Jonas 7

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Texto : Jonás 2,1

Titulo: Una orden que saca de lo más profundo

Tema : la obediencia
Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre
del pez. 2 Dijo:
«En mi angustia clamé al Señor,
y él me respondió.
Desde las entrañas del *sepulcro pedí auxilio, y tú escuchaste
mi clamor.
3 A lo profundo me arrojaste,
al corazón mismo de los mares; las corrientes me envolvían,
todas tus ondas y tus olas pasaban sobre mí.
4 Y pensé: “He sido expulsado de tu presencia.
¿Cómo volveré a contemplar tu santo templo?”
5 Las aguas me llegaban hasta el *cuello lo profundo del
océano me envolvía; las algas se me enredaban en la
cabeza,
6 arrastrándome a los cimientos de las montañas.
Me tragó la tierra, y para siempre sus cerrojos se cerraron
tras de mí.
Pero tú, Señor, Dios mío, me rescataste de la fosa.
7 »Al sentir que se me iba la *vida,me acordé del Señor,
y mi oración llegó hasta ti,hasta tu *santo templo.
»Los que siguen a ídolos vanos abandonan el amor de Dios.
9 Yo, en cambio, te ofreceré sacrificio y cánticos de gratitud.
Cumpliré las promesas que te hice.
¡La *salvación viene del Señor!»10 Entonces
el Señor dio una orden y el pez vomitó a Jonás en
tierra firme

Una palabra que trae esperanza

Este día la Palabra de Dios debe de traernos una esperanza.

Es posible la intervención divina cuando estemos pasando


momentos muy adversos, como dice el versículo 10:

Entonces el Señor dio una orden y el pez vomitó a


Jonás en tierra firme
Cambiar de situación.

Dios puede dar una palabra y revertir nuestra situación.


Cuando vamos a la iglesia no vamos a un simple culto sino
que estamos allí porque su Palabra puede destruir las cosas
que son adversas y darnos nuevas esperanzas.
No importa lo que estemos pasando, el Dios de la Biblia
puede revertir cualquier situación.
Él le ordenó al pez, porque él tiene la autoridad de que esas
cosas que nos envuelven y nos atrapan nos liberen y
estemos por fin en tierra firme.
El versículo 1 habla de la condición de Jonás, pero el
versículo 10 habla de cómo esa situación puede cambiar.

En el 1 está en el vientre del pez a estar en tierra firme. La


Palabra de Dios quiere conducirnos en esta experiencia de
cómo alguien puede estar en el vientre o en el fondo de una
realidad adversa que lo consume y luego estar en tierra firme.
Es que Dios es el único que puede cambiar nuestra realidad,
y no importa en la condición que estemos porque él tiene la
potestad de ordenar que cambie toda circunstancia que nos
atrape.
Por eso en la alabanza y el júbilo siempre debemos de
rendirle a él lo mejor de nosotros, porque no venimos a
participar de un show o un espectáculo sino a participar de

aquel Dios que puede cambiar toda nuestra realidad y


llevarnos a una tierra firme.

Lo que nos lleva al fondo:


Cuando hemos tocado fondo, y estemos en la peor de la
situación y quizá nuestra propia desobediencia o nuestra
propia oposición a lo que Dios quiere nos lleve a esto, él nos
puede sacar de allí.

Pero debemos de entender que cuando Dios nos ha trazado


un camino y nosotros decidimos ir por un camino contrario.

Tierra firme :

Entonces es imposible mantenerse en tierra firme, siempre


esas desobediencia nos llevará a estas situaciones y aunque
nos escondamos o queramos evadir esto no hay manera de
que no nos metamos en problemas si nuestra vida no va igual
a lo que Dios quiere.

Por eso nadie ni nada nos debe de apartar de aquellas cosas


que él nos ha dicho debemos de mantenernos, sea lo que
sea.
Predicar, servir o donde el nos haya mandado
mantengámonos, y no andemos buscando ser tragados por
peces neciamente.

Jonás llegó allí por su desobediencia e ir por caminos


contrarios.

pero sepamos que aunque en nuestra desobediencia


hayamos llegado a tal situación con él siempre es posible
volver a poner nuestra vida en dirección divina y volver a
caminar por tierra firme,

Pero debemos hacer también lo que hizo Jonás. ??

Una búsqueda sincera:

«En mi angustia clamé al Señor,


y él me respondió.

