Ino y Atamante

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Atamante, rey de Tebas, tom por esposa a Nefelea, de la que tuvo un hijo y una hija, Frixo y Helea, que

la leyenda ha hecho clebres. Los dos nios vivan tranquilamente en la corte, cuando Atamante, que era de carcter ligero y humor inconstante, repudi a su mujer que crea atacada de locura, y se despos con la ilustre princesa Ino, hija de Cadmo (hermano de Europa e hijo de Agenor, rey de Fenicia). Los esponsales fueron celebrados con extraordinaria pompa. Atamante poda llamarse el ms feliz de los esposos, y los dos hijos nacidos de esta unin, Learco y Melicertes, aadan y completaban su felicidad. Pero esta felicidad deba ser tan pasajera como un sueo, porque Ino, celosa de los hijos habidos del primer matrimonio de su esposo, y en los que recaa el derecho al trono de Tevas, no cesaba de mostrrseles hostil y de hacerles objeto de malos tratos. Ino haba llegado incluso a familiarizarse con la idea de un doble atentado y tramaba ya el terrible complot, cuando Frixo y Helea, oportunamente advertidos, remontaron los aires sobre un carnero alado que tena el velln de oro (en busca del cual partira Jasn en su clebre aventura), y que perteneca al rico Atamante, y huyeron a la Clquide. De este modo, Ino triunfaba y se constitua en objeto nico de todos los homenajes, y su hijo podra subir tranquilamente al trono. Pero Hera, que detestaba a la familia de Cadmo desde que Zeus haba raptado a Europa, no pudo ver con indiferencia la prosperidad y bienandanza de Ino y, en un arrebato de su despecho, maquin el ms infame de los proyectos. Llam a la Furia Tisfone y le dijo: "Quiero que la casa de atamante sea reducida a cenizas y que t induzcas a este prncipe a cometer un crimen que haga estremecer de horror al universo". Tisfone prometi cumplir el encargo que haba recibido. Se revisti de su tnica ensangrentada, tom en su mano derecha un puado de mortferas serpientes y, en su izquierda, una antorcha incendiaria, y sali de los infiernos rumbo al palacio de Atamante. Cuando hubo llegado all, el umbral se estremeci a su paso, su hlito infect las habitaciones, y el mismo sol, lleno de espanto, ocult sus rayos. Atamante y su esposa pretenden huir, pero la Furia les cierra el paso y, sacudiendo las serpientes que llevaba en su mano, lanza una de ellas contra Ino, otra contra Atamante, y desaparece. De repente, Atamante se siente posedo por una furiosa demencia, mezclada con rabia; no puede estar en reposo ni un slo instante, y corre por todo el palacio echando espuma por la boca y bramando: "Animo, compaeros! Tended vuestras redes en este bosque, pues en l veo una leona con sus cachorros". Al mismo tiempo, corre persiguiendo a la reina, a la que toma por una bestia feroz, arranca de sus brazos al tierno Learco y, voltendolo en el aire, lo estrella contra una pared. Ino, presa de igual delirio, lanza aullidos y huye del palacio en el que ya se ha declarado un gran incendio. Plida, descompuestos sus cabellos, llega a orillas del mar, se sube a un elevado peasco, y se precipita en el abismo de las aguas, que se abren para engullirla.

Los ruegos de Venus movieron a Poseidn a compasin y ste, despojando a Ino y a su vstago de lo que tenan de mortalidad, les troc en dos divinidades marinas: Ino bajo el nombre de Leucotoe y Melicertes bajo el de Palemn.

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