My Own Wonderland

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My Own Wonderland

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Rating: Teen And Up Audiences


Archive Warning: Major Character Death
Categories: F/M, M/M
Fandom: Harry Potter - J. K. Rowling
Relationships: Severus Snape/Original Female Character(s), Draco Malfoy/Harry Potter
Characters: Severus Snape, Original Female Character(s), Draco Malfoy, Harry
Potter, Lucius Malfoy, Alastor "Mad-Eye" Moody, Albus Dumbledore,
Tom Riddle | Voldemort, Sirius Black, Barty Crouch Jr., Hermione
Granger, Ron Weasley
Additional Tags: Muggle/Wizard Relations, Alternate Universe - Muggle, Alternate
Universe - Fantasy, Character Death, Teen Romance, Bottom Harry,
Good Draco Malfoy, Good Lucius Malfoy, Voldemort Dies (Harry
Potter), Gay Sex, Heterosexual Sex, Isekai and Transmigration
Language: Español
Stats: Published: 2024-08-14 Updated: 2024-10-21 Words: 29,638 Chapters:
11/22
My Own Wonderland
by Lailliet

Summary

El Torneo de los 3 Magos ya dio comienzo, a mitad de la segunda prueba algo, un suceso
nunca antes visto haciendo que magos y brujas entren en pánico. "Ella sabe demasiado". Un
nuevo personaje entra alterando la realidad ¿Será para bien o para mal?

Notes

Este es un trabajo que ya tiene demasiados años publicado en fanfiction.

Hace poco abri mi cuenta en AO3 y pense que era hora de publicar uno de mis trabajos mas
extensos y que le tengo cariño pues han sido 10 años de vueltas y tiempo robado en el trabajo
para escribir unas pocas lineas.

Para los que no quieran esperar, en mi perfil de fanfiction ya hay 20 capitulos publicados de
esta historia.

Espero les guste.


PROLOGO

PROLOGO

Estoy cayendo, más y más profundo, todo esta tan oscuro, no veo nada, no hay luz. Tengo
miedo. Pasan minutos, quizás segundos, mi pánico aumenta. Tengo esa horrible ansiedad en
la boca del estómago y grito con fuerza, no me importa quedar afónica, es lo único que puedo
hacer porque tengo la horrible certeza de que pronto moriré.

Algo llama mi atención, al fondo hay luz, hace un momento deje de gritar, probablemente ya
me quede sin voz. Con cada metro que caigo la luz se hace más intensa, más grande, más
brillante, me es imposible verla directamente. Entonces…es hora, con solo 20 años digo
adiós a mi vida arrepintiéndome de tantas cosas.

La chica que caía por el túnel como Alicia en el agujero del conejo blanco llego al fondo, la
luz al final del túnel no era una alucinación, las paredes rocosas desaparecían lentamente
dejando un espacio luminoso. La chica creyendo llegar a su fin se cubrió el rostro esperando
sentir impactarse contra la roca pero lo que sintió fue agua. Un grito ahogado por el agua
emergió de su garganta; gracias a la velocidad de la caída estaba a unos cuantos metros de la
superficie. Ella al sentirse aún con vida se atrevió a abrir los ojos, muy despacio. Se impactó
al ver a su alrededor millones de destellos, como si fuera escarcha que emanara luz propia, a
pesar de querer seguir contemplando esa maravilla el aire se le terminaba debía subir a la
superficie.

Quiso nadar hacia arriba pero algo se lo impidió, una fuerza la halaba al fondo.

No, no ¡no! ¡NO!

Otra vez el pánico dominaba su mente, con desespero aumento la fuerza de sus brazadas, y
aunque se esforzó todo lo que pudo la superficie se alejó cada vez más. La fuerza que la
hundía la arrastro sin misericordia; la falta de aire más la presión del agua abrillantada
terminó haciéndola colapsar, dejándola en la inconciencia.

Un remolino de líquido plateado era la fuerza que la halaba, al llegar al centro del remolino
fue absorbida por él.
OTRA REALIDAD
Chapter Notes

"Hola a todos, este es mi primer fic de HP." - Comentario original de hace 10 años.

Haré un par de aclaraciones:


– Letra cursiva son pensamientos.
–Letras en Negritas– es otro idioma (en este caso ingles).

See the end of the chapter for more notes

– Demasiada luz. – gruño una joven de pelo negro ondulado, negándose a despertar todavía
tomo la cobija azul pálido y la sábana blanca subiéndola hasta su cabeza para escapar de la
luz que le molestaba en los ojos.

Se dio la vuelta en la cama, al instante pensó que algo andaba mal, esa no era su cama,
mucho menos su cuarto, en su cuarto no entraba nada de luz por las múltiples cortinas que
tenía colgadas en la ventana.

– Huele a medicina. – fue su segunda observación aun sin descubrirse. “Otra vez mi abuela
está hospitalizada” fue la conclusión a la que llegó, no sería la primera vez, periódicamente
debían hospitalizar a su abuela para revisión médica y ella tenía que quedarse a cuidarla un
par de noches hasta que cambiara de turno con su madre. Eso explicaba la excesiva luz y el
olor a medicina, pero entonces… ¿Por qué había despertado en la cama?

A regañadientes se obligó a sacar la cabeza de su refugio, sintió un escalofrió, no recordaba


que la clínica fuera tan fría, en cuanto se espabiló y miro a su alrededor, quiso gritar pero la
voz no le salió. No sabía dónde estaba y eso la espantaba.

Estaba en una habitación enorme, con pisos y paredes de piedra antigua, ella estaba acostada
en una típica cama de hospital, a su alrededor había dos hileras de camas exactamente igual a
la suya que llenaban la enorme habitación de techos altos y como guinda del pastel la pared
frente a su cama tenía unos hermosos ventanales que llegaban hasta el techo lo que iluminaba
todo el lugar.

La joven estaba impactada, sabía qué lugar era ese, lo había visto millones de veces en
películas, libros ilustrados, programas detrás de escena… y eso solo la ponía peor, porque era
simplemente imposible que fuera posible, pero una voz al fondo del recinto termino sus
sospechas. Frenéticamente trato de liberarse de las sabanas, en cuanto lo logro se paró de la
cama a tropezones, aun con el cuerpo entumecido y sintiendo sus pies congelarse por la
piedra fría llego hasta la puerta de roble.

– Señorita, escuche la alarma de que estaba despierta y…(1)– La voz de una mujer mayor se
escuchó por un corredor diferente hasta que llego al pasillo de camas, se detuvo por completo
al ver a la chica levantada.– ¡Oh! Querida, no deberías estar fuera de la cama.

No voltees, no voltees, no voltees. Repitió una y otra vez en su mente, la mujer siguió
llamándola y hablando pero sus palabras no llegaban a su cerebro. La mano de la mujer tomo
su hombro dándole la vuelta y ahí estaba su peor confirmación.

– Madam Pomfrey… – dijo apenas en un susurro rasposo. Con eso el pánico volvió. Empujó
a la enfermera lejos de ella y echó a correr fuera de la enfermería. Aun cuando sus músculos
protestaron por el repentino esfuerzo no le importó, corrió lo más rápido que pudo, necesitaba
alejarse de ahí, debía salir de ahí.

Corrió a través de largos pasillos, hasta que llego a uno más transitado, eso fue aun peor.
Cientos de jóvenes, todos vestidos con túnicas negras, algunos se le quedaron mirando, eso
no le importó; hecho a correr una vez más.

Forzó a su mente en salir del estado de pánico, seguía alterada pero debía moverse, empezaba
a escuchar el bullicio a su alrededor. Se concentró en recordar en que piso se encontraba,
cruzó en la primera escalera que encontró. Lamentablemente no se fijó por donde iba, lo que
causo que se golpeara contra algo. Sintió como caía por las escaleras causando un par de
raspones en sus manos y piernas que hasta ahora notaba estaban desnudas. Cuando alzo la
vista se encontró que había chocado con alguien.

–Auch, que golpe. Oye ¿Estás bien? – pregunto una voz masculina.

Esto no podía ser peor, debajo de ella estaba Harry Potter con los lentes enchuecados pero era
El–Niño–Que–Vivió a fin de cuentas. El mago se le quedo mirando asombro, ella no sabía si
era por la cara de espanto que traía, como pudo se levantó de encima de él, corriendo
escaleras abajo. A lo lejos escucho pasos corriendo, ¡La estaban buscando!

Potter se quedó tirado en el suelo tratando de comprender que había pasado, retardado
escuchó el sonido de gritos alterados y pasos apresurados, vio a varios profesores correr por
el pasillo, divisó a Moody que bajaba de la escalera de arriba, el hombre con su ojo giratorio
lo vio desde arriba.

–¡Potter! ¿Qué demonios haces ahí tirado? – el hombre corpulento llego hasta el muchacho,
con una mano le tomo del hombro dándole impulso para que se parara.

–Profesor, ¿Qué está ocurriendo? – pregunto un espabilado Potter acomodándose las gafas.

–Tenemos una fugitiva.– explico a grandes rasgos, comenzando a bajar las escaleras.–
Condenada chiquilla…– Harry siguió presuroso al profesor.

–¡Señor! ¿Ella es quien cayó al lago durante la segunda prueba? – Moody asintió
distraídamente mientras llegaba a la planta baja. Su ojo mágico giraba a todas partes en
segundos.
–Y ahora está intentando escapar, debemos capturarla.– desde otro pasillo, Minerva
Mcgonagall, Albus Dumbledore y Severus Snape se unieron a ellos.

–¿Alguna señal de ella Alastor? – pregunto el anciano director.

–Ninguna Albus, es muy escurridiza.– respondió Moddy con una mueca analítica.

–Le dije que no debíamos dejarla en la enfermería sin vigilancia director. Ahora está suelta en
quién sabe dónde, podría ser peligrosa.– exclamó Snape con su usual mirada de desprecio.

–Yo no creo que sea peligrosa.– dijo Harry lo suficientemente alto para ser oído, Snape y
Moody inmediatamente le mandaron miradas enfadadas.

–¿Por qué cree eso señor Potter? – pregunto Minerva tratando de ser comprensiva con su
estudiante.

–Ella chocó conmigo hace un momento.– antes de que Snape le reprochara el haberla dejado
escapar se adelantó.– Parecía aterrada, señor.– dijo mirando al director.– Perseguirla sólo la
asustará más.– por la mirada rabiosa del profesor de pociones se adivinaba una tormenta pero
un patronus interrumpió la conversación del grupo.

“La encontrados, está en las linderas del bosque prohibido, la tenemos acorralada.”

Apenas el patronus se desvaneció los profesores fueron a la dirección indicada y Harry les
siguió. Llegaron a donde se erguía la caballa de Hagrid, todo el personal docente estaba
parado en el huerto de calabazas formando un semi–circulo en dirección al bosque con las
varitas en alto.

–Hagrid ¿Cuál es la situación? – pidió el director amablemente en cuando llego al semi–


gigante.

–Está tras ese árbol.– señalo uno particularmente grueso que estaba al principio del bosque.–
No se ha adentrado al bosque y lanza una piedra a cualquiera que intente acercarse.

–Que primitivo.– bufó Snape.

–Se está defendiendo Severus.– dijo casi divertido Albus.– Educadores, bajen sus varitas.
Asustan a nuestra invitada.– el profesorado confiado en que el director estaba presente
acataron la orden, el anciano hizo un gesto para que se alejaran y así lo hicieron, Moody y
Snape seguían recelosos. El director con paso firme se acercó hasta quedar a 3 metros del
escondite de la chica.– Jovencita, soy el director Albus Dumbledore, nuestra intención no es
asustarla ni herirla, si fuera tan amable de salir de su escondite podríamos aclarar varios mal
entendidos.– hablo el director con ese tono cariñoso que solía usar para aparentar ser un
viejito inofensivo. La morena se asomó apenas, miro al director con el ceño fruncido y volvió
a esconderse.

– Albus, esto es inútil. Con un Desmayo nos estaríamos ahorrando todo este circo.– opino
Alastor de mal humor.

– No es una amenaza Alastor.– advirtió el anciano.


–Señor ¿Puedo intentarlo?– se adelantó Harry. Inmediatamente empezaron las protestas,
Dumbledore con un movimiento de su mano los silenció, dando permiso a Harry para
proceder.

–¿Albus que pretendes? No puedes enviar a Potter allá.– dijo Minerva preocupada. Mientras
Harry se acercaba al árbol.

– Querida Minerva, solo un adolescente puede entender a otro.– para probar su punto hizo
una seña en dirección al árbol. Harry ya había llegado a donde había estado parado el
director, la chica alerta de que alguien se acercara se asomó de su escondite lista para lanzar
una piedra, no que pudiera hacerle mucho daño con eso a un mago pero era todo lo que tenía
como defensa personal, cuando vio a Harry se quedó quieta, expectante.

–Tranquila, no te haré daño.– alzo las manos mostrando que no llevaba su varita.– Sólo
quiero hablar.– tentativamente dio otro paso, ella no atacó en cambio miró a los adultos
detrás de Harry, estaban fuera de su perímetro de peligro por lo que dejó caer la piedra
dejando a Harry acercarse.– Eh…hola. Tu chocaste conmigo antes ¿Recuerdas? Soy Harry
P…– una mano en sus labios le hizo callar.

–Sé quién eres.– hablo ella por primera vez en un vago inglés, su voz sonaba rasposa, como
si le costara mucho trabajo hablar. Miró a Harry con detenimiento, convenciéndose de que
era real lo que veía. Estiro la mano hasta la frente del chico rozando su cicatriz.– Eres real.–
susurró.

Harry detalló a la joven frente a él, tenía piel morena, el cabello desordenado y los ojos
verdes con destellos grises aunque no parecían muy naturales ¿Un glamour quizás? La bata
de la enfermería estaba llena de tierra y rota en el borde, sin mencionar que las líneas de
expresión acentuadas le daban un aspecto cansado, seguro por todo stress que estaba
sufriendo, comprendió que sólo era otra adolescente, perdida y confundida, incluso más que
él mismo.– Sólo queremos ayudarte.– extendió una mano hacia ella. La joven le miro por
largos minutos, no dudaba que las palabras del héroe mágico fueran ciertas, lo que la llenaba
de incertidumbre era saberse en un mundo que supuestamente debería ser ficticio. Tomando
en cuenta todas sus posibilidades era mejor ir con Potter a quedarse en ese sitio y morir
estúpidamente por alguna criatura del bosque prohibido, eso pensamiento le hizo estremecer,
cuanto hubiera dado por ser ignorante de los peligros de ese mundo. Salió de sus
pensamientos cuando sintió algo en sus hombros, levanto la vista asustada; era Harry que se
había quitado su túnica para colocársela a ella.– No te asustes es que parecías tener frio.–
explicó algo avergonzado.

Bueno si quería volver a su hogar iba a necesitar ayuda. Con una sonrisa suave tomó la mano
de Harry, eso iluminó el rostro del joven que le devolvió el gesto. Ella ya sabía que Harry era
lindo pero no pudo evitar pensar que se veía adorable cuando sonreía así.

En el huerto de calabazas la mayoría de los profesores se había retirado por órdenes de


Dumbledore, solo quedaban McGonagall, Snape y Alastor –Hagrid no se quedó alegando que
alguien de su tamaño solo asustaría a la invitada– aun discutían si la repentina aparición de
esta chica era peligrosa o no.

–Debemos interrogarla.– opinó Moody, su ojo mágico girado en dirección a los árboles.
–Alastor ella no es una amenaza.– reprendió la única mujer del grupo.

–Pero tampoco podemos confiar en ella.–fue la opinión de Snape.

–Caballeros por favor, dejaremos nuestra discusión para después.– se escuchó ruido de hojas
crujiendo, todos voltearon a ver que Potter regresaba con la chica a su lado usando la túnica
negra del adolescente.– Bien hecho Harry, bien hecho.– felicitó el anciano. Se acercó a
ambos jóvenes, la chica al ver lo que pretendía Dumbledore mostro una mueca hostil y se
escondió tras Harry, eran casi de la misma estatura por lo que le fue fácil ocultarse.

Todos los adultos se mostraron asombrados por tal comportamiento.– Señor, tal vez lo mejor
sería volver a la enfermería, está muy alterada.– dijo Harry después de que la morena se
parara en puntillas para susurrarle algo al oído.

–Sí, quizás sea lo mejor.– murmuro el anciano mirando con interés a la joven.– Profesor
Snape escolte a la joven a la enfermería, después de que Madam Pomfrey le dé una poción
revitalizadora podremos hablar con más calma.– Severus se acercó a Potter, para sorpresa de
todos y más para el adusto educador la morena no tuvo problemas en acercarse al profesor de
pociones. Severus la guió por el camino de tierra hasta la entrada del castillo, la chica
observó a Dumbledore y Ojo Loco con recelo hasta que estuvo lo suficiente lejos.

–Ella…confía en el profesor Snape.– balbuceó Harry asombrado.

–Esa niña no me da buena espina Albus.– opinó Alastor con el ceño fruncido.

–Todo a su tiempo mi buen amigo, todo a su tiempo.– fue la respuesta del director
comenzando a caminar hacia el castillo, los demás le siguieron.

Chapter End Notes

(1) las negritas las estoy utilizando para referirme a otro idioma. Ya que el mundo de HP
está inspirado en Inglaterra los personajes están hablando inglés. El personaje OC habla
otro idioma, en el próximo capítulo revelare más sobre la inesperada visitante.

A medida que avance la historia iré aclarando un par de cosas, por el momento disfruten
la historia y si tienen alguna duda no duden en preguntar, tratare de responder lo que
pueda sin adelantarme a los hechos :3
ACLAREMOS ALGO
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma. (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

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No hablaron en todo el trayecto, primero porque ella no decía nada, se dedicaba a mirar a
todas partes con curiosidad y segundo porque Severus estaba muy ocupado analizando a “la
invitada”, el hombre notó que a pesar de que viera todo a su alrededor con ojos asombrados
reconocía los pasillos que caminaban para llegar a la enfermería. Curioso, muy curioso.

Llegaron a la enfermería sin mayor contratiempo, cuando atravesaron las puertas de madera
Madame Pomfrey los recibió. Mirando a la joven con una expresión severa.

–No vuelva a hacer eso.– tomo a la chica de los hombros guiándola a la cama donde había
despertado.– Entiendo que pudo asustarse pero no fue muy inteligente de su parte salir
huyendo, mire cómo está.– la enfermera siguió hablando más y más rápido haciendo que ella
perdiera interés en la diatriba al entender sólo la mitad, Dios como odiaba el acento inglés.

Snape carraspeó para llamar la atención de la mujer.– El profesor Dumbledore me pidió que
te dijera que le dieras una poción revitalizante y luego la enviaras a su despacho, es de suma
importancia que hablemos con ella.– dijo el hombre muy serio.

– Quítate la túnica querida.– ordenó cuando la joven estaba sentada en la cama. – No me


importa lo que Albus diga Severus, la niña necesita atención médica y…. ¡Santo Cielo! – la
joven dio un salto en la cama por el grito de la enfermera. – Mira como estas, no, no, no. Esta
señorita no saldrá de aquí hasta que yo lo diga ¡Severus! – llamó con voz fuerte. – Voy por
pociones a mi despacho, haz algo útil y hazle un chequeo. – sin esperar respuesta la
enfermera se fue por el pasillo dejándolos solos.

Refunfuñando entre dientes el profesor se acercó a la morena.

–¿Cómo te llamas? – pregunto mientras sacaba su varita, no escucho respuesta.– ¿No me


escuchaste? Te hice una pregunta.– cuando enfocó su mirada notó que ella le hacia una seña,
se palmeaba la garganta.– ¿Te duele? – Sin soltar la varita acerco sus manos al cuello,
tanteando, luego agito su varita, una luz roja emano de esta.– Tienes la garganta inflamada.–
informó.– Creo que aún hay poción para eso en el estante.– murmuro en voz alta, fue hacia el
estante y cuando encontró el frasco que necesitaba se lo tendió a la chica.– Bébetelo.

Ella frunció el ceño mirando el frasco, alzó la mirada a Severus arqueando una ceja.
–No está envenenada si es lo que piensa, la hice yo mismo.– dijo con tono amargo. Ella al
escuchar quien la había preparado tomo el frasco entre sus manos dándole un sorbo. Tragar el
espeso líquido fue una tortura, pero en cuanto termino de tragar sintió el efecto
instantáneamente. Su laringe ya no se sentía apretada dejándole respirar con más facilidad, la
magia era asombrosa. Devolvió el frasco a Severus.

– Gracias.– dijo ella, pero al ver que el profesor no le entendió volvió a repetir.– Gracias.

–Así que si hablas inglés.– dejó el frasco vacío en el estante, volvió donde ella estaba, esta
vez concentrándose en hacer el chequeo, la mayoría eran raspones y alguno que otro golpe,
no tenía huesos rotos ni daño interno.

–Apenas…Me es difícil comprender el acento inglés.– dijo después de un momento. Todo el


tiempo que Severus le estuvo haciendo el chequeo ella lo miro, “ Ahora veo porque mi mamá
decía que Alan Rickman parecía una señora” fue lo que pensó, mordiéndose el labio para
contener una risita que sabía el profesor no apreciaría. Ciertamente, si comparabas al actor
con el verdadero Severus, la diferencia era mucha. Alan Rickman a pesar de su excelente
papel en la película no se comparaba al verdadero Severus Snape. El profesor podría ser
descrito fácilmente como “Masculino”, alto “ Muy alto” pensó con agrado, de hombros
anchos pero no muy corpulento, piel muy blanca aunque para ella a todos los ingleses les
faltaba algo de color, el cabello para su sorpresa era más largo de lo que en un principio
creyó, el cabello azabache le llegaba por los hombros. Los ángulos de su rostro eran muy
marcados dándole ese aspecto serio, ciertamente por la falta de peso su nariz se veía
realmente prominente, la mueca hostil y el ceño fruncido era lo que solía aterrar a los
estudiantes, pero ella sabía que esa mueca era solo una fachada.

–¿Qué tanto me está viendo? – la voz amarga de Snape la saco de sus pensamientos.

–Lo siento, es que…No eres como yo lo imaginaba.– ante ese comentario el ceño del hombre
se frunció aún más, ella al ver su expresión se preocupó e inmediatamente tomó la manga de
la túnica ajena. – ¡Espera! No quise ofenderte, es solo que…eres tan genial y misterioso.
Siempre te creí alguien increíble pero ahora que te veo…– sonrió recorriendo al hombre con
la mirada. – La palabra se queda corta.

Pocas cosas podían descolocarlo, al parecer ésta era una de ellas. Para alguien como Severus
que estaba acostumbrado a lidiar con el desagrado y desprecio de la gente que alguien salida
de la nada te dijera eso era choqueante.

–Albus no seas ridículo, es solo una niña no va a desatar un pandemonio. – se escuchó la voz
de Pomfrey que volvía por el pasillo, al parecer con compañía.

–Popy, entiende, no sabemos nada de ella. – se escuchó la voz amistosa del director.

–¡No me importa! Se quedará aquí hasta que yo lo diga. – con esa declaración la enfermera
entró en el campo de visión de ambas personas. – Severus ¿Cuál es su diagnóstico? –
preguntó ella acercándose a la cama, detrás de la enfermera venía Dumbledore.

–No hay daño interno ni huesos rotos, solo raspones y moretones, sus pies son lo más
preocupante ya que corrió por piedra fría y después por tierra descalza.– automáticamente la
enfermera le hizo un gesto de desaprobación.– También tenía inflamada la laringe pero ya me
encargue de eso.

–Excelente Severus ¿Algo más? – preguntó esta vez Dumbledore con una significativa
mirada.

El hombre estuvo a punto de decirle lo que la chica le había dicho pero un ligero tirón en su
manga le hizo voltear viendo el rostro de la morena, ella le hizo un gesto de negación con la
cabeza pidiendo silencio. Severus realmente sin saber por qué cedió dijo. – Acabo de
administrarle la poción director, tarda un poco en hacer efecto.

