El Pueblo Contra La Clase
El Pueblo Contra La Clase
El Pueblo Contra La Clase
AYER 50 (2003)
144 Enric Ucelay-Da Cal
4 Véase, como indicio del debate historiográfico ignorado, JOYCE, P.: «The End
of Social History?», Social History, vol. 20, núm. 1, enero de 1995, pp. 73-91. También,
por la alusión, SEIDMAN, M.: Workers Against Work. Labor in Paris and Barcelona
during the Popular Fronts, Berkeley, University of California Press, 1990.
5 Tomo la expresión de WEINTRAUB, S.: The Last Great Cause. The Intellectuals
and the 5panish Civil War, Nueva York, Weybright & Talley, 1968.
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U UCELAy-DA CAL, E.: Estat Catala: The Strategies o/ Separation and Revolution
o/Catalan Radical Nationalism 0919-1933), tesis doctoral, Columbia University, 1979
(Ann Arbor, University Microfilms International, 1979).
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21 Como indicación, JOYCE, P.: Vl~~ions o/ the People. Industrial England and the
Question o/ Class, 1840-1914, Cambridge (UK), Cambridge University Press, 1991.
22 ÁLVAREZ-]UNCO,].: El Emperador del Paralelo. Lerroux y la demagogia populista,
XXI, 1974, incluido el extenso prólogo de F. CLAUDÍN; sirve como repaso histo-
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33 Las ideas sobre sociedad urbana de este ensayo se han desarrollado como
una especie de diálogo con el profesor José Luís Oyón. Véase OYÓN,]. L.: «Historia
urbana e historia obrera: reflexiones sobre la vida obrera y su inscripción en el
espacio urbano», Historia Contemporánea, núm. 24, 2002, pp. 9-56, Y OYÓN, ]. L.
(ed.): Vida obrera en la Barcelona de entreguerras, Barcelona, Centre de Cultura Con-
temporania de Barcelona, 1998. También OYÓN, J. L.; MALDONADO, J., YGRIFUL, E.:
Barcelona 1930: un atlas social, Barcelona, UPC, 200l.
34 TERMES,]': «El federalisme catala en el període revolucionari de 1868-1874»,
Recerques, núm. 2, 1972, pp. 33-69; le saca más punta a la idea TRIAS, E.: «Patria
i ciutat», en La Catalunya Ciutat i altres assaigs, Barcelona, L'Aven<;, 1984, p. 30.
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que, empezando por las «culturas del trabajo», llegaría hasta los
«lenguajes de clase», un proceso en buena medida inspirado en los
ajustes al cambio tecnológico, entre operarios «cualificados» y
«no-cualificados» 35. Pero esta evolución en la manera de concebir
la sociedad, que partió de la figura colectiva del asalariado fabril,
o «clase jornalera», a la vez arrastró consigo buena parte del repertorio
de actitudes artesanales -incluida la relevancia de las relaciones
familiares o de confianza y la importancia soberana de la libertad
personal- en tanto que el trabajo de éstos se mantuvo o hasta
se amplió con la dinámica industrializadora. La densidad asociativa
acompañó, pues, a la modernización, como valor añadido o como
lastre, siendo encubierta por la creciente concepción unívoca de una
«clase trabajadora» que fue tejiéndose a mediados de siglo y sobre
todo durante el «Sexenio Revolucionario» y en los años inmedia-
tamente siguientes 36. La dinámica que marcó la primera presión sin-
dical entre los comportamientos de la elite laboral, tomados de la
jerarquía gremial, y los propios de la «masa» o «multitud» sin cua-
1ificar' fue cuidadosamente borrada camino de una sindicación cor-
porativa a gran escala, que, con el fin de siglo, llegó a ser ya plenamente
«obrerista» e incluso «clasista», sin mayor calificativo 37. En el cuarto
de siglo que va de 1889 a 1914, la exigencia persistente del cambio
tecnológico, especialmente en la industria textil catalana, creó una
Disyuntivas populistas
tamente racionales, por mucho que así lo pretendan; son más bien
organizaciones racionalizadoras) en el sentido en que los psicólogos
utilizan el término, es decir, intentan convencerse ellas mismas -y
a sus apoyos de base- de que su existencia es más legítima que
la de sus competidores, de que sus acciones están más justificadas,
son más morales o puras, y así sucesivamente. Este razonamiento inte-
resado y autojusti/icativo es literalmente la ideología)' ésta no se compone,
ni se constituye, de más que la suma de argumentos necesarios para
abogar por la excepcionalidad propia y particular (special-pleading)
de los intereses del sector que se dice representar. La ideología,
siempre altisonante y generosa en sus motivos, resulta, por tanto,
una coartada muy atractiva, que puede proyectarse sobre una clientela,
ser promovida de muchos modos y, en el mejor de los casos, si
el marketing funciona, pude actuar como una profecía que se realiza
a sí misma (selfjulfillingprophecy) 47. Ni la Esquerra ni la CNT fueron
excepciones a esta regla manipulativa, ni tenían por qué serlo.
