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Gestión de las emociones Rev.

: 01

3 CAPACIDADES PARA SABER MANEJAR LAS EMOCIONES.

Como habilidad que es la IE, se puede aprender, por lo que saber que se
puede adquirir una capacidad para gestionar las emociones resulta muy
motivador. Esa capacidad le permite al ser humano afrontar los problemas que
van surgiendo o las anécdotas de cada día.

Antes de la aparición del concepto de inteligencia emocional, cuando se


hablaba de inteligencia esta siempre se asociaba al cociente intelectual (CI).
Sin embargo, como estamos diciendo, con el paso del tiempo se han
descubierto distintos tipos de inteligencia, entre ellos la inteligencia
emocional y esta no tiene nada que ver con el CI. Se puede tener un CI alto
pero ese dato no garantiza tener unas buenas habilidades emocionales.

Las emociones son una parte muy importante de la vida, pero estaban muy
impulsos
que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos

a la acción. Las emociones no se pueden obviar. Implican sensaciones físicas


que nos empujan a actuar y podemos considerarlas como un vehículo a través
del cual se comunican el cuerpo y la mente.

En cierto sentido, es posible distinguir dos mentes, la racional y la emocional,


las cuales son independientes, aunque se relacionan entre sí. Son dos circuitos
cerebrales distintos. La mente racional es constante, reflexiva y analítica. En
cambio, la mente emocional valora la situación de forma global sin pararse
a reflexionar, es más rápida. No lleva un análisis completo como sí lo hace la
mente racional. Una característica muy llamativa es que nos salva del peligro,
funciona como un radar que nos alerta de un peligro.

Paul Ekman, psicólogo famoso por estudiar la expresión facial de las


emociones, comprobó que la mente emocional es adaptativa. Nos moviliza a
atender o responder a temas urgentes sin pensar cómo hacerlo. Ante

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cualquier hecho o situación primero responde la emoción, después hay una


segunda reacción emocional, más lenta, que tiene su origen en el pensamiento.

En el cerebro, la amígdala es una estructura ligada a la memoria y al


aprendizaje. Es la parte del cerebro emocional que actúa antes de que el
cerebro racional actúe. Además, constituye un servicio de vigilancia, actúa
como una alarma: por ejemplo, en caso de miedo envía señales o mensajes
urgentes a cada centro fundamental del cerebro.

Está demostrado que las personas con un gobierno adecuado de sus


emociones y que saben empatizar e interpretar las emociones de los
demás suelen tener éxito en la vida, en el trabajo, en las relaciones con los
demás. Se sienten más satisfechas y más capaces de cara al trabajo, a su
productividad. En cambio, quienes tienen problemas para controlar sus
emociones, tienen luchas internas que perjudican su capacidad de trabajo. No
piensan con suficiente claridad.

Las emociones pueden ser inconscientes o conscientes. En el momento en que


las emociones se vuelven conscientes nos damos cuenta de que podemos
cambiar, sobre todo en caso de que las emociones sean negativas. Darnos
cuenta de esa autoconciencia es uno de los objetivos de la inteligencia
emocional.

La inteligencia emocional se puede entrenar y desarrollar a lo largo de nuestra


vida. Cuanto mayor uso adecuado tengamos de nuestras emociones más éxito
tendremos en el trabajo, en la pareja, en las relaciones, etc. ya que se amplía
a los diferentes contextos.

Entre sus componentes están la autoconciencia, que es la capacidad de


conocerse a uno mismo y reconocer las propias emociones; la autorregulación,
que es tener el control sobre sí mismo, sus emociones y sus pensamientos;
la motivación, el impulso que nos empuja a actuar hasta llegar a la meta que
nos hemos propuesto; las habilidades sociales, que son las que nos permiten
relacionarnos con los demás como comunicación verbal y no verbal y

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resolución de conflictos. Por último, la empatía, consistente en ponerse en el


lugar del otro para intentar comprender qué le ocurre y actuar en consecuencia.

Otros ejemplos más concretos son perseverar en el empeño a pesar de la


frustración que sintamos, tener capacidad para controlar los impulsos o
diferir las gratificaciones.

En el trabajo y en la vida personal los resultados que obtenemos dependen de


los pensamientos, es decir, nuestros pensamientos determinan nuestros actos.
A veces o de manera habitual debemos plantearnos lo que pensamos, si lo que
pensamos nos va a ayudar o, por el contrario, nos va a dañar.