–Bien, entonces comprobémoslo.– Pomfrey hizo un gesto para que Snape se apartara. –
¿Cómo te llamas querida?

No sabía si era por el tono pomposo o si su inglés estaba muy oxidado pero le costó
entenderle a la enfermera lo que dijo. – Katerina.– respondió.

–¿Qué edad tiene? – preguntó la enfermera mientras dejaba frascos en la mesa auxiliar y los
examinaba, pensando en cual darle primero.

–20 años.– Pomfrey y Snape voltearon a verla sorprendidos. – ¿Qué?

– Nada…– contestó la enfermera, procediendo a tomar una de las pociones pasándosela a


Katerina para que la bebiera. – Es inesperada su edad. No tiene la estatura correspondiente.

– Mido 156 cm. – respondió molesta, prácticamente le dijeron enana, tomó el frasco
bebiéndose el contenido de un trago, haciendo una mueca de asco al tragarlo. – No es mi
culpa que ustedes los ingleses sean tan altos.

– Oh, que descuidada soy. Se me ha olvidado la crema para los raspones, voy por ella. –
anunció Pomfrey. Dumbledore hizo un gesto a Snape para que acompañara a la mujer.
Cuando él y Katerina estuvieron solos centró su atención en ella.

– Señorita Katerina.– llamó el director, intentó dar un paso hacia la morena pero al ver que
esta retrocedía se quedó en su lugar. – ¿Podría decirme cuál es el motivo de su llegada? – ella
le miró largamente con los ojos entrecerrados. – Señorita…

– Ya lo oí.– respondió de mala gana a Dumbledore.– Vamos a dejar algo en claro, no tengo
idea de cómo llegué aquí ni de qué manera fue que sucedió tal milagro pero no soy un
peligro.– miro de frente al viejo, hablando firme.– Estoy segura de que tiene tantas dudas
como yo, responderé sus preguntas solo si McGonagall y Severus están presentes y por nada
del mundo quiero que Ojo Loco esté presente ni remotamente cerca de mí ¿Fui clara?

Dumbledore no pudo más que mirar a la morena estupefacto, nadie nunca le había hablado
así y menos una muchachita que no tenía mucho de haber cumplido la mayoría de edad. Le
molestaba, ¿Acaso no estaba consciente de quién era Albus Dumbledore? No, al parecer sí lo
sabía sino no le hubiera hablado de esa manera, debía averiguar más sobre ella y pronto.
Al final Dumbledore sonrió lo más amable que pudo.– Transparente.– cuando Pomfrey y
Snape volvieron los habitantes de la habitación seguían en la misma posición que los dejaron,
aunque el ambiente se había tornado muy tenso.– Severus, por favor acompáñame.– dijo al
pocionista, luego giró a ver a la enfermera. – Popy cuando termines con la señorita envíala a
mi oficina por favor, también consíguele algo de ropa, gracias. – el hombre camino a la salida
siendo seguido por Severus.

–¡Oiga! ¡Alto! ¿Dónde está mi ropa? – grito Katy desde el camastro. El director a punto de
salir se giró a verla, su sonrisa siendo incómodamente amable.

– ¿No creerá que es muy inteligente deambular por el castillo con un pantalón corto y una
camiseta en esta época del año o sí? – a regañadientes ella tuvo que darle la razón al viejo,
aunque no lo dijo en voz alta solo volteó el rostro dando a entender que no le hablaría.

Fuera de la enfermería Dumbledore y Snape caminaban rumbo a la oficina del primero, el


director envió un patronus ordenando una reunión en su oficina de inmediato. Cuando
llegaron McGonagall, Moody, Madame Maxime e Igor Karkarov ya los esperaban.
Dumbledore caminó hasta su escritorio, dejándose caer en la silla pesadamente.

Moody con su expresión poco amistosa se acercó al escritorio. – ¿Entonces? ¿Qué


averiguaron?

–No mucho, solo sabemos que se llama Katerina. – antes de que alguien dijera algo se
adelantó.– Dijo que respondería todas nuestras preguntas solo si solo estábamos Minerva,
Severus y yo.

– ¡Eso es inaudito! – estalló Madame Maxime con su acento francés. Igor se quedó parado
junto a Severus. – ¡Esa mocosa no puede poner condiciones, es una intrusa!

– No pensarás de verdad aceptar ¿O sí? ¿Albus? – inquirió el ex auror.

–Me temo que ya he aceptado, Alastor. – respondió en un suspiro Dumbledore.

–Si lo pensamos un poco, es una conducta normal. – intervino McGonagall. – Ya vieron su


reacción cuando despertó, lo mejor es interrogarla en un grupo pequeño.

–También noté algo particular.– intervino Snape por primera vez.– Ella no posee un núcleo
mágico.– todos en la oficina enmudecieron por la nueva información.– Por lo tanto no es
peligrosa, al menos no para nosotros.– Igor y Madame Maxime parecieron estar de acuerdo
con esa nueva información ya que lo único que dijeron fue un “Mantenganos informados”
antes de dirigirse a la salida del despacho.

– ¿Es una muggle? – preguntó Minerva saliendo apenas del mutismo. – Eso…no puede ser,
es decir, un muggle no puede encontrar Hogwarts, mucho menos atravesar las barreras.

–Lo es.– afirmó Snape. – Cuando le estaba haciendo el chequeo, busqué si sus niveles de
magia sufrieron algún daño pero no encontré su núcleo mágico, por lo tanto es una muggle.
–Aun si fuera una muggle, no es una muggle cualquiera. – se adelantó Moody. – Cuando
huyó de la enfermería sabía exactamente por cual pasillo escabullirse para que no la
encontráramos. Ella sabe algo. ¡No podemos solo confiar en lo que diga!

– Estás siendo paranoico Alastor. – dijo Minerva rodando los ojos.

– ¡Siempre alerta! Ese es mi lema. – Severus bufó, el ojo mágico de Moody giró directo hacia
él, a punto de decir algo Dumbledore intervino.

– Hay algo que podemos hacer.– intervino Dumbledore, con su varita conjuro un Accio, de
entre uno de los estantes voló una mochila morada con diseños de colores muy extravagantes,
algo nunca antes visto por los magos.– Esta…mochila cayó con ella, el joven Krum la
encontró flotando a unos metros de la orilla del lago. ¿Alastor nos haría el favor? – el mago
alzó su varita conjurando un Revelio, nada ocurrió, intento con otros hechizos pero nada
sucedía.– Al parecer no tiene ninguna clase de protección ni maleficio.– analizó el viejo, con
la varita hizo un par de movimientos provocando que el contenido de la mochila se
desplegara en un escritorio, todos aguantaron la respiración al encontrar dos muñecos, uno de
Harry Potter y otro de Severus Snape. Los muñecos estaban hechos de estambre, como
tejidos, no poseían nariz ni boca sólo dos grandes botones con el color correspondiente a los
ojos de cada uno. Cada muñeco era exacto a su persona, hasta Potter tenía la cicatriz bordada
en hilo rojo. Ambos muñecos estaban algo mal trechos por el chapuzón que recibieron.

–Albus, esto… ¿Qué significa? – preguntó preocupada Minerva. Severus se quedó estático
viendo a su “yo” miniatura. Dumbledore junto con Moody continuó viendo el contenido de la
mochila, encontrando un par de aparatos que desconocían, una especie de navaja retráctil….

– No tengo idea. – respondió al fin el director con el ceño fruncido. – ¿Qué dices Alastor?

– No hay nada peligroso, solo esta clase de navaja. – con la varita le hacía dar vueltas para
verlo. – Lo único preocupante son estos muñecos.– dejó la navaja encima del escritorio
mirando una vez más los muñecos.

Severus no prestó atención a nada de la conversación, atrapado en sus propios pensamientos.


Desde la llegada de…Katerina, todo se había vuelto un caos, desde alarmar a todo el mundo,
salir huyendo como si un Dementor la estuviera persiguiendo, hasta alterar su propia calma
con semejantes palabras de asombro y ¡Ahora esto!

Unos suaves toquidos en la puerta lo hicieron salir de su mente, vagamente escuchó como
Dumbledore pedía a Ojo Loco que se retirara, cuando el ex auror abrió la puerta dejando ver
a la morena, ahora vestida con el uniforme del colegio. Antes no lo había notado pero a pesar
de su estatura Katerina delataba su edad con sus atributos femeninos, ahora sin el cabello
cubierto de ramitas y peinado se daba cuenta de que parecía más madura de lo que ella decía,
quizás fuera por la expresión seria, aunque los ojos verdes le daban un toque infantil, la chica
era incapaz de ocultar su curiosidad por el castillo. Severus se preguntó ¿Por qué demonios
estaba notando todas esas cosas? Con un gruñido dio la espalda a la recién llegada.

+MOWMOWMOWMOWMOW+
Del otro lado del castillo en la sala común de Gryffindor Harry por fin entraba por el retrato
de la dama gorda, el moreno vio a sus amigos sentados frente a la chimenea, fue con ellos.

–Hola chicos. – saludó sentándose junto a Ron, Hermione estaba en un sillón individual con
un libro en el regazo como siempre.

–Hola compañero.– respondió el saludo el pelirrojo.

–¡Harry! ¿Dónde estabas? – preguntó la castaña prestando atención a Potter. Ron bufó, a
veces Hermione se comportaba como una madre.

– Hermione déjalo ser, apenas acaba de llegar. – Ron entonces se inclinó a Harry con una
sonrisa. – Compañero ¿Te enteraste? La chica que cayó al lago ayer, ¡Dicen que hoy despertó
e intentó huir! Fue todo un escándalo, todos los profesores estaban locos buscándola. – Ron
estaba que se desternillaba de risa.

–¡Ron! – regañó Hermione. – Esto es serio. No se sabe nada de ella, podría ser una seguidora
de tu–sabes–quien.

–Estas exagerando. – rezongó simplemente el pelirrojo.

–Yo me encontré con ella. – murmuró Harry. Ese comentario hizo que sus amigos voltearon a
verlo con los ojos abiertos. – Bueno en realidad cayó sobre mí.

–¿Te atacó? – casi gritó Hermione alarmada.

–¡No! No. Ella bajó las escaleras y chocó conmigo.

– Que loco. – Silbo Ron. – ¿Te dijo algo?

–No. Más bien era como si no se creyera que fuera yo.– Hermione le hizo un gesto de
“Explícate”, suspiró pasándose las manos por la cara.– Cuando la seguimos al bosque estaba
tirando piedras a quien se acercara.– Ron se rió por esto, Hermione inmediatamente le dio un
golpe en el brazo.

–¿Qué acaso no tenía varita? – pregunto aun riendo.

–No. Oigan esto…–hizo un gesto para que se acercaran. – Cuando Dumbledore intentó
acercarse lo rechazó, no lo quería cerca y cuando yo me acerqué no hubo problemas…

–Harry eso fue muy irresponsable de tu parte. – volvió a regañar la castaña. Harry no hizo
mucho caso y siguió hablando.

–Al final la convencí de volver al castillo, pero hay algo que me intriga.

–¿Qué, Harry? – le insto Hermion, podía rezongar todo lo que quisiera sobre mantener el
decoro y seguir las reglas pero como buena Gryffindor Hermione no podía negar su innata
curiosidad.
–Cuando Dumbledore quiso acercarse ella se escondió detrás de mí, así que le pidió a Snape
que la llevara de vuelta a la enfermería ¡No se resistió!

–Con Snape… ¿Se fue con Snape y no con Dumbledore? – preguntó incrédula Hermione. –
Pero… ¿Por qué?

–Es como si no confiara en él.– aportó Harry inseguro.

–¿Por qué no habría de confiar en Dumbledore? – esta vez preguntó ron confundido.

Chapter End Notes

Wojoo! Nuestra visitante misteriosa ahora tiene nombre y rostro >.< ¿Qué ocurrirá
después? O.O
Como siempre si tienen alguna duda pueden preguntarme. Agradezco los reviews que
me dejaron en el capítulo anterior.
¿ALIADA O ENEMIGA?
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

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Aún no podía creerlo, apenas McGonagall le dejó en el dormitorio de chicas de Gryffindor se


tiró a la cama y uso una almohada para gritar lo más fuerte que pudo.

–Estoy en Howarts, por todos los cielos estoy en…– volvió a gritar, se levantó de la cama y
dio vueltas por toda la habitación y luego se acercó a la ventana abriéndola, desde ese lugar
podía ver toda la explanada que era el bosque prohibido y si sacaba la cabeza podía ver el
colegio desde lo alto, después de 10 segundos que el viento helado le congelara la sonrisa
decidió que era hora de cerrar la ventana.– Estoy en Howarts.– repitió aún sin podérselo
creer. Más calmada se volvió a acostar en la cama que le tocaba a ella mirando el techo del
doncel.– Estoy en la 4ta película .– sopesó.– Según Dumbledore caí al lago al finalizar la
segunda prueba, si calculo bien para este punto Barty Crauch debería estar muerto.– se
giró en la cama, por suerte desde su posición podía seguir viendo la ventana.– No, al yo
llegar aquí cambie los hechos… ¿Eso quiere decir que Crauch sigue vivo? – soltando un
largo suspiro se volvió a levantar de la cama, no podía estar quieta, no cuando tenía tanta
energía acumulada.– Un momento, ¡Si llegué aquí entonces podría cambiar los hechos!
Aunque eso sería peligroso .– hizo un gesto de exasperación.– ¡No me importa! Estar aquí
ya es un peligro, además no sé cuánto tiempo estaré aquí, voy a terminar esta guerra a
como dé lugar. – dijo decidida. Si iba a estar en ese universo iba a disfrutar cada aventura
que se le presentara en frente y si en el proceso podía salvar a sus personajes favoritos aún
mejor.

Eran apenas las 2 de la tarde y McGonagall le había dicho que debía esperar hasta la cena
para salir de la torre, primero acomodó su bolso en la cama, quería ver si nada le faltaba, hizo
un rápido recuento: mini Harry y Severus de crochet estaban a un lado, su teléfono inservible,
por suerte los lápices y bolígrafos en su cartuchera estaban bien y el maquillaje podía usarlos,
la libreta donde tenía anotadas un montón de cosas.– Inservible.– con suerte alguien podría
lanzarle un hechizo de secado, todo lo electrónico que tenía en el bolso era inutilizable.– Qué
desgracia. – los pendrive, el mp3 y la tarjeta de memoria, todo mojado e inútil.–
Simplemente perfecto. – guardando todo en el baúl de su cama bajó a la sala común.

Estuvo admirando por un buen rato todo lo que había en la sala, la cálida decoración de los
muebles en madera y diferentes tonalidades de rojo, alfombras amarillas con bordes rojos.
Dios ¿En qué estaba pensando Gryffindor cuando hizo esa decoración? Era dañina para los
ojos, incluso sin acercarse al hogar(1) sentía calor por la gran saturación de rojos.
Se dejó caer en un mullido sofá, del bolsillo se sacó el teléfono, bien podría intentar hacerlo
funcionar, de todos modos no tenía nada mejor que hacer y Snape prácticamente le gruñó que
no quería verla sino hasta mañana.

El tiempo se le pasó volando y solo había logrado desarmarlo hasta el último tornillo pero no
lograba que prendiera de ninguna manera, al parecer la caída en el lago le afectó mucho, eso
sin mencionar las horas que pasó húmedo antes de que ella se diera cuenta de que estaba
mojado. Se había rendido y había dejado el teléfono encima de la mesa cuando escucho ruido
fuera del cuadro, fijo la vista en un reloj colgado en la pared, notó que faltaba solo una hora
para la cena.

El alboroto se desató en la sala común cuando todos los estudiantes comenzaron a entrar
presurosos a las habitaciones para dejar las mochilas. El trío dorado paso tranquilamente,
hablaban entre ellos hasta que Hermione fijó la vista en el sofá frente a la chimenea.

–¿Quién es ella? – rápidamente Ron y Harry siguieron la vista de su amiga. Harry sonrió al
reconocer a la morena. Sin decir nada a sus amigos se acercó a Katerina, cuando estuvo a su
lado le tocó suavemente el hombro para llamar su atención.

–Hola. – saludó torpemente, ella volteo a verlo y en cuanto le reconoció le sonrió.– ¿Cómo
estás? No supe nada de ti después de que saliste del bosque.

–Estoy bien. – le restó importancia al asunto, palmeó el asiento a su lado indicando a Harry
que se sentara. El pelinegro obedeció a la petición.

– Me alegro ¿Qué haces aquí? – refiriéndose a porque estaba dentro de la torre de Gryffindor.

– Ya que no tengo idea de cómo llegue aquí, tomando en cuenta que soy muggle,
Dumbledore me ha dado la oportunidad de pasar un tiempo en el colegio.– comenzó a
recoger las piezas de su celular.– Seré una Gryffindor por tiempo indefinido.– a ese punto de
la conversación Hermione no pudo seguir más tiempo apartada.

– ¿Cómo que te quedarás aquí? ¿De dónde vienes? ¿Quién eres? ¿Por qué el profesor
Dumbledore no nos ha dicho nada de esto? – dijo la castaña muy rápido. Katerina solo se le
quedó mirando fijo y Harry estaba con una cara de vergüenza inigualable.

– Eres más irritante de lo que pensaba.– murmuró para sí comenzando a reconstruir su


teléfono.– Primero, no tengo por qué responder tus preguntas. Segundo, estas siendo
indiscreta. Tercero, si algo no te agrada ve a hablarlo con el mismo Dumbledore.– Hermione
se sintió indignada ante las palabras cortantes de la morena, antes de que ésta pudiera replicar
un carraspeo al otro lado del sillón les hizo girar, Ron estaba mirando detenidamente lo que
Katerina tenía en las manos.

–¿Qué es eso? – el pelirrojo no sabía si sentir curiosidad o desconfianza.

–Oh…– ella miró el aparato a medio armar. – Algo muggle, nada importante. – respondió con
simpleza colocando la pantalla. Ron frunció el ceño por la respuesta evasiva. Claro que la
pelinegra no contaba con que un nacido muggle de otro año se acercara a ellos.
– ¿Ese es un teléfono? – se asombró mucho al no verle los botones, apenas tenía tres a un
costado y el resto era una gran pantalla (2).– Nunca había visto un modelo como ese, a mi
papá le dieron uno en su compañía, nos dijeron que era uno de los modelos más recientes
pero éste no se parece en nada al de mi papá ¿Dónde lo conseguiste?

–Es un modelo Beta, aún está a prueba. – respondió, rápidamente guardándose el teléfono en
los pliegues de la túnica para que no pudiera verlo detenidamente. – Harry, ¿Me acompañas
al comedor? Muero de hambre. – sin esperar respuesta se levantó del sofá dejando al nacido
muggle con la palabra en la boca. Harry siguió a la morena por el retrato, como era de esperar
Hermione y Ron se unieron.

–Entonces te quedaras en Howarts.– dijo Harry, Katerina asintió, el chico de lentes notó que
llevaba el uniforme del colegio y la túnica el escudo de Gryffindor. – En Gryffindor. – ella
volvió a asentir .– ¿Por qué?

–Fue mi petición. No quiero rondar por los pasillos como alma en pena por no tener nada que
hacer en todo el día. A cambio de quedarme aquí seré la asistente del profesor Snape. –
Hermione aún la miraba con desconfianza.

– ¿Snape? – interrumpió Ron poniendo cara de sufrido. – ¿Quién te hizo semejante maldad?

– Nadie, Ronald. – dijo la morena rodando los ojos. – Yo lo propuse. – Harry y Ron se le
quedaron mirando como si hubiera perdido la cabeza.

– ¿Por qué? – preguntaron al mismo tiempo.

– Porque es lo más lógico.– dijo simplemente, no era necesario que ellos supieran que
propuso eso sólo porque le gustaba el profesor Snape. Hermione aún la miraba con
desconfianza.

–Es curioso que el sombrero te seleccionara en Gryffindor. – comentó el pelirrojo. Katerina


rio, negó con la cabeza.

–El sombrero no me seleccionó. – hizo una pausa dramática más por alterar los nervios de
Hermione que por otra cosa. – Yo escogí estar con los leones .– Harry se impresionó por esa
revelación.

–¿Cuál fue tu motivo? – quiso saber Harry quien pensaba que era el único que decidió estar
en una casa y no que lo seleccionaron.

–Fácil. Quería estar cerca de ti. – las palabras de la morena hicieron sonrojar al chico, eso no
era una mentira.

Durante la cena Katerina se fijó en todos los rostros del comedor, las similitudes con los
personajes que ella conocía eran extraordinarias. En la mesa de Slytherin pudo ver a Draco,
cuando Ron también notó al rubio y comenzó a insultarle, rodó los ojos, se alejó de la mesa,
iba a hablar con Draco como de lugar.
Ya entrada la noche el trío dorado se escabulló al cuarto de chicos de 4to año, Ron y Harry
sentados en la cama del primero y Hermione en la de Harry. Estaban aprovechando que sus
compañeros de cuarto aún estaban en la sala común y tenían todo el cuarto para ellos.

–No confío en ella. – bufo la castaña.

–¿Por qué no? – preguntó un fastidiado Potter, desde hacía un buen rato que Granger estaba
en el mismo punto.

–Harry, tú mismo la viste. ¡Es una cínica! – se levantó de la cama caminando de un lado al
otro.– Además ¿No lo notaste? Es una muggle pero es como si lo supiera todo sobre la
magia.

–Hermione no sé si te fijaste pero parecía niña en una dulcería, no paraba de torcer el cuello
para mirar a todas partes. – aportó Ron no muy convencido de lo que decía la chica.

–¿En serio no se dan cuenta? – miró a los chicos exasperada. – Harry tú mismo lo dijiste. –
señaló al moreno. – Cuando estaban en el bosque prohibido se acercó al profesor Snape sin
titubear, ¿Qué tal si es una espía?

– Es una idea un poco ridícula ¿No te parece? – una voz se escuchó desde la puerta, cuando
el trío se giró Katerina estaba ahí parada con los brazos cruzados y una ceja alzada. – A ver si
aprenden a hacer un hechizo silenciador.

–¿Escuchaste todo? – Harry se levantó preocupado de la cama. La morena negó con la


cabeza.

–Solo la parte don podría ser una espía.– Hermione tuvo la decencia de lucir avergonzada,
ella estuvo a punto de disculparse pero Katy simplemente le hizo un gesto para que se callara.
– No quiero saberlo. Venía a decirle a Hermione que seremos compañeras de cuarto, pero
ahora solo te diré que no hace falta que tengas un ojo abierto durante la noche, yo no soy el
enemigo. – le gruñó a la Gryffindor. – Harry mañana quisiera hablar contigo, en privado.

–Podemos hacerlo ahora. – se ofreció él.

–No, estoy cansada. Hablaremos mañana.– hizo un gesto con la mano para despedirse, salió
del cuarto de los chicos. Ron y Harry miraron a Hermione con el ceño fruncido.

–Bien hecho. – dijo Ron yéndose a acostar en su cama.

+MOWMOWMOWMOWMOW+

Para la mañana siguiente, cuando los Gryffindors bajaron a desayunar Katerina ya estaba
sentada en la mesa de Slytherin junto a Draco Malfoy…

–Alto… ¿Qué? – exclamó Ron estupefacto. – ¿Qué hace ella con el cretino de Malfoy? –
Harry y Hermione estaban igual de confundidos que el pelirrojo. La morena rió por algo que
dijo Malfoy y entonces miro a donde estaban ellos, ella les sonrió y saludó con la mano para
después susurrarle algo en el oído al rubio, a regañadientes Malfoy también les saludó.
Un escalofrío le recorrió la espalda al moreno cuando notó la sonrisa avergonzada de Malfoy,
nunca antes vio ese tipo de expresión en su rostro.

