TEMA 34 - Teoría de La Literatura

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TEMA 34: ANÁLISIS Y CRÍTICA LITERARIA.

MÉTODOS.

1. APROXIMACIONES A LA CRÍTICA LITERARIA

La crítica literaria se define como el razonamiento sobre la literatura, cuyo


fin es la explicación e interpretación del texto y su ubicación dentro de su
contexto histórico. Allí donde la literatura ha cobrado especial relevancia, la
crítica literaria la ha acompañado. Pero no es hasta el S.XX cuando esta
disciplina se institucionaliza como tal, englobando un sinfín de teorías y
formas de interpretar, comprender y explicar lo literario. Siguiendo el
esquema de Jakobson se manifiestan los diversos objetivos de la crítica
literaria, en relación con los elementos de la comunicación.

- Emisor: biografía del autor.


- Mensaje: la obra literaria, tiene que ver con la Tª de la recepción.
- Contexto: condiciones socioculturales e histórico-literarias en las que
aparece la obra.
- Código: relaciones entre una obra literaria y otras obras literarias
precedentes (teoría de los géneros).
- Contacto: importancia de la vía de transmisión de una obra, puede ser
oral o escrita, impresa o manuscrita.

La variedad de paradigmas de la crítica literaria manifiesta la importancia


que le ha dado la Filología a esta cuestión. La mayor parte de teorías no se
excluyen entre sí, sino que pueden compaginarse hipótesis, teorías y
objetivos de distintas corrientes críticas.

Para Barthes, la crítica literaria es un metalenguaje, es decir, “un discurso


sobre el discurso”. Para Dámaso Alonso, el crítico debe estar dotado de una
capacidad receptora intensa, capaz de dotar al lector con claves para
interpretar correctamente una obra. En cada momento histórico ha habido
un tipo de crítica y ha seguido un modelo concreto.

Desde el siglo V a.C. la cultura occidental se ha preocupado por la estética


del texto literario, pero es en el S.XIX, durante el Romanticismo, cuando
surgen los estudios modernos de ‘historia’ y ‘crítica’ literarias. Pero es
Herder, quien sienta las bases sobre las que se sustenta lo que hoy
entendemos por crítica literaria. La idea es que los estudiosos literarios
deben analizar la relación del autor con el momento histórico que le ha
tocado vivir, de manera que descubrimos en una obra esa conjunción entre lo
individual y lo colectivo. Las creencias religiosas del autor, sus preferencias
políticas, su concepción de las mujeres y los hombres, de los viejos y los
jóvenes, sus vicios y sus virtudes, su condición social y económica y, todo lo
que configura la personalidad del creador, influye en la obra y debe de ser
investigado y rastreado por el crítico literario. Así la crítica literaria se opone
a la historia literaria, que acumula datos de toda clase en torno a la obra que
quiere estudiar. La crítica es como la filosofía, una novela para espíritus
curiosos. Según Paul Valery y Mallarmé, la literatura es el ejercicio del
lenguaje, la obra literaria no es ni el reflejo del autor ni el resultado de una
época histórica concreta, sino un ente del lenguaje.

2. FORMALISMO RUSO

La teoría literaria del S.XX se inicia con el formalismo ruso, los principales
estudiosos de este movimiento son Jakobson y Shklovski. En sus inicios el
formalismo se dio en la Rusia comunista como una herejía, el formalismo se
interesó por buscar las leyes que rigen los procedimientos artísticos, frente a
la dialéctica marxista que buscaba la interacción entre la obra y los
condicionantes sociales de cada época. Para los formalistas, lo importante
era averiguar el dominio del oficio del escritor, las técnicas que el artista
manejaba para crear literatura: para ellos, un escritor es un especialista en
la palabra. Los formalistas definen la obra literaria como la suma de todos los
recursos estilísticos empleados. Para Shklovski, el arte es un artificio, una
construcción verbal creada a partir de unos procedimientos artísticos que
rompen el automatismo del lenguaje ordinario. La finalidad de las
convecciones artísticas es la desautomatización.

Los objetivos que persiguen los formalistas son: la obra literaria se


convierte en el centro del análisis; centrarse en el estudio de las
particularidades de lo literario (literariedad); explicar cómo lo literario
produce efectos estéticos; analizar el texto literario para extraer los
principios generales de lo literario.

De modo que, el formalismo es un método descriptivo-morfológico de lo


literario, dejan fuera del objeto de estudio los factores extraliterarios. El
formalismo se opuso a las dos direcciones de crítica literaria imperantes en
el S.XX: la crítica académica –basada en recoger datos en torno a la obra– y
la crítica impresionista –de carácter romántico, poco rigurosa y muy
subjetiva–.