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3.1 AUTOCONOCIMIENTO.

¿Has oído hablar del autoconocimiento emocional?

El autoconocimiento es un pilar de inteligencia emocional. Es considerado


como el principal debido a que a partir de él se desarrolla el resto. He atendido
cientos de personas adultas que no saben reconocer en sí mismos -al
comienzo de las sesiones- ni siquiera las emociones básicas. No los juzgo, en
nuestra infancia y adolescencia no se te explica que son las emociones ni los
sentimientos.

El fin del autoconocimiento de las emociones es que puedas hacerlas trabajar en


tu beneficio. Es decir, que aprendas a controlar tus reacciones y conductas. A
la vez que encaminas de la mejor forma tus pensamientos. Conociendo tus
emociones podrás conducirte mejor en el día a día. De esta forma evitarás
preocuparte en exceso por asuntos que no tienen importancia. A la vez que
destinas tu energía en lo que realmente te hace bien.

Para desarrollar este autoconocimiento es necesario:

Poder nombrar tus emociones. Así podrás hacer tuyo cada sentimiento y
reconocerlo.
Aceptar tus sentimientos, dejando de lado los prejuicios.
Controlar lo que sientes, sin dejar que las emociones te dominen.

"Según explica un viejo relato japonés, un samurái desafió a un anciano


maestro zen a que le explicara los conceptos del cielo y el infierno. Pero el
monje replicó con desprecio: ¡No eres más que un tonto y no puedo malgastar
mi tiempo con tus tonterías! El samurái, herido en su honor, en medio de un
ataque de cólera y, desenvainando la espada, exclamó: Tu impertinencia te
costará la vida. ¡Esto - replicó entonces el maestro - es el infierno! Conmovido
por la exactitud de las palabras del maestro sobre la cólera que la estaba
golpeando, el samurái se calmó, envainó la espada y se dejó caer ante él,
agradecido. Y eso - concluyó el maestro -, ¡esto es el cielo!

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El repentino reconocimiento del samurái de su propia agitación ilustra a la


perfección la diferencia crucial existente entre quedarse atrapado por un
sentimiento y darse cuente de que uno está siendo arrastrado por él. La
enseñanza de Sócrates "Conócete a ti mismo" - darse cuenta de los propios
sentimientos en el mismo momento en que estos tienen lugar - constituye la
piedra angular de la inteligencia emocional" (Goleman, 1996, pg. 85)

Anteriormente, sobre las emociones describimos las nociones básicas, esto es


un primer conocimiento necesario para llegar a una buena regulación
emocional. Pero lo que es más importante es profundizar en el
autoconocimiento. A primera vista pensamos que nuestros sentimientos son
evidentes, pero si hacemos una reflexión más precisa recordaremos muchas
ocasiones en las que realmente no hemos sido conscientes - o nos hemos
dado cuenta demasiado tarde - sobre lo que sentíamos respeto algo.

Un ejercicio que podemos hacer, para nosotros mismos, es concentrarnos cada


semana en trabajar una emoción diferente. Si hacemos por ejemplo la semana
de la rabia se trata de describir cada día una situación diferente que haya sido
injusta para mí, lo que pensé, lo que sentí (no olvidemos la parte corporal) y
como reaccioné. Una vez "en frío" también podemos analizar cómo
reaccionaría o solucionaría ahora la situación, si lo haría de manera diferente.
La semana siguiente podemos concentrarnos en contestar de esta otra forma
ante la rabia y probar estas nuevas alternativas que hemos visto "en frío". Este
ejercicio se repite semana a semana con las diferentes emociones.

Si detectamos algo que no nos gusta y nos gustaría cambiar, es a partir de este
conocimiento, hacerse consciente de cómo reacciono ante las situaciones, que
podremos cambiarlo. Y lo que es importante también es que, a través del
autoconocimiento y de entender y comprender cómo me afectan las
circunstancias que pasan a mi alrededor nos volvemos más tolerables con
nosotros mismos y, si somos más tolerables con nosotros mismos, también lo
seremos con aquello y aquellos que nos rodean.

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De todos los conocimientos


posibles, el más sabio y útil es
conocerse a sí

3.2 ASERTIVIDAD.

La Comunicación asertiva e inteligencia emocional forman parte de las


habilidades sociales y so de gran ayuda para lograr nuestros objetivos.