La ERC tenía como emblema un triángulo que contenía las cuatro
barras catalanas. Muy apropiadamente, este diseño simboliza de forma
gráfica la máxima ambición del «macianismo»: un trípode guber-
namentalista que, para dar respuesta adecuada a la demanda popu-
lista, era sostenido por el partido, el principal sindicato obrero y
una unión agraria. Se mira a la Esquerra como un proyecto teórico
(y por tanto bidimensional), arriba, en el ápice del triángulo, estaba
el partido y abajo los sindicatos urbanos y rurales. A raíz de su fun-
dación, la ERC estaba fundamentada en la afiliación indirecta (o
sea, la militancia a través de un organismo interpuesto, de base,
entidad que en realidad era la afiliada a una instancia superior),
y, como resultado, compuesto por un mosaico de históricas agru-
paciones locales, incluyendo a republicanos, federalistas, obreristas,
catalanistas radicales y socialistas en todas las combinaciones ima-
ginables. Una vez que se vio que existía una demanda social y que
la ERC podía funcionar a largo plazo, se creyó que esta confluencia
de diversidades debía encauzar la gran convergencia social e ins-
titucional, fusionar la sociedad civil y las incipientes instituciones
públicas. En la práctica, el partido gubernamental se hizo casi con-
1996, pp. 67-86. Para un tratamiento detallado de la escisión en la CNT VEGA, E.:
El trentúme a Catalunya (1930-1933), Barcelona, Curial, 1980.
50 BONMluSA, F.: El Bloc Obrer i Camperol (1930-1932), Barcelona, Curial, 1974;
DURGAN, A.: BOC, 1930-1936. El Bloque Obrero y Campesino, Barcelona, Laertes,
1996; ALcARAZ, R: La Unió Socialúta de Catalunya (1923-1936), Barcelona, La Magra-
na, 1987, y también ALEXANDER, R. }.: The Right Opposition. The Lovestoneites and
the International Communist Opposition olthe 1930s, Westport (Ct.), Greenwood Press,
1981.
51 Para un enfoque muy diferente a este argumento EALHAM, c.: Policing the
Recession: Unemployment, Social Protest and Law-and-Order in Republican Barcelona,
1930-1936, tesis doctoral, London University, 1995.
52 POMÉS, ].: La Unió de Rabassaires, Barcelona, Abadia de Montserrat, 2000;
también BALCELLS, A.: El problema agrari a Catalunya, 1890-1936, Barcelona, Nova
Terra, 1968.
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61 UCELAy-DA CAL, E.: «El cas Doriot i la seva recepció a Catalunya», en WAA:
Profesor Nazarzó González. Una historia abierta, Barcelona, Publícacions Universitat
de Barcelona-Universitat Aut6noma de Barcelona, 1998, pp. 466-475.
62 CASTERAS, R: Las ]SUC ante la guerra y la revolución, Barcelona, Nova Terra,
1977.
63 PU1GSEC,].: Nosaltres, els comunz'stes catalans. El PSUC i la Internaáonal Comu-
núta durant la guerra ávzl, Vic, Eumo, 2001; también PUIGSEC, ].: «Las relaciones
entre la Internacional Comunista y el PSUC durante el conflicto de 1936-1939»,
Storia Contemporanea, núm. 15, 1999, pp. 53-68.
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68 KURAN, T.: Private Truths, Public Lies. The Social Consequences o/ Pre/erence
Falsi/ication, Cambridge (Ma.), Harvard University Press, 1995.
69 OLSEN, M.: The Logic o/ Collective Action. Public Goods and the Theory o/
1977, p. 83.
xv FEBRÉS, x.: Frederic Escofet, l'tíltim exiliat, Barcelona, Portie, 1979,
pp. 175-190, Y A.J\1.ETLLA, c.: Memories polítiques, 1936-1940, cap. VII, Barcelona,
Distribucions Catalonia, 1983.
Xl CASANOVAS I CUBERTA, ].: Joan Casanovas i Maristany, president del Parlament
de Catalunya, Barcelona, Abadía de Montserrat, 1996.
176 Enrie Ueelay-Da Cal
1\2 Sobre Tarradellas, UDINA, E.: Josep Tarradellas. L'aventura d'una fidelitat, Bar-
celona, Edicions 62, 1978, pp. 115-219, Y CASASSAS, ]., y SANTACANA, C. (comps.):
Tarradellas o la reivindica ció de la memoria (1899-1988), Lérida, Pagés, 2003.