–Se los dije.– susurró Hermione cuando salió del asombro. Harry no tuvo ganas de
contradecirla, solo se alejó de la entrada hasta la mesa de Gryffindor. Se sentó de manera que
podía ver a la mesa de Slytherin, observando la interacción del rubio y la morena. Estaban
riendo, nunca había visto a Malfoy reír de esa manera tan desinhibida, tan alegre, siempre
tenía esa mirada desdeñosa y su sonrisa burlona pero ahora viéndolo hablar con Katerina se
dio cuenta de que había una faceta que no conocía y se preguntó cómo sería si fuera él quien
provocara esa sonrisa.

–¡Harry! – gritó Ron por tercera vez para que le escucharan. – Hermano, estás distraído ¿Qué
te sucede?

–¿De qué crees que estén hablando? – pregunto señalando a la nueva pareja que llamaba la
atención.

–No tengo idea, seguro comparten planes malvados. – el pelirrojo se rió de su propio chiste. –
Ella es tan rara ¿Cómo se le ocurre?

–¿Se fijaron que solo habla con Malfoy? – murmuró Hermione volteando la cabeza para
mirarlos sobre su hombro. Los chicos no pudieron contestar, Katerina se despidió de Draco
con un beso en la mejilla en dirección a la mesa de Gryffindor.

– Hola chicos .– saludó sentándose al lado de Harry.

–¿Qué hacías con Malfoy? – no tardó en interrogar Hermione. Katy solo rió.

– Me estaba dando su secreto de cómo desmembrar muggles sin que la sangre te manchara la
ropa.– dijo simplemente mientras estiraba la mano para coger un pan dulce, toda la comida en
Hogwarts era tan rica, iba a subir unos cuantos kilos si seguía así, cuando se fijó en la cara
del trío se le escapó la risa.– ¿Verdad que suena ridículo? No se esponjen, tan sólo estaba
hablando con Draco.

– No es gracioso. – negó Hermione sirviéndose el desayuno.

– ¿Draco? – cuestionó Ron arrugando la nariz. – ¿Desde cuándo lo llamas Draco?

– Desde anoche. – Harry no dijo nada, a él también se le hacía extraño pero con lo poco que
conocía a Katerina podía decir sin temor a equivocarse que ella sabía más de lo que decía.–
Es muy agradable y gracioso.

– Si claro. – rió Ron haciendo un grotesco sonido con la nariz. – Cada palabra que sale de su
boca es veneno puro. Katerina volvió a rodar los ojos.

– No sabes apreciar el sarcasmo.

Había alguien más que no les quitaba la mirada de encima, a lo lejos Severus estaba sentado
en la mesa de profesores prácticamente taladrando al grupo con la mirada. Desde hacía rato
que observaba la interacción entre Draco y la sospechosa, ¡Era ilógico! ¿Qué motivos tendría
un Gryffindor para acercarse a platicar con un Slytherin? Aunque había un pequeño detalle,
quizás Katerina no fuera realmente una Gryffindor, ¿Quién podría decirlo? Ella seleccionó la
casa en la que quería quedarse, eso era tan astuto y tan cuestionable al mismo tiempo que
fácilmente podría pertenecer a Slytherin o Ravenclaw, entonces la pregunta ahí era ¿Por qué
demonios escogió Gryffindor?

Katy volteó a la mesa de profesores, ya estaba harta de la mirada de Snape taladrándole por
lo que dejó el jugo de calabaza en la mesa dispuesta a irse.

–¿Te vas? – cuestionó Harry al sentir movimiento a su lado.

– Si. Dentro de poco tendré que bajar a las mazmorras para empezar mi trabajo de asistonta
(2).– miró a Ron y Hermione.– Cuándo termines tus clases, búscame en la biblioteca.– le dijo
a Harry.– Tendremos esa charla que te dije ayer.– salió del salón con aire resuelto y esa
mirada emocionada.

–Harry, no creo que deberías…–comenzó Hermione apenas la morena se perdió de vista.

–Hermione no comiences.– la corto ya algo molesto.– No hay razón para desconfiar de ella.–
le vio las intenciones a la castaña de replicar pero él no le dio tiempo.– Cierto que llegó a
Howarts de una manera poco usual pero eso no es motivo automático para pensar que ella es
mala, si me disculpan tengo que buscar mis libros– sin más Harry se levantó del asiento
dejando a Hermione con la palabra en la boca.

–¿Qué mosca le pico? – murmuró Ron con la boca llena de panecillos enmantequillados.

–Ugh, Ron, no hables con la boca llena.

En la salida del comedor Harry se encontró con Draco, en vez de insultarse mutuamente
como era su costumbre se quedaron viendo hasta que fue Harry quien decidió terminar con el
silencio. – Malfoy.

–Potter. – ahí estaba, esa manera tan particular de decir su apellido, como si lo escupiera.

– Noté que hablabas con Katerina. – Harry se dio cuenta de cómo Draco desviaba la mirada.
– ¿De qué hablaban? – preguntó por simple curiosidad y un rubor cubrió las mejillas de
Draco, raro.

–Nada que te importe. – le espetó el rubio y se alejó antes de que pudiera seguir
cuestionando.

Harry se quedó mirando el camino por el que se fue Malfoy sin saber qué fue lo que pasó, en
un momento se estaban hablando como personas civilizadas (por primera vez) y al siguiente
el rubio le insultaba yéndose con un adorable sonrojo adornándole el rostro, ahora sí tenía
ganas de saber qué fue lo que estuvieron hablando esos dos.

El resto del día las clases continuaron normalmente, por fin terminaron las clases por ese día.
Cuando Harry entró a la biblioteca vio a Katerina sentada al final de las mesas – Las piernas
cruzadas sobre otra silla debajo de la mesa – con al menos 3 libros a su alrededor, uno abierto
en su regazo y otro en sus manos con la nariz prácticamente enterrada en el libro. Harry
esbozó una sonrisa, nunca se esperó eso de ella, no se veía como el tipo de chica que le
gustaría tener la cara metida en un libro como Hermione. Con paso tranquilo camino hasta
Katerina, saludando a la señora Prince al pasar por su lado, la única mujer aparte de la
morena para estar a esas horas en la biblioteca.

–No pensé que fueras un ratón de biblioteca como Hermione.– comentó Harry divertido.
Katy no se molestó en voltear a verlo.

–No lo soy, el termino correcto es Nerd y la diferencia entre Hermione y yo es que yo soy
genial.– esta vez ella se giró guiñandole un ojo al chico dorado.– Además tienes que admitir
que los muggles no tienen nada tan exótico como esto.– mostró uno de los libros que
pertenecía a la sección de cuidado de criaturas mágicas, hablaba sobre los diferentes tipos de
dragones y cada uno tenía un dibujo animado que revoloteaba por toda la página y se
comportaba como el dragón real (3).

– No puedo negarlo, siempre me sorprendo a pesar de que he vivido en el mundo mágico por
4 años.– tomó asiento al lado de Katy sonriendo tímidamente.– Entonces…¿De qué querías
hablar?

–Ah. Típica curiosidad Gryffindor. – cerró el libro que tenía en el regazo. – Ayúdame a
devolver estos libros a su lugar. – con un movimiento de varita Harry hizo flotar los libros a
su estante correspondiente. – Adoro la magia . Bien, vayamos a un lugar más privado,
Hogwarts tiene ojos y oídos muy indiscretos.

–¿Dónde quieres ir? – pregunto siguiendo a la ojiverde. Ella se rió quedamente.

–Creo que conoces el lugar mejor que nadie.– fue su enigmática respuesta. Caminaron
tranquilamente, comentando alguna que otra tontería sobre el castillo. Harry no pudo
contenerse más e hizo la pregunta que lo estaba carcomiendo desde esta mañana.

– ¿De qué hablaron tú y Malfoy?

– Draco. – corrigió.

– ¿Ah?

– Llámalo Draco, Malfoy suena muy impersonal. Estábamos hablando de tí. Al principio no
quiso decir nada, se ponía todo necio y esquivo pero logré que dejara eso de lado y
comenzamos a comentar sobre tu cabello. – Harry bufó.

– No es la primera vez que Malfoy dice algo en contra de mi cabello.

– Draco.– volvió a corregir.– Sólo decíamos que tienes un cabello muy negro, azabache, no
muchos tienen ese color, le dije que seguro se sentiría bien meter las manos en tu pelo y
halarlo, se puso todo rojo, fue tan lindo.– inevitablemente Harry también se puso rojo.

– ¿Qué es lo que pretendes al decirle semejante disparate?

– ¿Yo? Nada. – se hizo la inocente. Llegaron al baño de chicas del tercer piso.
–¿Qué hacemos aquí? – preguntó Harry reconociendo el lugar.

– Ya te dije, necesitamos un lugar privado.– sin titubear se acercó al lavabo central del lugar,
buscó entre los lavabos hasta que encontró el que tenía tallado una serpiente en el grifo, ella
señaló el grifo mirando a Harry.– Abre la cámara.– ordenó al joven que no cabía en su
impresión.

–Alto, ¿Cómo…? ¿Por qué sabes de la cámara? – Harry esta vez se hizo hacia atrás con el
ceño fruncido, quizás Hermione tenía razón.

–Todas tus dudas serán aclaradas, Harry. Para eso necesito que abras la cámara.–
pacientemente ella espero a que el debate mental del Gryffindor se llevará a cabo, después de
eternos minutos en los que se preguntó si en algún momento Mirtle saldría del retrete
lloriqueando atención Harry por fin se movió hacia el lavabo mirando a Katy con el ceño
fruncido. Ella sabía que por la única razón que estaba aceptando esto y que no la hubiera
hechizado o denunciado con Dumbledore era su siempre innata curiosidad.

La morena se maravilló cuando escucho el siseante sonido salir de los delgados labios, se
sabía las palabras de memoria y aun así sintió su sonrisa sobrepasar el límite de su pequeña
boca cuando el tope del lavabo central se elevó y el resto del porcelanato se abrió dejando ver
la entrada de la cámara de los secretos.

Chapter End Notes

(1)Con el hogar quiero referirme a la zona de la chimenea con los sillones alrededor, no
sé cómo le digan en otros países.
(2)Al teléfono que me estoy refiriendo es un MotoG de Motorola. Les recuerdo que
durante la última década del siglo XX los teléfonos no se parecían ni remotamente a los
que hay hoy en día, eran gruesos y feos, tenían una antenita con la que captaban la señal
(como la radio), una pantalla diminuta y unos botonzotes super duros que timbraban
cuando los apretabas. Por eso es que el nacido muggle no reconoció el teléfono de Katy,
1994 señores.
(3) Esto lo estoy inventando completamente, no sé si existe dicho libro en el mundo de
HP. Seanme sinceros ¿A quién no le gustaría tener un libro así de dragones? Amo los
dragones :D
LA VERDAD
Chapter Notes

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– Asombroso .– murmuro Katy maravillada y temerosa al mismo tiempo por el foso negro al
que tenía que saltar.– ¿Qué tan horrible es? – preguntó a Harry.

– Bastante desagradable.– confesó mirando a Katerina, ahora no sabía qué pensar sobre ella,
al principio le pareció inofensiva pero una persona que supiera sobre la cámara de los
secretos, quisiera entrar en ella y llegara de la nada no podía ser buena, ¿verdad?

Antes de que se diera cuenta la morena ya había saltado al foso, un agudo grito se escuchó
por el túnel haciendo eco. Harry no tuvo más alternativa que seguirla, cuando llegó al fondo
encontró a la morena saltando sobre los huesos como si algo se le hubiera subido encima, no
entendía lo que decía pero por sus gestos podía descifrar que repetía “Que asco”.

–Aquí huele horrible. – se quejó tapándose la nariz. – Ok. ¿Dónde está el basilisco?

– ¿Qué acaso no lo sabes? – preguntó irónico Harry.

– ¿Cómo quieres que lo sepa? Es la primera vez que bajo aquí, no tengo idea de a dónde ir.–
ella espero a que Harry comenzara a caminar para seguirlo, avanzaron por los túneles con
Harry como guía, cuando llegaron a la piel del basilisco Katy se detuvo a admirarla
murmurando varias veces “ Genial ” y “ Asombroso ”. A Harry le costaba entenderla.

– Dijiste que teníamos que hablar, ¿Qué es? – preguntó impaciente, ya habían llegado a la
puerta con las serpientes, fácilmente susurro un “Ábrete” en parsel y el candado comenzó a
abrir. A Harry le incomodaba un poco como le veía Katerina cuando hablaba la lengua de las
serpientes, no era esa usual mirada de terror y desprecio que vio en los ojos de sus
compañeros en su segundo año, era una mirada brillosa, ansiosa de quererle escuchar, no
estaba acostumbrado a eso.

– En realidad es sobre todo un poco.– cuando la puerta se abre completamente ella entra con
Harry detrás de ella, esa zona si la conocía…bueno siendo sinceros solo conocía las escenas
que mostraron las películas, pero a grandes rasgos podría reconocer el lugar.– Dumbledore no
te ha dicho nada sobre mi. – afirmó y Harry tuvo que darle la razón.– Bien, podemos
comenzar con eso. Como ya sabes soy una muggle pero como ya te debiste dar cuenta
conozco bastante bien el mundo mágico, la razón es porque yo vengo de otra dimensión.– se
quedó callada por un momento.– Bueno, realmente no lo sé, es la conclusión que me parece
más lógica, ¿De qué otro modo podría explicar todo esto?

Katerina se detuvo para admirar la cámara de Salazar Slytherin, las estatuas de serpientes
flanqueando el largo pasillo, al final de este un monumento de piedra de Slytherin y ahí tirada
en el agua con la cabeza a medio salir estaba el basilisco muerto, la morena apenas pudo
articular un “Wow”.

– Esos momentos en los que desearías tener una cámara.– se adentró en el lugar girando
la cabeza tanto que podía jurar que más tarde le daría tortícolis, la cámara podría fácilmente
tener un kilómetro de altura y las estatuas de serpientes 5 metros como mínimo, eso la hacía
sentir realmente diminuta.

–Todo esto es muy confuso. Oye, hay algo que quiero preguntarte. – dijo Harry poniéndose
frente a Katy. – ¿En qué idioma se supone que estás hablando? No te entiendo nada.

– Español.– respondió simplemente. – Yo soy de América del Sur, específicamente de


Venezuela.

– ¿Dónde demonios queda eso? Jamás lo había oído nombrar.

– ¿ C ómo te lo explico? – pensó por unos minutos hasta que se le ocurrió algo.– Imagínate
el continente americano, está lo que es norte América, centro América y sur América, bien,
Venezuela está al norte de sur América.– hacía gestos con sus manos para darse a entender
pero por la cara de Harry era obvio que no le entendía nada.– Cuando encuentre un mapa te
lo digo, por ahora solo debes saber que soy latina.

–¿Entonces hablas latín?

– Emm no. Mi idioma proviene del latín, pero yo no lo hablo, después de todo es una lengua
muerta, no le veo el sentido a aprender una lengua muerta. Pero este no es el punto. –
continuó caminando hasta situarse al lado del basilisco, lo miraba como si en cualquier
momento fuera a volver a la vida. El animal era grotesco, parte de la cabeza estaba en el
hueso pero algunas zonas que estaban cerca del suelo estaban aún en proceso de
descomposición y con moho y la zona que aún estaba dentro del agua estaba entera, un
espectáculo realmente perturbador. – Que asco. Harry quería venir aquí contigo para
advertirte del peligro…

– Ahí está, ya decía yo que se habían tardado en profetizar mi muerte, entonces ¿Qué es? ¿Un
profesor desquiciado, el calamar gigante me ahogará cuando pasee por la orilla del lago,
Snape al fin me matara con alguna de sus miradas o quizás Voldemort volverá a
atormentarme? – la cara de Katerina ante la última posibilidad le dijo todo.– No… Eso… No
puede ser… Es decir… ¿Cómo…?

– Los sueños que has tenido. – explicó.– No son simples sueños, es algo que realmente está
pasando. Todo está preparado para la 3ra prueba y si no hacemos nada Voldemort volverá.–
Harry no sabía qué pensar, negaba una y otra vez, aunque si lo pensaba detenidamente, sus
sueños, su nombre sospechosamente en el cáliz, la marca que le vio a Igor pero todo
esto….Harry miro a Katy con una mueca hostil, levantó la varita en contra de ella.
–¿Cómo puedes saber todo esto? No será que realmente eres una seguidora de Voldemort y te
enviaron aquí para confundirme. – Katerina temerosa de que realmente pudiera atacarla se
hizo para atrás.

–Harry, por favor, sé lógico.– con la mano le hacía gestos para que bajara la varita. – Si
realmente quisiera perjudicarte no te diría nada de esto, y si piensas que quiero matarte
créeme que este sería un plan muy mal elaborado.

– De acuerdo, seré lógico. Estás en Hogwarts diciendo ser una muggle pero tu
comportamiento dice todo lo contrario, recorres el castillo como si te lo conocieras de
memoria, no estás alterada por la magia, conoces la cámara de los secretos y dijiste que
escogiste Gryffindor solo por mí, sin mencionar que te vimos hablando muy amistosamente
con Malfoy! Todos los hechos dicen que tú no eres de confiar. – la morena no supo qué decir
por unos segundos.

–No eres tan tonto como yo pensaba.– pudo balbucear al fin.– Pero estas malinterpretando
todo, si bajas la varita te diré la verdad.

– ¿Toda?

– No, aún no estás listo para toda la verdad pero te la diré.– aseguró ella. Harry, aún
escéptico, bajo la varita. – Como te dije antes tengo la teoría de que vengo de otra dimensión,
¿Cómo sucedió? No tengo la menor idea, pero así puedo asegurarlo.– se acercó cautelosa
tomando la mano de Harry llevándolo lejos del basilisco e instándolo a sentarse a su lado en
el suelo.– Mira…Soy una muggle pero conozco al mundo mágico y la razón es porque en mi
dimensión tu mundo no existe…–Harry estuvo a punto de decir algo pero ella se le adelantó.–
No me expliqué bien, existen pero como un libro de fantasía.

– Libros…– bufó.– Sí claro. ¿Sabes lo absurdo que suena eso?

– Es la verdad, sino ¿Cómo sabría todo lo que sé? – se defendió, no creía que convencer a un
Gryffindor fuera tan difícil.– Conozco todo sobre ti, tu vida, tu familia, lo que ha sido tu vida
en Hogwarts…Hagamos esto pregúntame lo que quieras y yo lo responderé, así veraz que no
es mentira lo que te digo.

– Bien… ¿De quién era el libro que encontré en el baño de niñas del segundo piso?

– El diario de Tom Marvolo Riddle. – respondió sin titubear. Harry abrió los ojos
sorprendido, sólo Dumbledore sabía eso.

– ¿Qué le hizo Hagrid a mi primo Dudley el día de mi cumpleaños? – le preguntó seguro de


que esta no la iba a saber.

– Le hechizó para que saliera una cola de cerdito. – se rió ante el recuerdo.

– Si…eh… ¿A dónde me quería enviar el Sombrero Seleccionador?

– Slytherin, pero le rogaste que no querías estar en Slytherin así que te puso en Gryffindor. –
Harry se quedó pasmado, eso sí que no se lo había dicho a nadie nunca, ni siquiera a sus
amigos. Potter se levantó alterado alejándose de ella.

–¿Cómo puedes saberlo? Nadie lo sabe ¿Por qué tu si? – miro a la chica con el ceño fruncido.

– Harry escúchame, lo sé porque desde que tengo 11 años me gustó el mundo de Harry
Potter, nunca me perdí ninguna de las películas y no diré que me leí todos los libros porque es
mentira pero conozco todo sobre ti porque en mi mundo ustedes son una fantasía. No tengo
idea de porque llegue aquí pero mi intención no es hacer mal. Solo quiero evitar muertes
innecesarias.– ella se acercó a Harry, tocándole el hombro para que la viera.– Harry mírame,
no te estoy mintiendo, aun si es difícil de creer esa es mi verdad.– dándole una suave caricia
en la mejilla se alejó.– Es tu decisión creerla o no.

Harry se le quedó mirando largo rato no sabiendo qué pensar, al rato Katerina se alejó
caminando hacia el basilisco, Harry le vio quitarse la túnica y usarla para cubrir sus manos
para sacar los dientes del basilisco del esqueleto.

–¿Qué haces? – le cuestionó acercándose a ella.

– Necesito el veneno del basilisco y estos dientes están impregnados con el veneno. – hizo
fuerza con un diente que estaba particularmente atorado.

– ¿Para qué? – insistió. Con un suspiro la morena volvió a hablarle.

– Quiero evitar que Voldemort renazca pero para eso hay que eliminar todos los Horrocruxes
y el veneno de basilisco es el mejor método.

– ¿Qué es un Horrocruxes? – interesado por el tema se acercó a ayudar a sacar el colmillo.

– Es… emm… ¡Ya sé! ¡El diario de Tom era un Horrocruxes! Un Horrocrux es un objeto
muy poderoso en el que un mago ha ocultado un fragmento de su alma con el propósito de
alcanzar la inmortalidad. ¿Comprendes? – logró sacar el colmillo y se lo pasó a Harry, ya
llevaba 3 colmillos con ese.

– Tiene sentido. Tom dijo que era un recuerdo y que en cuanto Ginny muriera él cobraría
vida… Alto, dijiste Horrocruxes ¿Eso quiere decir que hay más de uno? – preguntó Harry
horrorizado. Katerina dejó de lado su tarea para fijar los verdes ojos en los de Harry.

– Te estas desviando del tema, mira Harry te traje aquí para decirte que quiero ayudarte, por
eso te he contado parte de lo que sé, para que confíes en mí. Quiero ayudarte a acabar con
esta absurda guerra de poder, y para eso tienes que saber dónde estás parado.– tomó aire. – Si
quieres mi ayuda debes confiar en mí y mi palabra sino de nada sirve que estés aquí.

Potter miró largo rato a Katerina sin saber qué hacer, por un lado la posibilidad de que su
mundo fuera un libro era ridículo y el hecho de que ella supiera todo lo que sabía
simplemente respalda esa descabellada idea. Al mismo tiempo todo lo que dijo era
extremadamente correcto y parecía que sabía exactamente de qué hablaba…. ¿Qué decisión
debía tomar?
–Mira, entiendo que no confíes en mí de un momento a otro, así que piénsalo y luego me
dices.– simplifico ella al seguir quitando los colmillos con mucho cuidado de no pincharse
con uno.– También te agradecería que no dijeras nada de lo que te he dicho a nadie,
especialmente a Dumbledore.

–¿Por qué? Noté eso en la cabaña de Hagrid. No te acercas a él pero con Snape no dudaste ni
un segundo en ir a su lado.

–Tengo mis motivos, Harry. – se fijó en la túnica que sostenía Harry, ya tenía 6 colmillos, eso
era suficiente.

–Me pides que confíe en ti pero cuando te pregunto algo directamente no me dices nada.
¿Cómo pretendes que confié en ti?

–Mi opinión sobre Dumbledore es muy particular, no quiero confundirte. – Harry se cruzó de
brazos con la mandíbula apretada, Katy no pudo más que suspirar. – Yo creo que Dumbledore
es alguien en quien no se puede confiar. Su sentido de justicia es muy retorcido y no quiero
ser una más de sus manipulaciones. Si él no sabe cuánto es lo que se, tendré la libertad de
moverme como yo quiera y no como él espera que lo haga.

– El….el profesor Dumbledore no actúa de esa manera.– intentó defenderlo Harry. Katerina
simplemente rodó los ojos y decidió que era hora de volver. – ¡Debes decirle todo esto! Todo
lo que me dijiste, si es cierto entonces él debe saberlo…él sabrá qué hacer.