Consisten en pensamientos y emociones que generan vínculos satisfactorios


con los demás y favorecen la autoafirmación como persona y la defensa de los
derechos propios con respeto, es decir sin agredir ni permitir ser agredido.

Una persona asertiva tiene empatía, es decir que implica ver y considerar la o
las circunstancias que ven los demás poniéndose en su lugar, comprendiendo
así sus sentimientos, lo que facilita la comunicación y ayuda a mantener y
mejorar la autoestima de los demás.

La asertividad es el punto medio entre los comportamientos inhibidos propios


de las personas tímidas o inseguras y los comportamientos violentos propios
de las personas agresivas y egoístas. C se refiere conducta
mediante la cual un individuo expresa sus sentimientos, deseos, opiniones o
derechos de un modo adecuado a la situación, respetando a los demás, que
generalmente resuelve los problemas inmediatos mientras minimiza la
posibilidad de futuras dificultades.

La asertividad tiene que ver con la posibilidad de expresar nuestros deseos y


nuestras necesidades frente a otros con claridad y libertad, sin enojo ni
sumisión.

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La comunicación asertiva es una forma de expresión honesta, directa y


equilibrada que tiene el propósito de comunicar nuestros pensamientos e ideas
o defender nuestros intereses o derechos sin la intención de perjudicar a nadie.

Pongamos como ejemplo que alguien le pide el coche a otro que no desea
prestarlo, éste puede reaccionar de diferentes maneras:

1. De forma inhibida: "bueno te lo presto..."


2. De forma agresiva: "¡no me da la gane prestarlo!"
3. De forma asertiva: "lo siento, pero no acostumbro prestarlo"

La persona inhibida y sumisa no defiende sus propios derechos, respeta a los


demás, pero no se respeta a sí misma. Sus esquemas mentales son del tipo:
"Lo que yo piense o sienta no importa, Importe lo que tu sientas o pienses", "Es
necesario ser querido y apreciado por todo el mundo" o "si digo lo que pienso
los demás se molestarán conmigo", Sus sentimientos suelen ser
frecuentemente de frustración, impotencia, culpabilidad y baja autoestima,
ansiedad y temor.

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La persona agresiva defiende sus derechos de forma excesiva, no respetando


a los demás y frecuentemente generando conflictos por este hecho, Carece de
habilidades para relacionarse con la debida "sensibilidad" o empatía; Sus
esquemas mentales son del tipo:

"Si no soy fuerte los demás se aprovecharán de mi", "Lo importante es


conseguir lo que yo quiera", "Hay gente mala y vil que merece ser castigada",
Sus sentimientos suelen ser de enfado, sentimiento de injusticia, soledad y
abandono, baja autoestima, frustración y falta de control.

La persona asertiva sabe respetar a los demás sin dejar de respetarse a sí


misma. No pretende entrar en el esquema de ganar o perder en la relación con
los demás, sino en ¿cómo podemos llegar a un acuerdo favorable a ambos?
Su manera de pensar es más racional, actuando de forma más adaptativa a su
vida y circunstancias. Sus sentimientos son más estables y controlados que los
de las personas inhibidas o agresivas y derivado de todo esto su sentido de
autonomía, autosuficiencia y autoestima es elevado.

Dicho todo esto podemos decir que no podemos clasificarnos en cada uno de
estos tres tipos de personas. Todos tenemos en mayor o menos proporción
algo de cada tipo.

Causas de no ser asertivo las causas de no haber desarrollado la asertividad


pueden ser una o varias de las siguientes:

1. Los padres o cuidadores han castigado los comportamientos asertivos


en el niño de manera directa con amenazas, reprobaciones, privaciones,
o de manera indirecta generando una serie de normas o valores morales
donde no está permitido ser asertivo.
2. Los padres o cuidadores no han castigado los comportamientos
asertivos, pero tampoco los han reforzado con lo que el niño no ha
aprendido a valorar los comportamientos asertivos.
3. La persona obtiene más refuerzos por sus conductas sumisas.
4. La persona obtiene más refuerzos por sus conductas agresivas.

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5. La persona no ha desarrollado habilidades sociales, por tanto, no sabe


identificar cuáles son los comportamientos adecuados a cada momento
o situación.