1\3 TAVERA, S., y UCELAy-DA CAL, E.: «Amigos anarquistas, amigos periodistas.
La prensa libertaria como sucedáneo de partido, 1930-1939», Congreso de Historia
«El anarquismo en España (75 aniversario de la fundación de la FAI)>>, Guadalajara,
Fundación Anselmo Lorenzo, 29-30 de noviembre-1 de diciembre de 2002. También,
en general, TAVERA, S.: Solidaridad Obrera. El fer-se i desfa-se d'un diari anarco-sin-
dicalista (1915-1939), Barcelona, Diputació de Barcelona, 1992. También debo agra-
decer a la profesora Susanna Tavera sus muchas sugerencias en un esfuerzo conjunto
de investigación sobre la sociedad barcelonesa y el obrerismo.
El pueblo contra la clase 177
f',7 Véase el modelo de CORZO FERr\ÁNDEZ, S.: El clientelismo político como inter-
Y 176-177.
1\') Detalles del asunto, que significó el asesinato tolerado del comisario de Orden
94 Véase, como muestra, CASANOVAS 1 PRAT, J.: «La Catalunya de Mr. King:
el consolat britimÍc de Barcelona durant la Guerra Civil (1936-1939)>>, Perspectiva
Social, núm. 35, 1994, pp. 43-61. Algo de la complejidad de las opciones nacionalistas
catalanas se pueden seguir en AVILÉS, J.: «Fran<;a i el nacionalisme catalii a principis
de la Guerra Civil», L'Aven!;, núm. 223, marzo de 1998, pp. 16-20, YMORADIELLOS, E.:
«El govern britiinic i Catalunya durant la Segona República», op. cit., pp. 21-27;
también, reflejando el optimismo local, COLOMER, L.: «La preparació de la inde-
pendencia de Catalunya durant la guerra civil», LAven!;, núm. 73, julio-agosto de
1984, pp. 604-612; la autojustificación nacionalista actual en CASTELLS, v.: Nacio-
nalisme catala iguerra civil a Catalunya (l936-1939), Barcelona, Dalmau, 2002.
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100 MARTÍNEZ FIOL, D.: Els «voluntaris catalans» a la Gran Guerra (1914-1918),
Barcelona, Publicacions de l'Abadia de Montserrat, 1991, y Daniel Domingo Montserrat
(1900-1968). Entre el marxisme i el nacionalisme radical, Barcelona, Abadía de Mont-
serrat, 2001, y UCELAy-DA CAL, E.: «La crisi dels nacionalistes radicals catalans
(1931-1932)>>, Recerques, núm. 8,1978, pp. 159-206.
101 Para la elaboración del «marxismo nacional» en Cataluña, «Roger Arnau»
U. BENETJ: Marxisme catala i qüestió nacional catalana (1930-1936), 2 vols., París,
Edicions Catalanes de París, 1974; en el contexto soviético MARTIN, T.: The Affirmative
Action Empire. Nations and Nationalism in the Soviet Unzón, 1923-1939, Ithaca (NY),
Comell University Press, 200l.
102 Para la temática de legitimación en este sentido, véase RIGBY, T. H., y FEHÉR,
F. (eds.): Political Legitimation in Communist States, Londres, MacMillan, 1982.
186 Enrie Ueelay-Da Cal
10l UCELAy-DA CAL, E.: La Catalunya populista, op. cit., pp. 335-348.
lO4 F.: Répression et Ordre Publique en Catalogne pendant la Guerre
GODICHEAU,
Civile (1936-1939), 3 vals., tesis doctoral, París, École des Hauts Études en Sciences
Sociales, 2001.
105 Para un relato del culto a Macia GISPERT, 1. de.: Memories d'un neuroleg,
Barcelona, Selecta, 1976, p. 73; en general, véase UCELAy-DA CAL, E.: «La fascinació
d'Azaña: l'home de papen>, L'Avenf, núm. 152, octubre de 1991, pp. 54-59.
El pueblo contra la clase 187
lOS TOGLIATTI, P.: Escritos sobre la Guerra de España, Barcelona, Crítica, 1980.
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109 Para la idea de que los soviéticos encontraron especialmente útiles a los
«nacionalismos minoritarios» TER MINASSIAN, T.: Colporteurs du Kamintern. L'Union
Soviétique et les minorités au Moyen-Orient, París, Presses de Sciences Po [sic], 1997.
