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T.

2: LA ECONOMÍA URBANA
PREINDUSTRIAL
Las economías preindustriales eran sociedades eminentemente rurales, aunque también mantenían una
actividad secundaria y terciaria radicada principalmente en las ciudades, aunque la Edad Media empieza
sin la existencia de verdaderas ciudades al igual que sin un verdadero comercio debido a la implantación
del feudalismo el cual era paralelo a la recuperación de la vida urbana.
1.Ciudad y campo.
La ciudad medieval mantiene una estrecha relación de apoyo con el campo circundante. La ciudad vive
del campo al menos en dos aspectos:
o Demográfico: el aumento de la población de la ciudad proviene del campo.
o Económico: la ciudad se alimenta de los productos que le proporciona el campo trabaja las
materias primas que éste le aporta y paga a unos y a otros con la venta de los productos
urbanos al mundo rural.
La ciudad crece al haber más gente que puede ganarse la vida en ella y se convierte en un dinamizador
económico: la producción agraria permite un comienzo de especialización urbana.
El tamaño de la ciudad tiene un límite en los excedentes de alimentos, de rentas y de materias primas
que puede obtener del campo cercano.
El punto de encuentro es el mercado, en un principio semanal, pasando a ser diario en las ciudades más
grandes y finalmente se divide en mercados especializados. A él acuden sobre todo los campesinos y los
pequeños comerciantes.
Los intercambios campo-ciudad son básicos para el mantenimiento de la ciudad, pero el crecimiento
urbano depende sobre todo de la participación en el comercio a larga distancia. El crecimiento urbano
estimulaba la especialización de la actividad manufacturera aunque hubo ciudades que crecieron como
centros de intercambio comercial sin una aportación significativa de productos propios, a la larga solo la
producción para los mercados lejanos conseguía asegurar la prosperidad de las ciudades.

2.El comercio a larga distancia.