Necesitamos con toda seguridad y sinceridad que le


busquemos y le clamemos, porque Dios no va a obrar si no
ve nuestro corazón de verdad humillado.

Porque si venimos ante él reconociendo que estamos en esa


situación por nuestra propia rebeldía, él siempre nos
responderá.
Es que él nunca se queda sin escuchar, por aquí empieza
todo.

Cuando las cosas no vayan como deberían ir, cuando


nuestros caminos no vayan conforme a Dios es necesario
hacer un alto.

doblar las rodillas y clamar al Señor, porque quien clama


con sinceridad siempre encuentra la respuesta de Dios.

Si estamos en la iglesia con el firme propósito de buscarlo y


encontrar una respuesta de él entonces el siempre nos
escuchará.

En la angustia del corazón el siempre nos escucha.

Un Dios que no se desatiende:

Desde las entrañas del *sepulcro pedí auxilio,


y tú escuchaste mi clamor.

Ya cuando se sentía absorbido el clamó, pidió auxilio y Dios


le respondió porque nadie quedará sin su respuesta.

Marcos 10,46
46
Después llegaron a Jericó. Más tarde, salió Jesús de
la ciudad acompañado de sus discípulos y de una gran
multitud. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (el hijo
de Timeo) estaba sentado junto al camino. 47 Al oír que
el que venía era Jesús de Nazaret, se puso a gritar:

—¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!


48
Muchos lo reprendían para que se callara, pero él se
puso a gritar aún más:

—¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se


detuvo y dijo:

—Llámenlo. Así que llamaron al ciego.


—¡Ánimo! —le dijeron—. ¡Levántate! Te llama.
51
—¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó.

Si queremos que Dios se detenga debemos de captar su


atención.

Porque él no se detendrá si no captamos su mirada, y la


única manera de llamar su atención es mostrarle nuestro
corazón, sacar nuestra angustia sincera.

Los demás lo callaban porque no eran ellos los que tenían


ceguera, porque siempre, la gente que siente que no necesita
de Dios o que siente que está bien, te trataran de callar.
Pero quien necesita un milagro de Dios debe de captar la
atención de Jesús sin importar lo que los demás digan, esto
mismo hizo Jonás.

En lo profundo de su necesidad el pidió auxilio y Dios lo


escucho.

Todo puede cambiar si hoy le clamamos pidiendo socorro,


porque él jamás desechará nuestra oración, él dice: “Clama a
mí y yo te responderé”

Buscarlo, ¿Por qué no lo hacemos?


Pero es que lo que parece tan fácil es lo que menos
hacemos.

Clamar es lo que deberíamos de hacer en los momentos de


prueba, pero ¿Por qué queremos solucionar nuestras cosas
de manera humana?

Es que pensamos que está en nosotros la capacidad de


resolver las cosas que ya están perdidas.

Pero hay cosas que ya no están en nuestra capacidad


manejarlas.

Hay cosas en la familia, por ejemplo, que se salen de las


manos.
De nuestras manos y nuestro poder quizá no tengamos
esperanzas pero de la mano de Dios si tenemos nuestra
esperanza.

Es que no hay realidad humana que él no pueda superar.

Por eso, de esas cosas que sentimos que ya no se pueden,


no andemos arruinando más las cosas.

mejor clamemos del fondo del corazón al único que puede


salvarnos y revertir nuestra situación.

No se nos tiene que ir el tiempo buscando a las personas


menos indicadas, mejor digámoselo a Dios, porque ¿Qué
ganamos contándoselo a un humano?

Y pensé: “He sido expulsado de tu presencia.


de tu presencia tu santo templo?”[a]
5 Las aguas me llegaban hasta el *cuello,
lo profundo del océano me envolvía;
las algas se me enredaban en la cabeza,
6 arrastrándome a los cimientos de las montañas.
Me tragó la tierra, y para siempre
sus cerrojos se cerraron tras de mí.

Jonás hasta llegó a pensar que Dios se había olvidado de él.

Hay momentos en la vida en los que no sabemos ya ni que


pensar, en lo único que se viene a nuestra mente es que Dios
nos ha desechado.

pero de repente cuando todo se había acabado para él Dios


aparece, porque siempre hay un pero para Dios.

Cuando creemos que todo ha terminado el siempre nos dice,


pero: yo estoy contigo, nada ha terminado.