El primer paso para cambiar los comportamientos no asertivos es identificarlos


con claridad. Saber exactamente cuándo, cómo, cuánto, con quién y en qué
circunstancias se dan nuestros comportamientos no asertivos. Hay que
tomarse un tiempo entre 3 y 4 semanas para observar tanto nuestros
comportamientos externos como las interpretaciones que hacemos de ellos.

Los acontecimientos no asertivos pueden ser externos como conflictos con los
demás, circunstancias que se dan en el trabajo, los estudios, la pareja, la
familia o los amigos, o también eventos internos del tipo recuerdos negativos
del pasado o imágenes preocupantes de acontecimientos venideros.

Anota a continuación el tipo de pensamientos que ese acontecimiento te ha


suscitado, no te preocupes de ser exacto en ellos, es suficiente con que
describen más o menos la tendencia de tus pensamientos.

Y finalmente escribe la emoción que experimentas, puede ser ansiedad, miedo,


estrés, angustia, tristeza, rabia, etc., y apunta la intensidad de esa emoción
dándole un valor de 0 (nada) a 100 (la emoción más intensa de mi vida).

A continuación, observa un ejemplo de cómo se anota en la libreta:

Día/Hora Acontecimiento Pensamiento Emoción


(0-100)

07-Mayo a Me hace el profesor una pregunta "Soy tonto" "Es Vergüenza


las 21 h. en clase, no respondo bien y mis terrible hacer el (90)
compañeros se ríen. ridículo" Miedo (90)

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Este registro de pensamientos automáticos deberás practicarlo durante varios


días hasta que puedas tomar clara consciencia de cómo interviene la
interpretación de los acontecimientos no asertivos en la generación de tus
diferentes estados emocionales.

Es fundamental que seas honesto y claro contigo mismo, que no te auto


engañes, y aunque te provoque cierto malestar el centrarte en los
acontecimientos negativos de tu vida, no te olvides de que para cambiar algo
antes hay que conocerlo que es lo que estás empezando a hacer.

Una vez que hayas tomado conciencia de la relación entre el grado de


credibilidad de los pensamientos negativos y la intensidad de emociones
negativas pasa a la siguiente fase. Una vez identificados con claridad los
comportamientos no asertivos con sus correspondientes interpretaciones
asociadas ya podemos debatir si éstas son correctas o distorsionadas.

Si éstas no se atienen a la lógica, al sentido común ni a la auténtica realidad de


las cosas, sino que son exageraciones, dramatizaciones y fantasías muy
perjudiciales, entonces no tenemos duda que estamos ante interpretaciones
irracionales.

Las distorsiones o irracionalidades no asertivas pueden ser combatidas por 3


métodos:

1. Identificar las ideas irracionales básicas y cambiarlas por sus


alternativas racionales.
2. Identificando el tipo de distorsión lógica y construyendo su alternativa
racional lógica.
3. Identificar las ideas y comportamientos no asertivos para a continuación
aplicar el derecho asertivo.
4. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
5. El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
6. El derecho a reconocer mis propias necesidades, establecer mis
objetivos personales y tomar mis propias decisiones.

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7. El derecho a cambiar.
8. El derecho a decir "no" sin sentirme culpable.
9. El derecho a pedir lo que quiero, aceptando a la vez que me lo nieguen.
10. El derecho a pedir información y ser informado.
11. El derecho a cometer errores.
12. El derecho a obtener aquello por lo que pagué.
13. El derecho a ser independiente.
14. El derecho de gozar y disfrutar.
15. El derecho a triunfar.
16. El derecho a ser mi propio juez.
17. El derecho a decidir el hacerse cargo o no de los problemas de los
demás
18. El derecho de dar o no explicaciones sobre mi comportamiento.
19. El derecho de no necesitar la aprobación de los demás.
20. El derecho de no ser perfecto.
21. El derecho a decidir no ser asertivo.
22. Identifica las situaciones en las que somos mas asertivos.
23. Descubrir minuciosamente las situaciones problemáticas.
24. Escribir un guion alternativo a la conducta habitual.
25. Evitar la manipulación de los demás

Los derechos asertivos y la inteligencia emocional es la habilidad de


comprender y manejar nuestras emociones y las de los demás en la forma más
conveniente y satisfactoria.