El comercio nunca desapareció del todo aunque a larga distancia fuese escaso, intermitente y dominado
por la oferta. Por otro lado, resultaba inexistente para la mayor parte de la población, tanto porque esta
vivía fuera de las rutas de los mercaderes como porque tampoco disponía de dinero para pagar los
productos ofrecidos.
El comercio a larga distancia depende sobre todo de los contactos con el mundo bizantino y musulmán
porque de ellos procedían los productos de lujo y era básicamente un comercio de una sola dirección. La
contrapartida europea se reducía a metales, pieles y esclavos, pero en gran parte tenía que saldarse con
plata y era un comercio muy atrasado en comparación con los contemporáneos.
El comercio tradicional era lento, peligroso y caro, y ello hacía que fuera escaso. Y poseía dificultades
dependiendo de si se utilizaban rutas marítimas o terrestres:
o Por tierra: lentitud marcada por el paso del hombre y de los animales, carencia de caminos de
buen estado y necesidad de cargar y descargar las mercancías cada día, a lo que se le añade
las dificultades que proporciona la naturaleza (lluvia, nieve, barro, puertos cerrados…)
o Por agua: estaba limitado a épocas de buen tiempo y las vías acuáticas solo permiten relacionar
espacios geográficos restringidos, añadiendo a la naturaleza y la piratería y el bandolerismo.
La lentitud y peligro hacía que el comercio fuera caro. A los gastos del viaje hay que añadirle pagos
justificables (barcajes) y exigencias de las autoridades locales. A consecuencia de todo este conjunto de
obstáculos, solo las mercancías de poco peso y volumen y alto valor añadido podían justificar las
expediciones comerciales.
Pese a tales dificultades, el comercio europeo experimentó un gran crecimiento e importantes
transformaciones a lo largo de esta etapa: posible en parte por la mejora de transportes. También se
luchó contra los obstáculos que ponía el hombre mediante caravanas armadas y la obtención de
privilegios y seguridades fuera del propio país. La mejora más importante se produjo en el transporte
marítimo, con la construcción de naves más grandes y manejables con menos marineros, mejoras en la
disposición de las velas y con la introducción del timón de popa y de la brújula.
2.1. El dominio del comercio mediterráneo.
El Occidente europeo supera a las antiguas potencias mediterráneas a partir del S.XII y logra el
predominio del comercio, todo ello gracias al desarrollo agrario y cambios institucionales favorecedores
del crecimiento.
El predominio sobre la navegación y el comercio mediterráneo debió mucho a los aspectos militares. EN
un primer momento solo el comercio de esclavos permitía frenar un poco la salida de plata. La situación
cambió con la exportación de paños de Flandes, este intercambio activó el comercio europeo.
Se constituyó el eje comercial Flandes-Italia-Próximo Oriente, a partir de la cual se organizaba el resto del
comercio europeo. Con el tiempo este eje se transformó por los dos extremos.
Italia y Flandes siguieron siendo los grandes centros comerciales durante toda la Edad Media, pero
después de la Peste Negra aparecieron nuevos centros comerciales, los principales son:
o Inglaterra: exportadora de pesca salada y lana.
o La Hansa:(agrupación de ciudades mercantiles del norte y centro de Alemania) cereales, pieles y madera.
o La Alemania del sur:(Augsburgo, Nüremberg, Ravensburgo...) gran riqueza minera, en especial de
plata.
o La zona entre el estrecho de Gibraltar y la desembocadura del Tajo: oro y esclavos.
2.2. La organización del comercio a escala mundial.
Los grandes descubrimientos permitieron una integración relativa del comercio mundial un espacio que
abarcaba gran parte de Europa y zonas concretas de las costas de Asia, América y África. Con el tiempo
se expandiría a todas las costas y penetraría irregularmente los continentes, aumentando las áreas
relacionadas y los territorios sometidos políticamente a las potencias europeas.
La expansión europea fue posible gracias a la superioridad “en velas y cañones”. Iniciando dicha
expansión Portugal y Castilla, seguidos por Holanda, Gran Bretaña y Francia en el S.XVII.
2.2.1. El siglo del predominio ibérico.
Castilla no encontró en América una vida comercial organiza. La explotación se basó en el saqueo (de
tesoros del imperio azteca), la ocupación del territorio o aniquilamiento de los indígenas, y más tarde en la
organización de la producción.
Portugal organizó la explotación colonial como una empresa comercial: se trataba de llevar a Europa los
productos de la India a un precio menor que el de la ruta tradicional del Próximo Oriente.
Solo fue posible una financiación suficiente con la llegada del metal precioso de América obtenido por el
saqueo; elemento definitivo para la integración comercial a escala mundial. Dicha integración fue limitada
(solo afectaba a zonas de más fácil comunicación), lenta (las expediciones duraban mucho tiempo) y cambiante
(los países más avanzados y las formas de explotación experimentaron variaciones importantes).
En el siglo posterior el metal precioso americano llegado a Sevilla servía para pagar los gastos exteriores
de la monarquía hispánica y para saldar el déficit comercial provocado por la importación de especias y
de manufacturas. La parte que salía a Lisboa financiaba directamente el comercio con Oriente.
2.2.2 El paso de la primacía europea a los países del noroeste.
A partir del S.XVII el comercio europeo y la explotación del resto del mundo experimentaron cambios
sustanciales: la abundancia de plata provocaba una pérdida de su valor, que se traducía en un alza de los
precios y obtenerla resultaba cada vez más caro y los rendimientos económicos de la minería cayeron y
la producción disminuyó.
A partir de la Peste Negra, tanto Inglaterra como los Países Bajos habían experimentado un crecimiento
económico superior al del resto de Europa con productos altamente competitivos y ciudades con amplia
autonomía organizativa.
La explotación de las colonias quedó principalmente en manos de grandes compañías comerciales
privilegiadas (principal: compañía inglesa y holandesa de las Indias Orientales) , que pronto se convirtieron en
sociedades de capitales.
Junto a la creación de compañías, el instrumento principal de explotación fueron la creación de
plantaciones (grandes explotaciones dedicas al monocultivo de un producto con demanda en Europa, con mano de
obra esclava o sujeta) y sus principales productos eran el azúcar, el tabaco, el cacao, el añil y el algodón.
Con este sistema los indígenas eran prácticamente esclavos sobre su propiedad y la compañía obtenía el
doble de beneficio, el comercio empieza a basarse más en la cantidad venida que en las ganancias por
unidad (inicio del comercio masivo).
2.3. Instituciones, instrumentos y técnicas mercantiles.
Estaban destinados básicamente a mejorar su organización, disminuir los riesgos y facilitar el crédito y el
control del negocio.
2.3.1. La moneda.
Hasta el S.XIII el Occidente Europeo solo acuñaba dineros de plata pequeños, mientras que las monedas
internacionales eran árabes o bizantinas. A principios del S.XIII las grandes ciudades comerciales
italianas acuñaron primero monedas de buena plata (grossos) imitadas por la mayor parte de países y,
medio siglo más tarde, acuñaron monedas de oro (florines o ducados).
El predominio europeo se mantendría con las acumulaciones de oro y plata y a partir del S.XVII empezó a
aparecer el papel moneda (certificados de depósito emitidos por los bancos).
2.3.2. Mercados y ferias.
Eran las primeras instituciones importantes en la mejora del comercio y, a la vez, puntos de encuentro
preestablecidos entre vendedores y compradores.
o Mercados: son de ámbito local y tienen una periodicidad corta (incluso diaria).
o Ferias: reuniones de comerciantes, reguladas y privilegiadas, que tienen lugar en un espacio y
momento determinados. Su ventaja principal es la concentración de la oferta y la demanda, que
permite superar la incertidumbre comercial asociada al comercio a larga distancia. EL
intercambio ferial es doble: entre comerciante venidos de distintos lugares y entre comerciantes
y gente de la zona en la que se celebraba la feria.
3.Recuperación y crecimiento de la producción artesanal.
Las sinergias positivas entre la ciudad y el campo crecer la actividad manufacturera urbana que en gran
parte iba destinada al abasto de la misma ciudad y al campo circundante.
La producción artesana experimentó un crecimiento notable, gracias sobre todo al auge del comercio
(crecimiento cuantitativo) pero sin grandes innovaciones, excepto en algunos sectores. Por otro lado, la
actividad artesana tenía una importancia secundaria en el conjunto de la economía (pequeño porcentaje de
la población activa) y la escasa capacidad de demanda de la mayor parte de la población era un obstáculo
muy importante para el crecimiento industrial.
3.1. La industria textil. (Sector más importante) [NO]
La principal actividad manufacturera era la producción de tejidos y la región que lideraba esta producción
para el comercio internacional era Flandes. Los tejidos fueron el producto principal del comercio a larga
distancia durante toda la etapa preindustrial y las otras actividades importantes fueron la obtención y
elaboración de metales y la construcción tanto de edificios como de naves.
La industria textil no experimentó grandes transformaciones técnicas pero si una gran cantidad de
pequeños perfeccionamientos y cambios en los productos principales:
o En el sector lanero apareció la nueva pañería.
o La industria textil sedera no era tan importante en producción y empleo, pero sí en valor.
o El lino y el algodón no adquieren importancia hasta el S.XVIII y el algodón fue la última fibra que
tuvo importancia en Europa.
3.5. La organización de la producción. (punto más importante del apartado 3)
En la ciudad artesana fue organizándose fue organizándose en asociaciones de oficio o gremios. Los
gremios eran asociaciones de maestros de un mismo oficio, organizada, reconocida y regulada por el
municipio y sus finalidades eran el monopolio del municipio y el control de la actividad, velando por la
calidad del producto. Aunque solo los maestros del oficio formaban parte del gremio aunque también
albergaban aprendices y oficiales.
Gran parte de la producción artesana siguió obteniéndose en el marco de la organización gremial, pero
allá donde los gremios mantenían su vigor, la producción para el comercio a larga distancia pronto escapó
al control de los maestros gremiales para pasar a manos de empresarios que dirigían la producción,
indicando cantidades y calidades que deseaban y a menudo materias primas o dinero y fijando por
adelantado el precio de los productos.
El cambio de la estructura de la producción gremial a la empresa pasa por varios estadios intermedios
hasta culminar en la fábrica: en primer lugar el putting out system (el empresario da trabajo a varios maestros
y señala las características del producto y los plazos, logrando estandarización y control de la producción) el cual
tendrá mucha más importancia con la difusión de la industria en el campo.
La obtención de algunos productos intermedios o de productos sencillos y los procesos intensivos en
mano de obra poco o nada especializada se traslada al campo, mientras que la ciudad mantiene la
elaboración de productos de lujo y a menudo los acabados de los productos rurales (operaciones que
requieren mayor habilidad/más oficio).