Ya en ese punto Katerina estaba molesta y se giró a Harry con el ceño fruncido. – Mira Potter
desde ahora te digo que si quieres confiar en Dumbledore y seguir siendo su pendejete pues
¡Bien por ti! ¡Pero yo no soy muñeca de nadie! – con rabia le arrebató su túnica con los
colmillos. – Cuando te des cuenta quien es Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore
realmente puedes venir a mí y con gusto te diré toda la verdad que siempre te han negado.
Mientras tanto mantendrás todo lo que te he dicho en secreto.– le picó el pecho con el dedo
enérgicamente.– Voldemort será la última de tus preocupaciones Potter.– la morena comenzó
a caminar dejando atrás a un Harry que seguía con los ojos muy abiertos.– Muévete Potter, tú
tienes que sacarme de aquí.– a pesar de su tono Harry de todos modos camino a su lado,
ninguno sin decir nada el resto del trayecto.

Chapter End Notes

BIEN! Por ahora eso es todo, como han visto hasta ahora mi odio por Dumbledore no
tiene límites XDD También quería decir alguna vez el nombre completo de Dumbledore,
por alguna razón me causa gracia.
PIDIENDO AYUDA
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

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Llegó a la puerta del despacho escuchando voces discutir. “Tenemos que cancelar el torneo
ahora que Hagrid ha encontrado muerto a Crouch!” se escuchó la voz de Dumbledore. Harry
se sobresaltó al descubrir ese hecho. “¡No voy a cancelar el torneo!” ahora se escuchó la voz
del Ministro de Magia. Ambos hombres continuaron discutiendo hasta que ojo loco hizo
notar que la conversación ya no era privada y reveló a un confuso Harry en la puerta.

–Señores, esta conversación ya no es privada. – dijo Moody a ambos magos que


inmediatamente dejaron de discutir al ver a Harry parado en el umbral de la puerta.

– Harry. – reconoció el ministro. – Que gusto verte de nuevo.

–Puedo regresar luego, profesor .– tartamudeó el moreno al verse descubierto .– Puedo volver
después, si lo desea.

–No es necesario Harry.– se adelantó Dumbledore con una voz amable. – El ministro ya se
iba. Ministro lo sigo. – después de ofrecer caramelos de limón a Harry y que Moody lo
escrutaba con la mirada dejaron al joven solo en el despacho del director. Potter sin nada más
que hacer tomó varios de los caramelos señalados, se asustó al ver que comenzaron a
morderle. Cuando quiso pisarles descubrió que detrás de él se abrían unas puertas y dejaban a
la vista una fuente de piedra, curioso como es se acercó para ver de qué se trataba.

Un bowl plateado con agua lleno de hilos plateados. ¿Qué es esto? pasó por su mente, sacó la
varita tocando la superficie del agua, por accidente activó uno de los hilos que le jalo dentro
de un recuerdo.

¿Qué está pasando?

En el recuerdo vio a Dumbledore, Moody e Igor Karkarov, mugriento y dentro de una jaula.
Éste daba nombres al Wizengamot y Crouch anunciaba si estaban vivos o muertos, Harry se
escandalizó al escuchar el nombre de Snape y aún más al descubrir la información que daba
Dumbledore sobre el pocionista, y entonces lo oyó.

< Sé que ésta persona participó en la captura y usando la maldición Crusiatus ¡Torturó al
auror Frank Longbottom y a su esposa!>
< ¡El nombre! ¡Deme el maldito nombre! > Gritó Crouch harto del prisionero.

<Barty Crouch… Junior> Murmuró con saña y un asombro general se hoyo en la sala. Harry
pudo ver al hijo de Crouch y se asombró de que las palabras de Moody eran ciertas Crouch,
con un corazón de piedra mandó a su propio hijo a Azkaban .

Ahí terminó el recuerdo, salió trastabillando de éste, topándose con el profesor Dumbledore
que lo esperaba tranquilamente al lado de la fuente de piedra.

– La curiosidad no es pecado. Pero debes tener precaución.– lamentablemente Harry pecaba


mucho de curioso. – Es un pensadero. Es muy útil cuando tienes muchos pensamientos en la
cabeza. Me permite volver a ver cosas que ya he visto. Verás, he estado buscando y buscando
algo.– el viejo se separó del pensadero caminando por la habitación, Harry aun en shock por
lo visto no decía nada solo seguía al director con la mirada.– Algún pequeño detalle, algo que
quizá se me pasó, algo que pueda explicar por qué han pasado estas cosas terribles. ¡Cada vez
que me acerco a la respuesta, se me vuelve a escapar! – dijo con frustración yéndose a sentar
a un escalón detrás de una estatua. – Es enfurecedor.

– ¿Señor? Al hijo del señor Crouch ¿Qué le pasó exactamente?

– Fue enviado a Azkaban. Destruyó a Barty tener que hacerlo.– murmuró con tristeza. – Pero
no tenía más remedio. La evidencia era abrumadora. ¿Por qué preguntas? – miró a Harry
directamente, sus ojos azules brillando.

– Es que…– comenzó Harry, tarde dándose cuenta de que no debería haber hablado, no es
que creyera que lo dicho por Katerina más temprano fuera verdad, pero ella ya había
sembrado la duda en su interior, aun así continuo. – Tuve un sueño acerca de él.–
Dumbledore alzó una ceja.– En el verano, antes de la escuela.– el director se levantó de la
fría piedra y Harry procedió a contarle su sueño, sobre ver a un Voldemort poco humano, cola
gusano y Crouch Junior, también se acordó que Katerina había dicho que sus sueños no eran
solo sueños sino una realidad ¿Sería cierto?

– ¿Has tenido otros sueños así? – preguntó Dumbledore y Harry afirmó.

– Siempre es el mismo. – el viejo se separó de Harry y se fue a recargar en el pensadero,


Harry preocupado no quiso quedarse con la duda. – Señor…lo que veo, ¿No cree que esté
sucediendo realmente, verdad? – necesitaba que le dijeran la verdad.

– Creo que es insensato pensar mucho en esos sueños.– respondió después de un momento de
pensarlo.– Creo que lo mejor sería…– llevo su varita a su cien y sacó un hilo plateado
dejándolo caer con los otros en el pensadero. –… Que te deshicieras de ellos.

Esa respuesta decepcionó mucho a Harry, él quería una respuesta más clara, él quería la
verdad. Dumbledore no es alguien en quien puedas confiar había dicho Katerina segura de
sus palabras.

Cuando el moreno llegó a la sala común quiso hablar con Katy pero Hermione le había dicho
que no sabía dónde estaba, decepcionado se sentó al lado de Hermione y Ron, quiso contarles
lo de Dumbledore y también lo que había dicho Katerina pero ella fue muy clara en que esa
información no debía divulgarse a absolutamente nadie.

–¿Para qué quieres saberlo Harry? – dijo la castaña sacándolo de sus pensamientos. Titubeó
un momento pero logró responder.

– Me dijo que me iba a mostrar un mapa dónde queda Venezuela , ¿Tú sabes dónde está? – la
expresión de su amiga le dijo a Harry que ella no lo sabía y si había algo que molestara a
Hermione era no saber algo. Con eso Hermione se distraerá un rato.

Mientras Katerina recorría una zona lúgubre del castillo, las mazmorras eran más oscuras y
frías de lo que se había imaginado y también llenas de mucho polvo y moho lo que le hacía
estornudar constantemente, llegó a perderse en varias ocasiones hasta que de casualidad se
encontró con un cuadro al cual le pidió la dirección y por fin había llegado, frente a ella
estaba el despacho de Severus Snape.

Sabiendo que probablemente no sería invitada por las buenas toco la puerta. Al principio no
se escuchó nada por lo que volvió a tocar, esta vez el sonido de pasos y el chirrido de una
puerta se oyó desde adentro, antes de lo que esperaba el rostro amargado de Snape apareció
frente a ella.

– ¿Qué haces aquí? – le espetó el mayor.– No quiero tener que verte más de lo necesario.

–Necesito hablar contigo. – respondió ella medio titubeante.

–No tenemos nada de qué hablar. – estuvo a punto de cerrarle la puerta en la cara pero
Katerina fue más rápida y plantó una mano en su pecho, el pocionista se quedó estático ante
semejante atrevimiento.

– Por favor. Es importante. – imploró. En ese momento lo que menos necesitaba era
comportarse como una altanera, necesitaba el favor de Snape y era primordial tenerlo en
buenos términos. Severus por otra parte no sabía qué pensar, estaba molesto y curioso a
partes iguales, esta chiquilla tenía el descaro de plantarse en su despacho! Pero no puedo
pensar en ella como una niña . Fue el pensamiento de Severus al recordar las identificaciones
que encontraron en el bolso de ella clandestinamente. Ninguno sabía absolutamente nada, al
menos no más de lo que decían los documentos muggles que cargaba encima.

Aun cuando él mismo la vio caer en el lago por un misterioso portal siempre estaba la
posibilidad de que fuera una trampa, pero una pequeña lamina quitaba toda sospecha de ella,
pues en ésta estaba impresa el nombre completo de Katerina, un numero el cual no sabía de
qué servía, su sexo, firma y fecha de nacimiento, según la lámina ella aun no debería existir,
su fecha de nacimiento decía “03–02–1995” y estaban en el 1994.

–¿Severus? – volvió a llamar la morena sacándolo de su ensimismamiento.

– No te he dado permiso de tutearme. – le contestó en tono hostil. Pero de todos modos se


apartó de la puerta. – Entra. – ordenó. Ella no pareció inmutarse por el tono, al entrar en el
despacho del hombre lo único que pudo pensar fue: La realidad es mejor que la ficción.
Al entrar lo primero que se veía era un escritorio grande de labrada madera oscura, dos sillas
de buen tamaño que hacían juego con el escritorio y una más grande detrás de esta, con
mucho más detalle y tapizada con una exquisita tela color verde. Al lado derecho había un
pasillo que conectaba con una puerta, Katerina supuso que por ahí conectaba con las
habitaciones del hombre. El lado izquierdo en cambio estaba lleno de estanterías y vidrieras
de todos los tamaños, la mayoría estaban atiborradas de libros viejos y volúmenes extensos,
suponía que casi todos eran sobre pociones y magia oscura, el resto del espacio era para
frascos con todo tipo de pociones. Ella se preguntó dónde estaría su laboratorio personal. A
grandes rasgos el lugar necesitaba más iluminación y sin duda un poco más de orden, el
escritorio estaba perfectamente ordenado pero el resto del lugar era otra cosa, los pergaminos
se desbordaban de las estanterías y algunos frascos de pociones necesitaban ser rellenados.

Mientras Katerina analizaba el lugar Severus la analizaba a ella. ¿Qué podía ser tan
importante para que ella viniera a su despacho? Tampoco se sentía intimidada por su
presencia y eso le molestaba… mucho. Desde que se unió a los mortífagos y después como
profesor de Pociones nadie se le había vuelto a revelar tan descaradamente, puede que no le
agradara a nadie y algunos incluso no dudarían en matarlo pero estaba ese aire de respeto o
por lo menos en el caso de los mortífagos cierto grado de envidia por su cercanía con el Lord
Oscuro en su momento. Y ella, ahí frente a él como si nada curioseando su despacho ¿Cuán
impertinente se podía ser?

Con razón escogió quedarse con los Gryffindor pensó con irritación el mayor. Sus
pensamientos se cortaron cuando escuchó una risita.

–Que serio.– se burló la morena suavemente.– Mira…– comenzó ella con un suspiro tratando
de relajarse en la silla.– Entiendo que no empezamos con los mejores términos, estoy
consciente de que mi actitud tampoco es un punto a mi favor y realmente no espero que
confíes en mí a la primera. Pero en serio necesito de tu ayuda. – Severus alzó una ceja ante
eso. ¿Dónde demonios quedó toda la arrogancia Gryffindor?

– Porque ambos queremos que esta guerra acabe con el menor número de heridos o por lo
menos con las personas que nos importan: Draco, Lucius. – mirando a los ojos oscuros
directamente. – El hijo de Lily Potter.

El pocionista se crispó en su lugar ante la mención del nombre, inmediatamente poniéndose a


la defensiva. – ¿Cómo te atreves a nombrarla?

–Lo haré si con eso logro que me escuches. – respondió sin inmutarse. Respirando hondo
Severus contó hasta diez, ella era solo una muggle y podía controlarla de ser necesario. – Si
ambos cooperamos podemos ganar esta guerra y tú serías libre de cualquier manipulación.
Cumplirías tu promesa a Lily.

El pocionista tuvo ganas de reírse pero se controló.– Cooperar dices. ¿Qué podría necesitar
de ti?

–Carezco de magia y fuerza pero tengo conocimiento, tu sabes que eso es algo invaluable y te
consta. – ella se cruzó de brazos no dispuesta a perder esa batalla. – Estoy dispuesta a
compartir todo lo que sé contigo pero necesito de tu completa colaboración.
Una oferta arriesgada, prácticamente suicida, ella tenía tanto que perder se estaba exponiendo
ante él sin ningún tipo de restricción ¿Acaso no se daba cuenta en el peligro en que se estaba
metiendo?

–¿Cómo sabes que no te atacaré por la espalda y te llevaré ante el Señor Oscuro para que te
torture hasta la demencia?

– Confío en ti. – respondió Katy sin vacilar.

¡La chiquilla estaba loca!

–¡No soy una niña! – retrucó ella.– Tengo 20 años. Sé los peligros que corro y por eso vine
contigo.– bajo la voz mirando a Snape con el ceño fruncido.– Mira…– suspiró pasándose los
dedos por la nariz prácticamente enferma con la discusión, ella no servía para pensar en
artimañas elaboradas.– Te lo diré de esta manera. Si me ayudas terminaremos con Vold…–
Katy notó lo tenso que se pusieron los hombros del profesor cuando mencionaba el fatídico
nombre, reprimiéndose comenzó de nuevo. – Terminaremos con el Señor Tenebroso antes de
que termine el año escolar ¿No es maravilloso? No te volveré a pedir nada. Sales ganando tú,
gana Harry, gana todo el mundo mágico.

– ¿Qué ganas tú? – escupió el pocionista aún receloso.

– Una aventura inimaginable. Solo eso. – ella se encogió de hombros como si fuera lo más
obvio. – No busco fama, ni fortuna, tampoco reconocimiento… Al menos no aquí.– aclaró. –
Nada de eso me sirve en una dimensión a la que no pertenezco.

¿Realmente podría confiar en sus palabras? No. No podía confiar en ella ni en nadie, todos
eran sospechosos hasta demostrar lo contrario, pero ella quería también acabar con la guerra
¿Sería alguna clase de trampa? Tantas preguntas y todavía no tenía ninguna respuesta.

Viendo que el mago estaba oDiosamente callado pensando en cuál sería la trampa de sus
palabras prefirió sacarlo del conflicto interno.– Sev… – ignoró el gruñido de que no tenía
permiso de tutearlo. – Te lo vuelvo a repetir, no necesito que confíes en mí, sólo quiero que
colabores conmigo…No puedo hacer esto sin ayuda.– hizo una larga pausa evaluando la
expresión del pocionista.– Te necesito.

El tono bajo de voz junto a esos anhelantes ojos verdes hicieron que su corazón se saltara un
latido ante las sinceras palabras No son sinceras, sólo intenta manipularme se recordó a sí
mismo. Mirándola por un largo minuto Severus evaluó todos los pros y contras. Es una
muggle. No hará ningún peligro escucharla.

–De acuerdo ¿Qué tienes en mente?

Chapter End Notes


Por fin llegamos a donde nos quedamos la última vez. Les recuerdo a los lectores que
me siguen desde el principio que lean los cambios que hice, no son muchos pero afectan
la trayectoria de la trama, también corregí la ortografía. Gracias por ser tan pacientes.
Aprovecho para hacer una pequeña encuesta:
¿Drarry o Harco?
Contesten en los comentarios. Se les quiere!
TOMANDO DECISIONES
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

¡Estaba loca! ¡Completa e irremediablemente loca!

¿Cómo se le ocurrió a ella formar semejante artimaña?

¿Quién creía ella que era para jugar con fuego? Un fuego peligroso y mortal que terminaría
matándolos a todos.

Severus se paseaba por sus aposentos privados de un lado al otro, pensando, no podía
mantenerse quieto, no después de la visita que le hizo Katerina hace poco en la oficina, la
morena dijo que quería ayuda, claro que necesitaba ayuda, lo que tenía planeado era
completamente inalcanzable para cualquier muggle.

Conozco mis limitaciones y por eso sé que te necesito .

Le había dicho con completa convicción, ni siquiera titubeó cuando se lo dijo.

Estoy decidida a seguir con esto con o sin tu ayuda.

– Mocosa suicida. – bufó el profesor dejándose caer al fin en un sillón cerca de la chimenea.
Esa era una clara táctica de manipulación, quería hacerlo sentir culpable por no apoyarla en
su loca idea y prácticamente regalársela a la muerte, eso era pero no se iba a dejar ¡Claro que
no!

Volvió a levantarse para seguir caminando, ella misma lo dijo, iba a continuar a pesar de que
no le diera su ayuda. Dejándose caer en un sofá de dos plazas con tapicería de cuero oscuro
recordó a todas las personas que perecieron durante la primera guerra, las que había matado y
a las que no pudo ayudar, a su amada Lily que a pesar de sus esfuerzos por salvarla murió a
manos del Señor Tenebroso, ahora Katerina le estaba dando una oportunidad para redimirse,
mucho más efectiva que la de Dumbledore.

Atacaremos la raíz del problema. Había dicho ella, ciertamente, su plan era atacar antes de
que el Señor Tenebroso pudiera recuperar sus fuerzas, el día de la última prueba, si su plan
tenía éxito el número de muertes sería mínima y la guerra prácticamente acabaría pero si
llegaban a fallar…
–Las consecuencias serían catastróficas.– se dijo a sí mismo, recordaba que le había dicho lo
mismo a Katerina y ella con una sonrisa le dijo que era un riesgo que había que correr. Una
vez más se preguntó si sus intenciones eran las que de verdad ella decía o si tenía otro motivo
oculto.

Tendría que meditarlo muy seriamente antes de darle una respuesta definitiva a su petición.

MOWMOWMOW

En las mazmorras de Slytherin Draco estaba recostado en su cama con un libro de pociones
abierto en el regazo, hace más de 10 minutos que no pasaba de página y se quedaba viendo el
enorme ventanal que daba al lago negro pensando en Katerina, en sus palabras respecto a
Potter.

Potter …

Suspiró en sus pensamientos, desde la primera vez que lo vio quiso ser su amigo, tal como su
padre le había enseñado quiso demostrarle las ventajas de ser su amigo y el terrible error que
cometía al ser amigo de un pobretón como lo era Weasley. Y el miope de Potter se atrevió a
rechazarlo en frente de todos los de primer año cuando quiso darle la mano.

–Ay Draco. Draco, Draco, Draco.– repitió una y otra vez Katerina esa mañana cuando ella,
de algún modo que todavía no comprendía, logró hacerlo hablar sobre ese episodio de su
niñez durante esa mañana cuando lo emboscó en el desayuno.– ¿De verdad estás resentido
por eso? Eran unos niños. Tienes que admitir que fuiste un poco prepotente.

– ¿Cómo te atreves? – empezó a decirle indignado pero ella lo calló poniendo su mano en su
boca.

– Primer paso para ser un excelente adulto “Admite tus propios errores”. Segundo paso “No
hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti”. Son muy importantes Draco, sobre
todo si quieres realmente acercarte a Harry.

– Yo no quiero acercarme a Harry. – logró decir cuando se quitó la mano de ella de encima,
arrugó la nariz con asco, un gesto que copió de su madre hace mucho tiempo. – No me
interesa para nada Potter.

– No me vengas con eso. – se burló ella.– Si no te interesara no te esforzarías con tanta


fuerza para que te notara, aunque fuera negativamente.

– Yo no…

– Escucha, no te voy a recriminar nada sólo trata de pensar en la clase de atención que
quieres que Harry te dé. Olvida todo, sus peleas, los insultos, los bandos, tus padres…–
Draco quiso protestar pero ella no le dejó.– Olvida todo y piensa muy bien en lo que
realmente quieres Draco, eres dueño de ti, de tu destino y tus sentimientos. Éste es un buen
momento para que recapacites.

– ¿Quién te crees que eres? – ella se encogió de hombros luego sonrió.

– ¿Tu ángel guardián?

Después de eso la conversación entre ellos fluyó de manera casi natural, por mucho que le
desagradaran los muggles –aunque tenía que admitir que era un desagrado aprendido y no
porque realmente sintiera puesto que nunca había interactuado con un muggle directamente y
los nacidos de muggle no contaban, ellos seguían teniendo magia a pesar de sus
progenitores– ella había sabido darle la vuelta para iniciar una conversación y en ningún
momento se alejó a pesar de los insultos o cualquier otra cosa que pudiera haberle dicho.
Katerina se mantuvo tercamente a su lado, incluso tuvo la desfachatez de saludar a Potter y
sus amiguitos cuando entraron al gran comedor.

Con la conversación fresca en su mente salió del gran comedor encontrándose con Potter, se
quedó congelado, no sabiendo exactamente qué decir, ¿Podría Katerina haberle dicho lo que
hablaron ellos a Potter? La creía muy capaz pero cuando Potter le preguntó se sintió sólo un
poquito aliviado porque él siguiera en la ignorancia de tan bochornosa conversación, apenas
pudo comportarse como el patán que normalmente era antes de dejarlo en el pasillo.

Y ahora no podía dejar de pensar en Potter bajo esa nueva luz. Olvidando todo, como si
fueran completos desconocidos, ¿Podría ser así de cínico para acercarse a Harry a pesar de
todos los problemas anteriores que se causaron el uno al otro?

–Imposible que sea así de fácil.– desestimó con un bufido. Trató de volver su atención al
libro en su regazo. No podía hacer caso a las palabras de una muggle, ella no sabía nada de él
ni de Potter, ni del mundo mágico.

MOWMOWMOWMOW

Para cuando Katerina entró a la sala común de Gryffindor ya no quedaban muchos


estudiantes a esa hora, algunos mayores y por supuesto el trío dorado que estaba acomodado
en un sillón mullido frente a la chimenea, Hermione como siempre devoraba algún libro
quizás para ayudar a Harry con el Torneo mientras Ron y Harry se entretenían en un juego de
ajedrez mágico.

Fue interesante ver, aunque fuera desde lejos, el juego de piezas móviles, en realidad era
mucho mejor, era como si las piezas tuvieran vida. Con una sonrisa continuó su camino a los
dormitorios de chicas.

Harry la vio pasar pero no dijo nada, se quedó pensando en la conversación que tuvieron en
la cámara de los secretos, tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no escuchó a Ron
hasta que el pelirrojo le lanzó un almohadón en la cara.

–¡Oye!

– Es la tercera vez que te llamo y no respondes.– reclamó Ron.


– Ah. Lo siento. – se disculpó vagamente el pelinegro masajeando su frente. Hermione al ver
el gesto se preocupó.

– ¿Estás bien?

– ¿Eh? Ah, no…Es decir, sí. Estoy bien. – dejó el juego de mesa de lado para poder
recostarse del sofá en el que estaba sentada Hermione.

– ¿Te preocupa la tercera prueba? – aventuró Ron.

Esa era una buena excusa para no decir realmente lo que pensaba, al menos una excusa a
medias puesto que sí le preocupaba la tercera prueba…Quizás…

–¿Han pensado que tal vez el profesor Dumbledore nos esté ocultando cosas? – tentó.

–Harry, por supuesto que Dumbledore oculta cosas. – saltó Hermione enseguida y Harry se
enderezó para mirarla con algo de esperanza. – Pero es algo que hace por nuestro bien. –
Harry se sintió decepcionado por esa respuesta.

– No puedes estar hablando en serio. – protestó con el ceño fruncido ¿Así de ciega era su
confianza en Dumbledore que ni siquiera se detenían a preguntarse por qué ocultaba
información?

– ¿Por qué no habría de estar hablando en serio? – preguntó Ron confundido. – ¿Qué podría
estar ocultando de todos modos?

– No lo sé.– rezongó Harry frustrado por la falta de interés de Ron.

