Mitos Que Viajan Por Agua

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Argentina

MITOS DEL DELTA


Duendes, fantasmas y peces voladores
Rompecabezas

Hace unos días me invitaron a conocer un lugar


misterioso. Me dio un poco de temor pero pudo más mi
curiosidad sobre las cosas que no tienen una explicación
lógica, que mi miedo frente a la situación, que parecía
peligrosa... Así relataba mi experiencia... en un pequeño
grabador:

“Miércoles 20 de septiembre de 1988, 15:08. La lancha


que me traslada rompe las olas y se desliza por el agua
dejando una estela de espuma blanca a su paso...
En mi mente se entremezclan los comentarios que
escuché sobre aquella casa y trato de imaginarme, sin
conseguirlo cómo será...

¡Ya llegamos! Mis ojos ven con asombro una casa


imponente, que da una imagen agradable que no
coincide con lo que me habían contado.

La misteriosa construcción tiene una forma extraña


en U, se nota que es antigua y parece deshabitada. Sin
embargo, vive solo un viejecito de cabellos y barbas muy
blancas que apoyado en un bastón nos saluda desde la
puerta, invitándonos a pasar...

Me siento arrepentida de estar acá, pero a pesar


de mi indecisión algo me atrae demasiado, no puedo
renunciar a verla...

¡Entramos! La puerta chirrió al cerrarse detrás de


nosotros y un amplio salón apareció delante nuestro; veo
una araña que ilumina sólo a medias dejando en sombra
los rincones… Las paredes tienen cuadros ¡muchos!

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Unos son pinturas de paisajes muy tristes, grises y feos.
Otros son fotos de personas con gestos desafiantes y un
brillo en los ojos, que parecen observarnos. Hay telas
de arañas y un fuerte olor a humedad.
En el salón se ve una mesa larga con varias puertas
que seguramente serán la entrada a otros lugares. Todo
esto se completa con una escalera caracol que parece
interminable.

El viejecito nos cuenta con voz clara detalles de la


época en que fue construida, los “espíritus” que la
habitaban y que conviven con él desde siempre. Con
sorpresa advierto que nadie presta atención a lo que
voy relatando en mí grabador como si mi voz no se
escuchara, pero comprendo que nada es normal en este
lugar. Hasta el aire parece pesado y me cuesta respirar.

Busco una ventana, descubro solo dos grandes


al frente de la casa, cerradas herméticamente y me
desespero un poco... De pronto... suenan campanadas,
escucho portazos y pisadas apresuradas de gente que
corre... Nuestro anfitrión explica que es el reloj de pared
dando las 17:00 hs. y pregunta ¿Quieren subir?

Como si no hubiera escuchado nada raro. Cada


escalón que pisamos cruje como si fuera un quejido,
miro hacia abajo, descubro que la araña se mueve
hamacándose, estoy asustada.

Al llegar arriba muy nerviosa, veo que se multiplican


las puertas de habitaciones cerradas con candado. En el
centro un pasillo conduce al balcón que da al fondo y es
la única puerta abierta. Por ella entra la luz del sol que
se está poniendo...”

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Hoy pasaron muchos días de ese relato que escuché
una y otra vez. Dificultosamente logro recordar que
después corrí por ese pasillo buscando aire y algo
encegueció mis ojos, sintiendo un empujón...

Con asombro leo mi informe médico que dice:

“Paciente ingresada el día miércoles 20/09/88 a las


16:05 hs., con múltiples fracturas expuestas al caer de
una lancha en... “

En mi silla de ruedas espero convaleciente mi alta


del hospital tratando de armar un rompecabezas con
mis recuerdos.

Me pregunto hasta el cansancio, si existió solo en


mi imaginación aquel misterioso día y obsesivamente
vuelvo a encender mi grabador.

(Historia basada en los relatos de isleños


sobre una casa en el Canal De La Serna)

Gladys Fontana

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La criatura lunar del río

Cuenta la leyenda que cada año bisiesto, en las aguas


de la isla aparece una criatura.
Esta criatura contiene dones dados por la luna,
representando la oscuridad y la maldad.

Personas que la han visto dicen que sale al caer el


atardecer y se oculta al amanecer.

Se cuenta que, hubo una vez, una familia que hacía


pocos días había llegado al Delta.

Los vecinos que vivían al lado y enfrente los


observaban con asombro: estaban organizando una
fiesta para cuando llegue la noche, nadie les avisó lo
que sucedería.

La familia festejó hasta que cayó el atardecer. Luego


todos en la isla corrieron a sus casas, menos ellos que
siguieron la fiesta.

De un momento a otro, vieron cómo de las aguas


surgía una criatura extraña, el cuerpo parecía de lobo,
brazos humanos y ojos ensangrentados. Todos se
espantaron, la misteriosa forma lanzó un brillo a uno
de los niños: lo había poseído con los peores dones, la
oscuridad y maldad.

Este niño convertido en bestia atormentó a toda


la gente de la isla, incluyendo a su propia familia. Se
hizo pasar primero por un niño bueno para después
apoderarse de ellos y torturarlos con sus peores miedos.

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Se dice que siguió el resto de la noche yendo por las
aguas en busca de más casas y más víctimas.

Cuando llegó el amanecer la bestia volvió a ser el


niño que era, pero su alma no siguió en este mundo.

Sigue contando la leyenda que, aunque haya


pasado el año bisiesto, cada atardecer las almas de los
niños y personas que fueron poseídos por la criatura,
siguen rondando por los ríos entre una niebla densa,
atormentando a los navegantes que pasan por allí.

La criatura misteriosa sigue oculta en las aguas del


río, esperando el momento y una nueva presa para
poseer.

Brenda Fernández

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