BENEFICIOS DE LA ASERTIVIDAD:

Intrapersonales, las "3A".


o Autocontrol: El autocontrol es una de las facetas humanas que
potencian el rendimiento del hombre deportivo; los alcohólicos se
convierten en seres faltos de autonomía, regresivos, débiles,
dependientes y de escaso autocontrol.

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o Autoestima: Aprecio o consideración que uno tiene de sí mismo.


o Auto-conocimiento: El auto-conocimiento es el conocimiento de uno
mismo es decir con defectos y virtudes.
Interpersonales, las "3R".
o Respeto: Consideración, acompañada de cierta sumisión, con que
se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o
circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o
establece o a no causarle ofensa o perjuicio.
o Responsabilidad: De acuerdo al diccionario de la Real Academia
Española (RAE), hace referencia al compromiso u obligación de tipo
moral que surge de la posible equivocación cometida por un
individuo en un asunto específico. La responsabilidad es, también, la
obligación de reparar un error y compensar los males ocasionados
cuando la situación lo a merita.
o Reciprocidad: Correspondencia mutua de una persona o cosa con
otra.

Distancia al poder son las ordenes no cuestionables de personas que ejercen


un poder sobre otras personas, dichas ordenes no son criticables entre más
distancia se ejerce el poder.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 86


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3.3 EMPATÍA.

A lo largo del tiempo la empatía ha


sido descrita de diferentes maneras,
algunas incluso de forma metafórica
como:
;
sería como tener la capacidad de
experimentar la vida como lo hace el
otro, comprendiendo sus
pensamientos, sentimientos,
emociones y significados de la
realidad.

Significa sentir dolor o placer tal como el otro lo siente, percibir las cosas de la
misma f
ya que no somos la misma persona. Si este «como si» se pierde, entonces
entramos en un estado de identificación poco realista o recomendable.

El Psicólogo Social Daniel Batson propuso ocho formas diferentes de


no constituyen varios
aspectos de ésta:

1. Conocer el estado interno de la otra persona, incluyendo sus


pensamientos y sentimientos. Esto nos puede suministrar argumentos
para sentir amabilidad hacia el otro, sin que esto sea suficiente, ni
indispensable para generar una motivación altruista. Esto quiere decir
que se puede ser consciente de lo que el otro piensa o siente, y
permanecer indiferente frente a su situación.
2. La imitación motriz y neuronal: el hecho de percibir a alguien bajo
cierta situación, lleva a nuestro sistema neuronal a adoptar un estado
analógico al suyo, lo cual genera un mimetismo corporal y facial
acompañado por sensaciones similares a las de la otra persona.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 87


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3. La resonancia emocional: es llegar a sentirse exactamente cómo se


siente otra persona, ya sea un sentimiento de felicidad o de tristeza.
Aunque es imposible vivir exactamente la misma experiencia que
alguien, sí podemos sentir emociones similares.
4. Proyectarse intuitivamente en la situación de la otra persona. Para
verse afectado por lo que le sucede a alguien más, no es necesario
imaginar todos los detalles de su experiencia, basta con saber que sufre.
5. Crear una representación muy clara de los sentimientos de la otra
persona gracias a lo que ella nos dice, a lo que observamos y a
nuestros conocimientos sobre dicha persona, sobre sus valores y sus
aspiraciones. Imaginar cómo se podríamos pensar y sentir en el lugar
del otro.
6. Imaginar lo que sentiríamos si estuviésemos en el lugar de la otra
persona, con nuestro propio carácter, nuestras aspiraciones y nuestra
visión del mundo.
7. El sufrimiento por empatía: lo que sentimos cuando somos testigos o
evocamos el sufrimiento de otra persona. Esta forma de empatía puede
hacer que ignoremos la situación en lugar de asumir una actitud
altruista. En realidad, aquí Batson no habla de preocuparse por la otra
persona, ni de ponerse en su lugar, sino de una ansiedad personal
generada por la otra persona. Desafortunadamente este sentimiento de
sufrimiento no genera necesariamente una reacción de amabilidad ni
una respuesta apropiada hacia la persona que padece. Si la resonancia
con el sufrimiento de la otra persona nos genera sufrimiento personal,
debemos dirigir nuestra atención hacia dicha persona y reactivar nuestra
capacidad de expresar bondad y amor altruista.
8. La amabilidad empática, que consiste en tomar consciencia de las
necesidades de los demás y en sentir el deseo sincero de ayudarles.
Según Daniel Batson, la amabilidad empática es la única respuesta que
se dirige hacia los demás y no hacia nosotros mismos, lo cual es
necesario y suficiente para producir una motivación altruista.