En muchos lugares de Europa la industria rural no superó este estadio de campesinos secundariamente
artesanos, pero en las zonas de actividad más intensa, se produjo una especialización superior: muchas
familias pasaban a tener la producción artesana como actividad principal y completaban sus ingresos
trabajando en el campo en los momentos de más demanda de mano de obra con jornales más altos
(protoindustrialización). La protoindustrialización favorece una integración del mercado que beneficia a
todos los participantes.
La relación de producción se transforma en capitalista cuando el empresario proporciona también el
capital fijo a cambio de la obligación de trabajar en exclusiva para él. La fábrica aparece cuando el
aumento de la demanda pone de manifiesto los inconvenientes de la industria en el campo.
5.El papel fundamental de Europa en el mundo en la etapa preindustrial.
Europa occidental pasó de ser una zona atrasada en el conjunto de Eurasia (europa+asia) en la alta Edad
Media a organizar en provecho propio el comercio mundial y dominar gran parte de los territorios no
europeos entre el S.XVI y la Primera Guerra Mundial.
Esta visión de un avance de las economías europeas ha sido contradicha en los últimos años, con el
argumento de que hasta el 1800 las trayectorias de crecimiento y los niveles de renta y de productividad
en Europa y en Oriente eran muy similares y que la gran divergencia que representaba la Revolución
Industrial se debe básicamente a dos factores accidentales:
o La disponibilidad de carbón barato.
o La posesión de un imperio colonial.
El marco constitucional tiene como características diferenciales la situación de las personas ante la ley y
que formaban también parte del marco institucional en gran número de corporaciones que permiten
ámbitos de libertad y de protección mutua que facilitan el funcionamiento de los mercados, así como una
cierta limitación del poder de las monarquías.
El otro gran pilar que favoreció el crecimiento europeo es lo que se denomina modelo demográfico
europeo: variante de las poblaciones con frenos preventivos con el añadido de una mayor libertad
individual en la elección de pareja, una disminución de los vínculos familiares, una mayor especialización
y más participación femenina en el mundo del trabajo, factores que confluyen en una mayor acumulación
de capital humano.
Sin embargo, no cabe ninguna duda de que la gran divergencia no puede reducirse a una serie de
cambios repentinos en la segunda mitad del S.XVIII para aprovechar factores hasta entonces poco
relevantes que permitían poner en marcha el proceso de industrialización.

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