– Harry, si de verdad fuera importante Dumbledore te lo diría.– dijo Hermione quitándole


peso al asunto.

¿En verdad se lo diría? Por la conversación que tuvieron en el despacho del director lo
dudaba mucho, y viendo en retrospectiva hubo muchas que Dumbledore no le dijo en años
anteriores, como la presencia de la Piedra Filosofal en el castillo, que Sirius Black es su
padrino, que Remus Lupin es un licántropo, todas esas cosas tuvo que descubrirlas él mismo
arriesgando su cuello y el de sus amigos y a todos esos secretos hay que agregarle la muerte
de Barty Crouch, el profesor no le informó de su muerte aunque tocaron el tema de Barty
Crouch Jr.

–Harry...– llamó de nuevo Hermione.

–De verdad estoy bien. – se adelantó a contestar Harry, levantándose del suelo dejó el juego
de ajedrez por la mitad. – Lo siento, estoy algo cansado, los veré en la mañana.– sin esperar
respuesta subió las escaleras del lado derecho.

Hermione y Ron se quedaron mirando la escalera preocupados, Harry estaba muy raro desde
que salió en la mañana del comedor.

–¿Crees que esa chica tenga algo que ver? – preguntó Hermione a Ron.
– No lo sé. ¿Qué pudo haberle dicho?

– No sé pero pudo haberle estado llenando la cabeza con ideas raras, a Harry nunca se le
ocurrió desconfiar del profesor Dumbledore hasta que llegó ella.

– ¿Por qué desconfiaría de Dumbledore?

– ¡Exacto! Es el mago más poderoso de todos. – dijo Hermione con esa expresión de
admiración que tenía por los adultos.

MOWMOWMOWMOW

Ya acomodado en su cama, con el pijama puesto y un libro de Defensa en sus manos Harry
pensaba en todo lo que sucedió ese día, por alguna razón inexplicable sus pensamientos se
desviaron al momento en que vio a Malfoy sonrojado, nunca le había visto esa expresión,
altanería, orgullo, prepotencia pero jamás vergüenza, se veía tan diferente…

–Concéntrate.– se regañó a si mismo por pensar en algo tan tonto. En cambio pensó en la
propuesta de Katerina, ella dijo que le diría la verdad. – No tengo nada que perder. – fue la
conclusión a la que llegó, luego se puso a practicar algunos hechizos de defensa, tenía que
seguir estudiando para la tercera prueba.

MOWMOWMOWMOW

En su despacho Dumbledore rumiaba los sucesos ocurridos en los últimos días, no se suponía
que sucediera de ésta manera, Barty estaba muerto y Fudge se preocupaba mucho por la
opinión pública, tanto que era molesto.

Por suerte Harry todavía seguía el plan, hasta ahora era el único que actuaba como debería
hacerlo porque incluso Allastor no actuaba como él mismo, seguramente sería algún espía
aunque no sabía de quien se trataba, las protecciones del castillo no era lo suficiente fuertes
para revelarle la identidad del impostor. Aunque todavía no causaba ningún daño, lo dejaría
estar por el momento, con suerte podría descubrir su plan.

Siguiendo con la enumeración de todas las cosas que no estaban bien se topó con otro
problema, la muggle, normalmente no sería un problema, un hechizo desmemorizador y
soltarla en el Londres muggle sería suficiente pero ella ya había manifestado la poca
confianza que le tenía, ni siquiera dejaba que se le acercara.

–Maldita mocosa. – masculló para sí.

Por otro lado ella misma se puso en una situación vulnerable al pedir quedarse al lado de
Severus, tan sólo tendría que ordenarle al profesor que se encargara de ella lo más
discretamente posible y pronto dejaría de ser un estorbo. Sí, eso sonaba como una buena
solución, tendría que investigar cómo fue que en primer lugar llegó aquí, el mismo incidente
no podía ocurrir una segunda vez.

Total. ¿Qué daño puede hacer una muggle?


PLANEACIÓN
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

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La mañana siguiente fue como cualquier otra, todo el cuerpo estudiantil incluyendo a las
escuelas invitadas y sus respectivos profesores fueron a desayunar al gran comedor, parecía
que había una buena integración entre los estudiantes, sobre todo entre Dumstrang y
Slytherin.

Karkarov se sentó junto a Snape mientras que Madame Maxime se sentó al lado de Hagrid
para conversar, esos dos construían una relación bastante estrecha conforme pasaban los días.
La única diferencia notable en el comedor parecía ser…ella.

Mientras hablaba con Karkarov miraba de reojo la pequeña figura, el uniforme escolar
ocultaba bastante bien sus curvas femeninas y su falta de tamaño la hacía pasar fácilmente
por una estudiante de cuarto año. Con una mirada más exhaustiva Severus notó que tenía la
nariz roja, Gripe, seguramente , pensó el profesor, a pesar de eso hacía el mismo escándalo
que el resto de los molestos Gryffindors.

Después de pasar buena parte de su noche meditándolo al final había decidido que accedería
a colaborar con Katerina. Cuando la comida terminó todos los estudiantes fueron por sus
libros para la primera clase del día al igual que los profesores, Severus no tuvo mucha prisa,
ese día no tenía clases sino hasta media mañana por lo que aprovecharía ese tiempo para ir a
su laboratorio privado, el cual recordó tardíamente ahora tenía acceso la pequeña intrusa en
vista de que le forzaron a tomarla como ayudante. Gruñó en descontento al pensar en una
muggle manipulando ingredientes tan delicados de pociones.

Cuando llegó al pasillo que llevaba a su laboratorio se detuvo al escuchar un tarareo que
resonaba en las paredes, con horror se dio cuenta que provenía del interior de su laboratorio,
caminando sigilosamente se acercó a la puerta escuchando la tonada, adentro estaba Katerina
sentada en un taburete alto, con las piernas balanceándose, aparentemente aprovechando la
acústica de las mazmorras, Severus se quedó quieto en el marco de la puerta cuando empezó
a cantar.

– “Never knew I could feel like this. Like I've never seen the sky before”.– comenzó ella con
voz suave sin notar la presencia del mago.– “I want to vanish inside your kiss. Every day I'm
loving you more and more…”
Por Merlín, no podía cantar algo más empalagoso y sensiblero , Snape bufó en desprecio,
sólo un Gryffindor podría cantar una tonta canción de amor.

–“Listen to my heart, can you hear it sings. Telling me to give you everything.– con cada
palabra su tono subía un poco más, entusiasmándose con la letra, Katerina tendía a tener un
voz chillona, pero la acústica del cuarto la ayudaba a vocalizar en un tono más bajo.–
“Seasons may change, winter to spring, but I love you until the end of time”

Sí, claro . Despreció el maestro de pociones.

–“Come what may. Come what may. I will love you until my dying day”(1).– terminó con
una larga nota, tuvo que sorberse la nariz puesto que le era difícil cantar con la nariz tapada,
le daba una buena entonación pero se le dificultaba respirar.

– Espero que ya haya terminado de perder el tiempo con su tonta cancioncita de amor. – dijo
Severus entrando por fin al laboratorio, ella no se asustó al verlo en cambio le sonrió.

– ¿Te molesta que estuviera cantando o que fuera una canción de amor? – preguntó ella sin
hacer caso al tono amargo del hombre.

– Ambos. Ni siquiera entonas bien.

– No lo hago porque sea buena cantante sino porque es divertido. – Severus rodó los ojos.

– Como sea.– acercándose al fondo del laboratorio comenzó a preparar lo necesario para
abastecer las pociones de la enfermería.– No sé qué pretendes al haberle pedido al director
ponerte bajo mi tutela, no me sirves de nada.

– Seguro que me encontrarás algo útil que hacer. – dijo ella apoyando los codos en el mesón,
mirando atentamente como Severus se movía con precisa fluidez por todo el lugar. – En todo
caso lo pedí para poder estar cerca de ti. Es algo que nos conviene a los dos.

– ¿Cómo podría convenirme tener una enana insufrible con voz de ardilla que canta inútiles
canciones de amor revoloteando alrededor de mí? – con satisfacción vio cómo ella abría la
boca indignada.

– En primera: Auch! No soy enana, ya habíamos establecido que ustedes los ingleses son
demasiado altos. En segunda: Puedo cantar todas las canciones de amor que me dé la gana y
te aviso que ahora lo haré con más ganas porque sé que te molesta y tercero: Yo no revoloteo,
ni siquiera me he movido de éste banco.

– ¿Terminaste? – preguntó cortante. – Necesito que rayes el cuerno de bicornio(2) para la


poción pimentónica.– dejó el cuerno frente a ella junto a un rayador y un platito de vidrio
donde ponerlo.

– ¿Cuándo vas a hacer poción Oculus? – Severus ya se había rendido en eso de que no lo
tuteara así que simplemente iba a ignorarla pero la pregunta de la mujer hizo eco en su mente,
la miró con los ojos entrecerrados.
– Liberar a Potter de sus infernales gafas no hará ninguna diferencia, seguirá siendo un
mocoso arrogante, pagado de sí mismo y su fama. – despreció el profesor dándole la espalda.

– Sería una buena ventaja en el campo de batalla, pero no la quiero para Harry, a mí me
vendría muy bien un poco de esa poción.– dijo comenzando la tarea que le dejó el profesor,
tuvo mucho cuidado de no rayarse los dedos o las uñas.

– Tu no usas lentes. – le dijo en un tono pausado como si fuera una niña pequeña a la que se
le tenía que hablar despacio para que entendiera.

– De hecho si los uso, no veo nada sin ellos.– Severus le dio esa exasperante mirada que tenía
y ella captó lo que estaba pensado.– Los estoy usando ahora mismo.– con un dedo presionó
su iris con mucha delicadeza moviendo el lente de contacto color verde revelando que sus
ojos eran tan oscuros como los de Severus.– Tengo miopía y astigmatismo desde los 7 años,
si me quito los lentes estaré igual o más ciega que Harry.– parpadeó varias veces hasta que el
lente volvió a su lugar. Snape hizo un sonido descontento y volvió a hacer lo suyo. Katerina
frunció el ceño al verse ignorada.– Otras personas preguntarían sobre ellos, según recuerdo
los lentes de contactos blandos con color no existirán sino hasta un par de años después de
entrar al siglo XXI pero por supuesto a ti no te interesa para nada.– terminó por decir ella con
un puchero pero Snape continuó ignorándola. Ella tampoco volvió a hablar después de eso a
menos que fuera para preguntar algo pero no por eso se quedaba en silencio o no, ella
continuó tarareando, una canción después de otra. En la media hora que llevaban trabajando
Severus podía contar al menos 6 canciones diferentes, no conocía ninguna de ellas y gracias a
Merlín no cantó ninguna pero en este punto estaba a punto de ahorcarla.

– ¡Cállate! – terminó por decirle cuando volvió a la misma canción inicial de amor. – Si
tarareas una canción más…– comenzó amenazante.

– Me ignoras y pretendes que esté en completo silencio mientras trabajas. – se quejó ella
dejando de lado la raíz de Mandrágora y el cuchillo.

– Necesito concentrarme.

– Oh, por favor, no es una poción difícil, ni siquiera necesitas completa concentración para
hacerla.– volviendo a su tarea ninguno de los dos volvió a hablar y gracias al cielo ella no
tarareó aunque al mirarla de reojo notaba que movía los labios, probablemente cantando sin
hacer ruido, debía admitir que se estaba esforzando, claro que no le reconocería eso en voz
alta. Cuando dejó la poción a reposar a fuego lento se giró para verla, descubrió que lo
miraba fijamente y él se preguntó desde hace cuánto tiempo lo estaba haciendo.

Se aclaró la garganta para hablar. – He pensado en su propuesta. – dijo simplemente. Katerina


se inclinó sobre el mesón dándole toda su atención.– En vista de que tenga o no mi
participación usted pretende llevar a cabo lo que sea que esté planeando he decido ayudarla.–
Katerina sonrió, Severus temió que ella comenzara a jactarse de que haya cedido en cambio
tan sólo dijo:

–Gracias. – dijo sinceramente. Severus desvió la mirada incómodo.

– ¿Y bien? ¿Cuál es el maravilloso plan?


– De hecho esto es un poco largo y según tengo entendido tienes clases en unos minutos. –
mirando el reloj que colgaba de la pared el pocionista se dio cuenta de que apenas tenía unos
10 minutos para prepararse. – ¿Podemos reunirnos durante el almuerzo en tus aposentos?

¡Niña atrevida!

Pensó furibundo el profesor. – ¡No me pongas esa cara! Seguramente tienes puestos un
montón de hechizos de protección, nadie será capaz de escucharnos y créeme, nadie debe
escuchar lo que tengo que decir.

–¿Qué hay de Dumbledore?

– Mucho menos Dumbledore.– saltó ella enseguida. Severus lo pensó detenidamente, al final
asintió.

– Bien. Espero que no te retrases. – le advirtió con tono serio.

– Por cierto, vamos a necesitar la ayuda de Malfoy, sólo para que lo sepas.

– ¿Lucius Malfoy? – se permitió decir exceptico. – ¿Cómo pretendes convencer a Lucius de


que acepte ayudarnos?

– Te convencí a ti ¿No? – sonrió ella. Severus comenzaba a odiar esa sonrisa.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Desde hace rato sentía unos ojos clavarse en su nuca, contrario a su habitual valentía
Gryffindor no quería voltearse porque tenía la certeza de saber quién lo estaba mirando,
desde el desayuno podía sentirlo y no había querido corresponder esas miradas como otras
veces.

Desde su puesto Draco estaba concentrado en cualquier otra cosa menos en la clase, más
específicamente en un joven de pelo oscuro que se sentaba a dos puestos delante de él. Desde
esa primera conversación con la muggle una idea le rondaba por la mente

Olvida todo.

Sonaba tan sencillo, pero habían pasado tantas cosas desde su primer día de clases, las burlas,
los ataques verbales a veces con hechizos de por medio, ridiculizaciones en frente del cuerpo
estudiantil, dudaba mucho que Potter estuviera dispuesto a dejarlo de lado. La clase se pasó
en un suspiro y él no prestó atención para nada, resignado cerró sus libros, cuando Potter
pasó a su lado sus ojos automáticamente le siguieron, abrió la boca para llamarle pero al
último momento se acobardó, cerró su boca y terminó de recoger sus libros, con el ceño
fruncido Crabbe y Goyle le siguieron a la siguiente clase.

Para alivio de Harry la siguiente clase no era compartida con Slytherin, pudo descansar de la
insistente mirada de cierto rubio ojiplata, normalmente se hubiera volteado y le hubiera
murmurado un “Vete al diablo” pero ésta era una mirada diferente y no se atrevía a
corresponderla. Vaya Gryffindor pensó con ironía.
Desde la noche anterior había querido hablar con Katerina pero ella siempre le daba la vuelta
al asunto y lo evadía, con un vago gesto le decía que esperara pero sinceramente él no era una
persona muy paciente y en vista de las circunstancias se moría de curiosidad por saber qué
tipo de secretos estaba dispuesto a revelarle. Esperaba de verdad que le dijera la verdad y no
fuera otra artimaña elaborada.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Tal como habían acordado a la hora del almuerzo Severus y Katerina se sentaron en sus
aposentos privados para compartir el almuerzo, la morena observó fascinada cuando un elfo
doméstico apareció en el medio de la estancia, temblando ansiosa por ofrecer sus servicios,
no le quitó la mirada de encima hasta que se desapareció con un sonoro crack.

–¿Hasta cuándo tendré que soportar esa mala costumbre tuya de mirar fijamente todo? –
preguntó él con el gesto amargo. Katerina tenía esos ojos brillantes que se iluminaban de
asombro cada vez que veía algo nuevo, disfrutaba de aplastar ese sentimiento porque a él ya
no le quedaba asombro y lo que más le molestaba es que esa mirada a veces era dirigida a su
persona, era incómodo.

– Es la primera vez que puedo ver magia, magia de verdad, con mis propios ojos. No puedes
culparme por eso.

– Si puedo. – el elfo apareció de nuevo con dos bandejas flotando. – Ya que insistes en que
no te trate como una niña deberías comportarte como alguien de tu edad y dejar de derramar
asombro infantil por los poros.

Cuando los platos estuvieron servidos el elfo volvió a desaparecer. – Puedo ser tan infantil
como quiera, eso no te afecta en nada. Buen provecho.– sonrió ella y comenzó a comer,
arrugó un poco la nariz al ver el vaso con el tradicional jugo de calabaza mientras que
Severus degustaba una copa de vino, aunque pensándolo mejor seguramente al profesor le
gustarían los vinos secos así que no protestó. Casi a mitad de la comida ella habló de nuevo.
– ¿Qué sabes sobre los Horrocruxes?

Snape casi se atragantó con su copa de vino ante la pregunta. – ¿Disculpa?

–Horrocruxes. – repitió. – El más siniestro de los inventos mágicos. – Severus reconoció ese
fragmento de la introducción de “Historia del Mal”.

– Un Horrocrux es un objeto muy poderoso en el que un mago o bruja ha ocultado un


fragmento de su alma con el propósito de alcanzar la inmortalidad.– comenzó el pocionista
recordando sus investigaciones sobre magia oscura.– La creación de un único Horrocrux
permite adquirir la capacidad de resucitarse a sí mismo si su cuerpo es destruido, sin embargo
la creación de Horrocruxes múltiples permite ser inmortal…– al terminar de hablar dejó su
plato de comida a un lado, que ella trajera a colación semejante tema le ponía los pelos de
punta y le cerraba el apetito.

– Aterrador ¿Cierto? No me imagino llegando a los noventa años, muchos menos queriendo
ser inmortal. – hizo un gesto de tema aparte. – Este es el caso, Volde…– se contuvo a tiempo
al ver la expresión de Severus.– El Señor Oscuro hizo este rito y si vamos a derrotarlo
tenemos que cortar todas sus opciones.

– ¿Todas? – preguntó arqueando una ceja.

– El Señor Oscuro tiene más de un Horrocruxes, en realidad tiene 7. – si no fuera por el tema
tan peliagudo que estaban tratando Katy se hubiera reído de la expresión pasmada del
hombre. Adelantándose a cualquier comentario ella continuó hablando. – Tenemos que
destruir la mayoría antes de la tercera prueba.

– ¿Por qué ese día en particular?

– Porque si no tendrá una posibilidad de escapar y como te dije hay que cortar esto de raíz.– a
diferencia del pelinegro ella no había dejado de comer y ahora se recostó del respaldar de la
silla para terminar su jugo de calabaza.– La buena noticia es que uno de ellos ya fue
destruido.

– ¿Si?

– Por Harry.– Severus hizo una mueca de disgusto.– Destruyó el diario de Tom Riddle con un
colmillo de basilisco, asombroso para un renacuajo de 12 años.– el profesor no hizo
comentario alguno negándose a darle crédito de cualquier tipo al mocoso de Potter.– Bien,
con eso nos quedan 6 Horrocruxes y dos de ellos no pueden ser destruidos sino hasta el
mismo día del torneo.

– ¿Por qué? – por primera vez Katy desvió la mirada evitando los ojos oscuros de Severus. –
¿Qué es lo que sabes? – siseó él. Ella retorciéndose los dedos no sabía si decírselo o no, por
un lado era necesario porque si necesitaba que Severus confiara en ella debía ser
completamente honesta pero por otro lado no quería hacerlo sentir culpable, ya tenía un peso
bastante grande sobre sus hombros.

– ¿Recuerdas la profecía que escuchaste de Trelawney? – podía decir el segundo exacto en el


que sus palabras hicieron mella en el profesor, su tez cetrina se volvió blanca por el papel y la
estaba fulminando con la mirada pero no se amedrentó por eso.– Te seré sincera no me la sé
de memoria pero ésta es la parte importante: “El Señor de las Tinieblas lo señalará como su
igual, pero él tendrá un poder que el Señor Oscuro no conoce”...– se detuvo intentando
recordar el resto de la profecía.– Ah! “Y uno deberá morir a manos del otro, ninguno podrá
vivir mientras el otro viva”.

– Un poder que el Señor Oscuro no conoce…– repitió, Katy asintió.– Ninguno podrá vivir
mientras el otro viva…– Severus se desplomó en su silla al comprender lo que eso implicaba.
– Tiene que morir… ¿Lo he cuidado todos estos años sólo para que al final tenga que morir?
– Katy no se atrevió a responder eso.

– Dumbledore tiene la errónea idea de que ese poder es amor pero el verdadero secreto estará
aquí.– ella trazó un rayo sobre el lado derecho de su frente.– La noche que el Señor Oscuro
fue por los Potter su alma estaba muy frágil, no puedo asegurarte que sus intenciones fueran
crear otro Horrocruxe pero en el momento que lanzó la maldición asesina a Lily Evans su
alma se dividió y se aferró a lo único vivo que había en la habitación, el mismo Harry…– se
detuvo un momento para que el profesor asimilara la información.– Dumbledore sabe esto, o
al menos tiene parte de la información. Todos estos años ha criado a Harry como un cerdo
para el matadero, esperando el momento exacto en que tenga que morir. ¿Entiendes por qué
no confío en él?

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

En el gran comedor el bullicio reinaba en el recinto. Todos hablando al mismo tiempo


mientras reían y almorzaban. Desde su lugar Draco continuaba mirando a Harry, todavía no
podía decidirse, estaba actuando como un total y completo cobarde, no que lo fuera a decir en
voz alta pero lo reconocía internamente.

Quizás en vez de simplemente mirarlo fijamente hasta ponerlo incómodo –aún desde su
puesto podía notar sus hombros rígidos y su espalda recta, como una cuerda de violín a punto
de romperse con la menor provocación– debería intentar acercarse, hablarle normalmente, tan
sólo decir “Hola” Pero era obvio que si hacía eso Potter pensaría que se trataba de alguna
artimaña de su parte ¿Cómo culparlo? Durante casi 4 años se había empeñado en ganarse el
odio del niño dorado en vista de que no había podido obtener su amistad…. ¡ALTO! ¿De
dónde diablos salió ese pensamiento?

Merlín ¿Por qué todo se estaba volviendo tan confuso?

Pasada la hora del almuerzo Draco tenía que dirigirse a su casa para buscar los libros que
utilizará en la tarde, por cosas de la vida Potter estaba caminando solo, no tenía donde
estaban sus dos pegostes pero gracias a esos pequeños milagros de la vida podría acercarse a
él, apresuró el paso para alcanzarlo pero cuando iba a poner una mano sobre su hombro se
encontró de frente con la varita del Gryffindor.

–¿Qué pretendes Malfoy? – dijo Harry en tono amenazante.

– ¿Yo? Yo no pretendo nada.– el rubio tuvo que tomarse un momento para que su corazón
volviera a latir normalmente.

– No te hagas. Me has tenido la mirada clavada todo el día, algo te debes traer.

– Yo…Yo…– oh perfecto, cuanta elocuencia.– Quería decirte hola.– ¡estúpido!

Harry no sabía lo que estaba pasando pero definitivamente no se parecía a ningún encuentro
que hubiera tenido antes con el rubio, bajó la varita pero no por eso bajó la guardia.

–De acuerdo… No sé cuál sea tu plan pero sea lo que sea no funcionará…

– No hay ningún plan. – dijo firme. Parece que sus neuronas estaban decidiendo cooperar. –
Escucha… – suspiró, cuando Katerina le dijo que olvidara todo sonaba más fácil de lo que
estaba resultando ser.– Sé que he sido un imbécil pero quiero que las cosas sean diferentes.–
eso desarmó por completo a Harry, sus ojos se abrieron en su totalidad, receloso miró a los
lados esperando que el grupito de Malfoy apareciera detrás de las armaduras para burlarse de
él.
– ¿Qué?...

– Por todos los cielos, Potter. ¡No seas tan obtuso! – el rubio se pasó la mano por la cara un
poco exasperado y Harry pudo reconocer a este Malfoy. – He estado pensando y analizando
mi vida, quiero que las cosas sean diferentes y quiero que nuestra relación sea diferente.