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Daniel Batson afirma que las seis primeras formas de empatía pueden
contribuir a la creación de una motivación altruista, pero ninguna de ellas
garantiza que surja realmente dicha motivación, como máximo constituyen sus
condiciones indispensables. La séptima forma, la del sufrimiento por
empatía se encuentra claramente en contra del altruismo. Solamente la
última forma, es decir la amabilidad empática es necesaria y suficiente para
que nazca la motivación altruista en nosotros y nos incite a la acción.

Nos preguntamos: ¿cómo se genera la empatía? Para ser empático con otra
persona se requieren varias condiciones. Una es entrar en el mundo de la
percepción privada del otro y ser sensible, momento a momento, de los
sentimientos que fluyen en él o ella, ya sea miedo, rabia, dolor o confusión o lo
que sea esté experimentando. Significa que de alguna forma se vive
temporalmente en la vida del otro, moviéndose en su interior con delicadeza y
sin hacer juicios; entendiendo los significados conscientes de esta persona,
pero no tratando de descubrir los sentimientos más inconscientes o profundos,
ya que esto haría que demasiado amenazante. Incluye la comunicación sobre
su entendimiento del mundo, consultando sobre su forma de pensar y
guiándose por las respuestas que se recibe. Se trata de convertirse en un
compañero de confianza para que el otro nos deje entrar de alguna forma en su
mundo interior.

Estar de esta manera con la otra persona significa que por un


momento, nosotros dejamos a un lado nuestros propios puntos de vista y
valores con el fin de entrar en el mundo de la otra persona sin prejuicios.
En cierto sentido, esto sólo se puede hacer cuando la persona se siente lo
suficientemente segura de sí misma y reconoce que no se va a perder en el
mundo extraño del otro, y que puede volver a su propio mundo cuando lo
desee.

Como vemos esta descripción deja claro que el ser empático es algo más
complejo, exigente, y fuerte de lo que pueda parecer en un principio, pero
también es algo sutil y suave.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 89


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Para el psicólogo humanista Carl Rogers este es un proceso imprescindible en


la terapia centrada en la persona, la empatía es la cualidad más importante
en todas las formas de escucha terapéutica. Eso significa tener que entrar
dentro del mundo de la persona que viene para la terapia (usualmente llamado
el cliente) para que esa persona se sienta aceptada y comprendida. Dos cosas
son importantes en este proceso:

1. Que la empatía sea precisa, y


2. Que el cliente sepa que estamos empatizando con él o ella.

Ambas son habilidades que se pueden aprender, y marcan una gran diferencia
en la relación entre el cliente y el consejero o el terapeuta.

La segunda cualidad es la autenticidad. Si con la empatía se trata de


escuchar al cliente, con autenticidad se trata de escucharnos a nosotros
mismos, si realmente sintonizamos y somos conscientes de todo lo que está
pasando en nuestro interior. Significa estar abiertos a nuestras propias
experiencias, sin negarlas ni apartarlas de nosotros. La autenticidad es más
difícil incluso que la empatía, ya que implica una gran cantidad de auto-
conocimiento, que en realidad sólo se obtiene pasando a través de realizar
una auto-terapia de una manera completa y profunda, para llegar a mostrarnos
de forma sincera y genuina.

La tercera cualidad es la aceptación no posesiva. Esto significa que el


cliente pueda sentirse recibido de una manera humana, que no se sienta
amenazado de ninguna forma. En esta atmósfera de confianza se puede
desarrollar la verdadera confianza, y la persona puede sentirse capaz de
abrirse a sus propias experiencias y sus propios sentimientos.