3. ESTRUCTURALISMO CHECO

A finales de los años 20 del siglo pasado, se superó la idea de Shklovski,


según la cual la obra no era más que un conjunto de mecanismos para la
producción artística, pasando a considerarse un ‘todo organizado’ formado
por distintos elementos relacionados entre sí: una estructura. El Círculo
Lingüístico de Praga promulgó su propia tesis sobre el hecho literario
(Trubetzkoy, Mukarovski) señalar los principales agentes de la obra
literaria que contribuyen a atraer la atención del receptor (lo que los
formalistas llamaron extrañamiento y desautomatización).

Mukarovski supo ver la importante función que ejercían en la producción


artística lo social y lo cultural, así afirmó que “la obra de un autor es el
resultado de la interacción entre el estilo, el ambiente y la personalidad”. Las
ideas de Mukarovski influirán en la Tª de la recepción y en la pragmática
literaria, pues para este crítico la obra era concebida como un organismo
vivo, que está un constante proceso evolutivo. Así pues, la historia de la
literatura puede definirse no como una sucesión de textos autónomos, sino
como un proceso asentado sobre cambios históricos en los que los receptores
provocan alteraciones asumidas por los escritores. De tal modo que la
historia literaria se encarga de reconstruir la norma literaria y del conjunto
de postulados literarios de un momento dado, así como también del estudio
de la interpretación y la concepción de la obra literaria dentro de su contexto
histórico-literario.

4. ESTILÍSTICA

El escritor elige su estilo desviándose de lo normal y presta atención en su


obra a otros aspectos (ritmo, rima, símbolos…) y a unidades de significación
(figuras retóricas connotaciones…). El crítico literario debe analizar los
recursos estilísticos, haciendo énfasis en las relaciones que mantienen entre
ellos y la función que cumplen, pues los significantes son importantes en la
medida que expresan determinados significados.

La estilística hace referencia al estilo del autor como expresión subjetiva a


través de un texto:

 Descriptiva (Leo Spitzer): busca las expresiones, las figuras retóricas


y toda desviación léxica, morfosintáctica y semántica que exprese
sensibilidad y actúe sobre las emociones del receptor. La lengua
literaria como desvío de la lengua ordinaria. Se interesa por identificar
los rasgos estilísticos de un texto poniéndolos en relación con la
personalidad del autor.
 La escuela española (Pidal, Dámaso Alonso): para Dámaso Alonso
lo que caracteriza a la poesía es la relación entre significado-
significante, que no es arbitraria, sino que se trata de una vinculación
motivada. El crítico parte de una serie de intuiciones relacionadas con
el conocimiento que tiene sobre un autor, luego se aíslan una serie de
rasgos formales de obras de ese autor para comprobar qué reacción
suscitan en el lector, de modo que, así pueden inferirse conclusiones
sobre la naturaleza literaria de la obra de un autor. El crítico ha de
estudiar el poder creador del poeta y el placer estético que produce su
obra y, todo ello, únicamente partiendo del texto, olvidándonos de
todos los factores extraliterarios que suelen envolver a una obra. De
cierta manera sigue la Tª de los formalistas.

El New Criticism es una actitud crítica frente a la crítica periodística. Estos


críticos pensaban que el contenido de la obra literaria no tenía por qué estar
relacionada con las vivencias del autor. En realidad, aunque se trata de un
movimiento estadounidense, la Nueva Crítica se inició en Inglaterra de la
mano de Ivor Richards y Thomas Eliot. Para estos autores el crítico ha de
analizar el lenguaje literario como los efectos que provoca en el lector
atendiendo a su significado global. Eliot ve la obra literaria no como el medio
para la expresión de los sentimientos del poeta, sino como una evasión o una
liberación de sus emociones. «Tradition and the Individual Talent (1920)»

La Crítica Norteamericana reacciona contra la crítica erudita biografista e


impresionista, no le interesa tanto el autor de la obra ni el crítico de la
misma, sino la obra en sí. Conciben la obra como un todo, una estructura
formada por diversos elementos. La literatura es autónoma con sus propias
leyes y códigos. Esta corriente se preocupa por la crítica intrínseca del texto,
a este método los llamaron close Reading, lectura atenta, minuciosa y
detallada. La Nueva Crítica se separa de la crítica europea por su postura
humanista, con tendencia a que los lectores se sensibilicen con la
importancia de la obra literaria, elevada a categoría mítica. Por ello, se
relaciona estrechamente con la Tª de la muerte del autor de Foucault.

