierra (Pachamama) y el creador (Viracocha).
Geografía
Los Inka llamaban a su imperio Tawantinsuyu, que significa “Las Cuatro Regiones
Juntas.” Cada uno de los cuatro suyus (regiones) tenía diversas poblaciones,
entornos y recursos. Con su red de caminos, depósitos, sitios religiosos y estaciones
administrativas, el Qhapaq Ñan integró a los suyus en un imperio.
Organización social
Panaca: La nobleza real integraba un grupo privilegiado que controlaba el Estado y la religión.
Desde pequeños, se educaba a los nobles para ser gobernantes, guerreros o sacerdotes del
imperio, bajo la guía de maestros sabios llamados amautas. Los miembros de las panaca
podían tener muchas esposas y vestir ropas especiales que estaban prohibidas para el resto
de los incas. Además, como símbolos de distinción, llevaban grandes aros de oro que les
estiraban los lóbulos de las orejas.
Curacas: El segundo estrato estaba integrado por los curacas, que eran los jefes de los ayllus.
Se los consideraba nobles de menor categoría que la nobleza real. Como líderes, debían
recaudar el tributo y reclutar mano de obra para los trabajos del Estado.
Hatun runa: En tercer lugar, los artesanos y campesinos eran quienes realizaban todas las
tareas de producción, tanto de alimentos como de manufacturas. Debían contribuir a la
construcción de obras públicas y prestar servicio militar.
Economía
El imperio inca desarrolló una estructura económica que permitió una gran productividad
agrícola en la región, además del intercambio de productos entre comunidades. Su sistema
contaba con una variedad de cultivos y especies de ganado. Lo más interesante de su
agricultura es el sistema de producción que organizaron, el cual les permitió aprovechar
los distintos ambientes de las tierras que ocupaban.
No existía una clase comerciante en la sociedad inca, y el desarrollo de la riqueza
individual a través del comercio no era posible. Solo existía una pequeña casta de
nobles que tenía el privilegio de no estar obligada a ofrecer su trabajo al imperio.
A nadie se le exigía más de lo que podía dar: el niño trabajaba mucho menos que el
joven, y este menos que el adulto, a quien se le exigía el máximo esfuerzo,
disminuyendo la exigencia a medida que avanzaba en edad. El trabajo era una
función social de la que ningún individuo podía escapar. A cambio, los ciudadanos
del imperio inca recibían comida, productos de primera necesidad, ropa y otras
herramientas que provenían de los almacenes del estado, y no de su bolsillo.
Los incas eran politeístas y adoraban a varios dioses. El principal era Viracocha, el
creador del universo. El segundo más importante era Inti, el dios Sol, fundamental
para la agricultura y adorado por los campesinos. La realeza inca se consideraba
descendiente del Sol, y en su honor se realizaban ceremonias como el Inti-raymi
(que celebraba el inicio del nuevo año andino y la cosecha) y el Capac-raymi (inicio
de la temporada de lluvias, dedicado a purificar y fortalecer la relación entre los incas
y sus dioses).
Otros dioses importantes eran Illapa (dios del rayo y la tormenta), Pachacamac
(oráculo venerado en la costa), Pachamama (madre tierra) y Mamaquilla (la luna).
Los rituales eran presididos por sacerdotes, con el Villca Humu como líder, y se
llevaban a cabo en plazas frente a templos. Se realizaban sacrificios de animales,
tomaban chicha y se sacaban las momias de antiguos soberanos para que el pueblo
las adorara.
Organización política
Los incas tuvieron una de las organizaciones políticas más complejas de toda la
América precolombina. Se trataba de una monarquía encabezada por el Inca,
considerado hijo de Inti (el Sol) y un ser sagrado. Sin embargo, la monarquía inca
respondía a una organización dual que llevó a algunos autores a caracterizarla como
una diarquía, pues contaba con dos reyes: uno de Cusco alto (Hanan Cusco) y otro
de Cusco bajo (Hurin Cusco).
El primero, llamado Sapa Inca o Inca, controlaba especialmente los aspectos civiles,
políticos, económicos y militares, mientras que el otro, llamado Willaq Umu,
concentraba el poder sacerdotal. La autoridad del Willaq Umu era menor a la del
Inca, pero influyente en las decisiones imperiales.
El Auqui: Era el príncipe heredero, que ejercía el cogobierno junto a su padre como
una forma de preparación para el cargo. Era escogido entre todos los hijos
varones del Inca y la Coya, de modo que era designado por mérito y no por
mayorazgo.
Apunchic: Eran los gobernadores de las provincias del imperio, con atribuciones
político-militares, que respondían directamente al Consejo Imperial y al Inca.
Tucuirícuc: Su nombre significaba “El que todo lo ve”, y era un veedor y supervisor
imperial que controlaba a los funcionarios de cada provincia y estaba facultado para
asumir, en caso de ser necesario, la autoridad local.
Capacocha: La Capacocha era un tipo de sacrificio humano que tenía como objetivo
honrar a los dioses y asegurar su protección y bendiciones para el pueblo inca. Este
ritual consistía en la selección de niños y jóvenes vírgenes, quienes eran ofrendados
a los dioses en ceremonias solemnes y majestuosas.
Selección de las víctimas: Las víctimas de los sacrificios humanos eran elegidas
siguiendo criterios específicos. En el caso de la Capacocha, los niños y jóvenes
seleccionados debían ser físicamente perfectos y pertenecer a familias nobles. Para
los sacrificios de guerra, los prisioneros más valientes y destacados eran los
elegidos. En el caso de los sacrificios en eventos naturales, las víctimas podían ser
seleccionadas de acuerdo a sus características personales o a las circunstancias
del momento.