Para el PSUC en la inmediata posguerra CAtVIlNAL, M.: Joan Camorera, vol. III,
Comunúme i nacionalisme (1939-1958), Barcelona, Empúries, 1985; MARTÍN
RAMOS, J. L.: Rojos contra Franco. Hútoria del PSUC, 1939-1947, Barcelona, Edhasa,
2002.
110 ARRARÁS, J. (dir.): Historia de la Cruzada Española, 36 vals., Madrid, Ediciones
Españolas, 1939-1944.
111 Recientemente, un revisionismo de converso ha recuperado, como si de una
novedad se tratara, la crítica radical contrarrevolucionaria de entonces, aun refres-
cándola con la perspectiva acumulada; de hecho, las preguntas de fondo todavía
por hacer se quedan igual, aunque invertidas, como muestra MOA, P.: Los mitos
de la guerra civil, Madrid, La Esfera de los Libros, 2003 (para Cataluña, caps. 4-5).
El pueblo contra la clase 191
114 MORROW, F.: Revolution and Counter-revolution in Spain (1938), Nueva York,
Pathfinder, 1974, y «Henri Rabasseire» [H. PACHTER]: E!>paña crisol político (1938),
Buenos Aires, Proyección, 1966. Véase, en general, el estudio monumental de ALE-
XANDER, R. J.: International Trotskyism, 1929-1985, Durham, Duke University Press,
1991.
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cipios de los años sesenta 115. Como resultado directo de las obras
de Carlos Rama (en castellano), Burnett Bolloten (en inglés) y Pierre
Broué (en francés), este punto de vista quedó codificado como la
sabiduría convencional historiográfica en lo que concernía a la «re-
volución española», especialmente fuera de España 116. Algo para-
dójicamente, este guión tuvo éxito porque sirvió al pensamiento estra-
tégico anticomunista de la Guerra Fría, en tanto que denunciaba
la penetración a través de «frentes comunistas» y el establecimiento
de la primera «democracia popular» tal como, más adelante, llegó
a ser marca característica del sistema soviético de Estados depen-
dientes, incluyendo refinamientos tales como el modelo para un par-
tido «socialista unificado» que rigió en la Alemania oriental 117. Toda
esta denuncia ha llegado tan lejos que la represión por la izquierda
durante el conflicto español ha sido virtualmente reducida a la que
realizaron los comunistas durante su ascendencia relativa entre media-
dos de 1937 y el colapso en 1939 118 . Hasta se les quiere atribuir,
todavía hoy, los «Hechos de mayo» como si se tratara exclusivamente
de un complot anti-poumista montado por los servicios soviéticos 119.
A primera vista, puede parecer sorprendente que este enfoque inter-
pretativo se haya sostenido relativamente incólume entre hispanistas,
si no fuera por el hecho de reflejar la relegación del tema mismo
115 MUNIS, G.: Jalones de derrota, promesa de victoria (1948), Bilbao, Zera, 1977.
116 c.:
Rfu'v1A, La crisis eJpañola del siglo xx, México DF, Fondo de Cultura
Económica, 1960; BOLLOTEN, B.: The Grand Camouflage, Nueva York, Praeger, 1961,
el autor se dedicó a reelaborarla durante el resto de su vida, véase La revolución
española, Barcelona, Grijalbo, 1980, y La Guerra Civil española. Revolución y con-
trarrevolución, Madrid, Alianza, 1989, y BRouÉ, P., y TÉMIME, E.: La révolution et
la guerre civile en Epagne, París, Éditions de Minuit, 1961, y la versión posterior
de BRouÉ, P.: Stalin et la Révolution. Le cas espagnol (1936-1939), París, Fayard,
1993.
117 Véase el relato significado del ideólogo del POUM GORKÍN, J: «Spain: First
Test of a People's Democracy», en KrRKPATRlCK, J (ed.): The Strategy 01 Deception:
A Study in World-wide Communist Tactics, Nueva York, Farrar Straus, 1963,
pp. 995-226. Como se sabe, andando el tiempo, en los años ochenta, Kirkpatrick
fue una de los asesores más destacados de Ronald Reagan sobre política exterior.
118 COURTOIS, S., y PANNÉ, J-L.: «L'ombre portée du NKVD en Espagne»,
en COURTOIS, S., y otras: Le livre noir du communisme. Crimes) terreur, répression,
París, Robert Laffont, 1997, pp. 365-386.
119 ALEXANDER, R J: The Anarchists in the Spanish Civil War, vol. 2, Londres,
Janus, 1999, pp. 938-944; RADOSH, R; I-lABECK, M. R, y SEVOSTIANOV, G. (eds.):
Spain Betrayed. The Soviet Union and the Spanish Civil War, New Haven, Yale Uni-
versity Press, 2001, pp. 172-174.
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Conclusión catalana