– Malfoy, no hay una relación entre nosotros. – dijo lentamente todavía no muy seguro de
qué mosco le picó al rubio.

– ¡Quiero que haya una relación entre nosotros! – ¡ya! Listo, lo dijo.

Harry se quedó estupefacto, éste no podía ser el mismo Malfoy que había conocido desde
hace 4 años. En realidad no le conoces para nada. Dijo una vocecita en su cabeza que trató
de ignorar. No podía confiar en un Malfoy…

Para fortuna de Draco la cara de Harry era prácticamente un libro abierto y podía
prácticamente saber lo que estaba pensando, y Harry tenía esa mirada, iba a rechazarlo de
nuevo. – ¿Estás preparándote para la tercera prueba?

– ¿Eh? – la pregunta lo sacó de sus pensamientos. – He estado practicando varios hechizos de


defensa.

– ¿Qué hay de los de ataque?

– No creo que eso sea necesario.

– Por supuesto que será necesario Potter. – tuvo que contenerse para no rodar los ojos. – Los
otros tres campeones estarán practicando todo hechizo de ataque que se sepan.

– ¿A ti qué te importa? – regresó la mirada desconfiada. – Fuiste tú el que apostó a que no


duraría 10 minutos en la primera prueba. – auch, golpe bajo.

– …Lo sé, lo sé. Es…– suspiró derrotado.– Quiero ser diferente ¿Si? Sé mejor que nadie que
no vas a confiar en mí a la primera pero quiero cambiar eso.– entonces se le ocurrió algo.– Te
enseñaré hechizos de ataque para la tercera prueba…

– No sé…

– Potter, no tienes nada que perder. – viendo la lógica de esas palabras el moreno asintió
lentamente. – Bien. Reúnete conmigo después de clases, ya veremos en dónde practicar.

El rubio se alejó dejando a un desconcertado Potter en el medio del pasillo.

Chapter End Notes

(1) “Nunca supe que podría sentirme así.


Como si nunca hubiera visto el cielo antes.
Quiero desaparecer dentro de tu beso
Cada día te amo más y más
Escucha mi corazón ¿Puedes oírlo cantar?
Diciéndome que te dé todo
Las estaciones pueden cambiar, de invierno a primavera.
Pero yo te amo hasta el final de los tiempos
Pase lo que pase. Pase lo que pase
Te amaré hasta el día de mi muerte” – Come what may. Iwan McGregor/Nicole Kidman.
Moulin Rouge.
(2) Aclaro que no tengo idea de cuál es el procedimiento de la poción pimentónica, pero
en “harrypotter.wikia” salen como ingredientes el cuerno de bicornio y la raíz de
mandrágora.
PLANEACION - PARTE II
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

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En las mazmorras Katerina miraba silenciosamente al profesor de pociones, Severus se había


levantado de la silla después de revelar la verdad sobre Harry, desde entonces estuvo
caminando alrededor, la morena se quedó quieta y silenciosa dándole un poco de tiempo para
que su mente analizara todo, ni siquiera se preocupó porque la hora de almuerzo estuviera
terminando.

El elfo ya había aparecido dos veces más, la primera para retirar los platos de la comida y la
segunda para traerle un postre de chocolate a la morena, para cuando Snape se volvió a sentar
en la mesa ella ya iba por la mitad de su torta de chocolate. Katy sintió un estremecimiento
cuando los ojos oscuros del hombre se clavaron en ella, pacientemente esperó a que él
hablara primero.

–¿Qué es lo que tienes planeado exactamente? – preguntó directo y al grano. Katerina tuvo
que tomarse un momento para que su corazón volviera a latir correctamente.

– Hay que destruir cuatro Horrocruxes antes de la tercera prueba, podríamos utilizar Fuego
Demoniaco (1) pero es muy destructivo y nada fácil de controlar, terminaríamos quemando
toda una ala del castillo en el intento.

– La otra opción es el veneno de Basilisco. – dijo esta vez Severus, su boca se torció
contrariado. – No es algo fácil de encontrar, tan sólo un par de gotas en el callejón Knockturn
costarían una fortuna…

– No tenemos que preocuparnos por eso. – sonrió ella, Severus le frunció el ceño.

– ¿Pretende sacarse un millón de galeones de las orejas? La última vez que supe, no tenía
magia. – dijo con marcado sarcasmo.

– Sabes, Severus, si no fueras un hombre serías un Basilisco, tu veneno es igual de efectivo.–


parándose de la mesa se acercó a su bolso que dejó a un lado de la puerta al entrar, de ahí
sacó una de las capas escolares que le dio el director para su uso, al desenvolverla reveló los
colmillos de Basilisco, el maestro los observó asombrado.

– ¿De dónde los sacaste?


– Hice que Harry me llevara a la Cámara de los Secretos, el Basilisco se está pudriendo pero
por suerte la mandíbula ya casi no tiene carne. – un estremecimiento de asco le subió por la
espalda. Al mirar al profesor se dio cuenta de sus ojos brillosos, no había que ser legeremante
para saber en lo que el pelinegro pensaba.– Sabes, si se lo pidieras a Harry él podría abrir la
cámara, después de todo desperdiciar un espécimen así es un crimen. – por desgracia la
expresión de Severus volvió a cerrarse ignorando su último comentario.

– Asumo que sabes cuales son los Horrocruxes.

– También su ubicación.– dejó los colmillos cuidadosamente sobre la mesa antes de hablar. –
La diadema de Rowena Ravenclaw está en la sala de Menesteres en el séptimo piso del
castillo. El anillo de Sorvolo Gaunt está en la cabaña de los Gaunt, Dumbledore debe saber
algo de eso, hay que tener mucho cuidado, debe estar repleto de maldiciones. El guardapelo
de Salazar Slytherin está en la casa de los Black, el elfo doméstico lo oculta entre sus cosas…
– en ese momento fue interrumpida.

– ¿Por qué el elfo doméstico de los Black guarda semejante objeto? – de todas las cosas eso
era lo que más le asombraba.

– Regulus Black descubrió el secreto del Señor Oscuro, robó el guardapelo de su escondite y
lo intercambió por uno falso, le dejó como tarea al elfo destruirlo, si todo sucede como
debería Kreacher no podrá deshacerse del guardapelo y lo esconderá entre sus cosas.– vio que
los ojos del maestro se empañaron un poco, tal vez por el recuerdo de su compañero de clase
pero ella no lo mencionó.– Sólo nos quedaría la copa de Helga Hufflepuff.

– ¿Dónde está?

– En la bóveda de Bellatrix Lestrenge.

– Maravilloso. – el profesor recordó un detalle de la charla de la mañana.– ¿Es por eso que
quieres pedir la ayuda de Lucius Malfoy? Para sacar la copa de la bóveda de su cuñada.–
Severus tuvo que tragarse las ganas de decir un cumplido, sinceramente que Katerina pudiera
tejer semejante artimaña era digna de un Slytherin.

– En parte. Hay otra razón.– ella desvió su mirada al reloj de pared notando que la hora de
almuerzo ya había terminado hace 20 minutos, pero en vista de que Snape no se movió de su
lugar ella tampoco.– Durante la tercera prueba le tenderán una trampa a Harry, la copa de los
tres magos será un traslador, lo llevará al cementerio de Little Hangleton. Ahí colagusano
traerá de vuelta al Señor Oscuro con un rito de magia negra.

– Entonces debemos impedirlo. – arqueó una ceja cuando la morena negó con la cabeza.

– No, eso es algo que debe suceder y jugará a nuestro favor. Lo que podemos hacer es
impedir la muerte de Cedric Diggory. – si Severus se sorprendió por el detalle de que
Diggory podría haber muerto no lo demostró.– Sólo Harry puede tomar la copa de los
campeones, así evitaremos bajas innecesarias.

– Confías mucho en las habilidades de Potter.– desdeñó él tomando la copa de vino olvidada.
– No sé porque tú no. Durante cuatro años ha sido capaz de superar cada una de las
adversidades a las que ha tenido que enfrentarse, cada una más mortal que la anterior, tu
mejor que nadie debe saberlo, después de todo lo has estado protegiendo todos estos años.–
volvió a tomar lo que quedaba de su torta de chocolate.– Debo reconocer que es testarudo, un
poco insolente, y tiene un serio problema con las reglas…

– Veo que no te dejas llevar por su encanto natural. – dijo sarcástico.

– No. En cambio tú te dejas llevar por lo que crees saber de Harry en vez de verlo por lo que
en realidad es.

– Según tú ¿Qué es? – siseó con los dientes apretados.

– Un joven que ha sido maltratado y manipulado de muchas maneras. Él tiene poca felicidad
y aun así sigue intentando ser feliz. – Severus se envaró en seguida, ella era como todos los
demás, siempre queriendo hacer ver que Potter era una pobre víctima, simplemente otra
persona deslumbrada por la fama del pagado de sí mismo niño–que–vivió.

– ¿Qué sabes tú de maltratos y manipulaciones?

– Tienes razón. Tú eres el experto en vidas injustas. – con eso agarró su mochila dispuesta a
salir de los aposentos del hombre para que rumiara su furia. – Sería buena idea convocar una
pequeña reunión con Lucius, todavía hay mucho que planificar.

– Él no va a aceptar por las buenas. – dijo dándole la espalda.

– Le haremos una oferta que no podrá rechazar. – con eso dicho salió de la habitación.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Por el resto del día Harry le dio vueltas a la conversación que tuvo con Malfoy en el pasillo,
de verdad que no podía creer que hubiera pasado realmente, era tan surrealista, aunque vivía
en un mundo donde los fantasmas existían al igual que los hombres lobos, las escaleras
cambiaban de lugar y el techo podía reflejar el cielo de una noche de verano, quizás que
Malfoy quisiera ser amable no era tan descabellado ¿Verdad?

Hermione lo regañó por estar distraído durante la clase, él no le hizo mucho caso pero aun así
volvió su vista al pizarrón, después se seguiría preocupando por la clase. Al finalizar Harry
les dijo a sus amigos que él se saltaría la cena, Hermione saltó en seguida queriendo saber el
motivo y Harry les dijo que iba a practicar hechizos para la tercera prueba, Ron se adelantó
queriendo acompañarlo pero Harry hizo de todo para negarse, un poco enojados y suspicaces
aceptaron adelantarse al gran comedor para la cena.

Harry no tenía idea de donde se suponía que tenía que encontrarse con el rubio así que optó
primero que nada ir a la biblioteca, las últimas semanas él y sus amigos habían pasado una
insana cantidad de tiempo ahí metidos investigando toda clase de hechizos, para su tremenda
sorpresa encontró ahí al rubio, curiosamente estaba solo, a esa hora no había mucha gente en
la biblioteca, la mayoría estaba saliendo de clases o camino al gran comedor. Draco alzó la
cabeza casi presintiendo la presencia de Harry, ninguno de los supo cómo reaccionar al
principio, Malfoy fue el primero en levantarse de su asiento.

– Malfoy…

– Potter.

–¿Cómo supiste que vendría aquí? – preguntó Harry incómodo.

– Te la has pasado aquí metido la mitad del año. Me sorprende que no estés acompañado.

– Les dije que me saltaría la cena esta noche…

Entre ellos se hizo un incómodo silencio, era claro que ninguno sabía cómo proceder a menos
que hubiera hechizos y maldiciones de por medio, pero en vista de la bandera blanca que
plantó Draco al medio día esa no era una opción viable.

–¿Qué estás leyendo? – interrumpió esta vez Harry.

– Buscaba los hechizos que quería mostrarte. – Harry se acercó curioso, reconoció algunos de
los hechizos como “Expelliarmus”, “Moco murciélago” y el “Expecto Patronum” que le
enseñó el profesor Lupin el año pasado.

– “Expulso”.– leyó Harry.– No conocía ese.

– Es un hechizo que causa explosión.– explicó Draco.

– Mira éste.– el Gryffindor se inclinó sobre el hombro de Draco para leer de qué trataba el
hechizo. – “Oppugno”: Es el Latín de “atacar”. Causa que algo ataque a un objetivo escogido
por quien lo conjura. Funciona con criaturas vivientes. También podría funcionar con objetos
inanimados. – terminó de leer y miró a Malfoy, no se había dado cuenta de lo cerca que
estaban hasta que volteó a verlo, se separó un poco para poder hablar. – ¿Saber hacer eso?

– No. Pero podemos practicarlo. – tomó el libro de la mesa y recogió su bolso. – Se lo pediré
a Madame Prince.

Con el libro en mano el par caminó afuera del colegio, a un área desolada de la torre oeste,
casi nadie paseaba por ahí, mucho menos a esa hora cuando todos estaban cenando, durante
el trayecto tenían un silencio pesado, nada agradable, en algún momento intentaron entablar
alguna conversación pero las palabras rápidamente morían al darse cuenta de no saber qué
decir. Dejando sus cosas en la hierba se sentaron para revisar los hechizos del libro,
memorizaron el procedimiento y luego practicaron los movimientos de varitas un par de
veces antes de hacer el hechizo.

Lamentablemente no tenían un muñeco de pruebas y tuvieron la suficiente sensatez para no


probar esos hechizos en contra del otro, la atmósfera se fue volviendo más agradable, Harry
pudo notar todo lo que se estaba esforzando Malfoy en ser agradable, seguía siendo un poco
arrogante y presumido pero su sonrisa natural y la alegría que exudaba por aprender esos
nuevos hechizos suavizaban lo suficiente sus facciones para que Harry notara que en realidad
Draco era bastante atractivo…
El pensamiento sobresaltó al moreno lo suficiente como para que el hechizo de bombarda que
estaba practicando se le saliera un poco de control y explotara un par de piedras de la torre
oeste.

–¡Mierda, Potter! ¿Qué hiciste? – los dos quedaron boquiabiertos al ver el boquete que dejó
el hechizo mal ejecutado de Harry, la piedra estaba ennegrecida y había un gran desastre de
enormes piedras sueltas que por pura suerte no los golpeó.

– ¡Me distraje! – trató de justificarse el moreno. – Vámonos de aquí antes de que alguien nos
encuentre.

Recogiendo sus cosas a toda prisa –asegurándose de llevar el libro de hechizos– se fueron del
lugar, tomando la muñeca de Harry el rubio corrió por los terrenos alejándose de la entrada
principal del castillo.

–Malfoy la entrada está hacia el otro lado.

– Idiota, si alguien viene por ese lado a ver por qué fue la explosión nos verán.

– Pero por aquí no hay nada. – siguió protestando Harry.

– Cállate de una vez, Potter. – resopló Draco. Llegaron a una zona desierta cerca del lago,
pudieron recargarse en la pared después de su alocada carrera para recuperar el aliento. Se
quedaron quietos, apenas haciendo ruido al respirar asegurándose de que estaban a salvo. –
¿Qué pasa contigo? – increpó Draco. – Pudiste habernos matado.

– Ya te dije que me distraje. – gruñó el Gryffindor. – Fue un accidente.

– Espero que no hagas ese tipo de “accidentes” en la prueba o estarás muerto.

– Seguro tu padre y tú se alegrarían muchísimo. – respondió en un tono ácido, se dio cuenta


de lo horrible que sonó su comentario cuando el rostro de marfil de Malfoy se tornó rojo por
la furia.

– ¿De verdad crees que me alegraría de tu muerte? – dijo con la voz helada y baja.

– Has estado alentando mi muerte desde que empezó el torneo. – acusó el pelinegro.

– ¡Claro que no!

– ¡Claro que sí! – contradijo como si fuera un niño. Malfoy boqueó unos segundos antes de
volver a responder indignado.

– Maldición, Potter. No soy así de cínico, esperaba moretones, golpes, quizás un hueso roto
pero ¿muerte? Por todos los cielos…– Harry ya no estaba tan seguro del rumbo que estaba
tomando la conversación, Malfoy representaba todo lo que le desagradaba hasta ahora pero
su percepción preconcebida de él se estaba desmoronando lentamente.

– Pero tu padre…
– ¡Yo no soy mi padre! – interrumpió el rubio con un grito bastante indignado. Los dos
bajaron la cabeza quedándose callados.– Volvamos al castillo.– dijo en un murmullo suave
acercándose a la pared, con su varita tocó una piedra llena de moho, las piedras comenzaron a
moverse y cambiar de lugar para dar paso a unas escaleras que descendían en la tierra. (2)

Harry miró el arco de piedra asombrado, él no conocía ese pasadizo y tampoco aparecía en el
mapa de los merodeadores.

– No puedes decirle a nadie de esta entrada, se supone que sólo los de Slytherin lo conocen.–
le explicó Malfoy sin mirarlo, convocando un Lumus comenzó a descender por la escalinata
de piedra, esperaba que con eso Harry se diera cuenta del voto de confianza que le estaba
dando aunque no debería poner muchas esperanzas en ello, los Gryffindor suelen ser muy
obtusos.

– ¿A dónde lleva esta escalera? – preguntó Harry cuando la piedra detrás de él volvió a
acomodarse cerrando la entrada.

– A las mazmorras.

Caminaron un largo trecho, cada uno perdido en sus propios pensamientos, los únicos
sonidos que había en el estrecho túnel eran las pisadas de los jóvenes y el vacío del cavernoso
túnel. Llegaron a un descanso donde estaba un muro de piedra, Draco tuvo que alzar la varita
para tener más luz y poder identificar la roca que tenía que tocar.

– Aquí esta. – dijo para sí mismo, su varita estuvo a punto de tocar la piedra cuando una
mano en su muñeca lo detuvo, curioso sus ojos grises siguieron la extensión del brazo hasta
que se encontró con el rostro de Potter que no le estaba mirando a la cara.

– Lo siento…Por lo de antes. – murmuró cohibido.

Los silencios entre ellos eran incómodos, no sabían cómo hablarse sin insultarse el uno al
otro y la camaradería entre ellos no era la suficiente como para tomar los insultos a modo de
broma.

– Está…bien.– terminó por decir Draco, sorprendiendo a Harry. – Sabía desde un principio
que no vas a confiar en mi a la primera, lo entiendo…Yo sólo…– se encogió de hombros no
sabiendo qué más decir.

–…Los hechizos que practicamos hoy, son de mucha ayuda. Gracias. – dijo Harry con una
tímida sonrisa asomando por sus finos labios.

– Por nada. – Draco correspondió esa sonrisa.

– Yo eh…Nosotros…– Harry se mordió el labio, no sabía cómo expresar lo que tenía en


mente. – ¿Podríamos empezar de nuevo? – extendió una mano a Draco. – Hola, soy Harry
Potter.

Por un momento Draco vio la mano extendida de Harry y le dieron ganas de rechazar su
mano, regresándole al Gryffindor la humillación que sintió en ese momento pero las palabras
de Katerina volvieron a resonar en su mente.

Olvida todo.

– Malfoy, Draco Malfoy.– correspondió el apretón de manos con una sonrisa.

Chapter End Notes

(1)También conocido como Fiendfyre. Sacado de “harrypotter.wikia”


(2) Este pasadizo en la torre oeste lo estoy inventando.
LOS MALFOY
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

See the end of the chapter for more notes

Harry no llegó nunca al gran comedor para consternación de Hermione y Ron, cada tanto
miraban a la puerta para ver si Harry venía pero no fue así, preocupados cuchicheaban entre
ellos, fue peor cuando descubrieron que al otro lado del salón alguien más estaba ausente en
la mesa de Slytherin: Draco Malfoy.

–¿Es posible que Malfoy le haya hecho algo? – preguntó Ron.

– No lo creo. Mira, Crabbe y Goyle están en la mesa. – señaló disimuladamente la castaña.

– Tienes razón. Malfoy no hace nada sin sus orangutanes. – murmuró metiéndose un gran
pedazo de pollo a la boca.– Entonces ¿Por qué Harry no ha venido?

– ¿Estará con Katerina? – ignoró el hecho de que habló con la boca llena.

– No.– dijo al tragar, con el tenedor en la mano señaló a un par de puestos de distancia.– Está
hablando con Neville desde hace rato.– Katerina estaba sentada junto a Neville, el pelinegro
estaba encantado enseñándole el libro que le dio Moody después de la clase de las
imperdonables. – Creo que al fin encontró a alguien que no se aburre con sus charlas sobre
plantas.

– Pero si ella está aquí ¿Entonces dónde está Harry? – preguntó de nuevo la castaña más
preocupada que antes.

Al terminar la cena los alumnos se dirigieron a sus respectivas casas, se encontraron con la
sorpresa de que Harry estaba sentado muy cómodamente en uno de los sillones de la sala
común frente al fuego con un libro de hechizos en el regazo. Katerina pasó al lado de ellos, le
dio un beso en la mejilla a Harry y le dio un plato con un par de emparedados.

Ron frunció el ceño celoso. No era justo que ella se tomara tantas confianzas con Harry con
tan sólo tener un par de días en el castillo, incluso creía que los estaba alejando de Harry
deliberadamente, se le hizo un horrible nudo en el estómago cuando vio que Harry le contaba
algo al oído y ella sonreía encantada ¿Le estaría contando algún secreto? ¡Pero no podía ser!
A Harry no le gustaba contar sus intimidades, apenas a ellos les decía sus cosas y parecía que
ella ya sabía todo sobre Harry incluso sin que el moreno se lo dijera directamente.
–No es justo. – murmuró Ron con los dientes apretados.

– ¿Qué no es justo? – preguntó Hermione a su lado pero Ron la ignoró completamente, subió
la escalera de los chicos pisando con bastante fuerza.

En los sillones los dos pelinegros eran completamente ajenos al escrutinio del que eran
víctimas, estaban muy metidos en su conversación. – ¿En serio Draco te propuso algo como
eso? Que adorable.

–¿Fue obra tuya? ¿Tú le dijiste que hiciera eso? – eso por alguna razón le decepcionó.

– No. No. Para nada, fue completamente idea suya. Yo sólo le di un pequeño consejo, parece
que le sirvió mucho. – se recostó aún más en los almohadones, se quitó los zapatos y subió
los pies a la mesita de centro.

– ¿Qué consejo?

– “Olvida todo”…

– ¿Y ya? – preguntó asombrado.

– Y ya. – confirmó.– ¿No te parece el mejor consejo del mundo? Simple, sencillo y con
mucho significado.

– Pero eso no es posible. Los Slytherin son muy rencorosos, no puedes confiar en ellos.

Katy rodó los ojos, soltó un gran suspiro, ahí venía otra de esas charlas. – Dime Harry ¿Con
cuántos Slytherin has charlado a lo largo de estos 4 años?

–Por si no te has dado cuenta interactúo con ellos todos los días.– intentó ser sarcástico pero
al ver la ceja arqueada de la morena se retractó.– Malfoy con su séquito, Snape, Lucius
Malfoy.– prácticamente escupió el nombre.

– Bien. 5 personas de toda una casa de Hogwarts. – ella tuvo la osadía de burlarse.

– ¿Exactamente cuál es tu punto? – preguntó comenzando a enfurruñarse.

– Mi punto es que los estás juzgando sin siquiera conocerlos.

– ¡No necesito conocerlos! – protestó.– Son rastreros, mentirosos, cobardes…

– Estás nombrando características negativas.– haciendo una mueca se recostó del costado de
Harry.– Los Slytherin tienen ambición, astucia, determinación, ingenio, sentido común, cosa
que los Gryffindor ni siquiera saben que existe...– enumeró, le dio una mirada de advertencia
restándole a que la contradijera. – Sé honesto conmigo ¿Son malos esos atributos? – a
regañadientes Harry negó.– ¿Acaso los Gryffindors son mejores por el simple hecho de no
ser de Slytherin?

– Por supuesto. – Katy hizo otra mueca. – Son valientes, leales…


– ¿Qué me dices de Peter Petegrew? – interrumpió ella logrando callarlo. – O el mismo Sirius
Black.

– Sirius es de Gryffindor.