5. CORRIENTES SOCIOLÓGICAS

Realismo social: deriva de Marx y Engels, consideraban que el arte gozaba


de cierta autonomía y la crítica literaria debía ser objetiva y no doctrinaria.
la llamada teoría del reflejo defendía que las formas de producción artística
estaban muy vinculadas con los cambios en los medios de producción
socioeconómicos. El estudioso de la literatura debe preocuparse por
descubrir las fuerzas sociales en conflicto que se encuentran en la base de la
obra literaria, de tal modo que la obra sería fruto de la lucha de clases
sociales. Para el comunismo solo eran legítimas aquellas obras que
reflejaban la realidad social, las que plantean la dialéctica de la lucha de
clases, que muestra el alto nivel de concienciación social y comulgue con el
interés de las clases proletarias. Según Georg Lukács, lo fundamental para la
crítica literaria era hallar por qué una determinada cosmovisión de una
época opta por expresarse de unas determinadas formas artísticas frente a
otras. Lukács mantendrá que las formas literarias dependen de la
conciencia histórico-filosófica que las orienta en una dirección
concreta, por ello, cada forma artística nace cuando el espíritu de su
época la necesita. Así pues, las grandes obras nacen en una época en la
cual tienen sentido, por este motivo esas obras no pueden imitarse en épocas
distintas, como por ejemplo lo que sucedió con El Quijote. Esto se debe a que la
sociedad cambia y sus problemas reales no son los mismos. En la formulación marxista el
autor no es que refleje la realidad en la obra como si de un espejo se tratase,
sino que la expresa en toda su complejidad y riqueza histórica, por ejemplo:
Dostoievski, Tolstoi, Clarín…

El estructuralismo es una corriente que surge en los primeros años del


S.XX y procede de la lingüística y la psicología. La estructura en su
formulación más simple consiste en la relación de todos los elementos entre
sí y un todo, subordinados a unas leyes de composición y autorregulación
que caracterizan al objeto. Así pues, el estructuralismo en la crítica literaria
busca descubrir los códigos de comportamiento humano a través de la
creación literaria. La obra literaria como producto humano es una
manifestación más, una realización de la estructura del ser humano,
esto es, las relaciones sociales de las personas. Los estructuralistas ven
las obras literarias como el punto de partida para analizar y estudiar las
leyes del discurso literario. En la segunda mitad del S.XX, Barthes expondrá
algunos de los principios de la Nouvelle Critique: la crítica literaria es una
literatura de segundo grado, una metaliteratura, una literatura que habla de
la literatura. Muy lejos de ese ideal que persigue el crítico, descubrir las
genialidades de un autor; el crítico no desvela las verdades que el literato
oculta bajo su obra, sino que ofrece interpretaciones coherentes “lecturas
simbólicas”, como resultado de considerar la obra como una estructura
abierta a múltiples sentidos. Para Barthes, el autor y la obra no son más que
el punto de partida para estudiar a fondo el lenguaje, la ciencia del discurso.
Para los estructuralistas el autor ha muerto, a la hora de estudiar la
obra literaria no se tiene en cuenta las circunstancias que rodearon al autor
en el proceso de creación, para ellos quien realmente da coherencia al
texto son los lectores. Cada texto es un propio sistema que ha de
interpretarse individualmente.

Un texto literario es un sistema de signos más todos los textos del


pasado y los del presente, Bajtin propone indagar las distintas voces que
resuenan en el texto para escuchar el diálogo que entablan. De esta forma, la
literatura puede verse como un acto de comunicación que incorpora las
expectativas del lector y las voces de otros textos que resuenan en el nuevo.
La genialidad de Cervantes o Dostoievski reside en que saben interrelacionar
las verdades, los puntos de vista, las voces de los personajes (los otros), con
la suya propia (el ‘yo’ del autor). El novelista no calla su voz para escuchar
las otras, sino que interactúa con ellas activamente.

6. TERÍA DE LA RECEPCIÓN
“El discurso poético representa una estructura de gran complejidad; si el volumen de
información contenido en el discurso poético (ya sea prosa o verso) y en el discurso usual
fuese idéntico, el discurso poético perdería el derecho a existir, desaparecería” (Lotman).
El lenguaje literario utiliza signos que no se escogen arbitrariamente, sino
que tienen un carácter icónico, los significantes evocan significados, por
ello se establece una relación metafórica respecto a la realidad a la que
aluden. Lotman habla de una semiótica de la cultura, pues entiende que para
que se dé esa intensidad significativa, el texto ha de ser interpretado como
un hecho artístico. Umberto Eco ve el texto como un producto, resultado
de la unión de signos integrados en una serie de sistemas significantes de los
que depende tanto su sentido como su dimensión estética.