Sálvame, Dios mío,


que las aguas ya me llegan al *cuello.
2 Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda,
y no tengo dónde apoyar el pie.
Estoy en medio de profundas aguas,
y me arrastra la corriente.
3 Cansado estoy de pedir ayuda;
tengo reseca la garganta.
Mis ojos languidecen,
esperando la ayuda de mi Dios.
13 Pero yo, Señor, te imploro
en el tiempo de tu buena voluntad.
Por tu gran amor, oh Dios, respóndeme;
por tu fidelidad, sálvame.
14 Sácame del fango;
no permitas que me hunda.
Líbrame de los que me odian,
y de las aguas profundas.

15 No dejes que me arrastre la corriente;


no permitas que me trague el abismo,
ni que el foso cierre sus fauces sobre mí.
16 Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor;
por tu gran compasión, vuélvete a mí.
17 No escondas tu rostro de este siervo tuyo;
respóndeme pronto, que estoy angustiado.
18 Ven a mi lado, y rescátame;
redímeme, por causa de mis enemigos.
30 Con cánticos alabaré el *nombre de Dios;
con acción de gracias lo exaltaré.
31 Esa ofrenda agradará más al Señor
que la de un toro o un novillo
con sus cuernos y pezuñas.
32 Los pobres verán esto y se alegrarán;
¡reanímense ustedes, los que buscan a Dios!
33 Porque el Señor oye a los necesitados,
y no desdeña a su pueblo cautivo.

Cuando creemos que todo ha terminado y que ya no hay una


salida, Jonás le dice a Dios:

“Tú me rescataste de la fosa” Ese es nuestro Dios, es el que


nos salva aun cuando estamos en el límite y aun cuando
todas nuestras fuerzas se hayan acabado dice Jonás:

»Al sentir que se me iba la *vida,


me acordé del Señor,
y mi oración llegó hasta ti,
hasta tu *santo templo.
Esto debería ser nuestra práctica siempre, porque esto es lo
que menos hacemos nosotros.

Siempre que estamos en problemas no nos acordamos en


primer lugar de Dios

Sino que nos acordamos de nuestros amigos o conectes en


esta vida, pero por eso terminamos en más problemas.
»Los que siguen a ídolos vanos
abandonan el amor de Dios

Seguir ídolos vanos significa poner nuestra confianza en los


hombres, pero por esto se termina emproblemado.

Acordémonos del Señor porque vana es la ayuda del hombre.

Yo, en cambio, te ofreceré sacrificios

y cánticos de gratitud y cánticos de gratitud.


Cumpliré las promesas que te hice.
¡La *salvación viene del Señor!»

Que Dios nos escuche también exige de nosotros que


nos comprometamos con él.

No podemos ir a su presencia solo a pedirle, debemos de


ofrecerle sacrificio también.

No es solo de clamar y pedir, también hay que ofrecer


sacrificio y cántico de gratitud,

Porque hay que reconocer su grandeza.

Si estamos en una situación en la que creemos que todo se


ha acabado y venimos a clamarle sinceramente, debemos de
preguntarnos:
“¿Cómo puedo pagarle todos sus favores?” Estamos tan
acostumbrados a una religión que nada cuesta, y no le
respondemos a Dios con gratitud.

Ana (1 Samuel) pide un hijo y prometió sacrificio, y lo cumple


por eso Dios le da más, porque si Dios pone su parte y
nosotros ponemos nuestra parte, Dios no se quedará con sus
manos cruzadas.

Pero si ni quisiera adoración y alabanza le damos mucho


menos le vamos a dar sacrificio.

La salvación viene de del Señor.

Esto viene a concluir todo lo que Jonás ha dicho, esto


significa que Jonás sabía que todo lo que necesitaba venia
del Señor, todo pertenece al Señor, y si pertenece a él solo
debemos de acudir a él.

La ayuda divina en lo que más necesitamos es la salvación.


Y además como vamos a buscar en el ser humano algo que
no le pertenece, la salida a nuestra necesidad solo le
pertenece al Señor.

Si en este dia sentimos que nuestra vida se va hundiendo y


no sabemos dónde poner el pie, y sentimos como que el agua
nos llega hasta el cuello.
es momento de clamarle al Señor, porque el atiende todas
nuestras necesidades.

porque dice la Palabra que al corazón contrito y humillado tu


no desprecies. Hoy Dios dará la orden, todo aquello que nos
tiene atrapados cambiará porque él nos quiere salvar al
escuchar nuestra oración.

Amen

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