– Exacto y era un abusador. – dijo rotundamente, no quería entrar en ese tema por lo que
volvió al tema principal. – Los Slytherin son valientes a su manera. Ellos no se lanzan de
cabeza al peligro, ellos piensan detenidamente en sus opciones y buscan el mejor curso de
acción. Harry…lo que quiero decir con todo esto es que todos tenemos cosas buenas y cosas
malas. Ahora te voy a dar el mismo consejo: Olvida todo, olvida todo lo que crees conocer e
intenta ver el mundo con tus propios ojos y no con los prejuicios que te han enseñado a
tener.– le dio unas palmaditas en el muslo, tomando sus zapatos se levantó del sofá.– Piensa
en eso. Y respecto a tus prácticas, continúalas. Quizás te sorprendas. – caminando descalza
subió la escalera de las chicas.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Los días siguientes fueron trazados por una rutina completamente nueva, entre Draco y Harry
se estableció una clase de tregua de la que nadie era consciente, se seguían mandando puntas
y alguna que otra mirada desafiante pero ya no era el odio encarnado que se tenían el uno al
otro. Ron comenzaba a darse cuenta de eso.

Sin decirle absolutamente nada a sus amigos Harry continuó sus entrenamientos secretos con
Malfoy, estaba aprendiendo mucho más con él en esos pocos días que todas las semanas que
estuvo con Hermione y Ron encerrado en la biblioteca, Malfoy lo hacía divertido con sus
chistes de humor negro que comenzaba a apreciar. Incluso a veces se quedaban hablando,
pasando tiempo juntos, intentando conocerse, le sorprendió descubrir las nuevas facetas del
rubio, estaba claro que su altanería y su desagradable carácter era sólo la punta de iceberg.

En ese tiempo la convivencia entre Snape y Katerina era pacífica, por decirlo de alguna
manera, el hombre comenzaba a habituarse a tenerla revoloteando alrededor, a veces
simplemente ella se quedaba a su lado mientras preparaba alguna poción, sentada en la
encimera pasándole los ingredientes que le iba pidiendo, incluso se habituó a sus incesantes
tarareos, ya podía reconocer algunas canciones, todas ellas muggles por supuesto. Por alguna
razón que todavía no llegaba a comprender a Katerina le gustaba estar a su lado, algunas
tardes la notó incluso mirándolo fijamente con un cuaderno negro y lápiz a la mano, sin que
se diera cuenta él miraba por encima de su hombro notando bocetos de él mismo, trabajando,
dando clases…No podía negar que era un bosquejo bastante decente.

Una tarde de sábado, cuando los alumnos paseaban en los jardines del castillo Snape por fin
pudo concretar una cita con Lucius Malfoy.

–Le he invitado a cenar. – comentó mientras troceaba varios gusanos bastante asquerosos,
Katy lo estuvo ayudando con los gusanos pero las constantes muecas de asco terminaron por
irritar a Severus, la puso a rallar plantas en un bowl.

– Oh. Qué conveniente. – asintió.

– Espero que estés puntual, la cena será servida a las 7.


– Presiento que va a ser una cena incómoda.– murmuró ella teniendo cuidado de no rebanarse
los dedos con el rallador.

– Tú me pediste que hiciera la cita.

– Lo sé, lo sé. Pero eso no significa que sea algo fácil.– suspiró, sus movimientos se fueron
ralentizando, su ceño se frunció y mordía su labio inferior en un gesto de preocupación.–
Tengo miedo de que nada de esto resulte.

Snape se detuvo a verla por un momento. – ¿Por qué crees que no resultará? Dijiste que
tenías un plan. – lo último sonó a reproche.

–¡Lo tengo! – aseguró.– Es solo…– otro suspiro. – Soy la epítome de todo lo que Malfoy
odia ¿Cómo lograré siquiera que me escuche? ¡A una muggle!

– Tal vez si me hablaras de lo que tienes planeado podría apoyarte.– mirando de reojo vio que
la morena tenía esa mirada de admiración en su rostro, con una suave sonrisa curvando sus
carnosos labios, Severus tuvo que carraspear para volver a hablar.– No quisiera que por un
error suyo todo saliera mal.– ese comentario hizo ensanchar la sonrisa de Katerina.

– Por supuesto…– continuaron trabajando un rato en un agradable silencio hasta que Kati dio
una larga caricia al brazo del hombre. – Severus, gracias.

Con un bufido le indicó que se callara y siguiera rayando, Katerina obedeció y mientras
trabajaban le fue hablando sobre los puntos que quería hablar con Lucius Malfoy.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Harry estaba pasando tiempo con sus amigos para variar, desde que estaba teniendo sus
entrenamientos secretos con Draco, sin darse cuenta, pasaba menos tiempo con sus amigos
aprendiendo nuevos hechizos, aunque Hermione continuaba investigando hechizos para él, la
mayoría defensivos, no estaba mal pero tal como dijo Malfoy los otros tres campeones
utilizarían todo su arsenal y era mejor estar preparados, incluso Katerina lo alentaba a
aprender todo lo que pudiera, no sólo hechizos básicos.

–He notado que casi no pasas tiempo con nosotros. – habló de pronto el pelirrojo desviando
su atención del juego de snap explosivo, era uno de esos pocos momentos de relajación que
Harry se permitía desde que el Torneo de los Tres Magos empezó.

– Ron, me ves todos los días, incluso dormidos en el mismo cuarto ¿Cómo puedes decir que
no paso tiempo con ustedes? – desestimó Harry pensando que era un tema tonto.

– En realidad, Harry. – intervino Hermione levantando su vista del libro en su regazo. –


Desde hace varios días pareces escabullirte.

– Ya les dije. – se encogió de hombros. – Estoy practicando para la tercera prueba.

– Siempre dices que vas a practicar pero antes practicabas con nosotros ¿Qué ha cambiado? –
cuestionó Ron entrecerrando los ojos.
Harry se alarmó un poco, no podía decirles que Malfoy le estaba ayudando a aprender
hechizos de ataque, entrarían en pánico y lo cuestionarían y luego querrían acusar a Draco de
que lanzó alguna clase de embrujo sobre Harry. Mejor inventar otra cosa. – Es que el profesor
Moddy me ha dado varios libros de hechizos para aprender nuevos hechizos de ataque.

–Eso es genial, Harry. – Hermione relajó su gesto y ahora en cambio quería saber sobre los
libros. – Con estos libros podemos poner aún más empeño y…

– ¡No! – saltó Harry de pronto sabiendo a dónde se dirigía esa frase.– Es decir…–
carraspeó.– El profesor me pidió que no le mostrara esos libros a nadie más, dice que
perdería el factor sorpresa.– estaba seguro de que si les decía que un profesor fue el que le
dijo eso Hermione lo dejaría estar.

– No hace falta que nos muestres los libros. – pero no contaba con la testarudez de Ron. –
Podemos practicar contigo de todos modos. – gracias a Dios (1) fue Hermione la que le sacó
de apuros.

– Es lo mismo que si nos mostrara el libro, Ron. – dijo la castaña moviendo su cabeza
negativamente. – Ya escuchaste a Harry, el profesor Moody tiene una buena estrategia para
Harry. De todos modos puedes seguir practicando otro tipo de hechizos con nosotros ¿No es
así?

– Sí, claro. – sonrió Harry.

Ron entrecerró los ojos pero no protestó más, Harry se sintió profundamente aliviado de que
el tema terminara para poder seguir jugando con Ron a las cartas, se sentía un poco mal por
estar engañando a sus amigos pero es que ellos no lo entenderían, quizás más adelante podría
decírselos pero por ahora tenía muchas otras cosas por las que preocuparse, como que más
tarde tendría que reunirse nuevamente con Malfoy para sus prácticas clandestinas. ¿Debería
llevar algún texto diferente o quizás podría enseñarle algo nuevo a él? ¿Se dejaría Malfoy
enseñar? Últimamente se estaban llevando bien, en realidad muy bien, desde que dejaron
todas sus diferencias de lado se habían dado cuenta de que en realidad podían llegar a ser
muy buenos amigos, sólo el tiempo lo diría.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Una vez más se encontraron en la biblioteca, Draco como siempre ya estaba ahí revisando
varios libros para pedírselos a la señora Prince. Caminando sigilosamente hacia el rubio miró
sobre su hombro para ver que hechizos estaría revisando esta vez, sonrió al darse cuenta de
que estaba revisando el encantamiento Patronus.

–“Expecto Patronum”.– leyó Harry revelando su ubicación.

– ¡Potter! – exclamó Draco sobresaltado. – No me asustes así.

– Lo siento. – sonrió de todos modos. – ¿Por qué estabas viendo el encantamiento Patronus?
– preguntó el moreno sentándose al lado del Slytherin. Harry vio con grandes ojos como el
rubio bajaba la mirada y se le coloreaban las mejillas.
– Es que recordé lo mucho que te afectaron los Dementores en tercer año…

– Oh…

– Yo…pues…Pensé que sería una buena precaución si tu…– no terminó la frase pero la
intención estaba implícita.

– Entiendo…– prefiriendo sacar a Draco del apuro no comentó nada sobre las burlas de mal
gusto que el rubio con sus amigos le hizo en tercer año.– Yo sé hacer un patronus, uno
corpóreo. El rubio volteó a verlo con grandes ojos asombrados.

– Mentira. – dijo con el ceño fruncido.

– No miento.

– Quiero verlo.– Harry miró hacia los lados preocupado.– No aquí, idiota.– dijo rodando los
ojos, cerrando el libro de defensa lo tomó y se lo pidió a la señora Prince. Presurosos fueron a
uno de los salones en desuso de las mazmorras. – Muéstrame.

Harry tuvo que tomarse un momento para tener en mente su recuerdo feliz, cuando gritó el
encantamiento “Expecto Pratonum” un etéreo ciervo brillante con enormes astas saltó de su
varita, dando largos saltos gráciles rondó alrededor del Slytherin un par de veces antes de
desvanecerse.

Asombrado el rubio miró a Harry con la boca abierta, poco a poco se formó una sonrisa en
sus labios. – Enséñame a hacer uno.

Harry comenzó a explicarle la teoría y los movimientos de varita, mientras Draco practicaba
los movimientos a Harry se le vino un pensamiento a la mente que lo hizo sonreír.

–“Potter es increíble”. Lo pensaste ahora, ¿Cierto? – dijo Harry muy satisfecho de sí mismo
mientras recargaba la cadera en un pupitre polvoriento, Draco bufó.

– No lo hi…– pensó mejor lo que iba a decir. – Bueno, sólo un poco. – respondió con las
mejillas levemente coloradas.

– ¿Cómo que un poco?...

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

En ese momento en los aposentos del Jefe de la casa de Slytherin Katerina tocaba la puerta,
cuando Severus le abrió la miró de arriba abajo con el ceño fruncido.– ¿Dado que es una
reunión tan importante no se le ocurrió que sería mejor vestir algo mejor que el uniforme
escolar? – escrutándola notó los labios pintados y los ojos delineados.– Veo que al menos
tuvo la decencia de maquillarse.

Kati también frunció el ceño ofendida, ella empujó un poco al profesor para poder entrar. –
Te recuerdo que no tengo más ropa que la que traje puesta y los uniformes que me dio el
colegio. Así que no, no se me ocurrió vestir algo mejor.
Su enfado no duró mucho tiempo pues su atención fue captada por la habitación en la que se
encontraba, los aposentos de Severus, sin duda mucho más ordenado que el despacho, un
poco oscuro pero con una agradable ambientación de colores oscuros y maderas. Un sencillo
comedor acomodado con tres puestos con una enorme biblioteca de piso a techo como fondo.
Quiso decir algo pero sintió una suave ráfaga de viento en torno a su cuerpo, al bajar la vista
se dio cuenta de que su ropa fue transfigurada, un vestido entallado sencillo en color negro,
con cuello alto, sin mangas y un escote en la pierna izquierda.

–Oh. Es hermoso. Gracias. – sonrió la morena. Casi en seguida el profesor se arrepintió de


haber transfigurado su ropa, por un lado debían captar la atención de Malfoy para que todo
saliera bien pero nunca pensó que un vestido de corte sencillo resaltara tan bien los atributos
de la muggle.

– Es sólo para la ocasión. – gruñó Severus desviando la mirada, aun así la morena no se
desalentó.

Lucius Malfoy llegó media hora después, su cuerpo materializándose en las llamas de la
chimenea, Katerina tuvo que contenerse de jadear, la palabra guapo ni siquiera comenzaba a
describirlo, cabello largo hasta media espalda, recogido con una cinta de seda color
esmeralda, de un rubio extremadamente claro y ojos tan grises que parecía plata líquida, su
cuerpo enfundado en un elegante traje gris plomo y una túnica de terciopelo negro, por
supuesto no podía faltar el bastón con cabeza de serpiente.

–Lucius. – saludó el pelinegro escuetamente estrechando la mano del rubio.

– Severus. – sonrió el patriarca Malfoy al corresponder el saludo. Por supuesto el patriarca de


los Malfoy, siempre detallista, no podía pasar desapercibida la presencia de una tercera
persona en la estancia. El pocionista captó la mirada que Lucius le estaba dirigiendo a
Katerina, antes de que cualquiera de los dos dijera nada él se adelantó a presentar a la
morena.

– Katerina nos acompañará a cenar esta noche.

– Ah. La muggle. – dijo Lucius arqueando una ceja.

– Los rumores corren rápido si incluso el señor Malfoy sabe de mi existencia. – contestó Kati
no dejándose intimidar por la mirada del hombre rubio.

– Es difícil pasar desapercibida cuando sales en la primera plana del Profeta. – Kati se
sorprendió por eso, ella no supo nada de esa edición, le preguntaría a Harry después si tenía
una copia del periódico.

– Ciertamente. – sonrió ella.– ¿Está todo listo para cenar? – preguntó al pocionista,
asintiendo Snape los condujo por la estancia hasta la mesa, con un toque de su varita en la
mesa la comida fue servida.

Comieron con calma, la conversación era llevada mayormente por los adultos, Katerina
estaba bien con escuchar, de vez en cuando intervenía cuando le hablaban directamente pero
eso era muy poco. Cuando los platos de la cena fueron retirados Lucius se apoyó en el
respaldo de su asiento.

–Severus, asumo que no me has llamado aquí simplemente para cenar. ¿Qué es lo que te
propones?

– Como siempre tu intuición es correcta.– el profesor volvió a tocar la mesa con su varita,
esta vez aparecieron tres vasos cortos con hielo y una botella de Whiskey de fuego, sirvió
para él y para Lucius, Kati puso una mano sobre el vaso para que no le sirvieran.– Dados los
recientes acontecimientos creemos que el Señor Tenebroso resurgirá en poco tiempo, tu y yo
sabemos lo que eso significa.

– Mi estimado amigo, no sé de lo que estás hablando y en todo caso estás siendo muy
indiscreto. – dijo Malfoy entre dientes, miró por un momento a Katerina, la morena estaba
muy divertida viendo a los dos Slytherin interactuar.

– Dejemos las actuaciones de lado.– enderezándose en su silla la única mujer del grupo tomó
la palabra.– Lucius, te hemos pedido que vengas por un asunto muy importante.–
entrecerrando los ojos el rubio miró desconfiado a la muggle, sus ojos claros se desviaron
hacia los de su amigo.

– Para ti soy el señor Malfoy. – dijo en tono petulante, la morena bufó sin tomar en cuenta el
comentario, Lucius la miró realmente indignado.

– Señor Malfoy.– dijo en tono meloso. – Le hemos invitado esta noche a esta agradable cena
para proponerle algo.– Lucius arqueó una ceja intrigado. – Sabemos con certeza que el Señor
Tenebroso volverá, a nadie le conviene que eso pase, ni siquiera a sus seguidores más fieles.
– intencionalmente miró el brazo izquierdo de Lucius donde sabía que estaría la marca
oscura. Al rubio le subió un desagradable escalofrío por la espalda.

– ¿Qué puede saber una muggle? – preguntó con desprecio.

– Más de lo que te imaginas. – sonrió Kati. – Ahora, Lucius, queremos convencerte de que
traiciones a tu amo.

El patriarca Malfoy bufó, disimuladamente miró hacia Severus para ver cuál era su reacción
pero el pocionista no estaba ni un poco alterado por lo que dedujo que él estaba
completamente de acuerdo con las palabras de la muggle.

–Traicionar al Señor Tenebroso, es un acto inconcebible. Él es el mago más poderoso y una


vez que vuelva nos otorgará la victoria y sus seguidores seremos recompensados
apropiadamente…

Lucius tuvo que dejar de hablar cuando escuchó que Katerina se reía descaradamente en su
cara.

–Perdóname, jajaja, lo siento es que…– se limpió una lagrimilla cuidando que no se le


corriera el maquillaje.– Es que lo que dices es tan estúpido, no pude evitarlo.– tomó un poco
de agua para calmarse.– ¿En serio crees que eso es lo que pasará? Déjame reventar tu burbuja
y decirte exactamente lo que pasará. Cuando tu amado Señor Oscuro los convoque y esa
horrible cosa híbrida se pare frente a ustedes ¿De verdad crees que estará feliz de verlos? ¡Por
supuesto que no! Desquitará su ira con ustedes, sus más fieles seguidores, los castigará por
haberlo abandonado por 15 largos años ¿Sabes lo que 15 años de soledad le hacen a una
persona? Lo vuelven loco y él de por sí ya está bastante demente.

– Eso no es… – trató de replicar el rubio pero Katerina no lo dejó.

– Lucius, sé realista. El primero en caer de su gracia serás tú cuando se entere de que dijiste
que fuiste controlado por la maldición Imperio para salvarte de ir a Azkaban.

– ¿Cómo sabes…? – se obligó a no parecer tan atónito como se sentía, podría ser que Severus
le hubiera revelado eso a la morena, sustituyó su sorpresa por un ceño fruncido hacia el
profesor. – No importa. En dado caso la otra opción que queda es Dumbledore y su lado del
bien.

– Hay una tercera opción.– intervino Severus por primera vez desde que comenzó el debate,
Lucius lo miró sin comprender.

– ¿Quién es la tercera opción?

– Harry Potter. – respondió Katerina.

– Potter. – Lucius prácticamente escupió el nombre. – No es más que otro títere del viejo
chiflado. – Kati negó con la cabeza.

– He estado trabajando en eso, hablando con Harry, guiándolo para que piense por sí mismo y
no se deje llevar por los prejuicios aprendidos de otras personas. – esta vez el que desdeñó la
idea fue Severus.

– Potter es más tonto que una lechuga, no sabe pensar por sí mismo sólo se lanza de cabeza al
peligro.

– Algunas personas tienen que aprender a ver las cosas como realmente son y no por lo que
creen saber.– una indirecta bastante directa dedicada a Severus, continuó hablando con
Lucius.– Señor Malfoy, sé que es un hombre inteligente, hará lo mejor para el apellido
Malfoy, le aseguro que si apoya al Señor Tenebroso será el más perjudicado y no sólo usted,
su familia: Narcissa y Draco ¿Quiere que su hijo pague por sus errores? No se unió a los
mortífagos por convicción, se unió a ellos por poder, tendrá muchas más ventajas siendo
nuestro cómplice que apoyando a un potencial genocida mitad humano.

– Quisiera tener un tiempo para pensarlo. – pidió.

– Lucius no tenemos tiempo para…

– Está bien. – interrumpió Katerina al profesor de pociones. – Piensa en tus opciones y quiero
que tengas en cuenta que la decisión que tomes sellará el futuro de tu familia, para bien o
para mal, es tu decisión.

– ¿Intentas manipularme?
– Para nada. – sonrió ella.– Sólo no quiero que te arrepientas si un día te das cuenta de que te
equivocaste.

La velada terminó con eso, Lucius se despidió escuetamente de Severus cuando lo acompañó
a la chimenea, cuando volvió al pequeño comedor se encontró con que Katerina había pedido
un postre.

–¿Estás segura de que fue buena idea dejarlo ir sin que nos diera una respuesta? – pidió un
vaso de whisky de fuego a los elfos al acercarse a la mesa, pensó que se lo merecía después
de la velada tan tensa.

– Si lo obligamos a darnos una respuesta apresurada lo más seguro es que hubiera escogido
mal o que sólo nos diera la respuesta que queríamos escuchar y al final se arrepentiría y nos
vendería.– lamió la cuchara para quitar el exceso de crema batida. – No te preocupes.

– ¿Cómo no quieres que me preocupe? Lo dejaste ir sin darnos ninguna garantía, debimos
haberle pedido un juramento inquebrantable. – tomó la mitad de su whiskey debido a la
frustración.

– Tienes que aprender a confiar en las personas. – comió un poco más del dulce antes de
levantarse de la mesa, llegando hasta la silla del mayor llevó su pequeña mano al rostro del
profesor, con la punta de sus dedos acarició la línea de su quijada.– Lucius Malfoy no es el
mejor hombre del mundo pero confío en que ama a su hijo y hará lo mejor para él.– se inclinó
dejando un beso muy cerca de la comisura de su labio. – Gracias por el vestido. – sonrió
cuando notó la marca roja que dejaron sus labios.– Buenas noches.– estando a punto de salir
de sus aposentos se giró con una sonrisita satisfecha. – Por cierto, el rojo te queda muy bien.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Mientras Harry y Draco continuaban en el salón de las mazmorras, todo ese tiempo se habían
dedicado a que el rubio aprendiera a hacer un patronus, Draco descubrió que no era tan fácil
como Harry lo pintaba pero habían progresado bastante, para esa hora Draco podía hacer un
escudo decente pero aún no lograba hacer un patronus corpóreo.

–Sólo necesitas práctica.– le aseguró Harry. – Tienes que tener en mente un recuerdo muy
feliz, uno realmente poderoso.

– Eso intento pero parece que ninguno es suficiente. – volvió a intentarlo pero sólo salió un
humo blanco.– Muéstrame de nuevo.

Una vez más Harry invocó el encantamiento patronus, ni siquiera tuvo que concentrarse
mucho para que el ciervo se materializara frente a ellos, una vez más saltando a su alrededor.

–Tú no tienes que concentrarte demasiado para invocarlo. – hizo notar Draco un poco
frustrado.

– Siempre uso el mismo recuerdo. – le confesó al rubio, con su varita guiaba los saltos del
ciervo.
– ¿Cuál es? – quiso saber, quizás así se daría una idea de que recuerdo escoger.

– Es de cuando mis padres estaban vivos, simplemente los veo ante mí, hablándome.– Draco
se quedó mudo ante la confianza que le estaba dando Harry con esa confesión.– No sé si es
un recuerdo o un sueño pero es el más feliz que tengo.– sin darse cuenta había dirigido al
ciervo hacia Draco, el ciervo lo atravesó con fuerza provocando que soltara su varita, el palo
de madera rodó por el suelo a un par de metros.– Lo siento.– el ciervo se desvaneció cuando
Harry se desconcentró.

– Está bien.– los dos se apresuraron a recoger la varita de Draco antes de que se diera cuenta
los dos se inclinaron, sus manos uniéndose para agarrar la varita al mismo tiempo, por un
segundo se contemplaron el uno al otro, hasta que Draco –sin saber qué cosa lo poseyó– pasó
su mano libre tras el cuello de Harry y se inclinó para unir sus labios en un beso. Ambos se
quedaron estáticos, con los ojos extremadamente abiertos.

Malfoy lentamente se separó.– Yo…eh… ¡Lo siento! – gritó de pronto, terminó por agarrar
su varita y salió corriendo del aula dejando a Harry en el suelo, el pelinegro se quedó un rato
ahí mirando a la nada, sus dedos tocaron suavemente sus labios.

– ¿Qué acaba de pasar?...

Chapter End Notes

(1)Ya me han dicho en capítulos anteriores que en el mundo mágico no se usan


expresiones que incluyan a Dios, “por todos los cielos” y cosas por el estilo pero en mi
defensa diré que Harry se crio en el mundo muggle así que me parece válido que el use
ese tipo de expresiones :D
DOS MESES PASAN VOLANDO
Chapter Notes

En cursiva son pensamientos.