La Teoría de la Recepción surge como una escuela, Hans-Robert Jauss fue


el principal valedor de una corriente que propone hacer el énfasis en el
lector, el público que recibe la obra, frente a la tradicional primacía del autor
y del texto. Para él, la finalidad de la literatura es el estudio de las relaciones
que se establecen entre los lectores y el escritor, la experiencia del lector y
el horizonte de expectativas del autor y de los lectores de una obra en
distintos momentos históricos. El carácter estético de la obra viene
determinado por la manera y el grado en que la obra ejerce influencia sobre
los lectores. La reconstrucción del horizonte de expectativas y las
consecuencias que tuvo la recepción, nos permiten entender cómo fue
entendida la obra en su momento y cómo se entiende a día de hoy. La
finalidad es analizar el hecho literario con la historia en general, haciendo
hincapié en la experiencia literaria del lector, ya que influye notablemente en
la construcción de ese horizonte de expectativas. La Tª de la recepción
defiende que la obra literaria no está acabada cuando el autor la termina de
componer, sino que la obra literaria está totalmente definida cuando es
recibida por sus intérpretes, los lectores. Según Iser, toda obra literaria tiene
puntos de indeterminación que han de ser completados por los lectores, esto
es, las obras literarias tienen dos polos: uno artístico que es el creado por el
autor; otro estético que es el creado por los lectores. El texto se actualiza
solo por las diferentes lecturas de quién lo recibe.
“Cuando leemos un texto los lectores nos hacemos siempre imágenes mentales o
representaciones, porque los «aspectos esquemáticos» del texto se limitan a hacernos
saber en qué condiciones debe ser constituido el objeto imaginario” Iser.

Para Vodicka, la historia de la literatura es una historia de la recepción de


las obras, por lo que el investigador ha de indagar en las convenciones
estéticas de cada época y cada género literario. Las ideas de la Tª de la
recepción están estrechamente relacionadas con la sociología, ya que la obra
literaria se ve muy influenciada por los lectores que ha tenido, tiene y tendrá.

7. TEORÍAS SISTÉMICAS

En la década de los 70 del pasado siglo, con la decadencia de las corrientes


estructuralistas, empiezan a surgir nuevas tendencias que sustituyen como
prioridad el texto y toman la literatura como un sistema e institución social;
son varias las corrientes que intentan explicar el amplio panorama que
ofrece el hecho literario, entre ellas hay que destacar la teoría de los
polisistemas de Itamar Even-Zohar.

Esta teoría entiende la literatura como un hecho sociocultural y un fenómeno


de carácter comunicativo, se define como las relaciones que se establecen los
elementos que integran el sistema. Su preocupación principal consiste en explicar
cómo funcionan los textos en el marco de nuestra sociedad, en la que
han aparecido grandes cambios de producción, distribución, consumo e
institucionalización de la literatura.

8. CONCLUSIONES.

Queda evidenciado que la obra literaria es un objeto que puede verse desde
múltiples puntos, en este sentido puede compararse con un prisma, el
resultado cambia en función del punto de vista desde el que se mire. Por ello,
se hace necesario conocer los diferentes movimientos literarios, así como
conocer la historia de la humanidad, dentro de la cual cobra sentido la obra
literaria.

Machado ironizaba sobre la especialización científica “cuando el saber se


especializa, crece el volumen total de la cultura. Esta es la ilusión y el
consuelo de los especialistas: lo que sabemos entre todos ¡oh, y eso es lo que
no sabe nadie!”. Si cualquier realidad social (en nuestro caso, la obra
literaria) es solo analizada conforme a unos postulados dogmáticos de una
teoría, enfoque o paradigma, en el mejor de los casos el resultado sería
inexorablemente parcial. Cualquier obra literaria, como cualquier otro
objeto en investigación, pasa por el pluralismo de enfoques porque es
inabarcable; es decir, no podemos pretender estudiar una obra literaria
desde un único punto de vista porque no la comprenderíamos en su totalidad.
Por ello, es posible coger algo de todas, mejor que todo de una. Esto es lo
que se conoce como interdisciplinariedad o sincretismo, por eso es necesario
conocer la crítica literaria en su vertiente histórica, como la manera de mirar
las diferentes funciones que cumple la literatura para la sociedad.

AUTOR: creador del TEXTO: artefacto del LECTOR: descifrador


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