Las ventajas principales son las que se muestran a continuación:

Validación de la experiencia emocional: de la otra persona y la de uno


mismo cuando es otro el que empatiza, es decir, se confirma que se está
experimentando una emoción en concreto y se comprende el por qué.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 90


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Refuerza que la persona con la que se está comunicando pueda


transmitir la información de forma relajada y con incremento de la
seguridad. Incrementa la confianza en el interlocutor, ya que fomenta la
expresión de ideas, sentimientos, sentirse rechazado o juzgado.
A su vez, facilita la comunicación, ya que se aumenta la escucha y la
atención hacia la persona que transmite esa empatía.
Fomenta la reciprocidad con los otros, aumentando
el conocimiento de uno mismo y de los demás. Ayuda a la exploración
emocional, la cual es importante para saber identificar y controlar
nuestras propias emociones y las de los demás.
Refuerza el aprendizaje de nuevas conductas, ya que causa efectos
sobre la expresión de emociones frente a la inhibición de estas,
ayudando además al control de las mismas.
Permite que se desarrollen relaciones íntimas a un tiempo adecuado y
dentro de las disposiciones de los implicados en dicha relación.
Desahogo, alivio, motivación, reducción de la tensión emocional y una
respuesta de aceptación producida por la persona que empatiza.

Hay numerosas ventajas de practicar la empatía, aprenderla, desarrollarla y


recibirla, ya que fomenta conductas prosociales y por lo tanto la inteligencia
emocional, muy necesarias en el progreso desde la infancia, permitiendo el
desarrollo de una personalidad adecuada para mantener una calidad de vida
óptima, evitando por ejemplo, comportamientos o estilos de comunicación
agresivos, estilos narcisistas de personalidad o la introversión, entre otras
cosas. Igualmente es importante decir, que todos los excesos tienen sus
inconvenientes y sus consecuencias negativas, por lo que se recomienda
que este tipo de capacidad se desarrolle de forma controlada y razonable.

Al hacer referencia a recientes investigaciones por expertos en la materia


pudimos analizar que además de ser de gran importancia en este tiempo de
crisis, violencia familiar, extrafamiliar, ciudadana y poblacional, las emociones
son componentes del ser humano que nos permiten sentir que estamos vivos.
Imaginémonos por un instante como sería nuestra vida si no tuviéramos

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 91


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emociones, la personalidad no tendría sentido, seríamos seres vacíos. Las


emociones son estados afectivos, de expresión súbita y de aparición breve,
pueden según Daniel Goleman y otros, crear un impacto positivo o negativo
sobre nuestra salud física, mental y espiritual.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 92


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CONCLUSIÓN.

Para controlar de mejor forma las emociones, tanto positivas como negativas
las cuales forman parte de nuestra vida, y que es normal que las sintamos, ya
que sin ellas aquellos Grandes Cerebros no contarían en la historia, ni tampoco
los Retención, Recepción, Análisis, Emisión y controlen funciones de nuestro
cuerpo en forma íntegra, de la misma forma La Inteligencia Emocional en el
Trabajo, Competencias, Habilidades Técnicas y Cognoscitivas son
indispensables en nuestro crecimiento personal, familiar y empresarial, para
llenarnos de conocimientos y aprender a manejarnos en ciertas y determin adas
circunstancias aplicando y practicando pensamientos y sentimientos saludables
como estos:

Sonríe: Este cambio en los músculos faciales produce una serie de


cambios bioquímicos que cambian nuestra emoción y favorece la salud.
Reenfoca el problema: Trata de encontrarle lo positivo a lo que sucede,
recuerda que las situaciones difíciles son una gran oportunidad para
aprender y que has experimentado situaciones conflictivas en el pasado
y pudiste seguir adelante.
Practica Ejercicio: Como mínimo 20 minutos continuos al día.
Expresa tus Sentimientos: Sean molestia o dolor conversando con la
persona involucrada (con personas amigas o de confianza) o escríbele
una carta donde desahogues tus emociones.
Gerencia con Vitalidad: Como abriendo un camino en busca de la salud
integral del profesional competitivo y satisfecho

Ahora que tienes todas las estrategias necesarias para fortalecer o empezar a
formar tu inteligencia emocional no hay ningún obstáculo que te detenga a la
hora de relacionarte con las personas que se encuentran a tu alrededor.
Finalmente concluimos exponiendo que el conocimiento y la comprensión de
nuestras emociones nos permite, no solo conocernos y saber cómo sentimos,
sino que es un grandioso y valioso recurso a utilizar para poder interactuar
con el resto del mundo y con uno mismo de una forma más saludable,

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 93


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adecuada y óptima. Ser capaz de interactuar, controlando y manejando


nuestras emociones, así como ser capaces de expresarlas, conlleva grandes
beneficios en el sujeto.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 94


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Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 95


Gestión de las emociones Rev.: 01

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23X

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 96


Gestión de las emociones Rev.: 01

ANEXO I. TEST INTELIGENCIA EMOCIONAL

1. Mis emociones:
a) Las reconozco fácilmente y las controlo
b) A menudo me superan
c) Siempre me dejo llevar por ellas

2. Cuando me siento desanimado:


a) Intento reinterpretar la situación para que me haga el menor daño
posible
b) Me cuesta ser positivo
c) Suelo perder interés por prácticamente todo lo que se encuentra a
mí alrededor.