En negrita es otro idioma (Español)
Si alguna palabra esta entre comillas es para resaltarla nada más.

See the end of the chapter for more notes

Draco corría entre las sombras de las mazmorras, alejándose con rapidez del aula donde había
dejado a Potter, era un completo y reverendo idiota, el poco progreso que habían logrado
tener lo había mandado a la mismísima mierda con ese estúpido impulso.

Es más, ni siquiera sabía que fue lo que lo impulsó a besar al cuatro ojos, ¡un hechizo! Eso
tenía que ser, era la única explicación… Porque no había manera de que él estuviera
interesado de esa manera en un Gryffindor, y no un Gryffindor cualquiera ¡NO! Era el
maldito–mil–veces–niño–que–vivió…

Agobiado el rubio se detuvo en una muralla para recuperar el aliento, se deslizó por la pared
hasta sentarse en el suelo, estaba tan metido en sus pensamientos que no escuchó el suave
golpeteo de unos tacones al final del pasillo. Acurrucado en el suelo, con la cabeza escondida
entre sus rodillas y los brazos rodeando sus piernas, así fue como lo encontró Katerina.

–¿Draco? – preocupada al no recibir respuesta se inclinó con cuidado para tocarle el hombro.
– Draco ¿Qué pasa? ¿Estás herido? – meneó la cabeza en negación.– ¿Entonces por qué estás
en el suelo?

– Porque soy un idiota.– respondió con la voz amortiguada.

– Oh, cariño. Eso no es nada nuevo. – ignorando la fea mirada que le dirigió el rubio,
maniobró lentamente con los tacones y el vuelo del vestido para acomodarse en el suelo
junto a él.– ¿Quieres contarme lo que pasó?

– No.

– ¿Seguro? – Draco estuvo reticente un momento pero terminó cediendo.

– Estaba entrenando con Potter…

– ¿Todavía lo llamas Potter? – preguntó Kati con un tono desaprobatorio. Draco la ignoró.

– Estaba entrenando con Potter. – repitió. – Me estaba enseñando como hacer un patronus, se
me resbaló la varita y los dos fuimos a recogerla y… nosotros…– no podía continuar, se
estaba sofocando, mordiéndose el labio inferior para no reír Kati miraba como Draco poco a
poco iba adquiriendo un color rojo en sus mejillas bastante delator.

– ¿Lo besaste? – le ayudó a continuar aunque le hubiera gustado verlo mortificado un poco
más. – ¿Entonces, qué pasó? ¿Harry te correspondió?

– ¡Claro que no! Salí corriendo. – volvió a enterrar la cara entre las rodillas.

– Oh Draco. – ahora entendía cuál era el problema, con un suspiro se apoyó en el hombro del
rubio para levantarse, al final se quitó los tacones, muy bonitos pero muy incómodos. –
Vamos, no vale la pena congelarse el culo a mitad de pasillo, mejor ve a descansar y mañana
nos preocupamos por eso…Si quieres puedo hablar con Harry. – se ofreció.

– ¿Qué piensas decirle? – él también se levantó.

– No lo sé. Algo como que al estar tan cerca de él no pudiste evitar robarle el beso que
siempre deseaste en secreto. – estalló en carcajadas al ver la cara que puso Draco. – Está
bien, seré menos franca.

– Yo jamás he deseado tal cosa. – dijo con fingida indignación.

– Pff, lo que tú digas rubio. – poniéndose de puntillas besó la mejilla del rubio. – Buenas
noches. – se despidió caminando escaleras arriba con los tacones en las manos.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Pero Kati no habló con el moreno al llegar a la sala común ni tampoco durante el desayuno,
después de todo Harry no se veía tan mortificado, pensativo sería una mejor palabra, miraba
disimuladamente hacia la mesa de Slytherin, la muggle era la única que lo notaba además de
cierto profesor de pociones que no quitaba su vista de la mesa de los leones.

La semana pasó con bastante normalidad entre clase y clase; Ni Draco, ni Harry se habían
decidido a acercarse desde el pequeño incidente en el salón, ninguno de los dos sabía cómo
acercarse y afrontar la situación, Malfoy se devanaba los sesos intentando imaginar cómo
incitar un acercamiento entre ellos pero nunca se atrevía.

Dado que Kati era la “asistonta” (1) del profesor de pociones ella estaba presente durante las
clases, aunque en realidad no hacía mucho, se quedaba cerca del escritorio de Severus y
observaba la clase, a veces se acercaba a algún alumno cuando veía que se equivocaba en
algún paso pero la mayor parte del tiempo se quedaba a un lado.

A la tarde llegó la clase de los Gryffindor/Slytherin de quinto año, Snape despachó a Katerina
para esa clase, según él, bastante tenía con los ineptos de Gryffindor como para tenerla a ella
deambulando por ahí distrayendo a los alumnos. Harry y Draco no se habían cruzado en todo
el día y estando ahí rodeados de todos sus compañeros no se atrevieron a mirar siquiera
aunque eran extremadamente conscientes el uno del otro, mandándose miradas de reojo de
tanto en tanto. Todo iba muy bien hasta que Ron echó a perder su poción para heridas
añadiendo 8 gotas de sangre de dragón cada vez en vez de 5 gotas como claramente decían
las instrucciones haciendo que la mezcla comenzara a burbujear, un hedor fétido impregnó el
aire y de pronto la poción se desinfló como un soufflé (2) solidificándose en el fondo del
caldero como una masa pegajosa y negra.

–Señor Weasley. – arrastró las palabras Severus cuando llegó a su altura. – ¿Por qué no me
sorprende? Su ineptitud en las pociones sólo es comparable con su elocuencia al hablar. – a
Ron se le pusieron rojas las mejillas por la furia y la vergüenza que le producía el sutil insulto
en sus palabras, sin mencionar las risitas al otro lado del salón por parte de los Slytherin. –
Cuando terminen su poción dejen los calderos tal como están, el señor Weasley estará
encantado de lavarlos por ustedes. – se estaba dirigiendo al frente del salón cuando agregó
como una ocurrencia tardía. – A la manera muggle.

Apretando los dientes por la rabia Ron se enfurruñó en su asiento mientras los demás
terminaban de hacer la poción escrita en la pizarra, dado que el profesor Snape no estaba para
aguantar las bromitas de nadie sus Slytherin no se sintieron con el ánimo de molestar al
pelirrojo por su fracaso, y Draco que normalmente era el que iniciaba las burlas contra el trío
estaba inusualmente callado, aunque eso no era raro tomando en cuenta que lo único que
rondaba sus pensamientos era el beso robado a cierto moreno de pelo alborotado.

Weasley aún después de la clase de pociones seguía molesto, casi no habló durante la
siguiente clase, pasando todo el rato con los brazos cruzados y la mirada baja incluso cuando
iban caminando al comedor, cuando fue hora de ir a detención no escuchó las palabras de
ánimo que le dieron Harry y Hermione. Al llegar al laboratorio de pociones se encontró de
frente con Katerina que estaba sentada en uno de los taburetes altos cortando algún bicho
para almacenar. No vio a Snape por ningún lado por lo que pensó que tal vez podría irse antes
de lo previsto.

–Hola Ron. – saludó la morena cuando lo vio en el umbral de la puerta. – Por allá están los
calderos que tienes que limpiar, hubo otras dos clases después de la tuya así que tienes
bastante trabajo por delante.

– ¿A ti también te pusieron en detención? – preguntó mientras refunfuñaba por lo bajo al ver


la cantidad de calderón sucios, algunos parecía que les hubiera echado barro con estiércol
sólo para hacerlos más asquerosos.

– Te recuerdo que me estoy quedando en el castillo como ayudante de pociones, así que el
profesor Snape me dejó a cargo de vigilarte.– respondió simplemente utilizando un fino
cuchillo destripar escarabajos, poniendo las entrañas en un bote de basura, los ojos en un
frasco, las alas en otro y el caparazón en un enorme bowl de vidrio.– Por cierto, tienes que
darme tu varita, se supone que debes lavarlos sin magia.

– ¿En serio me vas a hacer eso? A un compañero de Gryffindor, deberías estarme ayudando.
– protestó el pelirrojo.

– No soy tu compañera Ronald, dame la varita. – extendió su mano firme, Ron ceñudo se la
entregó. – Yo tengo mis propias tareas así que si quieres salir antes de acá es mejor que te
apresures.

Quitándose la túnica y arremangándose la camisa agarró el primer caldero a su alcance


comenzando a tallar con una esponja auto enjabonable (3) el fondo de los calderos. – Debe
ser horrible ser la ayudante de ese cretino. – comenzó Ron intentando hacer conversación, no
notó como la morena lo miraba con ojos entrecerrados. – Seguro que te tiene destripando
bicharajos todo el día, y con ese humor que se carga, debes ser feliz cuando él no está aquí…

–¡Cállate! – exclamó Kati bastante enojada. – Si sólo vas a hablar para quejarte del profesor
Snape prefiero no oírte.

– ¿A ti qué demonios te pasa? – increpó Ron bastante indignado, a todo el mundo le gustaba
hablar mal de Snape, era casi un deporte secreto entre los alumnos. – Snape no es más que un
cretino grasiento.

– ¡He dicho que te calles! Que Severus tenga mal carácter no te da derecho a hablar de él a su
espalda, si tan valiente te crees señorito Gryffindor atrévete a decírselo en su cara.– no dejó a
Ron protestar, sabía que Severus se ganó a pulso el desprecio de los estudiantes, ella incluso
no le agradaban todos sus profesores de la universidad pero nunca hablaba de ellos con
semejante saña y menos a su espalda.– ¿Te crees mejor que él sólo porque él no te escucha
llamarlo “cretino grasiento”?

– ¿Por qué lo defiendes? – tal como en la tarde la cara se le coloreó de rojo por la furia. – Él
no es más que un Slytherin y como su casa…

– ¡Por Dios! – estuvo a punto de llevarse la mano a la cara pero se recordó a tiempo que la
tenía llena de escarabajos. – No me vengas con lo de las casas, es ridículo y sinceramente ya
me está empezando a cansar el tema. Por si no te has enterado fuera del colegio existe un
mundo y de nada te va a servir ese delicado orgullo Gryffindor cuando salgas de aquí, y si
quieres aspirar a ser alguien en la vida debes meterte en esa dura cabezota roja que tienes que
Gryffindor es sólo el sitio donde duermes, no una guía de comportamiento y tampoco te
define.

Ron quería devolverle sus palabras, de verdad que sí, pero simplemente no encontraba como
hacerlo, no quería reconocer que ella tenía razón, sería un golpe a su orgullo muy fuerte. –
Nadie piensa de esa manera…– protestó débilmente.

– Entonces podrías ser el primer Gryffindor en pensar fuera del cuadrado. – alzó ambas cejas
como tentándolo. – Ahora cierra la boca y trabaja, antes de que te quite puntos por
holgazanear. – obvio que no podía hacer eso, pero Ron no tenía cómo saberlo.

Después de esa pequeña discusión el ambiente entre ellos se tornó un poco raro, apenas
hablaron, Kati dejó que el pelirrojo sopesara sus palabras con calma, cuando terminó con su
cuota de escarabajos se encargó de organizar todo, guardar los frascos y limpiar los utensilios
que usó, a Ron le faltaban unos cinco calderos que estaban particularmente pegados, ya era
bastante tarde y Severus no se había pasado por ahí en ningún momento, se acercó al Weasley
y le extendió su varita.
–Ya casi es el toque de queda, termina con esos calderos y vámonos.– Ron la miró
sorprendido, dado que al principio de la detención no había querido darle ninguna ayuda.–
No lo estoy haciendo por ti.– advirtió al ver su mirada incrédula.– Es sólo que yo ya terminé
y me da fastidio tener que esperarte hasta que termines.– era una sutil manera de ofrecer una
tregua entre ellos y esperaba que Ron la captara.

Ron a veces podía ser un poco denso pero supo aprovechar la ofrenda de paz, con una suave
sonrisa tomó su varita y limpió los calderos con un fregotego bastante efectivo, los hechizos
de limpieza eran los que mejor se le daban, todo gracias a su madre que se encargaba de
enseñarle a todos sus hijos cómo limpiar una casa adecuadamente. Terminada la trabajosa
tarea de acomodar los calderos para que el laboratorio no se viera desastroso los dos se
encaminaron a la torre de Gryffindor para un merecido descanso.

MOWMOWMOWMOWMOWMOW

Pasó otra semana donde Draco y Harry no se habían atrevido a encontrarse de nuevo para los
entrenamientos, Harry porque estaba un poco cohibido, no sabía qué esperar del rubio
mientras que Draco se estaba ahogando en su propia angustia, por supuesto nadie se daba
cuenta de eso, los Malfoy jamás perdían la compostura frente al público.

“Esto…no está nada bien”

Era el pensamiento de Draco al mirar a Harry furtivamente en el gran comedor, charlando


con sus amigos, desayunando burdamente unos panqueques (4), el muy imbécil incluso tenía
los dedos y labios embarrados con sirope, que desagradable. El pensamiento de querer los
labios dulces hasta limpiarlos le pasó por la cabeza haciendo que sus mejillas se encendieran.

Crabbe que estaba a su lado lo notó. – ¿Estás bien? – esa pequeña pregunta llamó la atención
del grupo.

–Lo estoy. – dijo secamente, entrecerrando los ojos a todos para que no lo molestaran, lo
último que necesitaba es que los demás se enteraran del terriblemente tentador pensamiento
que se le ocurrió.

Nadie más dijo nada, Crabbe y Goyle se miraron entre ellos, encogieron los hombros y
siguieron comiendo, desde su puesto Draco siguió viendo a Potter a la distancia, Weasley
estaba hablando de Quidditch, podía escucharlos desde ahí, Weasley era tan vulgar y
corriente que no le importaba gritar y gesticular grotescamente y Potter le reía las gracias!
Aún peor, se unía a ellas, haciendo totalmente el ridículo. ¿Qué tenía de bueno Weasley que
Harry lo prefirió a él en primer año? ¿Por qué tenía que ser Weasley?

Su ceño se frunció por culpa de sus pensamientos y se mantuvo así el resto de la comida
incluso cuando tuvieron que entrar en clases de defensa, Draco olvidó momentáneamente su
enfado en favor del duelo en parejas que el profesor Moody organizó.

Se esparcieron alrededor del salón para enfrentarse a sus compañeros, Harry y Draco eran
extremadamente conscientes uno del otro, aunque no lo quisieran, sus ojos siempre se
seguían. Draco se enfrentó a Blaise y Harry como siempre se emparejó con Ron para trabajar.
Moody era un maestro estricto y un poco tocado, pero eso no le impedía enseñarles a los
estudiantes cualquier tipo de conjuro ofensivo o defensivo.

– ¡Alerta permanente! – decía todo el tiempo, prácticamente era su mantra. – Los magos
oscuros no juegan limpio, podrían atacarte por la espalda si los dejas. – vociferaba mientras
cojeaba por el salón. Moviendo su bastón lanzó un sencillo hechizo de desarme para quitarle
la varita a Parkinson sin que se lo esperara, algunos Gryffindor se rieron por lo bajo y Moody
hizo el mismo movimiento quitándole la varita esta vez a Dean Thomas. – No bajen la
guardia. – regañó.

Malfoy volvió a su lucha con Zabini cuando por el rabillo del ojo vio a Potter invocar el
Atabraquium amarrando las manos de Ronald firmemente, provocando que soltara su varita,
Moody lo felicitó porque ese era un hechizo que no estaba dentro del temario.

“Lo hizo sin problemas” Pensó Draco, sonrió sabiendo que ese era uno de los hechizos que
habían practicado juntos y que se le dificultaba a Harry “Que bueno” Fue su segundo
pensamiento. La única razón por la que Potter podía conjurarlo era gracias a él y sus largas
horas de entrenamiento furtivo. La alegría le duró poco cuando se dio cuenta de que Weasley
se acercó a él para felicitarlo.

Le dio rabia y tristeza que fuera Weasley el que se acercara a Harry que lo felicitara por algo
con lo que él no tuvo nada que ver, era gracias a Draco que el moreno mejoró
exponencialmente sus hechizos de ataque en tan poco tiempo!

–¿Draco? – susurró la voz sorprendida de Pansy, lo suficiente alta para llamar la atención de
los demás, sin darse cuenta lágrimas de impotencia y celos se desbordaron de sus ojos sin
permiso, se horrorizó al darse cuenta de que sus compañeros comenzaban a murmurar entre
ellos, sus ojos enrojecidos se conectaron con los de Harry por un momento antes de salir
corriendo del salón. El salón se volvió un gran hervidero de murmullos y Moody no
encontraba cómo calmarlos, Harry aprovechando la distracción se escabulló por la puerta,
cuando estuvo fuera de la mirada de los estudiantes corrió por el pasillo para alcanzar a
Draco.

Lo vio corriendo a pocos metros, sus piernas eran más cortas que las del rubio por lo que
optó gritar para llamar su atención.– ¡Malfoy! – el rubio siguió corriendo sin escucharle. –
Mal..Draco! – gritó por segunda vez, esta vez usando su nombre. – ¡¿Qué fue lo que te pasó
de repente?! – interrogó sin dejar de seguirlo.

– ¡Cállate, Potter! ¡Déjame en paz! – llegando a las escaleras de la torre de defensa Draco
prácticamente saltó de dos en dos para alejarse de Harry más rápido.

– ¡Regresa aquí! – estaban llegando casi al final de la larga escalera de caracol cuando el
rubio se tropezó y casi se va de boca pero logró sostenerse a tiempo de la varando, eso le dio
tiempo a Harry de llegar junto a él, sosteniéndolo por detrás justo a tiempo para amortiguar
su caída, ambos se quedaron en esa posición, Harry sosteniendo a Draco, jadeando por la
carrera y Draco hipando porque todavía no podía contener las lágrimas.

– Draco…
– ¡E–es que tengo la sensación de que me enamoré de ti! – dijo con la voz cortada, tuvo que
cubrirse los ojos por la vergüenza que sentía de que Harry lo viera así.

El moreno abrió grandes sus ojos, sus mejillas coloradas por la carrera y sus lentes un poco
chuecos, estaba sin palabras ¿Cómo responder a eso? – ¿Eh?

–No sé en qué momento…tan sólo, te miraba en la clase y cuando vi a Weasley felicitándote,


yo sólo…sentí celos!

– Draco ¿Qué…?

– Soy yo el que te ha ayudado a mejorar ¡No él! – dijo con la voz quebrada, en su tono se
podía identificar la rabia y los celos entremezclados. – Es como si hubiera ayudado al
enemigo. – colapsó contra el pecho de Harry.

– Draco.

– Me siento como un verdadero idiota.– por culpa de la carrera y el llanto se sentía


completamente laxo contra el cuerpo de Potter, se sentía tan bien ese sólido calor contra su
espalda.

– Draco, escúchame.– murmuró Harry contra su oído.– Todo este tiempo que hemos pasado
juntos, he podido ver una nueva faceta de ti.– Draco se enderezó para poder mirar a Harry
directamente, sus ojos claros centrándose en los verdes tan fijamente que puso a Harry
nervioso.– Es sólo que… El entrenar contigo, pasar tiempo juntos… Me gus…

– ¿Te qué…? – preguntó el rubio, expectante.

– ¡Nada! Olvidalo. – negó Harry sintiéndose muy avergonzado de pronto.

– ¿Eh? Pero si lo siguiente es lo más importante. – se inclinó sobre el rostro de Harry, el


moreno intentaba retroceder aunque no tenía mucho espacio para moverse, menos con el
cuerpo de Draco entre sus piernas.

– No, no, no…

Sus labios estaban a punto de tocarse cuando escucharon el sonido de pasos apresurados
dirigiéndose justo a donde ellos estaban.

–¡Harry! – escucharon dos voces gritar su nombre, el moreno en seguida los reconoció como
Ron y Hermione. Potter miró a Draco con los ojos enormemente abiertos, el rubio reaccionó
y haló al moreno de la mano.

– ¡Ven, rápido!

Para cuando los dos amigos de Harry llegaron al final de la escalera la pareja ya no estaba
allí.

–Creí que lo encontraríamos por aquí.– suspiró una preocupada Hermione, no se dieron
cuenta en qué momento Harry se escabulló de la clase, para cuando Ron se volteó para hablar
con Harry sobre lo patético que se había visto Malfoy no lo vio por ningún lado. Apenas
pudieron se salieron del salón, agarrando el bolso del moreno, para ir a buscarlo. – Quizás
esté en la sala común de Gryffindor. – dijo esperanzada. – ¿Crees que haya ido tras Malfoy?

– ¡Claro que no! – saltó en seguida el pelirrojo. – No sé qué pasó pero Harry no tiene motivos
para ir tras ese hurón. – Voy a buscar en casa de Hagrid, te veré luego en la sala común de
Gryffindor. Asintiendo la castaña apretó el bolso de Harry contra su pecho dejando a Ron ahí.

El pelirrojo miró a su alrededor, comprobando que su amigo realmente no estaba ahí, frunció
el ceño disgustado ¿Por qué desapareció a mitad de clase justo después de que Malfoy saliera
llorando del mismo? No quería ni pensar en la posibilidad de que tal vez, y sólo tal vez,
realmente estuvieran juntos. Quitándose esa desagradable imagen de la cabeza se apresuró
para ir a la caballa del semigigante.

Mientras que dentro del armario de escobas que estaba al fondo de las escaleras de la torre de
defensa contra las artes oscuras. Los dos muchachos estaban apretujados contra la puerta del
armario con un montón de escobas e implementos de limpieza desperdigados alrededor,
Harry tenía la espalda contra la puerta y miraba nervioso al exterior a través de la rendija de
la puerta, entre sus piernas abiertas estaba sentado Draco mucho menos preocupado por lo
que sea que pasaba en el exterior y más enfocado los delgados labios del moreno.

–Harry, dime la última parte. – se arrastró un poquito más para estar más cerca del moreno.
Harry al ver ese movimiento intentó pegarse lo más posible contra la puerta.

– E–eso ya no importa. – intentó zafarse, su corazón latiendo a mil por estar en un espacio
cerrado y semioscuro con el rubio con poca posibilidad de moverse.

– ¿Sabes? Hay algo en lo que he estado pensando desde la última vez… – sus rostro se
acercaron lentamente mientras hablaba, notando la intranquilidad de Harry le tomó del brazo,
sus largos dedos acariciando la manga de la camisa mientras su otra mano acariciaba la
barbilla del moreno, sosteniéndola con la punta de sus dedos para mantener su rostro quieto,
con sus labios a punto de tocarse.– ¿Crees que tus gafas son una molestia al momento de
besarnos? – no le dio tiempo de responder cuando se unieron en un tentativo beso, cariñoso,
calmado. Los primeros segundos Harry estuvo tieso si saber cómo reaccionar pero conforme
los seductores labios del rubio le embriagaban se permitió relajarse y disfrutar de la
experiencia.

Afuera los estudiantes de la clase de defensa bajaban las escaleras, hablando en voz alta, el
montón de pasos repiqueteando en la escalera de piedra, pero eso no molestó a ninguno de
los dos adolescentes que se besaban furtivamente en el armario de limpieza.

Con una sonrisa satisfecha Draco vio el sonrojado rostro de Harry. – No son un problema.

Chapter End Notes


1 ) Asistente / tonta = asistonta. Espero que se entienda el concepto XD así me llama mi
mamá cuando salgo con ella a hacer diligencias.
2 ) Soufflé: para los que no lo sepan, es un dulce (creo que una torta) francés
extremadamente delicado, si no lo preparas adecuadamente se desinfla y se arruina.
3 ) Está claro que no existe una esponja con esa propiedad (se vale soñar) pero es mi fic
y puedo fantasear con eso :P
4 ) Son los tradicionales hotcakes, por si alguien no lo sabe, sé que en Mx se llaman
panqueques y en Vzla les decimos panquecas XD ¿Cómo se llaman en su país?
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