3. Ante situaciones novedosas, suelo:


a) Adaptarme con facilidad
b) Dudar sobre cómo actuar, aunque intento enfrentarme
c) Me bloqueo y no sé cómo actuar

4. Cuando cometes un error debes:


a) Reconocerlo
b) Disimular y no reconocerlo del todo
c) Ocultarlos, no reconocerlo

5. Suelo darle vueltas a las cosas, sean importantes o no:


a) No suelo hacerlo
b) Solo lo hago con problemas graves
c) Sí, frecuentemente
6. Soy capaz de detectar los sentimientos de los demás:
a) Por norma general sí
b) En ocasiones acierto pero otras no
c) No es algo que me preocupe

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 97


Gestión de las emociones Rev.: 01

7. Me cuesta decir que no:


a) No, no me cuesta
b) A veces
c) No sé decir que no

8. Suelo encontrarme triste:


a) Rara vez
b) A veces
c) Frecuentemente

9. Cuando siento que estoy enfadado:


a) Expreso mi opinión y mis sentimientos
b) No siempre tengo el valor de expresar lo que siento
c) Nunca expreso enfado u otros sentimientos

10. Mi estado de ánimo suele ser:


a) Casi siempre suelo tener el mismo humor
b) Depende del día y las circunstancias
c) Muy variable

11. Cuando no consigo llegar a un acuerdo con alguien:


a) Hago todo lo posible por intentar alcanzarlo
b) Suelo intentar aunar las distintas posiciones
c) Me marcho y no vuelvo hasta que el ambiente se calme

12. Ante las dificultades:


a) Me crezco y lucho hasta el final
b) A veces tengo mucha fuerza y las afronto, otras en cambio no
c) Prefiero evitar que afrontar las dificultades

13. Los problemas de los demás:

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 98


Gestión de las emociones Rev.: 01

a) No me suelen afectar
b) Me cuesta que no me afecten
c) Por lo general me afectan

14. Generalmente intento complacer a los demás, aunque no me apetezca:


a) No tiendo a hacerlo
b) A veces sí, a veces no
c) Siempre

15. Cuando me equivoco:


a) Evalúo lo ocurrido y no le doy mayor importancia
b) Me siento culpable si veo que ha sido mi error
c) Por norma general me siento culpable

conclusiones extraídas de tu test.

res una persona con una inteligencia


emocional buena. Reconoces correctamente tus emociones y por ello eres
capaz de manejarlas y gestionarlas con éxito. Aunque el contexto no sea el
más adecuado, tú sabes cómo comprender la causa-efecto entre situación y
sentimiento. Además te caracteriza tu empatía, es decir, tratas de entender y
comprender al otro y por ello muestras facilidad para ponerte en su lugar. Así
mismo, la capacidad para reconocer tus errores y asumirlos te permite crecer a
nivel personal.

May
no debe suponer un problema, pues debes recordar que es una habilidad que
puedes entrenar y desarrollar. En ocasiones pareces saber cómo comprender
tus emociones y la de los otros; sin embargo, cuando la situación o el contexto
son más complejos, manejar la situación con éxito se te hace difícil.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 99


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inteligencia emocional baja; es decir, tienes tendencia a enfadarte con facilidad


y a que la tristeza se instaure como un estado normal en ti. Muestras dificultad
para controlar tus impulsos y en ocasiones poca capacidad para pensar antes
de actuar. Debes trabajar para aprender a relativizar aquello que te ocurre, así
como para entender más al otro y a tus propias emociones, pues ello te dará
grandes beneficios. Recuerda que la inteligencia emocional te ayudará, no solo
a comprenderte más a ti mismo y a los demás, sino que además te ayudará a
conseguir tus objetivos.

Autor: Mª Dolores Espinosa Urbano Página 100

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